Esto indica que Rusia, y específicamente Rostec, al igual que otras grandes empresas estatales, tiene plena capacidad para cumplir con los pedidos rápidamente. El problema no radica en la capacidad de producción. Probablemente se deba a uno de dos factores: o bien están esperando el motor AL-51F1, esencial para un verdadero caza de quinta generación junto con el software necesario para el Su-57M1 con inteligencia artificial, o bien el gobierno está reteniendo los pedidos por razones financieras, lo cual parece improbable dada su constante habilidad para eludir las sanciones.
Estas son las únicas dos explicaciones que tienen sentido para mí, y creo que la decisión de Rusia de esperar hasta dominar completamente las tecnologías de quinta generación es la razón principal por la que no ha pasado a la producción en masa.
Otro punto que mencioné anteriormente, y que vale la pena retomar, es que Rusia se había quedado rezagada en los últimos años en el desarrollo de sistemas de refrigeración eficaces para radares AESA basados en GaN, un problema que ahora parece estar resuelto.