Orígenes
El tanegashima parece estar basado en arcabuces con llaves de mecha "mordedoras" que eran producidos en la armería de Goa en la India portuguesa, la cual fue capturada por los portugueses en 1510. El nombre de tanegashima proviene de la isla japonesa de Tanegashima, donde un junco chino con aventureros portugueses a bordo se refugió de una tormenta en 1543. El señor de la isla, Tanegashima Tokitaka (1528-1579), compró dos arcabuces a los portugueses y ordenó a un espadero que copiase el cañón y el mecanismo de disparo del arma. El espadero (Yaita) no tuvo muchos problemas con la mayor parte del arma pero "perforar el cañón helicoidalmente para que el perno (bisen) pueda ser enroscado" era un gran problema, ya que esta "técnica aparentemente era desconocida en Japón hasta ese momento". Los portugueses repararon su barco y partieron de la isla, para volver al año siguiente con un herrero portugués y solucionar el problema. A solo diez años de su introducción, se reportó la manufactura de 300.000 tanegashima.
Difusión
Numerosas familias antiguas y aristocráticas despreciaron estas armas al principio por considerarlas impropias de un samurái. Pero no tardaron en cambiar de opinión, o bien en ser aniquiladas por otros clanes menos idealistas. A la versión japonesa de estos arcabuces se les llamó “Teppô” o “Tanegashima”, debido al nombre de la zona donde llegaron con ellas los europeos. Los herreros de allí estaban en buenas condiciones para empezar a fabricarlos, ya que poseían playas de arena negra con un alto contenido de hierro. Los daimio del centro y oeste del país adquirieron ventaja con respecto a sus rivales del este con la difusión de estas armas, ya que tuvieron mayores facilidades para comprarlas e importar los ingredientes de la pólvora. Un ejemplo fue la familia Ashikaga, que recibieron las armas del daimio de Tanegashima, y los entregaron a su vez a sus partidarios junto a la fórmula de la pólvora. Algunas otras familias sin esos vínculos con los Ashikaga tuvieron que recurrir a diversas estratagemas para hacerse con ellas. Los Matsura (pequeño daimio del norte de Kyusho) hicieron convertirse al cristianismo a dos de sus samuráis para asegurarse la confianza de los portugueses y realizar tratos comerciales.
Fabricación
La fabricación de los teppô era cara, y al principio los herreros eran generalmente sometidos a una vigilancia y supervisión tan constante, que solo los señores autorizados podían encargarlas y aun así, en una escala severamente limitada. Los sacerdotes de Negorojoi se hicieron con un arcabuz japonés en 1543, y sus herreros establecieron una forja para reproducirlo hasta formar una fuerza de 300 tiradores en 1570. Gracias al talento de estos herreros, pronto fabricaron cañones de acero mediante la técnica del enrollado y un grupo de éstos, los Kunitomo, se las ingenió para idear un proceso en el que podría introducirse lentamente un tornillo en un cañón al rojo vivo para preparar el estriado, proceso muy importante y complicado que aumentaba mucho la eficacia y precisión del arma. El estriado ya era una tarea extraordinariamente difícil para los herreros europeos de principio del siglo XVI, y este método japonés de introducir un tornillo no parece haber sido común en Inglaterra hasta 1635.
Tres tanegashima del período Edo