Relaciones China-Japón

Barbanegra

Colaborador

Biden asegura que "EEUU no reconocerá" la zona de defensa aérea china
El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha afirmado en Seúl que Washington "no reconocerá" la nueva zona de defensa aérea trazada por China, fuente de tensión en el nordeste de Asia al desatar las protestas de Corea del Sur y Japón.

La zona de defensa aérea (ADIZ) trazada unilateralmente a finales de noviembre por Pekín en el Mar de China Oriental "no afectará a las operaciones de EEUU en la región", aseguró Biden durante un discurso sobre política exterior en la prestigiosa Universidad Yonsei de la capital surcoreana.

Remarcó que EEUU "tiene muy claro el compromiso con nuestros aliados", Seúl y Tokio, que tampoco reconocen la ADIZ y hasta ahora se niegan a informar a Pekín sobre los planes de vuelo de sus aeronaves en la zona.

China respondió con una negativa cuando Corea del Sur y Japón le solicitaron que reconsidere el trazado de la ADIZ debido a que invade parte de sus zonas de defensa aérea, además de las islas Senkaku-Diaoyu, controladas de facto por Tokio y reclamadas por Pekín, y el islote sumergido surcoreano de Ieodo.

En todo caso, el vicepresidente estadounidense invitó a todas las partes implicadas a "tomar pasos prácticos para bajar la temperatura" de este conflicto.

"No solo para nosotros, sino para el mundo, debemos hacer las cosas bien con China", concluyó, tras destacar la importancia de mantener buenos lazos con el gigante de Asia.

Biden, que visita Corea del Sur como última escala de una gira por el nordeste de Asia que también le ha llevado a Tokio y Pekín, se entrevistó el miércoles con el presidente de China, Xi Jinping, al que comunicó la postura de EEUU en este conflicto y pidió más cooperación y diálogo para superar las tensiones.

El dirigente estadounidense también aludió en su discurso de hoy a la amenaza nuclear de Corea del Norte, país al que instó una vez más a renunciar a las armas atómicas.

"No aceptaremos una Corea del Norte nuclear", sentenció Biden, que prometió "hacer lo que haga falta para defender a nuestros aliados de una agresión" del régimen de Kim Jong-un.

Antes de pronunciar su discurso en la universidad, Biden se reunió con la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, en una cita orientada a coordinar posturas sobre los principales asuntos de interés bilateral, especialmente en los ámbitos de la seguridad y la economía.

Joe Biden también se reunirá este viernes con el primer ministro surcoreano, Chung Hong-won, y el sábado visitará la Zona Desmilitarizada (DMZ), la fortificada franja del paralelo 38 que divide a las dos Coreas, antes de regresar a EEUU.

EFE
 

Barbanegra

Colaborador
Corea del Sur amplía su zona de defensa aérea y solapa la de China
Corea del Sur dijo el domingo que amplió su zona de defensa aérea, que se solapa parcialmente con una zona similar que declaró China hace dos semanas y que ha elevado las tensiones en la región.

La declaración de Pekín de realizar una zona aérea de identificación en una zona que incluye unas islas en disputa territorial entre Japón y China ha desencadenado las protestas de Estados Unidos y sus aliados Japón y Corea del Sur.

Al anunciar la expansión de su propia zona que incluye dos islas al sur y una roca sumergida que también reclama China, el Ministerio de Defensa de Corea del Sur dijo que el movimiento no infringe la soberanía de los países vecinos.

"Creo que esto no supondrá un impacto significativo en nuestras relaciones con China y Japón mientras tratamos de trabajar para la paz y la cooperación en el Nordeste de Asia", dijo Jang Hyuk, jefe de política del Ministerio de Defensa.

"Hemos explicado nuestra postura a los países relacionados y en general están de acuerdo en que este movimiento cumple las regulaciones internacionales y no es una medida excesiva", dijo, añadiendo que la principal prioridad de su ministerio era trabajar con los países vecinos para evitar un conflicto militar.

Corea del Sur se opuso al movimiento de China el 23 de noviembre considerándolo inaceptable porque su nueva zona incluye una roca denominada Ieodo, bajo el control de Seúl, con una estación de investigación construida sobre ella. China también reclama esa roca sumergida.

Pero la reacción de Corea del Sur hacia Pekín ha sido más mesurada que las reprimendas de Tokio y Washington, lo que refleja su sensibilidad respecto al mayor socio comercial de Seúl.

No hubo una reacción inmediata desde China, aunque la respuesta de Pekín al anuncio la semana pasada de que Corea del Sur estaba revisando su zona de defensa aérea fue de un perfil relativamente bajo.

El portavoz de Exteriores chino, Hong Lei, dijo el viernes que cualquier movimiento de Corea del Sur debe "estar de acuerdo con las leyes y regulaciones internacionales", pero añadió: "China quiere mantener las comunicaciones con Corea del Sur con las bases de la igualdad y el mutuo respeto".

REUTERS
 

Sebastian

Colaborador
China y su nueva zona de identificación de defensa aérea ¿espiral ofensiva o acción de tanteo?

Lunes 09 de Diciembre de 2013 23:20

En un informe especial sobre las disputas marítimas que mantiene China con sus estados vecinos tanto en el Mar de China Oriental como Meridional publicado recientemente por el think tank estadounidense Council on Foreign Relations, su presidente, Richard Haass, afirmaba que ante el aumento de las tensiones entre las potencias regionales, el verdadero peligro para Asia era que el siglo XXI asiático empezara a seguir el mismo camino que la Europa de principios de siglo XX.


En este contexto, China anunció el pasado 23 de noviembre la creación de una nueva Zona de Identificación de Defensa Aérea (ZIDA) en el Mar de China Oriental. La misma incluye dentro de su radio las reservas de gas de Chunxiao y las islas Senkaku/Diaoyu, actualmente bajo control de Japón y cuya soberanía se disputan este Estado, la propia China y Taiwán, además de las aguas costeras de la isla de Jeju que Corea del Sur reclama como suya, entre otras.

Tanto las autoridades de Tokio como las de Seúl y sus sectores más nacionalistas ya han rechazado cualquier reconocimiento a la ZIDA china. En este sentido, desde sus órganos de poder se considera que la iniciativa del gobierno de Xi Jinping es otra demostración de fuerza y “sacar músculo” del gigante asiático, así como un paso más hacia una espiral ofensiva conducente al escenario regional no deseado descrito por Haass.

Por otra parte, la reacción de Estados Unidos, principal aliado de japoneses y surcoreanos, ha sido ambigua. En primera instancia, rechazó enérgicamente el establecimiento de la ZIDA por considerar que rompía el actual statu quo de la zona.

No obstante, tras la reunión celebrada el día 4 de diciembre en Beijing entre el presidente chino, Xi Jinping, y el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, Estados Unidos no reconoce la legitimidad de la ZIDA, pero sí recomienda temporalmente a sus compañías de aviación comercial que faciliten a las autoridades chinas (en este caso al ministerio de Asuntos Exteriores chino o a la Administración de la Aviación Civil) la información requerida de los planes de vuelo de los aviones que sobrevuelen la zona.
Con ello, se podría deducir que la administración Obama realiza un reconocimiento implícito de la ZIDA a corto plazo.

Teniendo en cuenta la posición adoptada por Estados Unidos y situando la iniciativa china de establecer la ZIDA en su justo contexto, desde mi punto de vista la situación actual, a corto plazo, debe analizarse más como una acción de tanteo que no como una espiral ofensiva. No obstante, ésta sí puede darse a más largo plazo.



Así, la decisión de China de crear la ZIDA debe ser interpretada en base a una serie de factores. En primer lugar, la ZIDA supone una ampliación de las capacidades de la estrategia de seguridad china de Anti-Access/Area Denial (AA/AD). En esta dirección, desde Beijing ya han anunciado su intención de crear más Zonas de Identificación de Defensa Aérea en el futuro para reforzar la mencionada estrategia frente a la política de contención y la nueva doctrina militar del Air Sea Battle (ASB) de Estados Unidos y sus aliados regionales.

En segundo término, la ZIDA china debe enmarcarse en una acción más de contraposición y tanteo hacia Estados Unidos y las potencias regionales rivales para ver cuál es su reacción ante la decisión del gobierno de Xi Jinping.

Así, China busca contrapesar las Zonas de Identificación de Defensa Aérea anteriormente establecidas por los otros actores y tantear al rival. Pero nunca buscando una situación de confrontación abierta que sería contraproducente a sus intereses en la actualidad.

Sin embargo, el problema de la ZIDA china es que no sólo modifica el statu quo, sino que a diferencia de las otras existentes en la región y gestionadas por Estados Unidos, Japón, que la modificó en junio creando cierta polémica con Taiwán, y Corea del Sur, que ya ha anunciado que ampliara su zona consecuencia directa de la acción china, incluye áreas territoriales que se reconocen internacionalmente bajo control de Japón.

Ligado a este último punto, el establecimiento de la ZIDA china también es una respuesta a la decisión tomada el pasado mes de octubre por el premier japonés, Shinzo Abe, de dar autorización al ministerio de Defensa para derribar cualquier vehículo aéreo no tripulado chino que sobrevolara el espacio aéreo japonés, en clara referencia a las Islas Senkaku/Diaoyu. La reacción desde el ministerio homólogo chino fue la de advertir a Japón que cualquier acción de este tipo sería considerado como “acto de guerra”.

Un cuarto punto se refiere a que el establecimiento de la ZIDA puede responder a una estrategia a más largo plazo para reclamar la soberanía china sobre las islas Senkaku/Diaoyu. En esta dirección, la ZIDA reforzaría dicha aspiración ya que permitiría a China ejercer la administración aérea de la zona asignada y desafiar el control sobre las islas que ejerce Japón. Sin embargo, a corto plazo no es viable ni responde a los intereses de China provocar un enfrentamiento bélico con Japón en las circunstancias actuales.


Finalmente y ligado a todo lo anterior, hasta que el proceso de modernización de las fuerzas armadas chinas, en especial, la fuerza aérea y naval, no haya finalizado, los estrategas chinos no pueden plantearse una espiral ofensiva, sino más bien acciones de tanteo.

En esta dirección, sería un suicidio para el gobierno de Beijing iniciar cualquier tipo de hostilidad bélica a día de hoy ya que las fuerzas navales y aéreas estadounidenses y japonesas son superiores a las capacidades chinas.

Sirva de ejemplo que la fuerza naval china sólo dispone de un portaaviones activo, el “Liaoning”. Y según estimaciones, hasta el año 2017 no se espera que los dos próximos portaaviones de construcción propia estén finalizados. Aparte de Estados Unidos, incluso la India, otro rival regional chino, también supera a China en número de portaaviones tras la adquisición de su segunda unidad este mismo mes de noviembre, el INS Vikramaditya, de fabricación rusa.

En relación a la ambigua posición de Estados Unidos respecto a la ZIDA china, la misma puede responder a dos grandes motivaciones que, a primera vista, podrían parecer opuestas la una de la otra. No obstante, ambas se demostrarán complementarias respondiendo a los intereses de la política exterior y de seguridad estadounidense en la región.

En la primera de ellas, Estados Unidos debe mostrar su oposición pública a la iniciativa china porque, por una parte, modifica el statu quo y eso afecta directamente a su liderazgo y a su política de seguridad en la región y, por otra parte, la administración Obama debe guardar las formas y atender las quejas y peticiones contra China realizadas dentro de su sistema de alianzas para reforzarlo.

Sin embargo, existe una segunda motivación que explica la mencionada ambigüedad estadounidense. Así, la instauración de la ZIDA a corto plazo puede ser beneficiosa para los intereses de la administración Obama por tres grandes razones:

En primer lugar, la posición de Washington puede obedecer al hecho de que esta nueva acción del gigante asiático provoque un aumento aún más significativo de la dependencia de los rivales regionales de China, como Japón y Corea del Sur, hacia Estados Unidos y su estrategia de seguridad. No sólo ya a nivel de afianzar su sistema de alianzas, sino también en una mayor venta de armamento para hacer frente a la amenaza china.



Un segundo factor es que el movimiento “expansionista” efectuado por China da más argumentos a la administración Obama para justificar su gran apuesta en política exterior: el Pivot/Rebalancing to Asia para contener a China y lograr mantener a Estados Unidos como única superpotencia. De hecho, Obama presentará su nueva Estrategia de Seguridad Nacional a principios de año 2014 donde reafirmará su prioridad en política exterior por la región Asia-Pacífico.

Por último y al igual que China, Estados Unidos puede tantear las verdaderas capacidades e intenciones del gobierno de Xi Jinping y hasta donde está dispuesto a llegar con dicha medida. Por ello y al día siguiente de su instauración, Estados Unidos ya envió a dos B-52 para que sobrevolaran la nueva ZIDA china y comprobaran así la primera reacción de las autoridades chinas, en un episodio que el analista del International Institute for Strategic Studies, Christian Le Miere, ha catalogado como de “diplomacia del bombardero”. China se limitó a no actuar en este caso. Aunque después sí envió a sus cazas cuando Japón repitió la misma táctica que Estados Unidos.

No obstante y en estos momentos, se debería tener cuidado con la “diplomacia del bombardeo” y la actual situación de la ZIDA. Japón y Corea del Sur se niegan a cumplir los requisitos de las autoridades chinas en dicha zona tanto en sus vuelos comerciales como militares a no ser que tengan su destinación final en China. Mientras que Estados Unidos sólo avisa de los primeros.

Por ello, las probabilidades de un error, de una mala interpretación o de un mal cálculo ante el aumento del tráfico de cazas, bombarderos, aviones de reconocimiento, entre otros, podría provocar un incidente no deseado que derivara en un conflicto diplomático o que incluso, en caso extremo, diera lugar a un episodio armado entre ambos bandos.

Así pues y como conclusión, a corto plazo la instauración de la ZIDA por parte de China debería considerarse como una acción más de tanteo hacia sus rivales regionales y dentro de su estrategia de seguridad de AA/AD.

En estos momentos, China no está preparada para un escenario de espiral ofensiva porque el proceso de modernización de su fuerza aérea y naval no está en absoluto terminado.

Sin embargo, si China cumple con su anuncio de crear más Zonas de Identificación de Defensa Aérea para afianzar su posición de seguridad y las futuras reclamaciones territoriales frente a sus rivales regionales, ello sí modificaría sustancialmente el statu quo.

Dicha acción a medio y largo plazo podría provocar una escalada de la tensión y una espiral ofensiva real con Estados Unidos y su sistema de alianzas. Y con este escenario, Asia sí se acercaría al contexto de la Europa de principios de siglo XX.

*Xavier Servitja Roca es ayudante de investigación en GESI
http://defensa.com/index.php?option...&id=10976:chinazona&catid=191:gesi&Itemid=408
 

Shandor

Colaborador
Colaborador
Beijing, en su disputa con Japón, corre el riesgo de repetir los errores del pasado que llevaron a la guerra


Podremos sostener una economía global abierta, a la vez que balanceamos las tensiones entre una autocracia naciente y las democracias en relativo declive económico? Esa fue la pregunta que se planteó por la llegada de la Alemania imperial como el poder económico y militar de Europa en el siglo XIX. Es también la pregunta que se plantea hoy en día por el ascenso de China comunista. Ahora, como entonces, la desconfianza es alta y creciente. Ahora, como entonces, las acciones de la potencia en ascenso plantean riesgos de un conflicto potencial. Sabemos cómo terminó la historia en 1914. ¿Cómo terminará la nueva, un siglo más tarde?
La decisión de China de crear una "zona de identificación de defensa aérea en el Mar de China Oriental" que abarca las islas deshabitadas en la actualidad bajo el control de Japón (llamadas Senkaku por Japón y Diaoyu por China) es evidentemente provocadora: las zonas de defensa aérea de los dos países ahora se superponen. Ni Japón ni Corea del Sur reconocen la nueva zona que China parece estar dispuesta a defender. EEUU no reconoce la zona tampoco, y está obligado por un tratado de apoyar a Japón en caso de conflicto. Sin embargo, el Departamento de Estado también ha indicado que "espera" que los aviones comerciales de EEUU cumplan con las demandas chinas, con el fin de evitar poner en peligro las vidas de personas inocentes.
Las señales, por lo tanto, son confusas, lo que es habitual en este tipo de situaciones. Pero, como William Fallon, ex jefe del Comando del Pacífico de EEUU, ha señalado, la zona china plantea la posibilidad de un conflicto accidental. ¿Qué sucedería si aviones militares chinos y japoneses se dispararan entre sí? ¿Qué pasaría si jets militares chinos dispararan contra un avión civil o lo forzaran a aterrizar? Las señales contradictorias de EEUU pueden incluso aumentar los riesgos de un conflicto.
Como también aprendimos del inicio de la primera guerra mundial, acontecimientos aparentemente menores pueden escalar rápidamente a proporciones catastróficas. Europa nunca se recuperó de los desastres de esa guerra, y la guerra aún peor que tuvo lugar 25 años después. Hoy en día, con China bajo el liderazgo de Xi Jinping, un nacionalista asertivo, Japón bajo el liderazgo de Shinzo Abe, un nacionalista no menos firme, y EEUU comprometido por un acuerdo con la defensa de Japón en caso de un ataque, existe nuevamente el riesgo de un conflicto ruinoso. Tal acontecimiento está lejos de ser inevitable. Ni siquiera es probable. Pero no es imposible y es más probable de lo que era hace un mes.
Una vez más, hay un paralelismo con el ascenso de Alemania. A comienzos del siglo XX, esa nación lanzó una carrera armamentista naval con el Reino Unido. En 1911, Alemania envió un cañonero a Marruecos en respuesta a la intervención francesa en ese país. El objetivo era, en parte, poner a prueba las relaciones entre Francia y el Reino Unido. En ese caso se consolidó la alianza, así como es probable que la acción de China consolide las alianzas entre Japón y Corea del Sur, por un lado, y EEUU por el otro. Y, como fue el caso del Reino Unido en ese entonces, EEUU está cada vez más preocupado por el desafío que presenta el deseo de China de hacer valer su creciente poder regional.
¿Por qué tomaría una acción tan provocativa el presidente chino? Ya que parece que goza de una posición cada vez más poderosa dentro de su país, el Sr. Xi probablemente tomó esta decisión deliberadamente quizás con el fin de promover este tipo de acciones. Sin embargo, para un observador desinteresado, las ganancias que acarrean asumir el control sobre algunas rocas deshabitadas se ven muy superadas por los riesgos para su nación, que recién se ha embarcado en reformas económicas complejas, está profundamente arraigada en la economía mundial y a la cual todavía le falta un largo camino para lograr su objetivo de convertirse en un país de altos ingresos.
Ésta fue exactamente la pregunta que se hizo Norman Angell, el liberal inglés, en su libro de 1909 The Great Illusion. Angell no planteó, como algunos alegan, que la guerra entre las grandes potencias europeas era inconcebible. Él no era tan insensato. Sostuvo, en cambio, que una guerra sería inútil, incluso para los vencedores. El absorber territorios conquistados no añadiría nada útil para el bienestar de sus ciudadanos, salvo permitir que ellos y sus líderes se cubriesen en una gloria temporal. Nunca fue más cierta una predicción: la guerra, cuando se produjo, hirió catastróficamente a las principales naciones combatientes.
Hoy en día, nuevamente, uno se pregunta por qué los líderes chinos piensan que hacer valer su soberanía sobre algunas rocas justifica el riesgo. Sí, China puede salirse con la suya esta vez, la siguiente, y la que le sigue. Pero cada tiro de los dados renueva los riesgos. ¿Qué beneficios pueden justificar las posibles pérdidas?
Los expertos militares suponen que en un conflicto frontal, China perdería. A pesar de que su economía ha crecido de forma espectacular, sigue siendo menor que la de EEUU, y ni hablar de la de EEUU y Japón juntos. Por encima de todo, EEUU todavía controla los mares. Si sucediera un conflicto abierto, EEUU podría interrumpir el comercio mundial con China. También podría congelar una buena parte de los activos externos líquidos de China. Las consecuencias económicas serían devastadoras para el mundo, pero ellas, casi con toda seguridad, serían peores para China que para EEUU y sus aliados.
China es, después de todo, una potencia excepcionalmente abierta, con una mayor proporción de comercio con respecto al producto interno bruto que EEUU o Japón. Pobre en recursos, China depende de las importaciones de una serie de materias primas vitales. Aunque avanza rápidamente en sus habilidades tecnológicas, el país es mucho más dependiente de conocimientos externos y de la inversión extranjera directa que el resto del mundo en las habilidades de China. Un conflicto podría obligar a muchas empresas occidentales y japonesas a retirarse e ir a algún lugar considerado como más seguro. Sus reservas de divisas, equivalentes al 40 por ciento del PIB están, por definición, almacenadas en el extranjero. Mucho, pues, estaría en riesgo.
Evidentemente, como Angell nos diría, el riesgo de un conflicto no tiene sentido para China. Las ganancias mutuas del comercio creciente y la interdependencia económica son órdenes de magnitud mayor y, podría pensarse, más persuasivas que unas ganancias territoriales marginales. De la misma manera, no hay ganancia que pueda justificar el desastre de la primera guerra mundial. Sin embargo, la historia, por desgracia, también nos enseña que las fricciones entre el estatus quo y las potencias revisionistas bien pueden conducir a un conflicto, sin importar cuán ruinosas sean las consecuencias. De hecho, Tucídides, el gran historiador de la antigüedad, argumentó que la calamitosa guerra del Peloponeso se debió a la alarma que despertó el creciente poder de Atenas en Esparta.
Las ambiciones nacionalistas y el resentimiento acerca de los errores del pasado son sentimientos muy humanos. Pero este juego es demasiado arriesgado. Por el bien de los intereses a largo plazo del pueblo chino, el Sr. Xi debe pensarlo nuevamente - y detenerse.
cronista comercial
 

Sebastian

Colaborador
Regreso a 1914

La Asia de 2014 recuerda a la Europa de 1914 en algunas dimensiones importantes, por lo que el riesgo de conflicto debe tomarse en serio

José Ignacio Torreblanca Madrid 12 DIC 2013 - 20:27 CET1

1914-2014. El año que termina nos dejará delante de una efeméride de importancia: el centenario de la I Guerra Mundial. No fue una guerra: fue un suicido colectivo. Político, pues los imperios (prusiano, ruso, austro-húngaro, turco, británico y francés) desaparecieron o entraron en decadencia. Económico, pues la Europa de 1914 representaba más de un tercio de la economía mundial, umbral que nunca ha vuelto ni, previsiblemente, volverá a alcanzar. Y también moral, porque los europeos arrojaron por la borda los valores de la Ilustración, primero en las trincheras y luego, en esa secuela de la Gran Guerra que fue la II Guerra Mundial, en Auschwitz.

Por suerte, del centenario de la decadencia europea podemos salvar con mucha honra la segunda mitad. Dulce decadencia, pues la Europa de la posguerra que no cayó bajó el dominio soviético o quedó atrapada en el autoritarismo, inició un proceso de reconciliación e integración que garantiza que, en un par de semanas, 2014 sea solo un aniversario, no una advertencia.

Paradójicamente, donde sí nos preocupa, y mucho, el aniversario de la Gran Guerra es en Asia, no en Europa. ¿Se parece la Asia de 2014 a la Europa de 1914? Sí, en algunas dimensiones importantes. Primero, y ante todo, en la combinación de Estados fuertes, economías pujantes e identidades nacionales muy homogéneas. Segundo, en la existencia de disputas territoriales, rivalidades históricas no superadas y culturas políticas muy nacionalistas.

Esa combinación se mostró letal en 1914. ¡Un momento!, dirán algunos, ¿qué pasa con el crecimiento económico y la democracia? ¿No son factores de paz? Lamentablemente, la historia demuestra que la interdependencia económica puede agudizar, no aliviar, los conflictos. Europa es un buen ejemplo: en 1914 los flujos de comercio e inversión entre los europeos eran superiores en términos relativos a los de 2000, es decir, la Europa de 1914 estaba más integrada económicamente que la de 2000 y, aun así, fue a la guerra.

Y respecto a la democracia, la evidencia empírica nos ofrece una conclusión tranquilizadora y a la vez perturbadora: que las democracias raramente van a la guerra entre ellas, pero son igual de proclives a ir a la guerra contra dictaduras como las dictaduras entre ellas.

De ahí que sea fácil predecir que Japón y Corea del Sur no irán a la guerra entre ellas, pero que los riesgos de un conflicto entre China y cualquiera de los dos deben tomarse en serio. ¿Con cuánta seriedad? La suficiente, teniendo en cuenta que la historia también nos demuestra que la guerra no es siempre el resultado de una decisión racional sino, con demasiada frecuencia, el producto de un error de cálculo, la escalada de pequeñas disputas sobre la que se pierde el control, las inseguridades personales de los líderes o factores de política interna difíciles de prever. Asia, que en 1914 representaba poco menos del 25% del PIB mundial, suma hoy el 60%. Que no se suicide, por favor.

Sígueme en @jitorreblanca y en el blog Café Steiner en elpais.com
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/12/12/actualidad/1386867481_052618.html
 

Barbanegra

Colaborador

A China le preocupa el gasto militar de Japón
El Ministerio de Defensa de China calificó los planes de Japón de elevar su gasto militar por primera vez en 10 años como profundamente preocupante para Asia y el mundo, y afirmó el sábado que se opone enérgicamente a la política de su vecino.

Japón dijo previamente esta semana que elevará el gasto militar en un 2,6 por ciento en cinco años para adquirir aviones de alerta temprana, vehículos de asalto costero y aeronaves para transporte de tropas.

El anuncio fue visto como la señal más clara desde que el primer ministro Shinzo Abe asumió su mandato hace un año de que quiere aumentar el perfil militar de Japón para enfrentar lo que, dice, es una amenaza del rápido fortalecimiento militar chino y de recientes acciones para respaldar su reivindicación de islas en poder de Tokio en el Mar de China Oriental.

China afirmó que los planes militares de Japón plantean cuestionamientos sobre si el país está yendo más allá de sus necesidades de defensa para constituirse en una potencia de combate ofensiva.

"Japón, por un lado, asegura ser un país que ama la paz y que se adhiere exclusivamente a una política de defensa. Pero por otro lado, propaga un llamado 'pacifismo activo'", comentó el Ministerio de Defensa chino en un comunicado en su sitio web.

"¿Adónde está yendo la política de seguridad militar de Japón desde aquí? Esto no puede sino generar fuertes preocupaciones en sus vecinos asiáticos y en la comunidad internacional", comentó el ministerio.

Japón y China han estado envueltos en una disputa cada vez más intensa sobre la propiedad de las pequeñas islas en el Mar de China Oriental. Las tensiones se incrementaron el mes pasado, cuando Pekín anunció una zona de defensa aérea sobre una amplia área, incluyendo a las islas.

Los vínculos entre la segunda y la tercera mayor economía del mundo han estado tensos por años por lo que China dice que es la negativa de Japón a confesar atrocidades que habrían cometido sus soldados entre 1931 y 1945.

Pero incluso en medio de disputas diplomáticas, Japón sigue siendo uno de los mayores inversionistas extranjeros de China.

En los 20 años hasta el 2012, Japón ocupó el sexto lugar entre los países que registran más gastos militares en el mundo, según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo.

China, en contraste, saltó al segundo lugar desde el séptimo tras elevar su gastos en defensa en más de cinco veces.

REUTERS
 

Sebastian

Colaborador
El primer ministro japonés enfada a China y Corea del Sur

Shinzo Abe visita un santuario donde se rinde homenaje a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial, incluidos varios criminales

Lina Yoon Pekín 26 DIC 2013 - 09:56 CET39


El primer ministro japonés en su visita al templo Yasunuki. / Reuters-LIVE! / EFE

La visita del primer ministro japonés, Shinzo Abe, al santuario de Yasukuni, donde se rinde homenaje a los soldados japoneses caídos desde la guerra civil Boshin en 1868 -incluidos varios criminales de guerra nipones de las invasiones de China y Corea en el siglo XX- ha desatado la cólera de Pekín y Seúl, que lo consideran un símbolo del militarismo nipón, así como la desaprobación de Washington.

China expresó su "vivo enfado" por una visita que demuestra "el desprecio hacia los sentimientos del pueblo chino y de las naciones víctimas de la guerra", ha dicho Qin Gang, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores en un comunicado. "La esencia de las visitas de los responsables japoneses al santuario de Yasukuni es magnificar la historia de la agresión militarista y de la dominación colonial de Japón", país que "debe asumir las consecuencias", ha advertido Qin.

Seúl también ha criticado a Tokio. "Nuestro Gobierno no puede dejar de lamentarse y expresar ira por la visita del primer ministro japonés Shinzo Abe al Santuario de Yasukuni que glorifica las agresiones coloniales y honra a los criminales de guerra", ha afirmado Yoo Jin-ryong, ministro de cultura actuando como portavoz del Gobierno surcoreano, en una conferencia de prensa, según la agencia Yonhap.

Washington ha emitido una declaración expresando su desaprobación. "EE UU está decepcionado con que el líder de Japón haya tomado una acción que exacerbará las tensiones con sus vecinos", según un comunicado publicado en la página web de la embajada de Estados Unidos en Tokio.

La visita al Santuario de Yasukuni, de la religión sintoísta nativa de Japón ha sido una sorpresa. Hasta ahora, Abe se había abstenido de ir y había hecho hincapié en que quería evitar convertir el asunto en una cuestión diplomática. En el lugar se rinde homenaje a los 2,5 millones de muertos de guerra, que incluyen a criminales de guerra de Clase A ejecutados después de la Segunda Guerra Mundial. En 1978 se inscribieron allí los nombres de 14 criminales, como el general Hideki Tojo, primer ministro cuando el ataque de Pearl Harbour precipitó la entrada de Estados Unidos en la Guerra.

"He expresado mi más sincero pésame, rendido homenaje y orado por las almas de todos aquellos que se sacrificaron absolutamente," dijo Abe a periodistas después de visitar el santuario, informa la agencia Kyodo News. "No es mi intención en absoluto herir los sentimientos del pueblo chino y coreano."

Anteriores visitas de políticos japoneses han enfurecido a China y Corea del Sur, que sufrieron la ocupación japonesa durante la consolidación del imperio nipón a principios del siglo XX. Los últimos primeros ministros japoneses se habían abstenido de visitar el santuario en los últimos años, en un intento de mejorar relaciones con China y Corea del Sur. La de Abe es la primera vez desde que el entonces primer ministro Junichiro Koizumi visitó el lugar en 2006.

El propio Abe no había visitado el santuario durante su primer período como primer ministro entre 2006 a 2007, pero ha expresado su arrepentimiento repetidas veces. Esta visita del jueves, que llega exactamente un año después de su regreso al poder, se ve como un reflejo de sus convicciones, así como un intento de atraer el apoyo del grupo conservador.

Además de que los países asiáticos que sufrieron bajo las acciones de guerra de Japón consideran el Santuario de Yasukuni como la representación del militarismo pasado de Tokio, esta visita ha tenido lugar en un momento de alta tensión. Tokio está involucrada en una disputa con Pekín por el control de unas islas deshabitadas en el mar de China Oriental y por una nueva zona de identificación de defensa aérea china, que incluye el espacio aéreo sobre las islas disputadas. Y también está envuelta en una disputa con Seúl por unos islotes en las aguas entre Japón y Corea del Sur.

Consciente de las críticas, Abe ha dicho que su visita no estaba destinada a rendir homenaje a los criminales de guerra, y agregó que también había visitado un monumento en el santuario dedicado a la guerra, no sólo para japoneses muertos, sino para todos los que perdieron la vida en el campo de batalla. "Hice una promesa de que nunca iría a la guerra, para construir una era libre de sufrimiento y dolores de la guerra," ha dicho Abe.

Vestido de traje formal y seguido por helicópteros de medios informativos que mostraban su visita en directo por televisión, Abe caminaba lentamente hacia el altar principal del santuario, junto a un grupo de funcionarios del gobierno, dirigido por un sacerdote sintoísta. Las cámaras de televisión no pudieron entrar. "Gracias, señor Abe," gritaban algunos visitantes cuando el primer ministro subía a su coche al marcharse del santuario. "Lo has hecho bien," decían otros.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/12/26/actualidad/1388048217_140772.html
 

Barbanegra

Colaborador

Japón muestra los dientes a China
Con dos de sus ciudades arrasadas por sendas bombas nucleares, el país arruinado y la II Guerra Mundial perdida, Japón fue forzado a aprobar una Constitución que en su artículo 9 limita su capacidad militar y futuros deseos expansionistas. El primer ministro, Shinzo Abe, había resistido hasta ahora las llamadas a reformar el texto, como le pide el sector más conservador de su partido, pero parece estar dispuesto a estirar al máximo el sentido original de la Carta Magna y dar un empujón a su agenda nacionalista.

Japón ha dejado de sentirse cómodo con el pacifismo de las últimas décadas. El motivo está en su cada vez más pujante vecino y adversario histórico, China.

La visita del líder japonés al santuario Yasukuni, donde se encuentran los restos de algunos de los criminales de guerra nipones que lideraron la ocupación asiática, sirvió ayer para enviar una nueva señal: Tokio no se dejará influir por China al tomar decisiones de interés nacional.

Abe sabía que el acto indignaría a Pekín y que deterioraría aún más unas relaciones dañadas tras meses de disputas por las islas Senkaku (Diaoyu para China). El régimen comunista chino no tardó en tomarlo como una afrenta directa. "Protestamos y condenamos enérgicamente los actos del líder japonés", dijo el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino Qin Gang, poco después de que se conociera que el primer ministro había estado en el santuario sintoísta.

Japón había anunciado días antes un incremento del gasto militar dentro de un plan que en los próximos años reforzará las Fuerzas de Autodefensa del país, el pequeño y supuestamente defensivo ejército creado tras la ocupación estadounidense. Los militares japoneses contarán en breve con nuevos aviones de alerta temprana, vehículos de asalto costero y aviones para el transporte de tropas, entre otras partidas aprobadas.

Aunque China aumenta su propio presupuesto militar en cifras anuales de dos dígitos, sus líderes ven con aprensión cualquier movimiento similar por parte de un país que invadió su territorio y provocó masacres como la de Nankín en 1927, cuando decenas de civiles chinos murieron a manos de las tropas japonesas.

Las heridas de la ocupación japonesa siguen abiertas y provocan recelo entre las poblaciones de ambos países. Tokio no oculta que la revisión de su estrategia militar tiene como objetivo hacer frente a la emergencia de China, cuyas fuerzas armadas cuentan con 10 veces más efectivos. "China busca cambiar por la fuerza el status quo en los cielos y aguas del Mar de China Oriental, el Mar de China Meridional y otras áreas", según las conclusiones de uno de los informes japoneses para la seguridad nacional. "Sus intenciones son incompatibles con el orden internacional establecido".

El Gobierno de Abe ha anunciado también la anulación de la prohibición de exportaciones de armas japonesas, vigente desde hace cinco décadas, dentro de una medida que podría revivir la industria armamentística nipona. A ello se suma el levantamiento de las restricciones del uso de armas por parte de las Fuerzas de Autodefensa en sus misiones en el extranjero. La intención final de Japón es que su seguridad dependa cada vez menos de Estados Unidos, que tiene 35.000 soldados estacionados en su territorio, y reforzar su capacidad para afrontar un hipotético conflicto con China.

La visita a Yasukuni es la primera de un líder japonés desde 2006 y se contradice con la política del propio Abe en su anterior etapa como primer ministro en 2006 y 2007, cuando evitó el santuario e incluso llevó a cabo una visita oficial a China dentro de una política de acercamiento. "Es un error pensar que esta visita significa venerar a criminales de guerra. No se trata de eso. Simplemente he ido a presentar mis respetos con motivo de mi primer año en el cargo", decía ayer Abe, de 59 años, en un intento de justificar su decisión.

Estados Unidos se sumó a la reprimenda china y también lamentó la visita, en parte por el temor a que aumente la tensión en una región donde ya tiene que lidiar con los problemas que provoca Corea del Norte.

La coincidencia de dos líderes de perfil nacionalista en Tokio y Pekín, con el presidente chino Xi Jinping apoyando una política expansionista, aumenta la ansiedad en Washington. Los dos dirigentes son conscientes de que el patriotismo está bien visto entre sus respectivas poblaciones, que a menudo demandan mano dura en las relaciones con su rival regional.

Más allá de la retórica y las disputas territoriales, sin embargo, las dos principales potencias económicas de Asia tienen interés en que la situación no se deteriore. Sus cuentas de resultados están cada vez más ligadas entre sí, con las grandes multinacionales japonesas dependiendo cada vez más del pujante mercado chino y viceversa.

La última vez que la crispación por las islas Senkaku (Diaoyu) llegó a las portadas de los periódicos chinos, hace cerca de un año, empresas automovilísticas como Toyota y Honda vieron como sus ventas se desplomaban.

http://www.elmundo.es/internacional/2013/12/26/52bc5e0522601dbb408b4595.html
 

Shandor

Colaborador
Colaborador
Medios chinos amenazan con un bombardero a bases de USA
"El bombardero H-6K es capaz de impactar en territorio japonés con los misiles CJ-10 de crucero sin siquiera salir del espacio aéreo chino", aseguró este 26 de diciembre el portal de noticias Want China Times. Aún más: "Con un alcance de entre 1.500 y 2.000 kilómetros, los CJ-10 pueden servir para atacar las instalaciones militares de USA y todos sus aliados del Pacífico occidental", insiste el portal, acentuando que, en primer lugar, se trata de cualquiera de las bases estadounidenses en Corea del Sur.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) - En medio de las tensiones por las islas Diaoyu (Senkaku) en disputa con Japón, China ha vuelto a declarar su poderío militar. Ahora, lo reafirma con el nuevo bombardero estratégico Xian H-6 (H-6K).
"El bombardero H-6K es capaz de impactar en territorio japonés con los misiles CJ-10 de crucero sin siquiera salir del espacio aéreo chino", aseguró este 26 de diciembre el portal de noticias Want China Times. Aún más: "Con un alcance de entre 1.500 y 2.000 kilómetros, los CJ-10 pueden servir para atacar las instalaciones militares de USA y todos sus aliados del Pacífico occidental", insiste el portal, acentuando que, en primer lugar, se trata de cualquiera de las bases estadounidenses en Corea del Sur.
En caso de una guerra potencial con sus vecinos por los islotes en el mar de China Oriental, los misiles lanzados desde el Tíbet por el H-6K, una versión licenciada modificada del Tu-16 ruso, podrán alcanzar las mayores ciudades de la India. En caso de ser lanzados desde el espacio aéreo de la provincia insular sureña de Hainan, alcanzarían Vietnam, Malasia y Filipinas, asegura Want China Times, haciendo referencia al analista militar canadiense Andrei Chang.
La tensión en la zona ha venido creciendo considerablemente desde el mes de noviembre. USA sigue apoyando abiertamente a sus aliados Corea de Sur y Japón contra la decisión de China de imponer unilateralmente una zona de defensa aérea en el mar de China Oriental, que incluye las islas Diaoyu (Senkaku) en disputa. La semana pasada se conoció el primer enfrentamiento en el mar de China Meridional entre China y USA, que se produjo el 5 de diciembre cuando buques de guerra chinos intentaron detener a un crucero de USA.
urgente 24
 

rojo

Desde el Nacional
Colaborador
China: ¿Anticipando un choque chino-japonés?


La presencia militar de China está creciendo . ¿Se está tejiendo una colisión de superpotencias?
¿Quién tiene la llave para el futuro de Asia Oriental ? A medida que la influencia de EE.UU. se retira, los archienemigos China y Japón están flexionando sus músculos
Simon Tisdall

Muestra de poder ... los soldados del Ejército Popular de Liberación de China (EPL ) Fuerzas de Operaciones Especiales.Fotografía: Joe Chan / Reuters

En términos generales, los burócratas japoneses no son muy dados a la exageración. Así que cuando una información privilegiada del gobierno de alto nivel en Tokio, hablando extraoficialmente, recientemente comparó la deteriorada situación de seguridad en Asia Oriental a la Europa en la década de 1930 en medio del auge del fascismo, es el momento de sentarse y tomar nota.

"Las tensiones se están poniendo muy alta en esta parte del mundo", dijo el funcionario. "La posición de seguridad es extremadamente grave. Hay enormes ventas de armas de Rusia, los EE.UU. y Europa. Los gastos de defensa de China ha experimentado un crecimiento de dos dígitos cada año desde 1989. Ellos [Beijing] no son un socio responsable. La influencia de EE.UU. en la región está en retroceso".

La mala sangre entre Japón y China es muy fuerte y, en la era moderna, data de la invasión de Manchuria de 1931. Después de su derrota en 1945 y su adopción de una Constitución pacifista, Japón se convirtió en totalmente dependiente de los EE.UU. para su defensa. Algunos analistas afirman que ha sido durante mucho tiempo en los intereses de Tokio para jugar la "amenaza" de China. Pero objetivamente hablando, la amenaza es real, y se hace tangible más preocupante por el día.

El crecimiento económico extraordinariamente rápido de China en las últimas décadas, que se ha visto superar a Japón como la segunda economía más grande del mundo, y la consiguiente expansión de la política militar, diplomática y de Beijing podrían haber fijado campanas de alarma sonando en toda la región como nunca antes. Hoy se habla en las fiestas de la embajada no se trata tanto de la manera de "contener" a China - la última gran vanidad de geoestrategas americanos de línea dura - sino como es la manera de apaciguarla.

Es revelador que la advertencia del funcionario japonés se produjo días antes de que China declarara inesperadamente una nueva zona de defensa aérea en el mar de China Oriental, que abarcaba las islas Senkaku (Diaoyu en China) que Tokio ve como territorio japonés soberano. La fila siguiente vio a Japón, los EE.UU. y Corea del Sur enviando aviones de combate en la zona en abierto y peligroso desafío a las estenosis de Pekín. Una misión de mediación posterior hecha por el vicepresidente Joe Biden de EE.UU. no logró resolver la disputa, en efecto, dejando un ardiente y sin atención barril de pólvora.

Nadie habla abiertamente de una tercera guerra mundial, todavía no, al menos. Pero hay una creciente conciencia de que las semillas de una futuro posible colisión de superpotencias se están sembrando alrededor de las islas, rocas y bancos de arena, y en las rutas marítimas y el espacio aéreo superpoblados fuera de las fronteras históricas de China, a la que Pekín reclama la creciente solidez política de los siglos - y mejora en la capacidad militar. La falta de una organización de seguridad regional, la ausencia de una línea directa entre Pekín y Tokio, y la siempre presente amenaza representada por el régimen con armas nucleares de Corea del Norte respaldado por los chinos en se suman a los peligros inherentes a la situación actual.

Al igual que cualquier imperio en el pasado, a medida que el poder de China crece, que el poder se proyecta ineluctablemente para abarcar los vecinos inmediatos y, con el tiempo, a regiones geográficas y continentes, incluso enteras. Para Pekín, la última frontera en esta ingeniería inversa del destino manifiesto es la cuenca del Pacífico en sí. Sin embargo, para lograr el dominio, primero debe desplazar a los EE.UU., la nación más poderosa militarmente del mundo. Este concurso tiene años para correr. Pero ahora que está lanzado, de ahí los rumores de guerra.

Tres hombres ocupan actualmente la clave de lo que puede suceder en 2014. Uno de ellos es Xi Jinping, el más importante líder del Partido Comunista y el Ejército de Liberación del Pueblo de China, quien sucedió a Hu Jintao como presidente en marzo pasado. En un brusco cambio de tono, Xi ha dejado de hablar del ascenso pacífico de una magnánima de China que postulaba Hu y lo sustituyó con un mensaje nacionalista que suena más fuerte hincapié en el orgullo en el propio país como en casa y hacer valer los derechos de China en la escena internacional con "voluntad indomable".

La base ideológica de este enfoque se establece en el discurso inaugural de Xi sobre el "sueño de China", un claro intento de ofrecer una alternativa al sueño americano. Como comentó el Diario del Pueblo, su idea era "construir un comunismo más abierto y carismático que hace que la gente se anime a ser chino".

En un pleno del partido reciente, Xi presionó con éxito a través de un ambicioso programa de reformas, mientras que proponía un fortalecimiento de su control del poder. "Xi surgió desde la cámara como el más poderoso líder chino desde que Deng Xiaoping," dijo el analista William Pesek. "Xi puede estar especialmente dispuesto a arriesgarse con un enfrentamiento con Japón en este momento con el fin de distraer a los opositores de las reformas propuestas, así como los chinos comunes y corrientes que están crecientemente inquietos por la contaminación, la desigualdad de ingresos y la corrupción oficial. Nada junta 1,3 mil millones de personas de China para fácilmente hacer odiar a los japoneses".

El ascenso de Xi al poder ha coincidido con la aparición de una persona de manera similar cabeza dura como primer ministro de Japón. Shinzo Abe, quien asumió el cargo en la misma época como Xi, tiene su propia agenda para hacer frente a China. A veces hace sus aliados estadounidenses y los 10 miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) - vecinos más pequeños de China - una mueca de dolor con la ansiedad.

Un nacionalista no arrepentido, Abe dice que es hora de que Japón deje caer sus leyes pacifistas, reconociendo las muchas amenazas a su seguridad, y debe ponerse de pie con valentía por sus intereses y valores. Con este fin, se ha incrementado el gasto en defensa, creó un nuevo consejo de seguridad nacional, fortaleció las alianzas con países como Filipinas (que tiene su propia disputa territorial con China), y los planes para comprar nuevo armamento avanzado EE.UU..

"Japón está de vuelta," Abe declaró durante una visita a Washington el año pasado. Por esta y otras razones, Xi se ha negado a reunirse con él, al igual que el presidente de Corea del Sur. Los medios oficiales denuncian Abe como revisionista y militarista. Este impasse frío ha agravado las tensiones sobre la nueva zona de aire de China.

El tercer jugador clave en este drama que se desarrolla es Barack Obama, que tiene armas más grandes y más barcos y aviones que los otros dos combinados. Al igual que el resto del mundo, el gobierno de EE.UU. puede pensar en mil razones por las que una guerra en el este de Asia sería desastrosamente contraproducente para todos los interesados, empezando por el impacto negativo en el comercio internacional, las finanzas y la deuda estadounidense.

Pero consciente de la percepción de que la influencia regional EE.UU. está disminuyendo, y que la más mínima chispa podría provocar una conflagración, Obama ha cambiado su enfoque. Su llamado "pivote" para Asia, dando a la zona una mayor prioridad de la política exterior, está dirigido principalmente (pese a las negativas) a contrarrestar las ambiciones de la marina de aguas azules chinos en el Pacífico y otras manifestaciones inquietantes de la proyección del poder chino.

Observadores regionales cuestionan la seriedad de Obama es acerca de la "amenaza" de China, y si, por ejemplo, en realidad vendría en defensa de Japón, si dicha controversia de las islas Senkaku degenerara en una guerra abierta. Tal vez 2014 proporcionará la respuesta.

The Guardian

http://fdra.blogspot.com.ar/
 

rojo

Desde el Nacional
Colaborador
Japón quiere de a poco volverse Imperial

Japón estudia revisar el artículo pacifista de su Constitución



Para 2020 Japón revisará su constitución, que desde el final de la Segunda Guerra Mundial limita sus actividades militares a la legítima defensa, informó el primer ministro, Shinzo Abe, en medio de crecientes tensiones territoriales.


El primer ministro dijo que la constitución será revisada después de que Tokio acoja los Juegos Olímpicos de 2020.

El artículo 9 de la Constitución japonesa, que prohíbe el uso de la guerra para resolver los conflictos y se consagra la paz a través del uso de la justicia y el orden, se añadió tras la Segunda Guerra Mundial.

"Aspirando sinceramente a una paz internacional basada en la justicia y el orden, el pueblo japonés renuncia para siempre a una guerra como derecho soberano de la nación y a la amenaza o uso de la fuerza como medio de solución de los conflictos internacionales", afirma el artículo que, según Abe, debe ser reconsiderado para hacer frente a los nuevos tiempos.

Además, Abe destacó la importancia de defender el territorio japonés de la creciente actividad en la región de China, que elevó la tensión en la zona el pasado noviembre cuando creó una zona de defensa aérea. Legisladores japoneses acusaron al Gobierno chino de ser "irresponsable" y de correr riesgos innecesarios al intentar alterar el "status quo" en la región.

Mientras tanto, y con la idea de responder más rápidamente a una contingencia militar, el ejército chino considera la reorganización de sus siete regiones militares en cinco distritos, cada uno de los cuales constará de un comando de operaciones conjuntas que controlará el ejército, la marina, la fuerza aérea y unidad de misiles estratégicos en ese distrito, informaron oficiales militares chinos de alto rango al diario japones 'The Yomiuri Shimbun'.



La reorganización prevista marcaría un cambio desde el modelo militar orientado a la defensa, que se basa principalmente en el ejército, a otro que garantice una gestión más versátil e integrada.

RT Actualidad

http://fdra.blogspot.com.ar/
 

Barbanegra

Colaborador
Barcos chinos entran en las aguas de las islas disputadas con Japón
Tres barcos de la guardia costera de China han entrado este domingo por la mañana en las aguas territoriales del archipiélago Senkaku/Diaoyu, de soberanía japonesa y que China reivindica, según ha informado la agencia estatal de noticias nipona, Kiodo.

Es la primera vez que embarcaciones chinas irrumpen en las aguas soberanas de estas islas, situadas en el mar de China Oriental, desde el pasado 29 de diciembre. Han permanecido, según la guardia costera japonesa, algo más de dos horas en las aguas del archipiélago Senkaku/Diaoyu.

La tensión bilateral se disparó el 11 de septiembre de 2012, cuando el Gobierno de Japón anunció la compra de tres de las cinco islas que forman el archipiélago a su propietario privado por 2.000 millones de yenes (20 millones de euros).

Desde entonces, miles de patrulleras chinas y, en menor medida, taiwanesas se han adentrado en las aguas de las islas Senkaku/Diaoyu para reivindicar ante Japón los derechos soberanos de Pekín y Tapei sobre las mismas.

La instauración de una "zona de defensa aérea" por parte de China ha reavivado las tensiones sobre este pequeño archipiélago, puesto que lo incluye en su nuevo espacio aéreo.
ORIGEN DE LA DISPUTA

La disputa territorial se remonta a 1895, cuando Japón se anexionó formalmente las islas para construir una planta procesadora de atún que dio empleo a 200 personas, aunque en 1940 el negocio se desplomó y las islas quedaron desiertas.

Entre 1945 y 1972, el archipiélago permaneció bajo dominación estadounidense, como parte de los acuerdos alcanzados entre Washington y Tokio tras la Segunda Guerra Mundial. Desde la salida estadounidense de las islas, China y Taiwán reclaman su soberanía.

China alega que descubrió el archipiélago en el siglo XIV y, a pesar de las tensas relaciones que mantiene con Taiwán, reconoce que algunas islas pertenecen al territorio como parte de la ciudad de Toucheng, ubicada en el condado de Yilan.

En cambio, Japón asegura que el archipiélago pertenece al completo a la ciudad de Ishigaki, ubicada en la prefectura de Okinawa, y, por tanto, rechaza las reivindicaciones chinas y cualquier acuerdo alcanzado entre Pekín y Taipei.

Europa Press
 

Barbanegra

Colaborador

Japón convertirá cientos de islas deshabitadas en suelo público
Japón convertirá en propiedad pública cientos de islas deshabitadas que no están en manos de particulares de cara a proteger su territorio, anunció hoy el ministro de Estado de Política Oceánica y Territorial, Ichita Yamamoto.

"Planeamos registrar las islas remotas como propiedad del Estado para mejorar su gestión", explicó Yamamoto durante una rueda de prensa, en declaraciones recogidas por la agencia Kyodo.

El ministro de Estado no quiso precisar más detalles sobre el plan, que llega en un momento en que las disputas territoriales se han recrudecido entre Japón y sus vecinos, especialmente China.

Japón ha aumentado su presencia militar en torno a las islas Senkaku/Diaoyu, que administra Tokio y reclama Pekín, desde que el Gobierno compró en septiembre de 2012 varios de estos islotes deshabitados de manos de su propietario privado.

Hace poco más de un mes, China anunció la creación de una Zona de Defensa de Identificación Aérea (ADIZ) que incluye a las Senkaku, lo que incrementó las tensiones latentes en la región.

Se estima que existen unas 280 de estas "islas remotas" (nombre que emplea el Gobierno para describir los islotes y rocas deshabitadas de su territorio que no están en mano de ningún dueño privado) consideradas por Tokio como suelo nipón.

El año pasado un comité ya propuso a Yamamoto diseñar un sistema que sirva para registrar los cambios de titularidad de estas pequeñas islas, para ponerles nombre (muchas de ellas no tienen apelación oficial) y para trazar estudios sobre sus recursos y su entorno medioambiental.

EFE
 

Sebastian

Colaborador
Japón se adjudica en manuales escolares las islas que disputa con China y Seúl

Los archipiélagos son las Senkaku y las Takeshima, que según los japoneses son "parte integral" de su territorio

EFE Tokio / Seúl 28 ENE 2014 - 13:59 CET22


Fotografía aérea de la Guardia Costera de Corea del 26 de abril de 2005 de la isla Dokdo (Takeshima en japonés). / EFE

El Gobierno de Japón revisará los manuales de los profesores de primaria y secundaria para que especifiquen como "parte integral del territorio japonés" a las islas, cuya soberanía se disputa con China y Corea del Sur, que ha condenado la decisión del Ejecutivo nipón.

Medida inusual
La revisión de estos textos resulta inusual, ya que las modificaciones se implementan cada 10 años junto a la actualización de los planes de estudio y los textos actuales para primaria y secundaria fueron modificados, respectivamente, en 2008 y 2009.

Los cambios afectarán a las clases de historia, geografía y la educación cívica, pero no son jurídicamente vinculante.

En 2008, la introducción del concepto de las posiciones divergentes sobre Takeshima en los manuales del profesorado de primaria enfureció a Corea del Sur, que llegó a llamar a consultas a su embajador en Tokio.

Los archipiélagos en cuestión son las islas Senkaku (Diaoyu en chino), situadas en el Mar de China Oriental, y las Takeshima (Dokdo en coreano), que se localizan en el Mar de Japón. Las primeras están administradas por el Gobierno japonés y son reclamadas por el de China, mientras que las otras están controladas por Corea del Sur y son demandadas por los nipones.

En los nuevos manuales se especificará que Tokio considera "ilegal" la ocupación surcoreana de Takeshima y en general explicarán en detalle la postura que defiende el Gobierno del conservador Shinzo Abe en esta materia.

Los manuales actuales instan a los profesores a mencionar simplemente que existen dos posiciones divergentes, la japonesa y la surcoreana (que se califica como errónea), con respecto a Takeshima, y a no tocar el tema de las Senkaku, ya que la postura oficial de Tokio es que no existe disputa territorial alguna en torno a ellas.

El Gobierno de Corea del Sur ha solicitado la "retirada inmediata" de esos manuales, ya que "históricamente, geográficamente y de acuerdo con las leyes internacionales, estas islas pertenecen a Corea del Sur", según un comunicado el Ministerio de Exteriores surcoreano. Asimismo, el viceministro de esta cartera, Kim Kyou-hyum, ha convocado este martes al embajador de Japón en Seúl, Koro Bessho, para transmitirle una fuerte protesta.

El número dos de la cancillería aseguró durante la reunión que "Japón no se abrirá a un brillante futuro hasta que no afronte su historia y la verdad", según la agencia local Yonhap.

"Si el Gobierno japonés no contesta a nuestra petición, nuestro Gobierno tomará medidas contra estos manuales (...) que enseñarán reclamaciones erróneas a las siguientes generaciones", señala el comunicado surcoreano.

China también ha presentado una protesta. La portavoz del Ministerio de Exteriores, Hua Chunying, en una conferencia de prensa ha comentado que "las islas siempre han sido de China", por lo que instan a "Japón a respetar las realidades históricas" y "dejar de provocaciones y enseñar a las nuevas generaciones una correcta perspectiva histórica".
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/01/28/actualidad/1390913940_918551.html
 
Japón se adjudica en manuales escolares las islas que disputa con China y Seúl
Los archipiélagos son las Senkaku y las Takeshima, que según los japoneses son "parte integral" de su territorio
EFE Tokio / Seúl 28 ENE 2014 - 13:59 CET22


Fotografía aérea de la Guardia Costera de Corea del 26 de abril de 2005 de la isla Dokdo (Takeshima en japonés). / EFE

El Gobierno de Japón revisará los manuales de los profesores de primaria y secundaria para que especifiquen como "parte integral del territorio japonés" a las islas, cuya soberanía se disputa con China y Corea del Sur, que ha condenado la decisión del Ejecutivo nipón.

Medida inusual
La revisión de estos textos resulta inusual, ya que las modificaciones se implementan cada 10 años junto a la actualización de los planes de estudio y los textos actuales para primaria y secundaria fueron modificados, respectivamente, en 2008 y 2009.

Los cambios afectarán a las clases de historia, geografía y la educación cívica, pero no son jurídicamente vinculante.

En 2008, la introducción del concepto de las posiciones divergentes sobre Takeshima en los manuales del profesorado de primaria enfureció a Corea del Sur, que llegó a llamar a consultas a su embajador en Tokio.

Los archipiélagos en cuestión son las islas Senkaku (Diaoyu en chino), situadas en el Mar de China Oriental, y las Takeshima (Dokdo en coreano), que se localizan en el Mar de Japón. Las primeras están administradas por el Gobierno japonés y son reclamadas por el de China, mientras que las otras están controladas por Corea del Sur y son demandadas por los nipones.

En los nuevos manuales se especificará que Tokio considera "ilegal" la ocupación surcoreana de Takeshima y en general explicarán en detalle la postura que defiende el Gobierno del conservador Shinzo Abe en esta materia.

Los manuales actuales instan a los profesores a mencionar simplemente que existen dos posiciones divergentes, la japonesa y la surcoreana (que se califica como errónea), con respecto a Takeshima, y a no tocar el tema de las Senkaku, ya que la postura oficial de Tokio es que no existe disputa territorial alguna en torno a ellas.

El Gobierno de Corea del Sur ha solicitado la "retirada inmediata" de esos manuales, ya que "históricamente, geográficamente y de acuerdo con las leyes internacionales, estas islas pertenecen a Corea del Sur", según un comunicado el Ministerio de Exteriores surcoreano. Asimismo, el viceministro de esta cartera, Kim Kyou-hyum, ha convocado este martes al embajador de Japón en Seúl, Koro Bessho, para transmitirle una fuerte protesta.

El número dos de la cancillería aseguró durante la reunión que "Japón no se abrirá a un brillante futuro hasta que no afronte su historia y la verdad", según la agencia local Yonhap.

"Si el Gobierno japonés no contesta a nuestra petición, nuestro Gobierno tomará medidas contra estos manuales (...) que enseñarán reclamaciones erróneas a las siguientes generaciones", señala el comunicado surcoreano.

China también ha presentado una protesta. La portavoz del Ministerio de Exteriores, Hua Chunying, en una conferencia de prensa ha comentado que "las islas siempre han sido de China", por lo que instan a "Japón a respetar las realidades históricas" y "dejar de provocaciones y enseñar a las nuevas generaciones una correcta perspectiva histórica".
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/01/28/actualidad/1390913940_918551.html



Mapas Escolares, si son importantes;)


Saludos:D
 

Jorge II

Serpiente Negra.
entre esos tres países se da un dilema bastante raro, siempre se llevaron a las patadas pero siempre se necesitaron mutuamente para sus economías, China tiene un terrible poder en todos los aspectos, pero Corea del Sur y Japón tienen un protector y ese protector no va a permitir que sus dos mejores aliados de asia se peleen y más aun estando metido china. Si hablamos en materia militar o mejor dicho un juego de guerra ficticio un conflicto armado entre los tres paises siempre en materia convencional seria interesante China con las fuerzas armadas más grandes, Japón con una armada y fuerza aerea para defensa de su territorio más que formidable, y Corea con una fuerza militar muy poderosa y de las mejores entrenadas del mundo, es muy interesante. Nadie quiere una guerra pero los conflictos o conflictos ficticios se estudian y se juegan usando las doctrinas de cada país.
 
Arriba