Desarrollo Aeroespacial Argentino

Impresionante el SAOCOM, puro orgullo. Pero cuando veía el lanzamiento no podía dejar de deleitarme con las cosas que hace SpaceX. Qué cosa tremenda la p*** madre.

Son unos animales...cuando el tipo explicaba que la idea de hacerlo aterrizar en California era para poder tenerlo rapidamente (cerca de la fábrica) en reproceso y así intentar que esté listo para volver a ser lanzado en 24 horas, yo flasheaba!!!!
 
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Impresionante el SAOCOM, puro orgullo. Pero cuando veía el lanzamiento no podía dejar de deleitarme con las cosas que hace SpaceX. Qué cosa tremenda la p*** madre.
Perdón por seguir el OT pero no pude encontrar si finalmente Mr. Steven pudo atrapar alguna de las mitades del carenado.
 
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Son unos animales...cuando el tipo explicaba que la idea de hacerlo aterrizar en California era para poder tenerlo rapidamente (cerca de la fábrica) en reproceso y así intentar que esté listo para volver a ser lanzado en 24 horas, yo flasheaba!!!!
Y le está rompiendo el mercado a ULA. Por ejemplo, la próxima generación de satélites de Digitalglobe (cliente tradicional de ULA) los lanzará SpaceX. Muy agresivos con el costo.

Que ganas de ver una imagen SAR del SAOCOM, me gana la ansiedad.
 
Fuente: https://agendarweb.com.ar/2018/06/27/porque-argentina-necesita-el-saocom/

POR QUÉ ARGENTINA NECESITA EL SAOCOM
27 junio 2018, 06:00
La antena del SAOCOM 1-A en sus increíbles 35 metros cuadrados.
La antena del SAOCOM 1-A en sus increíbles 35 metros cuadrados.
En septiembre de este año la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) estaría por fin lanzando al espacio el satélite SAOCOM-1A, de observación por medio de radar en banda L de suelos, aguas y vegetación, así como prevención y gestión de catástrofes.
El SAOCOM-1A, por lejos el satélite más importante y ambicioso de la CONAE, debió haberse iniciado y terminado en 5 años, pero se demoró 20. Eso pasó porque es técnicamente endiablado, pero también por un presupuesto que bajó con cuentagotas y una construcción que fue puro “stop and go”. De haber estado disponible en 2003, como se planificaba en 1998, podría haber evitado la inundación de Santa Fe capital, que costó más de 160 muertos y centenares de millones de dólares.
La CONAE apuesta a que le dejen terminar el segundo SAOCOM, el 1B, en sólo 2 años. Ambos volarían en constelación con otros 4 satélites-radar en banda X, los Cosmo-SkyMed de la Agenzia Spaziale Italiana (ASI). Dentro de la complejidad de los satélites-radar SAR, o “de apertura sintética”, los Cosmo italianos han sido más fáciles de diseñar y construir. Pero pese a ello y a un presupuesto de lujo, la ASI sólo empezó su parte de la constelación en 2007 y la completó en 2017. Un radar espacial de banda X no necesita de una antena enorme y de altísima potencia eléctrica, uno en banda L, sí.
Salvo Japón, ningún otro país quiso meterse en semejante camisa de once varas. La agencia espacial japonesa JAXA ya va por su segundo satélite-radar en banda L, el Alos o Daichii II, y su éxito se mide en que cada vez se les encuentra más aplicaciones, y no son sólo civiles. El primer Alos, por ejemplo, detectó un inminente deslave (desmoronamiento de tierra por acción del agua) y permitió evacuar a tiempo una pequeña ciudad japonesa de montaña antes que la tapara el barro. El segundo hace tareas parecidas, pero además monitorea la navegación china y norcoreana en aguas militarmente “calientes”: una nave chica podrá evadirlo, pero el Alos II detecta su estela.
El premio que le dará el SAOCOM a la Argentina será un mapa del agua en tiempo real casi único en el planeta, como sólo lo tienen los japoneses. Agua sobre tierra, como lluvia caída o la cambiante altura de lagos, ríos y mares, pero también debajo de la misma: el radar en banda L argentino, con ondas de 23 cm., puede hurgar hasta 2 metros bajo suelos blandos y medir la profundidad de las napas.
Este dato, la carga real de agua en el suelo, su disponibilidad para las raíces de los cultivos, permite predecir rindes de cosecha, pero también inundaciones y sequías de campos y ciudades meses antes que sean disparadas por ocurrencias más imprevisibles, como lluvias persistentes, o su desaparición intempestiva, como sucedió desde la primavera de 2017. Puede indicar “sembremos ya”, o “nada de sembrar”. “Cosechemos en fecha” o “Hagámoslo ahora, porque en un mes las plantas se marchitan”. o “Ahora es cuándo, porque el mes que viene máquinas se entierran en el barro”. Los SAOCOM pueden mejorar la rentabilidad promedio de todos los productores, pero a la hora de perder, especialmente para los chicos y medianos, podrían dar la diferencia entre perder un poco o perderlo todo.
En Tucumán o Córdoba Capital serían capaces de predecir un verano con “stress hídrico” para la población y cuantificarlo. En Comodoro Rivadavia, dar alertas de deslave de laderas. Ése es el lado tremendamente atractivo de la CONAE, “el sello Conrado Varotto”: esa mezcla de practicidad y audacia. También es su debilidad. Si los gobiernos no acompañan, los satélites quedan a medio construir.
El SAC-C, lanzado en 2000, primer gran satélite agropecuario de la CONAE. Excedió casi 3 veces su vida útil de diseño.
A la CONAE raramente se le da plata en serio. Eso se ha repetido a lo largo de las presidencias del Dr. Carlos Menem y del Dr. Fernando De la Rúa. Este último ni siquiera asistió al lanzamiento del SAC-C, nuestro primer satélite 100% agropecuario, en 2000. Los propios Néstor y Cristina Kirchner no apuraron el SAOCOM. Y eso es paradojal: pusieron plata en el sistema científico-tecnológico como no se veía desde las épocas del primer gobierno del general Juan D. Perón, o el del Dr. Arturo Frondizi.
CFK, que elevó la Secretaría de Ciencia y Tecnología a rango de Ministerio (el MinCyT) y le imprimió su mayor expansión de recursos humanos y materiales desde 1961, no terminó de entender a la CONAE: probablemente la vio como una agencia “cientificista”, pero se perdió su rol de tractor tecnológico, que siempre empujó al país hacia tecnologías de punta.
A la CONAE, CFK le permitió, eso sí, terminar rápido el SAC-D Aquarius, una misión conjunta dedicada a oceanografía básica a escala planetaria. Eso venía fogoneado “desde afuera” por la NASA, que puso el sensor principal y el lanzamiento. Pero no pasó lo mismo con los SAOCOM, mucho más necesarios en el “tierra adentro” agropecuario y urbano argentinos. Y por lo que nos muestra hoy la JAXA (Japan Aerospace Exploration Agency), también servirían para el control del Mar Argentino.
El SAOCOM en vuelo tendrá el aspecto que se ve arriba. La antena emite con tanta potencia que, para no descargar sus baterías, el satélite sólo puede obtener imágenes de radar durante 10 minutos por órbita.
Cada órbita dura 88 minutos en los cuales el aparato pasa sobre ambos polos de la Tierra con una desviación de unos 8º, lo que le permite ir “barriendo” sistemáticamente toda la superficie terrestre con esa mirada que atraviesa las nubes más gruesas y tormentosas, e incluso el suelo, indiferente al día o la noche.
Aunque inicialmente se pensaron los SAOCOM para prevención y monitoreo de catástrofes, sus imágenes –que se venderán- serán de evidente valor en todo país agropecuario, además del nuestro: Brasil, los EE. UU., Canadá, Ucrania, Rusia, China son un mercado importante de venta de imágenes. Como miembros únicos del SIASGE (Sistema Ítalo Argentino de Gestión de Emergencias), Argentina e Italia compartirán gratis los resultados de superponer imágenes de radar L con imágenes X. Esto puede darnos una ventaja de mercado sobre Japón, que viene vendiendo imágenes L desde 2006.
Como pasa a veces con herramientas conceptualmente nuevas, se ignoran los límites de diagnóstico de esta “doble mirada”. El combo X + L permitirá, por ejemplo, detectar y medir una inundación tapada por un bosque, como las típicas del “Igapó” Amazónico, pero no es imposible que termine siendo una solución en busca de problemas, con decenas de aplicaciones que hoy no son imaginables. La JAXA descubrió, por ejemplo, que el Alos-Dachi 2 es un altímetro tan perfecto que le permite detectar mínimas deformaciones de terreno en zonas volcánicas. Algunas pueden ser previas a una erupción de tipo pliniana, o explosiva. Nos vendrá muy bien tener ese monitoreo de los volcanes andinopatagónicos, que cada tanto nos dan una mala sorpresa.
Otro dato sobre el radar SAOCOM: es de “apertura sintética” (SAR), lo que en criollo común significa que mientras el satélite empieza a recorrer la Argentina de Norte a Sur a las 06:12 de la mañana, el haz barre la superficie en velocísimos arcos que miden de 20 a 350 km. de Este a Oeste, decenas de veces por segundo. Y hace eso sin que la antena se mueva en absoluto. Debido a las temperaturas extremas, las piezas móviles en el espacio se rompen fácil, y el Automóvil Club Argentino no envía auxilio mecánico a 620 kilómetros de altura, al menos todavía. Esta antena debe dudar 5 años y medio.
“Este monstruo lo hicimos nosotros”, parecen estar pensando los constructores del SAOCOM, un poco incrédulos, bastante emocionados. Se ve el reverso de la antena.
Las imágenes SAR son 3D, indican volumen y “sombra” como las mejores aerofotográficas. Al provenir en el caso SAOCOM de ondas de 23 cm., sólo muestran objetos iguales o mayores de 10 metros, información militarmente no demasiado útil. Pero si la CONAE pudo hacer un SAR espacial tan desmesurado, ¿no le sería muchísimo más sencillo a su contratista principal, INVAP, construir aparatos de antena fija mucho más reducidos y de menor consumo? Sí, y no necesariamente espaciales.
La imagen de arriba las generó un Cosmo-Skymed italiano y muestra el crucero Costa Concordia, escorado y semihundido en 2012 en los arrecifes de la isla mediterránea de Giglio. Esa vista casi fotográfica se obtuvo con microondas X de 2,3 cm., sin importar que fuera de día o noche, ni la meteorología. El 25% del trabajo de los Cosmo es militar, y aunque somos socios de constelación, parte de la información que genera el componente italiano no se comparte con la CONAE porque no pertenece no a la ASI, sino al Ministero della Difesa: Zitti-zitti, in confidenza e sottovoce. Capisce?
Si el Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR) de La Plata pudo diseñarle al SAOCOM esa antena enorme, las empresas de tecnología dual de este país están en condiciones de hacer radares incomparablemente menores en bandas de microondas cortas o muy cortas la X, la K, la Ku y la Ka, para vigilancia aérea e incluso para guiado de drones y misiles, capaces de detectar, seguir, “fotografiar” o derribar objetivos menores a un metro.
En radarística y con el SAOCOM, lector, la Argentina hizo el equivalente de empezar a aprender montañismo escalando el Everest. Todo otro desafío posterior ha sido menor. Ahora Ud. acaba de entender que la tecnología SAR es DUAL, de usos civiles y militares, y quizás hasta tenga sospechas de por qué el SAOCOM se demoró tanto.
No descarto las conspiraciones, pero tampoco la evidente y crónica bobera del sistema político argentino, incapaz de descifrar el tremendo poder de tracción que le imprimió la CONAE a la tecnología local, en particular a la de INVAP y a sus decenas de empresas subcontratistas.
Y sin embargo hoy verificamos que los 21 radares de control de tránsito aéreo civil INKAN, repartidos desde Salta hasta Ushuaia no son de Raytheon o Thompson: son de INVAP, el constructor principal de la CONAE, a pedido de la Administración Nacional de Aeronáutica Civil (ANAC).
También hay 5 radares militares RPA o 3D en Pirané, Las Lomitas e Ingeniero Juárez (Formosa), San Pedro (Misiones), Mercedes (Corrientes) y en Merlo (Provincia de Buenos Aires) y se planifica otro para Santiago del Estero. Enormes, de 30 toneladas. También, todos de INVAP. Pedidos en su momento por el Ministerio de Defensa.
El RPA a medio desplegar: tiene un alcance de 480 km. a la redonda.
Los RPA militares son muy portátiles: se compactan “como Transformers” y viajan en aviones Hércules o en camión, plegados en las dimensiones de un container común de 20 pies. Se despliegan en un par de horas, tienen un alcance de 480 km. y están llenos de contramedidas que –como me aclararon en INVAP- me harían ir preso por sólo preguntar por ellas. Hay también una versión de 200 km. de alcance que puede viajar en una 4X4 y suele andar por Tartagal, Salta. Forman parte del Escudo Norte, como parte de la lucha contra el narcotráfico aéreo. Deberían ser más
A diferencia de las rutas aerocomerciales, ya totalmente radarizadas, el blindaje electrónico de Argentina contra vuelos mafiosos u hostiles se fue parando en 2016. El nuevo MinDef dejó “en el freezer” los radares RPA 8 de Corrientes, 9 de Entre Ríos, 10 de Punta Rasa y 11 de Bahía Blanca (Prov. de Buenos Aires), así como el 12 de Neuquén Capital y el 13 de Santa Cruz. Es una de las causas por las que el Escudo Norte tiene agujeros y por las que carecemos de todo control radarístico del Mar Argentino. Y no es por falta de pesca ilegal.
También hay 10 radares meteorológicos RAM en banda C, “made by INVAP”, pedidos por el SINARAME (Sistema Nacional de Radares Meteorológicos), una red que debía haber llegado en 2017 a 20 unidades. De las 10 construidas, 4 siguen desde 2016 en un galpón de Bariloche. No se han desplegado (o pagado). Y no por falta de tormentas.
Cantidad de PyMES argentinas (como INVAP y sus decenas de proveedores) prosperaron en esta breve primavera radarística argenta, así como también institutos universitarios como el IAR. Ningún país de la región, incluido Brasil, tiene semejante panoplia de radares de tecnología totalmente propia. Sumando científicos, ingenieros y técnicos, se formaron centenares de especialistas. Deberíamos estar exportando radares: países tan distintos como Bolivia y Croacia mostraron interés en los RAM y los INKAN.
Pero hemos dejado de comprar los que fabricamos, algo infalible si de espantar clientes se trata. Aunque son buenos, se rompen poco, se pagan en pesos y vienen con service y repuestos locales. Nuevamente, es difícil decidir las cuotapartes de conspiración, fundamentalismo antiestado o simple estupidez.
La verdad es que el estado nacional, salvo intercurrencia de lanzamiento de satélite en campaña electoral, no registra a la CONAE excepto como una masturbación académica.
Lejos de ello, la CONAE ha sido y es un semillero de aplicaciones y de empresas de tecnología. Como prueba, queda esa nutrida y por ahora interrumpida progenie de 37 radares terrestres, algunos de ellos muy complejos. Pero los padres verdaderos de esta estirpe, los dos SAR espaciales de los SAOCOM 1A y 1B, a fecha de hoy siguen en tierra en la sala de integración de INVAP. Hasta Septiembre de este año, no se habrán usado jamás.
Abajo puede ver una foto de un Cosmo-Skymed en vuelo. Su ojo entrenado, oh lector, ya vio que los italianos la tuvieron mucho más fácil que nosotros: la antena SAR es minúscula, comparada con la del SAOCOM. Y en revancha, las placas fotovoltaicas son mucho mayores: entre que el satélite de los socios itálicos consume menos y genera más potencia, está más tiempo activo. Y sólo pesa 1,7 toneladas, en lugar de 3 como el SAOCOM.
Si la CONAE eligió la banda L en la constelación con los ítalos no es por su amor por lo difícil sino porque después de 1982 no hay tecnología dual que logre progresar durante algún gobierno en Argentina sin que el siguiente la congele o destruya, especialmente si muestra visos de éxito. La CONAE apostó deliberadamente a radares de una longitud de onda que en los ’90 carecía de relevancia militar pero nos volvía un oferente monopólico en aplicaciones civiles, algo que pasó inadvertido a los ojos de muchas y muy distintas presidencias. Nuestro país rara vez se pierde la oportunidad de perderse una oportunidad.
En el caso del SAOCOM, lo que se logró es que la “plataforma de servicios” del satélite se volviera obsoleta. Si hoy la quisiéramos vender a otros países, o aprovecharla nosotros para montarle otras “cargas útiles”, como sensores ópticos, infrarrojos o radarísticos en otras bandas, tendríamos que empezar desde cero: muchos de los componentes críticos en electrónica “rad-hard” ya no se fabrican. Para la misma potencia en antena pero usando modernas baterías de ion de litio, en lugar de níquel cadmio, se ahorraría tanto peso que se podría multiplicar el área de captación fotovoltaica, aumentar el tiempo operativo y aún así tener un satélite de la mitad de peso. En 20 años cambia todo.
Lo raro de esta historia son dos cosas: aunque “nacerán viejos”, los SAOCOM son conceptualmente tan audaces que mientras operen en constelación con los Cosmo italianos nos darán un nicho de mercado vedado a las potencias espaciales, Japón incluido. La Argentina los necesitará, pero también otros países. La otra cosa rara de los SAOCOM es su vasta progenie radarística terrestre, civil y militar.
La CONAE siempre nos abrió puertas.
Daniel E. Arias



 
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Una cosa interesante de haber usado SpaceX para el lanzamiento es que como este lanzamiento iba a ser el primero en aterrizar el propulsor en California etc etc, es que fue muy publicitado, muchisimo.
De pronto mucha gente de todos lados sabe que es el SAOCOM y quien lo construyó.
Muchisima gente de pronto descubrio que Argentina tiene una agencia espacial, me refiero a gente digamos, Kuala Lumpur o Australia.
No faltaron los de siempre...
En un tweet la ESA felicita a CONAE y al "Ministerio de Ciencia Argentino" seguido por una catarata de tweets de "no es mas Ministerio/Macri Gato/etc etc".
El mas divertido? "Argentina tiene una agencia espacial??? jajajajaja" de un venezolano..., tweet transmitido desde la constelacion bolivariana MADUROSAT seguramente...
Chistes aparte, no podiamos pedir mejor escaparate/vidriera para CONAE/INVAP.
 
SOCIEDAD POLÍTICA Sábado, 13 de octubre de 2018

Macri recibió a los científicos que construyeron el satélite argentino SAOCOM 1A
El presidente recibió en la residencia de Olivos a los desarrolladores del satélite que se puso en órbita la semana pasada.
El presidente recibió en Olivos a los científicos que trabajaron en el satélite Saocom


Gentileza

Por Redacción LA
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El presidente Mauricio Macri recibió hoy a los científicos que integran el equipo técnico que trabajó en la construcción y desarrollo del satélite argentino SAOCOM 1A, lanzado al espacio hace una semana y que está equipado para monitorear y observar la superficie terrestre en cualquier condición meteorológica.
El jefe de Estado estuvo acompañado por el ministro de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología, Alejandro Finocchiaro, y el secretario de Gobierno de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao.
También participaron de la reunión, realizada en la residencia de Olivos, los secretarios de Planeamiento y Políticas en Ciencia y Tecnología, Jorge Aguado, y de Articulación Científico Tecnológica, Agustín Campero.

Macri recibió información sobre el desarrollo y la puesta en órbita del satélite de parte del director ejecutivo y técnico de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), Raúl Kulichevsky.

https://losandes.com.ar/article/vie...-construyeron-el-satelite-argentino-saocom-1a
 
Avances de la antena de KSAT en Tierra del Fuego
23 Marzo, 2018

Luego del acuerdo firmado entre KSAT y VENG, en el marco de la cooperación entre las agencias espaciales de Noruega y Argentina (NSC y CONAE), se instaló en Tolhuin la antena de la empresa con sede en Svalvard. Visita de la gobernadora de Tierra del Fuego Rosana Bertone.
La estación terrena satelital producto del acuerdo entre el Gobierno de la Provincia y la CONAE ya cuenta con un Radomo instalado y pronto estará dando inicio a sus actividades.
La gobernadora, Rosana Bertone, junto al ministro de Ciencia y Tecnología, Daniel Martinioni, y al rector de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), Mario Ferreyra, recorrieron el martes 20 de marzo el predio donde se llevan adelante las obras de la Estación Satelital Terrena “Tierra del Fuego”. En la misma ya se encuentra instalada la antena noruega, con una altura de 15 metros y un diámetro de 13 metros en su parábola.
La construcción de la base, en el predio de la estancia “Don Matías” de la ciudad de Tolhuin, se encuentra a cargo de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y su ejecución a cargo de la empresa estatal VENG (cuyo accionista es la CONAE) y la empresa noruega KSAT.
Al respecto, la gobernadora señaló estar “emocionada de ser argentina, me emociona que el saber hacer de los argentinos en materia satelital sea de trascendencia en el mundo” y agregó que “creo en este tipo de políticas, las apoyaba cuando era diputada y senadora y ahora como gobernadora”.
Tras explicar que “me parece muy importante que los 30 ingenieros dispuestos en este proyecto interactúen con nuestra comunidad, con nuestras escuelas y nuestros niños, queremos contagiarlos y ser una provincia que apuesta fuertemente a la ciencia y la tecnología”. La mandataria aseguró que “tenemos un destino como provincia muy importante y no tenemos nada que envidiarle a ninguna otra” y agregó que “podríamos tener orientación a la industria de software, a la electrónica con una industria relacionada y a la robótica, que lo venimos trabajando”.
“Tenemos obras en ejecución que van a impactar en nuestra tecnología de forma inmediata como la conexión de fibra óptica, tenemos otros proyectos a largo plazo y hay muchos que aún ni se han pensado pero van a estar y vamos a continuar creciendo como provincia en este aspecto” concluyó Bertone.
Por su parte, el gerente Divisiones Estaciones Terrestres de la CONAE, Leonardo Gómez, explicó que “la estación en sí, por su ubicación estratégica, nos va a permitir tener contacto con el lanzador al momento de que sea inyectado en órbita el satélite” y agregó que “este proyecto es una semilla, esperamos tener instalaciones de la envergadura de las que tenemos en la provincia de Córdoba a futuro también en este lugar”.
“Esta obra ya está funcionando y es un gran aporte a la comunidad fueguina también” comentó Gómez y adelantó que “nos encontramos en plena etapa de ensayos pero en un máximo de 3 meses esperamos que esté operativa porque la necesitamos para la misión SAOCOM que es la próxima misión Argentina y se va a operar desde estas instalaciones”.
Cabe destacar que, además estas antenas recibirán información de los satélites de observación terrestre Satélite Argentino de Observación Con Microondas (SAOCOM), que medirán la humedad del suelo y contarán con aplicaciones en emergencias, tales como la detección de derrames de hidrocarburos en el mar y el seguimiento de la cobertura de agua durante inundaciones.
La obra se realizó con una inversión mayor a los 120 millones de pesos. Y la CONAE fue la responsable de llevarla adelante el predio de 50 hectáreas.
Fuente: Gobierno de Tierra del Fuego
CONAE KSAT Mario Ferreira NSC Rosana Bertone Tierra del FuegoTolhuin VENG

http://latamsatelital.com/avances-la-antena-ksat-tierra-del-fuego/
 

argie

Fernet Lover
Colaborador
Es un poco vieja esa nota. También hay que mencionar que esa antena fue la primera en recibir datos del Saocom 1A, aún antes que la de Falda del Carmen.
 
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Fuente: https://agendarweb.com.ar/2018/06/27/porque-argentina-necesita-el-saocom/

POR QUÉ ARGENTINA NECESITA EL SAOCOM
27 junio 2018, 06:00
La antena del SAOCOM 1-A en sus increíbles 35 metros cuadrados.
La antena del SAOCOM 1-A en sus increíbles 35 metros cuadrados.
En septiembre de este año la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) estaría por fin lanzando al espacio el satélite SAOCOM-1A, de observación por medio de radar en banda L de suelos, aguas y vegetación, así como prevención y gestión de catástrofes.
El SAOCOM-1A, por lejos el satélite más importante y ambicioso de la CONAE, debió haberse iniciado y terminado en 5 años, pero se demoró 20. Eso pasó porque es técnicamente endiablado, pero también por un presupuesto que bajó con cuentagotas y una construcción que fue puro “stop and go”. De haber estado disponible en 2003, como se planificaba en 1998, podría haber evitado la inundación de Santa Fe capital, que costó más de 160 muertos y centenares de millones de dólares.
La CONAE apuesta a que le dejen terminar el segundo SAOCOM, el 1B, en sólo 2 años. Ambos volarían en constelación con otros 4 satélites-radar en banda X, los Cosmo-SkyMed de la Agenzia Spaziale Italiana (ASI). Dentro de la complejidad de los satélites-radar SAR, o “de apertura sintética”, los Cosmo italianos han sido más fáciles de diseñar y construir. Pero pese a ello y a un presupuesto de lujo, la ASI sólo empezó su parte de la constelación en 2007 y la completó en 2017. Un radar espacial de banda X no necesita de una antena enorme y de altísima potencia eléctrica, uno en banda L, sí.
Salvo Japón, ningún otro país quiso meterse en semejante camisa de once varas. La agencia espacial japonesa JAXA ya va por su segundo satélite-radar en banda L, el Alos o Daichii II, y su éxito se mide en que cada vez se les encuentra más aplicaciones, y no son sólo civiles. El primer Alos, por ejemplo, detectó un inminente deslave (desmoronamiento de tierra por acción del agua) y permitió evacuar a tiempo una pequeña ciudad japonesa de montaña antes que la tapara el barro. El segundo hace tareas parecidas, pero además monitorea la navegación china y norcoreana en aguas militarmente “calientes”: una nave chica podrá evadirlo, pero el Alos II detecta su estela.
El premio que le dará el SAOCOM a la Argentina será un mapa del agua en tiempo real casi único en el planeta, como sólo lo tienen los japoneses. Agua sobre tierra, como lluvia caída o la cambiante altura de lagos, ríos y mares, pero también debajo de la misma: el radar en banda L argentino, con ondas de 23 cm., puede hurgar hasta 2 metros bajo suelos blandos y medir la profundidad de las napas.
Este dato, la carga real de agua en el suelo, su disponibilidad para las raíces de los cultivos, permite predecir rindes de cosecha, pero también inundaciones y sequías de campos y ciudades meses antes que sean disparadas por ocurrencias más imprevisibles, como lluvias persistentes, o su desaparición intempestiva, como sucedió desde la primavera de 2017. Puede indicar “sembremos ya”, o “nada de sembrar”. “Cosechemos en fecha” o “Hagámoslo ahora, porque en un mes las plantas se marchitan”. o “Ahora es cuándo, porque el mes que viene máquinas se entierran en el barro”. Los SAOCOM pueden mejorar la rentabilidad promedio de todos los productores, pero a la hora de perder, especialmente para los chicos y medianos, podrían dar la diferencia entre perder un poco o perderlo todo.
En Tucumán o Córdoba Capital serían capaces de predecir un verano con “stress hídrico” para la población y cuantificarlo. En Comodoro Rivadavia, dar alertas de deslave de laderas. Ése es el lado tremendamente atractivo de la CONAE, “el sello Conrado Varotto”: esa mezcla de practicidad y audacia. También es su debilidad. Si los gobiernos no acompañan, los satélites quedan a medio construir.
El SAC-C, lanzado en 2000, primer gran satélite agropecuario de la CONAE. Excedió casi 3 veces su vida útil de diseño.
A la CONAE raramente se le da plata en serio. Eso se ha repetido a lo largo de las presidencias del Dr. Carlos Menem y del Dr. Fernando De la Rúa. Este último ni siquiera asistió al lanzamiento del SAC-C, nuestro primer satélite 100% agropecuario, en 2000. Los propios Néstor y Cristina Kirchner no apuraron el SAOCOM. Y eso es paradojal: pusieron plata en el sistema científico-tecnológico como no se veía desde las épocas del primer gobierno del general Juan D. Perón, o el del Dr. Arturo Frondizi.
CFK, que elevó la Secretaría de Ciencia y Tecnología a rango de Ministerio (el MinCyT) y le imprimió su mayor expansión de recursos humanos y materiales desde 1961, no terminó de entender a la CONAE: probablemente la vio como una agencia “cientificista”, pero se perdió su rol de tractor tecnológico, que siempre empujó al país hacia tecnologías de punta.
A la CONAE, CFK le permitió, eso sí, terminar rápido el SAC-D Aquarius, una misión conjunta dedicada a oceanografía básica a escala planetaria. Eso venía fogoneado “desde afuera” por la NASA, que puso el sensor principal y el lanzamiento. Pero no pasó lo mismo con los SAOCOM, mucho más necesarios en el “tierra adentro” agropecuario y urbano argentinos. Y por lo que nos muestra hoy la JAXA (Japan Aerospace Exploration Agency), también servirían para el control del Mar Argentino.
El SAOCOM en vuelo tendrá el aspecto que se ve arriba. La antena emite con tanta potencia que, para no descargar sus baterías, el satélite sólo puede obtener imágenes de radar durante 10 minutos por órbita.
Cada órbita dura 88 minutos en los cuales el aparato pasa sobre ambos polos de la Tierra con una desviación de unos 8º, lo que le permite ir “barriendo” sistemáticamente toda la superficie terrestre con esa mirada que atraviesa las nubes más gruesas y tormentosas, e incluso el suelo, indiferente al día o la noche.
Aunque inicialmente se pensaron los SAOCOM para prevención y monitoreo de catástrofes, sus imágenes –que se venderán- serán de evidente valor en todo país agropecuario, además del nuestro: Brasil, los EE. UU., Canadá, Ucrania, Rusia, China son un mercado importante de venta de imágenes. Como miembros únicos del SIASGE (Sistema Ítalo Argentino de Gestión de Emergencias), Argentina e Italia compartirán gratis los resultados de superponer imágenes de radar L con imágenes X. Esto puede darnos una ventaja de mercado sobre Japón, que viene vendiendo imágenes L desde 2006.
Como pasa a veces con herramientas conceptualmente nuevas, se ignoran los límites de diagnóstico de esta “doble mirada”. El combo X + L permitirá, por ejemplo, detectar y medir una inundación tapada por un bosque, como las típicas del “Igapó” Amazónico, pero no es imposible que termine siendo una solución en busca de problemas, con decenas de aplicaciones que hoy no son imaginables. La JAXA descubrió, por ejemplo, que el Alos-Dachi 2 es un altímetro tan perfecto que le permite detectar mínimas deformaciones de terreno en zonas volcánicas. Algunas pueden ser previas a una erupción de tipo pliniana, o explosiva. Nos vendrá muy bien tener ese monitoreo de los volcanes andinopatagónicos, que cada tanto nos dan una mala sorpresa.
Otro dato sobre el radar SAOCOM: es de “apertura sintética” (SAR), lo que en criollo común significa que mientras el satélite empieza a recorrer la Argentina de Norte a Sur a las 06:12 de la mañana, el haz barre la superficie en velocísimos arcos que miden de 20 a 350 km. de Este a Oeste, decenas de veces por segundo. Y hace eso sin que la antena se mueva en absoluto. Debido a las temperaturas extremas, las piezas móviles en el espacio se rompen fácil, y el Automóvil Club Argentino no envía auxilio mecánico a 620 kilómetros de altura, al menos todavía. Esta antena debe dudar 5 años y medio.
“Este monstruo lo hicimos nosotros”, parecen estar pensando los constructores del SAOCOM, un poco incrédulos, bastante emocionados. Se ve el reverso de la antena.
Las imágenes SAR son 3D, indican volumen y “sombra” como las mejores aerofotográficas. Al provenir en el caso SAOCOM de ondas de 23 cm., sólo muestran objetos iguales o mayores de 10 metros, información militarmente no demasiado útil. Pero si la CONAE pudo hacer un SAR espacial tan desmesurado, ¿no le sería muchísimo más sencillo a su contratista principal, INVAP, construir aparatos de antena fija mucho más reducidos y de menor consumo? Sí, y no necesariamente espaciales.
La imagen de arriba las generó un Cosmo-Skymed italiano y muestra el crucero Costa Concordia, escorado y semihundido en 2012 en los arrecifes de la isla mediterránea de Giglio. Esa vista casi fotográfica se obtuvo con microondas X de 2,3 cm., sin importar que fuera de día o noche, ni la meteorología. El 25% del trabajo de los Cosmo es militar, y aunque somos socios de constelación, parte de la información que genera el componente italiano no se comparte con la CONAE porque no pertenece no a la ASI, sino al Ministero della Difesa: Zitti-zitti, in confidenza e sottovoce. Capisce?
Si el Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR) de La Plata pudo diseñarle al SAOCOM esa antena enorme, las empresas de tecnología dual de este país están en condiciones de hacer radares incomparablemente menores en bandas de microondas cortas o muy cortas la X, la K, la Ku y la Ka, para vigilancia aérea e incluso para guiado de drones y misiles, capaces de detectar, seguir, “fotografiar” o derribar objetivos menores a un metro.
En radarística y con el SAOCOM, lector, la Argentina hizo el equivalente de empezar a aprender montañismo escalando el Everest. Todo otro desafío posterior ha sido menor. Ahora Ud. acaba de entender que la tecnología SAR es DUAL, de usos civiles y militares, y quizás hasta tenga sospechas de por qué el SAOCOM se demoró tanto.
No descarto las conspiraciones, pero tampoco la evidente y crónica bobera del sistema político argentino, incapaz de descifrar el tremendo poder de tracción que le imprimió la CONAE a la tecnología local, en particular a la de INVAP y a sus decenas de empresas subcontratistas.
Y sin embargo hoy verificamos que los 21 radares de control de tránsito aéreo civil INKAN, repartidos desde Salta hasta Ushuaia no son de Raytheon o Thompson: son de INVAP, el constructor principal de la CONAE, a pedido de la Administración Nacional de Aeronáutica Civil (ANAC).
También hay 5 radares militares RPA o 3D en Pirané, Las Lomitas e Ingeniero Juárez (Formosa), San Pedro (Misiones), Mercedes (Corrientes) y en Merlo (Provincia de Buenos Aires) y se planifica otro para Santiago del Estero. Enormes, de 30 toneladas. También, todos de INVAP. Pedidos en su momento por el Ministerio de Defensa.
El RPA a medio desplegar: tiene un alcance de 480 km. a la redonda.
Los RPA militares son muy portátiles: se compactan “como Transformers” y viajan en aviones Hércules o en camión, plegados en las dimensiones de un container común de 20 pies. Se despliegan en un par de horas, tienen un alcance de 480 km. y están llenos de contramedidas que –como me aclararon en INVAP- me harían ir preso por sólo preguntar por ellas. Hay también una versión de 200 km. de alcance que puede viajar en una 4X4 y suele andar por Tartagal, Salta. Forman parte del Escudo Norte, como parte de la lucha contra el narcotráfico aéreo. Deberían ser más
A diferencia de las rutas aerocomerciales, ya totalmente radarizadas, el blindaje electrónico de Argentina contra vuelos mafiosos u hostiles se fue parando en 2016. El nuevo MinDef dejó “en el freezer” los radares RPA 8 de Corrientes, 9 de Entre Ríos, 10 de Punta Rasa y 11 de Bahía Blanca (Prov. de Buenos Aires), así como el 12 de Neuquén Capital y el 13 de Santa Cruz. Es una de las causas por las que el Escudo Norte tiene agujeros y por las que carecemos de todo control radarístico del Mar Argentino. Y no es por falta de pesca ilegal.
También hay 10 radares meteorológicos RAM en banda C, “made by INVAP”, pedidos por el SINARAME (Sistema Nacional de Radares Meteorológicos), una red que debía haber llegado en 2017 a 20 unidades. De las 10 construidas, 4 siguen desde 2016 en un galpón de Bariloche. No se han desplegado (o pagado). Y no por falta de tormentas.
Cantidad de PyMES argentinas (como INVAP y sus decenas de proveedores) prosperaron en esta breve primavera radarística argenta, así como también institutos universitarios como el IAR. Ningún país de la región, incluido Brasil, tiene semejante panoplia de radares de tecnología totalmente propia. Sumando científicos, ingenieros y técnicos, se formaron centenares de especialistas. Deberíamos estar exportando radares: países tan distintos como Bolivia y Croacia mostraron interés en los RAM y los INKAN.
Pero hemos dejado de comprar los que fabricamos, algo infalible si de espantar clientes se trata. Aunque son buenos, se rompen poco, se pagan en pesos y vienen con service y repuestos locales. Nuevamente, es difícil decidir las cuotapartes de conspiración, fundamentalismo antiestado o simple estupidez.
La verdad es que el estado nacional, salvo intercurrencia de lanzamiento de satélite en campaña electoral, no registra a la CONAE excepto como una masturbación académica.
Lejos de ello, la CONAE ha sido y es un semillero de aplicaciones y de empresas de tecnología. Como prueba, queda esa nutrida y por ahora interrumpida progenie de 37 radares terrestres, algunos de ellos muy complejos. Pero los padres verdaderos de esta estirpe, los dos SAR espaciales de los SAOCOM 1A y 1B, a fecha de hoy siguen en tierra en la sala de integración de INVAP. Hasta Septiembre de este año, no se habrán usado jamás.
Abajo puede ver una foto de un Cosmo-Skymed en vuelo. Su ojo entrenado, oh lector, ya vio que los italianos la tuvieron mucho más fácil que nosotros: la antena SAR es minúscula, comparada con la del SAOCOM. Y en revancha, las placas fotovoltaicas son mucho mayores: entre que el satélite de los socios itálicos consume menos y genera más potencia, está más tiempo activo. Y sólo pesa 1,7 toneladas, en lugar de 3 como el SAOCOM.
Si la CONAE eligió la banda L en la constelación con los ítalos no es por su amor por lo difícil sino porque después de 1982 no hay tecnología dual que logre progresar durante algún gobierno en Argentina sin que el siguiente la congele o destruya, especialmente si muestra visos de éxito. La CONAE apostó deliberadamente a radares de una longitud de onda que en los ’90 carecía de relevancia militar pero nos volvía un oferente monopólico en aplicaciones civiles, algo que pasó inadvertido a los ojos de muchas y muy distintas presidencias. Nuestro país rara vez se pierde la oportunidad de perderse una oportunidad.
En el caso del SAOCOM, lo que se logró es que la “plataforma de servicios” del satélite se volviera obsoleta. Si hoy la quisiéramos vender a otros países, o aprovecharla nosotros para montarle otras “cargas útiles”, como sensores ópticos, infrarrojos o radarísticos en otras bandas, tendríamos que empezar desde cero: muchos de los componentes críticos en electrónica “rad-hard” ya no se fabrican. Para la misma potencia en antena pero usando modernas baterías de ion de litio, en lugar de níquel cadmio, se ahorraría tanto peso que se podría multiplicar el área de captación fotovoltaica, aumentar el tiempo operativo y aún así tener un satélite de la mitad de peso. En 20 años cambia todo.
Lo raro de esta historia son dos cosas: aunque “nacerán viejos”, los SAOCOM son conceptualmente tan audaces que mientras operen en constelación con los Cosmo italianos nos darán un nicho de mercado vedado a las potencias espaciales, Japón incluido. La Argentina los necesitará, pero también otros países. La otra cosa rara de los SAOCOM es su vasta progenie radarística terrestre, civil y militar.
La CONAE siempre nos abrió puertas.
Daniel E. Arias




Muy buena explicación, y por sobre todas las cosas, muy buen detalle técnico de los comentarios. Yo en esta materia no soy muy especialista, pero la verdad me sorprende gratamente los comentarios Militares sobre nuestros SAOCOM, si no lo entendí mal.Gracias por estas buenas noticias.
 
Muy buena explicación, y por sobre todas las cosas, muy buen detalle técnico de los comentarios. Yo en esta materia no soy muy especialista, pero la verdad me sorprende gratamente los comentarios Militares sobre nuestros SAOCOM, si no lo entendí mal.Gracias por estas buenas noticias.

El uso 'militar' es relativo... en el caso de rutas marinas o búsqueda de barcos en alta mar, con suerte la imagen de nuestro SAOCOM tendrá un puntito....que podrá ser un pesquero, un destructor, un velero para recreación, o un señuelo de goma inflable. Imposible saberlo. E imposible saber también si el uso de esa imágen para fines militares será valiosa o no...imagino que dependerá de la situación.

Acá dejo una imágen SAR marina del satélite alemán TerraSAR-X...es una imágen obtenida en modo ¨Strip¨ y con una resolución de entre 3 y 6 metros (más del doble de resolución que la mejor imágen del SAOCOM).



Además, la mejor resolución (10 x 10mts) del SAOCOM apenas se alcanza barriendo un área de pocos kilómetros cuadrados, lo que no lo hace bueno para vigilancia... a menos que uno sepa de antemano dónde buscar, lo que pasa a ser contradictorio.
 
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