Los avances tecnológicos y los requerimientos por más y mejores capacidades siguen teniendo una incidencia directa en el equipamiento del soldado a pie. Este escenario no está limitado a un solo aspecto, sino que debe observarse de una manera amplia, que está comprendida por múltiples elementos.

Cuando hablamos del equipamiento actual del infante, uno de los puntos críticos es sin duda el sistema de armamento, término con el cual nos referimos al concepto integral que abarca el fusil, munición, sistemas ópticos y accesorios. Las últimas décadas han visto el desarrollo e implementación de diversas soluciones que al día de hoy se consideran capacidades elementales para el combatiente. Una de ellas son los sistemas ópticos de puntería.

Pese a que su uso se hizo cada vez más extendido, tanto a nivel internacional como regional, lamentablemente las Fuerzas Armadas en general, y el Ejército Argentino en particular, no pudieron adoptar con la celeridad deseada este tipo de tecnología por diversas razones. Sin embargo, una serie de proyectos ejecutados en los últimos años permitieron traccionar la llegada paulatina de sistemas ópticos, particularmente para las tropas de operaciones especiales.

La modernización de la Fuerza de Operaciones Especiales: Trijicon ACOG

En los últimos años, la Fuerza de Operaciones Especiales del Ejército Argentino logró plasmar un esperado proyecto de modernización que no solo le permitió alcanzar estándares actuales en lo que hace a material, sino que también implicó la incorporación de nuevas capacidades. Una de ellas estuvo directamente asociada a las miras de combate Trijicon ACOG.

Desarrollada a mediados de la década de los 80´ por la compañía Trijicon, la Advanced Combat Optic Gunsight (ACOG) marcaría un antes y un después en el rubro. Su primer modelo, la TA01 4×32, sería el inicio de una prolífica familia de sistemas ópticos que fueron pioneros, y que al día de hoy mantienen su vigencia gracias a constantes actualizaciones.

La historia de la ACOG está directamente asociada con algunas de las unidades de tropas de operaciones especiales del Ejército de EE.UU., las cuales supieron valorar las capacidades y particularidades del diseño implementado por Trijicon.

La compañía norteamericana marcaría un nuevo hito de innovación en 1992 con la presentación de la ACOG 3.5×35, variante que introducía el concepto de puntería Bindon (BAC). El flamante integrante de la familia ACOG tendría como usuarios iniciales nada menos que dos reconocidas unidades de operaciones especiales: los equipos SEAL de la Armada de EE.UU. y el GSG 9 de la Bundespolizei alemana.

En poco tiempo, la Trijicon ACOG pasa a dominar el nicho de miras de combate del Comando de Operaciones Especiales de EE.UU., acumulando a la fecha más de 100.000 unidades entregadas, cantidad que supera con creces a cualquier otro modelo de la categoría o similar.

Con el transcurso de los años en servicio, la Trijicon ACOG se ganó la bendición de sus usuarios gracias a su durabilidad, fiabilidad y performances, alcanzado en 2017 nada más y nada menos que el millón de unidades fabricadas. Esta situación fue replicada con la Óptica Común de Escuadra (SCO, VCOG 1-8X28) y con la óptica miniatura tipo réflex para pistolas (RMR), abarcando el amplio espectro de soluciones para todos los sistemas de armas disponibles.

La natural evolución de la ACOG, gracias a la aplicación de tecnologías emergentes, derivó en el desarrollo de la variante 3.5×35 LED, modelo que fue seleccionado por la FOE del Ejército Argentino como parte de su proyecto de modernización. Vale recordar que la Agrupación Comandos Anfibios fue pionera local al incorporar la ACOG 4×32 BAC con retícula iluminada de tritio/fibra óptica que ajusta automáticamente el brillo en función de la luz disponible.

El sistema óptico de combate ACOG 3.5×35 LED proporciona a los tropas de operaciones especiales del Ejército la capacidad de identificación a distancias medias, así como una mayor probabilidad de acierto gracias al aumento de 3.5x. El modelo también permite una rápida adquisición de objetivos en rangos de combate cercanos gracias a que cuenta con la mira Reflex Miniatura Reforzada (RMR) de doble iluminación tritio y fibra óptica.

Las ACOG LED fueron provistas para los fusiles Daniel Defense M4A1-EA y para las ametralladoras ligeras OOW249 Patrol, las cuales cuentan con soporte táctico de desmontaje rápido LaRue Tactical para montar la mira.

Entre algunas de las particularidades de la ACOG LED, la misma ofrece a su usuario la opción de seleccionar entre seis niveles de brillo ajustables con un “off” entre cada ajuste, lo que permite determinar el grado de iluminación de la retícula. Construida con una carcasa de aleación de aluminio de grado aeronáutico 7075-T6 forjado y alimentada solo por una batería AA, el modelo LED es compatible con diversos dispositivos de visión nocturna y térmica, así como con los accesorios propios de la familia ACOG.

Otra de las características de la ACOG es su capacidad probada para resistir y funcionar en condiciones extremas de frío y calor, contando además con una carcasa rellena de nitrógeno seco que evita el empañamiento de los cristales.

Actualizando al FAL: la mira réflex Meprolight M21

La esperada modernización del fusil FAL derivó en un hito para el Ejército Argentino: incorporar por primera vez en cantidades considerables una mira de combate. Pese a que el proyecto conjunto de la Dirección de Investigación y Desarollo (DGID) y la Facultad de Ingeniería del Ejército (FIE) evaluó algunos de los modelos de miras más populares del mercado, la decisión final recaería sobre la mira réflex abierta Meprolight M21.

Con un retículo del tipo bullseye y sin magnificación, la M21 cuenta con un sistema mixto de iluminación de retículo, libre de baterías. El elemento central dispone de un colector de fibra óptica, sistema que es reemplazado inmediatamente por la cápsula de tritio cuando la luz ambiental resulta insuficiente.

Pese a contar con algunas de las ventajas propias de las características ergonómicas para este tipo de miras, la Meprolight M21 presenta algunos limitantes: su sistema de iluminación del retículo sufre del denominado efecto washout (ceguera), “desapareciendo” cuando se dan ciertas condiciones de luz.

Por su parte, el tritio de la M21 tiene una vida útil (10/15 años) y, según el fabricante, no puede ser no recargado o reemplazado, por lo que la mira “no se iluminará en condiciones de poca luz o sin luz.”

Actualmente, las Meprolight M21 equipan a los fusiles FAMCa (Fusil Argentino Modelo Carabina) y también de se han dejado ver en algunas de las nuevas ametralladoras M240 que cuentan con riel Picatinny.

Vale recordar que la provisión los FAMCa entró en pausa hace unos años, disponiéndose solo de algunos centenares que fueron distribuidos principalmente entre algunas de las unidades que integran la Fuerza de Despliegue Rápido. En los últimos años se han considerado algunas propuestas para retomar el proyecto, las cuales incluirían algunas modificaciones, incluido el reemplazo de la mira M21 por la Trijicon MRO HD.

El futuro:

Como parte de un lógico proceso de estandarización, el Ejército Argentino mantuvo la línea Trijicon ACOG cuando inició el proyecto para la modernización de los sistemas de armamento destinados a sus Compañías de Cazadores.

Bajo el requerimiento de incorporar una sistema óptico de puntería con la capacidad de “…permitir la adquisición eficaz de blancos a grandes distancias para el fusil FAL de dotación del Ejército Argentino…”, el Ejército Argentino optó por la mira Trijicon 3.5×35 LED (TA110-C-100497), variante de la ACOG para 7,62mm que dispone de un retículo tipo chevrón rojo y requiere como fuente de energía una sola pila AA que permite un funcionamiento de más de 12.000 horas continuas (en ajuste nº 4).

Sobre este modelo, Trijicon detalla que, al igual que toda la familia ACOG, esta variante está forjada en aluminio aeronáutico 7075-T6 “…lo que da como resultado un sistema de puntería casi indestructible y una electrónica que ofrece una fiabilidad excepcional. Los usuarios pueden seleccionar múltiples opciones de retícula de compensación de caída de bala y de alcance. Es totalmente compatible con dispositivos de visión nocturna…”.

Pese a que el Ejército Argentino avanzó acertadamente sobre el concepto de mantener un marco homogéneo en lo que hace a miras de combate, con todo lo que ello significa en cuanto a beneficios en adiestramiento y soporte logístico, llamativamente una de las últimas licitaciones optó por otro rumbo.

Vale recordar que la fuerza había iniciado el año pasado sendas licitaciones nacionales para la compra de centenares de miras Trijicon ACOG y MRO HD, manteniendo la mencionada línea de homogenización. Sin embargo, ambos procedimientos no llegaron a prosperar.

La novedad mas reciente es el proceso licitatorio que tiene como objeto la adquisición de miras ELCAN Specter DR 1-4X para fusil 7,62mm.

Concebida bajo los requerimientos del Naval Surface Warfare Center de EE.UU. para equipar a su diversa gama de fusiles con el sistema de accesorios SOPMOD Block II, la Specter DR 1-4X (designada SU-230/PVS) fue adoptada junto con la Trijicon ACOG SU-237/PVS y la mira holográfica EOTech 553 (SU-231/PEQ) como soluciones ópticas.

La Specter SU-230/PVS es una mira que brinda al tirador la capacidad de seleccionar entre dos campos de visión. Conforme a la descripción oficial, “…la primera opción es una mira 1X con un campo de visión de 26 grados…(que) proporciona al tirador una vista de adquisición de objetivos extremadamente rápida…La segunda opción es una vista ampliada 4X con un campo de visión de 6,5 grados. Esta ampliación proporciona al tirador la capacidad de identificación de objetivos a largo alcance y tiro de precisión…Los dos campos de visión diferentes, en una carcasa, se intercambian fácil y rápidamente por medio de un diodo emisor de luz roja (LED) de cavidad resonante de alta eficiencia…”.

Bajo la lupa inquisitiva, la ELCAN Specter DR 1-4X presenta diversos aspectos a tener en cuenta. Podemos comenzar por su costo, al tratarse de uno de los sistemas ópticos más onerosos de su nicho. Esto no resulta un detalle menor, sabiendo que la disponibilidad presupuestaria es una de las limitaciones siempre presente para las compras de las FFAA argentinas, por lo que las adquisiciones exigen un meticuloso análisis costo/beneficio.

En lo que refiere a aspectos meramente técnicos, las objeciones sobre la Specter giran en torno a su peso y tamaño, así como detalles ergonómicos: por su disposición, la palanca para el cambio de magnificación no resulta de rápido acceso en situaciones de estrés, viendo más complicado su accionamiento en caso de que el tirador esté usando guantes.

Su operatoria también demanda que el tirador deba utilizar una de sus manos, abandonando uno de los puntos de contacto sobre el fusil. Y si se trata de un usuario con mano izquierda dominante, implica perder empuñadura y grip.

Similares inconvenientes presentan los ajustes externos y el alojamiento de batería. Su uso no solo resulta un tanto complejo al requerir herramientas especiales para mover la perilla de regulación de deriva y la rueda para los ajustes de elevación, sino que además los controles están por fuera de la carcasa, expuestos a la acción de medios externos.

Una de las partes más objetadas en la Specter DR es su montaje, el cual no posee ajustes de tensión, cuenta con un solo contacto de traba con el riel y su disposición resulta demasiado baja para complementarla con sistemas de visión nocturna o termales. Mejorar este aspecto implica adquirir un montaje adicional que permita garantizar un rendimiento apropiado de la mira, lo que significa incorporar un costo adicional.

Finalmente, cuando el tirador utiliza la mira en aumento 1X, debe tomar las precauciones de lograr alineamiento casi ideal debido a que, en caso contrario, se experimenta un efecto sombra en el visor. Esta situación se agrava durante actividades dinámicas en espacios reducidos, donde el tirador deberá tomar los recaudos necesarios en un contexto de rápida evolución.

Conclusiones:

En un contexto siempre complejo, marcado por privaciones presupuestarias, en los últimos años el Ejército Argentino no solo comenzó a dar sus primeros pasos en la rubro de miras de combate, sino que paulatinamente fue acomodando un proceso de estandarización de material, tal como describimos.

Esta homogeneización, particular a las tropas de operaciones especiales y con posibilidad de ampliarse a la tropa regular, también se hizo extensiva a nivel conjunto, ya que tanto la Infantería de Marina como la Fuerza Aérea Argentina se volcaron por un mismo fabricante y sus gama de soluciones (ACOG y MRO HD), con todos los aspectos positivos que esto implica.

Con requerimientos siempre latentes a la hora de incorporar nuevas capacidades y tecnología, el Ejército Argentino sin duda sostendrá este proceso para seguir incrementando la disponibilidad de miras de combate, permitiendo a su infantería llegar a los estándares modernos en lo que hace a sistemas de miras de combate.

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