Buenas tardes, compañeros del foro.
No suelo intervenir en este tema porque creo que no hay mejor para hablar de su país que los colegas argentinos.
Sin embargo, me gustaría plantear algunos puntos que me han estado inquietando porque, como brasileño, creo que cualquier cosa que le pase a Argentina afecta mucho a mi país.
No veo, al menos en términos generales, ninguna dificultad en entender el contexto macro en el que está inserta la Argentina.
Hablamos de la disputa por la hegemonía, no sólo económica sino también de influencia, entre EE.UU. y China.
En este aspecto, estamos viviendo una cosmovisión (occidental) coincidente entre el gobierno de Milei y el de Donald Trump, además de la relativa amistad entre ambos.
Estados Unidos quiere recuperar su dominio en lo que considera su "Pateo Trasero", que se ha visto disminuido con el advenimiento del crecimiento de la "izquierda" (entre comillas grandes porque son simplemente grupos oportunistas y populistas, en su abrumadora mayoría vinculados al narcotráfico). Principalmente en nuestra región, con el dominio del chavismo en Venezuela, que causó una destrucción sin precedentes en ese país y un éxodo masivo.
Hoy sabemos que durante al menos 15 años, el régimen chavista subsidió a los movimientos de izquierda (descritos en el Foro de São Paulo), utilizando y destruyendo a PDVSA para enviar recursos en valijas diplomáticas y otros recursos a regímenes amigos (Esto aplica a los Kirchner en Argentina, Lula y PT en Brasil, Petro, etc.) .
Todo esto es historia bien comprobada. Resulta que siempre se ha apoyado en la cooptación de parte de los medios tradicionales de midia (en Brasil, prácticamente todos) mediante compras o intimidación, para mantener a gran parte de la población atada a un hipotético estado de "bienestar", en realidad una pobreza controlada, mediante subsidios al transporte, la energía, etc., aun sabiendo que era insostenible para la economía (los recursos no aparecen por generación espontánea ).
Ahora, en una acción sin precedentes (intervención en el mercado del peso), el Tesoro de Estados Unidos está apoyando al gobierno de Milei.
Sin duda, este apoyo tiene condiciones (una mayoría ya garantizada por el compromiso con los ideales occidentales y los estrechos vínculos con Washington) que no son eternas.
Las elecciones del 26 de octubre serán decisivas (no les digo nada nuevo para la mayoría de mis colegas).
Si nos fiamos de las encuestas, el partido Libertad Avança no tendrá una mayoría cómoda en la legislatura.
En rigor, todo puede seguir como está.
Esta es quizás la peor pesadilla de todas, no solo para el gobierno de Milei, sino también para muchos simpatizantes estadounidenses. Solo podemos decir que son pragmáticos.
Hay una serie de hechos económicos que no se pueden ignorar.
Según algunas fuentes (pueden variar), la deuda externa actual (en dólares) alcanza un máximo de USD 305 mil millones.
Los compromisos de estas deudas, considerando la actual y probable entrada de recursos (agricultura, vaca muerta , minería), ya son casi insostenibles.
La "lluvia de dólares" de inversiones anunciada por Milei es, como mínimo, discutible.
No extenderé este texto analizando cada una de ellas.
En otras palabras, gran parte de lo que Argentina pretende para su futuro se revelará en estas elecciones.
Por mi parte, siempre espero lo mejor.
¡Buen fin de semana, amigos!
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. Increíble la facilidad que tienen algunas personas para desdoblarse. Todavía recuerdo cuando salía con guantes de boxeo en reuniones con empresarios para amedrentarlos.
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