Todo sobre tiro defensivo, armas, disposiciones y procedimientos

No tenia idea que la Simunition alla fuera de tal costo. Tengo que averiguar aqui sobre esto, puesto que donde se usan usualmente son proveidas. Y esto es en ciertos lugares nada mas, no tan usual. No me sorprenderia si aqui son caras por igual, segurisimo que el govierno las compra con descuento.
Gracias a ambos por su informacion. Muy gentil. Saludos!
 
Video

Bueno, acá va el videito prometido con algunas tomas de los ejercicios.

Observen como salen de la X cuando explota el enfrentamiento. Lo haciamos de las dos formas estático y dinámico.

http://www.youtube.com/watch?v=asdMP3fwrn4

También podrán ver como no les da tiempo a empuñar el arma con ambas manos y como la precisión decae considerablemente.

Saludos
JB
 
[QUOTE También podrán ver como no les da tiempo a empuñar el arma con ambas manos y como la precisión decae considerablemente.

Saludos
JB[/QUOTE]

Excelente observacion, Sr.!
 

Delfin

Forista Sancionado o Expulsado
Bueno, acá va el videito prometido con algunas tomas de los ejercicios.
Observen como salen de la X cuando explota el enfrentamiento. Lo haciamos de las dos formas estático y dinámico.

http://www.youtube.com/watch?v=asdMP3fwrn4

Hola Juan! MUY BUENO!!!

También podrán ver como no les da tiempo a empuñar el arma con ambas manos y como la precisión decae considerablemente. Saludos JB

Hummm ... y para qué empuñar a dos manos a tan corta distancia ???

En mi humilde opinión yo creo que un buen empuñe a una mano (primaria o soporte para que no me retes... mano "hábil" para mi gusto :rofl:) es lo más apropiado para tan cortas distancias.

La otra mano... puede servir de escudo ante el ataque del arma blanca, especialmente si el LU camina con un portafolios en sus manos. (o con "algo", un periódico, un abrigo, un bolso, ...)

También "la otra mano" y su brazo... podría / debería ser entrenada para rechazar violentamente o detener el cuerpo del agresor, no? mientras la mano primaria / hábil se encarga del desenfunde y el disparo.

Tratar de empuñar a dos manos, en tan corta distancia... puede llevar a perder instantes (fracciones de segundo o segundo y fracción) que se desperdiciaría. Ese tiempo (aunque sea un instante muy breve) para mí debería aprovecharse para repetir el tiro... En vez de UN impacto "bien puesto" en un cuerpo a cuerpo, es preferible DOS o TRES impactos "puestos"


El entrenamiento en "tiro instintivo" o "no apuntado" pero si "dirigido", lleva a que los impactos se den dentro del cuerpo del agresor. El resto... es repetición, buena ammo, calibre óptimo para el tirador, ... y un cacho de suerte.

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Me olvidaba: uno de los aspectos más negativos de nuestra "realidad" es la falta de Clubes (Tiro Federal) con "canchas de tiro" que permitan la práctica de tiro en movimiento, de desplazamientos, de toma de cobertura, de recargas tácticas, etc. etc. Esto lleva a tener que "entrenar" en Polígonos que no sirven de mucho para esta modalidad del tiro.

Esto, a su vez, lleva casi exclusivamente al "entrenamiento" en tiro apuntado, estático, empuñando a dos manos, etc. Es decir: poco que ver con el combate defensivo callejero. Además de todo lo que sea tiro en movimiento, uno de los detalles no menores es la práctica del desenfunde -empuñando a mano hábil / dominante / primaria / principal / soporte y el tiro sin apuntar -desde la cadera- a blancos (o suegras... ) que estén a muuuuy cortas distancias. Es decir: la práctica del Tiro Instintivo (no apuntado)

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Glorario :yonofui:
Hábil: adj. Se aplica a la persona (y por extensión a otros casos) que puede hacer una cosa fácilmente y bien, que puede hacer cosas con facilidad.
 

Delfin

Forista Sancionado o Expulsado
El ENTRENAMIENTO en Tiro Defensivo

Esta nota, tomada con expresa autorización del autor (que me la ha enviado) pretende hacernos tomar conciencia de la importancia del ENTRENAMIENTO para el Tiro Defensivo callejero. Esto es para personas con portación legal. El autor es un tipazo, con mucha experiencia, una lucidez y claridad intelectual "notable" (por no decir simplemente "extraordinaria") y muy buena persona. Espero que les guste.

Ernesto Carrera
Escuela de Protección Personal

¿Confía usted en su entrenamiento?

Juan acababa de terminar su guardia cuando decidió invitar a su novia a darse una vuelta en moto. Miró la hora, 10 de la noche, pero el bulto en la cintura donde descansaba la pistola le hizo sentir estúpido, como si fueran cosas de policías eso de tenerle miedo a los chorros.

La decisión estaba tomada, la pareja tomó rumbo al mirador con noche fresca y luna llena. Hubiera sido la noche perfecta de no ser por los dos tipos que se presentaron en el Ford Fiesta rojo. De aquí para adelante la historia la cuenta las declaraciones de la novia: una discusión, un golpe repentino por parte de uno de los extraños, jaloneo y de pronto dos tiros que retumbaron en la oscuridad… Uno no se sabe dónde dio, el otro sí: Juan yacía muerto con un tiro en la cabeza hecho por su propia arma, que por cierto hasta el día de hoy no aparece.

Nombres y hechos están alterados por respeto a las víctimas, pero la historia es real y no es distinta a otras que se presentan en el mundo. La pregunta también es la misma: ¿qué pasó con el entrenamiento?

Los cultores de la táctica podrán hacer conjeturas sobre lo acertado o errado de las decisiones tomadas por Juan, otros argumentarán - y con razón - que son las personas y no los sistemas de entrenamiento los que ganan los combates. Pero al final el resultado es el mismo: gran cantidad de personas mueren a pesar de su entrenamiento, lo que nos obliga a voltear la mirada a la forma como civiles y policías nos preparamos para enfrentar situaciones cómo esta. Vayan algunos planteamientos con ánimo de iniciar una discusión que esperamos no termine.

Primer problema: no considerar el Mapa de Víctima

Exceso de confianza táctica producto del entrenamiento pobre o irreal, la mentalidad de "eso no me va a pasar" y la absoluta fe de que con un arma nos rebotan las balas, crean un cóctel de desastre del que no escapan civiles y policías.

Si usted piensa que esto es sólo un síndrome de civiles, tenga presente que en el 2003 la resistencia a la autoridad en Venezuela se incrementó en 75% y que mundialmente se maneja la cifra de que el 3% de las personas atacarán a un funcionario con o sin un plan previamente trazado (regla 97/3 de Blauer).

Resulta alarmante encontrar cómo en los entrenamientos tanto para civiles como para funcionarios de seguridad, el tema de la victimización se aborda simplemente con una lista de tips preventivos sin profundizar en la responsabilidad personal frente al tema de la seguridad. Mientras no se aborde este tema, simplemente estaremos entrenando a víctimas con pistola y/o uniforme.

Segundo problema: culto a lo irreal en el cuerpo a cuerpo

Las situaciones de calle tienden a darse en distancias muy cortas (distancias menores a un metro), en las cuales prevalece el cuerpo a cuerpo. Aquí los entrenamientos tienden a presentar varios problemas:

Desconocimiento de nociones básicas de biología: Es muy fácil hacer una técnica cuerpo a cuerpo, cargar munición en un magazine / cargador / cacerina o hacer maromas con un palo en clase. Esto se debe a que en estas situaciones no estamos bajo estrés y por ende nuestras destrezas motoras complejas -las que nos permiten hacer movimientos complicados- son las que funcionan.

En situaciones de estrés éstas son precisamente las que caen, dando paso a las llamadas destrezas gruesas que son las que controlan músculos esqueléticos grandes - que nos permiten correr, jalar, empujar o golpear -. Esto significa entre otras cosas que nos volvemos seres absolutamente torpes.

Súmele a su torpeza otros síntomas característicos como; falta de aire, visión de túnel y dificultad para ver a más de 1.5 m, incapacidad de razonar, reacciones instintivas ante la sorpresa (aquellas más naturales como cerrar los ojos, protegerse con los brazos, voltear la cara, etc.) y reboot mental (nos quedamos en blanco algunas milésimas de segundo tratando de entender qué nos sucede).

Desconocimiento de la Psicología del Combate: Otro elemento fundamental aquí es el estado mental. Cuando usted sabe que va a enfrentar una situación violenta, se enciende una especie de interruptor que lo prepara mental y físicamente para el enfrentamiento y es aquí cuando puede hacer gala de su entrenamiento.

El problema es que la mayoría de las veces el último en enterarse que está en un enfrentamiento es usted (el que lo sabe primero es el agresor que ataca repentinamente). Esto trae dos consecuencias: el fenómeno del "Reboot Mental" (bloqueo e indecisión ante la sorpresa) y la reacción instintiva antes que la técnica.

Desconocimiento del patrón de ataque: Si le preguntamos a cualquiera cuántas formas existen para atacar a otra persona seguramente hará una lista de 15 ó 20 ataques de lo que supone podría suceder. Créalo o no pero la mayoría de los sistemas de defensa personal construyen su técnicas basados en suposiciones de lo que podría ser, pero no de lo que realmente sucede. Esto supone un desconocimiento total del formato de enfrentamiento que una persona se encontrará en la calle.

En otros casos, se heredan formas de ataquen que datan del siglo XV cuando a la gente la atacaban con espadas. Estadísticamente está demostrado que existe un máximo de 3 a 5 formas distintas de atacar que prevalecen sobre otras dependiendo de si el agresor porta un arma o no.

Apartando el tema de que se entrena a la persona en técnicas que tal vez jamás llegue a necesitar, lo grave está en que si un instructor hace una lista de 20 formas de ataque deberá pensar en al menos 20 respuestas distintas, cada una con dos variantes. Al final, la persona no sólo deberá aprender a reconocer un ataque en particular entre 20, sino además elegir entre 40 opciones para responder.

Pregúntese usted quién es capaz de tomar semejante decisión en 0.16 segundos, que es lo que tarda un brazo en estirarse y alcanzar su objetivo.
Hay un principio que dice: "hay mayor cantidad de opciones el tiempo de decisión se incrementa proporcionalmente". El resultado: un bloqueo total.
Desarticulación entre el cuerpo a cuerpo y el uso del arma: 7 de cada 10 enfrentamientos se dan en lo que se llama la Distancia de Riesgo, aquella que es menor a un metro entre los contrincantes, aproximadamente en 6 de cada 10 situaciones hay un arma de cualquier tipo presente.

En estas situaciones la víctima "peleará" más que "disparará", incluso para poder desenfundar su arma. ¿Cómo manejarse dentro del clinch? ¿Cómo retener el arma si tratan de quitárnosla? ¿Cómo ganar una distancia prudente para poder emplear el arma? ¿Cómo intentar un desarme y emplear el arma obtenida? A parte de una que otra técnica aislada éstas son sólo algunas preguntas que llenan la laguna entre lo que debería ser un sistema completo de transición entre el cuerpo a cuerpo y la fuerza letal.

Entrenamiento incompleto y descontextualizado: La mayoría de los entrenamientos llegan hasta el aprendizaje del movimiento, es decir, ese momento en que usted repite 100 veces la misma técnica con un compañero colaborador. Sin embargo, esto es sólo el 50%, la otra mitad la aprende mediante escenarios.

Enseñanza de "técnicas" y no de herramientas: Una técnica es una secuencia de movimientos que ejecutados de forma consecutiva consiguen un objetivo, es decir, Paso 1, 2 y 3. Entrenar así significa asumir que todas las personas reaccionarán igual ante el intento de dominarlas -pregúntele a un policía si esto es cierto frente a un individuo que no se deja esposar- , lo que limita la capacidad de adaptar lo que se tiene a la situación.

El currículo del instructor: Con excepción de varios profesionales que han profundizado en el estudio de los enfrentamientos en distancias cerradas, todavía seguimos contratando deportistas para que nos enseñen a manejar enfrentamientos de calle. Una cosa es ser un excelente peleador y ganar competencias y otra enseñarle a la gente cómo sobrevivir.

Tercer problema: Ausencia de desarrollo de destrezas alternas

Habilidades para detectar momentos de peligro, medir el impulso violento de una persona, técnicas de desactivación verbal, principios de uso de la fuerza, evasión y evaluación de momentos de riesgo, comprensión y apego a procedimientos, son todavía términos extraños en nuestro país. Lamentablemente, son precisamente estas destrezas las que pueden decidir un desenlace exitoso.

Cuarto Problema: ausencia de continuidad en el entrenamiento

Por lo general la última sesión de entrenamiento que tiene el funcionario promedio data de cuando estaba en la Academia, en el caso del civil cuando tuvo el dinero para pagarla. En este campo, lo que no se entrena se olvida en un lapso de 4 a 6 semanas. Si el entrenamiento periódico no se transforma en un compromiso personal y/o en una exigencia de la institución a la que pertenece, difícilmente podamos acusar a personas como Juan de haber cometido errores al tratar de salvar su vida.

Ernesto Carrera
 
Bueno, acá va el videito prometido con algunas tomas de los ejercicios.

Observen como salen de la X cuando explota el enfrentamiento. Lo haciamos de las dos formas estático y dinámico.

http://www.youtube.com/watch?v=asdMP3fwrn4

También podrán ver como no les da tiempo a empuñar el arma con ambas manos y como la precisión decae considerablemente.

Saludos
JB

Solo un humildísimo comentario...

Pruebe lo siguiente...
Portando a la diestra, pruebe con cubrir su rosto con la siniestra extendida en posición de stop, apuntando a la cara del agresor, de solo un paso a la derecha para salir de la linea de fuego o ataque y efectue un "Double Tap" al bulto usando el metodo de tiro instintivo que se ve fortalecido por la utilización de una mano regente, en este caso... la izquierda.

Lo saludo atte.

NHB.
 
Enfrentar un cuchillo es muy peligroso, tambien depende del impacto de la bala, si no tiene volteo lo llenas de municion pero igual te llega.
Es muy interesante este tema , gracias.
 

Herr Professor

forista tempera-mental
Colaborador
la diferencia entre un arma blanca y una de fuego , es que con entrenamiento en defensa personal , es factible desviar o detener una agresion con cuchillo.

con arma de fuego existen tecnicas defensivas , pero tenes todas las de perder...
 
que raro tu comentario hacia mi post... ya lo tomo como algo personal...

una pena

No te calientes che...
Me parece que dentro de distancias mas cercanas (<6m), es mucho más rápido un cuchillo...es que, no lo ves! El proceso de desenfundar y tirar (con cierta precisión) es algo mas lento....por supuesto que comerte un tiro suele ser peor que una puñalada, pero el tiempo de reacción ante alguien que te tira una puñalada, es mucho menor..
Saludos..
 
No te calientes che...
Me parece que dentro de distancias mas cercanas (<6m), es mucho más rápido un cuchillo...es que, no lo ves! El proceso de desenfundar y tirar (con cierta precisión) es algo mas lento....por supuesto que comerte un tiro suele ser peor que una puñalada, pero el tiempo de reacción ante alguien que te tira una puñalada, es mucho menor..
Saludos..


Todo, todo, todo... depende del operador, su entrenamiento, el tipo de entorno... incluso, variables Psicológicas.

Si alguien se acerca a ustedes con un puñal... la mejor acción posible es correr tan rápido y tan lejos como puedan. Si el agresor tiene un arma de fuego y está a más de 15 mts., la mejor respuesta es hacer lo mismo que en la primera opción; a menos distancia, la mejor respuesta es entregar lo que se nos pide, nunca jamás decir la palabra "NO" y orar por no ser ejecutados. Un civil disparando o enfrentando delincuentes no es mi consejo para nadie. Incluso un uniformado sin ventaja táctica está en desventaja por más entrenamiento que tenga.

NHB.
 

Herr Professor

forista tempera-mental
Colaborador
Todo, todo, todo... depende del operador, su entrenamiento, el tipo de entorno... incluso, variables Psicológicas.

Si alguien se acerca a ustedes con un puñal... la mejor acción posible es correr tan rápido y tan lejos como puedan. Si el agresor tiene un arma de fuego y está a más de 15 mts., la mejor respuesta es hacer lo mismo que en la primera opción; a menos distancia, la mejor respuesta es entregar lo que se nos pide, nunca jamás decir la palabra "NO" y orar por no ser ejecutados. Un civil disparando o enfrentando delincuentes no es mi consejo para nadie. Incluso un uniformado sin ventaja táctica está en desventaja por más entrenamiento que tenga.

NHB.

EXACTO, pero si hay distancia suficiente y se emprende la huida , esta debe hacerse en zig zag , no dandole al agresor una linea de tiro recta, pero como dice Natan , las variables son casi infinitas , yo supongo que si mi agresor esta a 1 metro , no voy a hacer ningun movimiento brusco , eso es lo que creo, espero que no me toque nunca para corroborar nada...
 
Recomendaciones.

Lo que algunos especialistas recomiendan es mantener la distancia, consideran los veinte metros como standard de seguridad. El agresor necesita "cerrar el espacio", achicar esa distancia para realizar el ataque.
Asi que sea con cuchillo o con un arma de fuego, la distancia es uno de los primeros aliados con que contamos. Saludos
Hernán.
 
El tema de la distancia sin duda es importante, claro que el atacante nunca viene con un cartel que lo identifique, por lo que estar siempre separados de todos es imposible, el agresor llega a la distancia sin delatar sus pretenciones y una vez que la gano ya no tenes oportunidad de escapar, para un civil desarmado seguramente sera la mejor opcion entregar todo, no defenderse y entregarse a su suerte, para alguien que esta armado la cosa es diferente y si pertenece a algun cuerpo de seguridad y lo descubren no tendra la misma suerte que un civil, por lo que seguramente tendra que defenderse y jugarsela solo ya que de todas maneras esta perdido.
La unica salida es tratar de que el delincuente se confie en que tiene controlada la situacion y jugar con la sorpresa es el momento en que el conejo se transforma en leon y tiene una leve ventaja , unica e irrepetible
 

comando27

Colaborador
Respecto de a distancia, hay un dicho que me gusta particularmente:

"Si Ud. está muy cerca de un problema, ya es parte de él".

Comparto lo señalado por los estimados Nataniel y Flecha, agregaría que hay que ser conscientes que en el infinito universo de variables tácticas, aún siendo un experto en determinadas técnicas, éstas pueden resultar quizás insuficientes. Por ello hay que entrenar y entrenar, de modo que esas variables inestables no nos incluyan en su derrotero. Al menos debemos ser "competentes conscientes", de lo que podemos y no podemos hacer.

Cordiales saludos
 

Delfin

Forista Sancionado o Expulsado
HÁBITOS del POLÍGONO...

Tomado de http://www.proteccionpersonal.net/especial.htm
Con autorización del autor

Hábitos del polígono que lo pueden matar en la calle

El pasado domingo 24 de febrero tuvimos la oportunidad de dictar el Curso Combate Cercano Extremo Fase II: Distancias Medias en su modalidad de “Entrenamientos Abiertos al Público”, que hasta el momento se había dictado exclusivamente a empresas y grupos de seguridad.

Las experiencias y aprendizajes sacados de este curso y los anteriores, junto a investigaciones previas de la Escuela de Protección Personal, son la base para este informe.

El grupo participante representó una interesante muestra de tiradores con buen nivel: ex funcionarios policiales, personas vinculadas al mundo del IDPA, gente del área de seguridad y ciudadano particulares.

La última fase del curso planteó dos escenarios comunes del enfrentamiento urbano extraídos de casos reales: 1) Altercado violento en la calle por choque y 2) atraco camino al vehículo.

Con la puesta en práctica de estos escenarios y la actuación de sus participantes tratamos de resolver algunas interrogantes:

¿De qué manera la práctica en polígono condiciona las respuestas del defensor en una situación real y qué tan eficaces son esas respuestas desde el punto de vista táctico?

¿Cuáles son los errores más comunes que se comenten en un enfrentamiento?
Cabe señalar que muchas de las técnicas y tácticas que vemos desempeñar por los asistentes (un 80% son tiradores de nivel medio y avanzado) forman parte del repertorio de lo comúnmente aceptado en modalidades de tiro para la defensa personal. Aunque la mayoría de estos conceptos mantienen su eficacia cuando se simulan situaciones reales, aquí vamos a desarrollar algunas tendencias que podrían ser peligrosas en el enfrentamiento.

Tendencia N°1: Sacar el arma inmediatamente sin medir las probabilidades de éxito

Es quizás la tendencia más común: cuando el agresor apunta con su arma, el defensor trata inmediatamente de sacar la suya.

Existen tres normas básicas para sobrevivir a un tiroteo:
  • Tenga un arma
  • Tenga el arma en la mano
  • Dispare primero
Aplicar las tres normas en polígono es bastante simple porque no hay consecuencias (nadie nos dispara de vuelta). En la calle es otra historia y a nuestro juicio estas reglas se han interpretado en un 50% por la mayoría.
Tener el arma en mano e iniciar la acción primero (ser proactivo) parte del hecho de que el defensor podrá anticipar el enfrentamiento, es decir, habrá cumplido con todas las normas y hábitos de seguridad personal (estar en condición amarilla, armar un plan, tomar cobertura, etc.).

Ahora bien, basándonos en los 5 años de estudio de victimización que hemos llevado en la Escuela llegamos a una hipótesis:
“El día que usted cumpla con todas las normas y hábitos de seguridad en la calle, esté mentalmente preparado para enfrentar el peligro y dispuesto a hacerlo, probablemente no ocurra nada porque el delincuente lo notará y buscará a alguien más fácil”.
En consecuencia…
“El día que acumule la mayoría de las desventajas tácticas, pueda ser tomado por sorpresa y su capacidad de frustrar la acción sea limitada, probablemente lo ataquen si no hay una víctima más vulnerable que usted frente al delincuente”.
Y vamos a estar claros: somos humanos, no máquinas que pueden mantener sostenidamente estados de alerta las 24 horas.

En pocas palabras, es muy probable que los enfrentamientos con los que deba lidiar las normas para sobrevivir a un tiroteo las cumpla primero su agresor: lo enfrentará arma en mano o tratará de desenfundar y disparar primero. Usted será tomado por sorpresa y mucho de lo que haga será reactivo y aquí residen muchas de las lagunas en entrenamientos convencionales.

Del permanente entrenamiento en el que el defensor es proactivo (saca el arma primero) sin considerar el protocolo previo al desenfunde, tiende a quedar instalado el reflejo de sacar el arma sin considerar si es tácitamente probable ser exitoso. Obviamente, como el cartón no se defiende, la conducta es reforzada e instalada como acto inconsciente.

En escenarios muchas personas “mueren” por esta tendencia inculcada a fuerza de repetirla una y otra vez en el polígono: al ver el arma en manos del agresor tratan de cumplir la norma (desenfundar y disparar o lo que es lo mismo, estrategias proactivas) compensando con velocidad la falta de iniciativa (reactividad).

Esto es bastante peligroso por algo básico: la acción siempre es más rápida que la reacción.

Desenfundar y disparar rápido es una habilidad imprescindible. Pero por más rápido que sea su desenfunde el agresor siempre estará un paso adelante (ya tiene el arma en la mano). La lógica del polígono: velocidad + precisión = eficacia, no necesariamente aplica a estos casos.

Incluso si logra disparar primero lo más probable es que le devuelvan el tiro. A tres metros de distancia las prioridades cambian: antes de pensar en desenfundar tiene que pensar en qué va a hacer para que no le den.

El problema no es solamente tener el arma en la mano (desenfundar), sino cómo hacerlo evitando que nos disparen en el intento. Esto es de hecho el gran error que cometen muchas personas armadas que mueren durante atracos y la parte más retadora de todo el enfrentamiento.

Tendencia N°2: Disparar desde posiciones tradicionales, en estático o moviéndose sobre la línea de tiro del agresor

Todos hemos hecho alguna vez el ABC del tiro: desenfundar, presentar el arma en una posición tradicional (Weaver o Isósceles), apuntar y disparar. Usar posiciones tradicionales, estáticas y balanceadas son la mejor forma de hacer blanco y es el estándar general en un polígono con algunas variantes (posiciones modificadas, uso de una mano, agachado, tumbado, etc.). Todas son excelentes prácticas para aprender a pegar.

Las posiciones tradicionales comparten elementos comunes, estaticidad, estabilidad y balance. Las tres establecen el concepto “Stand & Deliver” (párate y reparte) y fueron creadas bajo circunstancias muy específicas que no necesariamente son 100% aplicables en todo momento, ya que posiciones estáticas o que limiten movilidad tienden a ser contraproducentes cuando hay que moverse, terreno de las posiciones “inusuales”. Cosa extraña ya que lo más “inusual” en el polígono termina siendo lo “usual” en la calle.

El problema de usar posiciones usuales (estáticas) en enfrentamientos de tres metros donde no hay cobertura cerca, es que terminan transformando a la persona en una silueta sobre la que el agresor hace blanco sin mayor complicación.

El segundo problema es la pérdida de conciencia sobre las líneas de tiro del agresor. Muchas veces tendemos a encarar al sujeto en posición estática o bien desplazándonos hacia adelante o hacia atrás en línea recta.

Cualquiera de las tres opciones tiene el mismo resultado, está infringiendo la cuarta norma de supervivencia en un tiroteo:
no se pare frente al cañón de su adversario.

Quedarse estático o moverse sobre la misma línea de tiro tiende a ser el resultado de dos factores:

Factor Estrés: estamos condicionados a retroceder o avanzar ante una amenaza de forma instintiva cuando somos tomados por sorpresa (Flight or Fight). Quitarse o rodearla son actos que deben condicionarse por entrenamiento continuo.

Factor Polígono: La mayoría de las veces no se introduce la probabilidad de que el agresor devuelva el tiro o trate de rodear la cobertura que hemos tomado. Por ende existen pocas consideraciones sobre la línea de tiro que usa el agresor. Años de condicionamiento en una práctica donde se dispara sin tener en cuenta que del otro lado se van a defender, terminan por desechar esta probabilidad y por ende no se instalan actos reflejos para este problema

Tendencia N°3: Lidiar con “Múltiples adversarios” en la calle como se hace en el polígono

La fórmula básica que hemos aprendido para lidiar con múltiples adversarios nos enseña a repartir y alternar los impactos sin concentrarnos en una amenaza por demasiado tiempo.

En teoría, debe dispararse entre uno y dos tiros a cada agresor alternativamente, por ejemplo de derecha a izquierda, para luego devolverse. Un ejemplo clásico de esto es el Drill de “El Presidente”, donde se debe impactar a cinco blancos en línea en el menor tiempo posible. Pero en escenarios de 5 metros de distancia, con el defensor triangulado y sin cobertura las cosas son distintas.

Por lo que hemos visto en la práctica, cuando el defensor logra impactar al primer agresor el segundo logra darle por lo menos dos veces. Como es lógico, en medio de la urgencia el defensor no logra neutralizar al primero cuando ya debe ir al segundo que lo está atacando (tenga en cuenta que a menos que se impacte en áreas terminales una persona gravemente herida puede seguir disparando al menos por 30 segundos). Al final termina recibiendo disparos de ambos.
Sume a esto el hábito de disparar desde posiciones estáticas y tendrá a un defensor transformado en colador.
Tendencia N°4: Manejar el enfrentamiento en función de precisión, zonas de impacto y agrupación

En el polígono la precisión y agrupación son valores importantes porque nos indican el nivel de eficacia con el arma. Apuntar y pegarle a lo que se supone que queremos darle es una destreza obvia y necesaria para cualquiera que porte armas.

Bajo esta línea, muchos consideran que los tiros que no llegan al “centro de masas” y la “cabeza” de la silueta son “tiros perdidos” y de allí que se esfuercen en conseguir las miras (apuntar usando las miras) rápidamente o entrenarse para ser tremendamente efectivos usando sólo el guión. Pero apartando el hecho que se le dispara a una silueta cuyas principales dimensiones son Ancho y Alto (no profundidad, como la que tiene el cuerpo humano) hay algunas cosas que hay que poner en perspectiva.

A usted le interesa pegar y agrupar la mayor cantidad de impactos en esas zonas porque significan más puntos en la competencia y son las mejores áreas para anular la amenaza, según la balística terminal.

Pero en la práctica sería lo mismo que un boxeador que piense que la única manera de ganar la pelea es lograr golpear en el switche a su adversario y que los demás golpes no importan. Lo más probable es que mientras busca ese golpe mágico, reciba unos cuantos que lo pueden dejar KO.

Un boxeador no sale buscando el switche de su contrincante. Simplemente trata de golpearlo y, si encuentra la oportunidad, golpea en la zona. Cualquier golpe que llegue es bueno porque suma oportunidades para buscar el definitivo. De igual manera, en el enfrentamiento cualquier tiro que llegue es bueno.

La Escuela de Protección Personal ha realizado más de 300 simulaciones con distintas personas y en todas pasa lo mismo: nunca hemos encontrado evidencias de que alguien haya tratado de apuntar y dirigir los tiros a zonas terminales de forma consciente y premeditada. Simplemente dispara contra el agresor o, concretamente, contra la zona del agresor que en ese momento esté mirando.

Dado que la mayoría de las veces en enfrentamientos de 0 a 5 metros el defensor mira la cara o el arma del agresor, si tiene buena coordinación ojo – mano logra a colocar los impactos en la cabeza, manos y brazos.
Aquellos que no tienen esta destreza desarrollada o tratan de apuntar, simplemente o no le dan a nada o son impactados porque perdieron tiempo.

De hecho es extremadamente difícil ver miras en situaciones reactivas por un fenómeno básico de comportamiento bajo estrés: todo ser vivo que es amenazado tiende a concentrarse en la amenaza y pierde perspectiva de detalles y cosas pequeñas. Y las miras son tremendamente pequeñas.

El segundo aspecto a considerar es que tanto defensor como agresor se mueven, cosa que hace bastante difícil colocar impactos quirúrgicos. La mayoría de los participantes en escenarios dice lo mismo: “simplemente vi al agresor y le disparé”. Algo que se corrobora al terminar el ejercicio cuando le preguntan al agresor en qué parte de su cuerpo recibió los impactos.
Esto plantea dos trabajos necesarios: por un lado aprender a pegar y a agrupar para dominar el arma, pero por otro desarrollar una destreza combativa que no tiene que ver con zonas y puntos: pegarle simplemente a lo que miramos.

Tendencia N°5: Mantener reactividad en el enfrentamiento sin tomar iniciativa

La falta de una práctica donde haya interacción Humano –vs- Humano dificulta que el defensor pueda acostumbrarse al estés real de la situación. Imposibilitado de entender qué sucede y cómo actuar en consecuencia, muchas veces pasa por alto señales inequívocas de que el agresor frente a él tomó la decisión de desenfundar y disparar o está tratando de acorralarlo.

Esta fase de protocolo previo al enfrentamiento, momento en el cual aparecen los gritos, amenazas y empujones, tiende a “desbaratar” la defensa psicológica y emocional de la persona.

Incapaz de “interceptar” la pelea antes de que comience, para el momento en que los agresores atacan (desenfundan y disparan) ya es demasiado tarde.

Sin embargo, hemos notado que aquellas personas con experiencia de calle o entrenamientos previos en actividades combativas(sobre todo combate cuerpo a cuerpo) tienden a desempeñarse mejor en este aspecto.

Acostumbradas a la interacción violenta, reaccionan mejor ante los avances del agresor.

Esto confirma un planteamiento que hemos venido haciendo desde hace tiempo: el tirador debe ser integral y no conformarse exclusivamente con el dominio del arma de fuego. Dado que el hecho de estar armado lo hace más proclive a enfrentamientos de vida o muerte, su perfil técnico, condiciones físicas y condicionamiento psicológico debe ser mayor.

Tendencia N°6: Ver el enfrentamiento desde el punto de vista técnico, no táctico

Imbuidos en la idea de que los enfrentamientos son un asunto exclusivamente de técnicas, muchos participantes dejan de lado el componente táctico de la situación que tarde o temprano termina volteándose en su contra.

Superioridad y movilidad de los agresores, premeditación en el ataque y pérdida de iniciativa ante situaciones que no se anticiparon, difícilmente puedan resolverse si no se maneja un esquema de planes sobre cómo actuar en consecuencia.

No se puede confiar exclusivamente en el desempeño técnico a la hora de lidiar con situaciones violentas. Es necesario un esquema general de procedimientos que guíen al defensor a lo largo de la situación.

Mantener un esquema general de desempeño ayuda a la persona a resolver sobre la marcha tres preguntas fundamentales: ¿Qué sucede? ¿Qué va a pasar? Y ¿Qué debo hacer? Cuestiones básicas a la hora de evaluar probabilidades y poner en marcha acciones defensivas.

Cuando la persona no maneja un ESQUEMA TÁCTICO tiende a cometer errores fatales:
  • No anticipa el momento en que el agresor decide desenfundar y disparar
  • Pierde la iniciativa y juega bajo las reglas de los agresores
  • Pierde manejo del entorno, desaprovechando sus oportunidades
  • Se coloca, o permite que la coloquen, en posiciones de desventaja respecto al entorno
Sin embargo, no existe manera de que conceptos tácticos de esta naturaleza sean instalados en polígono por la simple razón de que se necesitan agresores activos (humanos) con los cuales interactuar en entornos parecidos a la calle. La capacidad de desarrollar y manejar esquemas tácticos se logra mediante escenarios con variables cambiantes, que obliguen la persona a resolver sobre la marcha basada en un plan general.

La Escuela aborda este esquema general en dos actividades académicas: el taller Manejo Táctico del Conflicto, dictado a personal policial y de seguridad y la charla inductiva en el curso “Enfrentamientos de Calle” dirigido a público civil y escoltas.

Ambas actividades abordan una serie de conceptos que generalmente no se tocan en entrenamientos tradicionales, pero que consideramos imprescindibles en la formación combativa de la persona: desde cómo es la dinámica del conflicto, cuáles son las variables que lo influyen, fases que señalan intención de atacar y consideraciones de entorno, hasta tácticas para retomar iniciativa y manejar el entorno, entre otras.
Esta combinación entre técnicas y tácticas incrementan exponencialmente la tasa de supervivencia del defensor, incluso en situaciones de desventaja.

Tendencia N°7: Falta de costumbre al lidiar con ropa y fundas cotidianas

Existe una “Boutique del Tirador” con todo un guardarropa de prendas y accesorios para ir al Polígono y cuyo objetivo es hacerle la vida más fácil. Muchas de estas prendas y dispositivos (chalecos, pantalones, fundas y otros) están especialmente diseñadas para optimizar el acto de desenfundar y disparar. Pero aunque son muy bonitas, nadie las lleva puesta al trabajo a riesgo de llamar la atención.

Existe la costumbre en muchas personas de usar estas cosas en sus prácticas, mientras que en su día a día visten y usan accesorios cotidianos cuyo diseñador jamás contempló el hacerlos cómodos para alguien armado. Esta falta de costumbre de emplear prendas cotidianas en las prácticas se transforma en una pesadilla en un enfrentamiento.

La moraleja
Las prácticas en polígono en sus distintos grados de complejidad son necesarias porque condicionan actos reflejos y perfeccionan el dominio del arma. Sin embargo, hay dos problemas con los que hay que tener cuidado. El polígono no es la calle
Hay que tener claro que en el polígono todo lo que practique le saldrá bien porque es un entorno inerte y aséptico:
  • Todos saben qué va a pasar
  • Todos saben dónde están los blancos
  • Sólo disparan los defensores, cuya única preocupación es pegar los tiros, no evitar que le peguen (pequeña gran diferencia)
  • Los blancos no devuelven los tiros, tratan de ganar el enfrentamiento, se mueven agresivamente, emboscan o atacan
  • No hay interferencias que limiten exponencialmente el desempeño del practicante
  • Hay una serie de accesorios, prendas de vestir y chirimbolos cuyo objetivo es hacer confortable la experiencia y terminan haciendo que la práctica no tenga nada en común con la forma en que la persona está en un día cotidiano.
Pero hasta ese momento la persona sólo tiene el 50% de la información (qué tan bien dispara) y el único feedback que ha recibido es cómo está manejando sus posiciones de tiro, puntería y velocidad. Falta el otro 50% que de hecho el más importante: qué está haciendo para que no le den.

A lo largo del los enfrentamientos que hemos simulado mediante entrenamiento basado en escenarios con los asistentes a nuestros cursos, hemos observado que la falta de ese otro 50% de feedback deja por la mitad la capacidad defensiva de la persona: tenemos un excelente tirador, pero un combatiente incompleto al que se le dificulta sobrevivir a un enfrentamiento.

Hemos encontrado que aquellos participantes con poca experiencia en entornos violentos y poco entrenamiento en situaciones simuladas tienden a ser erráticos en su desempeño, incluso si su nivel técnico con armas de fuego es alto.

Hay colapso ante la crisis debido al factor adrenalina y la falta de costumbre de lidiar con entornos dinámicos. Esto imposibilita a la persona entender la “lógica” de lo que sucede allí y por ende su capacidad de trazar planes. La agresión los toma por sorpresa y terminan desplegando acciones reactivas, casi “instintivas”, que al no ser desempeñadas considerando probabilidad de éxito, terminan en respuestas desesperadas tácticamente incorrectas. El resultado es la “muerte” del defensor en manos del agresor.

El polígono puede llegar a condicionar respuestas tácticamente peligrosas
Muchos de los errores comunes que comete el participante en escenarios no se debe a su falta de preparación, sino su condicionamiento a actuar de determinadas formas gracias a la práctica constante, ya que a fuerza de repetir las mismas técnicas, terminan haciéndose “instintivas” o se transforman en hábitos adquiridos.

La construcción de hábitos o destrezas instintivas es algo que debe instalarse con cuidado, porque a fin de cuenta lo que practique insistentemente será lo que haga en el enfrentamiento sin siquiera llegar a pensarlo y esto puede dar pie a errores fatales.

Desenfundar sin medir consecuencias, quedarse en la línea de tiro del agresor, desplazarse partiendo de posiciones incómodas para hacerlo, desarrollar el enfrentamiento triangulado, quedarse en el mismo sitio, perder tiempo buscando miras, entre otras, son en su mayoría conductas que se instalan en prácticas con fuego vivo.

Esto no significa que las prácticas en polígono, habilidades de Marksmanship y el desarrollo de canchas, deban abandonarse. Ambas representan una fuente indiscutible de desarrollo de las destrezas del tirador al incrementar su dominio técnico y visión táctica del conflicto.

Sin embargo, no puede perderse la referencia de para qué se entrena: tener claro que el agresor va a poner también su empeño en ganar, cambia mucho la manera como se practica y previene los “errores instintivos”.

El aprendizaje: lleve la calle al polígono, no lo contrario.

Ernesto Carrera
Director Escuela de Protección Personal
[email protected]

PS: Agradecemos a los participantes del curso realizado el 24 de febrero por su colaboración en el desarrollo de este trabajo.
 

Delfin

Forista Sancionado o Expulsado
Comentarios sobre HABITOS DEL POLÍGONO...

Reflexiones sobre “HÁBITOS DEL POLÍGONO QUE LO PUEDEN MATAR EN LA CALLE” de Ernesto Carrera -
by Delfin

La nota que se comenta ha sido tomada de http://www.proteccionpersonal.net/especial.htm con autorización del autor

El PORTAL DE TIRO DEFENSIVO ya no existe.

También se puede ver la nota original en http://www.network54.com/Forum/4627...el+pol%EDgono+que+lo+pueden+matar+en+la+calle

INTRODUCCIÓN
La lectura de la nota “Hábitos del polígono que lo pueden matar en la calle” impactó mucho y nos hizo recordar cuando casi en nuestros comienzos en EL PORTAL DE TIRO DEFENSIVO (http://www.tiro-defensivo.com.ar) escribimos, en conjunto con varios suscriptores, las diferencias que había entre el Tiro DEPORTIVO (ej. Tiro Práctico) y el Tiro DEFENSIVO. Considerábamos antes y lo seguimos haciendo ahora, que ciertas costumbres que se adquieren al tirar en las modalidades deportivas, pueden convertirse en HÁBITOS PELIGROSOS en situaciones de combate defensivo.

Es necesario tomar conciencia de que ciertos HÁBITOS, propios de la práctica de Polígono (especialmente aquellas que se limitan a tiro desde pedana) o del Tiro Deportivo, pueden convertirse en factores ADVERSOS y jugarnos en contra –dando ventajas- en una situación REAL y PELIGROSA.

HÁBITOS: Son costumbres o prácticas -mecanismos automáticos de conducta- que se adquieren por frecuencia en la repetición de un acto.

LA PRÁCTICA DE TIRO DE PEDANA
Es sumamente habitual que los tiradores defensivos, entendiendo como tales a quienes portan un arma de fuego en forma permanente, sólo tienen como entrenamiento rutinario el concurrir sólos a un Polígono -con cierta frecuencia- para efectuar tiro que responde a las siguientes características:

a) es un tiro de precisión: se busca lograr la mayor agrupación posible
b) es un tiro estático: el tirador no se desplaza de su ubicación (pedana o box de tiro)
c) es un tiro lineal: el tirador se maneja en una única dirección, la formada entre la pedana o box de tiro y el blanco o silueta. No hay diagonales, no hay triangulación, no hay desplazamiento lateral alguno. A lo sumo se desplaza el blanco o silueta SIEMPRE en la misma dirección
d) es un tiro unidireccional: los disparon siempre “van” y nada vuelve desde el blanco
e) es un tiro NoFX (sin efectos). El tirador no advierte ningún cambio en la silueta, no cae, no se mueve, no grita, no sangra…
f) es un tiro parsimonioso, sin apremios, sin urgencias: el tirador puede tomarse todo el tiempo que desee entre uno y otro tiro, o para efectuar un cambio de cargador, o entre una serie de tiros y otra.
g) es un tiro posicional: las posturas de tiro cobran una importancia relevante. La isósceles es la preferida por casi todos los tiradores de pedana. Permite un buen empuñe y obtener buenas agrupaciones (que es lo que se busca)
h) es un tiro apuntado: la toma de puntería es importante y para ello se dedica todo el tiempo necesario
j) exige el empuñe a dos manos: para poder lograr buenas agrupaciones
k) las condiciones de visibilidad son adecuadas / óptimas: no hay oscuridad, no hay sombras, se ve el blanco nítidamente.
l) No requiere identificación positiva del blanco: si está “adelante” es enemigo y se le puede disparar.
m) No presenta circunstancias variables o cambiantes. Las siluetas se quedan donde las ubicamos, no se mueven, no nos amenazan, no cambian de actitud ni de posición. Por consiguiente no hay nada que analizar, sólo hay que concentrarnos en agrupar nuestros impactos lo más cercanos unos de otros que sea posible.
n) No hay otras amenazas: la teoría del “más uno” (otro delincuente más que aparece inesperadamente en escena) no existe. Es mas… no sería bien visto que efectuásemos ningún disparo a las siluetas de nuestros vecinos de pedana J (y a nuestros vecinos de pedana… menos! J )

Si el tirador desarrolla memoria muscular positiva a partir del Tiro de Pedana, u tiro de alto riesgo, puede llegar a pararse frontal y estáticamente frente a las amenazas, permitiendo que el asaltante efectúe “tiros precisos” con mucha facilidad. Las característica de estático y frontal lleva a que si no nos convierten en colador… es porque delante del honesto hay un inepto o un principiante (y además… inepto!)

LA PRÁCTICA DE TIRO PRÁCTICO
Muchas de las características del Tiro de Pedana (tiro recreativo o social) se pueden aplicar al Tiro Práctico. Además de lo ya dicho, se puede agregar:

Es un tiro de VELOCIDAD: se busca lograr la mayor agrupación posible en el menor tiempo posible.

Es un tiro en MOVIMIENTO, con desplazamientos (esto es bueno en sí) pero… suelen conocerse previamente los recorridos. Es decir: se sabe por dónde debemos desplazarnos, no hay casi improvisación, no se puede alterar el orden de los blancos

Es un tiro INAMOVIBLE. Una vez que los blancos están fijos por las autoridades del torneo… “no se mueven solos” J En la calle… los asaltantes pueden cambiar de ubicación (desplazamientos) y de posición (cambios de postura), etc.

Es un tiro DESCUBIERTO: no se toman precauciones a la hora de disparar desde atrás de una “cobertura”. La cuestión es VER bien el blanco… y los tiradores suelen asomarse “alegremente” sin tomar ningún reparo.. (y esto es lógico: del otro lado nadie responderá el fuego… en condiciones “normales” JJJ

Se efectúan recargas RÁPIDAS dejando vaciar el cargador y luego abandonándolo (al dejarlo caer), en lugar de recargas TÁCTICAS, que se efectúan ANTES de quedar sin munición en el cargador y … estando a CUBIERTO. Es decir, hay dos diferencias. Las recargas TÁCTICAS: (el CUÁNDO) se efectúan ANTES de quedarse sin munición, aprovechando alguna ventaja táctica y (el DÓNDE) se llevan a cabo BAJO CUBIERTA.

Se efectúan varios disparos a cada blanco o silueta metálica antes de pasar al siguiente. En Tiro Defensivo puede ser (o no, según Ernesto) necesario impactar en cada uno de los asaltantes ANTES de empezar a repasar…

Al finalizar el ejercicio… se enfunda DEMASIADO RÁPIDAMENTE… cuando en la calle se debe enfundar muy cuidadosamente, luego de habernos ASEGURADO que no hay otros cómplices armados o ante la llegada del personal policial uniformado.

En el artículo de Ernesto Carrera figura una proposición PREOCUPANTE y REALISTA:
¿De qué manera la práctica en polígono condiciona las respuestas del defensor en una situación real y qué tan eficaces son esas respuestas desde el punto de vista táctico?
Consideramos que la “práctica de polígono”, especialmente el TIRO DE PEDANA, se asemeja más a un Tiro Recreativo o Social, que a un verdadero ENTRENAMIENTO de TIRO DEFENSIVO.

Seguiremos analizando y reflexionando sobre cada una de las TENDENCIAS mencionadas por Ernesto Carrera en otros mensajes, pero no podemos dejar de RESALTAR dos joyitas que sirven como cierre de su brillante trabajo:

El polígono puede llegar a condicionar respuestas tácticamente peligrosas

Para el entrenamiento: lleve la calle al polígono, no lo contrario.
Es decir: entrene en el polígono lo que va a necesitar en la calle


Actitud PROACTIVA o REACTIVA?
En su excelente nota sobre “Hábitos del Polígono que lo pueden matar en la calle”, Ernesto comienza por la TENDENCIA Nº 1 que es “Sacar el arma rápidamente sin medir las probabilidades de éxito”. Es decir: desenfundar lo mas rápido posible y disparar.

Tendencia N°1: Sacar el arma inmediatamente sin medir las probabilidades de éxito
Más adelante señala algo trascendente:
"Esto es bastante peligroso por algo básico: la acción siempre es más rápida que la reacción."
En esencia… de lo que se trata este punto es que –en general- el delincuente tiene siempre a su favor la INICIATIVA y las ventajas TÁCTICAS y ESTRATÉGICAS.


Analicemos un poco esto: El AGRESOR tiene a su favor muchas VENTAJAS que le permiten definir lo SITUACIONAL:
  • elije el LUGAR: aislado, mal iluminado, abierto, etc.
  • elije el MOMENTO y la OPORTUNIDAD: al entrar o salir de una vivienda, al subir o bajar de un automóvil, etc.
  • elije la FORMA de llevar a cabo su asalto
  • si son varios delincuentes, elijen la distribución, es decir: DÓNDE se ubicará cada uno, hasta pueden llegar a cubrir –si son “profesionales” las mejores ubicaciones tácticas.
Etc.

Todas estas VENTAJAS las otorgan los distraídos, los descuidados, aquellos que piensan que sólo hecho de portar un arma les asegura total seguridad.
Una vez iniciada la AGRESIÓN, cuando los asaltantes se presentan con sus armas en la mano y quizá hasta dando órdenes en voz alta… al defensor solo le quedan por adoptar ACTITUDES REACTIVAS y adoptar ACCIONES DEFENSIVAS de utilidad “RESIDUAL”

Acciones:

PREVENTIVAS: son las que apuntan a reducir la probabilidad de que se produzcan situaciones peligrosas, actuando sobre las razones o CAUSAS que las pueden generar. La clave es EVITAR la agresión. Las acciones PREVENTIVAS nos permitirán EVITAR la agresión si son tomadas a tiempo y si son realizadas correctamente.

TÁCTICAS de ANTICIPACIÓN: son las que nos llevan a adelantar nuestro accionar defensivo, permitiéndonos conocer cuántos y quiénes pueden ser los agresores, donde hay coberturas, por donde se puede evadir, quién se considera el agresor más peligroso, etc.

RESOLUTIVAS: son las que nos llevan a tomar decisiones que afectan nuestras acciones posteriores.

DEFENSIVAS: son las que nos llevan a proteger nuestra vida y la de quienes nos acompañan, efectuando todas las ACCIONES que se consideren necesarias para sobrevivir.

Acciones PREVENTIVAS: dijimos que son aquellas que apuntan a reducir la probabilidad de que se produzcan situaciones peligrosas, actuando sobre las razones o CAUSAS que las pueden generar. Esto incluye:

a) ELECCIÓN del CAMINO: desplazarse por veredas o caminos muy concurridos, caminar por veredas con muchos árboles gruesos (que ofrecen gran cantidad de lugares aptos para tomar cobertura), o por las veredas donde están estacionados los autos (con igual finalidad que el ítem anterior), etc. Evitar calles muy poco concurridas, evitar veredas muy “limpias” de todo elemento que pueda ser una COBERTURA, etc.

b) ESTADO MENTAL: el desplazarnos en “condición de ATENCIÓN y ALERTAS” lleva a adoptar actitudes de vigilancia y control del entorno y de la SITUACIÓN. Esa ACTITUD de ALERTA puede llevar a disuadir a posibles asaltantes que siempre preferirán abordar a alguien desprevenido y desatento. El balance es muy simple: entre atacar a quien se desplaza con CLARA ACTITUD de CONTROL y VIGILANCIA y CLARA ACTITUD de DISPOSICIÓN A LA DEFENSA, y atacar a otras personas distraídas… los delincuentes elegirán siempre a éstas últimas. El ESTADO de ALERTA PERMANENTE es esencial al desplazarnos por sitios públicos.

Acciones TÁCTICAS de ANTICIPACIÓN: vimos que son las que nos llevan a adelantar nuestro accionar defensivo, permitiéndonos conocer cuántos y quiénes pueden ser los agresores, donde hay coberturas que podamos tomar, por dónde se puede evadir, a cuál de los agresores se considera el más peligroso, etc.

a) CONTROL del ENTORNO: prestar atención a personas que pueden convertirse en agresores por su ubicación, actitud vigilante y observadora, por su forma de desplazarse, por la forma de vestir y de actuar, por llevar en las manos bultos sospechosos, etc. Prestar atención a vehículos estacionados cerca de lugares sensibles (entrada de garages, por ej.) con ocupantes a bordo, etc.

b) CONTROL de COBERTURAS: prestar atención a posibles COBERTURAS tras las cuales podamos protegernos de comenzar un ataque: un árbol grueso, una pared, un auto estacionado, una columna, etc. Analizar –mentalmente- los desplazamientos que tendríamos que efectuar rápidamente para cubirnos tras ellas.

c) CONTROL de ESCAPE: es necesario visualizar posibles rutas y formas de escape. Hacia delante, hacia los lados, hacia atrás. Y también es necesario pensar si el FUEGO DE COBERTURA será posible: presencia de terceros inocentes, niños jugando en el lugar, etc. OjO: el CONTROL DE ESCAPE puede también incluir decisiones por la negativa, tales como “por ahí no puedo escapar”. Eso también es útil y puede evitarnos una acción perjudicial que EMPEORE nuestra situación táctica.

d) CONTROL de PELIGROSIDAD: si el defensor ve que hay más de un posible o potencial agresor que se le acerca, debería decidir –por instinto y observación- CUÁL DE ELLOS es el que parece más peligroso: el que se adelanta, el que muestra mayor disposición y agresividad, el que manda a los demás, etc. Hacia él irán dirigidos nuestros primeros disparos: uno o más. Eso habría que decidirlo mentalmente ANTES de que inicie la agresión.

Cuando el agresor (o LOS agresoreS) ya han desenfundado… las ACCIONES PREVENTIVAS y TÁCTICAS de ANTICIPACIÓN ya no tienen cabida. Hay que REACCIONAR y decidir QUÉ HACER.

Acciones RESOLUTIVAS: dijimos que son las que nos llevan a tomar decisiones que afectan nuestras acciones posteriores.
Una vez que el defensor detecta una posible AGRESIÓN ARMADA (asalto, intento de secuestro, etc.) ya no hay lugar para EVITAR y hay que tomar rápidamente algunas decisiones: QUÉ HACER…? Es la gran pregunta.

a) EVADIR: un buen estado físico nos puede permitir huir a la carrera del lugar. Una rápida carrera, inesperada para los agresores… puede resultar adecuada si llegamos a tiempo a una cobertura importante o si se efectúa zigzagueando (cambiando de rumbo frecuentemente)

b) LUCHAR: bueno… de eso se trata TODO lo que sigue: el resto de la nota que comentamos y de nuestras REFLEXIONES.

c) SOMETERNOS: si hay menores presentes y ellos están en la línea de tiro… queda una salida honorable que es someterse al asalto aún a riesgo de perder la propia vida. La vida de un hijo (propio o ajeno) no puede ser el precio a pagar por abatir a uno o más delincuentes… y triunfar. No hay triunfo ante la muerte de un ser querido. Es más… una actitud noble puede llegar a ser desplazarnos hacia lugar libre (sin familiares) para atraer el fuego enemigo…

Acciones DEFENSIVAS: vimos que son las que nos llevan a proteger nuestra vida y la de quienes nos acompañan, efectuando todas las ACCIONES que se consideren necesarias para sobrevivir. Esto implica desenfundar RÁPIDAMENTE, disparar con PRECISIÓN a puntos sensibles del agresor, disparar VARIAS VECES hasta que cese la agresión, disparar RÁPIDAMENTE, efectuar RECARGAS (tácticas o de emergencia) que nos permitan continuar la defensa con el arma cargada “a full” (a pleno)

En RESUMEN: anticiparse para EVITAR la agresión armada. Anticiparse para tomar decisiones ANTES de que la agresión haya comenzado. Anticiparse para ubicarnos mejor. Anticiparse para tener pre-definida nuestra zona de cobertura o nuestra vía de escape o quién es el agresor más peligroso. ANTICIPARSE. Ser PROACTIVO es mejor. Desenfundar ANTES es mejor. Disparar ANTES es mucho mejor.

Un detalle ÉTICO: la moral y las buenas costumbres nos enseñan a esperar que el DELINCUENTE tome la iniciativa, que se ubique donde lo crea más conveniente, que desenfunde, que nos apunte, que nos amenace, etc. y –exageradamente- hemos llegado a oir / leer que hay que esperar hasta que el delincuente efectúe el primer disparo antes de actuar… ¡ES TARDE!

No hay ÉTICA más importante que la de proteger la vida… PROPIA!!! Y la de aquellos inocentes que están a nuestro cargo: cónyuge, hermanos, hijos, etc. Por ello… no hay que esperar NADA antes de desenfundar y disparar si ya se ha detectado la AGRESIÓN y se ha tomado conciencia de que en la línea de tiro no hay terceros inocentes. Si vemos EL ARMA, aunque no se haya desenfundado… en un individuo SOSPECHOSO no debemos esperar NADA antes de desenfundar.

Un segundo detalle TÉCNICO: desenfundar RÁPIDO es algo bueno. Lo contrario, -enfundar RÁPIDAMENTE- no es aconsejable. Hay que CONTROLAR MUY BIEN EL ENTORNO, comprobar que NO HAY OTROS delincuentes más. Alguien que se acerca “para ayudar” bien puede ser que no nos venga a ayudar a nosotros… sino a su cómplice. OjO. Si quienes se acercan son policías, deberán IDENTIFICARSE claramente como tales y exhibir credencial ANTES de dejarlos en control de la situación.

El autor de “HÁBITOS DEL POLÍGONO QUE LO PUEDEN MATAR EN LA CALLE” es Ernesto Carrera, Director de la “Escuela de Protección Personal”, [email protected] de Venezuela
 
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