Techo de altitud del F-35: inconveniente significativo en el combate aéreo
El techo de baja altitud del F-35 es una de las deficiencias más importantes pero que más se pasan por alto.
Los cazas monomotor tienen techo de altitud más bajos que sus homólogos bimotores. Los cazas pesados cómo el F-22 y el J-20 pueden operar a más de 18,000 metros mientras que los aviones interceptores rusos más grandes cómo el Mig-31 y el Mig 25 pueden superar los 20,000 m.
Grandes superficies de control, alto empuje, motores especialmente configurados y capacidades de vectorización de empuje son cruciales para las operaciones a gran altitud. Desafortunadamente el F-35 carece de estas caracteristicas, lo que limita severamente su altitud operativa.
Las operaciones a gran altitud permiten a los cazas dar más energía a sus misiles. Por ejemplo, un misil aire-aire AIM-120D lanzado desde un F-22 de máxima altitud puede alcanzar objetivos mucho más lejanos que un misil lanzado por un F-35.
La incapacidad del F-35 para volar alto es una deficiencia importante, dado que una de las funciones principales de los cazas de quinta generación es proporcionar sensores elevados para lineas de visión más largas sobre el horizonte de radio. Esta limitación restringe en gran medida la conciencia situacional del F-35.
F-35's altitude ceiling: significant drawback in aerial combat
The Lockheed Martin F-35 fighter boasts state-of-the-art avionics and stealth capabilities, putting it on par with the Chinese J-20, its closest competitor.
bulgarianmilitary.com
El techo de baja altitud del F-35 es una de las deficiencias más importantes pero que más se pasan por alto.
Los cazas monomotor tienen techo de altitud más bajos que sus homólogos bimotores. Los cazas pesados cómo el F-22 y el J-20 pueden operar a más de 18,000 metros mientras que los aviones interceptores rusos más grandes cómo el Mig-31 y el Mig 25 pueden superar los 20,000 m.
Grandes superficies de control, alto empuje, motores especialmente configurados y capacidades de vectorización de empuje son cruciales para las operaciones a gran altitud. Desafortunadamente el F-35 carece de estas caracteristicas, lo que limita severamente su altitud operativa.
Las operaciones a gran altitud permiten a los cazas dar más energía a sus misiles. Por ejemplo, un misil aire-aire AIM-120D lanzado desde un F-22 de máxima altitud puede alcanzar objetivos mucho más lejanos que un misil lanzado por un F-35.
La incapacidad del F-35 para volar alto es una deficiencia importante, dado que una de las funciones principales de los cazas de quinta generación es proporcionar sensores elevados para lineas de visión más largas sobre el horizonte de radio. Esta limitación restringe en gran medida la conciencia situacional del F-35.