Para que prospere la eventual decisión de compra del F-16 será necesaria la participación activa del más alto nivel político en ambos países. Por más que sea muy buena la gestión de los embajadores Stanley y Argüello, acercando a las partes, con eso sólo no creo que sea suficiente.
El gobierno norteamericano, además de presionar al actual gobierno argentino, deberá también presionar al principal frente opositor y a los medios opositores, para que no hablen demasiado del tema ni hagan un escándalo mayúsculo.
Este tipo de compras son de muy alto perfil publico, difícil que pasen desapercibida, sobre todo en paises como el nuestro donde este tipo de compras no es lo habitual..
El tema es tener la suficiente madurez política para que tanto oficialismo como oposición cierren filas en adquisiciones y programas sensibles, para en este caso la seguridad nacional que deberían ser política de estado que trascienden los gobiernos.. Pero esto lo veo muy difícil.
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