Noticias relativas al conflicto

Jorge II

Serpiente Negra.
Lo mismo de siempre; ahora bien si supuestamente el oceano atlantico sur es declarada zona de paz según el actual gobierno respetando la asamblea de la ONU que en si ni pincha ni corta; entonces para que se quiere tener una armada bien equipada; ahora entiendo a los ciudadanos que no quieren tener una marina de guerra fuerte como si lo tiene Brasil, Sudafrica, etc etc etc.
 

thunder

Veterano Guerra de Malvinas
Miembro del Staff
Moderador
Lo mismo de siempre; ahora bien si supuestamente el oceano atlantico sur es declarada zona de paz según el actual gobierno respetando la asamblea de la ONU que en si ni pincha ni corta; entonces para que se quiere tener una armada bien equipada; ahora entiendo a los ciudadanos que no quieren tener una marina de guerra fuerte como si lo tiene Brasil, Sudafrica, etc etc etc.
No entiendo Jorge
 

rodrigocarra

RED OBSERVADORES DEL AIRE
Lo mismo de siempre; ahora bien si supuestamente el oceano atlantico sur es declarada zona de paz según el actual gobierno respetando la asamblea de la ONU
Tampoco te entiendo Jorge, le estas dando alguna credibilidad a la política, a la ONU como la Liga de la Justicia o creer, como a Dios, lo que te dice un mentiroso declarado y patológico de nacimiento?
 
La historia del coleccionista y restaurador Rodney Butterfield y del Pucará A-517.

El A-517 es el único Pucará capturado por británicos en manos privadas. Las idas y venidas su situación actual y futuro.

PARTE 1

PARTE 2
 

Grulla

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Grulla

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Daniel G. Gionco

Veterano Guerra de Malvinas

¿Que hay de nuevo, viejo? ::)

Con sus artículos titulados "... la historia secreta de.... " este tipo ya cansa...
 

Nocturno Culto

Colaboracionista
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Aviso ARA “Alférez Sobral”, coraje y valentía en defensa de la Patria​

Atacado mientras cumplía con la misión de rescatar a dos aviadores de la Fuerza Aérea que habían sido derribados, su tripulación realizó una verdadera proeza para arribar al continente.


El sábado 1 de mayo por la tarde, un avión Canberra de la Fuerza Aérea Argentina fue derribado a unas 100 millas náuticas (185 km) al norte del Estrecho de San Carlos. Por encontrarse operando en cercanías, el aviso ARA “Alférez Sobral” recibió la orden de buscar y rescatar a los dos tripulantes sobrevivientes. El pequeño titán de la Armada no sabía entonces que se acercaba su bautismo de fuego en la Guerra de Malvinas
Fue durante la fría madrugada del 3 de mayo cuando sus 49 tripulantes antepusieron a sus nombres la palabra “héroe”. Ocho de ellos, incluido el Comandante, murieron en defensa de la Patria. El resto escribió páginas de honor, tenacidad y coraje asumiendo el control de lo que quedaba del buque y regresando a puerto.



Habían pasado solo 30 minutos de iniciado el 3 de mayo cuando el “Sobral” fue detectado por unidades navales enemigas que enviaron un helicóptero a verificar su posición. Cuando el primero sobrevoló la unidad, el Comandante del buque, Capitán de Corbeta Sergio Raúl Gómez Roca, ordenó cubrir puestos de combate. El ataque era tan inminente como inevitable. Cuando la segunda aeronave apareció, la tripulación argentina abrió fuego con su cañón de 40 mm y ametralladoras de 20 mm, pero dadas las condiciones del mar y la escasa visibilidad, solo lograron alejar momentáneamente a los helicópteros, que en segundos regresaron para atacarlo con misiles aire-superficie Sea-Skua.

Un misil impactó en la lancha del buque, repartiendo esquirlas e hiriendo a varios tripulantes, mientras que otro pasó por encima del “Sobral”, que respondía el ataque con fuego de artillería.

El Capitán Gómez Roca pidió un informe de daños y de los heridos, que ya eran tratados por el médico y enfermero de a bordo. Observó también que el enemigo podría lanzar sus misiles fuera del alcance de las armas del aviso, tornándolas ineficaces, por lo que, priorizando la seguridad del personal a sus órdenes, ordenó desalojar las cubiertas superiores y la superestructura.



Solo él y los hombres indispensables permanecerían en el puente de comando y el cuarto de radio. Esta difícil decisión, adoptada en el momento de mayor tensión e incertidumbre, significaría la preservación de la vida de muchos de sus hombres, pero también su propia muerte en acción.

“Al finalizar una rápida inspección del buque, y cuando me dirigía hacia el puente para informar el resultado de la misma, el enemigo volvió a atacar. Un misil destruyó por completo el puente, al igual que el cuarto de radio que se hallaba directamente debajo. El palo de proa cayó y las innumerables esquirlas provocaron averías en toda la parte superior y media del buque, que se estremeció como si hubiera sido golpeado por una mano gigantesca. El sector de proa se llenó de humo y el penetrante olor de la explosión invadió los compartimentos, aumentando la ansiedad general. Ansioso por conocer la magnitud de lo ocurrido subí hacia el puente, encontrando un verdadero desastre: estaba totalmente arrasado, hierros al rojo vivo y un incendio que cobraba fuerza. El Comandante y los que allí se encontraban habían muerto”, rememoró en una oportunidad el Capitán de Navío (RE) Sergio Bazán, Segundo Comandante de la unidad. Eran las 1.20 de la madrugada del 3 de mayo.

A partir de ese momento, el entonces Teniente de Navío Bazán, herido en una pierna por una esquirla, debió asumir el comando de un buque con el timón averiado; el puente con todo el instrumental, cartas y elementos de navegación destruidos; la radio en ruinas; un incendio a bordo; ocho muertos (incluido el Comandante) y ocho heridos, personal con contusiones y heridas menores y la perspectiva de recibir nuevos ataques. Solo sobrevivirían si lograban llegar al continente por lo que, a partir de entonces, una vez controlado el incendio y reparado precariamente el sistema de timón, se organizó el regreso.

“Durante todo el día 3 se navegó esperando el ataque que dábamos por descontado y que finalmente no se concretó. Excepto los vigías, apostados al efecto, todo el personal permaneció bajo cubierta ya que no quedaban armas en condiciones de uso”, destacó el Capitán Bazán. Con la ayuda de brújulas terrestres del equipo de desembarco, que no sirven de mucho a bordo por el magnetismo del buque, y con una “rosa” rescatada de un compás magnético destruido lograron una idea aproximada del rumbo. El cielo cerrado en nubes impedía posicionarse por las constelaciones habituales.

En el interior del buque el estado era realmente precario: en proa, la energía había sido cortada y todo estaba mojado como consecuencia del agua arrojada para combatir el incendio. Tampoco había calefacción ni forma de calentar comida, por lo que el frío calaba hondo el cuerpo y también la mente de los marinos.

Al día siguiente, con una radio portátil escucharon la noticia que informaba que el “Sobral” había sido hundido por fuerzas inglesas. Dolió pensar el efecto que causaría en los familiares que esperaban en tierra. También escucharon del rescate de los sobrevivientes del “Belgrano” y eufóricos festejaron el hundimiento del “Sheffield” por la Aviación Naval. Les volvió la esperanza cuando una radio de Río Gallegos, en los habituales mensajes que se transmiten para apoyo a la comunidad en la Patagonia, incluyó uno que decía: “Para el señor Gómez Roca, va gente a buscarlo a la estación”. Los estaban buscando.



Tras dos días de resistir los embates de la guerra y la hostilidad del clima austral, un helicóptero de la Fuerza Aérea Argentina los sobrevoló, retiró al herido más grave y los guió hacia el buque de desembarco de tanques ARA “Cabo San Antonio”. Junto a él estaba el destructor ARA “Comodoro Py” y un guardacostas de la Prefectura Naval que lo remolcó hacia Puerto Deseado, donde lograron atracar la noche del 5 de mayo. El recibimiento de la gente y de los camaradas de las Fuerzas Armadas abrigó los corazones de los sobrevivientes.

En los días siguientes alistaron lo mejor posible al “Sobral” para ser remolcado. Luego de una sentida despedida de los marinos muertos en acción, el 20 de mayo zarparon hacia la Base Naval Puerto Belgrano, arribando allí tres días después.

Una vez en el Arsenal Naval Puerto Belgrano, su personal y la dotación reconstruyeron su puente de comando. El buque, que había recibido su nombre en homenaje al primer marino argentino que invernó en la Antártida, pudo seguir navegando por más de tres décadas.



El desempeño del comandante y la tripulación del aviso “Sobral” es una muestra del valor, disciplina y profesionalismo que caracterizan a los miembros de la Armada Argentina. En combate ofrendaron su vida heroicamente por la Patria, además del Comandante, el Guardiamarina Claudio Olivieri, el Cabo Principal Mario Alancay, los Cabos Segundos Daniel Tonina, Sergio Medina y Ernesto del Monte, el Marinero Héctor Dufrenchou y el Conscripto Roberto D’Errico.

Gracias a ellos y a los camaradas que lo trajeron de vuelta, el aviso ARA “Alférez Sobral” pudo ser reconstruido y continuó prestando servicio a la Armada Argentina en el Atlántico Sur.

 

Grulla

Colaborador
Colaborador
¿Que hay de nuevo, viejo? ::)

Con sus artículos titulados "... la historia secreta de.... " este tipo ya cansa...
"En el libro “La Guerra Invisible” se revela la misión de los aviones exploradores que lograron detectar a los sobrevivientes, después de volar en la oscuridad, por encima de las olas, en un mar embravecido"

Claro, seguro que no leyo "Hasta la Última Balsa"
 

FerTrucco

Colaborador

"En el libro “La Guerra Invisible” se revela la misión de los aviones exploradores que lograron detectar a los sobrevivientes, después de volar en la oscuridad, por encima de las olas, en un mar embravecido"

En el libro “La Guerra Invisible”, se revela la alucinante travesía del avión explorador que, durante siete horas y sin sistema de defensa, se introdujo “en la boca del lobo” del enemigo para detectar y transmitir a los aviadores la posición del buque inglés que luego sería hundido.

Parece que es temporada de promoción del libro "La guerra invisible"...
 
En el libro “La Guerra Invisible”, se revela la alucinante travesía del avión explorador que, durante siete horas y sin sistema de defensa, se introdujo “en la boca del lobo” del enemigo para detectar y transmitir a los aviadores la posición del buque inglés que luego sería hundido.

Parece que es temporada de promoción del libro "La guerra invisible"...

Y con algunos "detalles" no menores....

" El Hércules —o La Chancha, como lo apodaban— podía transportar hasta 70 toneladas de peso para abastecer la logística de las tropas."

"Ahí cortaron motor (el Neptune) sacaron el pie del acelerador y volvieron a bajar, bien abajo, para esconderse rumbo al sur"


El C-130 sólo puede transportar 20 toneladas aproximadamente y jamás escuché de de un piloto (civil o militar) la expresión de "sacar el pie del acelerador" al momento de reducir potencia.
 

Nocturno Culto

Colaboracionista
Colaborador
Dejemos de leer a Infobardo. La Gaceta es mejor.

Aviones Super Etendard hunden un destructor de la Marina Real​

El ataque a la flota inglesa realizado el 4 de mayo de 1982 pasó a la historia como un hito táctico por la combinación avión explorador-avión de ataque, equipados con misiles Exocet.

El 4 de mayo de 1982 fue la fecha que marcó un hito en la historia de la Armada Argentina y en su actuación durante el Conflicto del Atlántico Sur, por la audacia, el coraje y el profesionalismo de sus pilotos navales.

Ese día, dos aviones Super Etendard de la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque equipados con misiles Exocet hundieron al destructor británico HMS “Sheffield”, con información brindada por un avión Neptune de la Escuadrilla Aeronaval de Exploración.




Esa madrugada, el Neptune al mando del Capitán de Corbeta Ernesto Proni Leston, detectó al “Sheffield” al sudeste de isla Soledad y lo siguió sigilosamente durante unas 3 horas.

A media mañana, los aviones Super Etendard, piloteados por el Capitán de Corbeta Augusto Bedacarratz y el Teniente de Fragata Armando Mayora, despegaron de la Base Aeronaval Río Grande, amunicionados con misiles Exocet.

“¡Lanzar, ahora!”, ordenó Bedacarratz. Mayora no escuchó la orden, pero vio el lanzamiento, pulsó su gatillo y el misil desprendido de una de las alas de su avión cayó y encendió motor propulsor. El “Sheffield” no detectó el ataque hasta que un oficial en el puente de comando divisó casi al ras del mar una estela. Cinco segundos después, el Exocet impactó justo en el centro del buque donde estaba la Central de Información de Combate, dos metros y medio sobre la línea de flotación. Del agujero que quedó, salió una columna de fuego y humo de 30 metros, incontrolable, que incendió el buque y obligó a abandonarlo. El “Sheffield” quedo muy averiado y luego de seis días se hundió.




Esa tarde, ya de vuelta en Río Grande, se tomó aquella icónica foto donde el Capitán Bedacarratz sostiene un stencil sobre el fuselaje del Super Etendard 3-A-202 para pintar la silueta negra del buque inglés, con una equis roja encima, indicando que fue hundido.

Además de constituir un hito táctico, porque nunca antes en la historia se había usado la combinación avión explorador-avión de ataque, la fecha fue instaurada para conmemorar el Día de la Aviación Naval.

 

Daniel G. Gionco

Veterano Guerra de Malvinas
"En el libro “La Guerra Invisible” se revela la misión de los aviones exploradores que lograron detectar a los sobrevivientes, después de volar en la oscuridad, por encima de las olas, en un mar embravecido"

Claro, seguro que no leyo "Hasta la Última Balsa"
El artículo no revela ninguna 'historia secreta"....

El libro puede ser que tenga algo... pero con lo del "helicóptero de Caleta Oliva" derribado por los británicos que le escuché decir a Larraquy, no me dan ganas de averiguarlo. ::)
 
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