En los últimos días surgieron múltiples noticias, que daban cuenta de hechos al parecer relevantes dentro de la adquisición de nuevos cazas para la Fuerza Aérea Colombiana, dándose informaciones de cada uno de los proponentes o candidatos a reemplazar nuestros Kfir, que supuestamente solo podrán volar este año.

En primer término se dio la manifestación y aceptación por parte del gobierno de Estado Unidos, para que el gobierno de Dinamarca, pudiera trasferir cazas a Colombia en un numero de seis aviones de combate F-16 Block 10 y hasta treinta Block 15, equipo de apoyo, datos técnicos y de mantenimiento, como fue descrito en el artículo “El Departamento de Estado de EE.UU. da luz verde a la transferencia de los F-16 daneses a Colombia“. Cabe recordar que estos mismos aviones han sido inspeccionados por la Fuerza Aérea Argentina que ha mostrado interés, pero que a la fecha no ha recibido ninguna propuesta oficial que le dé sustento frente a la propuesta China por aeronaves JF-17 Thunder (FC-1). Para este autor no es extraña, debido a intereses específicos, la capacidad que tiene el F-16 de revivir de entre las cenizas y los medios, ha sido una constante que podemos perpetuar a través del tiempo y que resulta algo enigmática. 

Al respecto se debe informar que la autorización dada para la trasferencia no indica la venta de los mismos, o un interés por parte del Gobierno de Gustavo Petro. Cabe recordar que desde enero de 2021 se han dado informaciones al respecto de los cazas daneses y que, al unir esta noticia con la salida operacional de los mismos en el país escandinavo, dan una visión general de la necesidad de deshacerse de estos aparatos en búsqueda, y con apoyo estadounidense, por nuevos F-35. Ya sea como venta, para el caso Colombiano o Argentino, o donación, de acuerdo a la suscripción de documentos dentro del programa F-16 para Ucrania.

Siempre se ha negado por parte de Oficiales la posibilidad de aviones usados, pero, de darse una negociación, prácticamente obligaría la elección del F-16 como sentencia definitiva, ya que se realizaría aprendizaje en pilotaje, mantenimiento y logística, con todas pros y contras de los “nuevos” cazas para la Fuerza Aérea Colombiana.

Al día siguiente de la primicia de Zona Militar, se anunciaba que dentro de la visita de Estado realizada desde el 20 de junio de 2023 a Francia, los mandatarios de ambas naciones tocaron en sus conversaciones la venta de aviones Dassault Rafale y Emmanuel Macron abogo por la realización del contrato. A lo anterior se sumó además la extensión del viaje del presidente colombiano por un día más, lo que tenía por objeto, según fuentes para reunirse con Eric Trappier, CEO de Dassault Aviation, reunión que en le día de hoy nadie puede confirmar o desmentir.

Tras las acciones realizadas por dos países candidatos Francia y Estados Unidos, la empresa sueca Saab no se quedó atrás y en un comunicado informo “Saab tiene conocimiento de que el presidente Gustavo Petro visitó Francia y se reunió con Dassault Aviation con el propósito de recibir información de primera mano para la decisión sobre el reemplazo de la flota de aviones de combate de Colombia”. Lo anterior fue complementado con la siguiente solicitud, “como parte del proceso transparente en Colombia, celebramos que el señor presidente tenga considerado escuchar a todas las compañías oferentes y esperamos tener la oportunidad de reunirnos con el presidente en un futuro cercano para presentar la oferta de Saab y Suecia”, solicitud que no ha sido contestada por parte de ningún canal oficial dentro del gobierno, frente a la propuesta del Gripen.

Ya el 26 de junio emergió el ministro de Defensa Iván Velázquez con una declaración en la cual afirmaba que “no hay una definición expresa sobre la adquisición de aviones de superioridad aérea”, dejando en desconcierto a todos los periodistas que realizaron cuestionamientos sobre el tema, sobre todo por la supuesta premura ante la puesta fuera de servicio de los Kfir anunciada por los mandos de la FAC.

Ahora bien, si recordamos casos pasados como la salida intempestiva de los T-37 Tweet, cuyo reemplazo fue el T-6 Texan, siendo el primer contrato firmado un mes después del anuncio del retiro y ante la necesidad “URGENTE” de la Fuerza Aérea Colombia (análisis a profundidad se da en el artículo “La Fuerza Aérea Colombiana compra un lote adicional de T-6C Texan II); o el anuncio de faltantes de combustibles hecho el 19 de mayo, mientras que el proceso de adquisición con los fondos necesarios ya asignados se había iniciado el 1 de mayo, vale la pena preguntar si realmente los Kfir deben dejarán de volar o si solo es un medio de presión mediático como los ya descriptos previamente.

¿ Qué se puede concluir ? En primer término improvisación. No existe un proceso organizado y de cara a la opinión publica sobre la compra de nuevos y NECESARIOS cazas. El ministro de defensa no entiende ni participa en decisiones sobre la adquisición de armamento, como lo podemos constar en su falta de liderazgo en la selección y compra de nuevas fragatas, de los sistemas de misiles antiaéreos o los obuses ATMOS. Y, aun peor, su falta de asertividad en los procesos contractuales cuestionados, como el Learjet de la Policía, los aviones T-6 Texan o los blindados LAV III.

Tal vez lo más importante es la segunda conclusión conocida por fuentes de este autor y es que: podemos estar seguros que el presidente Gustavo Petro dejara contratados los nuevos cazas antes finalizar su gobierno, dejando con ello atadas a las siguientes administraciones a su laudo, siendo que, sí esta decisión es adecuada para el país, sin corrupción y con transparencia, deberá ser respetada, cumpliendo además con las necesidades de la defensa y con los anhelos de muchos Colombinos dentro de los que me incluyo.  

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Cesar Fernando Cepeda Bernal
Abogado egresado de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, especializado en Derecho Comercial, nacido en Tunja Boyacá Colombia. Estudioso de la temas militares enfocándose en las fuerzas armadas de Latinoamérica y en especial de su país. Ha publicado artículos en Las Dos Orillas sobre temas de defensa.

2 COMENTARIOS

  1. Estando sobre la palestra informativa desde hace semanas lo de la transferencia de los Fighting Falcon a Ucrania y la oferta danesa a Argentina, parece bastante significativo que los documentos publicados por las autoridades estadounidenses señalen que el destino de las aeronaves que se ha autorizado a Dinamarca a transferir sea Colombia.

    Esas gestiones no las hace el Departamento de Estado en forma improvisada o caprichosa, cuando esos mecanismos se ponen en marcha es porque ya se ha enrumbado a puerto seguro alguna negociación; por supuesto que debe haber mucho que no conocemos detrás de bastidores, pero en su momento se mencionó con insistencia que las presiones de Washington habían sido las causantes de que naufragara el trato con Dassault; ahora, medio año después, nos enteramos que los engranajes burocráticos del Pentágono y el DoS se han estado moviendo entorno a posibilitar que la opción de F-16 usados se haga factible para Colombia.

  2. Gonzalo, ¿es posible que a la solicitud de transferencia del F16 danés a Colombia le haya seguido una solicitud de transferencia a Argentina también, pero aún no se ha dado a conocer? ¿Será que la razón fue simplemente para garantizar ante el Departamento de Estado que tanto Colombia como Argentina podrían ser considerados, en caso de que uno de los dos decidiera? Por más difuso y poco decidido que sea el gobierno argentino, me parece insólito y poco elegante, tratar el tema con tanta profundidad con la FAA, y luego simplemente decir que no o tratar con otros, sin comunicar oficialmente. El brigadier Isaac me pareció muy convencido y serio al comentar la oferta del F16 y posible armamento, hace poco más de una semana. Saludos desde Brasil.

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