En pleno revuelo por la compra de los Rafale franceses por parte del gobierno de Gustavo Petro, y ante importancia y casi omnipresencia de dicha información en todos los medios de comunicación especializados, no especializados, nacionales e internacionales, nuestros honorables generales han encontrado la forma de firmar de forma “rápida, presta y eficiente” un nuevo contrato para la compra de cuatro nuevos Beechcraft T-6C Texan II para la Fuerza Aérea Colombiana (FAC). Esta por un valor total de 200.000 millones de pesos lo que equivale a más o menos USD 41.000.000.

La compra del Texan II, a pesar de sus cualidades, siempre ha sido cuestionada en especial por la partición de contratos que se ha dado para la adquisición, también porque nunca se realizó ningún concurso o estudio como en el caso del Rafale, ni se informó que cantidad oficial de aeronaves se comprarían (en un supuesto 24), ni en propuestas y en anuncios reales, siempre disponiendo del presupuesto exclusivo de la Fuerza Aérea Colombiana sin la inclusión del Ministerio de Defensa o la Presidencia de la Republica, mucho menos los organismos de control como Procuraduría o Contraloría. Aunque este autor conoce de fuente fidedigna que se presentó denuncia ante la Contraloría delegada para las fuerzas militares sobre este asunto.   

La historia de las compras del Beechcraft T-6C Texan II inicia con el contrato directo No 192-00A-COFAC-CAF-2020 por un valor de 28.735.000 dólares por el cual se adquirieron 3 aviones. A esto se sumó el contrato directo No 193-00A-COFAC-CAF-2020 por dos aviones más, nótese  que el número de los contratos es consecutivo, sin embargo si se hubiera realizado la compra de los 5 aviones en un solo contrato, no se podría realizar la compra directa, sino que se debería acudir a un método distinto de contratación, por ejemplo la licitación pública. Estos aviones se terminaron de recibir al pasado octubre de 2022, con la llegada de la quinta aeronave. Ya en noviembre de 2021 se adquiere otra aeronave en un nuevo contrato directo, avión que aún no ha llegado al país.

Como vemos los directivos de la fuerza aérea hasta el año 2021 dividieron la compra en 3 contratos, por lo que conoce este autor todos mediante contratación directa. La excusa dada en un comienzo fue el reemplazo de los entrenadores T 37 Tweet avión a reacción, que como quedó demostrado, en su momento, no es igual al avión de hélice ofrecido Beechcraft, siendo claro además que la opción debió ser un avión tipo LIFT reactor, como: el IA-63 Pampa, fabricado en Argentina y con unos costes muy bajos que sería un avión con las características necesarias para suplir las necesidades de Colombia; el Hongdu K-8 Korakorum avión de fabricación china del cual se han producido más de 500 unidades, sus ventajas son su bajo conste y las concesiones para su adquisición por parte del gobierno Chino; el BAE Systems Hawk, avión utilizado por la US Navy, el Reino Unido, Finlandia, India o Arabia Saudí, fue producido en gran masa y cuenta con todas las característica OTAN; el Alenia Aermacchi M-346 Master que es un avión biplaza de entrenamiento militar avanzado tipo LIFT y ataque ligero; o cualquier otro de similares características y prestaciones, que no fueron tomadas en cuenta cuando se eligió el Texán II.

Ahora con la adquisición de 4 nuevas aeronaves, con una nueva justificación “solo Beechcraft ofrece el avión” (lo que es cierto), se vuelve a acudir a la contratación directa sin tomar en cuenta que la decisión errada se dio en 2020 y jamás se quiso corregir.

Cabe recordar que Colombia cuenta con una flota de 24 AT-29 Super Tucano, avión con similares características y superiores prestaciones que pudo cumplir con las mismas actividades del T 6, siendo destacable que además tiene una capacidad de ataque a tierra muy superior y demostrada en combate. Del mismo modo Colombia opera con toda una escuela de EMB 312 Tucano con 14 aeronaves que actualmente entrena nuestros pilotos y que son repotenciados en la CIAC con trasferencia de tecnología de Embraer. Lo anterior puede quedar demostrado por los neófitos en el tema de aviación o incluso por las personas con total desconocimiento sobre el mismo, con solo comparar las fotos de los tres aviones. 

Lo anterior es importante, pues antes de adquirir nuevas plataformas con nuevos sistemas nueva logística, aumento de costos, lo lógico era adquirir aviones ya conocidos y operados por nuestra Fuerza Aérea, que sirven para las mismas actividades y en el caso de Super Tucano es superior al Texan.

De otro lado la justificación inicial dada por el General Ramsés Rueda para la compra fue ilógica y falta de sustentación, del mismo modo no fue pública y abiertamente discutida y al parecer es una decisión que no tiene reversa. Sin embargo alegra el aumento de capacidades, así tengamos que pagar por dos sistemas de entrenamiento dos modelos y por las tal vez solamente, y sin juzgar a priori, equivocaciones del comandante de la Fuerza Aérea Colombiana del año 2020.   

*Créditos de fotografías: Fuerza Aérea Colombiana.       

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Cesar Fernando Cepeda Bernal
Abogado egresado de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, especializado en Derecho Comercial, nacido en Tunja Boyacá Colombia. Estudioso de la temas militares enfocándose en las fuerzas armadas de Latinoamérica y en especial de su país. Ha publicado artículos en Las Dos Orillas sobre temas de defensa.

5 COMENTARIOS

  1. Hasta donde se sabe, Colombia tuvo buenas experiencias con los Tucanos, no me quedó claro porque eligieron el Texana. ¿Cual sería la explicación?

  2. El Texan ll es el avión donde entrenan los pilotos de la USAF antes del T-38 y el F-16. Me parece que alguien en la FAA pensó Texan ll, Pampa lll y F-16, ya veremos qué pasa.

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