Relaciones China-Japón

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China despega sus cazas ante incursión de aviones de EEUU y Japón

Actualizado:
29/11/2013 19:25 GMT

Pekín ha enviado este viernes más cazas a su nueva zona de defensa aérea sobre el Mar Oriental de China con el objetivo de vigilar las "docenas" de aviones de Estados Unidos y Japón que esta semana han irrumpido en esta área sin previo aviso.
Esta es la segunda vez que China despliega sus aviones militares en su declarada "área de identificación de defensa aérea". El jueves, varios aviones de combate y una aeronave de alerta chinos se dirigieron a dicha zona que incluye las disputadas islas Senkaku (conocidas en China como Diaoyu), controladas por Tokio y cuya soberanía reclama Pekín.

Según otros informes, aviones chinos Su-30 y J-10 han despegado este viernes rumbo a la zona luego de que las autoridades de aviación de Pekín detectaran una incursión de aeronaves estadounidenses y niponas.

"Varios aviones de combate despegaron para verificar la identidad" de los cazas japoneses y estadounidenses que entraron en esa zona, ha declarado el portavoz de las Fuerzas Aéreas del Ejército Popular de Liberación chino (EPL), el coronel Shen Jinke, citado por la agencia Xinhua.

La patrulla china, que incluye un mínimo de dos cazas, identificó dos aviones de vigilancia estadounidenses y diez aparatos japoneses, entre ellos un avión de combate F-15, ha precisado Shen Jinke.

La misión china consiste en vigilar los aviones extranjeros en la zona "durante todo su desplazamiento, identificándolos rápidamente", ha añadido Shen.

Desde que China anunció el pasado sábado la creación de esa zona aérea se han sucedido entradas en ese espacio de aviones de EE.UU., Japón y Corea del Sur sin seguir las normativas de Pekín.

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Qin Gang, ha insistido este viernes que la zona de defensa aérea "no está dirigida contra ningún país u objetivo específico" y su establecimiento, a su juicio, responde al derecho de China a "la autodefensa".
 

Leutnant

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USA - China... Y pensar que los vietnamitas le pasaron el trapo a los dos; Uno atras de otro.
Todos tienen juguetes, pero a la hora de usarlos, acumulan pañales o lamentan la acostada.

De Japón, és otro cantar. Por suerte para Asia, ya no és lo que era militarmente. Ni les hace falta. Elaboraron un cierto pragamatismo de la geoestratégia luego de la 2ª Guerra Mundial: en caso de problemas, se batirán hasta el último estadounidense. Total, la plata domina a los perros.

Japón, Alemania y Arabia Saudita usan a la mísma prostituta de América. Con un ejército bien equipado, provisto y oleadas de centroamericanos para sus filas prescindibles. Del "otro lado": un mar de chinos, rusos, norcoreanos, terroristas... (el que mejor le vaya a la prensa). Allá nos irémos a encontrar. En el horno, si un día se pianta la cadena y no haya a quien cobrarle deudas. Y ni aún así.
Si fuera tan fácil como en las líneas de más arriba, definir en tanto amigos de enemigos... La cuestión és saber quien le paga a quien; quien compró qué, que multinacional absorvió a cual otra. Pueden gritar: ¡LOS CHINOS!!!... Pero...



¿Los chinos, qué??... A Dios grácias, que han frenado a los tarados de Corea del Norte por 60 años. Por más que en Japón despotriquen de que las versiones truchas le colmen las ventas en el 3er Mundo. Esto és una multinacional de empresas, no de banderas.

Truman, Eisenhower, Kennedy; Cuanto hicieron desarrollando "aliados", creyendosé mesianicos en ayuda de los devastados. Hoy, el mundo liberado les dá las grácias por dejarse acostar.



Saludos!!!
 
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Sebastian

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La Casa Blanca pide a las aerolíneas de EE UU que notifiquen sus vuelos a China

La Administración toma esta decisión después de que Beijing enviara cazas para patrullar su nuevo espacio aéreo cuyas coordenadas modificó la semana pasada

Eva Saiz Washington 30 NOV 2013 - 03:21 CET13


Una de las islas del mar de China Oriental disputadas por Japón y China. / HIROYA SHIMOJI (EFE)

El Gobierno de Estados Unidos ha pedido a las aerolíneas comerciales nacionales que cumplan con las exigencias establecidas por China y notifiquen los vuelos que vayan a llevar a cabo sobre el nuevo espacio aéreo cuyas coordenadas modificó la semana pasada, según altos funcionarios de la Administración citados por The New York Times. La Casa Blanca ha tomado esta decisión después de que Beijing anunciara el envío de cazas al área en disputa del mar de China Oriental para evitar incidentes indeseados que puedan poner en peligro a los pasajeros civiles.

La decisión de EE UU contrasta con la de Japón, que ha instado a las compañías aéreas niponas a que no cumplan con las demandas de información chinas, tal y como habían empezado a hacer voluntariamente. Aunque China no ha manifestado expresamente su intención de atacar a las aerolíneas comerciales que sobrevuelen su nueva zona aérea, la resolución de la Casa Blanca se contempla como una medida de prudencia para evitar accidentes indeseados que contribuyan a aumentar la tensión en la región.

El Pentágono, sin embargo, no tiene intención de interrumpir los vuelos militares de reconocimiento que, insiste, son maniobras ordinarias pero que suponen un claro desafío al nuevo espacio aéreo determinado unilateralmente por China. "Estas operaciones son acordes a nuestras políticas de libertad de navegación que se aplican en muchas zonas alrededor del mundo y puedo confirmar que continuaremos con ellas como de costumbre", ha señalado este viernes el responsable del comando del Pacífico de EE UU, el almirante Samuel Locklear. Estas misiones tienen como objetivo controlar las prácticas militares y aéreas chinas para garantizar la seguridad de distintas zonas de la región, entre ellas Corea del Sur.

En los últimos días, EE UU, Japón y Corea del Sur han realizado varias batidas de este tipo. “Continuaremos trabajando con nuestros aliados y realizando operaciones en el área, como de costumbre”, ha indicado este viernes un portavoz del Departamento de Defensa. A comienzos de esta semana, el Pentágono envió B-52 a la nueva zona aérea determinada por China, sin informar a su Gobierno, desafiando la autoridad china y enviando un mensaje claro a Bejing de que en su nuevo envite sobre la titularidad de varias islas del mar de China, que se disputan China y Japón, EE UU iba a ponerse del lado de este último, si bien reclamó, públicamente, una solución pacífica al respecto.

El vicepresidente norteamericano, Joe Biden, viajará a Asia la próxima semana en una gira en la que visitará China, Japón y Corea del Sur. "El vicepresidente dejará claro su sólido compromiso con nuestros aliados", ha informado su Gabinete. Biden tiene previsto reunirse con el presidente Xi Jinping al que le transmitirá la preocupación internacional sobre el nuevo espacio aéreo. "EE UU cree que rebajar la tensión en la región es una prioridad y se encuentra dentro de nuestros más profundos intereses", han recalcado desde la oficina del vicepresidente.

EE UU ha optado por mantener una posición de neutralidad en el conflicto de las islas del Pacífico. El anuncio de la nueva zona aérea China se contempla en Washington como una oportunidad para demostrar su compromiso con sus aliados en Asia, contrarrestar la influencia de Beijing en la región y apuntalar, así, su propia presencia en la misma.

El presidente de EE UU, Barack Obama, ha reiterado que la prioridad de la política exterior de su Administración era Asia, pero las guerra en Siria, las negociaciones sobre el programa nuclear iraní, las revueltas en Egipto o el reactivado proceso de paz entre Israel y Palestina le han obligado a desviar su atención, de nuevo, hacia Oriente Próximo.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/11/30/actualidad/1385778082_474620.html
 

Shandor

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Choque entre los gigantes asiáticos por ocho islas deshabitadas
La situación en el mar de China Oriental se pone al rojo vivo tras la decisión de Pekín de ampliar unilateralmente su espacio aéreo


VÍDEO: REUTERS-LIVE! / FOTO: AFP

La decisión unilateral de China de establecer una zona de control aéreo, que incluye las ocho islas deshabitadas en disputa con Tokio insertas en el acuerdo de defensa mutua entre Japón y Estados Unidos, ha puesto al rojo vivo la situación en el mar de China Oriental. Pekín ordenó anoche a sus aviones militares que realizaran vuelos “rutinarios de control” en ese espacio, después de que aeronaves de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur decidieran hacer oídos sordos de la bravuconada china y se adentraran en lo que se conoce en la jerga aeronáutica internacional como ADIZ (Air Defense Identification Zone).
La publicación, el viernes 23, del mapa con la nueva ADIZ sorprendió a los vecinos del entorno, que contemplan inquietos la reafirmación de China como potencia regional y su expansión por los mares del Este y del Sur. Washington respondió de inmediato al desafió, y el martes envió dos bombarderos gigantes B-52 a entrenarse sobre el espacio aéreo de la islas Diaoyu (en chino) y Senkaku (en japonés), que según el acuerdo de San Francisco (1951), que China no firmó, forman parte de Japón.
Pekín dio un paso atrás ante el reto del Pentágono. El portavoz del Ministerio de Exteriores, Qin Gang, señaló el miércoles, sin mencionar el vuelo de los B-52, que China, “según las diferentes situaciones y lo grande que fuesen los riesgos, realizaría las correspondientes respuestas”.
Este paso atrás fue aprovechado por Japón y Corea del Sur para ver hasta donde llegaba la voluntad china de hacer respetar su ADIZ y aviones militares de ambos países se adentraron ayer en ese espacio aéreo. Las voces de los nacionalistas chinos pidiendo a su Gobierno que se hiciera respetar se desataron a través de las redes sociales. Es evidente que para acallarlas, Pekín ordenó a sus aviones de guerra que realizaran “patrullas rutinarias de control”.
Todo apunta a que los estrategas chinos no midieron bien las consecuencias de la decisión de presentar el nuevo mapa de su espacio aéreo como un fait accompli (hecho consumado). Hasta ahora, Pekín ha cortejado con delicadeza a Corea del Sur, país donde EEUU tiene estacionados 28.000 soldados pero que mantiene unas tensas relaciones con Japón por razones históricas y por una disputa sobre otros islotes. Las chispas saltaron porque el mapa de la ADIZ se adentra unos 3.000 kilómetros cuadrados en el espacio aéreo surcoreano.
El ministro de Exteriores surcoreano Yun Byung-se declaró en un foro de Defensa, según informa The Wall Street Journal, que la imposición por China de la ADIZ “hace aún más difícil tratar las complicadas situaciones regionales”. Pekín mantiene fuertes diferendos con varios de sus vecinos –Filipinas, Vietnam, Malaisia y Brunei-- por la soberanía sobre distintos archipiélagos diminutos y casi todos deshabitados en el mar del Sur de China. Taiwan, la isla donde se refugió el Gobierno nacionalista chino tras perder la guerra civil en 1949 y que Pekín tacha de “provincia rebelde”, también reclama esos islotes.
Esta previsto que China y Corea del Sur analicen hoy la situación, durante la reunión, que ya estaba acordada antes de que se declarara la ADIZ, entre los viceministros de Defensa de ambos países.
Pese a que Seúl es un socio estratégico de EEUU, Pekín ha tratado de atraérselo hacia su esfera de influencia a través de unas muy potentes relaciones económicas y de presentarse como el único país capaz de hacer oír su voz en la díscola Corea del Norte, que se ha dotado de armas nucleares lo que hace temblar al Sur. La unilateralidad de la ADIZ amenaza con romper los puentes tendidos hasta ahora.
elpais.es
 

Sebastian

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Duelo en los cielos de Asia

La declaración de la nueva zona de defensa aérea china sobre unas islas en disputa con Japón revela las tensiones latentes en la región Asia-Pacífico y la creciente rivalidad entre Pekín y Washington

Jose Reinoso Pekín 2 DIC 2013 - 17:52 CET28

Llegaron al poder prácticamente al mismo tiempo –el presidente chino, Xi Jinping, en el congreso del Partido Comunista Chino (PCCh) en noviembre del año pasado; el primer ministro japonés, Shinzo Abe, en las elecciones generales el mes siguiente- y los dos han adoptado una actitud más firme que sus predecesores en la política de Defensa y el conflicto territorial marítimo que enfrenta a los dos países desde hace años.

La última muestra ha llegado con la reciente declaración por parte de China de una nueva "zona de identificación de defensa aérea" (ADIZ en sus siglas en inglés) sobre unas islas en disputa en el Mar de China Oriental, que ha provocado las protestas de varios países en la región, desde Corea del Sur a Australia. Japón ha rechazado la decisión china y ha forzado a sus aerolíneas a que den marcha atrás y se nieguen a entregar sus planes de vuelo cuando sus aviones pasan por la zona como exige Pekín desde el sábado de la semana pasada. Otras aerolíneas regionales como Singapore Airlines, la australiana Qantas y Korean Air han afirmado que cumplirán con la demanda. También lo están haciendo las estadounidenses, con el beneplácito de Washington.

El duelo en los cielos de Asia se ha convertido en un duelo múltiple, con un actor clave, Estados Unidos, cuyo vicepresidente, Joe Biden, inicia este lunes en Japón una gira asiática, que estará protagonizada por la actual crisis. Washington tiene un tratado de seguridad con Tokio que incluye este archipiélago que consideran suyo tanto Japón, que lo llama Senkaku, como China, que lo llama Diaoyu, y ha salido rápidamente en apoyo de su aliado. El martes envió dos bombarderos B-52 desarmados desde su base en Guam, en el Pacífico, que sobrevolaron la nueva zona de defensa aérea sin avisar previamente a las autoridades chinas. El mismo día, un avión militar surcoreano penetró también en el área sin identificarse, y otro tanto han hecho aparatos japoneses y taiwaneses en diferentes ocasiones. Las patrullas aéreas americanas y de sus aliados se han sucedido de forma “rutinaria” desde entonces, según Washington.

Con la demostración de poder, Estados Unidos ha lanzado una clara advertencia a Pekín sobre su compromiso inquebrantable con Japón y el rechazo a una medida unilateral que rompe el status quo en la región. Biden pretende dejárselo bien claro a los líderes chinos en Pekín durante el viaje a tres países de la zona: Japón, China y Corea del Sur.

Washington no toma partido sobre la soberanía del archipiélago deshabitado, rico en recursos gasísticos y pesqueros, pero reconoce que Tokio tiene el control administrativo sobre él y ha asegurado que defenderá a su aliado en caso de conflicto armado.

La rápida reacción estadounidense -al enviar sus bombarderos- ha colocado en una posición delicada al Gobierno de Pekín, que había advertido que aquellos aviones que entren en la zona deben identificarse y notificárselo o podrían tener que hacer frente a “medidas defensivas de emergencia”.

¿Ha cometido una torpeza China con la decisión de la nueva zona aérea? ¿Hasta dónde está dispuesta a llegar para implementarla? ¿Dará una respuesta contundente al vuelo de los B-52 y los aviones de vigilancia japoneses y surcoreanos sobre unas islas que considera suyas? ¿Castigará a las aerolíneas japonesas por no comunicar sus planes de vuelo? Si no lo hace, podría suponer una pérdida de credibilidad internacional. Si lo hace, corre el riesgo de provocar un error de cálculo y una escalada de la tensión e incluso un potencial choque armado, algo que nadie desea. De momento, se ha limitado al envío a la zona de varios cazabombarderos y un avión dotado de radar para “monitorizar” a sus rivales, y ha rebajado el tono de sus exigencias.

El Gobierno se enfrenta a una presión interna creciente para que demuestre su firmeza. La prensa oficial pidió el viernes “contramedidas oportunas si vacilar” si Japón viola la demarcación aérea, pero se cuidó mucho de amenazar a Washington.

Para China, se trata de demostrar su determinación en la defensa de la integridad territorial, y puede argumentar que Japón también impuso una zona de identificación de defensa aérea en el mar de China Oriental sobre territorio reclamado por Pekín. Esta zona, que se solapa con la china, fue creada a finales de la década de 1960, y fue ampliada 22 kilómetros hacia el oeste en mayo pasado. Tokio dice que solo exige que se identifiquen aquellos aviones que se dirigen a su espacio territorial aéreo, no aquellos que simplemente transitan por la ADIZ.

El audaz paso dado por el Gobierno de Xi Jinping ha reavivado los temores de otros países asiáticos a la creciente confianza de China en sí misma y su poder militar -Pekín tiene conflictos territoriales con varios vecinos como Filipinas y Vietnam-, y supone un desafío histórico a Estados Unidos, que ha dominado la región durante décadas. En Japón, la nueva zona de defensa china podría servir de catalizador a las maniobras de Abe para reforzar el ejército y disminuir los controles sobre su Constitución pacifista, redactada tras la derrota en la Segunda Guerra Mundial.

Algunos expertos creen que, al declarar la zona aérea, China ha subestimado tanto la capacidad marítima y la determinación de Japón como la fortaleza de la alianza entre Washington y Tokio. Pero podría tratarse de una maniobra para sondear la respuesta de sus rivales, presionar a Japón para que negocie sobre las islas, mostrar su descontento por las misiones periódicas estadounidenses de recogida de información de inteligencia por mar y aire a lo largo de las fronteras chinas, y dejar claro que a medida que avanza su poderío económico también lo van a hacer el político y el militar.

China implementará probablemente la nueva zona de forma lenta y progresiva, a largo plazo como hace en otros asuntos, sin caer en el riesgo de un roce militar, aunque a corto plazo mine su credibilidad y su influencia regional. Su objetivo es claro. Quiere romper la hegemonía mundial estadounidense, y la región Asia-Pacífico se ha convertido en prioritaria, especialmente después del giro de la política exterior del presidente Barack Obama hacia Asia; un giro que, según el Gobierno chino, ha creado tensión en esta parte del mundo, que cada vez más considera su patio trasero. Estados Unidos no está dispuesto a ceder el patio, y así viene a recordarlo Joe Biden esta semana.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/12/02/actualidad/1385980703_210757.html
 

Sebastian

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Biden intenta rebajar en Pekín la tensión por la nueva zona de defensa aérea china

La prensa oficialista advierte al vicepresidente de EE UU que no habrá avances si repite "los erroneos comentarios" pronunciados sobre el control de la zona en disputa con Japón


Jose Reinoso Pekín 4 DIC 2013 - 09:21 CET29

El presidente chino, Xi Jinping (derecha) recibe al vicepresidente de EE UU, Joe Biden, en Pekín. / LINTAO ZHANG (AFP)

El vicepresidente estadounidense, Joe Biden, ha iniciado este miércoles una delicada visita oficial a China, protagonizada por la crisis desencadenada por la declaración por parte de Pekín de una nueva zona de defensa aérea sobre unas islas en disputa en el mar de China Oriental. Biden ha llegado procedente de Tokio con un mensaje contundente: el rechazo de Washington a una decisión -que, según dice, rompe el “estatus quo” en la región- y el apoyo sin fallas a su aliado Japón. Al mismo tiempo, pretende reducir las tensiones y apelar a la calma en un momento en el que el presidente estadounidense, Barack Obama, quiere intensificar la cooperación con la segunda potencia económica del mundo, en el marco de su giro político y económico hacia Asia.

Biden compareció ayer ante la prensa en Tokio junto al primer ministro japonés, Shinzo Abe, y aseguró que Estados Unidos está muy preocupado por la iniciativa china, que, según dijo, “ha elevado las tensiones regionales e incrementado el riesgo de accidentes y errores de cálculo”. Afirmó que planteará el tema “con gran especificidad” a los líderes chinos. Este miércoles, tiene previsto reunirse con el vicepresidente, Li Yuanchao, y con el presidente, Xi Jinping, con quien cenará, y el jueves, con el primer ministro, Li Keqiang.

El Gobierno chino anunció hace dos fines de semana la creación de una "zona de identificación de defensa aérea" (ADIZ en sus siglas en inglés) sobre las islas llamadas Senkaku por Tokio (Diaoyu, según China), que están administradas por Japón. Exige que todos los aviones que sobrevuelan el área se identifiquen y entreguen sus planes de ruta o tendrán que hacer frente a “medidas defensivas de emergencia”. Estados Unidos y Japón se han negado y han enviado aviones militares en varias ocasiones desde entonces a la zona, algo que también han hecho Corea de Sur y Taiwán. Pekín ha respondido de la misma forma.

Tokio ha forzado a sus aerolíneas a que no informen a las autoridades chinas, mientras que las compañías estadounidenses sí están comunicando sus trayectos, lo que, según algunas informaciones, ha provocado roces entre Japón y Estados Unidos. Biden intentó calmar estos temores en su intervención con Abe, al tiempo que mantenía un delicado equilibrio diplomático, con China en el horizonte. “Estados Unidos tiene interés en rebajar las tensiones en esta parte de la región, y creo que todos los países en el Asia nororiental comparten este interés con nosotros”, dijo, informa Associated Press.

Abe aseguró que ni Japón ni Estados Unidos, con quien el país asiático tiene un tratado de seguridad que incluye las Senkaku/Diaoyu, tolerarán el paso dado por China, pero pareció limar cualquier diferencia con su aliado sobre los vuelos comerciales. “Hemos acordado que no aprobaremos ninguna medida que pueda amenazar la seguridad de los aparatos civiles”.

A pesar de los intentos de Estados Unidos de no verse implicado en el conflicto territorial, el temor a que la nueva zona de defensa aérea sea un intento de China de extender su presencia en la región, ha obligado a Washington a enseñar los dientes, con el envío incluso de bombarderos B-52 sobre el archipiélago.

La visita de Biden se enmarca en los planes de Obama de potenciar la presencia política, económica y militar estadounidense en Asia. Una decisión destinada, en parte, a hacer frente al ascenso chino, pero que, según Washington, pasa también por un nuevo modelo de relaciones con Pekín, según el cual los dos países puedan cooperar en la economía mientras mantienen una competición sana.

Jay Carney, portavoz de la Casa Blanca, ha asegurado que la nueva zona de defensa aérea es un intento provocador de modificar de forma unilateral el estatus quo en el Mar de China Oriental y ha instado a los dirigentes chinos a que no la implementen. Al mismo tiempo, ha urgido a Pekín a que trabaje con Tokio y Seúl para “establecer medidas que construyan la confianza, incluidos canales de comunicación de emergencia, para afrontar los peligros creados por su reciente anuncio y reducir las tensiones”.

Biden, sin embargo, ha evitado pedir en público a China que retire la zona aérea, temeroso de que haga oídos sordos. Más bien, Estados Unidos podría buscar que, con suficiente presión, China desista de hacer cumplir sus exigencias de forma estricta y que a efectos prácticos la zona quede anulada. Además, pretende que el Gobierno de Xi Jinping se lo piense dos veces antes de tomar medidas similares en el futuro. Pekín ya ha advertido que podría crear una ADIZ en el Mar del Sur de China, donde tiene otra agria disputa territorial marítima con Filipinas, aliado también de Estados Unidos.

El Ministerio de Defensa chino ha querido dejar clara la posición china en el conflicto con Japón, con un comunicado emitido el martes y recogido hoy por la prensa oficial, en el que asegura que la nueva ADIZ “es una medida necesaria para que China pueda proteger su soberanía estatal y su seguridad territorial y aérea” y que el ejército chino es “totalmente capaz de ejercer un control eficaz” en el área sobre el archipiélago.

La prensa china ha recibido a Biden con advertencias. “No debe esperar ningún avance significativo si viene simplemente a repetir los comentarios erróneos y parciales previos de su Gobierno”, afirma en un editorial el periódico en inglés China Daily. “Biden necesita recordar que Japón tiene la llave para resolver de forma pacífica la disputa en el Mar de China Oriental, porque es la negación recalcitrante por parte de la Administración de Abe de la existencia de una disputa lo que ha impedido que Pekín y Tokio mantengan comunicación y control de crisis positivos”. Japón ha rechazado hasta ahora la existencia de un conflicto de soberanía sobre las islas por miedo a que mine su posición.

Biden, que comenzó su gira asiática en Japón el lunes, viajará el jueves a Corea del Sur, y regresará a Estados Unidos el sábado.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/12/04/actualidad/1386145314_578890.html
 
China acusa a Japón de dañar sus derechos y poner en peligro la paz en Asia


AFP / Mark Ralston

"China tiene que reaccionar. Algunos países necesitan reflexionar y cambiar su comportamiento", declaró el portavoz del Ministerio de Defensa chino a través de la agencia Xinhua.

"Desde septiembre de 2012 Japón está causando problemas sobre los territorios disputados (…) envía sus aviones y barcos para estorbar los barcos y aviones chinos (…) escala la tensión regional". Con estas palabras, entre otras, el portavoz del Ministerio de Defensa, Geng Hangsheng, ha expresado en la página de la agencia Xinhua la postura china acerca del conflicto entre Pekín y Tokio sobre la zona de la defensa aérea sobre las islas Senkaku/Diaoyu, que China estableció el pasado noviembre. El conflicto no solo provocó la tensión entre estos dos países, sino que también preocupa a otros países de la zona y a EE.UU., que es aliado de Japón.

"Las acciones de Japón han dañado los derechos legítimos de China y sus intereses de seguridad, y además han perjudicado la paz y la estabilidad en Asia Oriental. China tiene que reaccionar. Algunos países deben reflexionar sinceramente sobre sus acciones y corregir sus comentarios erróneos y su comportamiento", dijo Geng Hangsheng.

"Otras partes involucradas deben también tener cautela con sus palabras y acciones y no deben hacer cosas que puedan perjudicar la estabilidad regional y las relaciones bilaterales", escribió el portavoz del Ministerio, subrayando que China "observa la política de desarrollo pacífico" y su zona de defensa aérea "es una zona de seguridad, no de riesgos, y de cooperación, no competición".

Son los comentarios más fuertes que ha expresado el Gobierno chino desde el establecimiento de la zona aérea, señala 'The Washington Free Beacon'.

El comunicado del Ministerio de Defensa llega en vísperas de la visita a China del vicepresidente de EE.UU., Joe Biden, que llega al país este miércoles en una visita corta. Biden está realizando un viaje por Asia y el conflicto sobre las zonas aéreas es uno de los temas de discusión con los líderes asiáticos. Antes de China Biden estuvo en Japón, donde durante la reunión con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, reiteró la preocupación de EE.UU. sobre el conflicto, llamó tanto a China como a Japón a trabajar para resolver sus diferencias y prometió discutir el tema con el líder chino Xi Jinping.

"Esta acción ha aumentado las tensiones regionales y ha aumentado el riesgo de incidentes y malinterpretaciones", dijo Biden sobra la zona aérea de China. "Si me perdonan una referencia personal, mi padre decía: el único tipo de conflicto peor que un conflicto premeditado es el conflicto no premeditado. El precio de un error por malinterpretación es demasiado alto", dijo.

Después de China Biden irá a Corea del Sur, que también se muestra preocupada y anunció hace un par de días que planteaba expandir su propia zona de defensa aérea.


© Organización Autónoma sin Fines de Lucro "TV-Novosti"


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Grulla

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¿China desafía a EEUU?


Foto: EPA

La zona de identificación de la DAA implantada por China, al parecer, impuso cambios en el itinerario del viaje por los países de Asia del vicepresidente de EEUU, Joseph Biden. Precisamente este asunto se colocó en el primer plano en las negociaciones de Biden, tanto con sus tradicionales aliados militares, como con la dirigencia China.

Todo comenzó durante su visita a Tokio en la cumbre de la cual, correspondientemente, Pekín anunció la creación de la nueva zona de identificación. En correspondencia con el nuevo orden, anunciado por el gigante asiático, todas las naves aéreas que planifiquen un vuelo a través de la zona deberán informar con antelación sobre ello a la parte china, presentar un plan de vuelo y mantener comunicación con las estructuras correspondientes. Japón, EEUU y Corea del Sur no solo se expresaron decididamente contrarios a la introducción por parte de China de esta zona, sino que ejecutaron una serie de vuelos demostrativos de sus aviones a través de ella. Los vuelos de los aviones militares deberían subrayar que lo recién implantado por los chinos sería completamente ignorado por Washington, Tokio y Seúl. En las conversaciones entre Shinzo Abe y Joseph Biden fue confirmada esta posición duramente crítica con relación a la zona. Las partes acordaron que “no habría cambio alguno en los vuelos de los aviones militares de ambos países en dicha zona”. Además, nuevamente fue remarcada la invariabilidad de la dirección hacia el reforzamiento de las relaciones de alianza entre EEUU y Japón “en nombre de la paz y del florecimiento de toda la región”. Parecidas declaraciones se pueden esperar también por parte de Seúl, la que se convertirá en el último punto del viaje de Biden por la región.

La implantación de la zona de identificación debe ser analizada, no solamente como un determinado paso en el desarrollo del conflicto chino-japonés, sino también como un nuevo giro en las relaciones chino-norteamericanas, señaló en una entrevista con La Voz de Rusia el consejero del Centro de Investigaciones Políticas de Rusia (Centro-IPR), Dmitri Evstáfiev. En determinado sentido, China lanza un serio desafío a EEUU y sus intereses en la región, subraya el experto:

—Pekín, por primera vez, ha impuesto determinadas reglas del juego en una región que no está directamente al lado de su territorio nacional. Para EEUU esto es un serio desafío, porque en los setenta años anteriores, solamente ellos implantaban las reglas en esta región. Está claro que si no obligan a China a retractarse, significará que el potencial como aliado de EEUU, o sea, la posibilidad de defender a sus aliados, se verá considerablemente deteriorado.

Fuera de la presión política, EEUU no tiene ninguna otra posibilidad de reaccionar ante la situación con un método diferente, presupone Dmitri Evstáfiev y pronostica que es poco probable que EEUU tome medidas militares duras para “hacer entrar en razón” a Pekín. Esto es para EEUU un gusto demasiado caro, tanto desde el punto de vista práctico como desde el punto de vista de su imagen. Pero, por otro lado, Washington tampoco puede desatender los últimos pasos de los chinos, por cuanto su silencio puede ser valorado como una debilidad de EEUU.

Pekín por ahora no tiene intención de retractarse. Precisamente la víspera de la llegada de Joseph Biden a Pekín, el representante del Ministerio de Defensa declaró que China está dispuesta a ejecutar un completo control de la zona de identificación de defensa antiaérea implantada en el mar del Este (mar de Japón), y para ello aplicar medidas decisivas. La escalada de la tensión lleva a consecuencias desagradables que probablemente no fueron calculadas con antelación por parte de Pekín. EEUU está obligado a implicarse, cada vez más activamente, en la disputa territorial entre China y Japón, algo en lo que China, naturalmente, no está interesada.

Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.

Leer más: http://spanish.ruvr.ru/2013_12_05/China-desafia-a-EEUU-0683/
 

tanoarg

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occidente (incluso japon) no puede "negociar" con los chinos, de la misma forma que lo hace con los musulmanes, rusia, latinoamerica o quien sea.
es una forma de pensar distinta y activa...los chinos tienen hambre de revancha...y no van a terminar hasta conseguir lo que quieren.
si ee.uu. apuesta a mostrar los dientes...los chinos van a morder.
 

MDD

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Hoy China se las vería muy difícil contra los F 15 japoneses y sud coreanos ... No se me parece que si China muerde, le rompen la mandíbula ...
Abrazo
 

purilacroix

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Los Chinos son tiempistas por naturaleza, entiendo que si muerden no lo van a hacer necesariamente con fierros y tampoco lo van a hacer de un modo reactivo. El peso no lo tienen con sus sistemas de armas, sino con su estructura como agente internacional y es por ahi por donde deberian seguir para hacer efectivo el reclamo sobre esa y otras areas. No hay que olvidar que este no es el unico caso en litigio entre China y sus vecinos, por lo que una mala jugada politica puede generar recelo y un efecto domino sobre Vietnam, Filipinas, Taiwan, India y Corea del Sur.
 

tanoarg

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amigazo, recorda que china, por una cuestion de "limites" en la decada del 70 entro en guerra con la india y con vietnam...
osea...muerden.
 
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