Potencias emergentes del tercer milenio: los nuevos conflictos

Sebastian

Colaborador
Regreso a 1914


La Asia de 2014 recuerda a la Europa de 1914 en algunas dimensiones importantes, por lo que el riesgo de conflicto debe tomarse en serio

José Ignacio Torreblanca Madrid 12 DIC 2013 - 20:27 CET1



1914-2014. El año que termina nos dejará delante de una efeméride de importancia: el centenario de la I Guerra Mundial. No fue una guerra: fue un suicido colectivo. Político, pues los imperios (prusiano, ruso, austro-húngaro, turco, británico y francés) desaparecieron o entraron en decadencia. Económico, pues la Europa de 1914 representaba más de un tercio de la economía mundial, umbral que nunca ha vuelto ni, previsiblemente, volverá a alcanzar. Y también moral, porque los europeos arrojaron por la borda los valores de la Ilustración, primero en las trincheras y luego, en esa secuela de la Gran Guerra que fue la II Guerra Mundial, en Auschwitz.

Por suerte, del centenario de la decadencia europea podemos salvar con mucha honra la segunda mitad. Dulce decadencia, pues la Europa de la posguerra que no cayó bajó el dominio soviético o quedó atrapada en el autoritarismo, inició un proceso de reconciliación e integración que garantiza que, en un par de semanas, 2014 sea solo un aniversario, no una advertencia.

Paradójicamente, donde sí nos preocupa, y mucho, el aniversario de la Gran Guerra es en Asia, no en Europa. ¿Se parece la Asia de 2014 a la Europa de 1914? Sí, en algunas dimensiones importantes. Primero, y ante todo, en la combinación de Estados fuertes, economías pujantes e identidades nacionales muy homogéneas. Segundo, en la existencia de disputas territoriales, rivalidades históricas no superadas y culturas políticas muy nacionalistas.

Esa combinación se mostró letal en 1914. ¡Un momento!, dirán algunos, ¿qué pasa con el crecimiento económico y la democracia? ¿No son factores de paz? Lamentablemente, la historia demuestra que la interdependencia económica puede agudizar, no aliviar, los conflictos. Europa es un buen ejemplo: en 1914 los flujos de comercio e inversión entre los europeos eran superiores en términos relativos a los de 2000, es decir, la Europa de 1914 estaba más integrada económicamente que la de 2000 y, aun así, fue a la guerra.

Y respecto a la democracia, la evidencia empírica nos ofrece una conclusión tranquilizadora y a la vez perturbadora: que las democracias raramente van a la guerra entre ellas, pero son igual de proclives a ir a la guerra contra dictaduras como las dictaduras entre ellas.

De ahí que sea fácil predecir que Japón y Corea del Sur no irán a la guerra entre ellas, pero que los riesgos de un conflicto entre China y cualquiera de los dos deben tomarse en serio. ¿Con cuánta seriedad? La suficiente, teniendo en cuenta que la historia también nos demuestra que la guerra no es siempre el resultado de una decisión racional sino, con demasiada frecuencia, el producto de un error de cálculo, la escalada de pequeñas disputas sobre la que se pierde el control, las inseguridades personales de los líderes o factores de política interna difíciles de prever. Asia, que en 1914 representaba poco menos del 25% del PIB mundial, suma hoy el 60%. Que no se suicide, por favor.

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Sebastian

Colaborador
Creo que va aqui:

Las zonas más calientes del mundo en 2014
http://www.abc.es/internacional/20140105/abci-zonas-calientes-mundo-2014-201401041827.html
pedro rodríguez
Día 05/01/2014 - 16.50h

Guerra siria, pugna entre China y Japón o comicios europeos son algunos de los asuntos que hay seguir

PEDRO TERCIADO


La Unidad de Inteligencia de la revista «The Economist» lo tiene bastante claro e incluso cuantificado. Las protestas sociales, las rebeliones, las broncas en la calle y las «mareas» van a ser un fenómeno recurrente durante 2014, aunque parezca que lo peor de la crisis económica y las políticas de ajuste haya quedado relegado a 2013.

Según estos cálculos realizados a partir de 150 países de todo el mundo, un total de 65 presentan un alto o muy alto riesgo de conflictividad social. España se encuentra entre los que tienen un alto riesgo, junto a naciones como China, Brasil, Turquía, Marruecos, Portugal o Ucrania. El grupo con mayor peligro y con reincidentes destacados está formado por Argentina, Bahrain, Bangladesh, Bolivia, Bosnia, Egipto, Grecia, Guinea, Irak, Líbano, Libia, Nigeria, Sudán, Suazilandia, Siria, Uzbekistán, Venezuela, Yemen y Zimbabue.

No hay una sola explicación para estos riesgos: desde el rechazo a políticas de ajuste hasta movimientos en búsqueda de libertad, pasando por países emergentes con alto crecimiento donde la clase media quiere algo más que fútbol. En el caso de las sociedades duramente afectadas por la crisis, tienden a servir como detonantes de inestabilidad factores como la desigualdad, el mal gobierno, la carencia de protecciones sociales, las tensiones étnicas, acreditados historiales de conflictividad y, por supuesto, la falta de confianza en instituciones y políticos.

Retirada de Afganistán
Los primeros bombardeos empezaron un 7 de octubre de hace doce años, cuando los talibanes se negaron a entregar a Osama bin Laden. En cuestión de seis semanas, se conquistó Kabul. Sin embargo, en retrospectiva, aquello fue lo más fácil. Barack Obama argumentó que la intervención en Afganistán –y no en Irak, sometido a una creciente violencia sectaria– era la «buena guerra» que Estados Unidos tenía que librar en respuesta al 11-S. Pero el conflicto ha alcanzado un punto de saturación sin retorno para los aliados. Para el5 de abril están previstas unas elecciones presidenciales a las que no se podrá presentar Hamid Karzai. Con todo, la gran duda es si Afganistán volverá a caer en la anarquía integrista en el mismo momento en que se consume la anunciada retirada para finales del próximo año, con la excepción de una fuerza residual de 10.000 efectivos del Pentágono

Tres años de guerra en Siria
Con dos bandos incapaces de imponer su voluntad, dentro de una guerra civil enquistada desde hace meses y sin una previsible intervención internacional a la vista, todo apunta a una renovada espiral de brutalidad. Tanto el régimen de Damasco como sus adversarios intentan llegar con la mayor ventaja táctica posible a la conferencia Ginebra II, convocada con el patrocinio de la ONU para el 22 de enero.

Conflictos territoriales en Asia
Uno de los más triviales en términos de geografía es también el que plantea los riesgos más inquietantes de una accidental escalada. Es el Perejil de Asia que enfrenta a China y Japón: cinco islotes y tres rocas conocidas en Tokio como las islas Senkaku y en Pekín como las islas Diaoyu. Esta disputa ha hecho retroceder las relaciones chino-japonesas hasta su peor momento en cuarenta años, ya que ambos países reclaman tanto la soberanía como el control de esos deshabitados islotes hasta el final de una cadena que incluye Okinawa. Sin salir de Asia, tampoco habrá que perder de vista a Corea del Norte con Kim Jong-un, el tercer dictador hereditario al frente del último régimen estalinista del mundo. La reciente purga de su tío, comparada con el drama shakesperiano «Ricardo III» pero con cabezas nucleares, ha multiplicado los temores de inestabilidad y repercusiones «desagradables» para el resto del vecindario.

El programa nuclear iraní
Tras aclarar cuestiones técnicas en Ginebra, en breve debería arrancar un plazo de seis meses de concesiones mutuas para reconducir el programa nuclear de Irán. El Gobierno de Teherán se ha comprometido a retrasar o congelar una parte de sus ambiciones nucleares a cambio de que se suspendan una parte de las sanciones internacionales en vigor. Al término de ese plazo de seis meses, prorrogable a un año, se debería llegar a un acuerdo profundo y duradero. Con todo, este proceso se enfrenta al rechazo de Israel, Arabia Saudí y una parte del Congreso de EE.UU.

Estados Unidos renueva sus Cámaras
En noviembre de 2014, se celebrarán elecciones de medio mandato en las que se renovarán toda la Cámara de Representantes y un tercio del Senado. Aunque el último mandato del presidente Obama no termina hasta el 20 de enero de 2017, los republicanos aspiran a imponer una especie de anticipado final no solo controlando –como ya hacen– la Cámara Baja, sino alcanzando una mayoría en la Cámara Alta. Un monopolio legislativo no registrado en la política americana desde 2006. A favor de los conservadores juegan bazas como un propicio calendario y mapa electoral, el desgaste de Obama, la limitada recuperación de la mayor economía del mundo o toda la desconfianza que genera la implementación de la reforma sanitaria. También en 2014, se espera que Hillary Clinton confirme sus ambiciones para las presidenciales de 2016.

Elecciones al Parlamento Europeo
En el Viejo Continente, además del referéndum de Escocia previsto para septiembre, destacan las elecciones al Parlamento Europeo convocadas para mayo y que esta vez tienen bastantes papeletas para resultar mucho más relevantes de lo habitual. Sin que falten previsiones, como las del grupo americano Stratford, sobre un aumento de las presiones nacionalistas y extremistas en los 28 miembros de la Unión Europea. Con todo, la mayor y más preocupante cita con las urnas –por una más que anticipada fragmentación política– tendrá lugar esta primavera en la India, con un electorado compuesto por 800 millones de personas.

Luces y sombras en el continente africano
A pesar de un aumento de la insurgencia en Nigeria, de los conflictos protagonizados por diversos estados –bastantes de ellos fallidos, como Malí o Sudán del Sur– y de la persecución a los cristianos en muchos países, algunas de las economías con mayor crecimiento durante el año 2014 estarán en el continente africano. Por primera vez en su historia, se estima que la inflación será menor que el incremento del PIB en el África subsahariana.

Diplomacia deportiva y aniversarios
En 2014, además de elecciones presidenciales, Brasil tendrá la oportunidad de hacer ruido, y de que este se escuche en todo el mundo, con el Mundial de fútbol. Al igual que la Rusia de Putin, con los Juegos de invierno. El montaje olímpico de Sochi –donde también se celebrará la próxima cumbre del G8– tiene un coste sin precedentes de 50.000 millones de dólares. Habra que contar también con el centenario de la apertura del Canal de Panamá y del inicio de la Primera Guerra Mundial. Además de los 25 años desde la caída del muro de Berlín.
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Sebastian

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EE UU retrasa la hora de su ocaso

El auge en la producción de petróleo y gas y la recuperación económica afirman la supremacía de Washington mientras los emergentes sufren turbulencias

A. RIZZI Múnich 1 FEB 2014 - 22:02 CET


John Kerry, en la conferencia de seguridad de Múnich. / REUTERS

Las profecías acerca del ocaso de la supremacía global de Estados Unidos circulan desde hace tiempo y han proliferado con especial intensidad desde el estallido en 2008 de la crisis financiera incubada en Wall Street y aledaños. El reciente bloqueo político en Washington y el constante ascenso de China, entre otros elementos, han ofrecido sólidos apoyos para esa tesis. Los errores de Bush (en Irak) y los titubeos de Obama (en Siria) han echado más leña al fuego, igual que los límites mostrados por la intervención en Afganistán y ciertos éxitos diplomáticos de Rusia. Sin embargo, el conjunto de los debates, análisis y maniobras diplomáticas desarrolladas en la Conferencia de Seguridad de Múnich proyecta serias dudas sobre la teoría del desvanecimiento de esa supremacía en el corto y medio plazo.

Varios elementos se yuxtaponen a la nutrida galería de recientes dificultades, límites y fracasos de Washington.

EE UU se ha convertido en 2013 en el principal productor mundial de gas y petróleo. La eficaz utilización de la tecnología de la fractura hidráulica (fracking) permite explotar nuevos yacimientos en su territorio. La producción de crudo, que en 2008 rondaba los cinco millones de barriles diarios, ahora ronda los ocho millones. En el mismo periodo, la extracción de gas ha aumentado en más de un 20%.

Esta dinámica, que según los expertos seguirá, reduce la dependencia energética del país y, además, contribuye a enfriar los precios de los hidrocarburos, de los que dependen las aspiraciones de varios rivales de Washington. Empezando por Rusia, que es un monocultivo económico, pasando por Venezuela, Irán, y otros. Si la dinámica se confirma, pronto EE UU podrá depender tan solo de las importaciones de crudo de Canadá y México, dos países amigos.

El auge energético, de paso, es un elemento importante de la resurrección económica estadounidense. Tras el pánico de Lehman Brothers, EE UU ha logrado levantarse más rápido que Europa, con una eficaz actuación del Gobierno y de la Reserva Federal. Desde entonces, el PIB ha crecido con continuidad, las empresas han escalado las listas de capitalización bursátil y se han creado casi ocho millones de empleos. La economía creció a un notable 4,1% en el tercer trimestre de 2013, y un 3,2% en el último. Las previsiones para 2014 son buenas. El déficit se está reduciendo rápidamente.

Estos elementos riegan con sangre fresca el músculo estadounidense, cuya maquinaria militar sigue teniendo una ventaja sideral con respeto a los rivales. No solo su gasto en defensa es aún superior al de las siguientes diez principales potencias juntas; sino que décadas de mayor inversión y experiencia bélica han acumulado un activo prácticamente inigualable en el breve y medio plazo. Las retiradas de Irán y, este año, de Afganistán, permitirán a unas fuerzas armadas sometidas a un enorme esfuerzo respirar y adaptarse al futuro sobre la base de las lecciones aprendidas sobre el terreno.

La maquinaria diplomática —como se ha visto aquí en Múnich— sigue teniendo la ambición de abarcar de lleno todo el planeta. “No nos vamos a retirar de ningún lugar de la tierra”, respondió el secretario de Estado, John Kerry, a una pregunta sobre la presunta tentación de Washington de reducir su abanico de actividad. Kerry explicó cómo pasó buena parte de las vacaciones de Navidad impulsando una tregua en Sudán del Sur.

Estos elementos, junto con la capacidad de innovación tecnológica, la excelencia de las universidades y el atractivo cultural que hace de imán a cerebros brillantes conforman una estructura de potencia que sigue siendo difícil igualar.

Al otro lado, China ha avanzado a pasos de titán en las últimas décadas. Su PIB ha crecido a un ritmo medio del 10% anual desde 1978. Su peso demográfico, industrial y comercial augura un claro futuro de superpotencia a Pekín. Pero China se está ralentizando —crecimiento inferior al 8% en los dos últimos años— y son grandes los desafíos que tendrá que superar para mantener el ritmo y acercarse a la capacidad militar, diplomática y tecnológica de Estados Unidos.

Entre ellos se pueden destacar tres: la creciente brecha social entre ricos y pobres amenaza con causar inestabilidad social y perjudicar el consumo interno chino, elemento indispensable para la consolidación del crecimiento económico; la subida de los salarios reduce la competitividad de los productos chinos, y está por ver que la economía del gigante asiático logre ofrecer suficiente valor añadido como para compensar esa pérdida —la llamada trampa de los países de ingresos medios—; la política del hijo único producirá una dinámica demográfica desfavorable en las próximas décadas.

A la vez, la inestabilidad que sufren en estos días sus divisas muestra que el triunfal ascenso de varios países emergentes no está exento de graves riesgos.

Pese a sus errores y límites, el ocaso de la supremacía de EE UU no parece tan cerca en el horizonte.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/02/01/actualidad/1391288553_636224.html
 

Sebastian

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Europa intenta mantener su peso en África ante el auge de China

El discurso de la UE basado en ayudas al desarrollo choca con las exigencias de inversión de la delegación africana
Bruselas traza una hoja de ruta sustentada la seguridad y el desarrollo, los mismos principios que guiaron la cumbre de 2007


Ignacio Fariza Bruselas 3 ABR 2014 - 23:56 CET


De izquierda a derecha, el presidente de Níger, el de Malí, el de Burkina Faso, el de la Comisión Europea y el de Mauritania se preparan para una foto. / GEORGES GOBET (AFP)

Europa ofrece ayuda al desarrollo y África quiere inversión. La IV cumbre euroafricana, la más nutrida de cuantas han acogido las instituciones comunitarias, ha echado el cierre este jueves en Bruselas sin logros concretos más allá de una hoja de ruta sobre inmigración, seguridad y desarrollo. Ante la ausencia de contenido de calado, el encuentro se ha convertido en el escenario perfecto para que la UE representara su papel de gran potencia con interés “estratégico” en el continente vecino —en respuesta al apetito de China por sus recursos naturales— y para que los países africanos expresaran su descontento con el actual statu quo y reclamaran mayor cuota de protagonismo en el nuevo orden mundial.

Bajo el mantra más repetido en los últimos años al referirse a África —“el continente de las oportunidades”—, los presidentes del Consejo y de la Comisión Europea, Herman Van Rompuy y José Manuel Barroso, optaron por un doble mensaje en la clausura de la cumbre: seductor para los 41 líderes africanos y contundente frente a la creciente presencia china. “La ayuda el desarrollo es más que un imperativo humano, es una inversión estratégica”, ha dejado caer Barroso en la clausura de la cumbre. A su lado, Van Rompuy detallaba la leve mejoría en las cifras de cooperación.

El plantón de Zuma y Mugabe aumentó la sensación de que ahora es África quien tiene la sartén por el mango

Este mensaje, invariable desde la última cumbre UE-África de 2007, es insuficiente a ojos de la delegación africana. Pese a la fragilidad interna de muchos países del continente, el despegue de sus economías —si se cumplen las previsiones, crecerán un 6% en 2014 frente al exiguo 1,5% de la UE— ha instalado a los Estados africanos en el punto de mira de los inversores asiáticos y ha situado a sus mandatarios en la escena internacional. El inesperado plantón de Jacob Zuma, presidente de Sudáfrica, el país más próspero del continente, que menospreció la importancia del encuentro, y de su homólogo de Zimbawe, Robert Mugabe, que declinó la invitación después de que la UE denegara el visado a su esposa, aumentan la sensación de que ahora es África quien tiene la sartén por el mango.

“Nuestras ventajas comparativas son complementarias con las de Europa”, ha enfatizado la presidenta de la Unión Africana, Nkosazana Dlamini-Zuma, al tiempo que sacaba músculo sobre el potencial del continente. “Mientras Europa envejece, África será el único continente con una fuerza laboral joven en 2050; África tiene el 60% de las tierras cultivables del mundo y grandes espacios marítimos sin explorar y Europa dispone de la tecnología para su explotación”.

Con estas palabras, Dlamini-Zuma afianza el cambio de tendencia en lo que a las relaciones UE-África se refiere y pasa del lenguaje de las ayudas, en el que Europa aún permanece instalada, al de la inversión. “No queremos subvenciones para infraestructuras, creemos que la inversión puede ser rentable. Queremos trabajar codo con codo con la UE”, ha zanjado la máxima representante africana en la cumbre.

Más allá de los grandilocuentes discursos y las loas mutuas propias de estos encuentros oficiales, los datos ponen nombre y apellidos a la mayor amenaza para los intereses europeos en África: China. Entre 2009 y 2012, el país asiático incrementó su inversión directa en el continente a razón de un 20,5% anual, pasando de 6.800 a 15.500 millones de euros. “Europa compra productos manufacturados y China sólo adquiere materias primas”, justifican en Bruselas. La mayor fábrica del mundo ha encontrado en África el socio perfecto y la UE, cumbre mediante, no logra dar con una estrategia que logre satisfacer al continente vecino y frenar su deriva asiática.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/04/03/actualidad/1396561668_352573.html
 
La región Asia-Pacífico no sólo le interesa a Estados Unidos, Francia también tiene intereses en la zona.



Uno puede pensar que las disputas entre China y Japón por algunas islas en el mar meridional de la China no le incumben a Europa en general y a Francia en particular, pero muchos aseguran que la prosperidad del viejo continente está ligada a Asia, y que cualquier crisis en esa región afectaría los intereses europeos y franceses en particular.
Según Jean-Yves Le Drian, ministro de Defensa francés, “el lugar de Asia en nuestro medio también nos expone a amenazas comunes, como la proliferación de armas de destrucción masiva y sus vectores, el terrorismo internacional o la piratería, así como también los riesgos de recibir efectos que no conocen fronteras (las catástrofes naturales, sanitarias o tecnológicas) y porque cualquier crisis o conflicto en uno de los dos continentes afectaría irremediablemente los intereses del otro, en sentido amplio. A pesar de la distancia que separa nuestros continentes, nuestra seguridad como nuestra prosperidad son desde hace tiempo inseparables”.
El Libro blanco de la defensa francés de 2013 largamente había mencionado los desafíos de la zona Asia-Pacífico, la cual “juega un rol determinante en la globalización” y constituye hoy “el principal lugar de crecimiento mundial, pero también una de las regiones donde los riesgos de tensiones y de conflictos son los más elevados”.
Pero comparando con otros países europeos, Francia tiene una posición particular en Asia-Pacífico ya que detenta varios territorios, cuya protección y la de sus habitantes (500.000 en el Pacífico y 1 millón en el Índico) constituyen una “obligación primaria”
Además, Francia dispone del segundo dominio marítimo mundial luego de Estados Unidos, con 11 millones de km2 y debe controlar sus posesiones en el Pacífico (62%) y en el océano Índico (24%). “Francia es responsable de este ambiente frágil y de inmensos recursos pesqueros, minerales y energéticos que la región esconde” señala el documento de la DAS.
“La política de exportación de equipamientos de defensa de Francia y su implementación de cooperaciones industriales y técnicas constituyen un instrumento remarcable al servicio de sociedades estratégicas y de relaciones globales que Francia se encarga de desarrollar. En razón de la naturaleza particular de estos equipamientos, la venta de armamento francés a un estado extranjero nunca es una decisión puramente técnica o comercial, ella obedece a consideraciones del orden político y estratégico y coronan una relación de confianza entre los socios. La política de exportación de Francia está igualmente fundada sobre principios de transparencia, de protección de derechos humanos, de estabilidad internacional y de ética” explica la publicación
Por otra parte, y sin dudas algo poco conocido por la mayoría, Francia tiene muchos compromisos en Asia-Pacífico, principalmente con el tratado de paz con Japón, firmado en septiembre de 1951 o incluso la convención del armisticio en Corea (1953), que hizo que Francia sea miembro del Comando de Naciones Unidas y participe en la Comisión militar de armisticio (UNCMAC). Además, Paris es signatario del tratado de seguridad colectiva en el sudeste Asiático (Tratado de Manila) así como del tratado de amistad y de cooperación en el sudeste Asiático (Tratado de Bali).
Por lo expuesto, tanto el expositor Errera como su segundo Regaud y el general Maurin estiman que “debemos estar preparados para vigilar, prevenir y actuar militarmente frente a una amenaza que podría atentar contra la integridad de nuestra seguridad”, en esta parte del mundo, señalando el deseo de Francia de “ayudar a los países de la zona Asia-Pacífico a reforzar su soberanía”.
En cuanto a los medios franceses presentes en la región, está escrito en la brochure [publicación] del ministerio de Defensa que están “adaptados a las necesidades de defensa y seguridad” con más de 2.500 militares, dos fragatas de vigilancia, tres patrulleras, cuatro aviones de vigilancia marítima, cuatro aviones de transporte táctico y media docena de helicópteros”
[Viendo la superficie a vigilar, tiene gusto a poco…]
“El dispositivo global implantado en la zona será mantenido. A pesar de las reducciones de efectivos, no se tratará de hacer menos sino de cumplir con las misiones donde sea necesario señaló el general Maurin, insistiendo en el hecho de que no habrá un cambio de postura en esa zona.

Philippe Errera. Directeur de la Délégation aux affaires stratégiques (DAS)



http://www.defense.gouv.fr/actualites/articles/la-france-et-la-securite-en-asie-pacifique
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Japón va a instalar una base en la isla de Yonaguni, a 150 km de un archipiélago disputado por China.

El archipiélago Senkaku, que pertenece a Japón, es reivindicado por China, lo que da lugar regularmente a tensiones entre los dos países. Por eso, evidentemente, para Tokio no es cuestión de ceder un centímetro de terreno. Y después de varios meses, los incidentes se multiplican.
Así, y solamente en el mes de marzo, los cazas de las fuerzas aéreas de autodefensa japonesas decolaron 415 veces, un record, a causa de la presencia de aparatos chinos en el espacio aéreo del archipiélago Senkaku. Y sin contar las intrusiones de buques venidos de China…
Y el anuncio fue hecho por el ministro de Defensa japonés, Itsunori Onodera, que asegura las quejas venideras de Pekín… Desplegará en la isla de Yonaguni, situada al este de Taïwan y a sólo 150 kilómetros del archipiélago disputado, una guarnición de una centena de soldados y un radar.
“Decidimos desplegar una unidad de fuerzas terrestres de autodefensa en el marco de nuestro esfuerzo para reforzar la vigilancia de la región sudoeste” explicó el ministro nipón. “Estamos resueltamente determinados a proteger la isla de Yonaguni, parte del precioso territorio japonés” agregó.
Pero Yonaguni (1.500 habitantes) es también la isla del archipiélago nipón más cercana a China… Así que también esta presencia militar debería permitir vigilar mejor los aviones y los buques chinos al aproximarse al archipiélago.

Asie-Pacifique par Laurent Lagneau 18-04-2014
 
Por lo menos ahora los incidentes van a estar organizados, con pitos y señales.

Para evitar nuevas tensiones en la región Asia-Pacífico, Estados Unidos, China y Japón, entre otros, firman un código de conducta naval.

Mientras que la región Asia-Pacífico es regularmente el teatro de tensiones a causa de reivindicaciones territoriales emitidas por varios países (Spratleys, Paracels, Senkaku, etc), la menor chispa, por ejemplo como un incidente naval serio, podría tener graves consecuencias. Y no hemos estado lejos en el curso de estos últimos meses.
En diciembre, el crucero norteamericano USS Cowpens, integrado a la escolta del portaaviones George Washington, estuvo a punto de colisionar con un buque anfibio chino que acababa de cortarle la ruta mientras navegaba en las aguas internacionales en el mar Meridional de la China.
Casi un año antes, un destructor japonés había sido "encerrado" por el radar de dirección de tiro de una fragata china, cerca del archipiélago Senkaku, cuya soberanía es a la vez reivindicada por Tokio y Pekín.
También, para evitar que un error de comunicación sobre las intenciones de unos y otros sea el origen de un eventual conflicto, los jefes de estado-mayor de la marina de 20 países de la región Asia-Pacífico firmaron, el 22 de abril, un acuerdo naval “para los encuentros imprevistos en el mar”, en ocasión del Simposio Naval del Pacífico Oeste, en Qingdao, China.
Este código, firmado principalmente por Estados Unidos, Japón y China, debe permitir reducir el riesgo “de situaciones que puedan llevar a conflictos sobre las vías marítimas muy frecuentadas”, informó el diario estatal China Daily. (Continúa...)

http://analisis-global.blogspot.com.ar/2014/04/para-evitar-nuevas-tensiones-en-la.html?spref=tw

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Sebastian

Colaborador
EE UU se encuentra entre el oso ruso y el dragón chino

29 de abril de 2014 Piotr Akopov, Vzgliad
Rusia se vuelve hacia el Este, pero no solo porque Occidente le haya impuesto sanciones: la confrontación con Estados Unidos acelera un proceso anterior. Existen razones objetivas para fortalecer la cooperación global entre Rusia y China, aunque todas ellas a largo plazo y de carácter estratégico.

Dibujado por Niyaz Karim
En los años 90, después de la autodestrucción de la URSS, los Estados Unidos ya se habían convertido, desde hacía algún tiempo, en señores del triángulo. De hecho, Rusia rechazó una estrategia geopolítica independiente y China todavía no había entrado a proteger activamente sus intereses en el escenario mundial: los chinos optaron por fortalecer primero su musculatura y extender, gradualmente, su influencia en el mundo.

Las relaciones de China y Rusia con EE UU todavía se mantuvieron, en general, mejores que las de Pekín y Moscú, pero el motivo principal de ello ya no fue un enfrentamiento entre Rusia y China, sino la orientación prooccidental de la mayor parte de la élite rusa. Los movimientos impulsivos de Borís Yeltsin a la hora de acercarse al gigante asiático no convencieron demasiado a los chinos, quienes veían en las intenciones sinceras de Rusia un pensamiento geopolítico muy dependiente del Gobierno ruso y de sus acciones abiertamente prooccidentales.

Pero en los últimos 15 años, Rusia y China realmente han comenzado a construir las bases de una asociación estratégica. Lo más fácil fue echar abajo las fronteras y colocar armamento ruso en China. Se necesitaron muchos más años de negociaciones para los proyectos energéticos a largo plazo. Y, si con el petróleo todo acabó con la firma de un contrato, en lo que se refiere al gas desde hace ya mucho no logran ponerse de acuerdo sobre el precio.

No se entiende del todo cómo hay que hacerlo para que Asia Central se convierta en un área de enlace entre los dos territorios y no un escenario de competencia, aunque este problema se se resuelva con la construcción de un nuevo orden eurasiático. Lo más importante es que ambos países tiene la intención común de cambiar el orden mundial, de tal modo que se prive a EE UU de la posibilidad de dictar sus propias condiciones para el mundo.

Intereses geopolíticos
Los intereses geopolíticos de China – EE UU y Rusia – EE UU se contradicen fundamentalmente entre sí, y estas diferencias no pueden ser eliminadas bajo el modelo actual de orden mundial.

Estados Unidos quiere reafirmar su liderazgo a nivel mundial poniendo freno a Rusia y China, pero no tiene fuerza suficiente. Por supuesto, les gustaría retrasar el inicio de una dura confrontación con China y ganar tiempo para contener a Rusia; y, para ello, en principio, estarían dispuestos incluso a hacer algunas concesiones a Pekín.

Sin embargo, el problema es que China no quiere concesiones en cuestiones secundarias: para los chinos lo importante son asuntos fundamentales como la presencia militar estadounidense en la región. Además, Washington no sólo no concede nada sino que, por el contrario, trata continuamente de reforzar a los opositores de la República Popular China y formar una línea de contención.

En su intento de contener a China en el Pacífico y, a Rusia, en Eurasia, los EE UU no sólo se imponen a sí mismos una quimera, sino también la aceleración de su propio declive geopolítico. Así lo entienden incluso algunos analistas estadounidenses que instan a Washington a, por lo menos, seleccionar quién es el enemigo principal.

Además, Pekín ha captado a la primera la táctica la de EE UU (que consiste en enfrentarse a Rusia para, a continuación, emprender contra China) y, por supuesto, no sólo no va a jugar a su juego sino que, por el contrario, aumentará su presión en la región del Pacífico, al darse cuenta de que Estados Unidos ya no tiene poder suficiente para controlar la situación de forma simultánea en tres frentes: Oriente Medio, la estresada Europa y el Pacífico.

La línea de defensa antichina
Cada cierto tiempo EE UU habla de la necesidad de involucrar a China en el cerco a Rusia, como si se olvidara de que China se considera a sí misma la principal amenaza a la política a Estados Unidos. El viaje de Barack Obama por los países de la región del Pacífico no hace más que confirmar las sospechas de Pekín.

La razón es simple. En Pekín consideran el viaje de Obama un esfuerzo por fortalecer la alianza antichina en la región. En el contexto de la crisis de Oriente Medio de los últimos tres años y los acontecimientos de Ucrania (que ya se han alargado seis meses), pocos han prestado atención al deterioro de la situación en el Pacífico. Las disputas territoriales en torno a las islas y las zonas marítimas son sólo la manifestación visible de una tensión que, en esa zona, se respira en el aire.

China no está preparada para una confrontación militar, aunque incrementa constantemente la presión hacia sus vecinos, tratando de obligarlos a hacer concesiones sobre cuestiones territoriales y, en general, debilitar su relación con Estados Unidos. En respuesta, EE UU intenta encontrar un equilibrio entre su apoyo a los aliados y la preservación de la paz con China, pero éste es un juego que no puede durar eternamente.
http://es.rbth.com/opinion/2014/04/...ntre_el_oso_ruso_y_el_dragon_chino_39681.html
 

Sebastian

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China da un giro a su política exterior en África

Pekín impulsa la estabilidad y la seguridad en el continente para proteger su economía
El primer ministro, Li Keqiang, viaja a Etiopía, Nigeria, Angola y Kenia

Jose Reinoso Pekín 5 MAY 2014 - 16:05 CET16


Li Keqiang, con el presidente de Etiopía, Hailemariam Desalegn. / Elias Asmare (AP)

Desde que la nueva generación de dirigentes chinos liderada por el hoy presidente, Xi Jinping, asumió el poder del Estado en marzo de 2013, no solo ha puesto en marcha importantes reformas económicas y sociales sino que ha multiplicado los esfuerzos en política exterior, con la vista puesta en la estabilidad, la seguridad y la economía de China.

En este plan, juega un papel crucial la creación de las condiciones que permitan abrir mercados para los productos manufacturados chinos -cada vez de mayor valor añadido- y garantizar los recursos minerales y energéticos que precisa el país para continuar el proceso de desarrollo.

China ha entrado en una nueva etapa en lo que respecta a la seguridad en África
Liu Hongwu, director del Instituto de Estudios Africanos en la Universidad Normal de Zhejiang
Esto supone incrementar las relaciones con naciones ricas en materias primas y en crecimiento como las africanas. De ahí, que Pekín haya dado un giro a su política en África, tradicionalmente centrada en el aspecto económico, para impulsar la estabilidad y la seguridad en el continente.

“En el pasado, China, principalmente, ayudó a los países africanos a que se desarrollaran, mejoraran su crecimiento económico, ampliaran sus infraestructuras e incrementaran el comercio con China. Pero ahora China se ha dado cuenta de que la estabilidad política y la seguridad son tan importantes como el desarrollo de sus economías, así que está prestando más atención a esto. Es el caso en Sudán del Sur. China ha entrado en una nueva etapa en lo que respecta a la seguridad en África”, explica Liu Hongwu, director del Instituto de Estudios Africanos en la Universidad Normal de la provincia costera de Zhejiang.

El primer ministro, Li Keqiang, inició ayer en Etiopía una gira de una semana por África, que le llevará también a Nigeria, Angola y Kenia. Li participará en Abuja (capital de Nigeria) en el Foro Económico Mundial sobre África, que comienza el miércoles y dura tres días.

El dirigente chino busca reforzar los intercambios económicos con el continente, que en 2013 superaron por primera vez en un año 200.000 millones de dólares (144.000 millones de euros), y disipar las críticas sobre la existencia de un colonialismo chino. “Se trata de una importante visita orientada a todo el continente”, con objeto de renovar la “tradicional amistad” entre China y África y hacer avanzar “un nuevo tipo de asociación estratégica”, aseguró Zhang Ming, viceministro de Exteriores, en vísperas del viaje de Li.

China superó a Estados Unidos y se convirtió en el mayor socio comercial de África en 2009, con una cuota del 13,5%, según datos de la OCDE. El comercio bilateral ha pasado de 10.000 millones de dólares (7.200 millones de euros) en 2000 a 210.000 millones de dólares (151.000 millones de euros) en 2013. Unas 2.500 empresas chinas operan en el continente.

Angola es uno de los principales suministradores de petróleo a China, mientras que, en Kenia, empresas chinas tienen importantes proyectos energéticos y están construyendo una nueva línea férrea desde la costa en el océano Índico hasta la frontera occidental con Uganda. La inversión directa china acumulada en África alcanzó 25.000 millones de dólares (18.000 millones de euros) a finales del año pasado.

La política exterior de Pekín sigue el ritmo de sus intereses económicos en el mundo. Algo que se ha puesto aún más de manifiesto recientemente en África. Zhong Jianhua, representante especial para asuntos africanos, participó en enero en las negociaciones de paz que condujeron a un delicado alto el fuego entre el Gobierno del presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir, y los rebeldes leales a quien fue su número dos y vicepresidente, Riek Machar. “China debería implicarse más en la búsqueda de soluciones para la paz y la seguridad en cualquier conflicto allí”, aseguró Zhong a la agencia Reuters. “Esto es un desafío para China (…) Es un nuevo capítulo para la política exterior de China”.

Aunque el alto el fuego en Sudán del Sur no duró mucho, puso de manifiesto el papel nuevo y activo que ha jugado Pekín en el conflicto. “China tiene intereses energéticos en Sudán del Sur, así que esperamos, incluso aún más, que este país pueda mantener la paz y la estabilidad”, dijo Qin Gang, portavoz de Exteriores, el mes pasado.

Miles de personas han muerto en Sudán del Sur, y más de medio millón han tenido que huir de sus hogares desde mediados de diciembre, en el peor estallido de violencia desde que logró la independencia de Sudán en 2011. La comunidad internacional teme que la inestabilidad en este país rico en petróleo se extienda en una región ya bastante volátil. Zhong, que posee gran experiencia en Sudán del Sur, ha afirmado que este problema es su prioridad número uno.

Las relaciones de Pekín con África se intensificaron a partir de la década de 1950, cuando China respaldó los movimientos africanos de liberación del colonialismo occidental. En las dos últimas décadas, ha construido y financiado carreteras, aeropuertos, líneas de ferrocarril, estadios, puertos, hospitales o escuelas, al tiempo que accedía a los recursos minerales, madereros y energéticos en un continente rico en ellos.

El avance de la política exterior de China, basada tradicionalmente en la no injerencia en los asuntos internos de otros países, no había seguido el mismo ritmo. Pero su continuo ascenso económico y la necesidad de proteger sus intereses le han otorgado –u obligado a asumir- nuevas responsabilidades internacionales. Pekín importó 3,5 millones de toneladas de crudo de Sudán del Sur el año pasado. Es su mayor cliente de petróleo.

Pekín ha asegurado que actuará con precaución, y ha defendido que la solución al conflicto sudanés debe respetar la propuesta de las naciones de África, donde algunos dirigentes consideran a China un contrapeso a Occidente y han agradecido los créditos baratos que les ha otorgado, pero al mismo tiempo ven con inquietud la forma en que se está llevando sus recursos naturales y la poca aportación tecnológica que ha hecho a las industrias locales. El 85% de las exportaciones africanas a China son materias primas, como petróleo y minerales.

Las suspicacias por el papel jugado por China han sido mostradas incluso por la experta en primates y antropóloga británica Jane Goodall, quien ha asegurado que China está explotando los recursos de África como hicieron los europeos, con consecuencias desastrosas para el medio ambiente, e incluso peores que las provocadas por la colonización europea, dados el tamaño de China y los avances de la tecnología.

Los nuevos líderes chinos están intentando cambiar esta percepción. Antes de emprender el domingo su gira africana, Li Keqiang aseguró que las disputas y las críticas que han surgido sobre algunas inversiones chinas son tan solo “dolores del crecimiento” y “casos aislados”, pero instó a las empresas chinas en África a que cumplan de forma estricta las leyes locales. “Deseo garantizar con toda seriedad a nuestros amigos de África que China nunca seguirá la senda del colonialismo como hicieron algunos países, o permitirá que el colonialismo, que pertenece al pasado, reaparezca en África”, dijo en comentarios recogidos por la agencia oficial Xinhua. “El destino de China y África está íntimamente ligado. Nos apoyamos durante la lucha por la independencia, y en el curso del desarrollo nacional siempre nos hemos tratado como iguales”, afirmó ya una vez en Addis Abeba (capital de Etiopía), informa Associated Press.

El mismo mensaje había enviado un año antes Xi Jinping. El primer viaje que efectuó al extranjero, en marzo de 2013, nada más asumir la presidencia del país le condujo a Tanzania, Suráfrica y la República del Congo. “África pertenece a los africanos (…) Al desarrollar relaciones con África, todos los países deberían respetar su independencia y su dignidad”, dijo en Dar es Salam, la mayor ciudad y capital económica de Tanzania, en un intento de calmar las inquietudes de quienes piden en el continente unas relaciones más equilibradas con la segunda potencia económica del mundo. Xi prometió transferencias de tecnología y formación para edificar industrias locales.

Las empresas chinas han invertido grandes sumas en proyectos de infraestructuras, minería y energéticos en el continente; pero algunas han sido acusadas de tratar de forma injusta a los empleados africanos, llevar a cabo obras de mala calidad e incumplir las leyes laborales locales, entre otras. Además, Pekín ha sido acusado de neocolonialismo y de no favorecer el desarrollo económico de África, al centrarse principalmente en la búsqueda de materias primas más que crear puestos de trabajo.

El año pasado, el Gobierno de Zambia tomó el control de una mina de carbón gestionada por una compañía china por no cumplir las normas de seguridad, salud y medioambientales. En 2012, los trabajadores de la mina mataron a un gerente chino durante unos disturbios originados por las condiciones laborales.

Interés renovado de Japón y Estados Unidos
J. R, Pekín
El cortejo chino a África ha tenido como consecuencia un interés renovado en el continente por parte de otras potencias. El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, visitó en enero Costa de Marfil, Mozambique y Etiopía, y ofreció financiación por valor de 320 millones de dólares (230 millones de euros) para impulsar la paz y la seguridad en África, incluidos 25 millones de dólares (18 millones de euros) para afrontar la crisis en Sudán del Sur.

El viaje fue recibido con el rechazo de Pekín, que acusó a Abe de retratar a China como una amenaza durante su gira africana. Pekín atacó a Tokio por medio de su embajador en la Unión Africana y Etiopía, Xie Xiaoyan, quien denunció en una rueda de prensa a Japón por su pasado imperialista y dijo que Abe intentaba sembrar la discordia en la región. Xie no se anduvo con miramientos, y mostró fotografías de torturados y cadáveres de ciudadanos chinos durante la invasión japonesa de China en la Segunda Guerra Mundial.

Estados Unidos también quiere recuperar el tiempo perdido. El presidente Barack Obama ha invitado a 47 líderes africanos a Washington los próximos 5 y 6 de agosto para celebrar la primera cumbre de dirigentes de ambas partes, con objeto de reforzar el comercio y los lazos de seguridad con África, que, según afirmó Abe en la capital etíope, Addis Abeba, “se ha convertido ahora en el continente que alberga las esperanzas del mundo mediante el potencial latente de sus recursos y su dinámico crecimiento económico”.

Para Liu Hongwu, director del Instituto de Estudios Africanos en la Universidad Normal de la provincia de Zhejiang, no se trata de una competición. “La estrategia de China hacia África es el resultado de su propia comprensión de lo que África necesita, y no está dirigida contra ningún otro país como Japón o Estados Unidos. Pero hay gente en estos países que piensa con el viejo espíritu de confrontación. Especialmente en Japón, el Gobierno (del primer ministro) Shinzo Abe ha adoptado una estrategia global de contención de China”, dice Liu. “Muchas de las políticas de Japón en África tienen este objetivo. Puede elegir la estrategia que quiera para contener a China, pero no creo que África tome partido (por Pekín o Tokio) como Japón desea, y, además, creo que es innecesario que intente frenar a China en África”.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/05/05/actualidad/1399298728_553175.html
 

Sebastian

Colaborador
China construirá gran red ferroviaria en África
Hace 1 h 42 min

Premier de China Li Keqiang con su contraparte de Etiopía Hailemariam Desalegn durante su gira por África.

El primer ministro de China, Li Keqiang, y mandatarios de varios países del este de África firmaron un acuerdo para la construcción de una nueva red ferroviaria desde el puerto de Mombasa, en Kenia, hasta la capital, Nairobi, que también se extenderá hacia Ruanda y Sudán del Sur.

La nueva red costará miles de millones de dólares y suplantará vías que datan de la era colonial británica. El acuerdo fue criticado en algunos medios ya que las compañías chinas obtuvieron el contrato sin licitación.

El premier chino se encuentra en Nairobi en el marco de una gira por África. En Angola, China firmó nuevos acuerdos energéticos con el país, el segundo exportador de petróleo al gigante asiático despues de Arabia Saudita.

Li Keqiang también instó a las compañías chinas a dar más formación a los trabajadores angoleños, tras las críticas que han recibido por emplear a nacionales chinos en funciones no esenciales, que podrían ser desempeñadas por ciudadanos locales.

Angola alberga la mayor comunidad china de África, con un total 260.000 personas.

El 45% de las exportaciones de crudo de Angola en 2013 se destinó a China, según datos de la petrolera estatal angoleña, Sonangol.
http://www.bbc.co.uk/mundo/ultimas_noticias/2014/05/140511_ultnot_china_africa_am.shtml
 

Sebastian

Colaborador
Las ambiciones territoriales de China elevan la tensión

La disputa por las islas Paracelso causa protestas violentas en Vietnam
Japón y Filipinas también recelan de Pekín

Jose Reinoso Pekín 15 MAY 2014 - 00:20 CET14


Un vigilante custodia una fábrica china que ardió en los disturbios de Binh Duong (Vietnam). / REUTERS

El Gobierno chino sabe que cada paso que da para respaldar con hechos sus reivindicaciones territoriales provoca una cascada de críticas y protestas de los países afectados y sus socios. Pero las críticas acaban diluyéndose con el tiempo, y los movimientos de Pekín no suelen tener marcha atrás. Esta política de hechos consumados está pasando factura a las relaciones de China con sus vecinos —en particular, Japón, Filipinas y Vietnam—, que atraviesan una de sus peores etapas en un momento delicado; cuando Estados Unidos ha incrementado los esfuerzos para cortejar a los Gobiernos asiáticos, dentro de su giro de política exterior hacia esta zona del mundo.

La tensión ha alcanzado un punto álgido en los últimos días. Turbas de alborotadores prendieron fuego el martes a última hora a 15 fábricas y asaltaron y saquearon muchas otras en zonas industriales cerca de Ciudad Ho Chi Minh, en el sur de Vietnam, según el Gobierno. Los incidentes se produjeron después de que unas 20.000 personas se manifestaran para protestar contra el traslado de una plataforma petrolífera china a aguas del mar del Sur de China que se disputan Pekín y Hanoi, según ha trascendido este miércoles.
Los vándalos atacaron factorías que pensaban que eran de propiedad o dirigidas por chinos, pero muchas resultaron ser taiwanesas o surcoreanas. No ha habido informaciones sobre la existencia de víctimas mortales.



Los disturbios se han producido después de que la semana pasada Vietnam acusara a barcos chinos de embestir y disparar con cañones de agua contra sus barcos, dañar algunos de ellos y herir a varios de sus tripulantes. Pekín colocó a principios de mayo, de forma unilateral, una plataforma petrolífera en aguas cercanas a las islas Paracelso.
El archipiélago está bajo administración china, pero Hanoi dice que le pertenece y envió rápidamente barcos a la zona. Taiwán también reclama las Paracelso, que albergan importantes recursos pesqueros y potenciales reservas de gas y petróleo. Según los expertos, Pekín dio este paso para reafirmar sus reclamaciones de soberanía.

El sentimiento antichino también ha crecido en Filipinas. Manila ha asegurado este miércoles que cree que China ha preparado el terreno para construir una pista de aterrizaje o una instalación militar en suelo ganado al mar en el arrecife Johnson South —que es reclamado por Manila—, a unos 300 kilómetros al oeste de la isla filipina de Palawan. Si se confirma, se trataría de la primera pista que construye Pekín en los ocho arrecifes e islas que controla en el archipiélago Spratly, que está situado en el mar del Sur de China y es objeto de reivindicaciones también por parte de Malasia, Brunei, Taiwán y Vietnam. Estos dos últimos tienen pistas de aterrizaje en la zona.

Las muestras de confianza de China en sí misma van al alza a medida que aumenta su poderío económico y militar. El incidente en las Paracel se suma al establecimiento por parte de Pekín, en noviembre pasado, de una “zona de identificación de defensa aérea (ADIZ, en sus siglas en inglés)” sobre las islas llamadas Diaoyu por Pekín y Senkaku por Tokio, en el mar de China Oriental, con la exigencia de que todo avión que pase por el área comunique sus planes de vuelo a las autoridades chinas. Estados Unidos y Japón se negaron a reconocer la zona y cumplir las demandas, y enviaron aviones militares en varias ocasiones sobre el archipiélago, que está controlado por Tokio, pero es reclamado por Pekín y es fuente de roces continuos entre los dos países.

Washington aseguró que la imposición de la ADIZ china rompía el status quo en el Mar de China Oriental, mientras que Filipinas temió que Pekín intentara establecer una zona de identificación aérea también en el mar del Sur de China. De momento, no lo ha hecho, pero ha dado un paso significativo con el traslado de la plataforma junto a las Paracel y las obras en el arrecife Johnson South.

La complejidad de la situación en los mares de Asia se puso claramente de manifiesto en la cumbre de Asean (siglas en inglés de Asociación de Naciones del Sureste Asiático) celebrada el fin de semana pasado en Naypyidaw (capital de Myamnar). Las diferentes opiniones sobre cómo abordar las disputas territoriales con China pusieron a prueba la unidad de los 10 países que forman el grupo (Brunei, Camboya, Filiipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Singapur, Tailandia y Vietnam).
Mientras Filipinas y Vietnam han decidido enfrentarse abiertamente a Pekín y pidieron una declaración dura contra China, otros Gobiernos tienen miedo a poner en peligro sus relaciones económicas y políticas con la potencia regional. Al final, la cumbre se cerró con un comunicado en el que los ministros de Exteriores mostraron su “seria preocupación” por la “creciente tensión en el área” y pidieron contención a todos los implicados, pero no mencionaron de forma directa a China.

El secretario general de Asean, el vietnamita Le Luong Mihn, recordó la necesidad de acordar un código de conducta sobre los conflictos marítimos en la región, y dijo que, a pesar de tres años de rondas de conversaciones, estas no habían logrado centrarse aún en temas de peso. Pekín insiste que sus diferencias con otros países son asuntos bilaterales, no de Asean.

China argumenta que no ha hecho nada malo con el traslado de la plataforma petrolífera y que actuó con “gran moderación” frente a las “intensas provocaciones” de Vietnam, que, según dijo, pusieron en peligro a su personal y sus propiedades. Insistió en que continuará los trabajos de perforación mientras el área esté libre de tifones en mayo, junio y julio.

Yi Xianliang, subdirector general del departamento de Fronteras y Asuntos Oceánicos del Ministerio de Exteriores chino, ha asegurado que las operaciones en la zona son “totalmente legales, legítimas y justificadas” porque las aguas son “parte inherente del territorio chino”. Según Yi, Vietnam envió 35 barcos en cinco días, que embistieron a los chinos 171 veces. También dijo que algunos de los barcos vietnamitas estaban armados, mientras que los chinos eran civiles y estaban desarmados.

Esta versión difiere de la facilitada por el primer ministro vietnamita, Nguyen Tan Dzung, en la reunión de Asean. Según afirmó, China trasladó “de forma descarada la plataforma petrolífera a aguas vietnamitas, con una escolta de 80 barcos armados y militares y muchos aviones”. Hanoi ha asegurado que el movimiento chino es ilegal, que la seguridad y la libre navegación en esta zona estratégica para el tráfico marítimo están bajo seria amenaza, y ha pedido a Pekín que retire la plataforma.

Los dos países comunistas han intentado dejar atrás los recuerdos de la breve guerra fronteriza que lucharon en 1979. Hanoi suele cuidar sus comentarios sobre Pekín. Es su mayor socio comercial, con un intercambio bilateral de más de 50.000 millones de dólares (36.300 millones de euros) en 2013. Aún así, y, a pesar de que el Gobierno vietnamita es poco dado a permitir movilizaciones ciudadanas, el domingo pasado autorizó varias protestas. Alrededor de un millar de personas se manifestaron en Hanoi, al calor de canciones patrióticas y gritos de “China, no robes nuestro petróleo”. También hubo manifestaciones en Ho Chi Minh y Danang.

El movimiento de Pekín en las Paracel se ha producido poco después de la gira asiática del presidente estadounidense, Barack Obama, el mes pasado, en la que reafirmó los compromisos de defensa de Washington con Japón, Corea del Sur y Filipinas, y estrechó las relaciones con Malasia para contrarrestar el ascendente poderío chino en la zona.

Estados Unidos, que no toma partido sobre la soberanía de los territorios en liza, ha criticado el traslado de la plataforma petrolífera. El secretario de Defensa, John Kerry, aseguró el martes en una conversación telefónica con el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, que el envío de la plataforma y numerosos barcos chinos a las Paracel era “provocador”, según dijo el Departamento de Defensa estadounidense. Washington está intentando atraer a Vietnam como nuevo aliado en la región mediante comercio e incentivos militares para disminuir su dependencia de China.

Pekín, que reclama la mayor parte del mar del Sur de China -una importante zona de transporte marítimo- ha acusado al Gobierno de Obama de fomentar las provocaciones de sus rivales en el área. El conflicto es especialmente intenso con Filipinas, que ha saludado la reciente decisión de Tokio de reforzar el papel del Ejército, en buena medida para responder al ascenso chino.

La semana pasada, Filipinas interceptó a un pesquero chino y detuvo a sus 11 tripulantes cerca del banco de arena Half Moon (Media Luna), situado en las Spratly a unos 110 kilómetros al oeste de Palawan, por pescar más de 500 tortugas de mar, una especie protegida. Nueve de los marineros —los otros dos son menores— han sido acusados de delito medioambiental a pesar de las advertencias de Pekín sobre consecuencias en las relaciones mutuas. China ha pedido que libere a la tripulación porque, según dice, el barco faenaba en aguas chinas. Los pescadores se enfrentan a una pena que puede llegar a 20 años de cárcel.

El presidente filipino, Benigno Aquino, ha solicitado una solución internacional al conflicto territorial, y en marzo pasado pidió a un tribunal de la ONU que declare ilegal la reclamación china de soberanía sobre la mayor parte del mar del Sur de China. Pekín ha rechazado un arbitraje internacional, e insiste en negociar de forma bilateral. Uno a uno, contra todos.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/05/14/actualidad/1400067901_041388.html
 

Sebastian

Colaborador
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El Gobierno japonés acelera el plan para ampliar su capacidad militar

El primer ministro, Shinzo Abe, exhorta su país a respaldar un cambio de la Constitución pacifista

Jose Reinoso Pekín 15 MAY 2014 - 19:23 CET16


El buque de autodefensa japonés, Kurama, en la bahía de Sagami. / © Yuriko Nakao (REUTERS)

Cuando Japón perdió la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos le impuso una Constitución pacifista (1947), según la cual Tokio renunció para siempre a la guerra y el papel de sus fuerzas armadas fue restringido a la autodefensa.
El primer ministro, Shinzo Abe, considera que el contexto internacional ha cambiado radicalmente desde entonces y que el país debe modificar esta situación para poder asumir una mayor responsabilidad en su propia defensa y contribuir más a las misiones internacionales de paz y cooperación militar.

Abe ha hecho un llamamiento este jueves para revisar los límites legales sobre la capacidad que tiene el Ejército –en realidad, llamado Fuerzas de Autodefensa de Japón (JSDF, en sus siglas en inglés)- para luchar en el extranjero, y poner en marcha un cambio fundamental de la política de seguridad japonesa, durante décadas constreñida por su Constitución pacifista.

Abe, que llegó a la jefatura de Gobierno en diciembre de 2012 al frente del Partido Demócrata Liberal (PDL), quiere un Ejército más fuerte que le permita afrontar el nuevo escenario geopolítico, y, en particular, el conflicto territorial marítimo con China y la continua amenaza nuclear de Corea del Norte.

El primer ministro ha recibido formalmente este jueves el informe de un panel de expertos nombrados por el Gobierno, que urge a reinterpretar la carta magna para permitir el uso de la fuerza militar en defensa de otros países. “Debemos estudiar si la interpretación actual de la Constitución es suficiente para proteger a la gente y sus vidas pacíficas”, ha dicho en una conferencia de prensa televisada. “No podemos proteger nuestras vidas pacíficas simplemente repitiendo que somos un país pacífico.

Nuestras vidas pacíficas pueden tener que hacer frente de repente a una crisis. ¿Puede alguien decir que esto no ocurrirá?”, ha asegurado, informa Reuters. En un gesto destinado a aquellos votantes que temen que Tokio regrese al militarismo y a los países asiáticos que sufrieron el imperialismo japonés, ha insistido que Japón nunca volverá a ser “un país que hace la guerra”.

El primer ministro ha recibido un informe que urge a reinterpretar la carta magna para permitir el uso de la fuerza militar en defensa de otros países

Abe quiere reinterpretar el Artículo 9 de la Constitución, por el que Tokio renunció a la guerra como derecho soberano para solventar cualquier disputa, y que hasta ahora le ha impedido ejercer el denominado derecho de defensa colectiva; es decir, el despliegue de soldados para ayudar a aliados que sean atacados.

Si salen adelante los cambios, Japón podría acudir en ayuda de Estados Unidos o de otro país, incluso si él mismo no es objetivo del ataque. Tokio ha suavizado gradualmente con los años las restricciones del Artículo 9 para permitir el despliegue de tropas en el extranjero en circunstancias especiales, pero nunca para utilizar sus armas contra otros.

Podemos tener que enfrentarnos a una crisis de repente
Primer ministro japonés​

El primer ministro ha afirmado que ningún país puede defenderse solo, y que, con la interpretación actual de la Constitución, las tropas japonesas no podrían utilizar la fuerza para rescatar a ciudadanos japoneses que huyeran de una zona en conflicto a bordo de un barco estadounidense, en caso de que este fuese atacado. Sin embargo, ha insistido en que Japón nunca enviará soldados al extranjero para iniciar un conflicto.

Una modificación de las limitaciones actuales sería bien recibida por Estados Unidos, con quien Tokio tiene un tratado de seguridad por el cual Washington está obligado a defender a su aliado si lo necesita. Estados Unidos, que se enfrenta a presiones presupuestarias en el Ejército, quiere que Japón asuma un papel mayor en su propia defensa. Washington tiene cerca de 50.000 soldados en el país asiático.

Abe quiere un Ejército más fuerte para afrontar el nuevo escenario​

Abe, sin embargo, ha dicho que el Gobierno no seguirá una recomendación de sus consejeros para que Japón levante la prohibición de participar en operaciones de seguridad colectiva lideradas por Naciones Unidas, en las cuales los países se junten para impulsar a un agresor contra un país.

No está claro hasta dónde podrá llegar Abe en sus planes. Las modificaciones que quiere impulsar se enfrentan a las reticencias de algunos miembros de la coalición gobernante, por lo que tendrá que tejer un consenso para lograr la aprobación del Gabinete. Algunos oponentes dicen que los cambios minarían la cláusula de la Constitución por la que el país renuncia a la guerra, y que, incluso si son pequeños, podrían abrir la puerta a movimientos más drásticos luego. Además, los electores están divididos y existen temores en el Partido Demócrata Liberal sobre el impacto que la decisión puede tener en los comicios locales este año y el que viene.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/05/15/actualidad/1400174629_887614.html
 
China evacua a sus compatriotas de Vietnam.

Las autoridades chinas implementaron la evacuación de sus compatriotas residentes en Vietnam, luego de varios días de violentas protestas anti-chinas. Pekín igualmente suspendió los programas de intercambio bilaterales.
Luego de varios días de manifestaciones anti-chinas en Vietnam, Pekín evacua a sus compatriotas y suspende los intercambios bilaterales. Al menos dos residentes chinos murieron y otros 135 resultaron heridos. Fábricas controladas por capitales extranjeros igualmente fueron destruidas por los manifestantes.
El domingo 18 de mayo al mediodía, casi 3.000 chinitos ya habían sido repatriados y cinco buques están en ruta para evacuar al resto, afirmaron medios oficiales chinos. Frente a la embajada china en Hanoï, cientos de policías de civil y de uniforme patrullan.
Las protestas anti-chinas, que estallaron la semana pasada en Vietnam, son las más violentas desde hace décadas en el país. Fueron empezadas por movimientos de protesta contra el despliegue de una plataforma petrolera por parte de Pekín, cerca de las Paracels, una ristra de islas que Vietnam y China se disputan...

http://www.france24.com/fr/20140518...teraux/?utm_medium=twitter&utm_source=dlvr.it
 

Sebastian

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El zoco geoeconómico

La UE se apresura a buscar alternativas al gas ruso cuando Rusia y China ya cierran tratos

Lluís Bassets Madrid 21 MAY 2014 - 20:12 CET3

Con Irán ha funcionado el régimen de sanciones. Sin ellas y sin sus efectos sobre la población, no se entiende la buena disposición a negociar de Hasan Rohaní. No es seguro que funcionen con Rusia, a pesar de que la anexión de Crimea requeriría una respuesta igual o mayor que la empleada con Irán por su programa nuclear.
La capacidad persuasiva de las sanciones es mínima a corto plazo e incluso contraproducente. Sobre todo por su carácter limitado e incluso inofensivo.
Nadie quiere expulsar de verdad a los magnates rusos de la economía global. Rusia tiene palancas, diplomáticas y económicas, para limitar su alcance y combatir sus efectos, y van desde las negociaciones de más alto nivel sobre Siria, Irán u Oriente Próximo hasta los acuerdos de adopción de niños rusos en España.

Tampoco está claro que funcionen en el largo, estrechando poco a poco el dogal como se ha hecho con Irán. Para Rusia son un estímulo al viraje hacia una nueva geometría en las relaciones comerciales, con un aflojamiento de los lazos con la Unión Europea y el mundo atlántico y una apertura a otras alternativas, fundamentalmente hacia Asia. Un primer paso nos llega de la reunión en Shanghái entre Putin y Xi Jinping, hermanados por la tensión reciente con Washington, por Ucrania el primero y por la orden judicial contra los militares espías chinos el segundo.

El encuentro es una exhibición de la mecánica multipolar tan anunciada: la UE se apresura atolondrada a buscar alternativas al gas ruso mientras la Federación Rusia cierra acuerdos gasísticos con China, preparados con buen ojo estratégico desde hace diez años.

En ningún caso es una nueva guerra fría, ni siquiera geoeconómica, que nadie se puede permitir. En las relaciones con Washington habrá una nueva geometría más tensa y adversativa, acorde con la redistribución de poder mundial; pero no será bipolar. China quiere gas ruso, pero a buen precio; también defenderse ante las acusaciones por el espionaje digital y su expansionismo marítimo; pero no tiene interés en formar con Rusia un bloque antioccidental.

En su posición se asemeja a otros emergentes, como la vecina India de Narendra Modi, que pronto la atrapará en población, quiere atraparla en crecimiento económico y le va a la zaga en poder militar.

El cambio en India es tan expresivo de los nuevos aires multipolares, hechos de pugna y también de cooperación, como la crisis ucrania o la tensión creciente en el Mar de China Oriental. Habrá que seguir con atención los primeros pasos del nuevo premier indio en la escena internacional.

Las sanciones pertenecen a un mundo unipolar en declive. Estamos en un zoco geoeconómico mundial, sin monopolios ni duopolios, en el que media docena de comerciantes compran, venden, y a veces también se engañan unos a otros. Y en el zoco siempre existe el peligro de que en mitad de la discusión se llegue a las manos.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/05/21/actualidad/1400695942_616184.html
 
Nuevo incidente aéreo entre Japón y China.



Evidentemente no es la primera vez que los aviones japoneses y chinos se encuentran en los cielos del mar de la China oriental, principalmente sobrevolando el archipiélago Senkaku/Diaoyu, cuya soberanía es reivindicada a la vez por Tokio y Pekín.
Pero hoy, las autoridades japonesas emitieron una protesta diplomática contra Pekín luego de maniobras juzgadas como peligrosas de cazas chinos alrededor de aviones de patrulla marítima de la marina nipona.
Según un portavoz del ministerio de Defensa japonés, un caza chino del tipo SU-27 pasó muy cerca, es decir, a algunas decenas de metros, de un avión de vigilancia japonés OP-3C mientras este último volaba “hacia el punto de encuentro” de sus zonas aéreas de identificación (ZAI) respectivas.
Otro SU-27 del ejército popular de liberación (APL) hizo lo mismo con un YS-11EB japonés, un aparato concebido en los años 1960 y especializado en la recolección de inteligencia de origen electrónica.
“La distancia entre los dos aparatos en un caso fue de 50 metros más o menos, y de 30 metros en el otro” indicó el portavoz. “Estas acciones peligrosas pueden conllevar un accidente” denunció Itsunori Onodera, el ministro de Defensa japonés.
A priori, los dos SU-27 chinos no habrían penetrado en ningún momento el espacio aéreo japonés. Estaban en misión en el marco de un importante ejercicio naval sino-ruso, el ejercicio “Union maritime 2014″, que tiene lugar actualmente no muy lejos de las aguas territoriales niponas.
En Pekín, explicaron que dos aviones japoneses habían entrado en la zona de identificación china sin identificarse y que de esa forma “interferían” con los ejercicios navales en curso. Lo que sugiere que buscaban espiar a estos últimos.
“Los aviones militares japoneses penetraron sin permiso en el espacio aéreo de los ejercicios y efectuaron maniobras peligrosas en violación flagrante del derecho internacional, lo que podría dar lugar fácilmente a un malentendido o incluso a una catástrofe aérea” hizo valer el ministro de Defensa chino. Y agregó “Los cazas chinos recibieron la orden de decolar a los fines de identificación y de medidas de protección”.
También, en su momento, las autoridades chinas protestaron contra sus homólogos japoneses y les demandaron “respetar los derechos legítimos de las marinas china y rusa”.



Asie-Pacifique par Laurent Lagneau 25-05-2014
 
China sigue mostrando sus dientes en la región.

Vietnam: un buque militar chino hundió un barco de pesca en el mar meridional de la China.

Un barco de pesca vietnamita se hundió luego de haber sido chocado por un buque militar chino, sin provocar víctimas, cerca de una zona que se disputan Hanoi y Pekín en el mar meridional de la China, según indicaron este martes 27 de mayo los socorristas vietnamitas.
 
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