Si bien está mucho más allá de un drone armado, la capacidad de atacar con un comando a distancia y con armas convencionales desde gran altitud, lo hace similar a la evolución de los drones... un drone 2.0?
Ensayo cumplido por un arma hipersónica norteamericana.
Golpear con una carga convencional en menos de una hora un blanco situado en cualquier lugar de la superficie del globo. Ese es el objetivo del programa Conventional Prompt Global Strike (CPGS, ataque convencional global rápido), lanzado por el Pentágono por lo menos desde el 2001.
En agosto pasado, el ensayo de uno de los elementos de este proyecto, el planeador Falcon Hypersonic Technology Vehicle 2 (HTV-2), había fracasado. Pero no fue el caso para el ensayo realizado con el Advanced Hypersonic Weapon (AHW), que también forma parte del Prompt Global Strike.
En efecto, la US Army Space and Missile Defense lanzó un vector que llevaba esta máquina, que es una suerte de bomba voladora maniobrable, desde el Centro del Pacífico, situado en Kauai (Hawaï). El AHW planeó a muy alta altitud «a una velocidad supersónica», según el Pentágono, antes de alcanzar el atolón de Kwajalein, en las islas Marshall, a 4.000 km de su punto de partida.
Ninguna precisión fue dada en cuanto a la velocidad de esta máquina. Por lo menos, debería ser de Mach 5 (5 veces la velocidad del sonido), que es el umbral a partir del cual un vuelo es considerado hipersónico.
Este ensayo tenía como objetivo obtener datos sobre vuelos hipersónicos, particularmente en los dominios de la aerodinámica, la navegación, el guiado y la protección térmica.
En el 2011, el Pentágono concedió 239,9 millones dólares al programa Prompt Global Strike, de los cuales 69 millones fueron para el desarrollo del AHW. Estados Unidos debería disponer plenamente de esta capacidad de ataque convencional rápido entre el 2020-2025.
Por otra parte, hay que señalar que esta capacidad supone contar a la vez con los medios precisos y fiables de inteligencia para localizar los objetivos que puedan ser objeto de un ataque, así como una cadena de mando y planificación reactiva.
Finalmente, la elección de desarrollar nuevos sistemas tales como el ADW o el HTV-2 se explica por el hecho de que nada permite distinguir un misil balístico que lleva una carga convencional con relación a otro dotado de una cabeza nuclear. De ahí es que surge el riesgo de confusión que podría conducir a una réplica nuclear contra Estados Unidos, sobre todo si, por ejemplo, un objetivo atacado se encuentra en Rusia o en China.
Fuente: OPEX 360 18 de noviembre de 2011
Traducción propia.
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Essai réussi pour une arme hypersonique américaine.
Frapper avec une charge conventionelle en moins d’une heure une cible située n’importe où sur la surface du globe. Tel est l’objectif du programme Conventional Prompt Global Strike (CPGS, frappe conventionnelle globale rapide), lancé par le Pentagone depuis au moins 2001.
En août dernier, l’essai d’un des éléments de ce projet, le planeur Falcon Hypersonic Technology Vehicle 2 (HTV-2), avait échoué. Mais cela n’a pas été le cas pour celui réalisé avec l’Advanced Hypersonic Weapon (AHW), qui fait également partie du Prompt Global Strike.
En effet, l’US Army Space and Missile Defense a lancé une fusée emportant cet engin, qui est une sorte de bombe volante manoeuvrable, depuis le Centre du Pacifique situé à Kauai (Hawaï). L’AHW a ainsi plané à très haute altitude «à une vitesse supersonique», selon le Pentagone, avant d’atteindre l’atoll de Kwajalein, dans les îles Marshall, à 4.000 km de son point de départ.
Aucune précision n’a été donné quant à la vitesse de cet engin. Au minimum, elle devrait être de Mach 5 (5 fois la vitesse du son), qui est le seuil à partir duquel un vol est considéré comme étant hypersonique.
Cet essai avait pour objectif de recueillir des données sur les vols hypersoniques, notamment au dans les domaines de l’aérodynamique, la navigation, du guidage et de la protection thermique.
En 2011, le Pentagone a alloué 239,9 millions dollars au programme Prompt Global Strike, dont 69 millions pour le développement de l’AHW. Les Etats-Unis devraient pourvoir disposer pleinement de cette capacité de frappe conventionnelle rapide d’ici 2020-2025.
Par ailleurs, il faut souligner que cette capacité suppose d’avoir des moyens de renseignement à la fois précis et fiables pour localiser les objectifs pouvant faire l’objet d’une frappe, ainsi qu’une chaîne de commandement et de planification réactive.
Enfin, le choix de développer de nouveaux systèmes tels que l’ADW ou le HTV-2 s’explique par le fait que rien ne permet de distinguer un missile balistique emportant une charge conventionnelle par rapport à une autre doté d’une tête nucléaire. D’où le risque de confusion qui pourrait conduire à une riposte nucléaire contre les Etats-Unis, surtout si, par exemple, un objectif visé se trouve en Russie ou en Chine.
OPEX 360 18 novembre 2011
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