Estados Unidos, geoestrategia del único poder global.

Lamentablemente, por causa de estos gobiernos, nos ven como pel0tudos.
Y fijate que puse "estos", no solo éste gobierno.

Mirá, no lo tomes a mal-
Una cosa es como nos vemos nosotros y otra como nos ven en la región.
Yo que vos preguntaría a gente primero y después respondería.
Que hay un deterioro en la forma en que nos ven, y eso tiene que ver conque Argentina no supo sostener su posición de poder e influencia..... pero de ahí a ser ********* .... estas un poco fuera de foco.
Nadie nos ve como palomas; tal vez estamos en el bando equivocado como se plantea, en el fondo, en la discusión anterior (ser o no ser parte de un bloque regional ó jugar o no jugar en la primera A del Mundo contra los intereses de EEUU, RUSIA, China, UE, UK, etc.).
Pero ********* y palomas tiene que ver con nosotros, sobre como nos vemos, no con ellos, sobre como nos ven.
Un país que sostiene educación inicial (desde los 4 años) obligatoria hasta la secundaria y universitaria gratuita (podemos discutir la calidad) no es un país de *********.
Lo mismo podemos decir de la salud, el programa de vacunación gratuito y obligatorio comparado con otros países de LATAM, en fin hay varios ejemplos.
 

fanatikorn

Colaborador
Tenes razón en todo.
Pero lamentablemente los de afuera nos ven por las acciones que aplican, o dejan de aplicar, nuestros gobernantes.
Que somos un país con inclusión en cuestiones de salud, educación, es tan cierto como que el sol sale por el E.
Y por ejemplo en educación universitaria, fuimos referencia cuando en Chile los estudiantes reclamaban una educación universitaria gratuita, como en Argentina.
Eso es bueno.
Pero muchas veces nos ven por las acciones u omisiones que cometen los gobernantes.
Por eso te repito que tenés razón en lo que ponés, pero también hay que ver con que ojo nos miran desde afuera.
¡Y si mejor la dejamos acá, porque nos estamos yendo del tema no?
Te mando un abrazo.
thumbb
 
Tenes razón en todo.
Pero lamentablemente los de afuera nos ven por las acciones que aplican, o dejan de aplicar, nuestros gobernantes.
Que somos un país con inclusión en cuestiones de salud, educación, es tan cierto como que el sol sale por el E.
Y por ejemplo en educación universitaria, fuimos referencia cuando en Chile los estudiantes reclamaban una educación universitaria gratuita, como en Argentina.
Eso es bueno.
Pero muchas veces nos ven por las acciones u omisiones que cometen los gobernantes.
Por eso te repito que tenés razón en lo que ponés, pero también hay que ver con que ojo nos miran desde afuera.
¡Y si mejor la dejamos acá, porque nos estamos yendo del tema no?
Te mando un abrazo.
thumbb

No, si crees que estamos fuera del tema, no es así, todo lo contrario-
Uno discutiendo puede enterarse mejor si esta en la sopa de alguien... y LATAM supo "estar" en la sopa norteamericana durante muchos años. Yo considero que el camino regional es mas largo, mas lento, mas tortuoso, tal vez hasta mas aburrido, pero en el actual contexto es el correcto, el es único lugar donde podemos ejercer algo de influencia en base a nuestros logros.

La construcción de poder e influencia es opuesto a los intereses de poder e influencia norteamericanos en la región.
No olvidar que el poder es un atributo y se ejerce porque otros reconocen que lo tenes.

Los americanos nos reconocen con poder?
Los europeos?

Los del barrio sí; ahí es donde tenes que empezar porque no te queda otra, porque nadie te reconoce poder en la primera A.

Que harán entonces los norteamericanos? alguien vio la entrevista a Noam Chomsky en la TV publica anteayer?

Ahí hay muchas respuestas a este tópico.
 

fanatikorn

Colaborador
Pero tenemos poder en la región? o es lo que nuestros gobernantes quieren hacernos creer?
Si sale una noticia que Venezuela nos ayuda económicamente, porque somos hermanos latinoamericanos, herederos de San Martín y Bolivar, etc, viendo eso podes decir "si somos latino y sudamericanos unidos".
Ahora si Venezuela te presta plata pero a un interés totalmente usurero, que lo van a terminar de pagar nuestros nietos, eso es hermandad latinoa y sudamericana?.
En este (y muchos) caso/s nos están tomando por b0ludos con el relato.
No tenemos hermanos latinoamericanos.
No somos hermanos latinoamericanos.
Solo tenemos socios.
Y así como los socios te pueden ayudar o garcar, acá también.
 

Daishi

Colaborador
Pero tenemos poder en la región? o es lo que nuestros gobernantes quieren hacernos creer?
Si sale una noticia que Venezuela nos ayuda económicamente, porque somos hermanos latinoamericanos, herederos de San Martín y Bolivar, etc, viendo eso podes decir "si somos latino y sudamericanos unidos".
Ahora si Venezuela te presta plata pero a un interés totalmente usurero, que lo van a terminar de pagar nuestros nietos, eso es hermandad latinoa y sudamericana?.
En este (y muchos) caso/s nos están tomando por b0ludos con el relato.
No tenemos hermanos latinoamericanos.
No somos hermanos latinoamericanos.
Solo tenemos socios.
Y así como los socios te pueden ayudar o garcar, acá también.

Solo tenemos intereses en común, eso de hermandad hay que dejarlo para los discursos. Contemos los "sellos muertos": UNASUR, OEA (se acuerdan del TIAR?), el Mercosur tal vez?
USA sigue pisando fuerte en la región, nos guste o no.

Futuro? te saco la frase fana ""Chinos go home"?
 
Pero tenemos poder en la región? o es lo que nuestros gobernantes quieren hacernos creer?
Si sale una noticia que Venezuela nos ayuda económicamente, porque somos hermanos latinoamericanos, herederos de San Martín y Bolivar, etc, viendo eso podes decir "si somos latino y sudamericanos unidos".
Ahora si Venezuela te presta plata pero a un interés totalmente usurero, que lo van a terminar de pagar nuestros nietos, eso es hermandad latinoa y sudamericana?.
En este (y muchos) caso/s nos están tomando por b0ludos con el relato.
No tenemos hermanos latinoamericanos.
No somos hermanos latinoamericanos.
Solo tenemos socios.
Y así como los socios te pueden ayudar o garcar, acá también.

hay un librito de Lavagna muy interesante para leer y ver la crisis de otra manera-
Venezuela nos presto al 15% anual-
Sabes a cuanto llego a colocar Lavagna en el mercado local? 130% anual-

Sacá tus propias conclusiones-

Tampoco se le puede pedir a Venezuela que te preste cuando tu certificado de buen pagador entra en el boleto de un bondi-

Como llamarías a los de adentro y a Venezuela en ésa comparación?

Saludos
 
Solo tenemos intereses en común, eso de hermandad hay que dejarlo para los discursos. Contemos los "sellos muertos": UNASUR, OEA (se acuerdan del TIAR?), el Mercosur tal vez?
USA sigue pisando fuerte en la región, nos guste o no.

Futuro? te saco la frase fana ""Chinos go home"?

Y que te parece entonces vamos camino a unirnos en la Unión del Pacifico, en un NAFTA?
Coincido en que solo hay intereses en común; pero como catalogarías la conducta norteamericana hacia la región ó hacia nuestro país en los últimos 30 años?

Te parece que se han contemplado algo/alguno de nuestros intereses?

PUDIMOS llevar adelante algo con ellos?

te vuelvo a recomendar que escuches la entrevista que le hicieron a Chomsky- No se lo puede catalogar como un fetiche...es un norteamericano de pura cepa y tiene reclaro (por quien es y como se mueve) LO QUE HIZO/HACE NORTEAMERICA CON LA REGION-

Es sorprendente- Saludos
 
que fue el TIAR sino un invento norteamericano que sirvió únicamente a sus fines?
que pasó cuando lo necesitamos?

Alexander Haig todavía debe estar riéndose de nosotros-
 

Daishi

Colaborador
Y que te parece entonces vamos camino a unirnos en la Unión del Pacifico, en un NAFTA?
Coincido en que solo hay intereses en común; pero como catalogarías la conducta norteamericana hacia la región ó hacia nuestro país en los últimos 30 años?

Te parece que se han contemplado algo/alguno de nuestros intereses?

PUDIMOS llevar adelante algo con ellos?

te vuelvo a recomendar que escuches la entrevista que le hicieron a Chomsky- No se lo puede catalogar como un fetiche...es un norteamericano de pura cepa y tiene reclaro (por quien es y como se mueve) LO QUE HIZO/HACE NORTEAMERICA CON LA REGION-

Es sorprendente- Saludos

Tenés un problema de lectocomprensión?? Donde digo que estoy a favor de USA??

En cuanto a Chomsky, ya parece más una superstar de Hollywood, cuanto cobra por las conferencias???
 
Tenés un problema de lectocomprensión?? Donde digo que estoy a favor de USA??

En cuanto a Chomsky, ya parece más una superstar de Hollywood, cuanto cobra por las conferencias???

si, es probable....
cuando escribis entonces que USA "pisa fuerte" y que los intentos como UNASUR y MERCOSUR son un sello muerto?
como se interpreta esto?

NO se cuanto cobrará, pero no conozco muchas superstar hollywoodense que sea profesor emérito de una institución como el MIT.
 
Imprimirhttp://es.rt.com/3qtp
PortadaActualidad


Paul Craig Roberts: "Washington cometió un error que podría ser fatal para la humanidad"
Publicado: 13 may 2015 15:23 GMT





La Casa Blanca está decidida a bloquear el surgimiento de las dos potencias nucleares clave, Rusia y China, ninguna de las cuales aceptará la hegemonía de EE.UU., opina el politólogo y economista norteamericano Paul Craig Roberts, quien considera que "Washington cometió un error que podría ser fatal para la humanidad".

"EE.UU. siempre ha tenido una buena opinión de sí mismo, pero con la caída de la Unión Soviética la autosatisfacción alcanzó nuevas cumbres. Nos convertimos en el pueblo excepcional, el pueblo indispensable, el país elegido por la historia para ejercer la hegemonía sobre el mundo", escribe el politólogo en un artículo publicado en su sitio web. Agrega que "esta doctrina neoconservadora libera al Gobierno de EE.UU. de las limitaciones del derecho internacional y permite a Washington usar la coerción contra Estados soberanos con el fin de rehacer el mundo".

Debido a esta política, Pekín actualmente se está confrontando con la estrategia estadounidense conocida como 'Pivot to Asia' (giro a Asia), y con "la construcción de nuevas bases navales y aéreas de EE.UU. para asegurar el control de Washington en el mar de China Meridional, que ahora se define como una de las áreas de interés nacional para los estadounidenses", señala el autor.

Sepa más: "El giro a Asia de EE.UU. hizo a China doblar las apuestas en su contra"

Por otro lado, el intento de contener a Rusia es el origen de "la crisis que Washington ha creado en Ucrania y de aprovecharla para hacer propaganda antirrusa", explica Roberts.

Rusia y China finalmente se han dado cuenta de que tienen que elegir entre el vasallaje o la guerra

En su opinión, "la agresión y la propaganda descarada" de EE.UU. no han hecho más que convencer a Rusia y China de que "Washington tiene intenciones de guerra, y haberse dado cuenta de ello ha empujado a los dos países hacia una alianza estratégica".

Ni Rusia, ni China aceptarán el llamado "estatus de vasallajeaceptado por el Reino Unido, Alemania, Francia y el resto de Europa, así como Canadá, Japón y Australia", afirma el analista político, que añade que "el precio de la paz mundial es que todo el mundo acepte la hegemonía de Washington".

"En el frente de la política exterior, la arrogancia de la autoimagen de Estados Unidos como el país 'excepcional e indispensable' y con los derechos hegemónicos sobre otros países significa que el mundo se prepara para la guerra", escribe Roberts.

A su juicio, "a menos que el dólar, y con él el poder de EE.UU., se derrumbe o que Europa encuentre el coraje para romper con Washington y llevar a cabo una política exterior independiente diciendo adiós a la OTAN, una guerra nuclear es nuestro probable futuro".

El precio de la paz mundial es que el mundo acepte la hegemonía de Washington

En su columna, Roberts también aborda la cuestión de las celebraciones en Moscú del Día de la Victoria sobre el nazismo, que los políticos occidentales boicotearon, mientras que "los chinos estaban allí en su lugar", con el presidente sentado junto a Vladímir Putin durante el desfile militar en la Plaza Roja, lo cual, según el politólogo, marcó un "punto de inflexión histórico".

Aunque la comparación de las bajas soviéticas con las de EE.UU., Reino Unido, y Francia juntas "deja totalmente claro que fue Rusia quien derrotó a Hitler", en su discurso con motivo del 70.º aniversario de la rendición de la Alemania nazi el presidente estadounidense solo mencionó a las fuerzas de EE.UU. En cambio, el presidente Putin "expresó su agradecimiento a los pueblos de Gran Bretaña, Francia y EE.UU. por su contribución a la victoria", recuerda el exasesor económico del Gobierno de Ronald Reagan.

Lea también: "Washington trata de borrar el recuerdo de la victoria soviética sobre Alemania"

Desde hace muchos años el mandatario ruso declara públicamente que "Occidente no escucha a Rusia", escribe el autor del artículo. "Washington y sus Estados vasallos en Europa, Canadá, Australia y Japón no escuchan cuando Rusia dice 'no nos presionen tanto,no somos el enemigo, queremos ser su socio'", lamenta Roberts.

Por culpa de la política de Washington, "Rusia y China finalmente se han dado cuenta de que tienen que elegir entre el vasallaje y la guerra", opina el politólogo, advirtiendo que "Washington ha cometido un error que podría ser fatal para la humanidad".
 

guido-f

Tanista-Derruidista
descargue la segunda parte de este informe,leerlo me reafirma la idea de que una Argentina ordena y aliada de Chile seria una potencia tremendamente importante

The Geopolitics of the United States, Part 2: American Identity and the Threats of Tomorrow
Analysis
Editor’s Note:This installment on the United States, presented in two parts, is the 16th in a series of Stratfor monographs on the geopolitics of countries influential in world affairs. Click here for part one.

We have already discussed in the first part of this analysis how the American geography dooms whoever controls the territory to being a global power, but there are a number of other outcomes that shape what that power will be like. The first and most critical is the impact of that geography on the American mindset.

The formative period of the American experience began with the opening of the Ohio River Valley by the National Road. For the next century Americans moved from the coastal states inland, finding more and better lands linked together with more and better rivers. Rains were reliable. Soil quality was reliable. Rivers were reliable. Success and wealth were assured. The trickle of settlers became a flood, and yet there was still more than enough well-watered, naturally connected lands for all.

And this happened in isolation. With the notable exception of the War of 1812, the United States did not face any significant foreign incursions in the 19th century. It contained the threat from both Canada and Mexico with a minimum of disruption to American life and in so doing ended the risk of local military conflicts with other countries. North America was viewed as a remarkably safe place.

Even the American Civil War did not disrupt this belief. The massive industrial and demographic imbalance between North and South meant that the war's outcome was never in doubt. The North's population was four times the size of the population of free Southerners while its industrial base was 10 times that of the South. As soon as the North's military strategy started to leverage those advantages the South was crushed. Additionally, most of the settlers of the Midwest and West Coast were from the North (Southern settlers moved into what would become Texas and New Mexico), so the dominant American culture was only strengthened by the limits placed on the South during Reconstruction.

As a result, life for this dominant "Northern" culture got measurably better every single year for more than five generations. Americans became convinced that such a state of affairs — that things can, will and should improve every day — was normal. Americans came to believe that their wealth and security is a result of a Manifest Destiny that reflects something different about Americans compared to the rest of humanity. The sense is that Americans are somehow better — destined for greatness — rather than simply being very lucky to live where they do. It is an unbalanced and inaccurate belief, but it is at the root of American mania and arrogance.

Many Americans do not understand that the Russian wheat belt is the steppe, which has hotter summers, colder winters and less rain than even the relatively arid Great Plains. There is not a common understanding that the histories of China and Europe are replete with genocidal conflicts because different nationalities were located too close together, or that the African plateaus hinder economic development. Instead there is a general understanding that the United States has been successful for more than two centuries and that the rest of the world has been less so. Americans do not treasure the "good times" because they see growth and security as the normal state of affairs, and Americans are more than a little puzzled as to why the rest of the world always seems to be struggling. And so what Americans see as normal day-to-day activities the rest of the world sees as American hubris.

But not everything goes right all the time. What happens when something goes wrong, when the rest of the world reaches out and touches the Americans on something other than America's terms? When one is convinced that things can, will and should continually improve, the shock of negative developments or foreign interaction is palpable. Mania becomes depression and arrogance turns into panic.

An excellent example is the Japanese attack on American forces at Pearl Harbor. Seventy years on, Americans still think of the event as a massive betrayal underlining the barbaric nature of the Japanese that justified the launching of a total war and the incineration of major cities. This despite the fact that the Americans had systemically shut off East Asia from Japanese traders, complete with a de facto energy embargo, and that the American mainland — much less its core — was never threatened.

Such panic and overreaction is a wellspring of modern American power. The United States is a large, physically secure, economically diverse and vibrant entity. When it acts, it can alter developments on a global scale fairly easily. But when it panics, it throws all of its ample strength at the problem at hand, and in doing so reshapes the world.

Other examples of American overreaction include the response to the Soviet launch of Sputnik and the Vietnam War. In the former, the Americans were far ahead of the Soviets in terms of chemistry, electronics and metallurgy — the core skills needed in the space race. But because the Soviets managed to hurl something into space first the result was a nationwide American panic resulting in the re-fabrication of the country's educational system and industrial plant. The American defeat in the Vietnam conflict similarly triggered a complete military overhaul, including the introduction of information technology into weapon systems, despite the war's never having touched American shores. This paranoia was the true source of satellite communications and precision-guided weapons.

This mindset — and the panic that comes from it — is not limited to military events. In the 1980s the Americans became convinced that the Japanese would soon overtake them as the pre-eminent global power even though there were twice as many Americans sitting on more than 100 times as much arable land. Wall Street launched its own restructuring program, which refashioned the American business world, laying the foundation of the growth surge of the 1990s.

In World War II, this panic and overreaction landed the United States with control of Western Europe and the world's oceans, while the response to Sputnik laid the groundwork for a military and economic expansion that won the Cold War. From the Vietnam effort came technology that allows U.S. military aircraft to bomb a target half a world away. Japanophobia made the American economy radically more efficient, so that when the Cold War ended and the United States took Japan to task for its trade policies, the Americans enjoyed the 1990s boom while direct competition with leaner and meaner American firms triggered Japan's post-Cold War economic collapse.
 

guido-f

Tanista-Derruidista
Land, Labor and Capital
All economic activity is fueled — and limited — by the availability of three things: land, labor and capital. All three factors indicate that the United States has decades of growth ahead of it, especially when compared to other powers.

Land
The United States is the least densely populated of the major global economies in terms of population per unit of usable land (Russia, Canada and Australia may be less densely populated, but most of Siberia, the Canadian Shield and the Outback is useless). The cost of land — one of the three ingredients of any economic undertaking — is relatively low for Americans. Even ignoring lands that are either too cold or too mountainous to develop, the average population density of the United States is only 76 people per square kilometer, one-third less than Mexico and about one-quarter that of Germany or China.

And it is not as if the space available is clustered in one part of the country, as is the case with Brazil's southern interior region. Of the major American urban centers, only New Orleans and San Diego cannot expand in any direction. In fact, more than half of the 60 largest American metropolitan centers by population face expansion constraints in no direction: Dallas-Fort Worth, Philadelphia, Washington, Atlanta, Phoenix, Minneapolis-St. Paul, St. Louis, Denver, Sacramento, Cincinnati, Cleveland, Orlando, Portland, San Antonio, Kansas City, Las Vegas, Columbus, Charlotte, Indianapolis, Austin, Providence, Nashville, Jacksonville, Memphis, Richmond, Hartford, Oklahoma City, Birmingham, Raleigh, Tulsa, Fresno and Omaha-Council Bluffs. Most of the remaining cities in the top 60 — such as Chicago or Baltimore — face only growth restrictions in the direction of the coast. The point is that the United States has considerable room to grow and American land values reflect that.


Labor
Demographically, the United States is the youngest and fastest growing of the major industrialized economies. At 37.1 years of age, the average American is younger than his German (43.1) or Russian (38.6) counterparts. While he is still older than the average Chinese (34.3), the margin is narrowing rapidly. The Chinese are aging faster than the population of any country in the world save Japan (the average Japanese is now 44.3 years old), and by 2020 the average Chinese will be only 18 months younger than the average American. The result within a generation will be massive qualitative and quantitative labor shortages everywhere in the developed world (and in some parts of the developing world) except the United States.

The relative youth of Americans has three causes, two of which have their roots in the United States' history as a settler state and one of which is based solely on the United States' proximity to Mexico. First, since the founding populations of the United States are from somewhere else, they tended to arrive younger than the average age of populations of the rest of the developed world. This gave the United States — and the other settler states — a demographic advantage from the very beginning.

Second, settler societies have relatively malleable identities, which are considerably more open to redefinition and extension to new groups than their Old World counterparts. In most nation-states, the dominant ethnicity must choose to accept someone as one of the group, with birth in the state itself — and even multi-generational citizenship — not necessarily serving as sufficient basis for inclusion. France is an excellent case in point, where North Africans who have been living in the Paris region for generations still are not considered fully "French." Settler societies approach the problem from the opposite direction. Identity is chosen rather than granted, so someone who relocates to a settler state and declares himself a national is for the most part allowed to do so. This hardly means that racism does not exist, but for the most part there is a national acceptance of the multicultural nature of the population, if not the polity. Consequently, settler states are able to integrate far larger immigrant populations more quickly than more established nationalities.

Yet Canada and Australia — two other settler states — do not boast as young a population as the United States. The reason lies entirely within the American geography. Australia shares no land borders with immigrant sources. Canada's sole land border is with the United States, a destination for immigrants rather than a large-scale source.

But the United States has Mexico, and through it Central America. Any immigrants who arrive in Australia must arrive by aircraft or boat, a process that requires more capital to undertake in the first place and allows for more screening at the point of destination — making such immigrants older and fewer. In contrast, even with recent upgrades, the Mexican border is very porous. While estimates vary greatly, roughly half a million immigrants legally cross the United States' southern border every year, and up to twice as many cross illegally. There are substantial benefits that make such immigration a net gain for the United States. The continual influx of labor keeps inflation tame at a time when labor shortages are increasingly the norm in the developed world (and are even beginning to be felt in China). The cost of American labor per unit of output has increased by a factor of 4.5 since 1970; in the United Kingdom the factor is 12.8.


The influx of younger workers also helps stabilize the American tax base. Legal immigrants collectively generate half a trillion dollars in income and pay taxes in proportion to it. Yet they will not draw upon the biggest line item in the U.S. federal budget — Social Security — unless they become citizens. Even then they will pay into the system for an average of 41 years, considering that the average Mexican immigrant is only 21 years old (according to the University of California) when he or she arrives. By comparison, the average legal immigrant — Mexican and otherwise — is 37 years old.

Even illegal immigrants are a considerable net gain to the system, despite the deleterious effects regarding crime and social-services costs. The impact on labor costs is similar to that of legal immigrants, but there is more. While the Mexican educational system obviously cannot compare to the American system, most Mexican immigrants do have at least some schooling. Educating a generation of workers is among the more expensive tasks in which a government can engage. Mexican immigrants have been at least partially pre-educated — a cost borne by the Mexican government — and yet the United States is the economy that reaps the benefits in terms of their labor output.

Taken together, all of these demographic and geographic factors give the United States not only the healthiest and most sustainable labor market in the developed world but also the ability to attract and assimilate even more workers.
 
Arriba