Bajo condiciones que aún quedan por aclarar, un avión de vigilancia y alerta temprana Beriev A-50 de las Fuerzas Aeroespaciales Rusas resultó derribado en las inmediaciones de la ciudad rusa de Yeisk. Al igual que en otras ocasiones, la pérdida de tan valiosa aeronave no fue confirmada oficialmente por Moscú, mientras que Ucrania se adjudicó el derribo y desde algunos canales rusos afirmaron que se habría tratado de una nueva baja por “fuego amigo”.

De acuerdo con la versión oficial ucraniana, el derribo del A-50U ruso fue gracias a una operación conjunta ejecutada el pasado 23 de febrero a manos de la Inteligencia de Defensa y la Fuerza Aérea de Ucrania. Pese a que desde Moscú no se confirmó ni negó la pérdida, canales de Telegram cercanos a las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia y medios locales corroboraron la noticia del derribo, alegando que se habría tratado de un nuevo caso de “fuego amigo” y un accidente, respectivamente. El A-50 habría contado con una tripulación de 10 personas.

Como ya es casi usual en este conflicto, una serie de videos viralizados en redes sociales permitieron apreciar los segundos previos al derribo, así como algunos de los restos del avión. La secuencia inicial se logra apreciar claramente como la aeronave despliega contramedidas IR (bengalas) con la intención de desviar la trayectoria de los misiles antiaéreos. Al menos uno de estos se desvió, mientras que un segundo proyectil logró impactar al A-50U, provocando la inexorable destrucción del avión de vigilancia.

En otros videos se logra apreciar algunos de los restos de la aeronave en tierra, así como un incendio provocado por la caída de la sección central.

Este nuevo incidente sería la segunda pérdida de un A-50 en poco más de 40 días. El primer derribo fue informado por Kyiv el pasado 14 de enero, cuando una de estas aeronaves de alerta temprana operaba sobre el Mar de Azov. Además, también se confirmó que en ese mismo día, un avión Il-22PP de guerra electrónica resultó dañado por un misil, logrando retornar a su base con bajas mortales entre su tripulación.

La Fuerza Aérea ucraniana informó oportunamente que el derribo había sida gracias a una operación propia, mientras que canales rusos alegaron que la pérdida del A-50 y daños en el Il-22 fueron ocasionados por la artillería antiaérea rusa.

Pese a las versiones de ambos bandos, en ningún caso se ha confirmado o mencionado los sistemas antiaéreos utilizados para ambos derribos. Se puede especular que Ucrania no solo habría logrado establecer una batería móvil con algunos de los sistemas de largo alcance provistos por sus aliados occidentales (MIM-104 Patriot o SAMP-T / MAMBA), sino que lo estaría operando muy próximo a las líneas de contacto para aprovechar al máximo su alcance.

En relación al último incidente, algunas fuentes ucranianas incluso se aventuraron a insinuar que el derribo del A-50U se habría realizado con misiles de la familia S-200, sistema optimizado para objetivos aéreos de grandes dimensiones y que en sus últimas variantes cuenta con un alcance que supera los 200 kilómetros.

Vale recordar que la Fuerza Aérea ucraniana ha logrado establecer una serie de emboscadas antiaéreas, las cuales se saldaron con serias pérdidas para las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia. Y en estos últimos días, las fuerzas ucranianas han informado el derribo de cinco Su-34 y dos Su-35. Algunas de estas pérdidas no han podido ser confirmadas, salvo los dos Su-35, derribos que fueron replicados por canales rusos en Telegram.

La pérdida de otro A-50 es un nuevo golpe para las Fuerzas Aeroespaciales rusas, ya que la limitadísima flota (9 unidades hace unos años) está sufriendo la atrición por lo derribos y daños.

Imagen de portada ilustrativa. Créditos: UAC

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