El Presidente reiteró que no es partidario de tener ancianos en las cárceles
¿Qué hacer con los militares presos?
Es un tema complejo y polémico, con aristas jurídicas, políticas y hasta de corte humanitario
El presidente José Mujica volvió a insistir en los últimos días con que es partidario de la prisión domiciliaria salvo los casos que revistan peligrosidad. “¿Para qué vamos a tener a un tipo de 85 años preso? ¡Dejalos que la muerte los encuentre en un rincón por ahí y dales arresto domiciliario!”, afirmó en entrevista a LA REPÚBLICA publicada el 2 de enero pasado. El tema no es nuevo y ha dado vueltas en la cabeza del mandatario desde tiempo atrás. En el reportaje, el Presidente reconoció que la sociedad en la que vive “tiene otro concepto” (ver recuadro).
El tema resurgió de manera indirecta a mediados del año pasado (17 de mayo) con la muerte en prisión en Argentina del dictador Jorge Rafael Videla, a los 87 años, por causas naturales. Un día antes, en nuestro país, eran sepultados los restos del coronel ( r ) Carlos Calcagno. Este oficial gozaba del beneficio de la prisión domiciliaria decretada por la entonces jueza Mariana Mota, en virtud de su delicada situación de salud. Un mes después, el 28 de junio, moría en la prisión de Coraceros el teniente coronel ( r) Alberto Gómez, debido a una falla cardíaca. La idea de solicitar la prisión domiciliaria se reactivó en algunos sectores políticos y castrenses. Empero, la decisión de conceder ese beneficio es un resorte del Poder Judicial y no del Poder Ejecutivo.
En base a distintas fuentes, LA REPÚBLICA reconstruyó el estado de salud de la mayoría de los militares presos. Todos purgan condenas por graves violaciones a los derechos humanos y tienen por delante varios años de reclusión. Incluso, tienen pendientes varios pedidos de extradición. Cinco de los militares presos superan los 70 años; casi todos padecen insuficiencias de distinto tipo o enfermedades crónicas y graves como cáncer o incluso Parkinson. Al menos tres están bajo tratamiento psiquiátrico.
El más anciano, el dictador Gregorio Álvarez, de 87 años, fue operado por cataratas en ambos ojos. Con todo, Álvarez, pese a su avanzada edad, es de los militares que menos patologías presenta desde el punto de vista médico. Recientemente, fue recluido en un módulo, separado del resto de los presos, debido a inconvenientes personales con algunos de sus viejos camaradas de armas.
Gregorio Álvarez. 87 años. Operado de cáncer de piel. Fue operado de cataratas en ambos ojos.
Jorge Chialanza: 79 años. Tiene insuficiencia cardíaca global, mal de Parkinson y fue operado de un tumor de colon el pasado 28 de mayo.
Juan Carlos Gómez: 78 años . Fue sobreseído recientemente por la Justicia. Estuvo tres años preso. Tiene insuficiencia renal crónica, poliartritis reumatoidea crónica, hipertensión arterial y está en tratamiento psiquiátrico por depresión.
Ernesto Ramas: 77 años. Tiene una cardiopatía isquémica, por lo que fue intervenido quirúrgicamente. Se le realizó angioplastia con Stent liberador de droga. Tuvo un infarto. Presenta angor diario. Tiene diabetes tipo 2. Fue operado de tumor de piel. Debido a su situación, permanece internado en el Hospital de las FFAA.
José N. Gavazzo: 74 años. Tiene una cardiopatía isquémica, por lo que fue intervenido quirúrgicamente. Se le realizó angioplastia con Stent, se le colocó marcapasos. En junio del año pasado estuvo en el CTI por bradicardia. Tiene insufiencia renal crónica.
José Arab: 73 años. Tiene síndrome bipolar de columna con canal lumbar estrecho. Tiene diverticulosis, insuficiencia renal, diabetes, y tuvo en 2007 una hemorragia digestiva aguda.
Gilberto Vázquez: 66 años. Tiene cáncer de próstata, divertículos y debe operarse por disuria.
Arturo Aguirre: 69 años. Hipertensión arterial, diabético. Bajo tratamiento por salud mental.
Jorge Silveira: 68 años. Cardiopatía isquémica. Se le hizo angioplastia con colocación de Stent. Periódicamente presenta cólicos nefríticos. En tratamiento psiquiátrico por angustia.
Larcebeau: 67 años. Hipertensión arterial, diabético.
José Maurente: 66 años. Cáncer de piel, diabético.
Tranquilino Machado: 62 años. Angor inestable y Síndrome de Brugada.
General Miguel Dalmao: 63 años. Cardiopatía isquémica severa. Tuvo infarto agudo de miocardio, severo y prolongado. Angioplastia con colocación de 2 Stent. Cirugía con 3 by-pass y múltiples complicaciones.
Sargento Ernesto Soca: 63 años. Operado del colon con colecistectomía. Quiste hidático calcificado. En tratamiento psiquiátrico por paranoia.
Coronel (FAU) José Ribero (FAU): 66 años. Presentó neumopatía aguda bilateral. Hipertensión arterial. Hijo con serios problemas psiquiátricos.
Nelson Bardecio (fotógrafo policial): 72 años. Adenoma de próstata. Cardiopatía isquémica. Infarto, 5 by-pass. Arterias obstruidas en miembros inferiores.
“Sigo pensando lo mismo”
Presidente Mujica, ¿sigue pensando en que los militares represores no deberían estar presos?
Yo sigo pensando lo mismo pero la sociedad en la que vivo tiene otro concepto. Yo no peleé para tener ancianos presos. Preferiría que se murieran en sus casas. No me refiero únicamente a estos militares presos, sino a todos los presos salvo algunos peligrosos.
Para mí es una causa progresista no tener gente en las cárceles. ¿Para qué vamos a tener a un tipo de 85 años preso? ¡Dejalos que la muerte los encuentre en un rincón por ahí y dales arresto domiciliario! La pena, en estos casos no es para el preso sino para el conjunto de sus afectos que lo rodean; son sus hijos, la familia toda. Los estás castigando a ellos, en definitiva.
La vida me enseñó que hay cuentas que no se cobran y que la Justicia es algo que inventaron los hombres para poder convivir, porque si no, sería la ley del Talión; mucho peor. Por eso, alguna vez he negado a la Justicia en cierta forma. La Justicia es esa figura de una mujer vieja, con los ojos vendados y dos balanzas que están a la misma altura. Mentira, esa vieja inclina el platillo según la lucha de clase o según como viene la mano
la republica