La Geopolítica de Brasil

"Hace menos de 20 años Brasil y China tenían un PBI similar. Un país permaneció cerrado, el otro se abrió y China ahora es mucho más grande porque no tuvo miedo de volverse parte de la cadena de suministro global", aseguró.

Veamos, no solo por eso. Se están olvidando de que China tiene 5 veces la población de Brasil. Un mercado interno ENORME.

Y si se cerraron, fue porque afuera no eran competitivos, y de paso cañazo muchas empresas industriales Argentinas se las terminaron llevando.......... Brasil Industrial, Argentina Agrícola.......... esa era la idea.

Ay el Mercosur.... no dejo de pensar en que algo hay en lo que decis. Mas que justo la brutal desindustrialización se produjo en esos años iniciales.

Igual Brasil también se reprimarizó un poco. Pero la frase de Guedes es una pavada para la gilada. Incomparable,además China con empresas estatales y su mercantilismo brutal.... no es algo que un "liberal" deberia se debería apropiar.
 

Derruido

Colaborador
Ay el Mercosur.... no dejo de pensar en que algo hay en lo que decis. Mas que justo la brutal desindustrialización se produjo en esos años iniciales.

Igual Brasil también se reprimarizó un poco. Pero la frase de Guedes es una pavada para la gilada. Incomparable,además China con empresas estatales y su mercantilismo brutal.... no es algo que un "liberal" deberia se debería apropiar.
La industria metalúrgica Argentina, en los años 50, 60 y 70 estaba años luz de la Brasilera. El propio Lula, dijo que vino aprender acá.............

Besos
PD: Por algo, el sindicato más pesado era la UOM.
 
Ay el Mercosur.... no dejo de pensar en que algo hay en lo que decis. Mas que justo la brutal desindustrialización se produjo en esos años iniciales.

Igual Brasil también se reprimarizó un poco. Pero la frase de Guedes es una pavada para la gilada. Incomparable,además China con empresas estatales y su mercantilismo brutal.... no es algo que un "liberal" deberia se debería apropiar.
Además China mantiene el control de su cambio con manos de acero. Hace pocas semanas que manipularon su cambio para neutralizar las tajas impuestas a sus productos por EE.UU. y los americanos nada pueden hacer...

Algunos ignorantes y sin conocimiento minimo de comercio exterior acá de Brasil piensan que "libre comercio" es algo que siempre sera bueno para todos... Estan comiendo sin quejarse cualquier pez podrido que Paulo Guedes les dan, pobrecitos!

Saludos.
 

Rumplestilskin

Colaborador
Colaborador
Partamos de algo: la expresión "tratado de libre comercio" es un eufemismo. En rigor, no se necesita ningún tratado para el libre comercio, basta con retirar los aranceles. Los famosos tratados existen justamente porque no se da un libre comercio, sino que lo que se trata es una cierta liberalización con respecto a la situación actual. Por lo tanto, incluyen, por definición podría decirse, un pacto sobre que sectores se benefician y cuales no. A partir de ahí pueden ser más o menos beneficiosos, pero no implican un libre comercio absoluto.
 
Ustedes dicen que toda la fauna va a decir che crucemos por el puente que es más seguro? , si la ruta está 100% cercada algunos tarde o temprano van a pasar, si no es así van a pasar por cualquier lado de la misma.
Los animales son más inteligentes de lo que pensás entonces.

Esos pasos de vida silvestre son norma en Europa y creciendo en Norteamérica y China. Han sido ampliamente estudiando y redujeron masivamente la muerte de fauna silvestre.

Los animales prefieren los pasos y no es algo tan raro, se la pasan buscando lugares por donde desplazarse. Ellos aprenden, hay animales que usan puentes humanos para acotar distancias y cruzar ríos.

https://calgaryherald.com/news/loca...-for-decline-in-national-park-wildlife-deaths

https://www.nationalgeographic.com/...passes-underpasses-make-animals-people-safer/
 
Dos buenos artículos respecto a la situación bilateral:

La Argentina y Brasil, más distanciados que nunca

Las diferencias personales entre Bolsonaro y Fernández, sumadas a la polarización y a diversos condicionantes económicos, obstaculizan una alianza cada vez más necesaria en un continente en crisis

Federico Merke SEGUIR Oliver Stuenkel SEGUIR

16 de noviembre de 2019
Desde el regreso a la democracia en la Argentina y Brasil, la relación bilateral entre ambos países se construyó sobre tres compromisos fundamentales. El primer compromiso, el estratégico, estableció la transición de un juego geopolítico de rivalidad a otro de cooperación institucionalizada en el ámbito nuclear y comercial. La Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares y el Mercosur, creados en 1991, fueron los dos pilares de un proceso que incrementó la confianza, fortaleció la democracia y transformó la matriz geopolítica y diplomática de toda América del Sur. Fue uno de los grandes momentos de la diplomacia argentina y brasileña y sentó las bases para una cooperación sin precedentes.
El segundo compromiso, el productivo, estableció un equilibrio bajo entre comercio libre y comercio administrado, que impulsó al sector agroindustrial al tiempo que protegió a las industrias menos competitivas. Una vez alcanzados, los equilibrios fueron difíciles de alterar al existir escasos incentivos para abandonarlos y también pocos incentivos para alterarlos.
El tercer compromiso, el diplomático, estableció una tradición de no intervención en los asuntos internos. Es cierto, la interdependencia siempre generó presiones para intervenir en el vecino, pero esa intervención típicamente fue para reducir la distancia entre las preferencias de Buenos Aires y Brasilia, no para hacer de ella la base de un proyecto político partidario en oposición al vecino.


Hoy estos tres compromisos tiemblan en el aire. El presidente Jair Bolsonaro no solo desconfía del presidente electo Fernández. También desconfía del argumento de que la alianza con la Argentina es incuestionable. América del Sur ha dejado de ser prioridad para Brasilia, salvo para luchar contra el régimen de Maduro. Y el Mercosur, si fuera por Bolsonaro o por Paulo Guedes, su ministro de Economía, habría dejado de existir tiempo atrás. "El modelo proteccionista de Brasil ha fracasado", afirmó Marcos Troyjo, el segundo de Guedes. Brasil no solo mira con entusiasmo el acuerdo con la Unión Europea, sino que también desea bajar sus aranceles de manera unilateral y firmar otros acuerdos comerciales. Del lado argentino, no está clara aún la posición que tomará el gobierno de Fernández en relación con el acuerdo Mercosur-Unión Europea. Pero hay algo cierto. Si la Argentina decide quedar afuera, si Brasil, Paraguay y Uruguay ratifican el acuerdo al tiempo que Brasil reduce de hecho sus aranceles, el fin del Mercosur estará a la vuelta de la esquina. Por último, Jair Bolsonaro y su grupo más ideológico no han escatimado esfuerzos en cuestionar al presidente electo Fernández, que también le respondió de manera asertiva, aunque luego optara por guardar silencio en relación a Bolsonaro, al tiempo que demandaba la libertad de Lula Da Silva.

El escenario no podría ser más complicado. Por un lado, la distancia ideológica entre Bolsonaro y Fernández será la mayor desde que la Argentina y Brasil sentaron las bases de la cooperación. Por otro lado, la liberación de Lula probablemente traerá más polarización a la vida política de Brasil. Y en esa polarización, la Argentina será también parte de la política doméstica de Brasil al quedar Lula y Fernández del mismo lado.

Más allá de las diferencias personales, hay dos aspectos geopolíticos que harán más difícil la relación: la crisis en Venezuela y las crecientes tensiones entre Estados Unidos y China. Para Bolsonaro, liderar el combate contra el chavismo es parte de su identidad política y es esencial para movilizar su base más radical. También opera como prueba de amistad hacia el presidente Trump. Si Fernández sale del Grupo de Lima y vuelve a reconocer la legitimidad del gobierno de Nicolás Maduro -algo bastante probable-, el desafío estará en excluir el tema de Venezuela de la relación bilateral. Algo nada fácil, ya que los actores más radicales del gobierno de Bolsonaro, como el canciller Ernesto Araújo, constantemente intentarán caracterizar al gobierno de Fernández como el representante del chavismo en el Cono Sur. Asimismo, y por lo menos durante un año hasta que Trump busque su reelección, Estados Unidos será el Norte y la inspiración del gobierno brasileño, pero no del argentino. El riesgo, en este sentido, es que ante una mayor aproximación de la Argentina a China, Trump aumente la presión sobre Brasil, una dinámica que puede profundizar la división entre Buenos Aires y Brasilia.

Múltiples desafíos

El deterioro de la relación bilateral, sin embargo, no comenzó con Bolsonaro. Con toda su desmesura, su presidencia es más bien el síntoma de una crisis en las coaliciones políticas de Brasil y su impacto en la política exterior. La proyección global que Lula le dio a Brasil trajo un déficit de atención hacia su socio menor. Los años de Dilma Rousseff, más enfocada en Brasil que en el entorno global, acentuaron esta tendencia. Por su parte, Michel Temer comenzó a mirar más hacia Estados Unidos y Europa. El debate público en Brasil miró al Mercosur, con Venezuela como miembro, con ojos cada vez más críticos al identificarlo como un proyecto de izquierda y proteccionista. La socialdemocracia brasileña, históricamente defensora del Mercosur y de la relación con la Argentina, fue perdiendo interés en su defensa. Los expertos en comercio señalaron la pérdida relativa del intercambio bilateral en las exportaciones de ambos países. Como resultado, la Argentina se fue quedando con una base de apoyo cada vez menor entre las élites diplomáticas y económicas de Brasil, dejando apenas sectores industriales que venden productos de mayor valor agregado al mercado argentino. Élites cuyo silencio sobre el clima bilateral que se vive hoy es notable. Sobre este proceso, que comenzó antes de Bolsonaro, se suma la percepción dominante en Brasil entre formadores de opinión que sostienen que la crisis económica llegó para quedarse un largo tiempo.

En síntesis, una combinación peligrosa de diferencias personales, polarización ideológica e inhibidores económicos y geopolíticos pone en riesgo una sociedad estratégica que lleva más de treinta años de existencia. Del lado argentino predomina la idea de que Brasil es mucho más que Bolsonaro y que es necesario interactuar por debajo del radar, cooperando en los asuntos necesarios, como el comercio y la seguridad, y callando en los acuerdos imposibles, como Venezuela y Bolivia. Del lado de Brasil, ni el silencio de Hamilton Mourão, su vicepresidente, ni la verborragia del canciller Araújo ayudan a moderar la relación. Cuesta encontrar hoy en Brasil voces políticas, sociales y económicas a favor de un acercamiento estratégico con la Argentina.

La mejor estrategia

Ante este escenario, la Argentina y Brasil tienen tres opciones: pueden apostar al fracaso del otro; pueden ignorarse mutuamente o pueden practicar la cooperación limitada. La primera opción es la más ideológica, la más partidaria y definitivamente la más costosa de todas. Dañaría la relación de manera profunda y duradera, además de incrementar los niveles de volatilidad e incertidumbre en la región. La segunda opción puede ser más razonable desde un punto de vista individual, ofreciendo una versión más dura de paciencia estratégica. Pero la ignorancia mutua solo servirá para prolongar indecisiones y producir un subóptimo desde el punto de vista colectivo. La tercera opción, considerando los límites y desafíos desarrollados en este artículo, es la mejor estrategia. Permitiría a la Argentina y a Brasil sacar juntos el mejor provecho de las tensiones entre Estados Unidos y China, proyectar estabilidad hacia la región, por ejemplo haciendo control de daños en la crisis boliviana, y encarar de manera coordinada los desafíos económicos, sociales y de seguridad que enfrentan los dos países.
Merke es profesor de la Universidad de San Andrés; Stuenkel, profesor de la Fundación Getúlio Vargas


Por: Federico Merke y Oliver Stuenkel

Fuente La Nación:

https://www.lanacion.com.ar/opinion...as-distanciados-que-nuncala-region-nid2306490
 
¿El final de una alianza estratégica?Brasil y Argentina ante la colisión ideológica

Esteban Actis

Las relaciones entre Argentina y Brasil atravesarán una etapa inédita desde la redemocratización de ambos países. La tensión entre Alberto Fernández y Jair Bolsonaro podría afectar lo que hasta ahora fue una alianza estratégica.


A partir del 10 de diciembre próximo, las relaciones entre Argentina y Brasil atravesarán una etapa inédita desde la redemocratización de ambos países. Con la elección de Alberto Fernández como próximo presidente de Argentina, por primera vez entre la Casa Rosada y el Palacio del Planalto habrá visiones antagónicas (simultáneas) en relación con cuatro aspectos claves: la política, la economía, la región y el mundo. Más allá de los momentos de menor o mayor intensidad que atravesó el vínculo en los últimos 35 años y de importantes divergencias estructurales, el relacionamiento mutuo se ancló en las visiones y percepciones en uno o varios pilares indicados. Un breve repaso de la interacción bilateral desde 1985 así lo demuestra.

Raúl Alfonsín y José Sarney discreparon en torno de la concepción de democracia, pero comulgaron en el enfoque heterodoxo en materia económica, y principalmente, en relación con la importancia de la integración regional. El radical y el peemedebista sentaron las bases de lo que hoy es el Mercosur. Carlos Menem y Fernando Collor de Mello coincidieron en la necesidad de liberalizar la economía y de acoplarse a Estados Unidos como eje de la política exterior. Con la llegada de Fernando Henrique Cardoso en 1995, los desacuerdos con el menemismo en torno de la reforma del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas y de la conformación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) se matizaron en torno de una visión favorable de la globalización financiera y del orden internacional liberal. A pesar de las fricciones comerciales por los efectos de la devaluación del real producida en enero de 1999, el presidente argentino Fernando de la Rúa intentó equilibrar la dependencia con Estados Unidos mirando a Brasil. La primera Cumbre de Presidentes de América del Sur impulsada por Cardoso en 2000 fue acompañada por la Casa Rosada. Por su parte, las visiones socialdemócratas compartidas con el presidente brasileño ayudaron a transitar una coyuntura muy delicada para el relacionamiento mutuo.

El breve hiato de Eduardo Duhalde coincidió con el año electoral brasileño. El gobierno de Cardoso fue un aliado externo clave desde un principio para el ex-gobernador de la provincia de Buenos Aires. La estabilidad regional fue un activo central a preservar por ambas administraciones. La crisis argentina generó mucha preocupación en Brasilia (respaldar el gobierno interino) y muchas expectativas en San Pablo (oportunidades de inversión tras el fin de la convertibilidad). Con el arribo de Luiz Inácio Lula da Silva en enero de 2013, confluyeron rápidamente las visiones regionales y económicas. Los planteos neodesarrollistas en Brasil tuvieron eco en el ministro argentino Roberto Lavagna, como así también la propuesta de relanzar un Mercado Común del Sur (Mercosur) que venía a la deriva desde 1998. El viaje de Duhalde a la asunción de Lula da Silva fue simbólico, más si se tiene que en cuenta que fue el último presidente argentino en asistir a una ceremonia de ese tipo.

El triunfo del kirchenrismo en Argentina abrió una extensa etapa (2003-2015) de entendimientos mutuos (no exentos de tensiones y discrepancias) producto de una sintonía con el Partido de los Trabajadores (PT), aunque con muchos grises, en las cuatro dimensiones planteadas: progresismo político, neodesarrollismo económico, fortalecimiento regional como plataforma de inserción internacional y reformismo en relación con el orden internacional para evitar la cristalización de poder en las relaciones internacionales. Dos aspectos deben resaltarse. Más allá de las percepciones gubernamentales, distintos poderes fácticos de Brasil no se sentían cómodos con la dinámica adquirida. El concepto de «paciencia estratégica» acuñado por Lula da Silva era un intento de blindar la relación de sus externalidades negativas. Por su parte, la sintonía bilateral fue perdiendo intensidad con el paso del tiempo, hasta llegar aun enfriamiento del vínculo con Cristina Fernández de Kirchner y Dilma Rousseff.

La asunción de Mauricio Macri coincidió con la crisis brasileña y el proceso de impeachment a Rousseff, que se materializó a poco de asumido el gobierno de Cambiemos. Con la presidencia interina de Michel Temer primó una visión compartida en torno de los males del «populismo» y de la necesidad de una mayor apertura económica conjunta y de reinsertarse en el orden internacional liberal (a través de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, por ejemplo). En el último año, con el arribo de Jair Bolsonaro, junto con la profundización de la agenda heredada (materializada en la firma del acuerdo Mercosur-Unión Europea) en Buenos Aires y Brasilia primó además una importante sintonía regional en relación con el tema Venezuela. Sin embargo, la decisión del ex-militar de visitar Chile como primer destino internacional mostró el lugar secundario de Argentina en su política exterior. El conservadurismo recalcitrante de Bolsonaro y la visión «antiglobalista» fueron puntos disonantes y funcionales a Macri para mostrarse como un referente de la derecha moderna y liberal en la región.

El triunfo de Alberto Fernández en las elecciones presidenciales del 27 de octubre pasado fue un baldazo de agua fría para el gobierno de Bolsonaro, que había jugado abiertamente a favor de la continuidad de Macri. El regreso del peronismo al poder introduce muchas dudas en torno de cómo se desarrollará el vínculo bilateral en los próximos tres años, ante la anomalía histórica de visiones y percepciones divergentes respecto a la política, la economía, la región y el mundo. De manera resumida: progresismo versus conservadurismo popular, hetorodoxia económica versus ultraliberalismo, Grupo de Puebla versus Grupo de Lima, acoplamiento versus oposición limitada al hegemón.

Asimismo, a las discrepancias señaladas se suma la caída de la interdependencia económica entre Argentina y Brasil, factor que opera como fuerza centrífuga. En términos interanuales, el comercio bilateral disminuyó 40% en el primer semestre de 2019. Las compras de Argentina a Brasil pasaron de representar 26% del total importador a 21%. Por su parte, las compras de Brasil de bienes y servicios argentinos representaron apenas 4,7% del total importador, siendo 7,7% en el mismo periodo de 2018.

El inicio de la tercera década del siglo XXI pone como nunca en cuestión la idea de la «alianza estratégica» entre Argentina y Brasil, forjada, con sus ideas y venidas, desde la redemocratización. A la pérdida de intensidad material, se le suma un contexto bilateral inédito de profundas divergencias entre la Casa Rosada y el Palacio Planalto. Los contrapuntos y desacuerdos han sido importantes en las últimas tres décadas, pero siempre en el marco de importantes puentes entre ambos países, los cuales parecen haberse roto de cara al próximo 10 de diciembre. Por las asimetrías estructurales (los costos de una desconexión bilateral son mayores para Argentina), el presidente argentino y sus hacedores de política tendrán el arduo desafío de construir canales y salvoconductos con Brasilia que eviten el «Brasilexit» para la política exterior argentina.

Fuente:

https://nuso.org/articulo/alberto-fernandez-bolsonaro-crisis-bilateral-izquierda-derecha/
 
Y ahora, ¿cómo decir que Don Derru no tenía razón? Puede ser el primer paso para algo más grande y más peligroso.

No me gusta eso, hay cosas que hacemos y, una vez que nos damos cuenta del error, ya no podemos más regresar...


MEC anuncia salida de Brasil del sector educativo del Mercosur

Abraham Weintraub también reveló que la cartera ha liberado recursos adicionales para completar obras sin terminar e invertir en energía renovable.

29/11/2019 - 11h49min

(En portugues)

https://gauchazh.clicrbs.com.br/edu...al-do-mercosul-ck3k9hoik011401rzq4uo4ab4.html
 
Trump anuncia aumentos arancelarios a las importaciones de Brasil

El presidente de los Estados Unidos culpó a Brasil y Argentina de devaluar deliberadamente el real y el peso, alegando políticas cambiarias injustas, que, según Donald Trump, perjudicaron a la agricultura estadounidense. Debido a esto, Trump anunció que aumentará los aranceles sobre el acero y el aluminio que Brasil y Argentina exportan a los Estados Unidos.

El canciller Ernesto Araújo dijo que el gobierno está evaluando las medidas anunciadas por Estados Unidos y su impacto en la economía brasileña:

Ernesto Araújo evalúa las decisiones de Trump sobre las importaciones de Brasil y Argentina

 
USA 7x1 Brasil

Hay 7 concesiones hechas por Brasil y decisiones tomadas por los Estados Unidos que han dañado nuestro país. Por otro lado, solo 1 medida ofrecida por el gobierno de los Estados Unidos que muchos consideran positiva.

 
Adicionar a esto que dice Marcelo Elizondo los factores internos de EE.UU. que pesan mucho en este momento, o sea, la popularidad de Trump y las proximas elecciones presidenciales.

Politica internacional simples y dura: No hay "amigos" ["I love you, Trump!"], hay intereses.

Saludos.
 
Última edición:

Derruido

Colaborador
Adicionar a esto que cide Marcelo Elizondo los factores internos de EE.UU. que pesan mucho en este momento, o sea, la popularidad de Trump y las proximas elecciones presidenciales.

Politica internacional simples y dura: No hay "amigos" ["I love you, Trump!"], hay intereses.

Saludos.
Ya fue a Europa, y también fue a repartir cachetazos, algunos tienen cuero para darlos y otros solo para recibirlos.

Besos
PD: En la lista de paises, nosotros seríamos las minas golpeadas.
 
BR-EE. UU .: Brasil acumula frustraciones después de casi un año de alineación con EE. UU.


La decisión de Donald Trump de volver a gravar el acero y el aluminio brasileños cayó como una ducha fría, y sin previo aviso, en la proclamada relación directa entre Trump y Bolsonaro.

2 de diciembre de 2019-18: 50 (Brasilia)



El presidente Jair Bolsonaro habla con el presidente estadounidense Donald Trump en Osaka 28/06/2019


Lisandra Paraguassu
Reuters



BRASILIA (Reuters) - Desde que asumió el cargo en enero de este año, el presidente Jair Bolsonaro ha dejado en claro que su política exterior ha tenido un eje central: la alineación prácticamente automática con los Estados Unidos que defendió solo traería beneficios a Brasil, pero Casi un año después, el país cosecha muchas más frustraciones y pérdidas que victorias.

La decisión anunciada el lunes por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de volver a gravar el acero y el aluminio brasileños ha caído como una ducha fría, y sin previo aviso, en la proclamada relación directa entre Trump y Bolsonaro.

Dentro del gobierno, el anuncio hecho por Twitter fue visto con cierto asombro. Dos fuentes cuestionaron el argumento del presidente de Estados Unidos de que Brasil estaba devaluando deliberadamente lo real.

“En Brasil, el tipo de cambio fluctúa y no hay manipulación como dice Trump. Pero él es muy impredecible y creo que las elecciones dictan decisiones allí ”, dijo una fuente.

Brasil y Argentina han estado presidiendo una devaluación masiva de sus monedas. lo cual no es bueno para nuestros agricultores. Por lo tanto, con vigencia inmediata, restableceré las Tarifas de todo el Acero y Aluminio que se envíe a los EE. UU. Desde esos países. El federal ...
- Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 2 de diciembre de 2019



Donald Trump de volver a tachar el acero y el aluminio brasileños cayó como una lluvia helada, y sin previo aviso, en la proclamada relación directa entre Trump y Bolsonaro.


La evaluación es que sería un "hecho único", vinculado a cuestiones internas relacionadas con las elecciones presidenciales de Estados Unidos el año próximo, cuando Trump buscará la reelección, pero no amenazaría las negociaciones sobre un posible acuerdo comercial, que, en el caso De hecho, ni siquiera tiene un horizonte definido más allá de la voluntad de Brasil, que ha dado paso a varios temas en un intento de ganar la buena voluntad de Washington.

En estos 11 meses, el gobierno brasileño, en marzo, acordó implementar una cuota de importación de 750.000 toneladas de trigo sin aranceles, lo que beneficia directamente a los productores estadounidenses. En ese momento, uno de los negociadores brasileños declaró que la medida serviría para demostrar que Brasil estaba dispuesto a negociar realmente.

En septiembre de este año, fue el turno del etanol. A pesar de las protestas de los productores brasileños, el país ha aumentado, a pedido de los EE. UU., Su cuota de importaciones de etanol libres de impuestos de 600 millones a 750 millones de litros, un hecho celebrado por Trump en su Twitter.


Brasil también acordó retirarse de la lista de la Organización Mundial de Comercio (OMC) de países con un trato diferenciado a solicitud de los estadounidenses, a cambio del apoyo de Washington a la rápida adhesión de Brasil a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

El regreso, sin embargo, fue de frustración. El gobierno brasileño esperaba el apoyo definitivo de los estadounidenses en la reunión de la OCDE en octubre, que no llegó. Solo existía la explicación de que Brasil era el "siguiente en la línea" y que el gobierno de Trump lo apoyaría cuando llegara el momento.

Brasil tampoco logró convencer a Estados Unidos de revocar el veto a las exportaciones brasileñas de carne. El mercado estadounidense ha estado cerrado durante dos años a los productores brasileños. La solicitud fue hecha personalmente por Bolsonaro a Trump durante la visita a Estados Unidos en marzo, pero incluso después de dos visitas sanitarias, un viaje ministerial más y nueve meses de negociaciones, el veto continúa.


La solicitud de que Estados Unidos retire los impuestos para las exportaciones brasileñas de azúcar, una negociación que inicialmente se realizaba junto con la importación de etanol, tampoco avanzó.

Políticamente, Brasil ha logrado que los estadounidenses sean designados como aliados preferidos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que puede revertir el acceso a tecnologías y espacio para un mayor comercio de materiales de defensa, pero aún no es práctico.

GESTOS SIN RESPUESTA

A pesar de la proclamada mejora en las relaciones políticas, el comercio no se traduce en grandes beneficios para Brasil. Las exportaciones brasileñas crecieron solo en US $ 450 millones (2.04%) entre 2018 y 2019, en comparación con enero a octubre, según datos consolidados del Ministerio de Economía.

Brasil todavía tiene un déficit comercial con Estados Unidos, que en octubre de este año había alcanzado los $ 1.13 mil millones.

“Los países no tienen amigos, tienen intereses. La relación debe hacerse en torno a nuestros intereses. No es posible preguntarse qué relación personal resuelve estos problemas ", dijo a Reuters el embajador Rubens Barbosa, quien encabezó la embajada brasileña en Washington bajo Fernando Henrique Cardoso.

Barbosa recuerda que el gobierno brasileño hizo varios gestos para mejorar la relación con Estados Unidos, no solo en la economía, sino que cosechó muy poco.

“El gobierno brasileño está haciendo gestos y más gestos en relación con una alineación con la política estadounidense, cuando los intereses brasileños concretos se contradicen. El interés nacional tiene que estar por encima de las ideologías ”, critica.

El impuesto al acero brasileño se implementó a principios de 2018, pero se suspendió después de una larga negociación aún en el gobierno del ex presidente Michel Temer. La decisión de Trump de regresar ahora con la barrera arancelaria contra Brasil se justificó por una supuesta política brasileña de devaluación deliberada de lo real, que nunca sucedió.

"Esta afirmación no tiene ningún sentido, no tiene base en la realidad, ni aquí ni en Argentina", dijo a Reuters el embajador José Alfredo Graça Lima, ex subsecretario de Asuntos Económicos de Itamaraty y experto de la OMC. "El problema de Estados Unidos es el precio del acero".

Graça Lima señala que la industria siderúrgica estadounidense es "problemática" y tiene problemas de competitividad.

“Los estadounidenses, de hecho, se consideran mucho más obligados a sus sectores que a cualquier alianza. Y en la fabricación de acero, Estados Unidos no tiene ningún compromiso con sus socios. Sería ilusorio esperar cualquier tipo de tratamiento diferencial ”, explicó.

Estados Unidos es el mayor comprador de productos de acero en Brasil, pero los valores cayeron entre 2017 y 2018. Eso fue 6.6 millones de toneladas en 2017 - $ 3.85 mil millones - y 6 millones de toneladas en 2018 - con 2.8 mil millones de dólares ", según datos del Instituto del Acero de Brasil.


http://www.defesanet.com.br/br_usa/...oes-apos-quase-um-ano-de-alinhamento-com-EUA/
 
Así es! Y a algunos les gusta esto (como el actual gobierno de Brasil)...

Ahora, yo pregunto: Este tipo de gobiernos nunca entenderá que en las "relaciones carnales" con los EEUU los únicos penetrados somos siempre nosotros?, en este tipo de gobiernos nunca entenderan que es importante tener relaciones buenas y amistosas pero nunca de sumisión?, tampoco entenderan nunca que para ellos el Mercosur es una piedra en el zapato y van a intentar destruirlo, siempre?.Claro, cuando despues les ponen adjetivos calificativos que no les gusta saltan con lo del camino a Venezuela, etc, etc, etc.Seguro que tampoco nunca van a entender que una cosa no tiene nada que ver con la otra, estrategias de comunicación que le dicen.
 
Ahora, yo pregunto: Este tipo de gobiernos nunca entenderá que en las "relaciones carnales" con los EEUU los únicos penetrados somos siempre nosotros?, en este tipo de gobiernos nunca entenderan que es importante tener relaciones buenas y amistosas pero nunca de sumisión?, tampoco entenderan nunca que para ellos el Mercosur es una piedra en el zapato y van a intentar destruirlo, siempre?.Claro, cuando despues les ponen adjetivos calificativos que no les gusta saltan con lo del camino a Venezuela, etc, etc, etc.Seguro que tampoco nunca van a entender que una cosa no tiene nada que ver con la otra, estrategias de comunicación que le dicen.
Para algunos, lamentablemente, el concepto de Soberania Nacional puede ser relactivo...

Saludos.
 
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