Guerra de Cuarta Generación en la era de la Tecnología de Información y Comunicación
Un aporte de mi propia autoria:
Corresponde a un artículo presentado por mi persona.
Guerra de Cuarta Generación en la era de la Tecnología de Información y Comunicación
INTRODUCCIÓN
Abordaremos básicamente dos temas en uno, por un lado la validez del concepto de Guerra de Cuarta Generación, que en adelante se expresará por sus siglas en inglés 4GW (Fourth Generation Warfare); y por el otro las tecnologías de la Información y Comunicación (TIC’s). Para el desarrollo de este tema analizaremos tres articulos de fuentes abiertas referenciados líneas abajo. En relación al primer aspecto apreciamos como en distintos artículos se maneja el cambio generacional de la guerra, hasta llevarla hoy en día a lo que se conoce como guerra de cuarta generación, sin embargo, de las diversas lecturas analizadas se desprende que esta guerra no trae nada de nuevo, no viene con armas innovadoras o con sistemas avanzados de combate.
El General James Mattis, quien llegó a ser Comandante de la 1ª División del USMC, al ser abordado sobre cómo se entendía la 4GW, respondió con un argumento elocuente a favor de tomar tiempo para leer la historia, “Gracias a mis lecturas, nunca he enfrentado a una situación en la cual me encuentre mal preparado. No me da todas las respuestas, pero ilumina lo que a menudo es un sendero oscuro en frente de nosotros.” Considerado un extraordinario y estudioso Oficial, parecía incapaz de entender la 4GW cuando terminó reconociendo “Al final, un verdadero entendimiento de la historia significa que no enfrentamos nada nuevo bajo el sol. Para los intelectuales de la Guerra de Cuarta Generación que actualmente dicen en todos lados que la naturaleza de la guerra ha cambiado fundamentalmente, que las tácticas son completamente nuevas, etcétera, yo tengo que decir respetuosamente—de veras, no.”
Por el contrario rememora las tácticas y técnicas empleadas hace muchos años en la cultura asiática y que hoy en día toman vigor tornándose tan efectivas ante sociedades que crecen en desigualdad de condiciones con respecto a otras. Sin embargo la verdadera 4GW se forma cuando unimos técnicas obsoletas por el tiempo con el desarrollo tecnológico de nuestros días y las adecuamos y empleamos en esta era moderna, siendo este el punto de unión y de relación con la TIC’s, formando parte de esta nueva sociedad de la información y del conocimiento, como es descrita por varios autores. La Guerra de Cuarta Generación también está caracterizada por un retorno al mundo de culturas, y no simplemente estados en conflicto.
En cuanto a las TIC, se denominan Tecnologías de la Información y Comunicación al conjunto de tecnologías que permiten la adquisición, producción, almacenamiento, tratamiento, comunicación, registro y presentación de informaciones, en forma de voz, imágenes y datos contenidos en señales de naturaleza acústica, óptica o electromagnética. Las TICs incluyen la electrónica como tecnología base que soporta el desarrollo de las telecomunicaciones, la informática y los medios audiovisuales.
A continuación se analizarán tres artículos al azar del gran compendio presentado, teniendo como fin último analizar su aplicabilidad en nuestro Estado, presentando una postura crítica y racional del tema.
1. PLANTEAMIENTO DEL AUTOR.
A continuación mostramos los temas de los artículos objeto a análisis en este trabajo.
1. México, en los "escenarios de guerra" de cuarta generación proyectados por EE.UU.
2. No los bombardees; convéncelos... Y destrúyelos.
3. ¿Guerra de cuarta generación en Sudamérica?
Todos los artículos guardan similitudes en la descripción de la guerra de cuarta generación, en tal sentido se efectuó un análisis general de los mismos tomando las ideas medulares expuestas por los autores.
Observamos que en los precitados artículos definen a la 4GW como todo aquello fuera de lo convencional, en empleo de guerra psicológica, de información o mediática para desprestigiar o destruir la imagen de algo o alguien. Se habla también de guerra de resistencia, en la cual el combatiente tradicional ya no es un individuo formado militarmente con uniforme que se presenta en franco enfrentamiento con su enemigo. En la 4GW los conceptos tradicionales de las condiciones de conflicto cambian completamente, el enemigo ahora es invisible, ataca de varios flancos y nunca se sabe dónde encontrarlo, el escenario de combate no es necesariamente un terreno físico, y en vez de municiones y bombas se emplean pantallas y medios de comunicación para someter o mutar el pensamiento humano. De esta manera ven la 4GW aquellos Estados que sufren el ataque virtual de potencias como los EE.UU. empeñados en someter a países débiles para producir la caída de los gobiernos constituidos y el socavamiento de las instituciones del Estado, para luego levantarlas pero moldeadas a su voluntad. Bajo esta perspectiva la 4GW constituye una estratagema de sometimiento.
Contrariamente otros la definen como la nueva guerra de guerrillas con acento cultural o religioso. Por ejemplo, estudiosos en EE.UU. como el profesor William S. Lind definió a la 4GW un tipo de guerra donde el Estado invadido pierde su monopolio de la guerra, por lo que luego de destruir sus instituciones de gobierno, se genera una zona carente de control para las fuerzas militares ocupantes que terminan enfrentándose a oponentes no estatales tales como al-Qaeda, Hamas, Hezbolá y las FARC. Así conceptualiza Estados Unidos las acciones que enfrenta actualmente en países islámicos, luego de los ataques del 11 de septiembre hasta la actualidad de Irak. En el primer artículo Velásquez dice que el término "guerra de cuarta generación" se acuñó en 1989, y se refiere a esa guerra actual, asimétrica, donde con "escasos recursos en tecnología armamentística se hacen maravillas". Son problemas donde se enfrentan fuerzas convencionales contra no convencionales, y "los ejércitos poderosos aún no están preparados para enfrentar ese tipo de combatiente". Explica también que las guerras de primera generación son las que se dieron en la época napoleónica; las de segunda tuvieron lugar en la Primera Guerra Mundial; las de tercera ocurrieron en el segundo conflicto bélico global, y las de cuarta son las actuales o futuras.
Según el autor, desde 1989, Estados Unidos realizaba ejercicios militares en Argentina sin autorización del Congreso y despló tropas en provincias estratégicas como Salta, Misiones, Entre Ríos y Tierra del Fuego. Al igual que en varios países centroamericanos, las maniobras se presentan como campañas de "ayuda social" a la población civil.
Fuera de la región sur, se abrió otro frente de combate. La aprobación por parte de la Cámara de Representantes de Estados Unidos de una enmienda que permita transmisiones de radio y televisión desde ese país hacia Venezuela para contrarrestar al naciente canal de televisión Telesur. La llamada "guerra de las ondas" –en la cual Estados Unidos tiene la experiencia de Radio Martí– es parte del arsenal de la Guerra de Cuarta Generación.
Ejemplo de esta guerra de cuarta generación lo constituye, por ejemplo el caso de las computadoras que supuestamente pertenecían al comandante de la guerrilla Raúl Reyes, donde cito: “…Analicemos aquí una de esas operaciones: los computadores que -según las autoridades colombianas- pertenecían a Reyes y fueron incautados en el campamento bombardeado. La proposición “según” que aquí utilizamos, es apenas una palabra, pero muy útil para no asumir como verdadera información que no se puede confirmar por fuentes diversas. A pesar de su sencillez, efectividad, “según” desapareció enseguida de las crónicas de la prensa participante de esta guerra psicológica.
Así, todo lo que el general colombiano Óscar Naranjo dijo que había “encontrado” en las computadoras pasó por cierto al instante. “Chávez entregó 300 millones de dólares a las FARC”, decían el canal colombiano RCN (en Colombia hay quienes aseguran que la sigla responde a “Radio Casa Nariño”, en referencia al palacio presidencial bogotano). El temerario titular fue generosamente replicado luego por “aliados” de RCN, como Globovisión en Venezuela y canales del poderoso Grupo Clarín de Buenos Aires, entre muchos otros de una larga lista.
Ninguno de estos medios se preguntó por la verosimilitud de esta afirmación. Después, el diario “El Tiempo” (perteneciente a la familia del ministro de Defensa de Colombia), publicó en su página web los supuestos “documentos” de los supuestos “ordenadores” de Reyes. Allí, según lo que nos muestra el general colombiano Naranjo, se lee una cándida consulta de un miembro del secretariado de las FARC a sus pares: “Quién, adonde, cuándo y cómo recibimos los dólares y los guardamos”.
3. POSTURA CRÍTICA
Ante estas aseveraciones la guerra de cuarta generación se plantea como un elemento pensado dentro del núcleo de la fuerza armada americana con el fin de justificar ataques recibidos fuera del ámbito convencional, por cierto guerra esta directivada bajo manuales de acción y procedimientos elaborados dentro de la llamada comunidad de la OTAN. Entre otras observaciones se le dan adjetivos a esta acción de guerra como de terrorista, de guerrillas, psicológicas, etc., sin embargo y a pesar que muchas de estas acciones se enmarcan dentro del margen de la legalidad internacional, solo es una medida de defensa legítima, de resistencia ante Estados significativamente más poderosos que buscan en muchas ocasiones poseer el control de los recursos bajo la producción o custodia de estados en vías de desarrollo o de menor desarrollo bélico.
Tal es el caso de la intervención norteamericana en Irak en busca de fábricas de armas de destrucción masiva. Se erigió una campaña de desprestigio y de acusaciones infundadas donde el cañón de mayor “calibre” fueron cadenas de medios noticiosos como CNN, que contradictoriamente tuvieron que mostrar en las pantallas la falta de evidencia tangible sobre estas supuestas armas luego de que el país había sido invadido y rendido. Entonces cabe preguntarse ¿debemos quedarnos sentados a esperar una posible invasión?, ¿debemos atacarlos o afrontar una guerra convencional pérdida?, o ¿debemos desarrollar estrategias de resistencia, sistemas propios de combate, de defensa, de resistencia que nos permitan ciertas ventajas ante estas grandes potencias?
Colocarlos en nuestro terreno y enfrentarlos con tácticas adaptadas a nuestra traviesa ingeniosidad "suramericanista", "amazonista", "andinista" y y“caribeña” que puedan utilizarse para convertir las fortalezas del enemigo ocupante en ventajas para la resistencia. Es entonces momento de de reflexión: ser esclavos o guerreros, copiar identidades o preservar la nuestra, ceder riquezas o disfrutarlas...
Las primeras respuestas están quizás en las páginas de nuestra historia independentista. Somos herederos de las glorias de unos Ejércitos que cruzaron cumbres y llanuras para libertar a otros y no para oprimir, y que aun cuando poseemos una tradición guerrerista, somos en esencia pacifistas sin que esto implique que permitamos sometimiento.
¿Cómo enfrentar a un enemigo poderoso? Bien, el autor del presente artículo piensa que para enfrentar a un enemigo cuya forma de combate es estructurada, debe actuarse de manera desestructurada. Al revisar la historia desde Westfalia en 1648 y la teoría de la guerra solo entre Estados, se aprecia que cada nueva generación de guerra ha significado un cambio hacia la desestructuración, hacia el desorden en el campo de batalla. La cultura militar de las superpotencias militares ha permanecido como una cultura de orden y los servicios militares tradicionales encuentran contradicción con la actuación de desestructuración de la resistencia a la ocupación. Por otro lado, si Venezuela no es lo suficientemente fuerte en tecnología militar como para enfrentar a una superpotencia, entonces porqué combatir de manera convencional? Por el contrario ha de desarrollarse nuevas formas de guerra basándose en ideas y no en tecnología.
¿Cuál serán las formas de guerra del futuro? ¿Cómo enfrentarlas?
Existen autores que piensan que el estilo de combate del futuro será regido por lo que han denominado como la “guerra de cuarta época”. Esta teoría hace un análsis del desarrollo de la civilización occidental de los últimos 2500 años, y establece cuatro épocas basadas en la energía, en paradigmas de energía, donde cada una se conformaría varias secuencias que expresarían diferentes modos de hacer la guerra según la manera institucional de explotación de cierta forma de energía. Cada secuencia llevaría asociados determinados sistemas de gobierno de lo político, de lo ideológico, de lo económico y de lo militar, e incluso de lo religioso.
De esta manera, la guerra de cuarta época representará la entrada en vigencia de un tipo de guerra emergente en el mundo posmoderno centrada en dos formas de guerra basada en fuentes de energía denominada como "postmecánica": la guerra de tecnología avanzada y la guerra no perteneciente a occidente.
La primera de estas guerras representaría el surgimiento de nuevas tecnologías militares tales como las armas de precisión guiadas, armamento no letal, guerra de información asociada a las Tecnologías de Comunicación e Información, asociadas con las las teorías de tercera ola. La segunda forma de guerra se definiría como una guerra de efecto espejo, donde la contraparte optará por una mezcla de terrorismo y conflicto de baja intensidad que cuestionaría el dominio de las superpotencias militares en la guerra moderna y de la que se reconocería su correspondencia con lo que otras teorías denominan guerra de cuarta generación.
La Guerra de Información (IW), ¿un apéndice de la 4GW?
La guerra de información podría ser considerada como una derivación de de los principios de la teoría de las guerras de tercera ola. Esta última, consiste de manera general en los métodos y medios para neutralizar cualquier posibilidad que tenga el enemigo para obtener información, o comunicarse con sus propias unidades a cualquier nivel. Las armas para lograr este cometido hayan parte de su arsenal en las tecnologías de información.
El documento JP 1-02 (Ejcto. EE.UU, 1989: 221), diccionario oficial de términos de las fuerzas armadas estadounidenses, establece que la IW son operaciones de información conducidas durante tiempo de crisis o conflicto para conseguir o promover objetivos específicos sobre uno o varios adversarios específicos. Operaciones de información serían consideradas aquellas acciones llevadas a cabo para afectar la información y los sistemas de información del adversario, a la vez que se defiende la información y sistemas de información propios. Según algunos autores defienden la existencia de siete formas básicas de guerra de información: guerra de comando y control, guerra basada en inteligencia, guerra electrónica, guerra psicológica, guerra de "hackers", guerra de información económica y guerra cibernética. Coincidencialmente todas ellas tienen cabida dentro del concepto de guerra de cuarta generación.
La guerra de información, por tanto puede considerarse como un apéndice de la guerra de cuarta generación, y su principal blanco es la mente humana, especialmente aquellas cuestiones que construyen las decisiones claves, aquéllas que llevan a adoptar las resoluciones fundamentales sobre cuándo, cómo y en qué casos emplear los recursos y capacidades de las estructuras estratégicas. Operaciones psicológicas (PSYOP), asuntos públicos y civiles, agencias de inteligencia, operaciones de satélites, comunicaciones, informática... pueden ser considerados como algunos de los ámbitos claves para la guerra informativa, cuya plataforma de actuación se cimenta sobre las tecnologías de información y comunicación.
Fuente: zkorpion (autoría propia)