El Último Alzamiento Militar Carapintada, 3/12/1990

lastima haber entrado tan tarde en estos pos, pero es increíble la falta de conocimiento no solo sobre las causas previas, incluso las discrepancias totales de los grupos de Rico y los de Seinaldin.

Los fundamentos de la sentencia, reflejan como conclusión las causales reales de la sublevación. Las consecuencias del fracaso las vivimos desde el 1990 en adelante (claramente entre 1990 hasta 2015, por ahora no entiendo bien la dirección de este gobierno).


cuales fueron las causales reales de la sublevacion
 
ayer se cumplieron 27 años del ultimo alzamiento carapintada, un relato de primera persona de un Militar Profesional Medico, en aquellos oscuros dias, cuando le ordenaron tirar sobre sus camaradas en Palermo con dos morteros, ahora el que ordeno, corre por los Canales de TV, explicando como se debe salvar las FFAA y fuen uno de los desguazo al Ejercito.

Es algo difícil precisar cuándo comencé a desear ser médico, en realidad estoy convencido que esta vocación vino conmigo y ya para los primeros años de escolaridad decía y escribía: "Quiero ser doctor bombero" y me dibujaba con un uniforme con una gran cruz roja en el pecho atendiendo heridos, atrás dibujé una ambulancia, estaba en 1er Grado!
Mantuve siempre ese deseo, nunca me imaginé haciendo algo que lo excluyera, sí que lo complementara.
En el duro 82, recursaba una materia de tercer año de Medicina y realicé tres intentos de alistamiento en el Ejército para ir a Malvinas, ya llevaba unos años tramitando mi prórroga universitaria para realizar el SMO.
El 23 de diciembre del 86 aprobé mi última materia, con el mismo traje que me había casado con la Mujer y Médica de mi vida, pero con una temperatura algo distinta, afuera ella y un gran amigo y maestro (Genaro Guarino, Rino).
A los dos meses, el mismo día que cumplía 26 años fui reclutado como Soldado Médico en el "3 de Oro".
Reunía en ese presente distintos futuros (Emergencias, catástrofes, gestión y Medicina del trabajo).
Hoy, 3 de Diciembre de 2017 a veinte días de cumplir 31 años de médico sentí una necesidad de escribir estas líneas pero desde el Médico Militar que fui y los bravos de entonces siempre me recuerdan que lo soy.
Repaso los "Consejos de Esculapio a su hijo Médico" ( https://www.youtube.com/watch?v=L22U2Kl8zec ) que quizá muchos no hayan leído (incluso médicos) y que por el avance tecnológico es posible escucharlo desde el link que les pasé.
Fue en el 82, en el servicio de Virología del htal. Muñiz, donde el Dr. Javier Baba, me leyera "Los consejos de Esculapio" a modo de un compromiso juramentado para el futuro, la guerra había terminado y a mí me faltaba mucho aún para lograrlo.
Ser Médico Militar se remonta a 1813 con la creación del Instituto Médico Militar, pocos lo saben....
"El primer curso, inaugurado en 1814, tuvo diez inscriptos que cursaron anatomía y fisiología y en abril de este año rindieron exámenes con resultados brillantes. Todos aprobaron y debo destacar algunos nombres promisorios, como el de FRANCISCO JAVIER MUÑIZ, por ejemplo. Me parece negativa la práctica de que los estudiantes salgan a campaña acompañando a sus profesores. Eso retarda su formación científica e impide que reciban lecciones adecuadas en el hospital, a la cabecera de los enfermos. Pero por ahora resulta inevitable debido a la escasez de cirujanos en el ejército. Confío plenamente en que pronto superaremos estos obstáculos y conseguiremos un excelente plantel de profesionales al servicio de las Provincias Unidas”. (http://www.elarcondelahistoria.com/el-instituto-medico-mil…/)
En mi caso, ya expliqué, no puedo precisarlo.
Desde mi incorporación asumí que mi responsabilidad (médica) sobre más de mil vidas era indelegable, al poco tiempo, en la Semana Santa del 87, aquel Soldado Médico (sin instrucción, con menos de un año de casado y esperando un hijo), se presentó al Jefe de Regimiento de entonces para que supiera que estaba dispuesto a acompañar a mi Unidad más allá de las causas que motivaran la operación.
Allí, en ese momento, creo, comenzaba a ser familia del "3 de oro" y del "Escuadrón de C Bl 1".
Pasamos muchas.... pero fue un día como hoy, en el año 90, que el "Día del Médico" lo pasaba en operaciones, en Palermo, mi puesto estaba en el Club Hípico a cargo de todo el Tren logístico y por estar circunstancialmente "a cargo" del puesto comando (por mi grado militar de entonces) ya que los superiores del Regimiento salieron a realizar un reconocimiento, parte de lo que tenía a cargo eran dos Morteros Pesados (120mm, para los neófitos es el diámetro de su munición, doce centímetros) con sus respectivos Jefes de pieza, dos Tenientes de Infantería.
En un momento, no recuerdo la hora, sí recuerdo que ya desde temprano había muertos y heridos y desconocía todo acerca de la otra parte de mi Sección, en los combates de Boulogne (TAMSE), aparece un homínido masculino y uniformado, seguido de su Estado mayor (era la primera vez que veía tantos Generales) y me ordena alistar los morteros que en breve (quince minutos) abriríamos fuego contra el Regimiento I "Patricios".
Recordé a algunos de mis Instructores "Ad hoc" que tuve durante el SMO una frase: "Cuando se acaba el reglamento, quedará solo con su conciencia" y también recordé una frase de los Consejos de Esculapio que dice: "Cuando a costa de muchos esfuerzos, hayas prolongado la existencia de algunos ancianos o de niños deformes, vendrá una guerra que destruirá lo más sano y robusto que hay en la ciudad. Entonces te encargarán que separes los débiles de los fuertes, para salvar a los débiles y enviar a los fuertes a la muerte"
Entonces desobedecí tres veces y sabía que la falta era grave, esa misma noche acantonados en descanso frente a la Aduana, les informé a mis superiores que había meditado mucho este hecho y que por tal motivo no antes de seis meses solicitaria mi baja de las filas del Ejército Argentino, no me sentía parte de una Institución liderada (por ser elegante en el uso de las palabras) por quien habría impartido esa órden.
Esperé pacientemente esos meses y algo más, hasta el 8 de Julio del 91 que presenté mi solicitud de baja, de no hacerlo al otro día en un gran desfile corría el riesgo de rendirle honores a ese Jefe Circunstancial del estado Mayor del Ejército y de no hacerlo (en el desfile) faltaría el respeto a nuestra Bandera, Escudo, Escarapela y otros símbolos.

Siempre sentí que el Médico Militar debía estar, actuar, capacitar, convivir, etc. con sus camaradas (superiores y subalternos) en el llano del Cuartel, en el terreno, en el combate pero jamás en la deshonrra.
Hoy, cuando hay mate, empanadas o asado, sé que tengo un lugar para celebrar momentos y por sobre todo estar vivos, brindando con respeto por los ausentes, en cambio aquel general sin insignias (no las tenía cuando me ordenara esa bestialidad, dentro de la ciudad y con un pobre márgen de seguridad, si alguno de los tres Oficiales que éramos, hubiésemos sido obsecuentes), hoy apenas puede salir a caminar con su señora esposa por las calles arboladas de la ciudad, yo continúo sin tomar algo para dormir.
 
cuando me refiero a un Ejercito enfrentado entre camaradas.

en la jornada de ayer, 3 de diciembre, se cumplió un nuevo aniversario de la muerte del soldado Javier Gómez, en manos de tropas rebeldes que intentaron una rebelión a principios de 1990 en nuestro país.
Autoridades municipales, vecinos y familiares del Soldado Gómez asistieron al homenaje que, por cuestiones inexplicables, dejó de realizarse hace ya varios años atrás. El concejal Francisco Miguel Angel Cosso pronunció un discurso en la ceremonia que se desarrolló en Plaza Rocamora, donde se encuentra emplazado el busto al joven gualeyo.

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Acá hay una plaza Pita (uno de los que murió) creo, pero hubo varios Pita "conocidos" en el ejército, no sé si es por ese
 
esta fue una de las causas porque no se sumaron mas unidades militares

Eran poco más de las dos y media de la mañana del 3 de diciembre de 1990. Su familia jamás volvió a verlo con vida. Tres horas después de dejar su departamento de Belgrano para ir a recuperar el histórico Regimiento de Infantería 1 de Patricios, del que era segundo jefe, el teniente coronel Pita estaba muerto. Yacía boca arriba, mirando sin ver la tenue luz del amanecer de su tragedia, cerca del mástil de la Plaza de Armas del regimiento, acribillado por seis balazos rebeldes que le destrozaron el tórax y el abdomen, y con dos balazos más, uno en el cuello y otro en plena cara. Junto a él, muerto también, también con un balazo en la cara, estaba su amigo y jefe de operaciones del regimiento, el mayor Pedernera.

Esas dos muertes cambiaron el destino del último alzamiento carapintada. Casi la totalidad de las fuentes consultadas por este Equipo de Investigación coincidieron en señalar que originalmente el motín involucraba a más complotados y a más unidades; y que no bien conocido el asesinato de los dos oficiales de Patricios, y cuando se sospechó que habían sido muertos a manos de suboficiales, muchos involucrados en la intentona "se sacaron el uniforme" y varias unidades no se sumaron al alzamiento.

Como reza la causa judicial, "el grupo rebelde fugado de Olavarría tuvo conocimiento de los sucesos del RI 1 Patricios, a tal punto que esas noticias fueron motivo de desmoralización para la tropa y factor esencial de la decisión de no continuar con el plan previsto y, posteriormente, de rendirse".

Por primera vez desde su alzamiento en la Semana Santa de 1987, los carapintadas habían hecho uso de la violencia con armas antes de enfrentar a la represión organizada por las autoridades.

Entre las once de la noche del domingo y las dos y media de la mañana del lunes 3, los rebeldes coparon los cuarteles de Palermo del Ejército, en el amplio espacio delimitado por las avenidas Bullrich, Santa Fe, Luis María Campos, Dorrego y la calle Cerviño. El propio jefe del Distrito Militar Buenos Aires, coronel Luis Enrique Baraldini, incorporó su unidad al alzamiento y luego, junto al teniente coronel Osvaldo Tévere y al mayor Jorge Mones Ruiz, atravesó una puerta que separa el Distrito Militar de Patricios y copó la guardia del regimiento histórico que nació antes de mayo de 1810 y es, además, custodia del jefe del Ejército.

Antes debió enfrentarse al oficial de guardia, el capitán Marcelo De Stéfano, a quien los rebeldes intentaron arrebatarle su arma. El capitán se resistió. Pero Tévere le reveló un dato estremecedor: los suboficiales de guardia también eran rebeldes. De Stéfano lo comprobó de inmediato: gritó una orden que no fue obedecida.

Los rebeldes despertaron uno a uno a los oficiales que dormían en Patricios y los invitaron a unirse a la rebelión. Quienes se negaron fueron detenidos en el comedor del Casino de Oficiales, en el cuarto piso del regimiento. Fue entonces que uno de los jóvenes oficiales detenidos por los rebeldes, el teniente primero Carlos García Guiñazú, logró comunicarse por teléfono con su par Enrique Jorge Bianchi. El teniente primero Bianchi vivía entonces en el mismo edificio que el jefe de Patricios, coronel Manuel de la Cruz. Menos de una hora después de copado el RI 1 por los rebeldes se había iniciado el primero de los intentos de recuperación.

De la Cruz, Pita y Pedernera se unieron en Granaderos al entonces jefe del Ejército, general Martín Bonnet. Ninguno de ellos podía saberlo todavía, pero en Patricios ya había corrido sangre. Poco después del copamiento rebelde, por la entrada principal del RI 1 conocida como "Puesto Flores" ingresó el suboficial mayor Jorge Matías, que vio a tres hombres que intentaban bloquear la puerta de la avenida Bullrich con un camión grúa. Un capitán, fusil en mano, le dijo que la unidad estaba tomada. Matías dio media vuelta para irse por donde había venido y recibió un balazo que lo hirió de gravedad en el pie.
 
Cerca de las cuatro de la mañana el mayor rebelde Hugo Abete recorrió las dependencias de Patricios donde estaban detenidos los oficiales leales. Abete había sido abanderado del regimiento que ahora tenía en sus manos y entre los oficiales leales a los que enfrentó esa noche estaba uno de sus compañeros de promoción, un mayor de apellido Guerrero.

A esa hora, el coronel De la Cruz inició el intento por recuperar su regimiento. Junto al teniente coronel Roberto Shaw, a Bianchi y a dos grupos del Regimiento de Granaderos a cargo de los tenientes Mariano Naveyra y Horacio Verdaguer, De la Cruz se reunió en la entonces oscura esquina de Cerviño y Sinclair con Pita y Pedernera, ambos de civil: sus uniformes de combate habían quedado en Patricios.

El contingente leal avanzó por Bullrich dividido en dos: una columna lo hizo recostada en el terraplén del ferrocarril, la otra junto a los árboles de la misma vereda, frente al regimiento. Una de las dos columnas se adelantó hasta el "Puesto Flores" y entró a Patricios. La Justicia no pudo establecer de dónde partieron los primeros disparos. Los protagonistas tampoco coinciden en lo que dicen haber visto y oído. Y, según los hombres de Seineldín consultados por este Equipo de Investigación, existe "un pacto de sangre" entre los rebeldes para no revelar detalles de ese enfrentamiento, ni el nombre de quienes dispararon contra los leales.

Pero la Justicia avaló los testimonios que aseguran que los leales fueron baleados antes de ingresar al regimiento, cuando cruzaban la avenida Bullrich, y a lo largo de la calle de entrada a la unidad. La Cámara Federal señaló en su fallo que, según los testimonios, "desde el interior del regimiento se abrió fuego, a consecuencia de lo cual resultaron heridos un oficial y, por lo menos, dos soldados". Los balazos debieron sorprender a Pita: estaba decidido a dialogar con los rebeldes y, antes de entrar al regimiento, aseguró a quienes lo acompañaban: "Mis suboficiales van a hablar. Ellos no me van a disparar..."
 
aca fue el desenlace

Según el testimonio del teniente primero Bianchi, Pita se internó en el regimiento mientras él y Pedernera detuvieron a dos rebeldes que bajaron de una Ford F-100 y se rindieron de inmediato. Bianchi vio que Pedernera seguía rápidamente los pasos de Pita. Se cree que ambos avanzaron por la calle central de acceso y rodearon por detrás el llamado edificio 1 de Patricios, para llegar a la Plaza de Armas. Por una senda opuesta, al otro lado del mismo edificio, lo hicieron los suboficiales rebeldes. Los dos grupos se encontraron en la Plaza de Armas, cerca del mástil y detrás del despacho del jefe de la unidad.

Frente a Pita y Pedernera murió un suboficial rebelde, el cabo primero Rolando Morales y fueron heridos otros dos, los cabos primero Gerardo Sánchez y César Machado. Morales tenía un balazo que había entrado a la altura del hombro y tenía salida en la nuca.

Cuando a las cinco de la tarde los rebeldes se rindieron, los cuerpos de Pita y Pedernera estaban ya en el Hospital Militar Central. Ambos presentaban heridas de bala a izquierda y derecha, una señal de que recibieron disparos cruzados. Además del evidente "tiro de gracia" en la cara con el que habían sido rematados, Pita, que confiaba en que sus suboficiales no le dispararían, tenía una herida de bala en el antebrazo izquierdo, que levantó en un último gesto de defensa frente a la frialdad de sus asesinos.
 
Según resulta de la causa penal instruida, el Tcnl. Pita y el My. Pedernera (Segundo Jefe del Regimiento y Jefe de Operaciones del Regimiento, respectivamente) –quienes habían ingresado a la guarnición militar con la finalidad ya señalada– fueron encontrados sin vida en la zona del mástil de la plaza de armas donde también se halló el cuerpo del Cabo 1ro. Morales y heridos a los Cabos 1ro. Sánchez y Morales. De las conclusiones allí formuladas resulta que ninguna de las declaraciones prestadas durante la audiencia ni en las prevenciones militares, como tampoco los peritajes médicos y balísticos, permiten una reconstrucción certera del modo en que se produjo ese derramamiento de sangre, siendo la hipótesis más probable la del enfrentamiento entre oficiales y suboficiales (vide fs. 25 vta de las fotocopias certificadas de la sentencia dictada por la Excma. Cámara Nacional en lo Criminal y Correccional Federal de esta Ciudad). No quedó probado en sede penal, como así tampoco en estos autos quien o quienes fueron los autores materiales de los disparos que dieron muerte al Tcnl. Hernán Pita. Al respecto, cabe tener presente que conforme resulta de la autopsia practicada Pita recibió diversos impactos de proyectil de arma de fuego: 1) a nivel del tercio interno de la clavícula derecha; 2) a nivel del tercio distal de la misma clavícula; 3) en cara lateral de hemitórax derecho; 4) a nivel de la cresta iliaca derecha, línea axilar media; 5) en cara anterior del muslo derecho; 6) en el rostro, en región geniana derecha, a 1 cm por debajo de la apófisis zigomática, con lesiones dispersas en regiones frontal, ceja, parotidea y pabellón auricular derecho.

La rafaga de la MAG
 
entrevista a Balza

Archivo Tea y DeporTEA Material seleccionado para uso interno Diario Clarín, jueves 7 de diciembre de 2000 Ubicación: BD00178.pdf CARAPINTADAS, 5ª PARTE ENTREVISTA - TENIENTE GENERAL MARTIN BALZA, EX JEFE DEL EJERCITO Recuerdos bajo fuego Dice que hubo una clara orden del poder político. Y que los leales defendieron la constitución. También sostiene que la represión fue necesaria. Y que había que demostrar qué bando fue derrotado. DANIEL SANTORO y GERARDO YOUNG.

– Entonces, ignorando lo que iba a pasar ¿qué hizo el domingo 2? – Volví a Buenos Aires. Voy a la misa en la iglesia del Carmen, me encuentro con dos o tres civiles y un militar, que después estuvieron metidos en esto. Almuerzo con mi mujer en una pizzería en Palermo y me voy a mi casa a dormir. A eso de las 3 y 30 de la mañana suena el teléfono, mi señora atiende y me pasa con Schilling. "Hola, general, tomaron el destacamento de inteligencia de la calle Cucha Cucha. Y dicen que también podrían haber tomado el edificio Libertador". Cuelgo y lo llamo a Bonnet: "Me acaba de llamar Schilling y me dijo esto y esto. "Ah, la ****", me dice Bonnet. Cuelgo y llamo al Estado Mayor, y ahí me atiende un teniente coronel y le digo: "Digamé, ¿eso está to mado?" "Acá está el capitán Breide Obeid con suboficiales que me están apuntando", me contesta.

http://abcdonline.com.ar/tea/info/BD00178.PDF
 
PERSONAL MILITAR

Ley Nº 24.000

Promociones "post-mortem".

Sancionada: Setiembre 26 de 1991.
Promulgada: Octubre 23 de 1991.

El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso, etc. Sancionan con fuerza de Ley:

ARTICULO 1º - Promuévese "post mortem" al grado inmediato superior a los integrantes del Ejército Argentino, Teniente Coronel don Hernán Carlos Pita, Mayor don Federico Pedernera, Soldado Clase 1970 don Alejandro Daniel Greco, Soldado Clase 1971 don Javier Humberto Gómez; y a los integrantes de Prefectura Naval Argentina, Ayudante de Primera don Robustiano Mieres y Ayudante de Tercera don Miguel Angel Acosta.

ARTICULO 2º - Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional. - ALBERTO R. PIERRI. - EDUARDO MENEM. - Esther H. Pereyra Arandia de Pérez Pardo. - Hugo R. Flombaum.

DADA EN LA SALA DE SESIONES DEL CONGRESO ARGENTINO EN BUENOS AIRES, A LOS VEINTISEIS DIAS DEL MES DE SETIEMBRE DEL AÑO MIL NOVECIENTOS NOVENTA Y UNO.
 
CONDECORACIONES

Ley N° 24.886

Condecórase a Personal Militar.

Sancionada: noviembre 5 de 1997.

Promulgada: noviembre 25 de 1997.

B.O: 2/12/97

El Senado y Cámara de Diputados de la

Nación Argentina reunidos en Congreso. etc., sancionan con fuerza de Ley:

ARTICULO 1°-Condecórase con la Medalla "La Nación Argentina al heróico valor en combate Post-Mortem" a:

-Coronel don Hernán Carlos Pita(NI 13.815) (post mortem), segundo jefe del Regimiento de Infantería I "Patricios".

-Teniente coronel don Federico Alberto Pedernera (N1 201.178) (post mortem) jefe de operaciones del Regimiento de Infantería I "Patricios".

ARTICULO 2°-Condecórase con la Medalla "La Nación Argentina al herido en combate" a:

- Capitán don Mario Héctor Juares (NI 232.154), oficial de la Escuela de Infantería.

-Teniente primero don Alberto César Maciel (NI 252.511) oficial del Regimiento de Infantería "Patricios".

ARTICULO 3°-Condecórase con la Medalla "La Nación Argentina al muerto en combate" a:

-Cabo (post mortem) Javier Humberto Gómez (clase 1971, DNI 22.067.896).

-Cabo (post mortem) Alejandro Daniel Greco (clase 1971. DNI 21.498.954).

ARTICULO 4º-Comuníquese al Poder Ejecutivo.

DADA EN LA SALA DE SESIONES DEL CONGRESO ARGENTINO, EN BUENOS AIRES, A LOS VEINTINUEVE DIAS DEL MES DE OCTUBRE DEL AÑO MIL NOVECIENTOS NOVENTA Y SIETE.

ALBERTO R. PIERRI-EDUARDO MENEM. -Esther H. Pereyra Arandía de Perez Pardo.- Edgardo Piuzzi.

REGISTRADA BAJO EL N° 24.886

Decreto 1267/97

Bs. As., 25/ 11/97

POR TANTO:

Téngase por Ley de la Nación N° 24.886 cúmplase, comuníquese, publíquese, dése a la Dirección Nacional del Registro Oficial y archívese. -MENEM. -Jorge A. Rodríguez. -Jorge Domínguez.
 
Excelente aporte @LACIGARRA, habia leido el informe hace un par de años, siempre pense que habia una interna en Patricios y por eso la suerte de Pita y Pedernera, es un gusto leer estos post, donde uno aprende y recuerda y sobretodo donde no hay peleas y egos, ojala muchos post tomen este ejemplo
 
ANECDOTA DEL CORONEL SEINELDIN EN PANAMA


"Le toca a papá la Agregaduria militar en Panamá.En ese entonces el Canal estaba en manos de los yankys. Alrededor del Canal había Bases donde los agregados militares iban y venían,incluso se hacían compras en la Base(que era como comprar en EEUU).
Nosotros no pisabamos las las Bases por supuesto.La Base de Rodman,era la base de los marinos.Entonces, un día nos comunican que venía la Fragata Libertad,por lo que papá se tenía que hacer cargo de esos tres días que la fragata estaba en Panamá.Resulta que los EEUU para demostrar el dominio que tenían sobre los países latinoamericanos,presionaban cobrando aranceles más económicos a los barcos que atracaran en Rodman (EEUU) y no en el puerto de Balboa que era manejado por Panamá.
Papá,previendo que esto iba a pasar ,pensó que se iban a llevar a la libertad a Rodman. Entonces un día llama por teléfono un general del Pentágono (mediante un traductor)al Agregado argentino en Panamá (mi papá)para dar la orden de que la Fragata fuera a Rodman. No se tardó en escuchar los gritos de papá de "que ningún general norteamericano le daba órdenes a el, que él estaba a la órdenes del gobierno argentino y que la fragata se iba para Balboa.:"se armó un despiole!,idas y venidas,corrían emisarios norteamericanos a la agregaduria Argentina y papá decía "NO!!!""y si llega a irse para Rodman,yo me vuelvo para Argentina".Mamá estaba haciendo las valijas para volverse.
Papá conocía al Comandante de la "Libertad" y le dice:
"Ojo,te van a querer llevar a Rodman."
"Pero no te preocupes ,que yo conozco el puerto de Balboa"
,responde el Comandante.
La cuestión es que a último momento el remolcador llevaba la fragata a Rodman.El Comandante se da cuenta y dice:"no,por acá no es",así que hasta el último momento no se sabía que iba a pasar.
Y ahí seguían los problemas,vos imagínate el dominio que tenían los EEUU sobre Panamá,que las maniobras se hacían en conjunto y las que hacían ellos solos, pretendían que todos los agregados militares fueran a verlos.Entonces Papá, cuando eran maniobras conjuntas iba por respeto a Panamá,cuando eran maniobras de EEUU no iba.Era abierto el enfrentamiento que tenía con los norteamericanos.De hecho en una maniobra conjunta,el general norteamericano estaba mostrando unos aviones de despliegue rápido y papá estaba último entre todos los agregados.En un momento el general norteamericano dice:"El Coronel Seineldin podría relatar de los aviones de ataque de Argentina,que tienen unos que cumplen una función similar" (se nota que eran los 80 todavía).O sea que lo tenían recontra identificado......" MARIA SEINELDIN.
 
Parrafo del libro "Infierno y Resurrección" escrito por Sergio Schoklender, "su" vesion de los años que paso detenido, siempre quizo sacarnos informacion, no lo logro, tampoco lo tratamos mal, solamente un altercado tuvo con nosotros, una tarde el Coronel en medio de la misa, le informan que habia alguien dentro de la capilla, parado al costado de la puerta, con el permiso del Padre que oficaba la ceremonia, se detuvo la omilia, y el Cnel se dirigio a esa persona, y con toda educacion y el respeto caracteristico en El, echo al hombre del lugar, ya que la ceremonia era exclusivamente para Nosotros, ese hombre que queria o enviaban para espiarnos, ese era Schoklender...

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Pobre muchacho, el de la imagen,quien tienen tirado en el asfalto del puerto, era un policia de la PBA que terminaba un adicional, nos pidio permiso para salir de la zona fe Operaciones, no sin antes abrazarnos a unos cuantos, y desearnos suerte, cuando salio lo trataron de esta manera creyendo el Jefe Leal del AGAL, que era uno de los nuestros, luego de ver que se equivocaron, al demostrar su identidad, lo dejaron marchar... pero no son antes hacer un pequeño circo con eso, por eso esas fotos estúpidas...


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FerTrucco

Colaborador
Consulta, @LACIGARRA : ¿fuiste partícipe del alzamiento?
De ser así, me interesaría conocer (de la forma lo más desapasionada posible) cuál fue la lectura de los rebeldes antes (sobre todo de las causas de la rebelión) y después (sobre todo de los hechos más dramáticos, como fueron los asesinatos de Pita y Pedernera). Siempre me generó mucha intriga cómo se dieron los hechos de diciembre del '90.
Gracias
 
de las rebeliones, en las 4 , me toco estar en distintos lados, con toda la sinceridad el tema de las rebeliones, es muy largo, a veces dependia el destino que estabas ocupando, la Unidad a la que pertenecías.

por ejemplo en la primera rebelion carapintada, se empieza a gestar meses antes, cuando se citaban a los oficiales jefes a las indagatorias, mas el ataque sistematico a las FFAA, que lo veiamos en la parte profesional, economica y por supuesto tambien habia gente que llevaba agua para su molino, la mayoría por no decir todo el EA y creo las FFAA estaban de acuerdo a los pedidos realizados por Aldo Rico, es mas podras observar que no hubo represion por parte de los "leales".

Prácticamente Alfonsin tuvo que jugarse, porque no tenia tropas que le respondían, es la verdad y esa fue la realidad, Fijate , el mismo Alais comandante de las tropas Leales luego fue encarcelado por delitos de lesa humanidad . cuando llego a Campo de Mayo hablo con Aldo Rico , el pidió la renuncia de los altos mandos , flexibilidad en los juicios a los oficiales Jefes y Subalternos que habían recibido ordenes,


Antecedentes
24 de diciembre, 1986. Finalizando el tercer año de mandato del presidente Raúl Alfonsín, los legisladores radicales y peronistas sancionaron y promulgaron en el Congreso Nacional la ley Nº 23.492 que pretendía imponer un freno a la acción penal de los genocidas. Conocida como Ley Punto Final permitía la extinción de “la acción penal respecto de toda persona por su presunta participación en cualquier grado... que no estuviere prófugo, o declarado en rebeldía, o que no haya sido ordenada su citación a prestar declaración indagatoria, por tribunal competente, antes de los sesenta días corridos a partir de la fecha de promulgación de la presente ley”, se exceptuaba a los responsables de secuestros de recién nacidos. El gobierno, que había surgido producto de la transición de la dictadura a una democracia burguesa, estaba apurado en cerrar la tapa representada por los “Juicios a los militares” e imponer finalmente la “Teoría de los dos demonios”. Fue el propio Alfonsín quien envío la ley al Congreso con el objetivo de salvar a los cuadros intermedios de las Fuerzas Armadas que presionaban desde las sombras para terminar.

30 de diciembre, 1986. La Corte Suprema de Justicia formada por los jueces José Severo Caballero, Augusto César Belluscio, Carlos Santiago Fayt, Enrique Santiago Petracchi y Jorge Antonio Bacqué, modificó la calificación de autores de los delitos a colaboradores consiguiendo la reducción de penas para Viola y a Agosti. El primero sería condenado a 16 años y seis meses de prisión, y tres años y nueve meses para el segundo.

Enero, 1987. La “Ley de Punto Final” generó una avalancha de denuncias presentadas por sobrevivientes y familiares de desaparecidos descontentos por los límites temporales que el gobierno había impuesto a los juicios. Miles de casos se presentaron ante la Justicia durante este mes, al contrario de las intenciones de Alfonsín y el arco político opositor, forzando incluso la suspensión de la feria judicial.

23 de febrero, 1987. Finalizado el plazo del “Punto Final” se registraron procesamientos a 300 oficiales de altos mandos, quince veces más de lo que había previsto el gobierno. Entre los acusados se encontraban también militares que ocuparon cargos importantes en la estructura militar designada por Alfonsín. La frágil relación política entre las FF. AA y Alfonsín comenzó a resquebrajarse más agudamente y los acusados comenzaron a resistirse a participar de las audiencias y arengaban a sus tropas que actuaron en forma corporativa rechazando los procesamientos a la oficialidad por los crímenes cometidos durante la dictadura militar y la modificación del Código Procesal Penal Militar que desde 1984 permitía la intervención del fuero civil en causas a personal militar.

La “Semana Santa” de 1987
Martes 14 de abril. El Mayor Ernesto “Nabo” Barreiro se negó a prestar declaración ante la Cámara Federal de Córdoba cuando fue imputado por torturas y asesinato a militantes secuestrados durante la última dictadura en el Centro Clandestino de Detención de La Perla, el más grande de la provincia gobernada por el radical Angeloz. Barreiro era un hombre de la inteligencia militar con mucha influencia en importantes sectores de la oficialidad y dirigía los interrogatorios.

Miércoles 15 de abril. Con asiento en el XIV Regimiento de Infantería Aerotransportada 14 del Tercer Cuerpo de Ejército y protegido por su superior el Teniente Coronel Luis Polo, Barreiro inició un amotinamiento entre sus sublevados. Cuando la policía intentó trasladarlo por la fuerza al Tribunal, 130 efectivos, entre ellos soldados y oficiales, se acuartelaron exigiendo el fin de los juicios y el cese de la persecución. Comienza el primer levantamiento carapintada.


Levantamiento en el regimiento de Córdoba, se inicia el levantamiento

Jueves 16 de abril. El Teniente Coronel Aldo Rico, que se encontraba hasta ese momento al mando del Regimiento de Infantería San Javier en Misiones) se trasladó a Campo de Mayo a dirigir la sublevación en la Escuela de Infantería que comenzaba esa madrugada. Aunque se levantaron diferentes regimientos en el país, Campo de Mayo se convirtió en el epicentro de la tensa situación política. La base del levantamiento fueron los oficiales y suboficiales genocidas que no se beneficiaron con la ley de Punto Final. Muchos de ellos eran ex combatientes de Malvinas y mantenían un alto nivel de cohesión. Los carapintadas armados hasta los dientes y se llamaron así porque se pintaban con betún la cara, una clara señal de combate.


Aldo Rico

Ese día, cientos de miles de personas salieron a las calles de todo el país, ocuparon la Plaza de los Dos Congresos, Plaza de Mayo. Alfonsín dio un discurso frente a las multitudes llamando a deponer la actitud de los sectores castrenses.
Viernes 17 de abril.

La tensión continuó durante todo el “Viernes Santo”. Desde muy temprano y a pesar del Feriado Nacional, miles de personas se agolparon en las puertas de Campo de Mayo y de la Escuela de Infantería. Una multitud de hombres y mujeres coreaban consignas como “Que se vayan, que se vayan” y “si se atreven, les quemamos los cuarteles”. La tensión continúo ese viernes y sábado.


Miles de personas rechazando el alzamiento militar en Campo de Mayo

Domingo 19 de abril. El domingo de Pascuas registró una de las movilizaciones más masivas de la historia argentina. Millones de personas salieron a las calles en todo el país a rechazar los levantamientos, miles de ellos se agolparon en los alrededores de Campo de Mayo y sobre la ruta 8 que bordea el enorme territorio castrense. Alfonsín fue personalmente a negociar con Rico y los carapintadas y, horas más tarde, volvería a Plaza de Mayo donde diría la famosa frase: “Felices Pascuas. Los hombres amotinados han depuesto su actitud. La casa está en orden”.
 
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