Copamiento del cuartel de La Tablada.

Me parece que ya está gastada esta discusión del número de desaparecidos.....pero si no entiendo mal, lo que se conoce como 30.000 desaparecidos incluye tanto a aquellos que fueron capturados, fusilados y hechos desaparecer sin dejar rastros como aquellos que fueron capturados, puestos en la clandestinidad (desaparecidos) pero luego fueron liberados y/o pasaron a la "formalidad" (caso Fernández Meijide). Es decir, muertos eran muchos menos que 30.000...el total de víctimas del poder del Estado (hayan sido Guerrilleros, activistas, sindicalistas o simples ciudadanos que eran familiares conocidos de alguno de los anteriores)....si llega a ese número

Muchas gracias a todos, solo fue una pregunta retòrica.- biuhhhh
 
La historia de la foto que reabrió la causa de La Tablada
Memoria.El fotógrafo registró el momento en que dos guerrilleros se entregaban sin armas. No aparecieron más.




De rodillas. José Alejandro Díaz, con el torso desnudo y las manos en la cabeza, se entrega. / Foto: Eduardo Longoni.





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El calor extremo contribuyó a tornar en delirantes aquellas escenas de guerra en los suburbios de Buenos Aires. Así comenzó el día del inexplicable ataque guerrillero al Regimiento de La Tablada. Con años como fotógrafo free lance había adquirido la costumbre de encender la radio apenas me despertaba. Estaba siempre pendiente de la inestable situación política del país. Muy temprano me enteré de un supuesto levantamiento carapintada, otro más de una larga lista. Apenas llegué al lugar, y quedé tirado en la calle en medio de un tiroteo infernal, supe que se trataba de algo distinto. Las rebeliones militares, por lo menos hasta ese momento, no se habían resuelto a los balazos. Y en aquella mañana de sol incandescente tronaban los cañonazos y la metralla.

Fueron quince minutos de terror. Con la cara contra el pavimento de la avenida Crovara, frente al cuartel, con la cámara en la mano, inútil, solo cubierto por el cordón de la vereda. Los ojos cerrados y una sensación de miedo que no había tenido nunca. Cuando pude escapar de aquel infierno de balas, logré subir a la terraza de un vecino, a quien tuve que rogarle que me abriera la puerta. Era en realidad una losa sin defensa alguna que miraba directamente al cuartel. Una posición privilegiada para mis cámaras aunque bastante peligrosa.

En una terraza sobre elevada había un francotirador del ejército. Apenas lo vi, me advirtió: “Quedáte cuerpo a tierra, si levantás la cabeza te la pueden volar de un balazo esos zurdos hijos de ****”. ¿Quiénes? Fue mi pregunta. “Los guerrilleros que están adentro”, me contestó mientras disparaba con su FAL con mira telescópica. Recién en ese instante empecé a comprender la naturaleza de aquel infierno.

Al frente había un edificio del cuartel que estaba bajo el fuego incesante de los tanques y los tiradores. Desde adentro los guerrilleros respondían con armas largas. Heridos, explosiones, vehículos militares, ambulancias que iban y venían, incendios, fueron fotos que empezaron a repetirse con el correr de las horas.

No podía levantarme del lugar, las balas silbaban sobre mi cabeza. Mi único interlocutor seguía siendo el mismo francotirador. Él me iba informando, los militares ya habían empezado a recuperar parte de la guarnición. Había muchos muertos. Frase sueltas entre un cigarrillo y una disparo de su fusil. Y en medio del primer silencio del día, casi de sorpresa, sucedió. Los dos bandos en pugna se juntaron. Yo apuntaba con mi teleobjetivo. Un guerrillero saltó del edificio en llamas y de la nada aparecieron comandos del ejército con sus armas. Siguieron saltando más jóvenes y uno a uno fueron capturados. De rodillas, con las manos en la nuca y el torso desnudo ese anónimo guerrillero, que resultó ser José Alejandro Díaz, se rinde desarmado ante un comando militar que lo apunta con su fusil. Esa es su última imagen, jamás se lo volvió a ver. Más atrás del militar, a su derecha, tirado en el piso aparece Iván Ruiz, otro de los guerrilleros sobre los que no se volvió a tener noticia.

Para mí en ese momento sólo se trataba de fotografías que sintetizaban el combate. Estaban los guerrilleros que se rendían y los militares que los detenían. No supe hasta meses después acerca de la desaparición de estos jóvenes.

El episodio de La Tablada está inmerso en los últimos y turbulentos tramos del gobierno de Raúl Alfonsín y muchos acontecimientos fueron ocultados. Aurora Sánchez Nadal, la madre de Iván Ruiz, desesperada, buscando pistas sobre su hijo desaparecido, fue quien se contactó conmigo. Mirando juntos las diapositivas que yo conservaba de aquel día pudimos reconstruir la serie de ocho fotos en las que se ve a los guerrilleros saltando del edificio en llamas, rindiéndose y siendo conducidos por oficiales del ejército hacia los fondos del cuartel.

Esta serie fue presentada por los familiares de las víctimas de La Tablada ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos como prueba de que ambos guerrilleros se rindieron sin armas ante los militares que recuperaron el regimiento. Estas fotos muestran los últimos instantes de dos desaparecidos en democracia. Sin entrar en ninguna valoración política sobre aquel episodio rescato el valor del documento fotográfico que detiene un instante que a veces se vuelve histórico.

* Editor de fotografía en Clarín

Fuente: http://www.clarin.com/politica/Foto-La_Tablada-Causa_0_1279072134.html

Los comentarios, una lástima para 30 años de Democracía

Saludos
 
Terrorismo: Hoy es Francia.. ayer fue Argentina.

Video filmado en Nicaragüa... están todos los miembros del MTP que luego coparon, durante el gobierno de Alfonsín, el RIMec3 de La Tablada.
Así actúan, piensan y arengan los Terroristas. Esta misma gente que ríe, canta, y grita gritos de revolución, luego entraron a sangre y fuego a un Cuartel del Ejercito Argentino.. y acribillaron sin piedad. Unos murieron, otros son funcionarios públicos...

Un video.. mucha muerte... Terrorismo en Argentina...

 
Me parece que ya está gastada esta discusión del número de desaparecidos.....pero si no entiendo mal, lo que se conoce como 30.000 desaparecidos incluye tanto a aquellos que fueron capturados, fusilados y hechos desaparecer sin dejar rastros como aquellos que fueron capturados, puestos en la clandestinidad (desaparecidos) pero luego fueron liberados y/o pasaron a la "formalidad" (caso Fernández Meijide). Es decir, muertos eran muchos menos que 30.000...el total de víctimas del poder del Estado (hayan sido Guerrilleros, activistas, sindicalistas o simples ciudadanos que eran familiares conocidos de alguno de los anteriores)....si llega a ese número

Tomese el trabajito de ver este video. En especial desde los 49:50 minutos... saludos.

 
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Negro

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Se cumplen 26 años del intento de copamiento del Regimiento de Infantería Mecanizado 3 "General Belgrano" de La Tablada. Un recuerdo a los caídos, en la defensa y recuperación de la unidad:

Mayor Horacio Fernández Cutielo Ejército Argentino
Teniente 1° Ricardo Rolón Ejército Argentino
Sargento Ayudante Ricardo Raúl Esquivel Ejército Argentino
Sargento 1° Ramón Waldimiro Orué Ejército Argentino
Cabo 1° José Ricardo Allbornoz Ejército Argentino
Soldado Leonardo Martin Diaz Ejército Argentino
Soldado Domingo Grillo Ejército Argentino
Soldado Roberto Taddia Ejército Argentino
Soldado Héctor Cardozo Ejército Argentino
Comisario Inspector Emilio Garcia Garcia Policía de la Provincia de Buenos Aires
Sargento 1°José Munel Soria Policía de la Provincia de Buenos Aires
 
Nisman y los desaparecidos de La Tablada
La carrera judicial del fallecido fiscal Alberto Nisman pegó un salto con la investigación sobre las desapariciones de dos militantes del MTP que en 1989 asaltaron el cuartel de La Tablada. Su tarea, solicitada especialmente por el juez Gerardo Larrambebere, convalidó la versión del Ejército: Iván Ruíz y José Díaz habían logrado escapar desarmados y heridos, después de combatir durante ocho horas, de un cuartel rodeado de policías y militares.





  • La rendición de Ruiz: Nisman avaló la teoría de que logró fugarse Eduardo Longoni

Por: Felipe Celesia-Pablo Waisberg*
La carrera judicial del fallecido fiscal Alberto Nisman comenzó a pisar sobre firme con la investigación sobre las desapariciones de dos militantes del Movimiento Todos por la Patria (MTP), que el 23 de enero de 1989 asaltaron el Regimiento de Infantería Mecanizada 3, en La Tablada. Su tarea, solicitada especialmente por el juez Gerardo Larrambebere, convalidó la versión del Ejército: Iván Ruíz y José Díaz habían logrado escapar desarmados y heridos, después de combatir durante ocho horas, de un cuartel rodeado de policías y militares.

Nisman -que fue encontrado muerto el lunes pasado- trabajaba en el Juzgado en lo Criminal y Correccional 1 de Morón, a cargo de Larrambebere, cuando se produjo el asalto. La investigación les correspondía a ellos. Nisman llevaba otros temas en el juzgado pero Larrambebere se quedó impresionado por algunos de sus escritos y lo sumó al equipo que tuvo en sus manos la causa políticamente más delicada de aquel momento.

Uno de los temas que le encargó fue investigar la desaparición de Ruíz y Díaz. Los dos militantes habían logrado salir de la Guardia de Prevención el 23 de enero por la tarde, después de combatir desde las seis de la mañana hasta pasado el mediodía. Saltaron por una ventana cuando el techo se desplomaba por el fuego que consumía la estructura e inmediatamente los detuvieron los comandos del Ejército que participaban de la recuperación del cuartel, que terminó con 39 muertos –entre civiles, policías y militares- y cuatro asaltantes desaparecidos.

De ese momento existe una serie fotográfica, que tomó Eduardo Longoni, donde aparecen los guerrilleros saltando por la ventana, uno de ellos visiblemente herido. Ambos estaban desarmados y fueron llevados hacia los fondos del cuartel por dos o tres militares. Todo eso se ve en las fotos tomadas por Longoni y publicadas en los diarios de la época.

Con los testimonios de los militares -Larrambebere constituyó el juzgado en el cuartel y le tomó declaración a todos los uniformados-, Nisman empezó a reconstruir el destino de Ruiz y Díaz: el teniente Carlos Alberto Naselli se los entregó al cabo primero Hugo Stegmann; que los dejó a cargo del mayor Jorge Varando; quien los derivó en custodia al sargento ayudante Ricardo Esquivel. Pero Esquivel murió en la batalla.

La versión militar completa sostenía que Ruiz y Díaz se habían fugado y sugería incluso que eran los responsables del balazo en la cabeza que había recibido el santafesino Esquivel. Nisman dio por válida esa versión que habían evaluado en el juzgado, elaboró el escrito, lo firmó y se lo llevó a Larrambebere para que sumara su firma. En esa misma resolución dictaron la captura internacional de los dos guerrilleros, que estuvo vigente hasta 1997, incluso cuando en el registro final de sus vidas se los veía postrados y desarmados ante un militar con un fusil en la mano.

El juez y sus colaboradores evaluaron que no había alternativa de “prosecución” de la investigación y que si se seguía adelante era parte de una “convicción” personal pero que no había pruebas.

—¿Entendieron o sintieron que los militares les habían mentido?- le preguntamos en 2013 a un integrante del equipo que analizó el tema durante la investigación para La Tablada. A vencer o morir. La última batalla de la guerrilla argentina.

—En ese momento, no tanto; bastante después, sí, como que en definitiva a esos tipos los habían sacado del cuartel con vida. Estaban los que opinaban que evidentemente los sacaron y los mataron, y los que no creían para nada en eso. Algunos decían que en el fragor del combate, cotejando con otras declaraciones que los militares habían hecho con anterioridad, más o menos cerraba que hubieran muerto en combate. No te digo cincuenta y cincuenta, pero legalmente se llegaba a ese punto. La duda pasaba por un tema de convicción, pero no basado en prueba del expediente.

Quince años después, el sargento retirado del Ejército José Almada presentó ante la Justicia una carta que envió al general de brigada Juan Carlos Willington después del asalto. En la misiva, el sargento precisó que durante el recupero de La Tablada fue testigo de las “brutales” torturas a Ruiz y Díaz a manos de dos oficiales de inteligencia. Almada también aseguró haber visto como Iván y José eran introducidos en un Ford Falcon y sacados del predio por gente de civil, cerca de las tres de la tarde del 23 de enero.

Nisman también investigó las torturas a las que fueron sometidos los trece militantes del MTP que sobrevivieron al asalto en la oficina de Logística, ubicada en los fondos del cuartel. Los guerrilleros denunciaron que fueron golpeados, quemados, vejados, y que se realizaron al menos dos ejecuciones sumarias: las de Berta Calvo y Pablo Ramos. También, que se llevaron con vida a Francisco Provenzano y Carlos Samojedny, aún desaparecidos.

En su evaluación de la denuncia, Nisman desestimó las acusaciones por carecer de “sustento fáctico suficiente” y fundamentó: Juan Carlos Abella fue revisado por médicos legistas cuatro veces, sin que se encontraran heridas; Miguel Faldutti, que denunció haber sido drogado, no tenía rastros de sustancias en la sangre; Dora Molina y Manuel Burgos no habían podido reconocer a sus agresores y Daniel Gabioud no tenía las lesiones que dijo tener.

Con esta sutil mezcla entre que no se podía probar y que no era cierto, el Juzgado Federal 1 de Morón, y sus integrantes, cerraron la vía judicial para investigar y castigar los excesos militares cometidos en el cuartel durante un gobierno democrático. Ruiz, Díaz, Samojedny y Provenzano se convirtieron en los primeros desaparecidos políticos tras el final de la última dictadura.

Veinticinco años después, la procuradora Alejandra Gils Carbó, estimó ante un pedido de los familiares de los desaparecidos, que la Justicia argentina no había extremado sus esfuerzos para investigar las violaciones a los derechos humanos en La Tablada y consideró que debía reabrirse el expediente. Pocos meses después, en la última acordada del año, la Corte Suprema de Justicia ratificó este criterio haciendo suyos los fundamentos e instó al aparato judicial a que avance para determinar qué ocurrió con estos cuatro desaparecidos cuyo paradero, y destino, la democracia tiene pendiente.

Fuente: http://www.infojusnoticias.gov.ar/nacionales/nisman-y-los-desaparecidos-de-la-tablada-7225.html
 

pulqui

Colaborador
Si consideras que hay un acto de bajeza, no le respondas de igual forma. Y si tenes algún problema personal, resolvelo por mensaje privado.
 
en el ataque a la Tablada, la accion valeroso de este cabo primero y sus soldados, no le permitieron a los terroristas llegar a los vehiculos blindados

La defensa de los tanques y el polvorín.

Un grupo numeroso de terroristas subversivos marchó decididamente a apoderarse de los vehículos blindados y el polvorín, que se encontraban en la parte posterior del cuartel, chocando con la resistencia del cabo 1º Albornoz y 3 soldados. Como consecuencia del enfrentamiento murieron el Cabo 1º Albornoz y el soldado Grillo, siendo herido el soldado Perrota. Debido a esta defensa los terroristas no pudieran tomar dichas instalaciones.

En Pigüé se rememoró el ataque a La Tablada
25/01/2015 00:15 En la ciudad está asentado el Rimec Nº 3, que fuera el objetivo del ataque ocurrido en enero de 1989, en el que murieron once personas.

aca el hijo del cabo primero Albornoz recibe un presente



Agencia Pigüé / [email protected]

Con una formación especial en la plaza de armas de la guarnición militar de Pigüé, se recordó el 26º aniversario del ataque al Regimiento de Infantería Mecanizado 3 en La Tablada, división que desde hace unos años está radicado en esta localidad.

El acto fue encabezado por el comandante de la X Brigada Mecanizada, general Aldo Sala; la intendenta interina concejal Andrea Camandona; el jefe del Regimiento de Infantería Mecanizado Nº 3 General Belgrano, teniente coronel Martín Baroni; además de otras autoridades civiles y militares. También asistieron varios integrantes de las fuerzas militares protagonistas de aquel luctuoso hecho, así como familiares de las víctimas caídas en cumplimiento del deber.

Tras la presentación de las tropas, el General Aldo Daniel Sala, pronunció sentidas palabras en un improvisado discurso; y del mismo modo lo hizo el teniente coronel Baroni, quien recordó que tras 28 horas de combate se logró recuperar el cuartel militar, con once muertos y más de 50 heridos entre las fuerzas armadas y de seguridad.

Se entregaron reconocimientos a integrantes de las fuerzas militares que defendieron el cuartel de La Tablada y a familiares de los caídos en combate.

El momento más emotivo fue cuando ese grupo de militares que viajaron especialmente, le entregaron un presente al cabo Gustavo Albornoz, hijo del sargento post mortem José Gustavo Albornoz, uno de los héroes de La Tablada.

Albornoz presta servicios actualmente en el Regimiento 3 con asiento en esta localidad.

Finalmente se colocó una ofrenda floral ante el monumento que recuerda este histórico hecho y se procedió al arrío de la bandera nacional.
 
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