En el marco de la más reciente demora en la implementación de la actualización de software TR-3 del F-35, el Pentágono tomó la decisión de detener las entregas de nuevos cazas furtivos en esta configuración a la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) que tendrían lugar en el próximo mes de julio. La noticia brindada por las autoridades se suma a los problemas que desde Lockheed Martin y empresas asociadas al programa viene experimentando con la actualización del caza de quinta generación, un requerimiento para la futura modernización al Block IV fijada en los próximos años.

La actualización de software denominada como Technology Refresh 3 (TR-3) busca incrementar las capacidades de procesamiento y mayor memoria computacional a los F-35 de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y aliados. Ha sido fijada por Lockheed Martin como un paso necesario para la futura gran modernización del caza furtivo, englobado dentro del Block IV. Si bien a principios del corriente año comenzaron los vuelos de los primeros aviones equipados en esta configuración, en el mes de abril fue confirmada que la entrada en servicio de estas nuevas variantes también se retrasaría.

Esta situación viene generando una presión considerable por parte del Congreso de los Estados Unidos para con los oficiales del Programa F-35 en sucesivas audiencias. Generando una respuesta oficial por parte de Lockheed Martin, al conocerse que el Pentágono tomó la decisión de frenar las entregas de nuevos cazas equipados con el TR-3 durante el próximo mes de julio.

Al respecto, la empresa informó el 12 de junio que: “Nuestro equipo está completamente dedicado a entregar aviones Tech Refresh 3 (TR-3) F-35 y continuará trabajando con JPO en el desarrollo de software mientras mantiene los más altos niveles de seguridad y calidad. Continuamos entregando aviones en la configuración TR-2 según lo planeado”.

No obstante, a pesar de los esfuerzos manifestados, la realidad muestra que la actualización de software TR-3 del F-35 viene sufriendo retrasos sostenidos, fijando las entregas a las USAF de nuevos cazas de producción equipados con las mejoras recién el final de 2023, tal vez 2024. Esto representaría casi un año de retrasos con respecto al cronograma original. Mientras desde las plantas de producción de Lockheed Martin realizan los esfuerzos necesarios para comenzar las entregas del primer F-35 TR-3 para finales de julio.

La situación ha generado su necesario impacto en la prensa especializada estadunidense, realizando consulta a las empresas involucradas y fuentes consultadas dentro del Pentágono y Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Al respecto, Defense News consulto al portavoz del programa, Russ Goemaere, el cual expresó que: “A partir de este verano, los aviones F-35 que salgan de la línea de producción con hardware TR-3 no serán aceptados hasta que se valide la capacidad de combate relevante de acuerdo con las expectativas de nuestros usuarios”. Agregando: “El JPO y Lockheed Martin se asegurarán de que estos aviones se almacenen de forma segura hasta que se produzca [la aceptación]”.

Por su parte, conforme su divulgada la decisión de no aceptar nuevos F-35 equipados con el TR-3, no sucede lo mismo con las nuevas aeronaves equipadas todavía con la anterior configuración TR-2, las cuales serán entregadas dentro de los cronogramas fijados.

Nuestro equipo está completamente dedicado a entregar aviones TR-3 F-35 y continuará trabajando con JPO en el desarrollo de software mientras mantiene los más altos niveles de seguridad y calidad”, dijo la empresa en un comunicado al medio Defense News. “Seguimos entregando aviones en la configuración TR-2 según lo planeado”.

Por último, y en caso de no avanzar con una rápida solución, podría provocar que docenas de F-35 destinadas a su entrega este año podrían quedar almacenados, sin especificar por parte de Lockheed Martin cuantos cazas de quinta generación de nueva factura se verán afectados. Teniendo en cuenta que para el año 2023 la empresa planeaba la entrega de un estimado de entre 147 y 153 cazas a la USAF y aliados. Al presente, de ese número solo se habría concretado la provisión de 50 equipados con el anterior pack de mejoras TR-2.

Los nuevos retrasos y no aceptación de nuevos cazas F-35 no es la primera oportunidad que ocurre. Es preciso recordar que, durante el año pasado, frente a la presencia de aleaciones de metales de origen chino, el Pentágono también tomo una definición similar hasta el que el problema fue solucionado parcialmente, al indicar que las aleaciones no generaban problemas de seguridad ni transferencia de datos. Mientras la industria trabaja en su reemplazo por nuevas que cumplan todas las regulaciones fijadas en la materia.

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