A primera vista, nadie puede dudar de la sensación de poder que emana el Su-30MK. Sus líneas rectas, curvas y algunas toscas conforman una figura agresiva donde cada una de las partes del avión integran un todo armónico. Nunca es más cierta en el Su-30 la frase acuñada por Marcel Dassault: “si es bonito…vuela bien”.
Yendo a un plano más concreto y menos poético, todos sabemos que es una aeronave cara de operar y mantener, con una alta firma radar, con motores con una vida útil limitada para el estándar occidental y que en realidad ya dejó de ser una opción económica, por cuanto en las últimas ventas superó ampliamente la barrera de los 50 millones de dólares.
Entonces, qué es lo que atrae del Su-30MK….?
Según mi visión, una de las principales atracciones del avión es que permite a muchos países acceder a una aeronave media, de altas prestaciones sin muchas restricciones técnicas o políticas. Sus equivalentes occidentales (Super Hornet, F-15E, Typhoon, etc) tienen en promedio un costo de adquisición entre un 25 y 40% más alto, aunque también tienen ésos mismos valores en costos operativos y de mantenimiento menores. Es sin muchas dudas el precio de la libertad o de la independencia de los tradicionales constructores occidentales.
Pero también hay otro factor, digamos psicológico; por cuanto la llegada de un Su-30MK a un determinado país o región conlleva a distintos tipos de reacciones y más concretamente a analizar algunas “respuestas para equiparar o contrarrestar” su amenaza. Como aún el Su-30MK no ha sido probado en combate real, su relativo poderío es bastante teórico o potencial, pero sus prestaciones por el momento son suficientes para disuadir e incluso para “amenazar”. En tal sentido el “cuco de los Su-30MK” es bastante real y hace rato que se instaló por ejemplo en Australia, Japón, Paquistán, Singapur y ahora en América del Sur. Todos sabemos que no es lo mismo (propaganda al margen) que Venezuela haya optado por el Sukhoi, que hubiera incorporado los Mig 29 Fulcrum.
El Su-30MK ya está en Sudamérica, ya es una plaga en el Sudeste Asiático (China, India, Indonesia, Vietnam, y Malasia) y muy pronto hará pié en el Norte de Africa, en Arglia. Los nuevos avances en radares AESA y armamento guiado seguramente impulsará una segunda generación del Sukhoi, con prestaciones y equipamiento cada vez más “amenazante” y mucho tiempo no habrá que esperar para ver hasta donde llega el Su-30MK. En unos 5 años, del segmento del Sukhoi sólo estarán en producción el Super Hornet, el Typhoon y quizás el Rafale. Aún con sus defectos el avión seguirá siendo una interesante opción. No se trata de hacer futurología, pero posiblemente el Su logre conquistar algunos interesantes mercados más y posicionar a Sukhoi como una opción válida y contundente. Quizás le falta un solo “touch” y ése sería demostrar sus capacidades en combate real. Creo que si ello sucede y se confirma su potencial, disparará muchas ventas, quizás no muy numerosas pero que se asegurará un nicho de un mercado difícil. Veremos qué sucede.
Yendo a un plano más concreto y menos poético, todos sabemos que es una aeronave cara de operar y mantener, con una alta firma radar, con motores con una vida útil limitada para el estándar occidental y que en realidad ya dejó de ser una opción económica, por cuanto en las últimas ventas superó ampliamente la barrera de los 50 millones de dólares.
Entonces, qué es lo que atrae del Su-30MK….?
Según mi visión, una de las principales atracciones del avión es que permite a muchos países acceder a una aeronave media, de altas prestaciones sin muchas restricciones técnicas o políticas. Sus equivalentes occidentales (Super Hornet, F-15E, Typhoon, etc) tienen en promedio un costo de adquisición entre un 25 y 40% más alto, aunque también tienen ésos mismos valores en costos operativos y de mantenimiento menores. Es sin muchas dudas el precio de la libertad o de la independencia de los tradicionales constructores occidentales.
Pero también hay otro factor, digamos psicológico; por cuanto la llegada de un Su-30MK a un determinado país o región conlleva a distintos tipos de reacciones y más concretamente a analizar algunas “respuestas para equiparar o contrarrestar” su amenaza. Como aún el Su-30MK no ha sido probado en combate real, su relativo poderío es bastante teórico o potencial, pero sus prestaciones por el momento son suficientes para disuadir e incluso para “amenazar”. En tal sentido el “cuco de los Su-30MK” es bastante real y hace rato que se instaló por ejemplo en Australia, Japón, Paquistán, Singapur y ahora en América del Sur. Todos sabemos que no es lo mismo (propaganda al margen) que Venezuela haya optado por el Sukhoi, que hubiera incorporado los Mig 29 Fulcrum.
El Su-30MK ya está en Sudamérica, ya es una plaga en el Sudeste Asiático (China, India, Indonesia, Vietnam, y Malasia) y muy pronto hará pié en el Norte de Africa, en Arglia. Los nuevos avances en radares AESA y armamento guiado seguramente impulsará una segunda generación del Sukhoi, con prestaciones y equipamiento cada vez más “amenazante” y mucho tiempo no habrá que esperar para ver hasta donde llega el Su-30MK. En unos 5 años, del segmento del Sukhoi sólo estarán en producción el Super Hornet, el Typhoon y quizás el Rafale. Aún con sus defectos el avión seguirá siendo una interesante opción. No se trata de hacer futurología, pero posiblemente el Su logre conquistar algunos interesantes mercados más y posicionar a Sukhoi como una opción válida y contundente. Quizás le falta un solo “touch” y ése sería demostrar sus capacidades en combate real. Creo que si ello sucede y se confirma su potencial, disparará muchas ventas, quizás no muy numerosas pero que se asegurará un nicho de un mercado difícil. Veremos qué sucede.
