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Irak, listo para combatir a los insurgentes tras el ofrecimiento de Obama
Las fuerzas de seguridad de Irak se reunían el viernes al norte de Bagdad con el objetivo de contraatacar a los islamistas suníes, cuyo avance hacia la capital hizo que Estados Unidos se ofrezca enviar asesores militares para ayudar al Gobierno.

El presidente Barack Obama fue quien hizo el ofrecimiento y, aunque no aceptó una solicitud del Gobierno de realizar ataques aéreos, aprovechó para volver a pedir al primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, hacer más para superar las divisiones entre chiíes y suníes.

En la zona que rodea a Samarra, sobre la principal carretera a 100 kilómetros al norte de Bagdad, que se ha convertido en una línea fronteriza en la batalla entre el Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIL, por sus siglas en inglés), el gobernador provincial, un inusual seguidor suní de Maliki, dijo a los soldados que forzarán a ISIL y a sus aliados a retroceder.

Una fuente cercana a Maliki dijo a Reuters que el Gobierno planeaba contraatacar ahora que ISIL parecía haber frenado su avance, tras 10 días en los que tomó Mosul, una importante ciudad del norte del país, y arrasó con el valle del Tigris, de mayoría suní, dirigiéndose hacia Bagdad ante el retroceso del ejército iraquí.

El gobernador Abdulá al Jiburi apareció el viernes en televisión diciendo a soldados en Ishaqi, al norte de Samarra: "Hoy avanzaremos en dirección a Tikrit, Sharqat y Nineveh".

"Estas tropas no se detendrán", añadió al afirmar que las fuerzas del Gobierno alrededor de Samarra sumaban más de 50.000 efectivos.

Esta semana los insurgentes han disminuido su vertiginoso avance en la zona ubicada al norte de la capital, que alberga a suníes pero también a chiíes que le temen a ISIL, que los ve como herejes que deben ser aniquilados.

Samarra tiene un importante santuario chií. Y fue la matanza de chiíes en la cercana Dujail lo que hizo que Maliki ordenase colgar a Sadam Husein en 2006.

La participación de milicias chiíes y decenas de miles de nuevos voluntarios chiíes del Ejército ha permitido a los militares iraquíes recuperarse, después de que deserciones masivas de soldados la semana pasada le permitieran a ISIL ganar el territorio que busca para fundar un califato islámico a lo largo de la frontera entre Irak y Siria.

"La estrategia en los últimos días ha sido tener una nueva línea de defensa para detener el avance de ISIL", dijo un aliado próximo a Maliki. "Tuvimos éxito en detener el avance y ahora estamos tratando de recuperar áreas perdidas innecesariamente".

Pero seguía habiendo focos de enfrentamientos. Fuerzas del Gobierno parecían seguir controlando la refinería de petróleo de Baiji, la más grande del país, 100 kilómetros al norte de Samarra, dijeron vecinos.

Aunque una nueva realidad está emergiendo en ciudades clave como Mosul y Tikrit, por ahora fuera del alcance del Gobierno, Obama ha puesto el poderío militar de su país a disposición de Bagdad, aunque insistió en que no volverá a enviar tropas, dos años y medio después de poner fin a la ocupación que comenzó en 2003.

REUTERS
 
Los combatientes del grupo islamista radical EIIL ralentizan sus avances en Irak buscando hacerse fuertes en los sitios ya ocupados.

Los islamistas sunnitas, que tomaron el control de una parte de Irak, se apoderaron de una antigua fábrica de producción de armas químicas de la época de Saddam Hussein, afirmó el jueves 19 de junio la portavoz del Departamento de Estado norteamericano.
“Sabemos que el EIIL [Estado islámico en Irak y en Levante] ocupó el complejo de Al Muthanna”, indicó Jen Psaki en un comunicado. Pero ella precisó que no creía que estos insurgentes islamistas tengan la capacidad de producir armas químicas operacionales, debido a lo obsoleto y a la antigüedad de los productos que aún podrían encontrarse allí.
El complejo, situado a unos 70 kilómetros al noroeste de Bagdad, había comenzado a producir gas mostaza y otros gases químicos, entre ellos el Sarin, a comienzos de los años 80, algunos meses después de la llegada a la presidencia de Saddam Hussein, según un documento de la CIA. Este programa de armamento químico había alcanzado su apogeo durante la guerra Irán-Irak a fines de los años 80, con unas 209 toneladas de gas sarin producidas en 1987 y 394 toneladas en 1988.

“Muy difícil” desplazar el material químico

Pero la CIA afirma que este complejo había sido cerrado luego de la primera guerra del Golfo cuando las resoluciones de las Naciones Unidas prohibieron en Irak cualquier producción de armas químicas. A comienzos de los años 90, el sitio fue utilizado para supervisar la destrucción de los stocks de armas químicas iraquíes.
Estados Unidos no obstante sigue “preocupado por la toma de cualquier sitio militar por el EIIL”, precisó Jen Psaki.
“No creemos que el complejo contenga material [armas químicas] para utilización militar y sería muy difícil, si no imposible, desplazarlo con seguridad”, añadió ella. (Continúa...)


http://analisis-global.blogspot.com.ar/2014/06/los-jihadistas-del-eiil-ralentizan-sus.html

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El ejército iraquí mata a más de 100 insurgentes en Saladino y Tel Afar
El ejército iraquí ha matado este sábado a más de 100 combatientes de la insurgencia suní, liderada por el Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS), en la provincia de Saladino y en la localidad de Tel Afar, provincia de Nínive, según ha informado el portavoz militar, Qasem Ata.

En una rueda de prensa, Ata añadió que las fuerzas gubernamentales repelieron hoy más de tres intentos rebeldes de llegar a la capital, y desmintió que el ISIS esté ya cerca de Bagdad.

Además, aseguró que el ejército iraquí controla la mayor parte de Tel Afar, cerca de la frontera con Siria, e informó de que los militares mataron a siete miembros de ISIS que portaban un cinturón de explosivos cuando intentaban irrumpir en el aeropuerto de esa localidad.

http://www.elmundo.es/internacional/2014/06/21/53a569f222601d80398b4573.html
 

Barbanegra

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Combatientes iraquíes toman un puesto fronterizo con Siria
Combatientes suníes se hicieron con el control de un puesto fronterizo en la frontera de Irak con Siria el sábado, destrozando una línea trazada en 1932 por las potencias coloniales y vinculando cientos de kilómetros de territorios que controlan para crear un califato islámico del Mediterráneo a Irán.

Los extremistas, encabezados por el Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIL, por sus siglas en inglés), se introdujeron primero en la cercana localidad de Al Qaim el viernes, expulsando a las fuerzas de seguridad, dijeron las fuentes.

Una vez que los guardias fronterizos escucharon que Al Qaim había caído, abandonaron sus puestos y llegaron los extremistas, dijeron las fuentes.

Sameer al Shwiali, asesor de medios del mando del escuadrón antiterrorista de Irak, dijo a Reuters que el Ejército iraquí controlaba Al Qaim.

Al Qaim y la vecina localidad siria de Albukamal se encuentran en una ruta estratégica para los suministros. La guerra civil de tres años en Siria ha dejado buena parte del este de Siria en manos de los integristas suníes, incluido el paso de Albukamal-Qaim.

Con sorprendente velocidad, ISIL, escindido de Al Qaeda, ha capturado zonas de territorio del noroeste y el centro de Irak, incluyendo la segunda ciudad, Mosul. Se han hecho con gran cantidad de armamento del huido Ejército iraquí y de bancos saqueados.

Los combates han dividido Irak en líneas sectarias. Los kurdos han ampliado su zona al noreste para incluir la ciudad petrolera de Kirkuk, que consideran parte del Kurdistán, mientras que los suníes han ganado terreno en el oeste.

El Gobierno encabezado por los chiíes ha movilizado a las milicias para enviar voluntarios a las líneas del frente.

El presidente Barack Obama ha ofrecido hasta 300 asesores de las fuerzas especiales de Estados Unidos para ayudar al Gobierno iraquí a recapturar el territorio tomado por ISIL y otros grupos armados suníes en el norte y oeste de Irak.

Pero no ha llegado a garantizar la petición de ataques aéreos para proteger al Gobierno y ha renovado su petición para que el primer ministro chií de Irak, Nuri al Maliki, haga más para superar las divisiones sectarias que han alimentado el resentimiento entre la minoría suní.

En el bastión chií de Ciudad Sáder, en Bagdad, miles de combatientes con indumentaria militar marchaban por las calles.

Llevaban granadas lanzadas por cohetes, rifles semiautomáticos y camiones equipados con cohetes de largo alcance, entre ellos el nuevo misil "Muqtada 1" de tres metros, que recibe el nombre del clérigo chií Muqtada Sadr, que tiene cientos de miles de seguidores.

Sadr aún no ha lanzado a sus combatientes a la reciente oleada de combates, pero ha criticado a Maliki por su gestión de la crisis.

"Estas brigadas están lanzando un mensaje de paz. Son las brigadas de paz. Están dispuestas a sacrificar sus almas y sangre para defender Irak y a su generoso pueblo", dijo un hombre subido a un pedestal mientras las tropas pasaban por su lado.

REUTERS
 

Barbanegra

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EEUU quiere asegurarse la inmunidad de sus tropas especiales en Irak
El secretario de Defensa de EEUU, Chuck Hagel,procura asegurar que los hasta 300 asesores militares tengan las protecciones adecuadas y garantías de inmunidad por escrito para desplegarse en Irak, explicó hoy el Pentágono.

El portavoz del Departamento de Defensa, el contraalmirante John Kirby, afirmó en rueda de prensa que se van a asegurar de que los miembros de las fuerzas especial tienen las protecciones legales necesarias y están intentando obtener "algo por escrito" del Gobierno iraquí.

No obstante, Kirby reiteró que el envío de los asesores militares no supone el despliegue de "tropas de combate" y no es "una invasión o una ocupación", por lo que no es necesario un acuerdo sobre el estatus de fuerzas como los que rigen en Corea del Sur, Japón o el que sí se intenta cerrar con Afganistán.

El presidente de EEUU, Barack Obama, ordenó la retirada de todas las tropas de Irak a finales de 2011 porque el Gobierno del primer ministro, Nuri al Maliki, se negó a cerrar un acuerdo sobre la permanencia de un contingente militar estadounidense que incluyese inmunidad y protecciones para no ser procesados en el país en el que están desplegados.

Kirby detalló que el despliegue de fuerzas especiales se iniciará "muy pronto" con el envío de "un par de equipos" desde la embajada estadounidense en Bagdad para "evaluar el estado y cohesión de las fuerzas de seguridad iraquíes, la situación sobre el terreno y la viabilidad de desplazar más equipos de asesores".

Estos efectivos militares de elite establecerán centros operativos conjuntos con las Fuerzas Armadas iraquíes para asesorarles, proveerles con inteligencia y en el futuro determinar objetivos para posibles ataques aéreos estadounidenses.

"Tenemos que hacernos primero una idea de qué nos espera (...) ésta aún no es la fase de marcación de objetivos, primeros tenemos que obtener información para tener una mejor idea del teatro de operaciones. No hemos estado presentes en Irak desde finales de 2011", explicó Kirby.

Los militares estadounidenses operarán con los iraquíes desde el "nivel de cuartel general hasta el de brigada", principalmente en el norte de Irak, Bagdad y alrededores.

Antes de la crisis había unos 200 efectivos militares en la embajada estadounidense en Bagdad, un contingente que se acaba de ampliar con otros 170 militares para garantizar la seguridad de los más de 5.000 empleados de la legación.

http://www.elmundo.es/internacional/2014/06/20/53a49829e2704e327a8b45a0.html
 

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La guerra civil asoma en Bagdad

Los milicianos chiíes hacen un alarde con desfiles armados y puestos de control

Ángeles Espinosa Bagdad 21 JUN 2014 - 20:36 CET1


Voluntarios chiíes participan en un desfile en Bagdad. / Karim Kadim (AP)

“Estos son los cimientos de la futura Ópera de Bagdad”, explica el arquitecto Jorge Bustinza frente a un enorme espacio ocupado por grúas y materiales de construcción en la orilla occidental del río Tigris, entre los puentes de Al Yumhuria y Sinak. Allí donde los ojos del profano sólo ven tierra revuelta y bloques de cemento, el vizcaíno sitúa el teatro, el Ministerio de Cultura y otros dos edificios administrativos. El proyecto, en el que participa la empresa española Aquiline, es sólo uno de los muchos con los que la capital iraquí quiere dejar atrás cuatro décadas de guerras, e iniciar un futuro de esplendor que se le ha resistido desde que los mongoles arrasaran el califato abasí en el siglo XIII.

Sin embargo, un poco más al oeste, en la calle Damasco, la realidad se impone a la voluntad de normalización. Un grupo de hombres con uniformes variopintos levanta a toda prisa un nuevo puesto de control, entre el parque Al Zaura y los terrenos de una antigua base militar en cuyos muros se anuncia una ambiciosa urbanización bautizada, en inglés, como Iraq Gate (Puerta de Irak). La estructura, mucho más simple que los proyectos arquitectónicos, está terminada pocas horas después; un nuevo obstáculo al libre movimiento de los bagdadíes.

Desde que el pasado día 10 el Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL) conquistara Mosul, la segunda urbe de Irak, e iniciara su marcha hacia Bagdad sin aparente resistencia de las fuerzas armadas, los habitantes de la capital han vivido con el alma en un puño. Durante un par de días, muchos optaron por quedarse en casa y evitar unas calles cada vez más hostiles. El fantasma de guerra civil volvió a apoderarse de la ciudad de Al Mansur. Incluso ahora, cuando el Ejército ha reaccionado por fin y parece haber frenado a los rebeldes a cierta distancia, Bagdad teme el enfrentamiento confesional. La ofensiva de los suníes ha despertado a las milicias chiíes.

“No hace falta que venga nadie. Hay mucha gente que apoya al Daish y las milicias chiíes ya están aquí. La duda es cuándo van a enfrentarse”, manifiesta un residente en el barrio de Mansur. Daish es el acrónimo en árabe del EIIL, una facción de Al Qaeda que ha logrado explotar el malestar de la comunidad árabe suní de Irak y liderar a una docena de organizaciones diversas en armas contra el Gobierno.

“No pasarán”, advierte una pancarta en la plaza de Faris al Arabi. Sobre un fondo verde, el color del islam, un grupo de milicianos como los que he visto montando el control, exhiben sus armas en pose marcial. A su lado, un dibujo de los santuarios de Nayaf y Kerbala, donde están enterrados Ali y Husein, las dos figuras fundacionales del islam chií. El mensaje va dirigido a los extremistas suníes que han amenazado con llegar hasta esas ciudades santas, situadas a unos 160 kilómetros al sur de Bagdad.

“Son los hombres de Asaib Ahl al Haq”, me indica Diah, el conductor, con un gesto preocupado. El grupo, cuyo nombre significa Liga de los Justos, es una de las múltiples milicias islamistas chiíes que surgieron en Irak tras la invasión estadounidense en 2003. Se escindió del Ejército del Mahdi tres años más tarde, cuando un cabecilla, Qais al Khazali, cuestionó un alto el fuego aceptado por su líder, el clérigo Muqtada el Sadr. Los militares norteamericanos le atribuyen respaldo de Teherán y miles de ataques a las fuerzas de la coalición.

“Los milicianos habían desaparecido de la vista, pero desde la toma de Mosul han vuelto a las calles”, señala Mahmud Kalil, un funcionario que ve con recelo su proliferación. Además, de Asaib Ahl al Haq y el Ejército del Mahdi, hay al menos otras tres milicias chiíes operativas: Badr, Kataeb Hezbolá y los Caballeros de la Esperanza (del Consejo Supremo Islámico de Irak, CSII).

En realidad, hace ya meses que se habla de sus acciones. A medida que el Gobierno de Nuri al Maliki se ha visto empantanado en la lucha contra los insurgentes en Faluya, Ramadi y otras localidades de la provincia de Al Anbar, ha recurrido a estos voluntarios para reforzar a las tropas regulares. También han vuelto a vigilar los barrios donde son fuertes ante el aumento de los coches bomba y, según todos los indicios, a vengar esos atentados con asesinatos de suníes.

“Al Maliki ha reforzado la acción de las milicias”, asegura Amir al Kenani, un diputado sadrista. Añade que desde 2011 el Gobierno ha dado apoyo militar a Badr y Asaib Ahl al Haq, y facilita tarjetas identificativas oficiales a sus miembros. “Los utiliza para llevar a cabo operaciones contra sus rivales políticos”, denuncia.

Ahora, ante el temor al avance del EIIL y sus aliados, todas las milicias chiíes parecen haberse unido frente a los extremistas suníes. Al Kenani niega sin embargo que el Ejército del Mahdi esté en la calle. “Muqtada al Sadr ha llamado a formar brigadas de paz”, precisa. “Tememos que la situación empeore debido a la presencia de hombres armados en las calles apoyados por el Gobierno”, añade.

Con un nombre o con otros, los seguidores de ese popular clérigo desfilaron ayer por las calles de Ciudad Sadr, la barriada que lleva el nombre de su familia, al este de Bagdad. Y no precisamente desarmados. Kalashnikovs, fusiles de asalto, lanzagranadas y otra parafernalia bélica subrayaban sus advertencias a los insurgentes. “No al terrorismo; no a Estados Unidos. Nos sacrificaremos por Irak”, coreaban.

De momento, en las áreas donde están desplegadas las milicias reina la calma, lo que algunos vecinos interpretan como prueba de su connivencia con las autoridades. Resulta difícil establecer los límites. La Organización Badr, formada por exiliados iraquíes que lucharon del lado iraní durante la guerra entre Irán e Irak, se convirtió formalmente en un partido político, encabezado por el actual ministro de Transporte, Hadi al Amiri, y sus fuerzas se integraron en el Ejército y la policía.

Los expertos temen el enfoque sectario de estos grupos. Cualquier incidente inesperado podría prender la mecha en un momento en que las sensibilidades están a flor de piel. Incluso en el mejor de los casos, resulta difícil imaginar que vayan a retirarse de sus posiciones una vez que pase la crisis. “Con la ciudad prácticamente segregada por confesiones, existe el riesgo de que se cantonalizen los barrios”, reflexiona un diplomático europeo.

Nada más lejos de los grandes planes de desarrollo que las autoridades tienen previstos para Bagdad.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/06/21/actualidad/1403375805_243208.html
 

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Los kurdos rompen Irak tras conquistar el petróleo de Kirkuk
La desbandada del Ejército iraquí facilita que kurdos y suníes se repartan el país

De la enorme base de K-1 a las afueras de Kirkuk solo quedan los muros de cemento y las banderas de Irak. Todo el arsenal y vehículos abandonados por el Ejército están en manos de los Peshmerga (milicianos kurdos) que los han llevado a lugar seguro. La caída de Mosul tuvo un efecto dominó y además de afectar a Tikrit, ciudad natal de Sadam Husein, también llegó a Kirkuk, importante centro petrolero que los kurdos reivindican como su capital histórica y que ahora controlan completamente.
Un control que con el paso de los días se ha extendido a todas las zonas que desde 2003 tenían en disputa con el desaparecido Gobierno de Bagdad por lo que la región autónoma (KRG, según sus siglas en inglés) cuenta con nuevas fronteras que sus fuerzas delimitan en las provincias de Nínive, Diyala, Saladino y, especialmente, Kirkuk.
En las calles de Kirkuk, capital de la provincia del mismo nombre, lo único que recuerda hoy que formalmente es parte de Irak son las banderas en los uniformes de la Policía de tráfico, «pero pronto los cambiaremos, es cuestión de días», bromean los agentes que ya se ven con la enseña a franjas roja, blanca y verde con el sol en medio luciendo en sus mangas.
Un tono que no es compartido dentro del bunquerizado edificio de la Gobernación donde el vicegobernador, Rakan Saed, asegura que «es una pesadilla, pero imagino que se trata de algo temporal, en cuanto se supere la crisis el Ejército volverá y Kirkuk será de nuevo zona administrada por Bagdad». La huida de los militares –había diez mil hombres destinados a la provincia dentro de la División 12– sorprendió a este político que admite el «apoyo popular a una revuelta que es mucho más que Estado Islámico de Irak y Levante (EIIL). Los suníes quieren un cambio y aunque la alternativa no sea la soñada, prefieren esto a seguir con el Gobierno».
Los funcionarios repasan el mapa de una provincia en la actualidad dividida casi al cincuenta por ciento entre kurdos e insurgentes y en la que se producen choques puntuales en los lugares donde unos y otros quieren situar una nueva frontera que deja bajo control kurdo las áreas con recursos energéticos.
«Podríamos atacarles, pero nuestra función es garantizar la seguridad del Kurdistán, estamos protegiendo nuestro territorio», señalan mandos militares kurdos consultados que dan por anexionadas las zonas en disputa y son conscientes de que no será sencillo compartir frontera con el EIIL. El punto más al sur del nuevo Kurdistán es la ciudad de Chanaqin, provincia de Diyala, a tan solo 145 kilómetros de Bagdad.
Capital kurda
En Kirkuk conviven kurdos, árabes y turcomanos. Esta ciudad de más de un millón de habitantes está situada 300 kilómetros al norte de Bagdad y descansa sobre interminables campos de petróleo y gas. Aquí se produce el treinta por ciento del petróleo que exporta el país cada día, unos 450.000 barriles, pero el estallido de la crisis ha obligado a detener la exportación, según las autoridades.
Además del petróleo –que dará aún más solidez al proyecto independentista que persiguen las autoridades kurdas de cara al futuro-, no se puede entender el rápido movimiento militar de Erbil sin tener en cuenta la campaña de arabización llevada a cabo por Sadam Husein y que provocó el éxodo de miles de familias kurdas cuyo lugar fue ocupado por árabes de todo Irak.
Para intentar resolver los males causados por este desplazamiento masivo las autoridades iraquíes aprobaron el artículo 140 de la Constitución que establece la necesidad de impulsar a normalización de Kirkuk para poder hacer un censo y posteriormente celebrar un referéndum en el que sean los ciudadanos quienes decidan si quieren formar parte del Kurdistán, donde en la actualidad hay unos cinco millones de kurdos, o seguir dependiendo de Bagdad.
«Hasta ahora 35.000 familias kurdas han regresado y 17.000 árabes han salido de Kirkuk. Hemos superado la fase de normalización y ahora toca el censo y el referéndum. El hecho de que las tropas kurdas estén ahora aquí no debe significar que habrá referéndum», opina Mohamed Khalil Al Joubury, responsable de la Oficina del artículo 140. Al Joubury habla de «revolución suní» y piensa que “el EIIL apenas es el cinco por ciento de todos los grupos armados que se han movilizado, pero son los mejores haciendo propaganda”.
El nuevo Irak post Mosul
El reparto de Kirkuk forma parte del nuevo Irak posterior a la caída de Mosul que «nunca volverá a ser el mismo», declaró a la cadena BBC Nechirvan Barzani, primer ministro de KRG, para quien Nuri Al Maliki debe abandonar el poder porque «ya no hay confianza». Después de un apoyo político de ocho años a los gobiernos del líder chií, las disputas por el petróleo han dinamitado el pacto kurdo-chií. La KRG quiere exportar crudo sin la supervisión de Bagdad y ya ha demostrado que es capaz de hacerlo como se ha demostrado en las últimas horas con un envío totalmente por medios kurdos a Israel.
Desde Bagdad califican esta última crisis de «conspiración kurdo-suní» contra el Gobierno, pero pese a la movilización de miles de voluntarios chiíes tras la fatua del Gran Ayatolá Sistani las autoridades tienen muy complicado recuperar por la fuerza el terreno perdido en las últimas dos semanas. «Ahora hay que sentar en la misma mesa a las tres partes y buscar una solución para seguir viviendo juntos», señaló Barzani, heredero de uno de los dos clanes que, junto al Talabani, son los responsables de este nuevo Kurdistán que ha removido las fronteras internas de Irak.

ABC.ES
 
Turquía NUNCA va a permitar un kurdistán independiente en Irak, ellos tienen sus propios kurdos con ese anhelo. Ni bien se termine ésta guerrilla EIIL y los kurdos quieran declararse independiente la fuerza aéra turca los vaporiza.
 

Barbanegra

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Los hombres de Sadam Husein que allanaron el camino al ISIS
"Estoy feliz al ver las victorias. Son triunfos de los soldados de mi padre", proclamó hace unos días Raghad Sadam Husein, la hija del dictador, desde su exilio dorado en Jordania. Su alegría por el avance de la insurgencia suní desvela el azaroso camino que ha convertido en compañeros a los fundamentalistas del Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS) y a las huestes de Baaz, el partido panarabista con el que Sadam sojuzgó Irak desde 1979 hasta 2003. Ambos grupos, junto a otros movimientos islamistas de menor rango y un entrenada red de lealtades tribales, forman la columna que avanza hacia Bagdad con el objetivo de rehacer el mapa sectario y anular la influencia iraní.

Precisamente ayer, en respuesta a la ofensiva que amenaza con desintegrar el país, miles de milicianos acudieron a la llamada del clérigo radical chií Muqtada al Sadr y desfilaron por la capital.

La primera prueba de la peculiar alianza de yihadistas y baazistas marchó el pasado 9 de junio por las calles de Mosul, la segunda ciudad del país. Unos miles de combatientes extranjeros, adoctrinados en los campos del ISIS de la vecina Siria, capturaron el enclave sin oposición gracias al apoyo de un partido que fue prohibido y perseguido tras la invasión estadounidense en una purga -denominada 'debaazificación'- que envió al paro a decenas de miles de funcionarios y animó la sed de vendetta.

Complicada cohabitación en Mosul
En las dos últimas semanas, Mosul ha experimentado una complicada cohabitación. "En los edificios públicos han colgado la fotografía de Ezat Ibrahim al Duri", dice a EL MUNDO el vecino Saad Husein en referencia el ex vicepresidente de Irak en tiempos de Sadam y ahora escurridizo cabecilla del Ejército de los Hombres de la Cofradía (sufí) Al Naqshbandia. La milicia, fundada en 2007 tras la ejecución en la horca de Sadam, mantiene viva su legado. En un comunicado publicado esta semana, la formación llama a las fuerzas de seguridad -que desertaron dejando sin protección el norte del país- a sumarse a la revolución y denunció "las políticas desgraciadas de EEUU e Irán para sepultarla".

Pero ni siquiera Al Naqshbandia, con miles de guerrilleros, puede hacer sombra al vigor del ISIS. Según un militante baazista de Mosul citado por la web local Niqash, el grupo -hasta el año pasado filial de Al Qaeda en la zona- es "la autoridad más poderosa de la provincia de Nínive y la presencia de otras milicias es limitada". "El principal actor es el ISIS pero no el único. Tiene una maquinaría propagandista muy eficaz que amplifica su papel. También participan en la ofensiva Al Naqshbandia, organizaciones vinculadas a Al Qaeda como Ansar al Islam y consejos tribales que en realidad son pantallas de Al Naqshbandia", explica a este diario el analista Hasan Hasan, experto en grupos radicales del centro de estudios Delma de Abu Dabi.

Los adláteres de Sadam han desempeñado un papel clave en lugares como Mosul, el sur de Kirkuk -de población mayoritariamente árabe suní donde no llega el control de los peshmergas (tropas kurdas)- y la provincia de Salaheddine. "Gran parte de la provincia de Kirkuk está en manos de otros grupos rebeldes ajenos al ISIS como Al Naqshbandia", puntualiza el analista Ayman Jawad. "En 2009 la diplomacia estadounidense advirtió de que Al Naqshbandia podía ser más peligroso que Al Qaeda, pues -a diferencia de los extremistas- habían logrado establecer vínculos con las comunidades locales", agrega Hasan.

Estallido de las protestas suníes
La toma de Mosul fue el último capítulo de una escalada que se fraguó hace dos años cuando estallaron las primeras protestas pacíficas de la población suní exigiendo mejoras sociales y políticas no discriminatorias. La policía ahogó el grito y el primer ministro chií Nuri al Maliki desoyó las reclamaciones. ISIS y compañía lograron explotar el sentimiento de marginación y abonar el terreno para el levantamiento. Cuando sus batallones entraron en Mosul, la población suní festejó la gesta como una liberación. Pero la hermandad de grupos con idearios opuestos -que ayer se hicieron con el control del pueblo de Al Qaem, en la frontera con Siria- corre el riesgo de desgastarse rápidamente. En la segunda capital del país, el bloque ha registrado las primeras fricciones a propósito del nombramiento de los nuevos cargos públicos.

"Las fuerzas suníes son conscientes de que la unión es esencial para luchar contra el Gobierno de Al Maliki. Esa es la prioridad y por ahora están decididos a aparcar las diferencias. Pero en el fondo el ISIS considera como anti islámica la ideología de Al Naqshbandia y tanto los ex oficiales de Sadam como los grupos tribales rechazan el extremismo del ISIS y ya lucharon contra grupos similares en el pasado", subraya Hasan.

El pasado viernes, se abrieron las primeras fisuras en la alianza. Tropas de Al Naqshbandia y el ISIS se enzarzaron en un tiroteo que se saldó con 17 bajas en las inmediaciones de Kirkuk.

http://www.elmundo.es/internacional/2014/06/21/53a5c3cbe2704ee55e8b457b.html
 

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Ayatolá iraní se opone a intervención EEUU en Irak
El máximo líder iraní, el ayatolá Alí Jamenei se opone a la intervención de Estados Unidos en el vecino Irak, donde los extremistas islámicos y los insurgentes suníes opuestos a Teherán tomaron el control de un buen número de ciudades.

"Nos oponemos firmemente a la intervención de Estados Unidos o cualquier otro país en los asuntos domésticos de Irak", dijo Jamenei el domingo citado por la agencia estatal de noticias IRNA en lo que es su primera reacción a esta crisis.

"La cuestión principal radica entre los que quieren que Irak se una a Estados Unidos y los que quieren un Irak independiente", dijo Jamenei, que tiene la última palabra sobre las políticas gubernamentales. "Estados Unidos tiene como objetivo subir al poder a sus seguidores ciegos de poder".

Irán, que es de la secta chií, apoya al gobierno chíi de Bagdad y ya ha dicho que consideraría cualquier solicitud de ayuda militar.

AP
 

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Los yihadistas ordenan arrasar el legado cristiano del nuevo Irak
Un manifiesto del EIIL pide destruir iglesias, tumbas, imágenes y santuarios

Queremos ayuda, pero para seguir en Irak, no para emigrar al extranjero, este país es una de las cunas del cristianismo y no nos podemos ir», repite Karam Subhi con gesto de desesperación, ante la atenta mirada de su madre, Amira. Viven desde hace cuatro días con su familia en una habitación de acogida que les proporciona el centro cultural caldeo de Ainkawa, ciudad cristiana a las afueras de Erbil. «Somos muy pobres, no podemos alquilar un apartamento, así que volveremos a Mosul en cuanto sea posible», anuncia el joven ingeniero eléctrico que, como el resto de cristianos de la pequeña comunidad de Mosul, la mayor parte asirios, huyeron con lo puesto tras la entrada del Estado Islámico de Irak y Levante (EIIL) el 9 de junio.
Ainkawa ha ido creciendo al ritmo que aumentaba la presión sobre los cristianos en Irak y Siria, convirtiéndose desde 2003 en una especie de oasis al que acuden los miembros de la comunidad en busca de seguridad, un oasis al límite porque «ya casi no quedan viviendas vacías y los precios son muy altos», según Bahnam Francis, dueño de la inmobiliaria más antigua de la ciudad.
Manifiesto contra «infieles»
El colapso de las fuerzas armadas iraquíes allanó el camino para el avance insurgente que, en apenas dos semanas, se ha repartido con los kurdos el control de Nínive, Saladino, Kirkuk y Diyala, Anbar ya estaba en manos de los grupos suníes desde enero. Esta es la zona de actuación del EIIL en la que, según la agencia de noticias Aina, no ha tardado en circular un manifiesto pidiendo a sus seguidores la destrucción de estatuas «infieles», iglesias, tumbas y santuarios, un movimiento similar al practicado en Siria. La primera víctima de esta caza de brujas fue la estatua del poeta árabe Abu Tammam en el centro de Mosul.
«Nosotros sólo vimos guerrilleros en las calles con banderas negras. No nos hicieron nada. Estuvimos metidos tres días en casa, sin salir, no hay agua, ni electricidad y escasea la comida, por lo que decidimos venir a la Región Autónoma del Kurdistán (KRG)», explica Karam. Como la mayoría de cristianos, primero pasaron por las aldeas del norte de la provincia de Nínive, que cuentan con protección de las fuerzas kurdas que han establecido allí la nueva línea divisoria de la KRG.
El éxodo de la comunidad cristiana de Irak comenzó en 2003 tras la caída de Sadam Husein. Los cristianos iraquíes están divididos en catorce comunidades diferentes, con iglesias católicas, ortodoxas y protestantes, y varios responsables consultados aseguran que antes de 2003 eran aproximadamente un millón doscientas mil personas, hoy no quedan más de 300.000, según las mismas fuentes. La KRG es la salida temporal que elige la mayoría, pero Europa y Estados Unidos son los destinos soñados. Bagdad, Mosul y Basora son las plazas históricas con presencia cristiana –originalmente asirios y caldeos que siguen rezando en arameo, la lengua de Jesús- desde la época preislámica, pero la violencia está acabando con la comunidad.
De mal en peor
«Con Sadam la situación del país era mala, pero los cristianos hemos pasado de mal a peor. En tiempos de la dictadura llorábamos por la libertad, ahora lloramos recordando aquellos años», confiesa Kamal Adamat, profesor del árabe en Ainkawa y voluntario en el centro de acogida. El boom de la construcción de los últimos años ha hecho que Erbil y Ainkawa estén prácticamente unidas. La frontera entre ambas la delimitan las tiendas de alcohol que comienzan a florecer con grandes carteles anunciando cerveza y whisky de todas las marcas cuando se entra en zona cristiana.
«La convivencia es perfecta en la KRG, este es un lugar único en todo Oriente Medio. Los kurdos son musulmanes, pero los partidos islamistas apenas obtienen votos en las elecciones y no hay fanáticos», informa Sabah Yousef, responsable del centro de acogida para desplazados cristianos, que tiene claro que «ahora es imposible vivir en zonas bajo control del EIIL y no son solo ellos, los grupos locales suníes, incluido el partido Baaz, también han adoptado un discurso islámico por lo que esto es peor que en 2006». Yousef recuerda el anterior alzamiento de las provincias suníes contra el Gobierno de Nuri Al Maliki que llevó a la primera guerra sectaria contra los chiíes que duró dos años.
Herencia de 2003
Karam y Amira quieren volver cuanto antes a Mosul. Siguen con preocupación a través de los medios las noticias de la operación que pretende lanzar el Gobierno para recuperar el control de la zona en la que tomarán parte 50.000 militares y voluntarios chiíes que han respondido a la llamada a las armas del Gran Ayatolá Sistani. Ese asalto supondría la guerra total. De nuevo los cristianos están en medio de un conflicto sectario que «aunque es el más viejo del Islam, en Irak resucitó en 2003 por culpa de la política de EEUU tras la invasión, buscaron la división y el resultado ha sido la destrucción del país», afirma Sabah Yousef, seguro de que esta último éxodo de los cristianos de Mosul, «no será el último».
abc.es
 

Sebastian

Colaborador
Irak: ¿es solo extremismo lo que alimenta a ISIS?

Michael Stephens*
RUSI Qatar
Domingo, 22 de junio de 2014


No todos los miembros de ISIS son radicales yihadistas.

Conforme Irak se suma en una espiral de violencia e inestabilidad después del avance a la velocidad del rayo de las fuerzas del Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS, por sus siglas en inglés), surgen preguntas sobre qué es exactamente lo que tiene este grupo para que se haya convertido en la amenaza más seria para Irak desde que Estados Unidos y sus aliados derrocaran al presidente Sadam Hussein en 2003.

Se sabe que ISIS lo forman individuos que lograron combinar la religión, la política y los conocimientos militares para crear una potente fuerza que barrió a soldados iraquíes que decidieron huir y ejecutaron a aquellos lo suficientemente estúpidos para quedarse atrás.
Estos métodos, junto con la aplicación de la Sharia –la ley islámica- que incluye actos extraños como cortar la electricidad para evitar que la gente vea la televisión, le ha dado al grupo una reputación temible.

ISIS como instrumento
Es más, ISIS ha inspirado a extremistas de todos los tipos a unirse a su operativo en Siria e Irak a través de las redes sociales y mediante una campaña de propaganda masiva que apunta a sus objetivos yihadistas.
Pero es difícil confirmar en qué medida el movimiento cuenta de verdad con yihadistas de línea dura.

Es justo decir que el tamaño real del elemento yihadista en las operaciones de ISIS en Irak es menor de lo que muchos suponen.
Sin duda, como sucede en Siria, a menudo ocurre que muchos individuos integrados en movimientos extremistas los usan como un instrumento para sus propios intereses, adoptando la indumentaria y las maneras de un radical islamista comprometido como un camino hacia objetivos políticos más grandes.

El caso de Irak no es distinto. Amparándose en la yihad hay un bloque amorfo de diferentes actores que se han unido en una alianza bajo el cartel de ISIS.


Los Peshmerga son los miembros del ejécrito kurdo.

Muchos de sus miembros han retornado de la guerra en Siria para unirse a la batalla por ciudades y pueblos clave en Irak.

Si bien la inestabilidad en Irak tiene conexión con el conflicto sirio al otro lado, y muchos de los individuos que combatieron para ISIS en Siria ahora están presentes en Irak, la insurgencia iraquí está más centrada en resolver los problemas de la fracturada política de Irak que en los objetivos de grupos islamistas más radicales.

En una reciente entrevista con el Daily Telegraph, el miembro de la tribu Batta y líder del Ejército Islámico de Irak, Ahmad al Dabash, declaró: “Todas las tribus sunitas se han unido contra el primer ministro de Irak, Nuri al Maliki.
“Hay sectores del ejército, miembros del partido Baaz de la época de Sadam Hussein, clérigos… todos han salido contra la opresión que han estado sufriendo”, añadió.

Desapego extendido
Calificar lo que ocurre en Irak como el producto de los deseos maníacos de un grupo de fanáticos religiosos es ignorar la desigualdad social palpable que existe en Irak.

En mi viaje por el país en días recientes, me ha impresionado el nivel de privación que algunos ciudadanos iraquíes soportan.

"En la mayor parte hemos sido capaces de mantener nuestras posiciones, pero no ha sido fácil. ISIS está bien armado y bien entrenado"
Peshmerga kurdo​

El grupo de combatientes que ha barrido Irak hasta situarse a 60km de la capital, Bagdad, no es un grupo yihadista nihilista con miras a un califato islámico.

Es un levantamiento más general de grandes grupos de comunidades desapegadas en todo el norte y oeste del país y un producto de años de exclusión social, mala gobernabilidad y corrupción del gobierno iraquí.
Los militantes de ISIS han superado de forma consistente a las fuerzas militares más establecidas en Irak.
En el frente militar, la revelación ha sido el relativamente fuerte desempeño de los militantes de ISIS contra fuerzas militares más establecidas.
Funcionarios con los que he hablado dentro de las fuerzas de seguridad kurdas –los Peshmerga- señalaron que el nivel de entrenamiento de ISIS es alto y que sus propias fuerzas han tenido problemas en algunas ocasiones para mantener posiciones claves alrededor de la ciudad de Kirkuk.

“En la mayor parte hemos sido capaces de mantener nuestras posiciones, pero no ha sido fácil. ISIS está bien armado y bien entrenado”, me dijo un funcionario de seguridad kurdo el martes.


Expertos consideran que ISIS tiene más capacidad militar que el ejército iraquí.

Alianza tentativa
Estas actuaciones son consistentes con la afirmación de que militares importantes afines a Baaz coordinan operaciones militares de ISIS, algo que fue confirmado en mis conversaciones con funcionarios de seguridad en Kirkuk el miércoles.

Es una extraña alianza –la confluencia de objetivos de los baazistas seculares pro-Sadam e islamistas radicales puede parecer antiética- y finalmente puede suponer la perdición del movimiento.
Se dice que los individuos que combaten del lado de ISIS están desilusionados con las políticas excluyentes del primer ministro iraquí Nuri al Maliki.

La esperanza en la sede del gobierno de Irak es que pronto, cuando el ejército de Irak –junto a 300 expertos estadounidenses y milicias respaldadas por Irán- empiece a frenar el avance de ISIS, el ánimo de los insurgentes empezará a decaer y las grietas en su formación tan diversa comenzarán a aparecer.
Por ahora, sin embargo, la alianza se mantiene, y en el avance de ISIS hacia Bagdad, los combates se intensificarán con el lanzamiento por parte del asediado gobierno iraquí de una ofensiva para contrarrestar su arremetida.

A largo plazo, si Bagdad no entiende que la necesidad de una reforma política es tan importante como reforzar la seguridad, en ese caso los problemas de Irak pueden durar mucho tiempo.

*Michael Stephens es vicedirector de RUSI Qatar, actualmente escribe un blog desde Irak y el Kurdistán iraquí en "RUSI The Iraq Crisis: Dispatch from the North" (La crisis de Irak: informes desde el norte).



http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2014/06/140621_extremismo_real_combatientes_isis_irak_bd.shtml
 
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