La Marina de Brasil replantea su soberanía marítima en torno a una isla sumergida a 1.200 kilómetros de la costa
Javier Bonilla, 10 de julio de 2025
Imagen del aérea de interés.
La
Marina de Brasil demanda a la
ONU el
control de la denominada Elevación de Río Grande, una formación submarina rica en minerales estratégicos y ubicada más allá de la Zona Económica Exclusiva (ZEE), mucho más allá de las 200 millas náuticas (370 km) de la misma, e incluso sobre los nuevos límites, que pueden llegar a las 350 millas, donde los países han establecido soberanía sobre los recursos presentes en el agua y el sustrato marino.
Con una muestra de arcilla roja, investigadores midieron su composición mineral en el laboratorio. Descubrieron que contenía principalmente un tipo de mineral arcilloso llamado
caolinita, que predomina en los suelos tropicales por su resistencia a la meteorización química extrema.
La
reivindicación brasileña sobre la
Elevación del Río Grande se basa en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CNUDM), que permite a los países ampliar su plataforma continental más allá de las 200 millas náuticas, siempre que comprueben continuidad geológica con el territorio nacional del área en cuestión.
Estudios realizados por científicos de la Universidad de São Paulo (USP) habrían entonces demostrado que el suelo de la Elevación tiene una composición idéntica a la del interior de São Paulo, incluyendo capas de arcilla roja y basalto volcánico.
La distintiva composición mineral de la arcilla solo pudo formarse mediante la meteorización al aire libre, en condiciones de calor y humedad tropicales. Con base en estos datos, la Marina, responsable de presentar la solicitud ante la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLPC) de las Naciones Unidas, presentó documentación técnica que ya ha sido reconocida como válida por la entidad internacional.
El área reclamada, conocida como Margen Este-Sur, abarca un total de 1,5 millones de km², una extensión considerable que podría hasta redefinir los límites marítimos de Brasil.
Estudios indican que la zona posee altas concentraciones de tierras raras, un grupo de 17 elementos químicos cruciales para la transición energética, la fabricación de paneles solares, turbinas eólicas, baterías para vehículos eléctricos y tecnologías militares avanzadas.
Brasil posee la segunda mayor reserva mundial de tierras raras, enfrentando desafíos para dominar la tecnología necesaria para procesar estos recursos. Esto significa que aún exporta gran parte de los yacimientos como materias primas, sin valor añadido. La futura exploración de la elevación, de autorizarse, podría representar un punto de inflexión en este escenario.
Además de tierras raras, la formación alberga depósitos de nódulos polimetálicos, cobalto, níquel y platino, lo que la convierte en un
objetivo de interés geoeconómico no sólo para Brasil, sino también para potencias globales que disputan áreas internacionales en el fondo del océano.
La
Elevación del Río Grande es una formación geológica sumergida con una superficie aproximada de 500.000 km² , equivalente al territorio de España. Se encuentra a unos 1.200 km de la costa de Río Grande do Sul y a una profundidad de 5.000 metros. Imágenes captadas por vehículos submarinos no tripulados (ROV) han revelado un profundo cañón —la falla de Cruzeiro do Sul— que atraviesa la estructura, con cumbres de más de 4.000 metros de altura.
Además de su valor mineral, la elevación es un laboratorio natural para estudios de biología marina, geología, derecho internacional marítimo y sostenibilidad oceánica.
Tras estudios y análisis de la zona, Brasil reclama a la ONU la soberanía de la Elevación de Río Grande.
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