ANTECEDENTES DE LA FORMACION DE NUESTRO EJERCITO

LAS MILICIAS EN EL VIRREYNATO DEL RIO DE LA PLATA

Una introducción al sistema de defensa del Río de la Plata anterior a las invasiones Inglesas de 1806 y 1807

Luego de la promulgación por Carlos III en 1768 de las Ordenanzas de su Majestad para el Régimen, Disciplina y Subordinación y Servicio de sus Ejércitos, se presenta el Reglamento de las Milicias Disciplinadas promulgado el 14 de enero de 1801 y tenía como objetivo normalizar la organización militar en el Virreinato.-
Este, pese al esfuerzo de las autoridades militares tanto superiores como subalternas, siempre tuvo como factor fundamental para dificultar su total implementación, el no haber tenido en cuenta y no haberse hecho nada para neutralizarlo como fue la IDIOSINCRACIA PERSONAL , que las constituían en especial el de la campaña. Son innumerables los juicios emitidos tanto por los Virreyes como por los demás responsables de llevarlo a cabo sobre las aptitudes, no tanto físicas, que eran excelentes, sino más bien sobre las CONDICIONES Y AL ESPIRITU del personal de la campaña para el servicio de armas.-
El Virrey Cevallos en un informe fechado en 1765 que elevara a la Corte sobre el cumplimiento de la Real Instrucción del 28/11/1764 manifestaba que
… no conviene contar con mucho con ellos (los habitantes de la campaña), ya que son poco afectos a ajustarse a los reglamentos y a su poca afectación a los servicios de la guerra, y dado que es fácil para estos conseguir cabalgaduras con los cuales se internan en la profundidad de la campaña…
Las ciudades y villas permitían por su entramado social de convivencia y estabilidad laboral que las autoridades pudieran influir en la adquisición de hábitos de disciplina y a la regular adaptabilidad a las exigencias del limitado servicio en las milicias en las grandes extensiones de las campañas, en cambio donde la población hallábase diseminada en la lucha constante con la naturaleza y las privaciones llevando una existencia casi primitiva, sin ajustarse a las normas convencionales que la vida en sociedad imponía, ya que podía disfrutar de una vida libre a pleno. Todo esto sumado a la posibilidad de desaparecer en la inmensidad el territorio cuando se le quisiera obligar a prestar un servicio de armas, al cual no era afecto, hacia que el habitante de la campaña (cuando no existían lazos de familia o vivienda estable) un elemento con el que difícilmente podría contarse para la formación de cuerpos de milicias de cantidad y calidad estable.-
Si a esto no se le agregara un aliciente de ayuda o apoyo económico que le permitiera dejar a su familia en una regular condición de vida durante las prolongadas ausencias motivadas por las campañas militares, y si además el servicio fuera equitativo, sin el constante escape a esta obligación por parte de otros que tenían relaciones familiares o favoritismos y el buen trato de parte de los superiores hacia estos esforzados hombres, como así también la provisión de uniformes, equipo, armas monturas y caballos, necesarios para realizar los cometidos que se le piden.
El poco afecto que hacían notar los funcionarios sobre la conducta de la gente de la campaña, no era acompañado por la falta reconocimiento de estos factores de desgobierno que motivaban el rechazo, por parte de estos, los principales responsables de las irregularidades.-
La alarmante disminución de los efectivos de las tropas veteranas, y los insuficientes recursos del país para subsanar este gravísimo inconveniente , ya que las autoridades peninsulares , escondían con vagas promesas o con el silencio total, a los reiterados pedidos de los Virreyes en el sentido de proveer de reclutas enganchados en las banderas, o en su defecto el envío de unidades estables desde la península, obligando a estos a echar mano con casa vez mayor frecuencia de las milicias, para compensar la escasez o faltante de aquellas, para el servicio en las plazas, fuertes, fortines y guardias de frontera.-
Compañías enteras de infantería y caballería son obligadas “AL SUELDO", a un servicio permanente con relevos casi siempre atrasados, para evitar así el inconveniente de disciplinar e instruir a los ya escasos reemplazos de los que estaban en servicio.-
En 1798 se da como inicio al sistema casi permanente de recurrir en forma amplia y sistemática a las milicias para suplir la falta de veteranas, siendo el ejemplo más claro el de Buenos Aires, a la cual se le había privado de toda su tropa veterana, la cual fuera enviada a Montevideo ( a causa de la Guerra con Gran Bretaña) y el Virrey Olaguer y Feliu, dispuso por un oficio de fecha 30 de julio de 1798 ( AGN correspondencia de Olaguer y Feliu con los Ministros de la Corona 1798) remitido al Ministro Juan Manuel Álvarez que
…para el servicio de guarnición de esta Capital se pusiesen AL SUELDO cuatro compañías de a cien hombres del Regimiento de Milicias de Infantería y una de sesenta del de Caballería.-
En 1801 con motivo de las luchas que se verifican en la frontera con el Brasil, son nuevamente llamadas AL SUELDO , las que ya estaban en servicio de guarnición otras de Buenos Aires, Montevideo, Corrientes, Córdoba y San Luis, las que hicieron la campaña en calidad de auxiliares de las tropas veteranas.=
Para 1805 las unidades veteranas habían quedado reducidas a menos de la mitad de sus efectivos normales, lo que obligaba a mantener a mas de mil milicianos AL SUELDO para remediar en parte esta insuficiencia, en el acta de la Junta de Guerra reunida el 2 de abril de 1805 para tomar disposiciones de defensa contra una posible invasión inglesa existen los siguientes pormenores sobre el destino y la disponibilidad de algunas milicias
…ante estas novedades se hizo indispensable tener AL SUELDO a mas de mil hombres de las Milicias Regladas de Infantería y de Caballería sin que fuesen suficientes a cubrirlas, entrados asimismo de que la fuerza de estos Cuerpos Auxiliares en dicha provincia, según el último Reglamento, consiste en 600 hombre del Batallón de Infantería de Buenos Aires, igual número del de Caballería, 1200 del de la Frontera, 300 del Escuadrón de Santa Fe, 600 del Regimiento de Corrientes, igual número de la Colonia y Maldonado, 600 de Infantería de Montevideo , igual número del de Caballería y 300 de los del Cerro Largo y el Yi, de cuya totalidad aunque de 5400 plazas se han de rebajas 1200 de Infantería que estaban destinados a las dos guarniciones en cualquier caso, las 1200 de la Frontera, que deben defenderla en ausencia de los Blandengues, por ser de la mayor importancia, las de Santa Fe, destinadas a la suya respectiva, separada de la compañía de Blandengues que ya se halla en esta Capital, las de Corrientes por su distancia mayor proporción de acudir a la frontera de los indios guaraníes y las del Cerro Largo y el Yi que guarnecen los puestos de Yaguaron, Vila de Melo, y poblaciones fronterizas, que se están formando, solo queda mil ochocientos hombres, los cuales no pueden emplearse todos a causa de hallarse siempre un número considerable de ausentes en sus tráficos y sementeras, a que es indispensable dar mayor atención por la precisa provisión de granos, y, por consiguiente, emplearse solo por terceras partes para aquel objeto, a fin de que tengan sus relevos, aunque prevenidos los demás para un caso de alarmas
… dijeron que, respecto a haber manifestado el Excmo. Señor Virrey tener anticipadas sus providencias para auxiliar esta metrópoli con 300 hombres del Regimiento de Voluntarios de Caballería de Córdoba, 150 del de San Luis, 100 de la Compañía de Blandengues de Santa Fe, e igual número de la de Partidarios de la Frontera de Córdoba, que ya se hallaba en esta Plaza, con iguales consideraciones que para las de las Milicias de la metrópoli por no emplear toda su fuerza, además de la atención de sus respectivas fronteras, quedando prevenido otro tanto por si estrechase la urgencia…
(Archivo General de Indias, Sevilla Leg. 522 Buenos Aires)

Al recibir la noticia de que una flota británica arribaba a las costas del Brasil, hizo que el Virrey Sobremonte, incrementara la cantidad de milicias, comunicándole mediante oficio de fecha 16 de enero de 1806 al Príncipe de la Paz, de qué forma se estaban tomando las medidas de defensa de este territorio
… con tan fundadas apariencias creí deber prevenirme para todo acontecimiento y considerando de mayor atención al puerto de Montevideo y sus costas, después de dejar tomadas por lo respectivo a esta Capital, cuantas providencias me parecieron oportunas, porque también podría ser invadida y saqueada, me traslade aceleradamente a aquella plaza ( se refiere a Montevideo)
….. a los dos días de mí llegada, logre hacer campar dos mil hombres de caballería a las inmediaciones de la plaza y setecientos u ochocientos de Maldonado, con sus correspondientes trenes de batalla, y aunque la mayoría fue de gente miliciana por falta de la veterana, de que tengo instruido a V.E. tuve la satisfacción de reconocer a todos aquellos habitantes una fidelidad y un patriotismo apreciable, abandonando los del campo sus cosechas justamente al tiempo previsto de su recolección y prestándose a porfía todos los de la plaza a tomar las armas para su defensa, de manera que pudo contarse para ella con cerca de 1300 hombres , poco más o menos entre veteranos, Milicias de Infantería y el paisanaje, aunque los primeros no llegaban a 200…
En las cercanías de esta capital se reunieron 1500 hombres de milicias de caballería, divididos en dos cuerpos a derecha e izquierda, sobre la costa, y en la plaza casi el mismo número que en la de Montevideo, entre las de aquella clase y la veterana... De esta demostración resulta que la fuerza principal está compuesta por las milicias, y que estas a pesar de su número y calidad siempre diferente a la tropa de línea, a pesar de la puntualidad que en lo general han observado en esta ocasión, no es la suficiente para resistir a la invasión predeterminada
(AGN, invasiones inglesas, nombramientos nº 1492)
Como ya hemos comentado anteriormente, el equivocado análisis del Virrey Sobremonte de que el ataque principal en caso de producirse seria contra la plaza de Montevideo, por tener estas las características de un puerto de mar, lo que permitiría a las naves enemigas acercárselo suficiente como para cañonearla apoyando así el ataque de las tropas desde tierra, hizo que este enviara a la misma toda la tropa veterana de Buenos Aires, por lo que tuvo que recurría a las milicias para suplir la falta de estas y además para crear un “cuerpo de maniobra”, que estuviera en condiciones de oponerse a un desembarco de tropas enemigas en las cercanías de la capital de virreinato.-
Son llamados a las armas todos los integrantes del Batallón de Infantería de Buenos Aires, el Regimiento de Caballería de Buenos Aires, y el Regimiento de la Frontera de Buenos Aires, con las ya existentes compañías de granaderos de Pardos y Morenos (160 hombres), el 21 de junio e 1806,el Virrey ordena al Inspector General coronel Pedro de Arze, que organice cerca de la capital un “ cuerpo Móvil”, compuesto de 500 hombres con integrantes del regimiento de Caballería de Milicias de la Frontera y cien Blandengues.
El 22 de junio el virrey vuelve a escribirle al Inspector General donde le dice que
… luego de que cesen los actuales recelos de enemigos a la vista y se mande retirar a los citados…, que podrá ser dentro de pocos días, deberán permanecer sobre las armas en carácter de estables, los 500 hombres del Regimiento de Caballería de la Frontera, acampados cerca de la ciudad como cuerpo de prevención, 250 hombre del Regimiento de Caballería de Buenos Aires ( en dos compañías de 125), 400 del Batallón de Infantería y los 200 hombres montados del mismo, 100 granaderos de Pardos y 60 de Morenos, todos ellos pertenecientes a las milicias, en cuya virtud contando con 200 Blandengues , y 250 de Voluntarios de Córdoba y San Luis, y la compañía de Granaderos del Rey , de Infantería resultaran aproximadamente 1.900 hombre de un total efectivo, , los 1.400, prontos a ponerse a caballo en cualquier evento y 400 de infantería, sin esperar el tardo recurso de las citaciones que tan perjudicial se experimenta, y quedara proporción para entrenarse bien una y otra tropa, especialmente si en los indios o naturales del Batallón Urbano se halla una compañía de cincuenta o más hombres capaces de servir a pie o a caballo para emplearse en chasques, puestos de correspondencia a la Ensenada, auxilio de comisionados, etc.…
(AGN, subinspección 1806 Leg nº 15
Establecía el Reglamento de 1801, que los integrantes de las milicias debían reunirse en sus unidades todos los domingos, a fin de recibir la instrucción que darían los veteranos asignados a las asambleas de cada unidad. Este sistema de de fácil aplicación y cumplimiento en las unidades de infantería y de artillería, ya que sus integrantes Vivian en las localidades donde estaban asentadas estas, pero, los que pertenecían a fracciones o regimientos de caballería, especialmente en la campaña, solo a costa de buena voluntad y grandes sacrificios ( a veces salvando largas distancias), podían acudir cada domingo a las cabezas de partido donde se impartía la instrucción, era así que un gran porcentaje de hombres dejaran de asistir a estos ejercicios doctrinales, ya que por esos días coincidían con las épocas de siembra, cosecha, recogida de ganado o porque simplemente cualquier pretexto era válido para evitarse el trasladarse varias leguas sin ningún beneficio personal, eso hacía que el adiestramiento de las unidades de caballería no pudiera impartirse en forma normal lo que resentía su capacidad operativa y por lo tanto su rendimiento muy precario.-
A los pocos meses de haber presentado al Virrey Marques de Avilés en proyecto de Reglamento e Milicias, cuyo estudio y redacción le fuera encomendado por el Virrey Olaguer y Feliu, el subinspector general Marques de Sobremonte, le dirigió un oficio fechado en Montevideo el 2 de julio de 1800 con el nº 745, donde le proponía la modificación de los días que debían reunirse los milicianos de caballería de la campaña para recibir la instrucción militar, en las razones exponía
…habiendo comprobado que la instrucción de las Milicias de Caballería de esta banda y de los partidarios de esa frontera, establecida los domingos del año, es muy corta y defectuosa., para los objetivos que tiene esa tropa, dispuse que se verificase por seis días consecutivos en la mejor estación del otoño, y otros tantos en la primavera, cuando los milicianos no se emplean en siembras, cosechas, después de haber explorado su voluntad en el modo correspondiente con los informes que estime necesarios y halle preferente este método, dejándoles libres de tal obligación en los domingos y teniendo presente la escasez de tropa veterana para conservar siquiera un cabo permanente en cada compañía, respecto a que, por este orden , solo salían los precisos en ambas estaciones, y el resto del año hacían el servicio en la guarnición
A continuación manifiesta que para asegurar la mayor concurrencia de milicianos en esos dos periodos anuales de instrucción, era preciso darles por lo menos la alimentación por cuenta de la Real Hacienda, pues en una reunión anterior se había notado considerable falta de asistencia por carecer los citados de esos recursos para tantos días, agregaba que esta proposición era de una necesidad impostergable, que por lo menos durante las presentes situaciones, en que es mucha más necesaria mejor instrucción de unas milicias que han de acudir a la defensa de dichas plazas ( Buenos Aires, y Montevideo), y cuyas costas , pudiendo a mi entender ser considerado este gasto como de guerra en las actuales circunstancia, pues, concluía que el gasto que se ocasionaba a la Real Hacienda, ya que el suministro seria de una res cada 60 hombres, seria insignificante en consideración a los beneficios que se obtendrían en la preparación de las tropas.
El 4 de agosto el Virrey aprueba esta proposición y asegura que ha dado las instrucciones para que se proporcione la ración solicitada a los hombres que participen en los dos encuentros anuales, esta propuesta se siguió dando en el tiempo ya que es posible verificar en el decreto del Virrey del Pino del 3 de setiembre de 1803, donde dispone que las milicias de ambas ciudades se reúnan en primavera y en otoño para realizar sus ejercicios doctrinales. También hay constancia que en 1805 tanto el Regimiento de Voluntarios de Caballería de Montevideo como su similar de la Frontera de Buenos Aires tuvieron su reunión de instrucción durante varios días
(AGN. Subinspección 1805 Leg nº 14)
Otro sistema también utilizado en esos años con cierta frecuencia fue el de reunir en una sola fecha a todas las armas en un campo grande a los efectos de que se realizaran ejercicios combinados entre todas las armas (infantería, caballería, y artillería), a los efectos de mejorara su desempeño en campaña.- el primero de estos ejercicios que se tengan documentados se realizo en marzo de 1799, en los alrededores de Montevideo, y es importante conocer los motivos que en ese momento el subinspector General Maques de Sobremonte daba al Virrey, para justificar el pedido de autorización para realizar los mismos… siendo indudable la gran utilidad que ofrece en las acciones de guerra la instrucción de las tropas en las evoluciones de su instituto, marchas y campamentos, que puede asegurarse llega hasta el grado de necesidad en las que deben estar prestas a la primer orden de oponerse a los enemigos, considero aun mayor la urgencia en estos ensayos en las que se hallan destinadas a la defensa de esta costas y campaña, ella consiste en una compañía de Dragones, a quien las muchas urgencias del servicio han tenido tan dispersos, que inculpablemente carecen de la instrucción precisa, y de una m de milicias a quien acaba de enseñárseles por compañías aquellos indispensables movimientos de batalla, columna y marchas y ambos cuerpos deben proteger la Artillería a Caballo, fuerza principal y la de mayor confianza en la constitución de este país, pero ni aquellos ni estas, que debería ser casi siempre inseparables en los ataques se han reunido una sola vez para combinar operaciones de campaña, ni los milicianos que forman el mayor numero, han oído los ritos, ni aun de fusil, y, por consiguiente, es muy de recelar que, cuando a la señal de alarma concurran con el Tren( e artillería) y con los Dragones, sea todo una confusión propia de la novedad y de malísimas consecuencias.-
Proponía además que, para asegurar la máxima concurrencia, se le diese durante el periodo de instrucción, el sueldo correspondiente o la ración de tabaco, papel y yerba.-
Con fecha 9 de febrero el Virrey daba su aprobación para que se realizara dicha reunión desde el 8 al 15 de marzo.- También en 1801, con motivo de la guerra con Portugal, las tropas que debían desempeñarse en la frontera entre Brasil y Uruguay, fueron reunidas en un campamento en las cercanías de Montevideo, ese mismo año también se verifico un ejercicio combinado entre fuerzas terrestres y navales a la vista de la plaza de Montevideo, finalmente en 1805 y 1806 a causa de la guerra con Gran Bretaña, fueron frecuentes las reuniones en campamentos tanto en Buenos Aires, como en Montevideo de milicias de Caballería con unidades de Dragones, Blandengues y Artillería, para practicar la instrucción correspondiente a la actuación en campaña de destacamentos de maniobras o CAMPOS VOLANTES.-
Para terminar con lo referente a la actuación de las milicias en el lapso comprendido entre 1801 y 1806, es preciso consignar las modificaciones introducidas al Reglamento en la parte referente a la organización de las Milicias de Artillería y a las Urbanas.-
Una Real Orden del 19 de abril de 1804 determina que con las ONCE COMPAÑIAS DE ARTILLERIA DE MILICIAS, mandadas formar en el Virreinato, debían constituirse CUATRO, de esa clase, dándose destino de infantería al personal excedente. Cada una de estas compañías debía estar compuesta por cien hombres, cuatro cabos primeros, ocho cabos segundos, y ochenta y ocho artilleros segundos, y su dependencia e instrucción quedaba a cargo del Real Cuerpo de Artillería, debiendo ser distribuidas de las siguiente manera, una en Buenos Aires, otra en Montevideo, la tercera en Maldonado y la cuarte en la Colonia del Sacramento.-
Al año siguiente mediante la Real Orden del 5 de mayo de 1805, las milicias de artillería eran aumentadas a siete, cinco de ellas contarían con un efectivo de cien hombres, y las otras dos con tan solo sesenta hombres, siendo su nueva distribución una en Buenos Aires, dos en Montevideo otra en Mendoza y otra en Paraguay (Asunción??), de las de sesenta plazas una se destina a la Colonia del Sacramento y la otra a Mendoza ( fuerte San Rafael??).-
Para las urbanas, si bien el Reglamento no daba disposiciones especiales, estaba establecido implícitamente que todos aquellos individuos que no prestaban servicios en las Milicias Disciplinadas pertenecían a las urbanas, por ser general el deber de tomar las armas en defensa del Rey y la religión.-
En esta situación en Buenos Aires y otras ciudades y villas importantes del virreinato se formaron compañías, regimientos y batallones, en Buenos Aires, se formo el Batallón de Urbanos de Comercio, teniendo como jefe al Teniente Coronel Jaime Alsina y Verjes, y estaba compuesta de seis compañías de a cien hombres y sus funciones eran las guarnecer la ciudad en caso de ser invadida y velar por la quietud y seguridad interior, si bien no hay una fecha cierta de su creación, se estima que sería anterior a 1805, ya que el 1 de abril de ese año el Virrey, decide aumentar los elementos defensivos contra una posible invasión inglesa y mediante una orden establece que
… como la milicia reglada de esta y la otra banda del río es regular que sea empleada en sus constas y plazas y acaso fuera de ellas, según ocurrencia, se hace preciso que en la campaña de Montevideo, Maldonado, Colonia, Santa Teresa, Buenos Aires, y su frontera, Santa Fe, Corrientes, Misiones y Córdoba, SE FORME LA URBANA, sin fuero, sino en el caso de estar de servicio en compañías sueltas, dispondrá V.E. lo conveniente a su efecto, pareciéndome que, aspecto a que con ella se ha reemplazar los cuerpos disciplinados conforme al Reglamento dependan respectivamente de los coroneles o Comandantes de las regladas


Bibliografia
(AGN Subinspección 1805 Leg nº 14)

N.R. . el termino AL SUELDO se refiere a la disposición que cuando las milicias eran citadas para una campaña determinada, se debía pagar a los hombres el mismo sueldo diario que cobraba un soldado de unidades establecidas, mas la provisión de los alimentos y equipo que según las Normas se establecían
 
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