UN DÍA COMO HOY...
Un 27 de mayo de 1821 tenía lugar el combate del Colastiné.
El 27 de mayo de 1821 tuvo lugar un encuentro en la boca del río Colastiné entre la escuadrilla de Buenos Aires comandada por el coronel Zapiola y una escuadrilla entrerriana, la que fue derrotada completamente muriendo en la acción su jefe por obra del teniente Leonardo Rosales quien dirigía el ataque de los porteños, que llegaron al teatro de operaciones, después de forzar el paso de Punta Gorda (hoy Concordia.).
El general Zapiola, que conocía las sobresalientes dotes de valor y mando de Rosales, le hizo jefe de una división de lanchones, tripulada por 25 hombres, encomendándole la tarea de impedir el paso de los buques enemigos por la boca del arroyo Colastiné. Al entablarse la lucha con las fuerzas navales entrerrianas, compuestas por un bergantín, dos goletas y varios lanchones, los cuatro de Rosales obtuvieron un señalado triunfo. La superioridad numérica de la escuadrilla contraria no pudo impedir que el bravo marino apresara la goleta y dos lanchones. En la acción, el propio Rosales mató al montonero Manuel Monteverde de un chuzaso.
De los veinticinco hombres que componía la tripulación al mando del heroico marino, sólo quedaron ilesos siete. Este combate fué librado el 27 de mayo de 1821.
CORONEL LEONARDO ROSALES
Nació en Buenos Aires el 5 de noviembre de 1792. Estudió en el Real Colegio de San Carlos y luego ingresó como soldado en el Regimiento de Patricios. Pero desde 1812 entra en el servicio “nacional marítimo” como marinero, iniciándose en la vida naval desde el más bajo cargo.
Durante la campaña sobre Montevideo, aparece como marinero y despensero en el bergantín “Santísima Trinidad”, e interviene en el duro combate dado en el Arroyo de la China, donde fue ascendido a Cabo de Cañón. Estuvo presente en las acciones previas y en el bloqueo que terminó con los realistas del puerto de Montevideo.
Desde 1815 prestó funciones en la escuadrilla fluvial en acciones en el río Paraná, ascendiendo a Subteniente y luego a Teniente. Es figura en las luchas civiles entre Buenos Aires y los caudillos del litoral; y en el sangriento combate dado sobre el arroyo Colastiné, en 1821, contra la escuadrilla de Ramírez, obtiene el grado de Capitán.
Pasa varios años como comandante de matrículas de la Ensenada de Barragán, hasta que retorna a Buenos Aires cuando el conflicto con Brasil es latente. Comanda una cañonera, luego el bergantín “General Belgrano” y la goleta “Río de la Plata”. Sus unidades están tripuladas por criollos y más de la mitad son negros.
Está presente en la escena de Los Pozos, es heroica su actuación en Quilmes, activa en el Juncal. Brown elogia constantemente su actuación. Cuando termina esta guerra, es Teniente Coronel de Marina.
A bordo de la goleta "Sarandí" realiza varias campañas fluviales en 1829 y llega a Coronel. Pero, con Rosas en el gobierno, su carrera será cortada. Aparece en una lista de jefes perjudiciales, por opiniones y conductas, y es dado de baja; y pasa a revistar en la Plana Mayor Inactiva.
En septiembre de 1830 tomó la goleta Sarandí y huyó con su cargamento a la costa uruguaya, para incorporarse a las fuerzas de Lavalle. Será su última actividad a favor de una causa que consideraba justa.
Vivió exiliado en el poblado de Las Vacas, en Carmelo, donde falleció el 20 de mayo de 1836.
En 1874 la Armada Argentina impuso su nombre a un bergantín goleta, luego en 1889 a una torpedera de mar. Lo llevó por muchos años un destructor de la Flota de Mar en 1961, y lo luce hoy una corbeta misilística.