Hace 15 años terminaba la aventura sovietica en Afganistan

Sebastian

Colaborador
La retirada de las tropas soviéticas de Afganistán en 1988

La retirada de las tropas soviéticas de Afganistán comenzó hace 25 años, el 15 de mayo de 1988, de acuerdo con los acuerdos de Ginebra, firmados dos meses antes. La Unión Soviética se comprometió a sacar su contingente en nueve meses.
En la foto: las tropas soviéticas abandonan Afganistán a través del Puente de la Amistad, el único en la frontera con la república soviética de Uzbekistán.​
Un total de 50.183 militares soviéticos abandonaron Afganistán en los primeros tres meses de la retirada. Otros 50.100 regresaron a la URSS entre el 15 de agosto de 1988 y el 15 de febrero de 1989.​
Camino a casa, los militares soviéticos pasan por la ciudad uzbeka de Termez.​
Termez se encuentra en el sur de Uzbekistán, cerca de la frontera afgana.​
Según datos precisados, la Guerra de Afganistán se saldó con 14.427 militares soviéticos muertos y desaparecidos, 576 muertos entre los agentes del KGB y 28 muertos entre los efectivos del Ministerio del Interior. El número de heridos y mutilados asciende a 53.000.​
Ceremonia de bienvenida a los militares soviéticos en las afueras de la ciudad de Termez, en la república soviética de Uzbekistán.​
Desfile de militares soviéticos antes de abandonar Afganistán.​
La retirada de las tropas soviéticas de Afganistán.​
 

Sebastian

Colaborador
La retirada de las tropas soviéticas de Afganistán en 1988
parte 2
Actualmente, muchos afganos afirman que la operación militar soviética en Afganistán causó centenares de miles de muertos y desaparecidos entre civiles. Mucho menos se habla de las vidas que se cobró la Guerra Civil de años 1990 estallada ya después de la retirada de las tropas soviéticas.​
El Ministerio de Asuntos Sociales de Afganistán sitúa actualmente en más de 800.000 el número de discapacitados en el país, la mayoría de ellos, mutilados en aquella guerra.​
Oficialmente la guerra de Afganistán comenzó el 25 de diciembre de 1979 y terminó el 15 de febrero de 1989, es decir, se prolongó por 2.238 días. En la foto: la retirada de las tropas soviéticas de Afganistán.​
Ceremonia de bienvenida a militares soviéticos retirados de Afganistán​
Un regimiento blindado se prepara para abandonar Afganistán.​
Las tropas soviéticas abandonan Kandahar, 10-11 de agosto de 1988.​
Desde 2012, el 15 de febrero, día cuando terminó la retirada de las tropas soviéticas en 1989, es un día festivo en Afganistán para celebrar la derrota de la URSS.​
 

Sebastian

Colaborador
Los enemigos de la guerra en Afganistán hacen las paces 25 años después

El jefe de batallón, Valeri Voschevoz, cuando prestaba servicio militar en Afganistán​


Dmitri Vinográdov, RIA Novosti
Los veteranos de guerra recuerdan en reiteradas ocasiones acontecimientos que tuvieron lugar en la zona de operaciones. ¿Pueden los enemigos de ayer tomar té juntos y recordar cómo disparaban unos contra otros?

En la antesala del 25º aniversario de la retirada de las tropas soviéticas de Afganistán, que empezó en mayo de 1989, el enviado especial de RIA Novosti, Dmitri Vinográdov, fue a este país junto con el veterano de la guerra en Afganistán (1979-1989), Valeri Voshevoz, oficial retirado, para encontrar a los que combatían con él, así como a sus enemigos de aquella época.

La retirada de las tropas soviéticas de Afganistán en 1988
“En cierta ocasión me dijo: 'Eres un buen hombre, qué pena que no nos hayamos conocido hace 30 años'. Y le contesté: 'Al revés, qué bien que no nos hayamos encontrado, porque de lo contrario uno de nosotros ya no estaría aquí”, cuenta Valeri Voshevoz sobre sus encuentros con su antiguo enemigo, uno de los exlíderes de los muyahidines, Sufi Payanda, contra cuyo grupo estuvo combatiendo dos largos años en los ochenta.

Valeri Voshevoz es un hombre grande proveniente del Lejano Oriente ruso. Llegó de voluntario a Afganistán en 1986, cuando tenía 30 años, con el grado de capitán. “Tuve que ascender al mayor, por eso quise ir a Afganistán”, recuerda Voshevoz. “Soy un oficial de carrera y me di cuenta de que tenía que participar en una guerra de verdad”, agrega.

En Afganistán fue nombrado comandante de una compañía de infantería mecanizada y posteriormente, comandante de un batallón. Su unidad cumplía la misión de vigilar la carretera que unía la ciudad soviética de Termez con Kabul, por la que pasaban los convoyes que transportaban el armamento, soldados, cargas militares y materiales de construcción.

© RIA Novosti. Walerii Melnickow​
Uno de los exlíderes de los muyahidines, Sufi Payanda, cuyo grupo estuvo combatiendo contra las tropas soviéticas durante la guerra en Afganistán, y el comandante de batallón Valeri Voschevoz.​


La URSS destinaba tantos recursos a Afganistán que la comisión creada a finales de los ochenta para la evaluación de los gastos de la Unión Soviética no sacó a la luz pública sus cálculos, pues las cifras eran enormes. Valeri vigilaba un tramo de esta carretera, de 60 kilómetros de longitud.

En el túnel de Salang
Ahora vamos por esta carretera hacia el norte de Kabul. Valera señala las colinas pacíficas. “Por debajo estaban nuestros puestos y por arriba, nuestros ‘secretos’. Aquí estaban los cuarteles y allí, una unidad de mortero”, explica.

Para Valeri es un viaje por los lugares donde pasaba cuando era joven. Su juventud fue agitada y las tragedias y accidentes que tuvieron lugar en aquella época dejaron las huellas. “Nos perseguían en las montañas y nosotros disparábamos contra ellos”, cuenta Voshevoz.

A 120 kilómetros hacia el norte se ubica el famoso túnel de Salang, el punto más alto de la carretera, que mide 3,8 kilómetros sobre el nivel del mar. La URSS acondicionó esta vía, así como varios túneles, incluido el más largo, de tres kilómetros de longitud.

© Photo Foto del archivo personal de Valeri Voshevoz​
El jefe de batallón, Valeri Voschevoz, cuando prestaba servicio militar en Afganistán​

A día de hoy, el estado de la carretera deja mucho que desear. En el revestimiento de hormigón hay muchos agujeros. Después de que Rusia cortase los lazos con Afganistán tras la retirada de las tropas soviéticas de este país hace 25 años, la carretera no se ha reparado. El sistema de ventilación e iluminación en el túnel no funcionan, la circulación no se regula. Grandes camiones entran el en túnel de ambos lados.

Estamos apretados en un embotellamiento en el túnel oscuro con olor a gasolina. En 1980, 16 soldados soviéticos murieron asfixiados en este túnel, cuando una unidad de carros blindados se paró allí. Una mayor tragedia sucedió en el mismo lugar el 3 de noviembre de 1982, cuando 176 personas, tanto militares soviéticos como ciudadanos de Afganistán, murieron por la explosión de un camión cisterna.

Valeri Voshevoz salió de nuestro coche y fue a regular la circulación. Esto se parece a la situación de hace 30 años, cuando el comandante del batallón regulaba la circulación también cerca del acceso al túnel.

© RIA Novosti. Andrey Greshnov​
Túnel Salang​

Los afganos obedecen a este hombre. Valeri no habla inglés ni otros idiomas extranjeros, tan sólo usa el ruso para comunicarse, pero todos le entienden perfectamente.

A la salida del túnel, donde en su tiempo estuvieron acuarteladas las unidades soviéticas, incluido el batallón de Voshevoz, a día de hoy los afganos venden el agua a los conductores.

Valeri entra en una de las tiendas y pide ver los banderines de las Tropas Aerotransportadas de Rusia que regaló hace varios años al dueño del negocio. Cada vez que pase por aquí inspecciona que estén intactos. El tendero le muestra con sonrisa los banderines cubiertos de polvo.

Pero Voshevoz tiene también tareas más serias que cumplir. Aquí se encuentra el único monumento al soldado soviético que quedó en Afganistán. Un camión que iba a gran velocidad casi chocó con otro camión que transportaba a civiles. El chófer pagó con su vida por prevenir el choque y los afganos agradecidos le erigieron un monumento modesto.

El comandante del batallón va a comprobar que está intacto, pero el monumento está cubierto de nieve. Valeri pide a los comerciantes que lo limpien, prometiendo pagarles 100 dólares cuando esté de vuelta.

© RIA Novosti. Walerii Melnickow​
El veterano de la guerra afgana, Valeri Voschevoz, en Afganistán​

En del túnel de Salang, Valeri supo donde están varios afganos que combatían junto a él contra los muyahidines: Osman Hodzi y Gul Rahman Nuri. Estaban vivos, al lograr sobrevivir a la guerra en Afganistán con la participación de la URSS y las demás conmociones.

Osman Hodzi y Gul Rahman Nuri trabajaban en el Servicio Estatal de Seguridad de Afganistán y fueron incluidos en el batallón de Valera.
Según la versión oficial, las tropas soviéticas intervinieron en Afganistán para ayudar al Gobierno local. Pero, de hecho, el nivel de apoyo de este Gobierno era tan bajo que se combatía por éste, en su mayoría, de manera forzosa. El Ejército y los servicios secretos afganos, con armas soviéticas en su poder, se pasaban con frecuencia al lado de los opositores muyahidines.

Así las cosas, los soldados soviéticos no sentían mucha confianza hacia tales ‘socios’. Muchos tenían lazos con los muyahidines, que podían chantajear a los aliados de los llamados ‘shuravi’, que es como llamaban a los soviéticos, y obligarles a matarles.

© RIA Novosti. Walerii Melnickow​
Osman Hodzi y Valeri Voschevoz​

“Cuando Osman apareció en mi batallón, siempre iba detrás de él en las misiones de reconocimiento para que no pudiera dispararme en la espalda. Le decía que si nos llevaba a una emboscada, encontraría una bala para él, recuerda Voschevoz.

Pero Osman Hodzi y Gul Rahman Nuri gozaban de fama de partidarios fiables de los ‘shuravi’. Posteriormente, Valeri supo los motivos: los muyahidines mataron a sus padres y fueron enemigos jurados para estos afganos.

“Mi padre fue asesinado ante mis ojos por los muyahidines porque mi hermano estaba en el servicio del Gobierno en Kabul. Los rebeldes exigieron a mi padre que le obligue a mi hermano a regresar, pero me padre se negó a hacerlo y le fusilaron”, contó Osman su historia a RIA Novosti. La guerra civil que duró 25 años dividió a la sociedad afgana y esto continúa hasta hoy en día.

Las unidades de los servicios de seguridad afganos se componían, en su mayoría, de soldados que consideraban a los muyahidines como sus enemigos. Estas personas fueron las más eficaces en el Ejército afgano y desertaban en raros casos.

A finales de la estancia de Valeri en Afganistán, éste les invitó a acuartelarse junto con los soldados soviéticos, temiendo que les podrían matar por venganza. Esto les salvó la vida y hasta hoy están agradecidos a Valeri.

© Photo Foto del archivo personal de Valeri Voshevoz​
Gul Rahman Nuri (a la derecha) hace treinta años​

Tras la comisión de servicio de dos años, la carrera de Valeri se desarrolló con éxito. Voschevoz continuó trabajando, se graduó en una academia militar de Moscú y en 1996 ocupó un alto cargo, al ser nombrado representante plenipotenciario del presidente de Rusia en la provincia de Amur (Lejano Oriente de Rusia), y tras el establecimiento de las entidades federadas, se hizo inspector federal. A día de hoy, encabeza la división de la provincia de Amur del Consejo de los veteranos de la guerra en Afganistán.

Pronto llegamos al poblado de Hindjan, donde viven a día de hoy Osman Hodzi y Gul Rahman Nuri. Están contentos con la cita con su comandante del batallón. Ahora son hombres respetables de barba canosa. Valeri ni siquiera pudo reconocerles en un primer momento, porque anteriormente llevaban la uniforme y ahora lucían la ropa tradicional afgana.

Osman Hodzi tiene 57 años y es padre de cuatro hijos. Con barba canosa y turbante en la cabeza tiene la apariencia de un anciano típico proveniente de Asia Central. Gul Rahman Nuri tiene 50 años y siete hijos. Su hijo mayor tiene 21 años; el menor, sólo 7.

Tras la retirada de las tropas soviéticas, Osman Hodzi y Gul Rahman Nuri temían, ante todo, la venganza por parte de los antiguos muyahidines, incluidos los guerrilleros bajo el mando de Sufi Payanda, el principal exadversario de Valera.

© RIA Novosti. Walerii Melnickow​
Osman Hodzi y Valeri Voschevoz​

Pasado un tiempo, los muyahidines se preocuparon de otros asuntos, olvidando la venganza. Estalló una guerra civil y se hizo de poca importancia quién combatía con los ‘shuravi’ y quién estaba en contra de estos. Ahora toda la población local luchaba contra los talibán provenientes del sur.
Osman Hodzi y Gul Rahman Nuri volvieron a tomar las armas, pero a día de hoy están en el mismo lado de las barricadas con Sufi Payanda.

Al almorzar con la comida tradicional, vamos a la ciudad norteña de Puli Humri, donde vive Sufi Payanda. Inesperadamente, el conductor nos muestra un poblado nada extraordinario al otro lado de un río pequeño. “Allí viven los talibán”, explicó.

A día de hoy, los talibán gozan de apoyo de la población local, sobre todo de civiles de la etnia pastún. Sus lemas simples tienen su auditorio fuera de las ciudades también. Los talibán prohíben a las mujeres estudiar y a todos los ciudadanos de Afganistán ver la televisión. Pero no se prohíbe el uso de energía eléctrica en los poblados.
Los talibán controlan un 50% o 70% del territorio de Afganistán: la mayoría de los barrios fuera de las ciudades. Es peligroso parar en este terreno por la noche y en el sur y occidente de Afganistán es peligroso hacerlo incluso de día.

Antes de la cita es necesario comprar regalos. Valeri compra frutas para el exmuyahidiín.
Llegamos a su casa. Nos da la bienvenida un anciano de 80 años que en su tiempo infundía terror a todos. Ahora encabeza de una gran familia. Tiene 9 hijos y más de 20 nietos.

El exguerrillero vive en de manera modesta en una casa de arcilla de dos pisos. Muchos exmuyahidines se quejan de que mientras que luchaban contra los enemigos, sus vecinos se ocupaban de negocios. Ahora sus vecinos astutos viven de lujo, pero los antiguos guerrilleros viven muy malamente, porque Afganistán no ofrece pensiones.
Antes de conceder la entrevista, Payanda pronuncia una oración.

¿Cuál es su profesión?”, pregunta al exlíder de los muyahidines el responsable de Rusia Unida. “Antes de la yihad, vendía carne”, señala Payanda.

Gracias al destino y su talento organizador, Payanda fue el guerrillero más influyente bajo cuyo mando estuvieron hasta 1.500 combatientes, la mayoría de los cuales fueron ciudadanos afganos comunes y corrientes que simplemente tenían armas y luchaban contra los rusos.

Formalmente Payanda se subordinaba a uno de los líderes de muyahidines, Mansur. Tras la retirada de las tropas soviéticas de Afganistán, otro general influyente, Ahmad Shah Massoud, incluso encerró a Payanda en la cárcel durante dos años..

“¿Cuántos soldados soviéticos murieron durante la guerra?”, le pregunta el corresponsal de RIA Novosti. “Unas 200 personas se hicieron terroristas suicidas”, responde Payanda, pero no puede comunicar el número exacto de ‘shuravi’ asesinados.
“Está claro que no queríamos a los rusos, porque ésos llegaban con sus reglas de juego, Además, no creían en Dios”, confiesa el antiguo guerrillero. “Pero los ‘shuravi’ fueron valientes y audaces. Les respetábamos”, agrega.

Voluntad de Alá
© RIA Novosti. A. Solomonov​
La retirada de las tropas soviéticas de Afganistán en 1988​

Payanda nunca ha visto a Valeri en el teatro de operaciones, pero sabía quién era el comandante de los rusos. Voschevoz también oía el nombre de su adversario.
“Si en aquella época me hubieran dicho que estaríamos aquí tomando té juntos, nunca lo creería”, sonríe Payanda. “Todo ocurre por voluntad de Alá. No hay amigos o enemigos eternos en la política”, agrega.

“Teníamos menos razón que ellos, porque intervenimos en los asuntos internos de otro país”; dice Valeri. Voschevoz, mira con un gran interés y simpatía al enemigo de ayer, como si éste fuese su pariente lejano.

Payanda tampoco desea ningún mal a Valeri. “Cumplía órdenes de matar y mataba”, dice el veterano. El muyahidín considera un adversario honesto al comandante Valeri, que nunca ofendía a las mujeres ni mataba a los niños ni ancianos, a diferencia de muchos otros soldados soviéticos.

© Photo Viktor Ryzhov​
Una placa en el lugar de los combates en el valle de Pandjer​

La entrevista llega su fin. La mezquita del poblado llama a la oración. Payanda observa todos los rituales y esto goza del respeto de sus conciudadanos, que le eligieron en su tiempo como líder de su grupo subversivo.

Tras la entrevista los parientes jóvenes de Payanda se nos aproximan. El líder del grupo pide a Valeri que les traiga un balón de fútbol cuando venga.
En el camino de vuelta, antes de entrar en el túnel de Salang, Voschevoz va a comprobar si está liberado de nieve el monumento al soldado soviético.
Ahora se puede ver desde la carretera un paso hacia el monumento hecho en el montón de nieve. Valeri da a los comerciantes 100 dólares, mira al monumento con el nombre del soldado muerto, suspira, se sienta en el coche y nos vamos.
http://sp.rian.ru/opinion_analysis/20130522/157134046.html
 
estimados foristas

hay muchas perspectivas para analizar una guerra, la guerra privada de charlie wilson es una visión cruel, cruda y tragicomica de como algunos conllevan al extremo sus ideales politicos... del otro lado del mundo...

despues el amigo osama, ;) aprendio ;) y quiso salirse del libreto...

llegaron los oerlikon y se terminaron los rusos...

me imagino alguno de estos personajes presionando al papa, la junta y los laderos de bignone en 1982 y me da mucho ... mucho...:mad::mad::mad::mad::mad:


cordiales saludos

bagre


Sobre el final en los creditos de Rambo 3, dice "al valeroso pueblo de Afganistan". Hoy parece un chiste.


Uff…, mira al muerto que vendo a revivir.

Muchachos nadie niega la ayuda y como se aprovechó USA de la situación. Pero no confundamos muyahidines con Talibanes. Ben Laden no pinchaba ni cortaba que aquellos días. La figura de la resistencia afgana era Shah Massoud, el cual recibía toda la ayuda de los USA boys. Cuando en el 96 se produjo el ascenso de los Talibanes al poder, este se puso en contra de los talibanes y forma la Alianza del Norte; nuevamente con el apoyo y financiamiento de USA, inicia la lucha armada esta ves contra los talibanes.
 

Grulla

Colaborador
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El documental sobre la "Tormenta 333"

http://charly015.blogspot.com.ar/2017/01/el-documental-sobre-la-tormenta-333.html

A muchos no os sonará pero durante la Operación Baikal 79 -en la fase previa a la ocupación de Afganistán por los soviéticos a finales de los años 70- se llevó a cabo la operación Shtorm 333 (Tormenta 333) que consistió en el asalto al palacio presidencial afgano para eliminar al dirigente del país en un golpe de mano estratégico junto con otros asaltos a unidades fundamentales de las Fuerzas Armadas Afganas que se llevaron a cabo en las primeras horas para descabezarlas. Esta acción auténticamente de película fue llevada a cabo por unidades spetsnaz soviéticas que se granjearon una gran fama desde entonces y cuyos protagonistas han pasado a ser leyendas en Rusia.

El palacio visto antes del asalto:



ru.wikipedia.org


El caso es que el canal de TV Zvezda ha preparado un documental fenomenal en el que los supervivientes de esa operación se desplazan a los lugares donde se desarrolló y comentan los detalles de primera mano.

El palacio visto después del asalto:



ru.wikipedia.org

«Военная приемка». 1979. Афганский «Шторм»

Como siempre ocurre con estas cosas, si esto lo hacen otros las películas, las series, los documentales, los libros hubiesen llenado las parrillas de los cines, las TV o las estanterías en las librerías. Como lo hicieron los soviéticos pues alguno quizá lo conozca pero la inmensa mayoría oirá por primera vez este nombre, "Tormenta 333" (Shtorm 333), aunque es posible que a partir de ahora quienes no lo conocían no lo olviden.

Para completar la información echad un vistazo al escenario de la operación, el palacio presidencial afgano en Kabul.

Palacio Presidencial Afgano en Kabul visto en Maps Google
 

Grulla

Colaborador
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Operación Tormenta 333: El golpe secreto de la URSS



Rápida y fulminante como la tempestad,la URSS, en una de las operaciones especiales más exitosas de la historia, puso fin al reinado de terror del dictador Amín que oprimía al pueblo de Afganistán. Gracias a ello se salvaron miles de vidas inocentes.

El 27 de diciembre de 1979 se inició la misión que iniciaría la liberación de Afganistán: 1. El terror de Amín Jafizulá Amín era mano de derecha del presidente de Afganistán Mohammed Taraki, ambicioso de poder, ordenó su asesinato en 1978 disfrazandolo de muerte natural para no despertar la ira de la URSS. Todas las medidas implantadas por Taraki como la emancipación de la mujer y la propiedad comunal de la tierra fueron abolidas. Poco a poco empezaron a producirse revueltas entre la población, harta del mal gobierno de Amín, y combates contra los leales al antiguo presidente que sospechaban que este había sido asesinado.

La respuesta del dictador fue brutal, miles de personas fueron asesinadas y perseguidas por cuestionar su mandato. El caos se estaba apoderando del país.

La Unión Soviética temía que el conflicto pudiera extenderse a sus fronteras y tomó medidas enviando tropas de élite Spetsnaz y del KGB a la zona para estabilizar la situación. Lo que descubrieron era peor de lo que imaginaban…. No sólo Amín había matado al legítimo presidente del país sino que tenía contactos con la CIA para establecer una base aérea en Kandahar (la segunda ciudad más grande de Afganistán) y enviar grandes contingentes de tropas lo que era una amenaza terrible para la seguridad de la URSS. El Politburó (el consejo de gobierno de la URSS) junto con su Secretario General Leonid Ilich Brézhnev tomaron la decisión de deponer a Amín y poner fin a su reinado de terror. La misión sería llevada a cabo por las fuerzas especiales Alfa, Cénit y una división de élite de los Spetsnaz conocido como “Batallón Musulmán” ya que todos sus miembros eran de Asia Central y de religión islámica. Había que actuar como el relámpago, rápido, preciso y mortal. Por eso se decidió que el nombre de la misión que llevaría la libertad a Afganistán y acabaría con el dictador sería… Operación Tormenta 333. 2. Muro de Hierro Amín podría ser un dictador sanguinario pero estúpido no era. Residía junto con su familia en el palacio de Taj-Beg, una formidable fortaleza enclavada en lo alto de una montaña a 16 Km de Kabul. Sólo se podía acceder a través de una senda empinada y serpenteante, tan estrecha, que sólo podían caber dos coches. Dos tanques T-54 estaban enclavados en lo alto del palacio y dominaban las alturas con sus cañones y ametralladoras junto con 3 divisiones de infantería. El único acceso al palacio estaba protegido por 7 puestos de ametralladoras, lanzagranadas y armas ligeras custodiados por cientos de soldados. Por dentro del palacio, la guardia personal de Amín, compuesta por 300 hombres procedentes de su tribu y leales hasta la médula, vigilaban en todo momento a su jefe. En total contando el interior y el exterior del palacio había 2500 soldados. Aunque la defensa era formidable, ningún castillo ni fortaleza podía escapar del rayo de la URSS. 3. Comienza la tempestad A las 14:00 Amín celebra un almuerzo con su familia, los miembros de su gabinete y sus consejeros soviéticos, varios de ellos miembros del KGB, que secretamente echan un veneno aturdidor en la bebida para incapacitar al dictador y a sus secuaces antes del ataque. El plan tiene parcialmente éxito y Amín y varios comandantes quedan incapacitados pero debido a un fallo de planificación, el médico soviético de Amín que no estaba al tanto del ataque, lo reanima y consigue que recupere el conocimiento.

Ante tal circunstancia se decide apresurar el operativo y a las 19:15, una fuerte explosión sacude Kabul, todas las comunicaciones han sido cortadas inutilizando la radio y el télefono.

A las 19:30, los miembros del batallón musulmán que se habían ganado la confianza de Amín, vuelven sus armas contra las divisiones afganas en un ataque de una gran osadía, usando cañones antiaéreos Shilka contra el enemigo causando casi 200 bajas en breves instantes. Inmediatamente los grupos de asalto Spetsnaz Alfa y Cénit irrumpen en el palacio con 4 BMP y se lanzan sobre la guardia personal de Amín. Se produce un auténtico mar de fuego, planta por planta armados con rifles de asalto y granadas van limpiando, piso a piso, de enemigos buscando al dictador. En el perímetro exterior las bajas afganas son tan cuantiosas que la mayor parte de las divisiones deciden rendirse ante los soviéticos. En menos de 43 minutos a las 19:48 se da por concluida la operación. En total 1700 afganos se rindieron, 300 murieron y el resto huyó a las montañas. Las pérdidas soviéticas fueron mínimas, 5 miembros del grupo de asalto Alfa, 2 de ellos por “fuego amigo” y 6 miembros del batallón musulmán que perecieron en el exterior. Por tanto la operación fue un éxito rotundo. ¿Pero qué pasó con Amín? 4. La caída del dictador Ensangrentado y aturdido por los efectos del veneno Amín no podía dar crédito a lo que pasaba. Nunca pensó que su engaño fuera descubierto. Pero ya era demasiado tarde para poder huir. En sus últimos momentos vistiendo una camisa Adidas y empuñando un arma fue localizado a las 19:45 y abatido por los miembros del Grupo Alfa. Afganistán por fin era libre. 5. Gloria de la URSS La Operación Tormenta 333 es considerada como uno de los hitos más grandes en la historia de las misiones especiales. Siendo superados en una proporción de 4 a 1 y en un terreno desfavorable consiguieron vencer teniendo un porcentaje de bajas mínimo y en un tiempo récord. Más de 300 miembros del KGB junto con el batallón especial musulmán fueron condecorados. Los comandantes de la operación Vasily Kolesnik, E.G.Kozlov y V.F.Karpuhin, G.I.Boyarinov, este último a título póstumo, recibieron la orden de héroe de la URSS por el éxito de la misión. A día de hoy en las más prestigiosas academias militares norteamericanas como West Point se estudia esta operación como ejemplo de asalto a una posición fortificada.

Más: https://mundo.sputniknews.com/blogs/201612171065636216-moscu-afganistan-amin-dictador/
 
Operación Tormenta 333: El golpe secreto de la URSS



Rápida y fulminante como la tempestad,la URSS, en una de las operaciones especiales más exitosas de la historia, puso fin al reinado de terror del dictador Amín que oprimía al pueblo de Afganistán. Gracias a ello se salvaron miles de vidas inocentes.

El 27 de diciembre de 1979 se inició la misión que iniciaría la liberación de Afganistán: 1. El terror de Amín Jafizulá Amín era mano de derecha del presidente de Afganistán Mohammed Taraki, ambicioso de poder, ordenó su asesinato en 1978 disfrazandolo de muerte natural para no despertar la ira de la URSS. Todas las medidas implantadas por Taraki como la emancipación de la mujer y la propiedad comunal de la tierra fueron abolidas. Poco a poco empezaron a producirse revueltas entre la población, harta del mal gobierno de Amín, y combates contra los leales al antiguo presidente que sospechaban que este había sido asesinado.

La respuesta del dictador fue brutal, miles de personas fueron asesinadas y perseguidas por cuestionar su mandato. El caos se estaba apoderando del país.

La Unión Soviética temía que el conflicto pudiera extenderse a sus fronteras y tomó medidas enviando tropas de élite Spetsnaz y del KGB a la zona para estabilizar la situación. Lo que descubrieron era peor de lo que imaginaban…. No sólo Amín había matado al legítimo presidente del país sino que tenía contactos con la CIA para establecer una base aérea en Kandahar (la segunda ciudad más grande de Afganistán) y enviar grandes contingentes de tropas lo que era una amenaza terrible para la seguridad de la URSS. El Politburó (el consejo de gobierno de la URSS) junto con su Secretario General Leonid Ilich Brézhnev tomaron la decisión de deponer a Amín y poner fin a su reinado de terror. La misión sería llevada a cabo por las fuerzas especiales Alfa, Cénit y una división de élite de los Spetsnaz conocido como “Batallón Musulmán” ya que todos sus miembros eran de Asia Central y de religión islámica. Había que actuar como el relámpago, rápido, preciso y mortal. Por eso se decidió que el nombre de la misión que llevaría la libertad a Afganistán y acabaría con el dictador sería… Operación Tormenta 333. 2. Muro de Hierro Amín podría ser un dictador sanguinario pero estúpido no era. Residía junto con su familia en el palacio de Taj-Beg, una formidable fortaleza enclavada en lo alto de una montaña a 16 Km de Kabul. Sólo se podía acceder a través de una senda empinada y serpenteante, tan estrecha, que sólo podían caber dos coches. Dos tanques T-54 estaban enclavados en lo alto del palacio y dominaban las alturas con sus cañones y ametralladoras junto con 3 divisiones de infantería. El único acceso al palacio estaba protegido por 7 puestos de ametralladoras, lanzagranadas y armas ligeras custodiados por cientos de soldados. Por dentro del palacio, la guardia personal de Amín, compuesta por 300 hombres procedentes de su tribu y leales hasta la médula, vigilaban en todo momento a su jefe. En total contando el interior y el exterior del palacio había 2500 soldados. Aunque la defensa era formidable, ningún castillo ni fortaleza podía escapar del rayo de la URSS. 3. Comienza la tempestad A las 14:00 Amín celebra un almuerzo con su familia, los miembros de su gabinete y sus consejeros soviéticos, varios de ellos miembros del KGB, que secretamente echan un veneno aturdidor en la bebida para incapacitar al dictador y a sus secuaces antes del ataque. El plan tiene parcialmente éxito y Amín y varios comandantes quedan incapacitados pero debido a un fallo de planificación, el médico soviético de Amín que no estaba al tanto del ataque, lo reanima y consigue que recupere el conocimiento.

Ante tal circunstancia se decide apresurar el operativo y a las 19:15, una fuerte explosión sacude Kabul, todas las comunicaciones han sido cortadas inutilizando la radio y el télefono.

A las 19:30, los miembros del batallón musulmán que se habían ganado la confianza de Amín, vuelven sus armas contra las divisiones afganas en un ataque de una gran osadía, usando cañones antiaéreos Shilka contra el enemigo causando casi 200 bajas en breves instantes. Inmediatamente los grupos de asalto Spetsnaz Alfa y Cénit irrumpen en el palacio con 4 BMP y se lanzan sobre la guardia personal de Amín. Se produce un auténtico mar de fuego, planta por planta armados con rifles de asalto y granadas van limpiando, piso a piso, de enemigos buscando al dictador. En el perímetro exterior las bajas afganas son tan cuantiosas que la mayor parte de las divisiones deciden rendirse ante los soviéticos. En menos de 43 minutos a las 19:48 se da por concluida la operación. En total 1700 afganos se rindieron, 300 murieron y el resto huyó a las montañas. Las pérdidas soviéticas fueron mínimas, 5 miembros del grupo de asalto Alfa, 2 de ellos por “fuego amigo” y 6 miembros del batallón musulmán que perecieron en el exterior. Por tanto la operación fue un éxito rotundo. ¿Pero qué pasó con Amín? 4. La caída del dictador Ensangrentado y aturdido por los efectos del veneno Amín no podía dar crédito a lo que pasaba. Nunca pensó que su engaño fuera descubierto. Pero ya era demasiado tarde para poder huir. En sus últimos momentos vistiendo una camisa Adidas y empuñando un arma fue localizado a las 19:45 y abatido por los miembros del Grupo Alfa. Afganistán por fin era libre. 5. Gloria de la URSS La Operación Tormenta 333 es considerada como uno de los hitos más grandes en la historia de las misiones especiales. Siendo superados en una proporción de 4 a 1 y en un terreno desfavorable consiguieron vencer teniendo un porcentaje de bajas mínimo y en un tiempo récord. Más de 300 miembros del KGB junto con el batallón especial musulmán fueron condecorados. Los comandantes de la operación Vasily Kolesnik, E.G.Kozlov y V.F.Karpuhin, G.I.Boyarinov, este último a título póstumo, recibieron la orden de héroe de la URSS por el éxito de la misión. A día de hoy en las más prestigiosas academias militares norteamericanas como West Point se estudia esta operación como ejemplo de asalto a una posición fortificada.

Más: https://mundo.sputniknews.com/blogs/201612171065636216-moscu-afganistan-amin-dictador/

¿Tres divisiones de infantería y solo 2500 hombres? No me cierran los números...Igual vale destacar que unidades del ejercito afgano, opusieron una resistencia feroz a la invasión soviética en su asalto inicial...
 
De ese evento hicieron la pelicula rusa de mismo nombre , bastante buena. Pero al final muestran como que todos los defensores fueron barridos cuando en realidad sobrevivieron varios (pocos pero no 1 como muestra el film).
 

Grulla

Colaborador
Colaborador
De ese evento hicieron la pelicula rusa de mismo nombre , bastante buena. Pero al final muestran como que todos los defensores fueron barridos cuando en realidad sobrevivieron varios (pocos pero no 1 como muestra el film).

La nota que subi un post mas arriba habla de los "errores" y/o "falsedades" de esa película ya que solo fallecieron 6 soldados rusos, no los abandonaron y recibieron refuerzos
 
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