Los turcos se vengan de China por su trato a la minoría uigur
Turquía está molesta con el trato que dispensa el Gobierno chino a la población uigur, una minoría musulmana emparentada étnica y lingüísticamente con los turcos. Los ultranacionalistas turcos han decidido tomarse la justicia por su mano y están atacando a todo lo representativo de China en Turquía. Lo están haciendo de una forma tan patosa que el mismo Presidente turco ha tenido que intervenir para calmar los ánimos.
El primer 'gran golpe' turco fue contra el restaurante Happy China de Beyoglu, en uno de los distritos más comerciales y turísticos de Estambul.
El uno de julio pasado, una masa enfurecida arrasó con el local, abierto hacia seis meses. Tras amenazar a los propietarios conminándoles a cerrar e irse, seis individuos destrozaron cristales y mobiliario.
El propietario del Happy China es un turco llamado Cihan Yavuz, pro uigur declarado. "Nos oponemos a lo ocurrido en el Turquestán Este", lamentó Yavuz al periódico 'Hürriyet', refiriéndose a la región uigur, coincidente con la provincia autónoma china de Xinyiang. No sólo eso, es que además el jefe de cocina del Happy China es, paradójicamente, uigur.
Cihan Yavuz había invertido los ahorros de 25 años trabajando de guía turístico en montar el restaurante, una suerte de jubilación tras mucho trotar. "Nuestros clientes son musulmanes indonesios por lo general.
Sólo una pequeña porción de clientes son chinos. No servimos alcohol. Y aun así nos atacan", lamentó Yavuz.
Sólo tres días después de aquel ataque sin sentido, otra turba exaltada abordó un grupo de turistas coreanos, a los que confundieron con chinos, en la zona turística de Sultanahmet. Al acabar una protesta pro uigur, un grupo de fanáticos continuó la marcha y se topó con los coreanos. La policía tuvo que intervenir para rescatar a los estupefactos turistas.
El colofón a aquella torpe y violenta confusión lo puso Devlet Bahçeli, presidente del ultra nacionalista Partido de Acción Nacionalista (MHP), al que está vinculada la organización Corazones Idealistas (Ülkü Ocaklari) de los asaltantes de los turistas. "Son jóvenes", justificó Bahçeli durante una entrevista. "Además, ¿qué diferencia hay entre un coreano y un chino? Total, ambos tienen los ojos rasgados", remató.
A la incapacidad del líder ultranacionalista de condenar el ataque le siguieron nuevos episodios violentos. En algunas sedes políticas se han colgado pancartas rezando "Tenemos sed de sangre china". Este jueves, un turista asiático fue atacado en Ankara, la capital turca. China ha acabado emitiendo una advertencia sobre Turquía a sus turistas.
Un guardia limpia los restos después del ataque a la embajada honoraria de Tailandia
Un día antes, una multitud rodeó y asaltó el consulado tailandés en Estambul en protesta por la deportación de cerca de un centenar de refugiados uigures de Tailandia a China. Al grito de "Dios es grande", los asaltantes irrumpieron en la sede diplomática, esturrearon documentos, destrozaron mobiliario y arriaron la bandera. Luego organizaron un rezo masivo a las puertas. Como consecuencia, Tailandia ha cerrado este viernes su embajada y su consulado. Mientras, la batalla diplomática sigue, aunque más mesurada.
Turquía, que acoge la mayor comunidad uigur en la diáspora, recibió esta semana 173 uigures más procedentes de Tailandia.
El Ministerio de Exteriores ha emitido varios comunicados exigiendo a las autoridades chinas un trato digno a los uigures. "Se ha dicho que se está privando a los uigures de cumplir con sus preceptos religiosos", lamentó esta semana el canciller Mevlut Çavusoglu.
Pekín, por su parte, rechaza que haya un "problema étnico" con los uigures. "Los uigures viven y trabajan en paz y gozan de libertad religiosa bajo nuestra Constitución", aseguró a la agencia Reuters el portavoz de Exteriores chino Hua Chunying.
Un grupo de mujeres protesta frente a la embajada de China
El político asiático, que justifica agresiones a ciertos sectores uigures resaltando lazos con el Estado Islámico - sabe que hay uigures en el 'califato' -, desmintió todas las noticias que circulan por las redes sociales, sobre sangrientas masacres de musulmanes uigures en este Ramadán, y que han alimentado el odio de las turbas turcas.
El problema uigur
Las barreras que China impone a los medios internacionales que quieren visitar Xinyiang, para tratar el asunto uigur, facilitan la proliferación de bulos y sospechas de crímenes contra la humanidad.
La tensa controversia es tal que hasta el conservador presidente turco Recep Tayyip Erdogan, conocido por sus declaraciones incendiarias, ha llamado a la cordura insinuando que algunas denuncias que desembocaron en los ataques podrían ser falsas.
"Nuestro pueblo es sensible a las denuncias de presión china sobre nuestros hermanos de la Región Autónoma uigur de Xinyiang", declaró el jefe de Estado. "Sin embargo", añadió, "se han difundido ciertas imágenes e informaciones para explotar esta sensibilidad, de forma deliberada o no".
Erdogan tiene previsto un viaje inminente a China, un país con el que, pese a las periódicas críticas por la situación de los uigures, mantiene buenas relaciones diplomáticas.
"Llamo al pueblo a ser cauto con este asunto. Ruego al pueblo que no caiga en el anzuelo de los provocadores. Nuestro honor significa proteger la vida y la propiedad de todos nuestros huéspedes asiáticos del Este, que vienen a nuestro país para trabajar, viajar o vivir", ha dicho Erdogan, quien también ha instado a las fuerzas de seguridad turcas a actuar con más cautela en este tipo de asuntos.
Y es que, durante el asalto violento al consulado tailandés, y a diferencia de otras manifestaciones pacíficas como el reciente orgullo gay en Estambul, la Policía intervino con absoluta pasividad. Eso ha generado críticas de "doble rasero" entre los opositores de Turquía.
http://www.elmundo.es/internacional/2015/07/10/559fee9622601d5c648b45a5.html
