Noticias de la Fuerza Aérea Argentina

La fuerza aérea quiere sistemas de armas modernos pero no tiene o quiere pagar lo que se necesita para mantenerlos. Y al mismo tiempo 2 por 3 encara proyectos que no llegan a nada.

La FAA realmente quiere algún dia volver a volar algún material mas o menos importante? porque su accionar dista mucho de parecer que quiere volver a ser una fuerza aérea respetable. Podes no tener recursos, podes ser pobre como para comprar un avión digno pero no cuentan con recursos ni para hacer 1 hangar acorde al siglo XXI? si mañana llegan aviones nuevos los van a meter en instalaciones que atrasan 40 años? toda la infraestructura de la FAA atrasa al menos 40 años, con los recursos actuales no pueden ni encarar la actualización de ningún edificio sin importar cuando demoren?
Podes ser pobre pero tener lo poco que tenes en el mejor estado, no parece ser lo que pasa en la FAA
 
Recuerdo haber leído que los rusos pedían mínimo 5 unidades para hacer algún mantenimiento mayor acá, es correcto ? Hay alguna posibilidad real de traer 3 mas ?
 

BIGUA82

VETERANO DE GUERRA DE MALVINAS
Colaborador
EXITOSA MISIÓN EN MATIENZO

Finalizó la campaña antártica de verano en la Base Antártica temporal de la Fuerza Aérea Argentina
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En el marco de la Campaña Antártica de Verano (CAV) 2017/2018, el 23 de febrero finalizó la apertura de la Base Matienzo, que durante duró cuarenta días e integrada por diez hombres, cumplimentó numerosas y esforzadas tareas.

Matienzo es una de las dos bases que administra la Fuerza Aérea Argentina (FAA) en el sector antártico, y a diferencia de Marambio, se abre de manera temporal durante las campañas de verano para realizar tareas de apoyo al vuelo, mantenimiento de las instalaciones, reabastecimiento, observación meteorológica y apoyo a la actividad científica. La Base está ubicada en el nunatak Larsen, en los 64 58’27” de latitud S y 60 4’15” de longitud O, y a 186 km al sudoeste de Marambio. Un nunatak es un afloramiento rocoso que emerge de un glaciar o el mar, y en el caso del grupo Foca, donde se ubica Larsen, es de origen volcánico.

Al finalizar la CAV, el vicecomodoro Lencina agregó: “Podemos dar cuenta que la Dotación 2018 ha cumplido el cien por ciento de los objetivos establecidos para la presente CAV, llevando consigo una experiencia personal y profesional única, no solo por la naturaleza diversa de las actividades realizadas o por las características ambientales sino por la belleza e historia del lugar.”

“Una mención especial para los miembros de esta Dotación, que en el marco de una genuina camaradería, han sabido cumplir sus deberes con responsabilidad, espíritu de sacrificio e ingenio”, puntualizó el jefe.

La Dotación de la Base Matienzo 2018 estuvo integrada por su jefe, vicecomodoro César Lencina; el encargado de Base y Usina, suboficial ayudante Juan Fuentes Azurduy; los cabos principales José Bute (plomero – gasista) y Gonzalo Bazán (encargado Enfermería); los cabos primero Maximiliano Poggio (meteorología – encargado ambiental) y José Ursini (encargado Equip. Comunicaciones); y los personales civil Juan Benavente (comunicaciones), Martín Kearney (electricista), Alberto Lobos (encargado cocina), Christian Jalaf López (encargado abastecimiento).

Los trabajos y los días

“Matienzo es más Antártida” expresaron varios de los integrantes de la dotación 2018 en reiteradas oportunidades, en alusión a varios factores: mayor aislamiento que en Marambio; comunicaciones sólo realizadas mediante radio HF, un grupo humano más reducido, menor soporte logístico, funcionamiento del grupo electrógeno durante cuatro o cinco horas diarias. No obstante, con ese mayor desafío, sumado a las restricciones, la motivación fue mayor y la experiencia para algunos fue más fascinante y estimulante.

Desde el mismo despliegue a la Base se aventuraba un esfuerzo importante para la dotación. El primer grupo en arribar a la zona, mediante avión DHC-6 Twin Otter de la Escuadrilla Antártica de Vuelo “Águila”, llegó el 15 de enero por la tarde y anevizó en un glaciar contiguo al nunatak y, desde el punto de descenso a la Base, hubo que recorrer unos 1.200 metros de glaciar y pendientes. Los cinco primeros integrantes de la dotación efectuaron la apertura de la Base y comenzaron a trasladar la carga desde el glaciar. En tanto, el Águila realizó otro vuelo con 500 kg de carga general. El segundo grupo arribó por la tarde en el helicóptero MI-171E, junto a otra parte de la carga.

Tras el cálido saludo entre compañeros, ya reunida toda la dotación, recorrieron las instalaciones y comenzaron a trasladar la carga de mayor prioridad desde el glaciar a la Base, sólo con medios manuales y un gran esfuerzo físico. En total, 2 toneladas y media de carga general, víveres, equipamiento, combustible, tubos de gas, chapas y otros elementos para mantenimiento. Esa primera ardua jornada sin noche y con un largo crepúsculo, finalizó a las 5 AM con la primera antena montada y el equipo básico de comunicaciones y otros servicios ya operando.

Los días subsiguientes se desarrollaron con mucha actividad y extensas jornadas laborales, mientras la dotación se familiarizaba con las instalaciones, se continuaba trasladando carga y se iniciaban las tareas de mantenimiento programadas y otras eventuales.

Mientras tanto, se daban en simultáneo las tareas domésticas: limpieza, orden, comidas, provisión de agua (acopiando nieve en tambores metálicos para derretir), todas realizadas en armonía y con un sólido espíritu de equipo. Las características más sobresalientes de esta dotación fueron el inquebrantable entusiasmo, estímulo y solidaridad para encarar todos los trabajos y los desafíos propuestos.

Las tareas básicas de las instalaciones incluyeron enchapado total de los techos de Comunicaciones y de la Casa de Emergencia; impermeabilización del alojamiento principal; tareas de pintura exterior e interior, mantenimiento preventivo y correctivo de los GEL (Grupos Electrógenos); reparación básica de vientos y tensores de torres de antenas; construcción de una barra en el Salón Comedor; mantenimiento del Museo y la Biblioteca; ampliación de la instalación eléctrica de 12V (con baterías) para iluminación interior.

Además, en el marco de la reducción de residuos históricos, se hicieron limpiezas y recolección de residuos en toda la periferia de la Base e incluso, durante la bajamar, en la costa norte del nunatak. Los residuos, una vez clasificados, son almacenados y sellados en tambores metálicos rotulados y dispuestos en sectores específicos hasta ser evacuados por vía marítima. En cumplimiento de la mejora continua propuesta por la Política Ambiental de la FAA y de Seguridad, se colocó en los distintos edificios de la Base cartelería de seguridad y de clasificación de residuos.

También, a pedido de los científicos de la Dirección General del Antártico (DNA) se desmontó y envió a Marambio una cámara automática tipo domo junto a instrumental y equipamiento electrónico.

Las comunicaciones

En Matienzo el servicio se centra en el uso de la radio, en bandas de HF (High Frecuency, porción del espectro de radio comprendido entre los 3 y 30 MHz), con enlaces diarios con Maramio para envío de información meteorológica, recepción de pronósticos, coordinaciones operativas y comunicaciones particulares.

Además, la estación presta apoyo radioeléctrico a otras bases, aeronaves, buques, y campamentos científicos de la DNA.

En esta oportunidad, también se contó con servicio de VHF aeronáutico para apoyo al vuelo, VHF de uso terrestre para uso de los distintos servicios de la base, y la disponibilidad de un teléfono satelital para situaciones de emergencia.

La estación de radio
Tras más de diez años de permanecer inactiva, personal de la Dotación 2018 de la Dirección de Asuntos Antárticos activó la Estación de Radioaficionados LU1ZAB Matienzo. Radioaficionados de las ciudades de Buenos Aires, Trelew, Río Cuarto, Comodoro Rivadavia y Quilmes, entre otras, sirvieron de puente para hacer los primeros contactos radiales entre integrantes de la dotación y sus familias, ampliado luego, mediante el servicio de radiollamadas (phone-patch, vínculación del equipo de radio con la línea telefónica) a través de la Base Marambio. Así, el servicio que históricamente prestan las estaciones de radioaficionados pudo ser utilizado de manera directa por quienes cumplen tareas en la Antártida.

La estación LU1ZAB permitió contactar a 1.034 estaciones de la Argentina y del exterior, y mediante un equipo básico de campaña se lograron comunicaciones con operadores ubicados en sitios tan disímiles y alejados como Turquía, Ucrania, Rusia, Finlandia, Canadá, Sudáfrica y otros.

El sistema utilizado en la estación de radioaficionados LU1ZAB dispuso de varias antenas, lo que permitió experimentar capacidades y rendimientos, una de las funciones esenciales de este servicio de comunicación alternativo. La alimentación eléctrica, restringida por los horarios de encendido de la usina, se complementó con baterías de 12V, algunas de ellas cargadas con paneles solares.

Luego de muchos años, LU1ZAB permitió restablecer en Matienzo un puente comunicacional histórico que a la par del servicio, contribuye al fomento de la soberanía argentina en la región, siendo que la activación de estaciones argentinas de este tipo son infrecuentes. La activación prestigió el servicio y la presencia de la FAA en la Antártida, de acuerdo al testimonio de muchos de los corresponsales radiales contactados. Con la activación radial de Matienzo, la FAA fue la única fuerza que en los últimos años activó todas sus bases antárticas.

Energías renovables

La dotación 2018, por primera vez en la historia de la Base, utilizó paneles solares fotovoltaicos para complementar el servicio eléctrico. Si bien la escala de uso fue reducida y experimental, se verificó la factibilidad de instalación y uso de este tipo de generación eléctrica para una base como Matienzo, de dimensiones y consumo eléctrico acotados.

Los paneles permitieron todos los días de la campaña (aún bajo condiciones de nevadas y cielo totalmente nublado) cargar baterías de 12V de plomo ácido utilizadas por el Servicio de Comunicaciones y para iluminación interior del alojamiento, como así también baterías de los dispositivos móviles.

Fuente: Dirección de Asuntos Antárticos
 
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BIGUA82

VETERANO DE GUERRA DE MALVINAS
Colaborador
La Argentina expone décadas de desinterés en su Defensa
Por
Mariano Gonzalez Lacroix
-
9 abril, 2018
0
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Mas de tres décadas han pasado desde el retorno democrático a la Argentina y todavía persistimos en la idea de encontrar un rol profesional a las Fuerzas Armadas.
Si bien estas poseen una estructura orgánica y funciones asignadas por normas, también es verdad que existe un espíritu de incomodidad en el hecho de que los propias fuerzas se esfuercen en visibilizarse ante el poder político y la opinión publica y lo hagan a través de sus misiones secundarias (apoyo ante catastrofes, misiones humanitarias y servicios que rozan la política de seguridad domestica).
Es claro, las misiones secundarias implican a la luz de un mundo hiperconectado, una garantía de visibilidad desde lo comunicacional exclamando a las instituciones a las que defiende y a la sociedad a la que protege un llamado de atención que pretende revitalizar un difuso interés de la política y la gente y que en definitiva brinde una bocanada de aire a la idea de que las fuerzas efectivamente tienen una vida activa dentro de una sociedad que ignora o es esquiva a la posibilidad de una guerra. Es verdad, la guerra no vende, ya que por su propia naturaleza tiene implicancias domesticas negativas para cualquier estado. La propia idea que representa la violencia en gran escala es cuanto menos esquivada por las sociedades, incluso en aquellas con un ethos cargado de tradiciones castrenses y de conflagraciones domesticas e internacionales.
Pese a esto, y a sabiendas del gran peso simbólico que representa la guerra y su herramienta central para llevarse a cabo, el instrumento militar, los estados estructuran políticas activas para mantener el interés positivo de los distintos actores para que el monopólico coercitivo se mantenga útil y efectivo. Por otro lado, también existen otros estados que descartan o por lo menos minimizan el rol de sus fuerzas armadas dentro de la vida institucional. Esto tal vez por confiarse en una ontología de paz respaldada por un clima regional sin grandes conflictos que impliquen una movilización militar, por haber mutado su política de defensa en una política de seguridad integral que termina configurando al poder militar en una suerte de poder policíal aumentado, en razones de utilitarismo economicista que ignora por completo el conflicto exterior, por razones ideológicas contra el sector militar, o por una mezcla de estas razones.
Nuestro país ha elegido durante las últimas décadas encontrarse en el grupo que esgrime un popurrí de razones para apartar al sector militar de la agenda pública. Una serie de hechos políticos han terminado por configurar un instrumento militar que no provee garantías ante un eventual conflicto en función de su propio estado derruido. El problema aquí es que el poder político, por acción u omisión no ha hecho lo necesario para modificar el paradigma operacional, presupuestario y estructural para cambiar la suerte del sector. Por el contrario, ha parecido que durante las últimas décadas cuando el poder político se ha enfocado en el sector lo ha hecho para terminar perjudicando su funcionamiento.
Los grandes temas de agenda que han alcanzado al sector han trazado políticas que han disminuido la capacidad de llevar adelante su función principal, la guerra.
Durante más de 30 años, ha habido una fuerte tendencia del poder central de manejar a las instituciones castrenses con una política militar y no con una política de defensa integral, esto significa que solamente se ha hecho política militar hacia adentro para controlar a la oficialidad ante eventos de recortes graduales. Por el otro lado, no ha habido propuestas sustanciales para proponer políticas de defensa integrales que constituyan unas Fuerzas Armadas como una herramienta fundamental para acompañar a la política exterior del país.
A nivel presupuestario, las funciones de defensa han sufrido los mayores recortes de todas las funciones que organizan al Estado Nacional, llevando a que las arcas castrenses lleguen a un bajo histórico que determina que el instrumento no pueda llevar a cabo operaciones y entrenamiento a niveles en que lo hacen otras fuerzas armadas alrededor del globo.
Por otro lado esta tendencia acentuada en las Fuerzas Armadas de administrar pobreza, ha llegado al punto de que el reemplazo de sus sistemas de armas, que en promedio rondan los 40 años de antiguedad, sea impracticable presupuestariamente en función de las grandes partidas que habría que asegurar y suministrar. Para menos, en caso de poder hacer frente a esta renovación de sistemas, seria tan general la necesidad de modernizar que el desafío de invertir en el sector de forma tan abultada tendría como contrapeso el factor comunicacional, con una opinión pública que continua atribuyéndole un tabú al tratamiento de los asuntos de la Defensa Nacional.
Tengamos en cuenta que el factor presupuestario ha incidido en que Argentina al dia de hoy no cuente con equipos tecnológicos acorde a los tiempos actuales, y que exista mayor posibilidad de que un sistema se retire sin reemplazo a que exista alguna previsión política de avanzar en nuevas unidades más modernas para cubrir el rol perdido.
A su vez el factor presupuestario que se viene vislumbrando desde hace años ha terminado por hacer especial mella en el entrenamiento de la tropa, a razón de que año tras año los recursos asignados a ejercicios en el terreno, navegación y horas de vuelo vienen siendo objeto de recortes. Entonces con pocos medios, mas viejos y menos horas para operarlos la situación llega a un punto crítico.
Esta conjunción de cuestiones entre el estado de los medios y la operación en el limite estructural de los mismos termina por decantar en un efecto al que se ha acostumbrado el sector en los últimos años: los accidentes y la tragedia.
Los últimos años han brindado noticias alarmantes en relación a las Fuerzas Armadas argentinas, (descartando aquellas sobre el lamentable estado de sus equipos) y estas han sido enfocadas en los accidentes durante operativos. En muchos casos ha habido que lamentar victimas fatales, motivando a que el impacto en la opinión publica sobre los asuntos de la Defensa Nacional se acentúen de un modo negativo. El sector castrense pese a relativos esfuerzos comunicacionales ha relativizado su propia utilidad bombardeada por noticias que cuando han sido parte del framing lo han hecho para demostrar un estado rayano a lo desidioso.
Esta crisis de agenda también ha sido otro de los factores que han marcado literalmente a sangre y fuego a la situación militar en los últimos años no ayudando a responder una pregunta que se hace tanto el sector civil como el propio sector castrense: ¿Qué hacemos con los militares?
Las iniciativas del poder para intentar torcer la suerte no han sido contundentes o efectivas para intentar responder esta pregunta que resuena en la sociedad desde el retorno a la democracia. La omisión de los asuntos de la Defensa Nacional se mezcló por momentos con aparentes intenciones de desarrollar políticas de estado para el sector, propiciando nueva normativa que apelaba a democratizar, modernizar y activar a las fuerzas. Sin embargo, en la gran proporción de iniciativas lanzadas, el contenido normativo fue sustento de prácticas de amputación de la estructura castrense, o para peor, para minimizarlas o menospreciarlas políticamente.
Es importante repetir que la normativa de defensa ha sido establecida mas por necesidad de hacer política militar que por llevar adelante una política transformadora para el sector.
Desde la sanción de la Ley de Defensa Nacional hasta las ultimas directivas lanzadas durante el kirchnerismo y el macrismo, hubo un halo de misterio sobre como el Estado terminaría por llevar a cabo decisiones de modernización del sector.
Las buenas palabras o intenciones de las normas no coincidieron con un esfuerzo político y presupuestario que modifique la relación de las fuerzas con su pobreza material y operativa.
Se puede observar como las distintas pulsiones políticas fueron hijas de la necesidad coyuntural y no de un proyecto practico a largo plazo para la Defensa Nacional. El espíritu de las distintas normas no pudieron o no supieron colmar las necesidades de la función militar, y el desarrollo de los acontecimientos desembocaron en que nuestro sistema de defensa nacional no logre generar estímulos para lograr políticas transformadoras.
Si bien los diagnósticos han brillado a lo largo de los años por la cantidad de trabajos, artículos y papers tanto en medios de comunicación masivo como en la propia academia, las soluciones han caído a cuenta gotas o directamente no han aparecido. Lo cierto es que la Defensa Nacional necesita de acuerdos multipartidarios y transgeneracionales para poder revertir la tendencia de recortes.
Es necesario avanzar sobre las distintas aristas que suponen la crisis del sector: su política de defensa (y su incomodidad normativa), su política militar, su política presupuestaria, su política comunicacional y la propia estructuración doctrinaria y operacional dentro del instrumento militar.
Sin bases consolidadas en un pacto multipartidario y con visión de futuro, las políticas gubernamentales se mantendrán erráticas como hasta ahora, imposibilitadas de hacer frente a la tendencia de recorte frente a las enormes y abultadas prioridades que tiene un Estado que permanentemente se encuentra en crisis.
¿Es posible avanzar en una nueva Directiva de Política de Defensa Nacional multisectorial? La tragedia del ARA San Juan ha penetrado hasta en el sector mas ignoto de los asuntos militares, llamando la atención de todos los ciudadanos de la Nación sobre el estado de sus Fuerzas Armadas. Solo falta un llamado público que busque traer soluciones a la situación del sector.
A casi 6 meses de la perdida del submarino la administración de la cartera militar solo ha atinado a realizar un control de daños burocrático y remachar comunicacionalmente los problemas con los que conviven diariamente los hombres y mujeres de armas de este país. Es hora de asumir responsabilidades e intentar cambiar de manera categórica la suerte de la Defensa Nacional.
 

DSV

Colaborador
Círculo del Personal Civil Fuerza Aérea

REAPERTURA PREDIO POLIDEPORTIVO ALMIRANTE BROWN


Estimados Socios y Amigos: con enorme agrado y satisfacción queremos informarles que finalmente hemos podido reiniciar las actividades en nuestro Predio, luego que el GCBA nos informara la posibilidad de reapertura.

Una vez más pedimos disculpas por las molestias ocasionadas durante el tiempo que estuvo clausurado el predio y nuevamente agradecemos su comprensión y apoyo.

Los invitamos a disfrutar de nuestras instalaciones.

Saludos!!

 

Derruido

Colaborador
La Argentina expone décadas de desinterés en su Defensa
Por
Mariano Gonzalez Lacroix
-
9 abril, 2018
0



Mas de tres décadas han pasado desde el retorno democrático a la Argentina y todavía persistimos en la idea de encontrar un rol profesional a las Fuerzas Armadas.
Si bien estas poseen una estructura orgánica y funciones asignadas por normas, también es verdad que existe un espíritu de incomodidad en el hecho de que los propias fuerzas se esfuercen en visibilizarse ante el poder político y la opinión publica y lo hagan a través de sus misiones secundarias (apoyo ante catastrofes, misiones humanitarias y servicios que rozan la política de seguridad domestica).
Es claro, las misiones secundarias implican a la luz de un mundo hiperconectado, una garantía de visibilidad desde lo comunicacional exclamando a las instituciones a las que defiende y a la sociedad a la que protege un llamado de atención que pretende revitalizar un difuso interés de la política y la gente y que en definitiva brinde una bocanada de aire a la idea de que las fuerzas efectivamente tienen una vida activa dentro de una sociedad que ignora o es esquiva a la posibilidad de una guerra. Es verdad, la guerra no vende, ya que por su propia naturaleza tiene implicancias domesticas negativas para cualquier estado. La propia idea que representa la violencia en gran escala es cuanto menos esquivada por las sociedades, incluso en aquellas con un ethos cargado de tradiciones castrenses y de conflagraciones domesticas e internacionales.
Pese a esto, y a sabiendas del gran peso simbólico que representa la guerra y su herramienta central para llevarse a cabo, el instrumento militar, los estados estructuran políticas activas para mantener el interés positivo de los distintos actores para que el monopólico coercitivo se mantenga útil y efectivo. Por otro lado, también existen otros estados que descartan o por lo menos minimizan el rol de sus fuerzas armadas dentro de la vida institucional. Esto tal vez por confiarse en una ontología de paz respaldada por un clima regional sin grandes conflictos que impliquen una movilización militar, por haber mutado su política de defensa en una política de seguridad integral que termina configurando al poder militar en una suerte de poder policíal aumentado, en razones de utilitarismo economicista que ignora por completo el conflicto exterior, por razones ideológicas contra el sector militar, o por una mezcla de estas razones.
Nuestro país ha elegido durante las últimas décadas encontrarse en el grupo que esgrime un popurrí de razones para apartar al sector militar de la agenda pública. Una serie de hechos políticos han terminado por configurar un instrumento militar que no provee garantías ante un eventual conflicto en función de su propio estado derruido. El problema aquí es que el poder político, por acción u omisión no ha hecho lo necesario para modificar el paradigma operacional, presupuestario y estructural para cambiar la suerte del sector. Por el contrario, ha parecido que durante las últimas décadas cuando el poder político se ha enfocado en el sector lo ha hecho para terminar perjudicando su funcionamiento.
Los grandes temas de agenda que han alcanzado al sector han trazado políticas que han disminuido la capacidad de llevar adelante su función principal, la guerra.
Durante más de 30 años, ha habido una fuerte tendencia del poder central de manejar a las instituciones castrenses con una política militar y no con una política de defensa integral, esto significa que solamente se ha hecho política militar hacia adentro para controlar a la oficialidad ante eventos de recortes graduales. Por el otro lado, no ha habido propuestas sustanciales para proponer políticas de defensa integrales que constituyan unas Fuerzas Armadas como una herramienta fundamental para acompañar a la política exterior del país.
A nivel presupuestario, las funciones de defensa han sufrido los mayores recortes de todas las funciones que organizan al Estado Nacional, llevando a que las arcas castrenses lleguen a un bajo histórico que determina que el instrumento no pueda llevar a cabo operaciones y entrenamiento a niveles en que lo hacen otras fuerzas armadas alrededor del globo.
Por otro lado esta tendencia acentuada en las Fuerzas Armadas de administrar pobreza, ha llegado al punto de que el reemplazo de sus sistemas de armas, que en promedio rondan los 40 años de antiguedad, sea impracticable presupuestariamente en función de las grandes partidas que habría que asegurar y suministrar. Para menos, en caso de poder hacer frente a esta renovación de sistemas, seria tan general la necesidad de modernizar que el desafío de invertir en el sector de forma tan abultada tendría como contrapeso el factor comunicacional, con una opinión pública que continua atribuyéndole un tabú al tratamiento de los asuntos de la Defensa Nacional.
Tengamos en cuenta que el factor presupuestario ha incidido en que Argentina al dia de hoy no cuente con equipos tecnológicos acorde a los tiempos actuales, y que exista mayor posibilidad de que un sistema se retire sin reemplazo a que exista alguna previsión política de avanzar en nuevas unidades más modernas para cubrir el rol perdido.
A su vez el factor presupuestario que se viene vislumbrando desde hace años ha terminado por hacer especial mella en el entrenamiento de la tropa, a razón de que año tras año los recursos asignados a ejercicios en el terreno, navegación y horas de vuelo vienen siendo objeto de recortes. Entonces con pocos medios, mas viejos y menos horas para operarlos la situación llega a un punto crítico.
Esta conjunción de cuestiones entre el estado de los medios y la operación en el limite estructural de los mismos termina por decantar en un efecto al que se ha acostumbrado el sector en los últimos años: los accidentes y la tragedia.
Los últimos años han brindado noticias alarmantes en relación a las Fuerzas Armadas argentinas, (descartando aquellas sobre el lamentable estado de sus equipos) y estas han sido enfocadas en los accidentes durante operativos. En muchos casos ha habido que lamentar victimas fatales, motivando a que el impacto en la opinión publica sobre los asuntos de la Defensa Nacional se acentúen de un modo negativo. El sector castrense pese a relativos esfuerzos comunicacionales ha relativizado su propia utilidad bombardeada por noticias que cuando han sido parte del framing lo han hecho para demostrar un estado rayano a lo desidioso.
Esta crisis de agenda también ha sido otro de los factores que han marcado literalmente a sangre y fuego a la situación militar en los últimos años no ayudando a responder una pregunta que se hace tanto el sector civil como el propio sector castrense: ¿Qué hacemos con los militares?
Las iniciativas del poder para intentar torcer la suerte no han sido contundentes o efectivas para intentar responder esta pregunta que resuena en la sociedad desde el retorno a la democracia. La omisión de los asuntos de la Defensa Nacional se mezcló por momentos con aparentes intenciones de desarrollar políticas de estado para el sector, propiciando nueva normativa que apelaba a democratizar, modernizar y activar a las fuerzas. Sin embargo, en la gran proporción de iniciativas lanzadas, el contenido normativo fue sustento de prácticas de amputación de la estructura castrense, o para peor, para minimizarlas o menospreciarlas políticamente.
Es importante repetir que la normativa de defensa ha sido establecida mas por necesidad de hacer política militar que por llevar adelante una política transformadora para el sector.
Desde la sanción de la Ley de Defensa Nacional hasta las ultimas directivas lanzadas durante el kirchnerismo y el macrismo, hubo un halo de misterio sobre como el Estado terminaría por llevar a cabo decisiones de modernización del sector.
Las buenas palabras o intenciones de las normas no coincidieron con un esfuerzo político y presupuestario que modifique la relación de las fuerzas con su pobreza material y operativa.
Se puede observar como las distintas pulsiones políticas fueron hijas de la necesidad coyuntural y no de un proyecto practico a largo plazo para la Defensa Nacional. El espíritu de las distintas normas no pudieron o no supieron colmar las necesidades de la función militar, y el desarrollo de los acontecimientos desembocaron en que nuestro sistema de defensa nacional no logre generar estímulos para lograr políticas transformadoras.
Si bien los diagnósticos han brillado a lo largo de los años por la cantidad de trabajos, artículos y papers tanto en medios de comunicación masivo como en la propia academia, las soluciones han caído a cuenta gotas o directamente no han aparecido. Lo cierto es que la Defensa Nacional necesita de acuerdos multipartidarios y transgeneracionales para poder revertir la tendencia de recortes.
Es necesario avanzar sobre las distintas aristas que suponen la crisis del sector: su política de defensa (y su incomodidad normativa), su política militar, su política presupuestaria, su política comunicacional y la propia estructuración doctrinaria y operacional dentro del instrumento militar.
Sin bases consolidadas en un pacto multipartidario y con visión de futuro, las políticas gubernamentales se mantendrán erráticas como hasta ahora, imposibilitadas de hacer frente a la tendencia de recorte frente a las enormes y abultadas prioridades que tiene un Estado que permanentemente se encuentra en crisis.
¿Es posible avanzar en una nueva Directiva de Política de Defensa Nacional multisectorial? La tragedia del ARA San Juan ha penetrado hasta en el sector mas ignoto de los asuntos militares, llamando la atención de todos los ciudadanos de la Nación sobre el estado de sus Fuerzas Armadas. Solo falta un llamado público que busque traer soluciones a la situación del sector.
A casi 6 meses de la perdida del submarino la administración de la cartera militar solo ha atinado a realizar un control de daños burocrático y remachar comunicacionalmente los problemas con los que conviven diariamente los hombres y mujeres de armas de este país. Es hora de asumir responsabilidades e intentar cambiar de manera categórica la suerte de la Defensa Nacional.
Y no lo van a revertir.

El Derru 10/04/2018

Besos
PD: Es tanta la guita que hay que meter, que ni en dope lo van hacer.
 

BIGUA82

VETERANO DE GUERRA DE MALVINAS
Colaborador
LOS OFICIALES DEL FUTURO DE LA FUERZA AÉREA ARGENTINA

Los cadetes de I año comenzaron su formación y al finalizar los cuatro años de instrucción egresarán con el grado de alférez y obtendrán el título de Licenciados en Conducción de Recursos Aeroespaciales para la Defensa
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La Escuela de Aviación Militar dio la bienvenida a los cadetes de I año pertenecientes a la Promoción LVXXXVII, quienes a lo largo de cuatro años se formarán íntegramente con una capacitación profesional de excelencia.

Asimismo, realizarán el respectivo entrenamiento militar avanzado rumbo a su futuro como Oficiales del Cuerpo Comando de la Fuerza Aérea Argentina.

Al finalizar los cuatros años de estudios, los cadetes egresarán como oficiales de la Fuerza Aérea Argentina, con el grado de alférez obteniendo además la Licenciatura en Conducción de Recursos Aeroespaciales para la Defensa (LICRAD).

Fuente: Escuela de Aviación Militar
 

Charly B.

Miembro del Staff
Moderador
Aproximadamente a las 1745 arribó a Escuela de Aviación Militar la Esquadrilha da Fumaça. Proveniente de la IV Brigada Aérea, el Escuadrón de Demostración Aérea de la FAB tiene previsto brindar su show mañana miércoles a las 1500hs. Lamentablemente el acceso no va a estar permitido para el público en general.



 

rojo

Desde el Nacional
Colaborador
Y no lo van a revertir.

El Derru 10/04/2018

Besos
PD: Es tanta la guita que hay que meter, que ni en dope lo van hacer.
Hay que meter mucha y cada día que pasa va a ser más, estamos quedando desfasados con respecto a todos en casi todos los item, igual con ganas se soluciona no hay que ponerla toda junta ,lo que falta es ganas no guita.
 
Hay que meter mucha y cada día que pasa va a ser más, estamos quedando desfasados con respecto a todos en casi todos los item, igual con ganas se soluciona no hay que ponerla toda junta ,lo que falta es ganas no guita.
Exactamente. Puede ser un montón de dinero necesario. Pero eso se soluciona con un "plan". Sin plan...solo serán compras esporádicas y/o de ocasión, siempre y cuando haya algún sobrante o urgencia.
 

BIGUA82

VETERANO DE GUERRA DE MALVINAS
Colaborador
VISITA DEL EMBAJADOR DE FRANCIA

El director de la EAM, brigadier José Actis, recibió a Pierre Henri Guignard y lo invitó recorrer las instalaciones en donde se forman los futuros oficiales de la Fuerza Aérea
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El 28 de marzo la Escuela de Aviación Militar (EAM) recibió la visita protocolar del Embajador de la República de Francia, Pierre Henri Guignard.

El diplomático francés fue recibido por el director de la EAM, brigadier José Actis acompañado de los jefes de Grupo del Instituto.

Luego, el embajador recorrió el Grupo Aéreo y Grupo Técnico junto a su comitiva, dónde pudieron conocer sus instalaciones y los Sistemas de Armas que operan en el Instituto.

Al finalizar la visita, se realizó una entrega de presentes institucionales.

Fuente: Escuela de Aviación Militar
 

BIGUA82

VETERANO DE GUERRA DE MALVINAS
Colaborador
UN HOMENAJE ESPECIAL EN EL CENOTAFIO DE MALVINAS

El 2 de abril se realizó en el Cenotafio en Pilar una ceremonia para conmemorar el Día del Veterano de Guerra y de los Caídos en la Guerra de Malvinas
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El 2 de abril en el Cenotafio de Pilar, que se destaca por recrear el cementerio de Darwin, se realizó una ceremonia especial para conmemorar el Día el Veterano de Guerra y de los Caídos en la Guerra de Malvinas.

Allí fue presentado un Mirage M V Dagger C-434 de la VI Brigada Aérea de Tandil donado por la Fuerza Aérea Argentina que acompañará al C130TC-67 Hércules que se entregó en comodato en diciembre de 2017.
El objetivo de esta iniciativa es reconocer el valor y la entrega de los veteranos de guerra de Malvinas por parte de la Institución.

Durante la ceremonia, el “VGM” Carlos Felizzola del Departamento de Veteranos de Guerra de Pilar pronunció palabras alusivas en las que destacó la importancia de reconocer a quienes se involucraron para que “el Cenotafio llegue a ser, como soñamos, un punto neurálgico del país”.

“Una vez más nos convoca la convicción del ‘no olvidar’, de decir ‘Presente’ para honrar la vida de los que encontraron la muerte por defender su Nación. A pesar de los 36 años que han pasado desde aquel abril de 1982, seguimos poniendo en alto los nombres de nuestro héroes fallecidos en Malvinas”, afirmó Felizzola y agregó: “Hay 649 razones por las cuales nunca debemos claudicar a este tipo de homenajes”.

“Por eso estamos acá, haciendo honor a nuestros héroes, haciendo honor a la demostración de amor más sublime que un ser humano puede expresar: entregar la vida por defender su país, darlo todo a cambio de nada, manifestar un amor genuino, sin dobleces, y estar convencido que la causa es más importante que su propia persona. ¡Eso es ser un héroe! Ellos han sabido ganarse ese título”, manifestó el veterano de guerra.

A continuación, explicó que “hoy nos siguen inspirando para rescatar los valores perdidos que tanto necesitamos como Nación. Nos siguen dando el empuje necesario para seguir contando la historia ejemplar de los héroes de Malvinas. Las islas son mucho más que un pedazo de tierra, son sinónimo de entrega, de valor, de abnegación, de coraje, de grandeza y de sacrificio”.

Por último, señaló a las cruces que integran la réplica del cementerio de Darwin y concluyó: “Simplemente, porque un día ellos lo dieron todo, todos los días daremos honor a ellos”.

Posteriormente, el secretario general de la Fuerza Aérea Argentina, brigadier Fabian Otero, recibió un presente en reconocimiento por el aporte realizado por la Institución.

RESEÑA HISTÓRICA DEL MIRAGE V DAGGER C-434

En el marco del desarrollo del Conflicto del Atlántico Sur, el avión de la Fuerza Aérea Argentina Mirage V Dagger C-434 arribó a Comodoro Rivadavia como primer refuerzo en la dotación de los Escuadrones el 12 de abril de 1982.

El 16 de abril a las 09:50 horas, el C-434 realiza la primera travesía hacia Malvinas conformando una sección de 2 aviones al mando del jefe de Escuadrón, mayor Juan Carlos Sapolski y en este avión el entonces capitán Norberto Dimeglio.

Con un total de 1.036 millas náuticas de vuelo y 2 horas y 43 minutos de duración, dos Mirage M V Dagger sobrevolaron el Aeropuerto y la ciudad de Puerto Argentino y fueron saludados por todas nuestras tropas que estaban en la Isla.

La autonomía del avión no permitía un perfil de ataque seguro, debido al consumo de combustible, por lo que de inmediato se programó un re-despliegue de los Escuadrones a las Bases de San Julián y Rio Grande, a efectos de acortar las distancias hacia los objetivos en Malvinas. Estas bases de operación serían mantenidas durante casi todo el conflicto.

De esta forma, el C-434 conformó la dotación inicial del II Escuadrón Aeromóvil M-5 Dagger con asiento en San Julián.

El 1º de mayo, Día del Bautismo de Fuego de la Fuerza Aérea, a las 16:45 este Escuadrón realiza el primer ataque contra la flota británica, atacando un destructor y dos fragatas que estaban realizando cañoneo naval al Aeropuerto de Puerto Argentino provocando severos daños a los buques.
La Escuadrilla “Torno” estaba formada por el entonces capitán Norberto Dimeglio, primer Teniente César Román y el teniente Gustavo Aguirre Faget que tuvieron el privilegio de asestar el primer golpe contra la flota británica.

El C-434 realizó salidas de combate, atacando a la flota británica el 9, 21, 23 y 24 de Mayo, estos últimos días claves de lo que se llamó la Batalla de San Carlos, lugar elegido por la flota británica para realizar el desembarco.

Los M-5 juntamente con los Escuadrones de A-4 B y A-4 C “Skyhawks”, Canberras, Pucarás y Mirage III, dieron una dura batalla contra la flota inglesa, provocando severas pérdidas en su fuerza de desembarco.

La última misión del C-434 se llevó a cabo el 24 de mayo integrando la Escuadrilla “Plata” al mando del entonces capitán Jorge Dellepiane volando este avión conjuntamente con al primer teniente Carlos Musso y el primer teniente Mario Callejo, atacaron la costa del puerto San Carlos, lugar donde se concentraba una gran cantidad de pertrechos y municiones del desembarco. Si bien pudieron volver a su base, el C-434 presentaba el parabrisas delantero fisurado por la metralla enemiga y aunque afortunadamente no afectó la operación del avión ni tampoco a su piloto.

Por las características de la avería, la aeronave fue reparada de emergencia y el día posterior retornó a Tandil para la remoción y recambio completo del parabrisas. No retornó al teatro de operaciones.

El Escuadrón de San Julián terminó sufriendo una sola baja el teniente Carlos Castillo, muerto heroicamente en combate el 24 de Mayo. Mientras que el escuadrón de Rio Grande murieron el primer teniente José Ardiles y los tenientes Juan Domingo Bernhardt, Pedro Bean y Héctor Volponi.

Asimismo, es importante destacar la labor de los mecánicos y armeros para el cumplimiento de la misión: los oficiales, suboficiales y personal civil del Grupo Técnico 6 de Tandil desplegados en las 2 bases de operación fueron los artífices del mantenimiento de estos aviones y permitieron el sostenimiento de los vuelos que diariamente desplegaban hacia Malvinas.

El espíritu del personal también se ve plasmado en la presentación del C-434, realizada por el Grupo Técnico 6.

A posteriori del Conflicto del Atlántico Sur, los Escuadrones Dagger adoptaron nombres indicativos por la cual hoy se los individualiza: el 1º Escuadrón Aeromóvil M-5 Dagger de Rio Grande “Avutardas Salvajes” y 2º Escuadrón Aeromóvil M-5 Dagger de San Julián “La Marinete”.

Fuente: Gentileza brigadier mayor (R) “VGM” Rubén Gustavo Zini
 
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