Las Fuerzas Armadas de Rusia reiniciaron hace unos días la campaña de ataques masivos contra infraestructura crítica de Ucrania, ofensiva para la cual se han comenzado a utilizar municiones merodeadoras Shahed optimizadas para operar de noche.

De momento, el accionar de las defensas antiaéreas ucranianas permitió apreciar como las municiones merodeadoras Shahed (Geran-2 en la designación rusa) han recibido un esquema apto para operaciones nocturnas gracias a su color negro mate. De momento no se ha confirmado si esta pintura cuenta también con la capacidad de reducir la firma infrarroja de vehículo aéreo no tripulado.

El análisis de estos restos seguramente permitirá evaluar si las municiones merodeadoras de origen iraní han recibido alguna modificación en sus sistemas de guía, ya que Irán presentó hace unas semanas un nueva versión de las Shahed que incorporan una serie de actualizaciones que obedecerían a las experiencias de combate en Ucrania.

Conforme a los primero detalles que salieron a la luz, la versión Shahed-238 es propulsada por un motor a reacción, motorización que le permitiría incrementar la velocidad. Esta última característica posiblemente reduzca su vulnerabilidad ante las defensas antiaéreas, ya sea por la reducción de su firma sonora y porque se presentará como un blanco más difícil para algunas de las soluciones adoptadas por los ucranianos.

Desde que comenzaron a utilizarse en Ucrania, las municiones merodeadoras Shahed/Geran han evolucionado, adoptando modificaciones a los fines de pulir sus performances. Esto ha incluido cambio de servos, motorización, sistemas de guía y carga explosiva.

Pese a ciertas limitaciones, como su baja velocidad y considerable firma sonora, las Shahed/Geran han mostrado su eficacia gracias a su gran alcance, firma radar reducida y capacidad de desplegarse en grandes cantidades, característica que permite la saturación de las defensas antiaéreas ucranianas, sobre todo cuando se utiliza en combinación con misiles crucero y balísticos.

Con la estación fría arreciando en Europa, las Fuerzas Armadas ucranianas esperan que los ataques contra la infraestructura energética se vayan incrementando con el paso de los días. Estos raids no solo apuntan a desgastar la voluntad de combate de la población y desgastar la estructura industrial de Ucrania, sino que también buscan reducir las existencias de misiles antiaéreos, sistemas que no son numerosos y resultan costosos de reponer.

Esta última situación ha sido advertida por los países aliados, razón por la cual se materializó recientemente una iniciativa liderada por Alemania y Francia que tiene como objetivo fortalecer la capacidad de defensa antiaérea de Ucrania. Vale recordar que Berlín comprometió hace unos días un nuevo paquete de asistencia militar por 1.400 millones de euros, ayuda que incluye misiles y lanzadores IRIS-T.

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