El rompehielos ARA “Almirante Irízar” de regreso en Tandanor
Continuará con el proceso de verificación de sistemas y equipos del buque que le permitirá concretar las pruebas de mar y hielo.
Buenos Aires – Ayer, cuando caía la tarde en la Ciudad de Buenos Aires, el rompehielos ARA “Almirante Irízar” quedó amarrado en el Astillero Tandanor, donde permanecerá para la verificación de sistemas y equipos, que luego le permitirá realizar las pruebas de mar y de hielo.
El buque, que había zarpado el viernes pasado desde la Base Naval Puerto Belgrano, realizó una navegación costera de unas 650 millas náuticas, siendo recibido por el Director General del Material de la Armada, Contralmirante David Fabián Burden.
A bordo estaban el Comandante Naval Antártico, Capitán de Navío Pablo Fal; el Jefe de Proyecto Rompehielos, Capitán de Navío Víctor Rodolfo Ortiz; un equipo de 25 personas de Tandanor a cargo del ingeniero Raúl Ramis; y 13 oficiales en comisión destinados en unidades de la Flota de Mar.
Actualmente cuenta con una dotación de 111 personas entre hombres y mujeres al mando de su Comandante, Capitán de Fragata Maximiliano Mangiaterra.
“Es satisfactoria la respuesta del buque”, señaló el Capitán Mangiaterra, y se explayó: “El buque demuestra día a día que los sistemas se van equilibrando a su performance de trabajo. Están alcanzando su funcionalidad para que el buque entre en servicio en muy poco tiempo”.
Acerca de la misión de la unidad explicó: “Se realizó un rompehielos logístico y multipropósito porque además el buque cuenta con gran capacidad científica. Pasó de contar con un gabinete científico, a dotarlo de 13; y de ocupar 40 metros cuadrados a 400”.
“Es una tarea de la que toda la institución está conforme porque participan muchos destinos de la Armada: la Dirección de Material Naval, Arsenales, entes técnicos como también la empresa nacional Tandanor y todas las asociadas a este proyecto. Un proyecto naval muy importante que encaró el país y que hoy el buque esté navegando y próximo a participar de las campañas antárticas es un orgullo para todos los argentinos”, concluyó.
PROYECTO ROMPEHIELOS
A partir del arribo del rompehielos a Tandanor se continuarán con las comprobaciones para, en cuatro semanas aproximadamente, efectuar las pruebas de mar, que son pruebas de performance del buque en las que se exige al máximo el rendimiento de cada uno de los sistemas.
“Después se llevarán a cabo las pruebas de hielo. En ellas el buque navegará por bordes de hielo para probar su comportamiento como también en panes de hielo con mayor espesor, donde se comprobará la capacidad para romper”, contó el Jefe de Proyecto Rompehielos “Almirante Irízar”, Capitán de Navío Víctor Rodolfo Ortiz, y destacó que “las respuestas que está dando el rompehielos son satisfactorias”.
Al incorporar nuevos sistemas y equipos fue necesario que el personal destinado en el rompehielos realizara cursos en las empresas de origen del equipamiento instalado.
CAPACIDAD CIENTÍFICA
El rompehielos contará con hasta 200 plazas extra a la tripulación para personal de profesiones afines a la investigación científica.
El Teniente de Navío Jorge Ángel Páez tiene a su cargo los locales de laboratorios, un espacio que aumentó en cantidad y creció en equipos, con los que originalmente el rompehielos no contaba.
Tal es el caso del guinche oceanográfico que tiene la particularidad de utilizarse con diferentes redes para tomar muestras de fondo y de fauna marina para determinar características de índole migratoria y de estudio general de las especies.
También, un sistema que obtiene información física de sedimentos y la incorporación de una campana en el laboratorio de química que permite obtener un ambiente aislado para activar reacciones químicas.
“Los laboratorios están pensados para hacer inicialmente tareas científicas de química, microbiología, biología marina, oceanografía”, dijo el Teniente Páez, y se refirió además a un segundo puente de observación “para identificar aves y clasificarlas. Tiene la misma visual que el puente de comando que, afectado por las tareas de conducir el buque en navegación, requiere el menor de personal en el lugar para evitar interferencia y mantener la seguridad náutica”, señaló el marino.
http://gacetamarinera.com.ar/el-rompehielos-ara-almirante-irizar-de-regreso-en-tandanor/
Continuará con el proceso de verificación de sistemas y equipos del buque que le permitirá concretar las pruebas de mar y hielo.
Buenos Aires – Ayer, cuando caía la tarde en la Ciudad de Buenos Aires, el rompehielos ARA “Almirante Irízar” quedó amarrado en el Astillero Tandanor, donde permanecerá para la verificación de sistemas y equipos, que luego le permitirá realizar las pruebas de mar y de hielo.
El buque, que había zarpado el viernes pasado desde la Base Naval Puerto Belgrano, realizó una navegación costera de unas 650 millas náuticas, siendo recibido por el Director General del Material de la Armada, Contralmirante David Fabián Burden.
A bordo estaban el Comandante Naval Antártico, Capitán de Navío Pablo Fal; el Jefe de Proyecto Rompehielos, Capitán de Navío Víctor Rodolfo Ortiz; un equipo de 25 personas de Tandanor a cargo del ingeniero Raúl Ramis; y 13 oficiales en comisión destinados en unidades de la Flota de Mar.
Actualmente cuenta con una dotación de 111 personas entre hombres y mujeres al mando de su Comandante, Capitán de Fragata Maximiliano Mangiaterra.
“Es satisfactoria la respuesta del buque”, señaló el Capitán Mangiaterra, y se explayó: “El buque demuestra día a día que los sistemas se van equilibrando a su performance de trabajo. Están alcanzando su funcionalidad para que el buque entre en servicio en muy poco tiempo”.
Acerca de la misión de la unidad explicó: “Se realizó un rompehielos logístico y multipropósito porque además el buque cuenta con gran capacidad científica. Pasó de contar con un gabinete científico, a dotarlo de 13; y de ocupar 40 metros cuadrados a 400”.
“Es una tarea de la que toda la institución está conforme porque participan muchos destinos de la Armada: la Dirección de Material Naval, Arsenales, entes técnicos como también la empresa nacional Tandanor y todas las asociadas a este proyecto. Un proyecto naval muy importante que encaró el país y que hoy el buque esté navegando y próximo a participar de las campañas antárticas es un orgullo para todos los argentinos”, concluyó.
PROYECTO ROMPEHIELOS
A partir del arribo del rompehielos a Tandanor se continuarán con las comprobaciones para, en cuatro semanas aproximadamente, efectuar las pruebas de mar, que son pruebas de performance del buque en las que se exige al máximo el rendimiento de cada uno de los sistemas.
“Después se llevarán a cabo las pruebas de hielo. En ellas el buque navegará por bordes de hielo para probar su comportamiento como también en panes de hielo con mayor espesor, donde se comprobará la capacidad para romper”, contó el Jefe de Proyecto Rompehielos “Almirante Irízar”, Capitán de Navío Víctor Rodolfo Ortiz, y destacó que “las respuestas que está dando el rompehielos son satisfactorias”.
Al incorporar nuevos sistemas y equipos fue necesario que el personal destinado en el rompehielos realizara cursos en las empresas de origen del equipamiento instalado.
CAPACIDAD CIENTÍFICA
El rompehielos contará con hasta 200 plazas extra a la tripulación para personal de profesiones afines a la investigación científica.
El Teniente de Navío Jorge Ángel Páez tiene a su cargo los locales de laboratorios, un espacio que aumentó en cantidad y creció en equipos, con los que originalmente el rompehielos no contaba.
Tal es el caso del guinche oceanográfico que tiene la particularidad de utilizarse con diferentes redes para tomar muestras de fondo y de fauna marina para determinar características de índole migratoria y de estudio general de las especies.
También, un sistema que obtiene información física de sedimentos y la incorporación de una campana en el laboratorio de química que permite obtener un ambiente aislado para activar reacciones químicas.
“Los laboratorios están pensados para hacer inicialmente tareas científicas de química, microbiología, biología marina, oceanografía”, dijo el Teniente Páez, y se refirió además a un segundo puente de observación “para identificar aves y clasificarlas. Tiene la misma visual que el puente de comando que, afectado por las tareas de conducir el buque en navegación, requiere el menor de personal en el lugar para evitar interferencia y mantener la seguridad náutica”, señaló el marino.
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