PRENSA PARAGUAYA ADVIERTE SOBRE SUPUESTO ATAQUE ARMADO DE Bolivia
En el Paraguay, “suenan tambores de guerra”, esperan un supuesto ataque bélico desde Bolivia apoyados en las reiteradas declaraciones del presidente Evo Morales referidas a la instalación de bases militares en las fronteras con Paraguay, Perú, Brasil y Chile.
Los medios de comunicación paraguayos insisten en sus ediciones en “revelar” lo que denominan como “la carrera armamentista” de Bolivia o el “rearme Boliviano”.
Tanto en información como en notas de opinión y editoriales afirman que Bolivia se prepara para atacar al Paraguay. Para el efecto, esgrimen una serie de argumentos que van desde una supuesta revancha por la Guerra del Chaco (1932-1935), hasta el fracaso del experimento socialista de Evo Morales que desembocaría en una agresión armada contra el Paraguay para justificarse ante el pueblo Boliviano.
De acuerdo a esos análisis, Bolivia se rearma e ingresó a una carrera armamentista apoyada por Venezuela cuyo presidente Hugo Chávez, ya anunció el envío a Bolivia de fusiles que las fuerzas armadas venezolanas dejaron de usar. Venezuela recientemente adquirió 100.000 fusiles del tipo Kalashnikov, de fabricación rusa y compró también la fábrica para producir esos fusiles en Venezuela incluida la fabricación de la munición.
Los editorialistas paraguayos se preguntan ¿contra quién se arma Bolivia? Y su respuesta es, contra Chile, no; contra el Brasil, peor; contra Argentina, tampoco; contra el Perú, no porque sus relaciones siempre fueron de hermandad.
Entonces, sólo queda el Paraguay.
Estas opiniones se ven reforzadas con las declaraciones del presidente Morales relacionadas a la instalación de bases militares en las fronteras y el potenciamiento de las fuerzas armadas Bolivianas.
Las afirmaciones presidenciales pusieron en aprietos a su vicepresidente Alvaro García, quien, en Estados Unidos, no pudo explicar el alcance de esas declaraciones y sólo atinó a decir que debe ser el presidente Evo Morales quien debe explicarlas.
MILITARES
Sin embargo, la verdad es que los militares Bolivianos hace muchos años que ni siquiera pueden renovar sus obsoletos equipos bélicos.
La aviación Boliviana sólo existe en el papel, ya que sus únicos aviones son los T-33 que fueron usados en la guerra de Corea (1950-1953) y algunos de ellos fueron donados por la fuerza aérea del Uruguay. También cuentan con aviones de entrenamiento Pilatos PC-7 de fabricación brasileña. Los militares cuentan con fusiles israelíes del tipo Galil que fue la última compra efectuada durante el gobierno de Hugo Banzer detrás de la cual se denunció la existencia de un negociado.
También portan los fusiles AK-47 de fabricación china, los estadounidenses FAL e incluso los viejos Mauser, utilizados en la contienda bélica contra el Paraguay.
¿RENCOR?
En Bolivia no existe rencor alguno por lo ocurrido durante la Guerra del Chaco ya que los combatientes Bolivianos nunca supieron contra quién peleaban y por qué peleaban.
Esa guerra fue estúpida tal cual la calificaron varios autores, incluso las arenas del Chaco son conocidas como “el lugar donde pelearon dos hermanos”. La prueba más dramática de esto es lo ocurrido al mediodía del 14 de junio de 1935, cuando las armas dejaron de disparar, cuando los cañones callaron, cuando el silencio invadió el Chaco y cuando de las trincheras comenzaron a emerger tímidas figuras de soldados harapientos de ambos bandos, y que luego de un momento de vacilación, se confundieron en un solo abrazo intercambiando sus escasas posesiones, como gorras, caramañolas, cinturones. Los Bolivianos están ajenos al clima hostil creado en el hermano país y más preocupados por resolver sus propios problemas, que ya de por sí, son muchos.
ABC
El periódico ABC (
www.abc.com.py) que se edita en Asunción tomó el supuesto rearme Boliviano como uno de sus principales temas.
En su edición del pasado miércoles 13, destaca declaraciones del Canciller paraguayo Rubén Ramírez Lezcano, quien, según la publicación dijo que, el Paraguay, “observa atentamente” los emprendimientos militares Bolivianos.
Para añadir que las relaciones bilaterales “están en un ámbito de cordialidad” y que Paraguay “no acepta ninguna interferencia externa” (en alusión a EE.UU.). Agregó que el Gobierno nacional no desea “una escalada de carrera armamentista en la región”.
DIPUTADOS
Otra publicación del mismo diario da cuenta que el diputado colorado Miguel Rojas, presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara Baja, reveló que ya el año pasado, cuando fueron invitados a visitar los EE.UU., un grupo de legisladores reclamó sobre el rearme que estaba haciendo Bolivia. Indicó que en las sucesivas reuniones que tuvieron en el Departamento de Estado, en el Senado y en la sede del Comando Sur, cuestionaron el aumento armamentístico de Bolivia y el apoyo que le estaba prestando EE.UU.
Rojas indicó que los senadores escucharon muy atentamente e inclusive prometieron intermediar en el caso, pero nunca hubo respuesta. Sin embargo, en las reuniones en el Departamento de Estado y en el Comando Sur, los militares fueron bastante directos al indicar a los legisladores que Paraguay no recibiría ayuda norteamericana porque apoyó el Estatuto de Roma, que crea la Corte Penal Internacional y que fue rechazado por ellos. Los norteamericanos querían inmunidad para sus tropas, pero al aprobar el Estatuto esa protección quedaba rechazada, afirma la nota periodística.
UN EDITORIAL
Un editorial de ABC del miércoles 13 de septiembre reitera la preocupación paraguaya por lo que califica como “la política que el nuevo presidente Boliviano Evo Morales estaba despuntando en dirección al rearme del Ejército de su país (que,) viene cobrando cada vez mayor importancia”.
Las informaciones de que se disponen actualmente señalan que el Gobierno Boliviano proyecta instalar veintiséis destacamentos militares en líneas fronterizas con Perú, Brasil y Paraguay, además de la creación de seis brigadas de zapadores para construcción de rutas viales de uso militar. Sumado a esto, dispone ya inicialmente de un millón seiscientos mil dólares para modernizar sus sistemas de comunicación castrense, así como de muchas promesas de parte de Hugo Chávez, incluidas dos bases militares.
Lo que más preocupa a los paraguayos, según el ABC, es que Bolivia recibirá armamento liviano obsequiado “por el dictador venezolano, quien a su vez ya acordó con el Gobierno ruso la adquisición de armas de guerra para sí, y negoció la instalación de fábricas de armamento y equipo militar en Venezuela”.
“Si fracasa el proyecto socialista del régimen de Evo Morales, hecho también previsible -sobre todo si uno se atiene a las experiencias latinoamericanas anteriores- no le quedará más remedio que intentar cohesionar al pueblo desilusionado, hambreado y sin esperanzas, contra un enemigo común, que si no existe tendrá que ser inventado, así como hace Hugo Chávez, anunciando cada cierto tiempo una supuesta trama estadounidense para asesinarlo, derrocarlo o invadir su país”.
EMBAJADOR
A este clima enrarecido, se sumó el embajador de Estados Unidos en el Paraguay James Cason, quien, según el diario, declaró que Bolivia debe explicar su intención de instalar bases militares en la frontera con el Paraguay.
Además que Evo Morales acusa, sin fundamento alguno a Estados Unidos de buscar una confrontación entre el Paraguay y Bolivia.
PRESIDENTE PARAGUAYO
El presidente del Paraguay, Nicolás Duarte Frutos, siempre de acuerdo al ABC, admite la posibilidad de un enfrentamiento bélico con Bolivia por lo que aprovecha, para justificar un incremento en el presupuesto de las fuerzas armadas paraguayas.
UN CONFLICTO ARTIFICIAL
Según versiones militares Bolivianas, todo este panorama de un supuesto conflicto bélico fue creado en el Paraguay y es un sentimiento completamente ajeno al espíritu de Bolivia, pero, ese panorama también fue creado a través de algunos medios de comunicación del vecino país, ignoramos con qué intenciones.
Bolivia es un país pacifista, sus fuerzas armadas están abocadas a trabajar por la integración nacional y su capacidad bélica alcanza apenas para defender la soberanía nacional contra cualquier agresión externa.
Las noticias sobre la instalación de unas supuestas bases militares no son otra cosa que puestos militares fronterizos para asegurar la soberanía Boliviana y ayudar a los pobladores en sus deseos de desarrollo.
El clima bélico artificialmente creado en el Paraguay obedece mas bien a otras intenciones que seguramente, el gobierno de Estados Unidos conoce, y muy bien.
La Guerra del Chaco
“Están en guerra Bolivia y el Paraguay. Los dos pueblos más pobres de América del Sur, los que no tienen mar, los más vencidos y despojados, se aniquilan mutuamente por un pedazo de mapa. Escondidas entre los pliegues de ambas banderas, la Standard Oil Company y la Royal Dutch Shell disputan el posible petróleo del Chaco. Metidos en la guerra, paraguayos y Bolivianos están obligados a odiarse en nombre de una tierra que no aman, que nadie ama: el Chaco es un desierto gris, habitado por espinas y serpientes, sin un pájaro cantor ni una huella de gente. Todo tiene sed en este mundo de espanto. Las mariposas se apiñan, desesperadas, sobre las pocas gotas de agua. Los Bolivianos vienen de la heladera al horno: han sido arrancados de las cumbres de los Andes y arrojados a estos calcinados matorrales. Aquí mueren de bala, pero más mueren de sed”.
“Nubes de moscas y mosquitos persiguen a los soldados, que agachan la cabeza y trotando embisten a través de la maraña, a marchas forzadas, contra las líneas enemigas. De un lado y del otro, el pueblo descalzo es la carne de cañón que paga los errores de los oficiales. Los esclavos del patrón feudal y del cura rural mueren de uniforme, al servicio de la imperial angurria (...)”. Eduardo Galeano, “Memoria del Fuego 3: El Siglo del Viento”.
Entre 1932 y 1935, Paraguay y Bolivia participaron de una cruenta contienda, el más sangriento, dramático y, además, inútil conflicto sudamericano del siglo XX. Murieron más de 100 mil hombres, reclutados entre los más pobres de las dos naciones más atrasadas de América del Sur. Los Bolivianos, detrás de la quimera de la salida al mar, fueron rechazados por los paraguayos, dispuestos a defender su Chaco Boreal, una extensión inhóspita de 250 mil kilómetros cuadrados, con bosques de quebracho en la superficie y (entonces se pensaba) abundante petróleo bajo tierra.
La guerra fue apoyada desde el extranjero por multinacionales petroleras que se disputaban la explotación de los yacimientos y su vía de salida fluvial.
En 1956, el luego presidente argentino Arturo Frondizi dijo: “En primera línea aparecen las repúblicas de Bolivia y Paraguay, pero detrás de ellas están: detrás de la primera, la Standard Oil of New Jersey; detrás de la segunda, los intereses económicos generales del capital angloargentino invertido en el Chaco y los intereses especiales de la Royal Dutch-Shell.”
Los dos pobres países también fueron peones en el ajedrez de la pugna entre los intereses británicos y norteamericanos (que a diferencia de hoy, entonces entraban en colisión) así como del juego de poder de los gendarmes regionales, Argentina y Brasil.
http://www.lapatriaenlinea.com/content/view/9685/36/
