Noticias de la Fuerza Aérea Argentina

cosmiccomet74

Colaborador
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Llegas a ver lo que vuela un piloto de helicópteros del EA y te caes de c...o entonces...
Ayer fui a cenar con mis dos hijos y se acopló un gran amigo ex FAA.
Cadete Suboficial en la EAM, se abra recibido en el 89/90.
Su promoción fueron 82 Oficiales, ayer recordaba el viaje de fin de año con el Boeing B707 a Europa pasando por Francia e Italia. A la vuelta dos días en Canarias...
Año 1990 en DIL estaban 2 escuadrones de IAI Dagger/Finger y los Mirage IIIEA, en RGL estaba el escuadrón MARA (Mirage V P), en MDZ estaban los Mirage IIICJ.
4 Escuadrones de Deltas en total.
Hoy de todo eso tenemos solo 3 IA-63 Pampa II en DIL....y a lo sumo podemos pensar en 1 escuadrón de F-16 o similar.

Ni hablar de los aviones de servicios, Guaraní, Aerocommander y los Metro Merlin.

O sea, formas un Aviador Militar para que a los 29 años tenga solo 450 horas y su horizonte en 4 años es hacer la Escuela de Guerra y prepararse para volar escritorios definitivamente...ganará 30,000 pesos con el grado de Mayor...no hace falta que les diga porque hoy es tan apetecible ir a Morón a volar Piper/Chincul Dakota...
 

BIGUA82

VETERANO DE GUERRA DE MALVINAS
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El Hospital Aeronáutico Central (HAC) llama a concurso para las Residencias Hospitalarias 2018.

Fecha inscripción Residencias Médicas Básicas y Farmacia y Residencias Pos Básicas – Nefrología: en la web de la Facultad de Medicina (UBA) del 26 de febrero al 26 de marzo del 2018.

Fecha inscripción Residencia Bioquímica: en el HAC del 1º de marzo al 10 de abril de 2018.

Para conocer los requisitos y documentación a presentar, comunicarse con el Departamento Docencia e Investigación del HAC telefónicamente al (011) 5168-7100 interno: 63449 de 8 a 13 Hs. También podés enviar un mail a [email protected] o a [email protected]

#HAC #Residencias #OrgulloDePertenecer #FuerzaAéreaArgentina

 

BIGUA82

VETERANO DE GUERRA DE MALVINAS
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Campaña Antártica de Verano 2017/2018

Los Mil MI-171E matriculas H-94 y H-95 observados en la plataforma de la Base Aeronaval Comandante Espora durante una escala en su vuelo rumbo a Ushuaia a donde se alistarán para el cruce que uno de los aparatos efectuará rumbo a la Base Antártica Marambio.

Foto: Ruben Andres Casucelli

Fuente: https://www.facebook.com/groups/152819834739278/

 

BIGUA82

VETERANO DE GUERRA DE MALVINAS
Colaborador
DSV
Esta es la nota en Noticias en Vuelo,órgano oficial de la pagina web de la FAA.


“ESTAR MÁS CERCA DE PAPÁ”

35 años después, Ezequiel Martel pudo cumplir su sueño de surfear en las frías aguas de las Islas Malvinas para honrar a su padre caído en combate
Por Lic. Laura Artuso. Fotos: Gentileza Ezequiel Martel























Ezequiel Martel es personal civil de la Fuerza Aérea Argentina y lleva con él una historia conmovedora que comienza en el año 1982. Teniendo 10 meses de vida, su padre, el mayor (PM) Rubén Héctor Martel entregó su vida por la Patria en el Conflicto de Malvinas un 1º de junio a bordo de un Hércules C-130 E, matrícula TC-63 y hoy los restos del avión yacen a unos 70 kilómetros mar adentro, en algún sitio del fondo submarino de la isla Borbón.

Este año para Ezequiel, coincidentemente, se dio una repetición de números: los 35 años de la guerra, su edad al momento de viajar y la de su papá al morir, junto a su valerosa tripulación.

Para rendirles homenaje en este nuevo aniversario el joven viajó a las islas para surfear en las aguas donde cayó la aeronave y unir tres puntos consecutivos sobre el mapa en los que realizaría su travesía. Dicha unión dio como resultado un triángulo que une las islas Gran Malvina con Soledad y que, para sorpresa de Ezequiel, vista en lejanía apuntaba hacia la Argentina.

“Surfear las olas me permiten sentirme libre; es una mezcla de emociones. Cada vez que clame el viento y ruja el mar ahí estaré”,comienza su relato Ezequiel quien en 2015 ya había realizado su experiencia deportiva en territorio malvinense. “Elegí esta forma de homenajearlo porque el surf tiene algo que nos conecta con nuestro entorno. Cada ola es un desafío. Lo que hacemos en esas tablas es levantarnos, caernos y volver a ponernos de pie. El legado de mi padre en mi vida tiene que ver con eso".

Crónica de la travesía

El joven aventurero arribó a las islas Malvinas un sábado al mediodía y, luego de los trámites correspondientes, se albergó durante cinco noches en la casa de Arlette Betts, una amable lugareña que lo acompañó incondicionalmente. Al día siguiente, luego del desayuno, y gracias a la excelente predisposición de la dueña de casa logró conseguir un vehículo que estuvo a su disposición y que lo llevaría hacía “Berthas Beach”.

“Al llegar a esta playa con nombre de mujer, decidí que la primera ola que tuviera delante mío tendría como destinataria a todas las mamás, esposas, hijas y hermanas que perdieron a un ser querido en la guerra (…) Me paré sobre mi tabla de la misma manera que lo hicieron ellas al ponerse pie y sacar adelante una familia y a su entorno”. Tras un profundo suspiro comentó: “Mi primer punto en el mapa de Malvinas ya lo había concretado”.

Un nuevo día con un sol inusual le permitió iniciar la jornada con las energías renovadas. Sin dudas por la tarde tendría un encuentro especial: dos años después volvía a aquella playa donde tuvo su bautismo en el mar. “Con todo el equipo colocado y acompañado por un ejército de algas que al principio complicaron la remada, pude alcanzar dos olas. La felicidad se resumió en un grito de arenga: ¡Vamos carajo! Dos olas por el 2 de abril. Quizás me haya quedado corto, pero eran dos olas en honor a nuestros 649 héroes de Malvinas. Mi segundo punto también lo había alcanzado con éxito”.

La semana iba transcurriendo y quedaba el último punto por cumplir: “A bordo del Britt Islander del Malvinas Islands Government Air Service (FIGAS) con mi equipaje y mi tabla detrás emprendíamos el vuelo de Soledad a Gran Malvina. Mi objetivo: Isla de Borbón”.

Luego de unas horas en vuelo, la silueta de la isla y la majestuosidad de su imponente geografía marcaba un mensaje de bienvenida: “Con la disminución del ruido característico de los motores en descenso y un suave planeo el Britt Islander me hacía tocar tierra en lo que tanto añoraba por descubrir… Había aterrizado en la isla donde yacen algunos de los restos del Hércules TC-63”.

Una vez instalado en lo que sería su casa por tres días, Ezequiel salió a recorrer las inmediaciones de la pista de aterrizaje y la extensa playa de Bahía Elefante. Poder apreciar el paisaje que había visto solamente en fotos lo envolvía de emoción plena. “Después del almuerzo y una siesta reparadora en el sillón del living, escuché el arribo de las 4x4. Ahí tuve el gusto de conocer al dueño de casa, el señor Ricky Evans. Nos subimos a la camioneta y fuimos en busca de algo que unía mi presente con mi pasado. Dicen que Dios sabe porque hace las cosas, pero la repetición del número 35 tres veces se hizo más fuerte en Borbón, ¿casualidad o mera coincidencia? ¡No lo sé!”, manifiesta.

Después tanto tiempo había llegado el momento de arribar a ese punto con el que había soñado conocer desde su niñez para ser el primero en ver los restos de la aeronave e identificarlos. “Desde lejos y a través del parabrisas empecé a distinguirlos, la emoción era enorme, nos detuvimos justo al lado y con admiración y una inmensa alegría empecé a mirarlos con atención y a examinarlos. Tenía delante de mí una parte de la historia y de siete familias. No estaba triste, estaba feliz porque después de 35 había encontrado algo más”.

En 1983, un año después de que el TC-63 fuera derribado, ese mismo mar que hoy es su tumba empujó los restos hacia la costa noroeste para que un vestigio quedara como testimonio de tanta entrega. Fueron los pobladores quienes retiraron estos restos de la playa y los trasladaron hacia su lugar actual.

“Con Rick pudimos moverlos y tomar varias fotografías (…) Esa misma noche hable con mi mamá y con los tres mecánicos de aquel Hércules para darles la noticia del hallazgo”.

Al día siguiente, Ezequiel retornó al lugar y realizó un minuto de silencio. “Me abracé a la pieza donde me quebré en llanto; minutos después me incorporé y escribí los apellidos de los siete más la leyenda ‘TC-63 Presentes’, lancé siete piedras al mar por cada uno y me retiré del lugar”.

Emocionado por lo lejos que había llegado en su travesía y habiendo estado tan cerca de los héroes, sólo restaba surfear en el último punto delimitado. “Decidimos atravesar el espigón y bajar en la playa este donde tenía algo pendiente desde el 2015 y quería cumplir. Tenía guardado el nuevo escudo de Escuadrón I C-130 con la modificación del agregado del laurel de siete hojas por cada uno de los fallecidos. Le pedí a Rick que buscara una piedra para colocar el escudo con cinta y luego lo arrojé al grito de ¡63! Marcando el reloj las 5:20 de la tarde mi sueño se volvió realidad. Por última vez ingresaba al mar en el punto más lejano y jamás conquistado del Atlántico Sur y por primera vez iba a surfear en las playas de la isla Gran Malvina. Me convertía así en el primer surfista que entraba en el mar de Borbón”.

El conquistador de olas, ya sobre su tabla y cautivado por la majestuosidad del paisaje, esperaba el oleaje. De repente observó en el cielo algo que se acercaba. Su posición en el mar empezaba a ser sobrevolada por una bandada de albatros que se mantenía por encima de él volando en círculos: “Sólo puedo decir que me quedé sin palabras; era creer o reventar. Llegué a contar siete; ¡vaya casualidad! ¿Habrán sido los siete tripulantes? No lo sé, pero sí sé que no estuve solo”.

Desde la orilla Ricky registró con su cámara el momento en el que los pájaros se mantuvieron en guardia durante el tiempo que Ezequiel estuvo dentro del agua: “Después de 30 minutos en el mar y de haber podido surfear el punto más lejano con esa compañía en el cielo, me dispuse a salir con la inmensa felicidad de que pude cumplir mi ansiado objetivo”.

“35 años después estuve cerca del TC-63 y de sus héroes. Me separaban solamente 38 millas náuticas y pude surfear cerca de ellos (…) Pensar en lo que pasó me eriza la piel. Soy feliz de saber que una vez más pude estar cerca de papá”, finalizó.
 
Hace unos días la FAA compartió en twitter la experiencia de Ezequiel Martel surfeando en Malvinas, y puso una imagen donde el nombre de las islas es... Banhead

Es una constante de este gobierno llamar a las Malvinas con el nombre que le dio el usurpador. Que pase una vez puede ser un error humano de algun despistado, pero ya es como la quinta vez que me entero que pasa
 

Charly B.

Miembro del Staff
Moderador
Es una constante de este gobierno llamar a las Malvinas con el nombre que le dio el usurpador. Que pase una vez puede ser un error humano de algun despistado, pero ya es como la quinta vez que me entero que pasa
Gobierno? Es el community manager de la FAA que le viene pifiando feo. Hace unas semanas publicaron la imagen de unos Pucará en formación...el detalle fue que eran Uruguayos
 
Otro animalito remplazará a las Islas Malvinas en el billete de $ 50.

Como comento el jefe de gabinete el año pasado "...un de las cosas chiquitas pero simbólicas más lindas" .... "es la primera vez en la historia argentina que hay seres vivos en nuestra moneda nacional" ... "dejamos la muerte atrás, que la muerte esté tranquila, que descanse en paz y vivamos nuestra vida"... "analizar la coyuntura en función del pasado no es normal" ... "en otros países no pasa".
 
Otro animalito remplazará a las Islas Malvinas en el billete de $ 50.

Como comento el jefe de gabinete el año pasado "...un de las cosas chiquitas pero simbólicas más lindas" .... "es la primera vez en la historia argentina que hay seres vivos en nuestra moneda nacional" ... "dejamos la muerte atrás, que la muerte esté tranquila, que descanse en paz y vivamos nuestra vida"... "analizar la coyuntura en función del pasado no es normal" ... "en otros países no pasa".

"En otros paises no pasa" como en USA, donde los billetes tienen imagenes de su flora y fauna, Ah no, para....
Que pedazo de ******* eso de andar cambiando los billetes solo por capricho de un funcionario de turno, ademas del costo, cada vez mas fuleros los imprimen, y la justificacion es para el libro Guinness
 

BIGUA82

VETERANO DE GUERRA DE MALVINAS
Colaborador
Diario:Ambito Financiero



POR EDGARDO AGUILERA.-
jueves 4 de Enero de 2018
Crisis que se repite: faltan aviones para la campaña antártica
• UNA FALLA SACÓ DE SERVICIO A LOS HÉRCULES QUE PERMANECEN EN TIERRA
El país con más bases permanentes y temporarias en la Antártida no puede sostener un puente aéreo logístico. Se incorporó de apuro un aparato no previsto para la misión que arrancó en diciembre.




Vuelo. Científicos argentinos abordaban ayer un vuelo de la Fuerza Áerea hacia la Antártida.

Otra vez la campaña antártica saca a la luz la desinversión en las FF.AA. El despliegue logístico que se inició el 16 de diciembre pasado no cuenta con aviones de transporte C-130 Hércules. Sólo un aparato matrícula TC-64 se incorporó de emergencia ante la deserción por fallas de los aparatos previstos para el abastecimiento de la base Marambio. Las únicas dos aeronaves que estaban operativas en condiciones de cruzar a la Antártida fueron modernizadas entre 2014 y 2016 bajo el Programa de Remoción de Obsolescencias del Sistema Hércules a cargo de la empresa estadounidense L3.

El contrato por 75 millones de dólares se cerró y pagó durante la gestión kirchnerista luego de años de reducciones presupuestarias que hicieron estragos en la dotación de aviones de transporte Hércules. Desde el 2 de diciembre pasado esas dos aeronaves están en tierra porque una de ellas, matricula TC-69, presentó una falla en el sistema reversor (permite el cambio del ángulo de ataque o paso de la hélice) utilizado para detener el avión en un aterrizaje. El incidente obligó a dejar sin servicio a la restante matricula TC-61 hasta tanto se determine cuál fue el problema y solucionarlo. Aún no se logró.

En la tarea trabajan codo a codo en El Palomar técnicos criollos y personal de la firma norteamericana L 3. Otro inconveniente complica la reparación, no se pudieron decodificar los datos del FDR, acrónimo inglés de Flight Data Recorder conocida como "caja negra". Los aviadores confiaban en acceder a los parámetros del vuelo que se registran en el FDR pero la memoria estaba completa y no quedó nada grabado.

Ante la carencia de soporte aéreo. Defensa echó mano a la solidaridad regional. Casi una actitud mendicante para un país con más de 100 años de presencia ininterrumpida en la Antártida, con 6 bases permanentes, 7 temporarias e innumerables campamentos y refugios de uso intermitente pilares del reclamo soberano en el continente blanco. Uruguay respondió el llamado. La Fuerza Aérea uruguaya desplegó el Hércules matrícula FAU 591 el 14 de diciembre pasado y dejó combustible, víveres y enseres de uso inmediato para la dotación de Marambio.

Zafó de la emergencia a una base que por su ubicación geográfica, -está en una meseta elevada 200 metros sobre el nivel del mar-, resulta imposible el abastecimiento por mar y sólo puede llegarse por modo aéreo. Una limitación que encarece sobremanera la logística de la campaña, requiere muchas horas de vuelo sin contar el desgaste al que se someten las pocas aeronaves con que cuenta el país.

El puente aéreo a Marambio depende por ahora del TC-64, y permanece en apoyo o back up en la base Río Gallegos el TC-61 que en rigor no podría volar si hubiese una emergencia con el 64 porque su operación se suspendió hasta tanto no se determine y solucione la falla de los reversores que ocurrió en el otro modernizado, el 69.

El programa de modernización alcanza a 5 aviones Hércules de la versión o modelo H de los cuales los dos primeros finalizados son los que se pararon por el desperfecto en reversares. Hay un tercero, matrícula TC-70 en proceso de modernización en la planta cordobesa de la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA). Este avión llevaba más de dos años en la fábrica sujeto a un servicio de mantenimiento mayor PDM (Programmed Depot Maintenance), y se decidió incorporarlo en paralelo al programa de modernización con el objetivo de acortar plazos y concentrar esfuerzos.

El atajo no alcanza a enmendar la constante de la falta de partidas presupuestarias que demoraron las tareas de PDM del TC-70. Deudas de arrastre con proveedores internacionales y locales de servicios y repuestos.

La fuerza tiene una disposición interna que sólo autoriza vuelos antárticos al Hércules del modelo H. Estos, a diferencia de los de la versión B, tienen mejoras en el sistema de frenado que permite aterrizajes en pistas cortas además portan pilones externos en los planos (alas) para combustible que les da mayor autonomía. La necesidad de pertrechos para Marambio salteó esa normativa para Uruguay que entró a Marambio con un Hércules modelo B.

Los ejemplares que entraron al programa de modernización son todos versión H, el TC 69 (reabastecedor), TC-61, ambos terminados, está en línea el 70 y faltaría ingresar al programa el TC-64, en la actualidad cumpliendo puente aéreo y el TC-66, sin servicio.
 

BIGUA82

VETERANO DE GUERRA DE MALVINAS
Colaborador
Otro animalito remplazará a las Islas Malvinas en el billete de $ 50.

Como comento el jefe de gabinete el año pasado "...un de las cosas chiquitas pero simbólicas más lindas" .... "es la primera vez en la historia argentina que hay seres vivos en nuestra moneda nacional" ... "dejamos la muerte atrás, que la muerte esté tranquila, que descanse en paz y vivamos nuestra vida"... "analizar la coyuntura en función del pasado no es normal" ... "en otros países no pasa".
Calificacion: NO ME GUSTA
 

FerTrucco

Colaborador
DSV
Esta es la nota en Noticias en Vuelo,órgano oficial de la pagina web de la FAA.


“ESTAR MÁS CERCA DE PAPÁ”

35 años después, Ezequiel Martel pudo cumplir su sueño de surfear en las frías aguas de las Islas Malvinas para honrar a su padre caído en combate
Por Lic. Laura Artuso. Fotos: Gentileza Ezequiel Martel























Ezequiel Martel es personal civil de la Fuerza Aérea Argentina y lleva con él una historia conmovedora que comienza en el año 1982. Teniendo 10 meses de vida, su padre, el mayor (PM) Rubén Héctor Martel entregó su vida por la Patria en el Conflicto de Malvinas un 1º de junio a bordo de un Hércules C-130 E, matrícula TC-63 y hoy los restos del avión yacen a unos 70 kilómetros mar adentro, en algún sitio del fondo submarino de la isla Borbón.

Este año para Ezequiel, coincidentemente, se dio una repetición de números: los 35 años de la guerra, su edad al momento de viajar y la de su papá al morir, junto a su valerosa tripulación.

Para rendirles homenaje en este nuevo aniversario el joven viajó a las islas para surfear en las aguas donde cayó la aeronave y unir tres puntos consecutivos sobre el mapa en los que realizaría su travesía. Dicha unión dio como resultado un triángulo que une las islas Gran Malvina con Soledad y que, para sorpresa de Ezequiel, vista en lejanía apuntaba hacia la Argentina.

“Surfear las olas me permiten sentirme libre; es una mezcla de emociones. Cada vez que clame el viento y ruja el mar ahí estaré”,comienza su relato Ezequiel quien en 2015 ya había realizado su experiencia deportiva en territorio malvinense. “Elegí esta forma de homenajearlo porque el surf tiene algo que nos conecta con nuestro entorno. Cada ola es un desafío. Lo que hacemos en esas tablas es levantarnos, caernos y volver a ponernos de pie. El legado de mi padre en mi vida tiene que ver con eso".

Crónica de la travesía

El joven aventurero arribó a las islas Malvinas un sábado al mediodía y, luego de los trámites correspondientes, se albergó durante cinco noches en la casa de Arlette Betts, una amable lugareña que lo acompañó incondicionalmente. Al día siguiente, luego del desayuno, y gracias a la excelente predisposición de la dueña de casa logró conseguir un vehículo que estuvo a su disposición y que lo llevaría hacía “Berthas Beach”.

“Al llegar a esta playa con nombre de mujer, decidí que la primera ola que tuviera delante mío tendría como destinataria a todas las mamás, esposas, hijas y hermanas que perdieron a un ser querido en la guerra (…) Me paré sobre mi tabla de la misma manera que lo hicieron ellas al ponerse pie y sacar adelante una familia y a su entorno”. Tras un profundo suspiro comentó: “Mi primer punto en el mapa de Malvinas ya lo había concretado”.

Un nuevo día con un sol inusual le permitió iniciar la jornada con las energías renovadas. Sin dudas por la tarde tendría un encuentro especial: dos años después volvía a aquella playa donde tuvo su bautismo en el mar. “Con todo el equipo colocado y acompañado por un ejército de algas que al principio complicaron la remada, pude alcanzar dos olas. La felicidad se resumió en un grito de arenga: ¡Vamos carajo! Dos olas por el 2 de abril. Quizás me haya quedado corto, pero eran dos olas en honor a nuestros 649 héroes de Malvinas. Mi segundo punto también lo había alcanzado con éxito”.

La semana iba transcurriendo y quedaba el último punto por cumplir: “A bordo del Britt Islander del Malvinas Islands Government Air Service (FIGAS) con mi equipaje y mi tabla detrás emprendíamos el vuelo de Soledad a Gran Malvina. Mi objetivo: Isla de Borbón”.

Luego de unas horas en vuelo, la silueta de la isla y la majestuosidad de su imponente geografía marcaba un mensaje de bienvenida: “Con la disminución del ruido característico de los motores en descenso y un suave planeo el Britt Islander me hacía tocar tierra en lo que tanto añoraba por descubrir… Había aterrizado en la isla donde yacen algunos de los restos del Hércules TC-63”.

Una vez instalado en lo que sería su casa por tres días, Ezequiel salió a recorrer las inmediaciones de la pista de aterrizaje y la extensa playa de Bahía Elefante. Poder apreciar el paisaje que había visto solamente en fotos lo envolvía de emoción plena. “Después del almuerzo y una siesta reparadora en el sillón del living, escuché el arribo de las 4x4. Ahí tuve el gusto de conocer al dueño de casa, el señor Ricky Evans. Nos subimos a la camioneta y fuimos en busca de algo que unía mi presente con mi pasado. Dicen que Dios sabe porque hace las cosas, pero la repetición del número 35 tres veces se hizo más fuerte en Borbón, ¿casualidad o mera coincidencia? ¡No lo sé!”, manifiesta.

Después tanto tiempo había llegado el momento de arribar a ese punto con el que había soñado conocer desde su niñez para ser el primero en ver los restos de la aeronave e identificarlos. “Desde lejos y a través del parabrisas empecé a distinguirlos, la emoción era enorme, nos detuvimos justo al lado y con admiración y una inmensa alegría empecé a mirarlos con atención y a examinarlos. Tenía delante de mí una parte de la historia y de siete familias. No estaba triste, estaba feliz porque después de 35 había encontrado algo más”.

En 1983, un año después de que el TC-63 fuera derribado, ese mismo mar que hoy es su tumba empujó los restos hacia la costa noroeste para que un vestigio quedara como testimonio de tanta entrega. Fueron los pobladores quienes retiraron estos restos de la playa y los trasladaron hacia su lugar actual.

“Con Rick pudimos moverlos y tomar varias fotografías (…) Esa misma noche hable con mi mamá y con los tres mecánicos de aquel Hércules para darles la noticia del hallazgo”.

Al día siguiente, Ezequiel retornó al lugar y realizó un minuto de silencio. “Me abracé a la pieza donde me quebré en llanto; minutos después me incorporé y escribí los apellidos de los siete más la leyenda ‘TC-63 Presentes’, lancé siete piedras al mar por cada uno y me retiré del lugar”.

Emocionado por lo lejos que había llegado en su travesía y habiendo estado tan cerca de los héroes, sólo restaba surfear en el último punto delimitado. “Decidimos atravesar el espigón y bajar en la playa este donde tenía algo pendiente desde el 2015 y quería cumplir. Tenía guardado el nuevo escudo de Escuadrón I C-130 con la modificación del agregado del laurel de siete hojas por cada uno de los fallecidos. Le pedí a Rick que buscara una piedra para colocar el escudo con cinta y luego lo arrojé al grito de ¡63! Marcando el reloj las 5:20 de la tarde mi sueño se volvió realidad. Por última vez ingresaba al mar en el punto más lejano y jamás conquistado del Atlántico Sur y por primera vez iba a surfear en las playas de la isla Gran Malvina. Me convertía así en el primer surfista que entraba en el mar de Borbón”.

El conquistador de olas, ya sobre su tabla y cautivado por la majestuosidad del paisaje, esperaba el oleaje. De repente observó en el cielo algo que se acercaba. Su posición en el mar empezaba a ser sobrevolada por una bandada de albatros que se mantenía por encima de él volando en círculos: “Sólo puedo decir que me quedé sin palabras; era creer o reventar. Llegué a contar siete; ¡vaya casualidad! ¿Habrán sido los siete tripulantes? No lo sé, pero sí sé que no estuve solo”.

Desde la orilla Ricky registró con su cámara el momento en el que los pájaros se mantuvieron en guardia durante el tiempo que Ezequiel estuvo dentro del agua: “Después de 30 minutos en el mar y de haber podido surfear el punto más lejano con esa compañía en el cielo, me dispuse a salir con la inmensa felicidad de que pude cumplir mi ansiado objetivo”.

“35 años después estuve cerca del TC-63 y de sus héroes. Me separaban solamente 38 millas náuticas y pude surfear cerca de ellos (…) Pensar en lo que pasó me eriza la piel. Soy feliz de saber que una vez más pude estar cerca de papá”, finalizó.

Primera vez que leo que hay restos del TC-63 en tierra.

Diario:Ambito Financiero



POR EDGARDO AGUILERA.-
jueves 4 de Enero de 2018
Crisis que se repite: faltan aviones para la campaña antártica
• UNA FALLA SACÓ DE SERVICIO A LOS HÉRCULES QUE PERMANECEN EN TIERRA
El país con más bases permanentes y temporarias en la Antártida no puede sostener un puente aéreo logístico. Se incorporó de apuro un aparato no previsto para la misión que arrancó en diciembre.




Vuelo. Científicos argentinos abordaban ayer un vuelo de la Fuerza Áerea hacia la Antártida.

Otra vez la campaña antártica saca a la luz la desinversión en las FF.AA. El despliegue logístico que se inició el 16 de diciembre pasado no cuenta con aviones de transporte C-130 Hércules. Sólo un aparato matrícula TC-64 se incorporó de emergencia ante la deserción por fallas de los aparatos previstos para el abastecimiento de la base Marambio. Las únicas dos aeronaves que estaban operativas en condiciones de cruzar a la Antártida fueron modernizadas entre 2014 y 2016 bajo el Programa de Remoción de Obsolescencias del Sistema Hércules a cargo de la empresa estadounidense L3.

El contrato por 75 millones de dólares se cerró y pagó durante la gestión kirchnerista luego de años de reducciones presupuestarias que hicieron estragos en la dotación de aviones de transporte Hércules. Desde el 2 de diciembre pasado esas dos aeronaves están en tierra porque una de ellas, matricula TC-69, presentó una falla en el sistema reversor (permite el cambio del ángulo de ataque o paso de la hélice) utilizado para detener el avión en un aterrizaje. El incidente obligó a dejar sin servicio a la restante matricula TC-61 hasta tanto se determine cuál fue el problema y solucionarlo. Aún no se logró.

En la tarea trabajan codo a codo en El Palomar técnicos criollos y personal de la firma norteamericana L 3. Otro inconveniente complica la reparación, no se pudieron decodificar los datos del FDR, acrónimo inglés de Flight Data Recorder conocida como "caja negra". Los aviadores confiaban en acceder a los parámetros del vuelo que se registran en el FDR pero la memoria estaba completa y no quedó nada grabado.

Ante la carencia de soporte aéreo. Defensa echó mano a la solidaridad regional. Casi una actitud mendicante para un país con más de 100 años de presencia ininterrumpida en la Antártida, con 6 bases permanentes, 7 temporarias e innumerables campamentos y refugios de uso intermitente pilares del reclamo soberano en el continente blanco. Uruguay respondió el llamado. La Fuerza Aérea uruguaya desplegó el Hércules matrícula FAU 591 el 14 de diciembre pasado y dejó combustible, víveres y enseres de uso inmediato para la dotación de Marambio.

Zafó de la emergencia a una base que por su ubicación geográfica, -está en una meseta elevada 200 metros sobre el nivel del mar-, resulta imposible el abastecimiento por mar y sólo puede llegarse por modo aéreo. Una limitación que encarece sobremanera la logística de la campaña, requiere muchas horas de vuelo sin contar el desgaste al que se someten las pocas aeronaves con que cuenta el país.

El puente aéreo a Marambio depende por ahora del TC-64, y permanece en apoyo o back up en la base Río Gallegos el TC-61 que en rigor no podría volar si hubiese una emergencia con el 64 porque su operación se suspendió hasta tanto no se determine y solucione la falla de los reversores que ocurrió en el otro modernizado, el 69.

El programa de modernización alcanza a 5 aviones Hércules de la versión o modelo H de los cuales los dos primeros finalizados son los que se pararon por el desperfecto en reversares. Hay un tercero, matrícula TC-70 en proceso de modernización en la planta cordobesa de la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA). Este avión llevaba más de dos años en la fábrica sujeto a un servicio de mantenimiento mayor PDM (Programmed Depot Maintenance), y se decidió incorporarlo en paralelo al programa de modernización con el objetivo de acortar plazos y concentrar esfuerzos.

El atajo no alcanza a enmendar la constante de la falta de partidas presupuestarias que demoraron las tareas de PDM del TC-70. Deudas de arrastre con proveedores internacionales y locales de servicios y repuestos.

La fuerza tiene una disposición interna que sólo autoriza vuelos antárticos al Hércules del modelo H. Estos, a diferencia de los de la versión B, tienen mejoras en el sistema de frenado que permite aterrizajes en pistas cortas además portan pilones externos en los planos (alas) para combustible que les da mayor autonomía. La necesidad de pertrechos para Marambio salteó esa normativa para Uruguay que entró a Marambio con un Hércules modelo B.

Los ejemplares que entraron al programa de modernización son todos versión H, el TC 69 (reabastecedor), TC-61, ambos terminados, está en línea el 70 y faltaría ingresar al programa el TC-64, en la actualidad cumpliendo puente aéreo y el TC-66, sin servicio.

¿El F-28 ya había operado en la Antártida?
 

tanoarg

Miembro del Staff
Moderador
"En otros paises no pasa" como en USA, donde los billetes tienen imagenes de su flora y fauna, Ah no, para....
Que pedazo de ******* eso de andar cambiando los billetes solo por capricho de un funcionario de turno, ademas del costo, cada vez mas fuleros los imprimen, y la justificacion es para el libro Guinness
sera que en ee.uu. hace 200 años, que los billetes siempre son los mismos y no tienen necesidad de modificarlos constantemente?
 
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