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Al igual que en Europa, en el sudeste asiático un antiguo Imperio estaba en decadencia y se generaba un vacío de poder que trataría de ser ocupado por otros. Ese decadente Imperio era China.
Por prioridades, distancias y otros aspectos, los intentos colonizadores europeos sobre la gigante china fueron modestos (comparados con la conquista de América, Africa, India, etc.). Alemania estuvo presente conquistando varias islas chinas, al igual que el Reino Unido y otras potencias euroepas. El Imperio Chino en cuanto tal continuaba existiendo pero "cedía voluntariamente" sus islas a las nuevas potencias europeas, a la vez que aceptaba tratos que habrían sus fronteras a los productos europeos (siendo los casos más paradigmáticos las Guerras por el Opio y la isla de Hong Kong).
China también perdía influencia sobre los estados tributarios que la rodeaban, ya sea que fueran conquistados por una potencia europea (siendo lo más resonado Corea y la Indochina en manos francesas) o porque, simplemente, dejaban de tributarle (Japón). Estos cambios también contribuyeron a fragmentar la sociedad y la economía china que, finalmente, enfrentaría una larga guerra civil.
La Rusia zarista realizaba una expansión similar hacía oriente (muy parecido al viaje hacía el oeste de Estados Unidos) que los llevó a conquistar ex territorios chinos y disputarse con China la actual Mongolia, Manchuria y Corea (territorios por los que termino compitiendo con Japón). También conquisto Alaska, que posteriormente le vendió a Estados Unidos.
Para finales del siglo XIX aparecen dos potencias emergentes no europeas: Japón y Estados Unidos (algunos contemporáneos también veían a Argentina como una potencia emergente, pero estaban equivocados). En el caso de Japón, analizaban que el Imperio Chino estaba decayendo y se producía un vacío de poder que alguien terminaría ocupando. Observaban que las lejanas potencias europeas tenían escasa capacidad y presencia, por lo que no terminarían ocupando ese vacío. Japón, por tanto, percibió la oportunidad de ocupar ese espacio.
Sus principales rivales estratégicos eran la resistencia que impusiera la decadente China y el conflicto de intereses con la incipiente Rusia en las zonas continentales, por un lado; y las débiles potencias europeas y el incipiente Estados Unidos en el Pacífico, por otro lado.
La segunda potencia emergente era Estados Unidos. Ya habían finalizado su viaje hacía el Oeste, buscaba reconocimiento y prestigio, nuevos mercados y, en cierta medida, sumarse a la moda imperial del momento. Esto se vio reflejado en el Corolario Roseevelt a la Doctrina Monroe, el panamericanismo y la guerra contra España.
Los resultados de esta guerra es que Estados Unidos se transformo en muy pocos años en una nueva potencia regional y hegemónica en el continente americano, especialmente en América Central y el Caribe (siendo los casos más paradigmáticos Cuba, Puerto Rico y Panamá). También se posicionaba con intereses en el Pacífico (Hawai y Filipinas).
Estados Unidos extraía conclusiones similares a Japón. Existía en el Pacífico un creciente vacío de poder que debía y podía ser ocupado y la capacidad europea para hacerlo era casi nula. Su rival estratégico terminaría siendo, básicamente, Japón.
Este contexto explica lo que pasaba en el sudeste asiático y el pacífico desde finales del siglo XIX hasta finalizada la Segunda Guerra Mundial.
En este contexto Japón evalúa que mientras durará la Gran Guerra, las potencias europeas no podrían atender sus compromisos en sus dominios ex chinos, los cuales estaban librados a su suerte.
Servía como antecedente el hecho de que la Reclusión Francesas y las guerras napoleonicas un vació de poder similar en las colonias americanas contribuyo a que estas se independizaran.
Por tanto, los japoneses aprovechar la oportunidad de la Gran Guerra para, entre otras cosas, conquistar las colonias alemanas en China (Alemania no tenía ninguna forma de atender este problema). No fue ni lo único ni lo más importante que hicieron, pero es lo que usted consulta.
Finalizada la Primera Guerra Mundial los tratados de paz y la posterior Sociedad de Naciones transformaron a Japón en "administradora" de estas islas, ex colonias alemanas, ex parte de China. Situación que se mantiene hasta hoy.