Brasil se prepara para lanzar primer caza supersónico fabricado en el país
28/04/2025
El primer caza supersónico construido en América Latina pronto estará a la cabeza de la pista. Culminación de un exitoso acuerdo internacional de transferencia de tecnología, el Gripen F-39E fabricado en Brasil está previsto que surque los cielos de Brasil en la segunda mitad del año.
Será un gran logro para la industria nacional, con repercusión global. El país avanza en un camino sin precedentes de adquisición de conocimientos para producir un avión de defensa —y de ataque— que vuele a la velocidad del Match 2, o el doble de la velocidad del sonido, en términos aeronáuticos. Dos unidades industriales construidas especialmente por Saab, en São Bernardo do Campo, y por Embraer, en Gavião Peixoto, ambas en el estado de São Paulo, forman el polo de producción.
La multinacional sueca también ha creado en Embraer el Centro de Pruebas de Vuelo del Gripen y el Centro de Diseño, ambos centrados exclusivamente en el programa. El objetivo es convertir este clúster, ampliado con una docena de empresas asociadas, en un centro de construcción de aviones de combate para otros países. El mes pasado, Colombia, Perú y Portugal manifestaron su interés en adquirir el avión, que además de volar a 2.450 kilómetros por hora, ha esquivado radares y superado a oponentes en recientes ejercicios aéreos.
Se trata, de hecho, de una trayectoria notable. “Este es el mayor programa de transferencia de tecnología jamás realizado por Saab y la mayor exportación desde Suecia hasta la fecha”, afirma Mikael Franzén, vicepresidente del negocio aeronáutico de Saab y Gripen. En los últimos diez años, hemos capacitado a 350 profesionales brasileños en nuestra fábrica de Linköping (sede global de la empresa), Suecia. Estimamos que se crearán entre 10.000 y 13.000 empleos directos en Brasil, tanto en Saab como en empresas asociadas como Embraer, Akaer, AEL Sistemas, Atech y otras. En esta cadena de producción, la fábrica de Saab fabrica las piezas pesadas, mientras que la de Embraer ensambla los aviones. “La asociación entre Embraer y Saab para desarrollar el Gripen es un ejemplo de colaboración con resultados significativos”, afirmó la empresa brasileña en un comunicado. “Combinamos habilidades y experiencia para aprovechar aún más el potencial de la industria nacional”.
Con sede en São José dos Campos, Akaer es un claro ejemplo del efecto que un contrato de 4.000 millones de dólares para la entrega de infraestructura y 36 aviones (ocho de los cuales ya están en Brasil) puede generar cuando hay producción compartida. La empresa especializada en sistemas de defensa ha crecido de 75 a 700 empleados en los últimos años. “Participar en el programa Gripen es un hito en nuestra historia”, afirma el presidente de Akaer, César Silva. “Fue una oportunidad para aplicar nuestros conocimientos de ingeniería a un proyecto de talla mundial y absorber tecnologías estratégicas. Esto nos proyectó como un socio confiable a nivel internacional”, añade el director de la empresa, con presencia en veinte países.
En los últimos tiempos, el Gripen ha llegado a ser reconocido como un caza con excelente tecnología de a bordo, bajos costos de mantenimiento y alta confiabilidad. La capacidad de aterrizar y despegar en pistas de menos de 600 metros es una cualidad exclusiva del avión. A máxima velocidad, vuela de São Paulo a Río de Janeiro en doce minutos. “El Gripen resultó ser una gran elección para la Fuerza Aérea Brasileña”, afirma el ex ministro de Defensa Nelson Jobim. “El caza es un éxito mundial”.
La percepción positiva de los aviones supersónicos militares ganó nuevas dimensiones después del evento conocido como “Ejercicio Cruzeiro do Sul”, Cruzex, organizado anualmente por la FAB y que contó con la participación de 3.500 militares. En diciembre pasado, desde la base de Parnamirim (RN), el Escuadrón Gripen, comandado por el Teniente Coronel Ramon Fórneas, se destacó en los enfrentamientos que involucraron a cincuenta cazas controlados por pilotos de dieciséis naciones. La hazaña más comentada fue la victoria del Gripen en combate directo contra los poderosos F-15C estadounidenses. Con cautela, la FAB sólo comenta que “el desempeño superó las expectativas”, como resume el coronel Fórneas.
El mercado de defensa está en auge. A principios de abril, LAAD, la mayor feria del sector en América Latina, batió un récord en Río de Janeiro con delegaciones de 68 países y 400 expositores de artefactos bélicos. El actual conflicto comercial patrocinado por Estados Unidos y la postura errática del presidente Donald Trump están sacudiendo los cimientos de alianzas de larga data entre países. Considerado un caza de 4,5 generaciones, el Gripen ha eclipsado incluso a los F-35 estadounidenses, que prometen una invisibilidad total al rastreo. En la red de intrigas que permea el mundo de los negocios multimillonarios y la política, el gobierno norteamericano citó a Saab para que explique el contrato brasileño al Departamento de Justicia del país, después de ver que sus aviones de combate fueron pasados por alto. Por otra parte, en Europa circularon rumores que hicieron sospechar la existencia de un “botón secreto” en los aviones de combate vendidos por Estados Unidos, una especie de interruptor maestro que podía apagarse a distancia.
En 1982, la Fuerza Aérea Sueca abrió un concurso para elegir un nombre para un avión de combate en desarrollo. La azafata Helena Sillen ganó. Justificó a Gripen como un derivado del inglés Griffin, que define una criatura mítica con cabeza, pico, garras y alas de águila, pero cuerpo de león. “Dice la leyenda que este nombre une fuerza y sabiduría”, afirma Mikael Franzén. En el mundo real, apoyado en estos dos pilares, el negocio de Saab avanza. Hoy, con 175 de sus cazas, en tres versiones, comprados por siete países, la compañía apuesta por una nación tropical para vender mucho más. En otras palabras, se autoriza el despegue del Gripen brasileño al mundo.
veja.abril.com.br
Saludos cordiales.
28/04/2025
El primer caza supersónico construido en América Latina pronto estará a la cabeza de la pista. Culminación de un exitoso acuerdo internacional de transferencia de tecnología, el Gripen F-39E fabricado en Brasil está previsto que surque los cielos de Brasil en la segunda mitad del año.
Será un gran logro para la industria nacional, con repercusión global. El país avanza en un camino sin precedentes de adquisición de conocimientos para producir un avión de defensa —y de ataque— que vuele a la velocidad del Match 2, o el doble de la velocidad del sonido, en términos aeronáuticos. Dos unidades industriales construidas especialmente por Saab, en São Bernardo do Campo, y por Embraer, en Gavião Peixoto, ambas en el estado de São Paulo, forman el polo de producción.
La multinacional sueca también ha creado en Embraer el Centro de Pruebas de Vuelo del Gripen y el Centro de Diseño, ambos centrados exclusivamente en el programa. El objetivo es convertir este clúster, ampliado con una docena de empresas asociadas, en un centro de construcción de aviones de combate para otros países. El mes pasado, Colombia, Perú y Portugal manifestaron su interés en adquirir el avión, que además de volar a 2.450 kilómetros por hora, ha esquivado radares y superado a oponentes en recientes ejercicios aéreos.
Se trata, de hecho, de una trayectoria notable. “Este es el mayor programa de transferencia de tecnología jamás realizado por Saab y la mayor exportación desde Suecia hasta la fecha”, afirma Mikael Franzén, vicepresidente del negocio aeronáutico de Saab y Gripen. En los últimos diez años, hemos capacitado a 350 profesionales brasileños en nuestra fábrica de Linköping (sede global de la empresa), Suecia. Estimamos que se crearán entre 10.000 y 13.000 empleos directos en Brasil, tanto en Saab como en empresas asociadas como Embraer, Akaer, AEL Sistemas, Atech y otras. En esta cadena de producción, la fábrica de Saab fabrica las piezas pesadas, mientras que la de Embraer ensambla los aviones. “La asociación entre Embraer y Saab para desarrollar el Gripen es un ejemplo de colaboración con resultados significativos”, afirmó la empresa brasileña en un comunicado. “Combinamos habilidades y experiencia para aprovechar aún más el potencial de la industria nacional”.
Con sede en São José dos Campos, Akaer es un claro ejemplo del efecto que un contrato de 4.000 millones de dólares para la entrega de infraestructura y 36 aviones (ocho de los cuales ya están en Brasil) puede generar cuando hay producción compartida. La empresa especializada en sistemas de defensa ha crecido de 75 a 700 empleados en los últimos años. “Participar en el programa Gripen es un hito en nuestra historia”, afirma el presidente de Akaer, César Silva. “Fue una oportunidad para aplicar nuestros conocimientos de ingeniería a un proyecto de talla mundial y absorber tecnologías estratégicas. Esto nos proyectó como un socio confiable a nivel internacional”, añade el director de la empresa, con presencia en veinte países.
En los últimos tiempos, el Gripen ha llegado a ser reconocido como un caza con excelente tecnología de a bordo, bajos costos de mantenimiento y alta confiabilidad. La capacidad de aterrizar y despegar en pistas de menos de 600 metros es una cualidad exclusiva del avión. A máxima velocidad, vuela de São Paulo a Río de Janeiro en doce minutos. “El Gripen resultó ser una gran elección para la Fuerza Aérea Brasileña”, afirma el ex ministro de Defensa Nelson Jobim. “El caza es un éxito mundial”.
La percepción positiva de los aviones supersónicos militares ganó nuevas dimensiones después del evento conocido como “Ejercicio Cruzeiro do Sul”, Cruzex, organizado anualmente por la FAB y que contó con la participación de 3.500 militares. En diciembre pasado, desde la base de Parnamirim (RN), el Escuadrón Gripen, comandado por el Teniente Coronel Ramon Fórneas, se destacó en los enfrentamientos que involucraron a cincuenta cazas controlados por pilotos de dieciséis naciones. La hazaña más comentada fue la victoria del Gripen en combate directo contra los poderosos F-15C estadounidenses. Con cautela, la FAB sólo comenta que “el desempeño superó las expectativas”, como resume el coronel Fórneas.
El mercado de defensa está en auge. A principios de abril, LAAD, la mayor feria del sector en América Latina, batió un récord en Río de Janeiro con delegaciones de 68 países y 400 expositores de artefactos bélicos. El actual conflicto comercial patrocinado por Estados Unidos y la postura errática del presidente Donald Trump están sacudiendo los cimientos de alianzas de larga data entre países. Considerado un caza de 4,5 generaciones, el Gripen ha eclipsado incluso a los F-35 estadounidenses, que prometen una invisibilidad total al rastreo. En la red de intrigas que permea el mundo de los negocios multimillonarios y la política, el gobierno norteamericano citó a Saab para que explique el contrato brasileño al Departamento de Justicia del país, después de ver que sus aviones de combate fueron pasados por alto. Por otra parte, en Europa circularon rumores que hicieron sospechar la existencia de un “botón secreto” en los aviones de combate vendidos por Estados Unidos, una especie de interruptor maestro que podía apagarse a distancia.
En 1982, la Fuerza Aérea Sueca abrió un concurso para elegir un nombre para un avión de combate en desarrollo. La azafata Helena Sillen ganó. Justificó a Gripen como un derivado del inglés Griffin, que define una criatura mítica con cabeza, pico, garras y alas de águila, pero cuerpo de león. “Dice la leyenda que este nombre une fuerza y sabiduría”, afirma Mikael Franzén. En el mundo real, apoyado en estos dos pilares, el negocio de Saab avanza. Hoy, con 175 de sus cazas, en tres versiones, comprados por siete países, la compañía apuesta por una nación tropical para vender mucho más. En otras palabras, se autoriza el despegue del Gripen brasileño al mundo.
Brasil se prepara para lançar o primeiro caça supersônico fabricado no país
Nova estrela da FAB, o caça sueco Gripen supera concorrentes em competição militar, ganha prestígio e está prestes a estrear de vez nos céus do país
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Saludos cordiales.
