Guerra Farmacológica

Muy interesante nota para leer y debatir. La conclusión parece apocalíptica, pero creo que va de la mano con las acciones de las que son capaces algunos estados. Como nota de color también aparece lo de la "bomba gay" como un arma que se estudio en realidad. Otro dato, sobre el tema de farmacología capaz de "borrar la memoria" recurdo haberlo leido el mes pasado respecto a una droga que se estaba probando en pacientes que habían padecido abuso sexual. De manera que el autor no especula demasiado.

De las neurociencias al antiterrorismo

Armas de guerra farmacológica

Una vez militarizadas las innovaciones que aportan las neurociencias y la investigación farmacológica, permiten pensar en armas radicalmente nuevas. Algunas ya fueron empleadas en el campo de batalla en Irak. Las investigaciones en todos los niveles prosiguen aprovechando la brecha en la Convención de armas químicas.

*Por Steven Wright
Traducción: Lucia Vera

La farmacología de guerra es ineluctable. Es lo que constata la Asociación Médica Británica (BMA, por su sigla en inglés) en su reciente informe sobre la utilización de medicamentos como armas (1).
Hace ya unos cuarenta años que los medicamentos se estudian por su capacidad de ser transformados en armas de guerra. Desde el celebre LSD al gas BZ. diversas drogas militares han sido probadas en humanos; el gas CS fue utilizado en gran escala durante la guerra de Vietnam. Bonfire, un programa soviético secreto, intentó transformar en armas las hormonas humanas responsables de algunas de las principales funciones del cuerpo. Resultan incontables los productos químicos utilizados durante los interrogatorios, así como las diversas sustancias psicoactivas o paralizantes empleadas para inhibir las transmisiones nerviosas, infligir dolor o causar irritaciones.

Por la naturaleza extremadamente técnica de estas investigaciones, los debates han quedado confinados a los organismos especializados en armas no convencionales, como el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), el Programa Harvard-Sussex sobre armas químicas y bacteriológicas, y la organización Pugwash (3). Sin embargo, la revolución del conocimiento en las ciencias de la vida trasnformo por completo las expectativas y las capacidades de los militares en materia de armamento bioquímico.

Suprimir la culpabilidad

Las neurociencias modernas abren pers¬pectivas inimaginables. Ahora se sabe cómo reprogramar moléculas para que tengan como objetivo algunos mecanismos que regulan el funcionamiento neuronal o el ritmo cardíaco. Todo lo que requería experimentaciones muy pesadas está cada vez más informatizado, y los compuestos bioactivos más prometedores pueden ser identificados y probados a una velocidad prodigiosa. Estas proezas, que abren el camino a las recientes innovaciones farmacéuticas y ofrecen esperanzas de tratamiento para enfermedades hasta ahora incurables, también interesan a los militares.

La aplicación de las neurociencias a la seguridad no está exclusivamente destinada a los enemigos y opositores. En Irak, las fuerzas aliadas de Estados Unidos utilizan drogas que permiten mejorar el estado de atención de sus soldados. En un futuro cercano, veremos a las tropas partir al combate cargadas de medicamentos que incrementen su agresividad, así como su resistencia al miedo, el dolor y la fatiga (4). La eliminación de los recuerdos es uno de los objetivos al cual permite acceder la farmacología; ya no es ciencia ficción pensar en tener en el campo de batalla personal militar al que se le ha suprimido el sentimiento de culpabilidad mediante las drogas, y al que se ha protegido del estrés postraumático mediante un borrado selectivo de la memoria.

La tentación económica es fuerte, sobre todo cuando nos damos cuenta de que las secuelas mentales de la guerra afectan a cinco veces más soldados que los sufrimientos físicos y le cuestan una fortuna al ejército.
El informe de la Asociación Británica alerta en ese sentido; a pesar de las convenciones que prohiben las armas biológicas \ químicas, los gobiernos "dan pruebas de un considerable interés en las posibilidades de usar las drogas como armas". Una parte de este interés proviene de la búsqueda de armas no letales.

En 1999, la Comisión de Asuntos Extranjeros, de Seguridad y de Política de Defensa del Parlamento europeo reclamó "un acuerdo internacional dirigido a prohibir a nivel global todo proyecto de investigación y desarrollo, tanto militar como civil, que tenga como objetivo aplicar el conocimiento de los procesos de funcionamiento del cerebro humano en los ámbitos químico, eléctrico, de las ondas sonoras u otros, al desarrollo de armas, lo que podría abrir la puerta a cualquier forma de manipulación del hombre (5)". Pero los atentados del 11 de septiembre de 2001 pusieron fin a esta voluntad de control democrático de las tecnologías de seguridad. El complejo industrial de seguridad llegó a ser el único conductor de este proceso, con presupuestos ilimitados (6).

Temores fundados

Para la Asociación Médica Británica, la noción de un arma farmacológica no letal "es simplemente imposible sin que engen¬dre una mortalidad significativa en la población objetivo. No existe el agente (químico) que permita provocar una incapacidad (...) sin riesgos de muerte en una situación táctica, y tiene pocas chances de surgir en un futuro cercano".

El informe da cuenta de un muy amplio espectro de temores, relativos al personal de salud que participaría en la elaboración o la ejecución de un ataque medicalizado; la recolección de datos sobre los efectos de esos medicamentos; el papel de la medicina y del conocimiento médico con el propósito de desarrollar armas; el doble papel de los médicos, que por un lado deben "no dañar" y, por otro, defender la seguridad nacional; y el papel de los profesionales de la salud cuando se trata de dejar a un lado el derecho internacional.

Estas inquietudes encontraron una ilustración notable el 23 de octubre de 2002, en el asalto al Teatro de Moscú por las fuerzas especiales rusas. Más de 130 de los 912 rehenes murieron (una tasa de mortalidad superior a la de los combates en el campo de batalla, donde es, en promedio, de 1 cada 16). Las autoridades, acusadas de haber maquillado los certificados de defunción, no develaron nunca el nombre del agente químico empleado durante el asalto. Una asociación contó más de 174 muertos y secuelas irreversibles entre los sobrevivientes (7). Por si esto fuera poco, la liquidación de todos los presuntos terroristas chechenos refuerza la idea de que la utilización de gas facilita las ejecuciones arbitrarias y evita el tener que recurrir a la justicia.
El informe de la BMA expresa también el temor de que la dependencia de los fabricantes de armas respecto de la industria farmacéutica contribuya a bajar el nivel de exigencias de calidad y seguridad aplicado a los medicamentos. Descartadas por efectos secundarios indeseables, miles de moléculas duermen en las estanterías de los laboratorios, pudiendo ser recicladas (8), retomadas las investigaciones y los ensayos clínicos deslocalizados hacia países menos cuidadosos. Desde el momento en que estas sustancias tengan derecho de ciudadanía en las operaciones de contraterrorismo, el mercado tendrá una evolución floreciente.

La inventiva también se aplica a la distribución de los medicamentos: dardos estabilizados; mortero dispersor de grandes cantidades de un agente químico; pistolas de paintball modificadas (9); granulos que liberan el agente químico cuando se los pisotea; vehículos robotizados... De paso, ¿a quién se le podría imputar la muerte de alguien que transita y es rociado con un gas incapacitante por un robot provisto de un algoritmo de decisión "autónomo"?

Deficiencias regulatorias

Las consecuencias de su aplicación pueden ir desde heridas inmediatas a la aparición de cánceres en un horizonte de... veinte años, pasando por escenarios de determinación genética o de control de las emociones, de la fertilidad, o del sistema inmunitario de la población. El proyecto Sunshine, elaborado por un grupo especializado en información sobre armas biológicas, dio a conocer recien¬temente documentos de la aviación militar estadounidense, que ya desde 1994 tenía en vista llevar a cabo investigaciones sobre el rema "desagradable pero completamente no letal de afrodisíacos fuertes, sobre todo cuando provocan comportamientos homo¬sexuales" (10). ¿Cómo reaccionará el mundo si un Estado militar utiliza este tipo de droga?

Parece muy importante etener estas investigaciones, ya que nada garantiza qu estas armas, una vez desarrolladas, quedarán en manos de Estados "responsables". ¿Pero acaso no estan ya prohibidas por la Convencón sobre Armas Químicas, en vigor desde 1997? Es allí donde aprieta el zapato, ya que una disposición -la II.9 (d)- de esta convención autoriza las armas químicas en algunos casos. Principalmente para preservar la pena de muerte por inyeción, y el mantenimiento del orden recurriendo a los gases lacrimogenos. Así esta disposición tiene una falla que el antiterrorismo aprovecha.

Los negociadores que en el año 2008 van a proceder a la evaluación y revisión de la convención tienen por delante una pesada responsabilidad, ya que estas investigaciones abren el camino a nuevos enfoques represivos en el manejo de la protesta social. Si no están muy estrictamente reguladas, muchos laboratorios se lanzarán a la fabricación de nuevas armas farmacéuticas.

En un período marcado por la violación de las normas internacionales, tanto civiles como combatientes correrán pronto el riesgo de verse amenazados colectivamente por este nuevo tipo de armas. Comandos especiales se encargarán luego de proceder a ejecuciones extrajudiciales dirigidas, en medio de una multitud en estado de shock.

1 Brítish Medical Association, The use of drugs as wea-pons: The concerns and responsibilities o f Healthcare professionals, 2007 . En: www.bma.org.uk/ap.nsf/ Content/drugsasweapons
2 Julián Perry Robinson, "Disabling chemkal weapons: a documentary chronology of events, 1945-2003", trabajo no publicado, programa Harvard-Sussex, noviem¬bre de 2003.
3 Fundada en 1995 por el filósofo británico Bertrand Russell, con el apoyo de Albert Einstein, para luchar contra la carrera armamentista nuclear.
4 Mark Wheelis y Malcolm Dando, "Neurobiology: A case study of the imminent militarization of biology", International Review of the Red Cross, n° 859, Ginebra, 2005.
5 Parlamento Europeo, Comisión de Asuntos Exteriores, Seguridad y Política de Defensa, Report on the environment, securíty and foreign policy, 14-1-99.
6 Ben Mayes, Arming Big Brother: The EU's Securíty Research Programme, TNI/Statewatch, Amsterdam, abril de 2006.
7 "Investigaron Unf¡nished". Regional Public Organization for Support of Victims of Terrorist Attacks", Moscú, 26-4-06.

*Profesor de la School of Applied Global Ethics, Reino Unido

Fuente: Le Monde Diplomatique Agosto 2007 Pág. 30-31
 

El-comechingón

Fanático del Asado
Revelan producción de armas biológicas en el régimen israelí

Una demanda presentada contra la administración de un instituto de investigación biológica del régimen de Israel ha revelado que podría ser la instalación de armas más secreta que posee el régimen de Tel Aviv.

Según un informe publicado por el hebdomadario egipcio, Al-Ahram, el Instituto Israelí de Investigación Biológica (IIBR, por sus siglas en inglés) es una instalación en la cual el régimen israelí desarrolla sus armas biológicas y químicas.

El mes pasado, Avisha Klein, uno de los empleados del mencionado instituto, presentó una demanda contra la administración del IIBR por acoso y abuso emocional, lo que se sumó a los numerosos detalles que han esclarecido la naturaleza del trabajo del instituto.

Según informe, el IIBR ubicado en la zona Rishon Litsion en el sudeste de Tel Aviv, es la instalación militar de máximo secreto en los territorios ocupados, estrictamente protegida por la censura militar y equipada con sistemas de vigilancia y advertencia de última tecnología.

Unos 300 científicos y técnicos trabajan en el instituto, cada uno de ellos, especialista en un área de la investigación química o biológica orientada generalmente a la producción de armas químicas o biológicas.

El informe indica que el IIBR produjo el veneno que fue utilizado en el fracasado atentado terrorista del Mosad para matar al líder político de HAMAS, Jaled Mashaal en 1997.

Señala también, citando a un libro del periodista israelí Aharon Klein publicado recientemente, que el Mosad, con un veneno producido por el IIBR, mató en 1978 al líder del Frente Popular para la Liberación de Palestina, Haddad, mediante chocolates especiales que le entregó en Bagdad un funcionario iraquí, agente del Mosad que se había hecho amigo de Haddad, que en aquel entonces residía en Bagdad, la capital iraquí.

Es muy probable que el veneno que los agentes del Mosad inyectaron al dirigente de HAMAS, Mahmud Al-Mabhouh en Dubai en febrero de 2010, procedieran del IIBR que trabaja estrechamente con el Ejército y los servicios de inteligencia israelí, así como con el Mosad y el Shin Bet, (las agencias responsables de la mayoría de los asesinatos y operaciones de exterminio de objetivos árabes y musulmanes), según el informe.

También hay informes de que se ha utilizado a soldados israelíes para probar las vacunas, lo que ha degenerado en daños neurológicos y físicos permanentes que afectan a estos militares.

Fuente
 
Me parece que ya es tiempo de recategorizar o señalar taxativamente cada elemento comprendido en la Convención de Armas químicas o bacteriológicas, además de controlar a determinados laboratorios que no rinden cuentas y continúan con sus programas al amparo de fondos estatales, muchas veces cuantiosos. Incluso hay países pequeños que tienen sus laboratorios financiados inocentemente por fundaciones reconocidas.
Llegó el tiempo de actualizar y enumerar las listas de armas, sean convencionales o "no tanto". Saludos
Hernán.
 
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