El Conflicto Interno en Colombia

Sebastian

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Muere el profesor Gustavo Moncayo, el hombre que luchó 12 años por la liberación de su hijo y fue un símbolo de la búsqueda de la paz en Colombia​

  • Daniel Pardo
  • Corresponsal de BBC Mundo en Colombia
Gustavo Moncayo y Pablo Emilio Moncayo

Fuente de la imagen, Getty Image Este fue el primer día que padre e hijo se vieron en 12 años.

El 17 de junio de 2007, el profesor escolar Gustavo Moncayo decidió marchar desde su pueblo, en el extremo sur de Colombia, hasta Bogotá para pedir la liberación de su hijo.

Diez años antes, Pablo Emilio Moncayo, entonces un cabo del ejército de 19 años, fue capturado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en una emboscada que dejó 10 soldados muertos y 18 secuestrados.
La caminata del desesperado "profe Moncayo", con sus manos atadas por cadenas y una camiseta blanca con una foto de su joven hijo, conmovió a los colombianos, que siguieron por los medios de comunicación cada paso de los mil kilómetros de recorrido.
El modesto profesor de Geografía, que después de la llamada "caminata por la paz" se reunió con presidentes y organizaciones de todo el mundo, se convirtió en un símbolo del dolor que sufrieron millones de colombianos en esos años, los peores de una guerra de 60 años.
 

Gobierno colombiano y ELN inician negociaciones de paz en Caracas.​


Las delegaciones del ELN y del Gobierno de Colombia retoman las conversaciones de paz en Caracas, la capital venezolana, después de una pausa de cuatro años.

De parte del Ejecutivo colombiano, el equipo negociador está encabezado por el politólogo y exguerrilleros del M-19 (Movimiento 19 de abril), Otty Patiño, mientras que Israel Ramírez, alias “Pablo Beltrán”, lidera la delegación de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en este proceso.

Venezuela, sede del diálogo, participa como país garante junto a Cuba y Noruega, mientras que como acompañantes del proceso se encuentran Chile y España, que se suman al jefe adjunto de la Misión de Verificación de Naciones Unidas, Raúl Rosende.
Por fin la foto de inicio de las negociaciones entre el gobierno nacional y el ELN pic.twitter.com/gvC5nc8Vaz
— León Valencia (@LeonVaLenciaA) November 21, 2022
El nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha dado los primeros pasos para retomar los diálogos de paz con el ELN, la última guerrilla reconocida de Colombia, suspendiendo las órdenes de captura y extradición de 11 miembros de esta agrupación.
Las primeras negociaciones comenzaron en 2017 en Quito (Ecuador) durante la Administración de Juan Manuel Santos y en 2018 fueron trasladadas a La Habana. En el mandato del derechista Iván Duque, las negociaciones se paralizaron completamente en 2019.

 

Caballero Negro

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Paz fácil no hay​




Como una primera gran derrota del actual gobierno de Colombia hay que interpretar el rechazo de parte de la guerrilla del ELN a un supuesto y acordado cese al fuego pregonado por el Presidente de la República. Se había hecho el anuncio con bombos y platillos, juntando en un solo saco a varias organizaciones criminales, pero más tardó el anuncio que la desmentida. Una cosa es lo que puede querer mostrar el Gobierno Nacional y otra muy distinta la que están pensando los famosos actores armados, la mayoría de los cuales están movidos por deseos de poder, riqueza, explotación humana y minera y nada tienen que ver con el conflicto social que se aduce generalmente como causa de tanta inhumanidad y crueldad.

Ninguna autoridad del país, bien sea política, militar, civil e incluso religiosa, puede perder de vista lo que realmente son los grupos armados ilegales que hay en Colombia, so pena de cometer graves errores al momento de construir la paz.

Es absolutamente ingenuo pensar que unos grupos que llevan décadas en la guerra, en el narcotráfico, en la trata de personas, en la explotación minera ilegal, es decir, ejerciendo el poder de hecho en amplios territorios y enriqueciéndose a manos llenas, van a renunciar a todo eso porque el Presidente de la República habla de paz total. ¿A cambio de qué?, dirán los violentos. ¿De un salario mínimo? ¿De una parcela en una lejana montaña inhóspita? ¿De someterse a la Ley, aun sin pagar penas? A estas alturas de la historia republicana de Colombia no se puede admitir que los gobernantes cometan este tipo de errores de juicio porque pueden estar abriendo las puertas para que hagan presencia en la sociedad como personas honorables quienes sobre sus hombros y conciencias no llevan sino sangre y dolor ajenos. Mucho cuidado, incluso con lo que se dice y promete, hay que tener al abordar el tema de la paz en Colombia.

Por otra parte, los obispos colombianos como corresponde a su misión, han ofrecido de nuevo mediar en lo que sea posible para construir el camino, largo, muy largo y difícil, para la deseada paz. Pero no se pueden exponer a que los utilicen políticamente y así deshacer la autoridad moral que les es propia. El actual gobierno ha dado muestras de sobra acerca de cómo sus palabras pocas veces corresponden a la realidad y son más retóricas y políticas que otra cosa. Y los prelados deben tomar atenta nota de esto para no dejarse subir en un carrusel que gira en círculo pero que no tiene derrotero marcado. Cada palabra del actual gobierno hay que examinarla con microscopio. A todo lo que anuncia el actual jefe de Estado y sus ministros hay que darle tiempo para saber si se trata de algo real, de una acción meramente política, de palabras para salir rápidamente de problemas planteados o de algo oculto. Infortunadamente así están las cosas.

Cuando los problemas de las personas o de las sociedades son de largos años y de muy difícil solución es posible caer en el pensamiento mágico o en la fantasía. Bastarían, entonces, unas pocas palabras, “paz total” por ejemplo, para que todo cambie inmediatamente. O bastaría la simpatía personal o también un pasado común o, incluso, bastaría rendirse ingenuamente a las promesas del agresor porque todo será nuevo. ¡Qué equivocación tan grande! Todos los colombianos, o mejor dicho, la mayoría desea vivir en paz, tanto los de las zonas de conflicto como los de las zonas urbanas, pero esto requiere un trabajo arduo, largo, incomprendido, de años quizás, sacrificios, de diálogos interminables, de presencia de extranjeros como consejeros y mediadores, etc. Y son muy pocos los que están dispuestos a hacer estas largas procesiones de reconciliación.

Es importante hacer hasta lo imposible pero racional por la paz. Y eso es muy difícil. No hay que ilusionarse con nada diferente y hasta miedo hay que tener a soluciones mágicas o extraordinariamente rápidas. Cuando se tiene afán es mejor ir despacio, dice el refrán.

 

Caballero Negro

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Tensión en las tropas: SEMANA destapa las preocupaciones e inconformidades de las Fuerzas Armadas por el cese al fuego bilateral del Gobierno Petro. Estos son sus límites​


Aunque el cese al fuego bilateral decretado por el presidente Gustavo Petro el pasado 31 de diciembre está en marcha, poco o nada se ha sabido sobre lo que piensan realmente las Fuerzas Armadas frente a esta decisión del Gobierno. Si bien la cúpula militar y sus filas acataron la orden presidencial, internamente hay preocupaciones, críticas, reservas y objeciones. A tal punto que, en su calidad de “asesores del conductor político”, han fijado límites de cara al fin de los operativos.

SEMANA conoció detalles hasta ahora desconocidos de las discusiones secretas entre los altos mandos y algunas tensiones que se han generado tras el cese al fuego. En los pasillos del Ministerio de Defensa se comenta que, cuando estaba a punto de concluir el año, e incluso mientras reemplazaba temporalmente en su descanso al ministro Iván Velásquez, entre el 26 y el 30 de diciembre, el Gobierno le pidió al general Helder Giraldo, comandante de las Fuerzas Militares, que firmara los decretos del cese al fuego bilateral. Sin embargo, el alto oficial, argumentando inconvenientes jurídicos y de honor militar, habría rechazado esa posibilidad. “No podía ser juez y parte”, explicó una fuente del comando general.

SEMANA contactó a Giraldo. “Es una información errónea, mi encargo como ministro terminó el 31 de diciembre, por tal razón no me correspondía firmarlos”, dijo.

No obstante, varias fuentes de entera credibilidad le insistieron a este medio que esa información es real y que incluso Giraldo la comentó en privado con algunas de ellas. Su decisión de no hacer público este hecho buscaría evitar un choque con el ministro Velásquez y la Casa de Nariño, ya que la relación es respetuosa y fluida.

Varios generales le confirmaron a SEMANA, bajo total reserva para evitar represalias, lo que desató el cese al fuego bilateral entre las tropas. La última semana de 2022 habría sido crucial, especialmente las últimas 72 horas que le siguieron a una operación realizada por el Ejército en el Cauca y que estaría relacionada con el anuncio intempestivo de los decretos por parte del presidente.

Se trató de un golpe a la estructura Carlos Patiño, de las disidencias de las Farc, en El Tambo (Cauca). El 28 de diciembre se conoció que seis presuntos disidentes fueron abatidos y dos más fueron capturados. Además, se incautaron seis fusiles, cinco pistolas, munición de distintos calibres, equipos de comunicaciones, cartillas con estatutos y adoctrinamiento de las Farc, así como material de intendencia y explosivos.

Lo que sostienen las fuentes es que, tras el operativo militar, la cúpula habría recibido una instrucción del Gobierno para instar a los comandantes a “parar” dichas acciones con el fin de no entorpecer la búsqueda de la ‘paz total’ en la que se ha empeñado el presidente Petro. Este mensaje habría disparado las alarmas entre los oficiales de las diferentes fuerzas.

“La Constitución nos obliga a la obediencia debida, no ciega”, le dijo a SEMANA un curtido general. Por esa razón, solo horas después de lo que desencadenó la acción en El Tambo, la cúpula militar convocó a una reunión extraordinaria en el Cantón Norte. Allí, comandantes, miembros del Estado Mayor y algunos asesores jurídicos discutieron durante horas los inconvenientes de cesar las operaciones militares sin ningún protocolo de por medio, y cuáles eran los límites inviolables y la manera en que debía hacerse para que fuera exitoso. “Tenemos experiencia, acabamos de terminar un proceso con las Farc. También lo hicimos con el ELN en su momento. Sabemos lo que hay que hacer para que las cosas salgan bien. Eso fue lo que discutimos ese día”, reconoció un general que estuvo en la reunión.

Todo quedó consignado en un documento que, según las fuentes, terminó en el escritorio del ministro Velásquez y del presidente Petro, y que fue entregado por el general Giraldo.

Luego, en un hecho inusual, tanto por el día como por la hora, el presidente Petro anunció lo siguiente en su cuenta en Twitter, a las 10:45 de la noche del 31 de diciembre: “Hemos acordado un cese bilateral con el ELN, la Segunda Marquetalia, el Estado Mayor Central, las AGC y las Autodefensas de la Sierra Nevada desde el 1 de enero hasta el 30 de junio de 2023, prorrogable según los avances en las negociaciones”.

Solo unas horas después, el ELN respondió con un baldado de agua fría y desmintió al presidente al señalar que no había negociado ningún cese al fuego bilateral con el Gobierno.

La mesa de diálogos, recién instalada en Caracas, entró en crisis y el Gobierno anunció que las operaciones contra ese grupo armado ilegal se reanudaron hasta nueva orden.

El último mensaje enviado por el presidente al ELN fue particularmente drástico, lo que revela el difícil momento entre las partes. “O el camino del padre Camilo Torres Restrepo o el camino de Pablo Escobar”, aseguró Petro. Indudablemente, todo indica que el Gobierno, por ser generoso, se apresuró y no contó con lo difícil que ha sido negociar, a lo largo de la historia, con el ELN.

Tras la decisión del Gobierno, anunciada el 31 de diciembre, los militares se volvieron a reunir. Entonces, elaboraron otro documento con 23 puntos que también le hicieron llegar al presidente por medio del ministro de Defensa. Los generales diseñaron una hoja de ruta para evitar el fracaso del cese al fuego bilateral. Allí fijaron límites y establecieron protocolos. “Si las cosas se hacen bien, terminan bien”, sentenció otro alto oficial que ayudó en la elaboración del escrito.

En general, la cúpula ha recomendado tratar de concentrar a los grupos armados ilegales con los cuales se ha llegado al cese bilateral para facilitar su cumplimiento y evitar el desmadre. Si esto no se hace, es imposible de monitorear y controlar. A diferencia del proceso de paz de La Habana, cuya máxima era que “nada está acordado hasta que todo esté acordado”, la cúpula militar sabe que la instrucción ahora es: “Lo que se va acordando, se va implementando”.

Incluso, SEMANA conoció que las disidencias de las Farc serían las primeras dispuestas a concentrarse en los Llanos del Yarí, en Caquetania, Meta.

Si bien los altos mandos han tratado de hacer pedagogía en las ocho divisiones militares y en las unidades especiales, todavía falta mucho para que todo funcione como un reloj. Por esa razón, esta semana fue escandaloso ver un video en el que quedó registrada la llegada de las disidencias de las Farc a Policarpa (Nariño). Los criminales se presentaron en el pueblo y amedrentaron a la población con su presencia. Lo paradójico es que el video fue grabado desde la estación de policía. Ninguno de los uniformados hizo nada para proteger a los ciudadanos.

El dilema es que, en teoría, con los decretos del cese bilateral no podían. Quedaron con las manos amarradas. Pero si hubieran hecho algo, a lo mejor también habrían sido criticados o emproblemados por interferir en la paz total. Mientras tanto, en Santa Rosa del Sur (Bolívar), el frente 37 de las disidencias de las Farc secuestró al soldado Luis Domingo Morelos González. Pocas horas después fue liberado.

No menos preocupante resulta el cruce de declaraciones entre el estado mayor central de las disidencias de las Farc y el ministro de Defensa. Las primeras acusaron a las Fuerzas Militares de aliarse con el ELN para atacarlas esta semana en Puerto Rondón (Arauca). Mientras que el segundo, Velásquez, calificó ese señalamiento de “falso” y dijo que “las Fuerzas Militares no realizan operaciones conjuntas con ninguna organización al margen de la ley”.

Si en la cúpula hay preocupaciones, especialmente de tipo jurídico, entre los retirados están que explotan. El pasado jueves, el excomandante del Ejército, el general en retiro Eduardo Zapateiro, trinó: “Un cese bilateral solo lleva a confundir a quienes deben responderles a los colombianos por la seguridad y defensa nacional. Ahora resultarán los bandidos de las Farc y ELN ejerciendo control territorial como en Policarpa (Nariño) y Santa Rosa del Sur (Bolívar). ¿Control de qué?”.

Y agregó: “Solo espero que después no acusen jurídicamente al Ejército de omisión. Lo anterior ya ha ocurrido históricamente; las malas decisiones terminan siendo asumidas por las FF. MM”.


SEMANA tuvo acceso a una conversación de WhatsApp de altos oficiales retirados, quienes vienen discutiendo sobre el cese bilateral. Algunos mensajes dejan ver su gran inconformidad. “Tenemos que apoyar a los que hoy están al frente y hacernos sentir. Si no lo hacemos, sucumbirá la institucionalidad y eso es responsabilidad de los generales y almirantes”, dijo uno de ellos.

Otro aseguró: “¿Cuántas demandas vienen en camino por omisión? Los delincuentes como Pedro por su casa”. Un almirante en retiro advirtió: “Tenemos que ir todos en bloque, si no lo hacemos así, nos verán débiles y el pueblo hoy espera mucho de nosotros, solo así seremos fuertes, somos un cuerpo”.

“Si hay un cese de hostilidades, la guerrilla no debe hacer presencia en ningún lugar. Están haciendo control territorial. Esto no se debe aceptar. Sigo creyendo que el asunto sigue sin aclararse y el mando permanece en silencio”, afirmó otro general retirado. “No solamente control territorial, mi general, siguen con toda la cadena del narcotráfico, siguen secuestrando, extorsionando, esos grupos siguen adelantando sus acciones criminales”, le replicó un oficial retirado en el chat. Finalmente, uno de los participantes selló la conversación y dijo: “Y nadie dice nada… Creo que eso no es prudencia”

Por ahora, avanza el cese bilateral, aunque sin el ELN. “Si no cumplen, los ponemos a cumplir”, advirtió un general activo. SEMANA conoció que el Gobierno está ahora en la búsqueda de un cese multilateral que implica que las organizaciones criminales no se maten entre ellas, como está ocurriendo en buena parte del país, en medio de la disputa por el negocio del narcotráfico.

https://www.semana.com/nacion/articulo/semana-destapa-los-detalles-secretos-de-lo-que-vivieron-las-fuerzas-militares-72-horas-antes-del-cese-al-fuego-bilateral-decretado-por-el-gobierno-petro-hay-tension-en-las-tropas/202308/
 

Caballero Negro

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Ministro de Defensa afirma que disidencias de las extintas Farc no están cumpliendo con el cese al fuego bilateral​


De acuerdo con Iván Velásquez, estas estructuras están retando las iniciativas contempladas en la Paz Total planteada por el Gobierno nacional

“Es inaceptable”, enfatizó. Insistió en que dicho actor ilegal está retando las iniciativas de paz establecidas por la administración del presidente Gustavo Petro y, en ese orden, también dijo que ese tipo de acciones deben actuar “con responsabilidad en el cumplimiento del cese”. A su vez, indicó que la pausa de hostilidades no implica que hayan zonas en las que no tenga injerencia la fuerza pública.


Por ello, rechazó la retención de 30 soldados en el municipio Vista Hermosa, Meta. Dicha acción fue protagonizada por campesinos en la tarde del 16 de enero en los sectores Alto Caño Cafre y Alto Caño Ánimas. De acuerdo con versiones entregadas por autoridades locales, la comunidad detuvo al grupo de uniformados —dentro de los cuales hubo dos sargentos y un cabo— por presuntamente violar el cese al fuego.

También reiteró su llamado a que las disidencias deben cumplir con lo establecido en los decretos 2660 y 2656 de 2022, a fin de “desarrollar unos espacios en los que los diálogos puedan generarse sin perturbaciones, sin sobresaltos y que incidentes de esta naturaleza no vuelvan a presentarse”.

Sobre esta polémica por la retención de los uniformados y la presencia de supuestas disidencias en zonas como Policarpa —Nariño—, el fiscal general Francisco Barbosa emitió una dura advertencia: “Yo si quisiera decir lo siguiente: ni la Policía ni el Ejército, por ninguna orden de carácter administrativo ni por ley de la República, ni por decreto ni por resolución, pueden abandonar el territorio nacional porque tienen una obligación de cumplir con la Constitución y la ley”.

Dicha advertencia fue dirigida a los integrantes de la fuerza pública que desacaten el mandato de estar presente en las diferentes regiones del país.

El funcionario también enfatizó en que, de existir una orden de abandonar el territorio dada por ellos, tendrán que responder por conductas relacionadas con el prevaricato y omisión. En ese sentido, volvió a advertir que “nadie puede abandonar el cumplimiento de la Constitución en el territorio colombiano. Lo quiero dejar bien claro”.

Vale mencionar que, durante el martes 17, el ministro Velásquez también destacó algunas acciones realizadas en el día por tropas del Ejército Nacional: la captura de los cabecillas segundo y cuarto de la columna Adán Izquierdo de las disidencias en el municipio de Cerrito (Valle del Cauca).

También resaltó la detención de un extorsionista del frente Carolina Ramírez —también de los grupos residuales de la antigua guerrilla— en Valparaíso, Caquetá. Finalmente, mencionó otra captura pero contra un integrante del ELN en Tadó, Chocó.

Por otra parte, el funcionario del Gobierno nacional se ha pronunciado sobre la investigación que cursa en su contra desde Guatemala por parte del Ministerio Público de ese país. Sobre ese tema, hasta el presidente Gustavo Petro ha intervenido y desde Davos, Suiza, sentenció que si ese país insiste en poner presos “a hombres justos, pues nosotros no tenemos nada que hacer con Guatemala”.

 

Caballero Negro

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La prueba que hundió a Álvaro Córdoba: una conversación con narcos mexicanos​

El extraditado a EEUU tendrá que defenderse de las acusaciones de haber sido puente con la guerrilla y la mafia mexicana para venderles coca
La prueba que hundi a lvaro Crdoba una conversacin con narcos mexicanos

Antes de abordar la nave que lo llevaría en calidad de extraditado a Estados Unidos, Álvaro Fredy Córdoba Ruiz lanzó algunas proclamas contra el presidente Gustavo Petro y dijo que su familia fue traicionada por la izquierda, con lo cual pretendía darle un tinte político a su entrega a una corte norteamericana.

No obstante su insistencia, acusaciones que le serán formuladas en una corte de ese país se relacionan con los delitos de tráfico cocaína, el uso de por lo menos una aeronave de matrícula estadounidense para movilizarla y al porte de ametralladoras sin amparo legal.

Detrás de esos cargos estarían por lo menos dos testigos mexicanos identificados en los expedientes con los códigos “CS-1” y “CS-2”. Ambos aseguran que Córdoba les ofreció proveedores de cocaína colombiana para surtir mercados de Nueva York y de la Florida. Entre esos proveedores estarían frentes guerrilleros acampados en el departamento del Cauca.

Concepto de la Corte Suprema de Justicia sobre la extradicin

No son solo versiones de palabra. Las conversaciones para arreglar los envíos de la droga y para pagar protección de las autoridades de México, país que serviría de sitio de embarque o como puente de tránsito para los alijos de estupefacientes, fueron grabadas por la DEA.

El gran jurado que decidirá la responsabilidad del colombiano y de varios de sus posibles cómplices escuchará las declaraciones rendidas por Benjamín W. Schrier, fiscal Auxiliar de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York y Mathew S. Passmore, agente especial de la Administración para el Control de Drogas (DEA). Ellos aportarán las evidencias que indicarían que esos delitos en realidad fueron cometidos.

Entre las personas que habrían “conspirado” con Córdoba para llevar cocaína a Estados Unidos están mencionados Alberto Alonso Jaramillo Ramírez, alias “Alonso Héctor”, y Libia Amanda Palacio Mena.

En un aparte de la descripción específica de los cargos recogida en el concepto de la Corte Suprema de Justicia favorable a la extradición se lee lo siguiente:

“Durante la reunión del 17 de diciembre de 2021, o alrededor de esa fecha, como respuesta a una pregunta de CS-1 sobre seguridad, CÓRDOBA RUIZ declaró que, en el campamento de las FARC, donde se encontraba el comandante de las FARC, había al menos 300 hombres armados hasta los dientes, incluso con armas para derribar objetos (una referencia aparente a misiles tierra-aire). CÓRDOBA RUIZ explicó que el campamento de las FARC estaba en Popayán, Colombia, y se ofreció para hacer arreglos para que CS-1 y CS-2 viajaran allí para reunirse con el comandante para hablar de la cantidad, los precios y la logística”.
Aunque el expediente no lo precisa, las conversaciones podrían versar sobre las disidencias de la guerrilla que surgieron después de la firma del Acuerdo de La Habana.

La Corte hizo expresa la salvedad de que Ruiz no podrá ser procesado por presuntos delitos cometidos en territorio colombiano, sino solo por aquellos que se consumaron en territorio de Estados Unidos.
Este es el expediente:

CP132-2022-1
https://www.las2orillas.co/la-prueba-que-hundio-a-alvaro-cordoba-una-conversacion-con-narcos-mexicanos/?utm_source=newsletter&utm_medium=email
 

Caballero Negro

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“No tienen ni agenda con el ELN”: el desorden del gobierno Petro con su Paz Total​

Henry Acosta, facilitador del proceso de paz con FARC, ha seguido la propuesta del gobierno Petro de negociar con todos los grupos armados. ¿Para dónde va esto?

Fue el economista Henry Acosta quien junto con el entonces comandante guerrilleros del Bloque occidental Pablo Catatumbo, abrió la puerta del proceso de paz con las Farc. Avanzaron con mucho secretismo con el gobierno de Juan Manuel Santos y después de cuatro años de negociación finalmente se firmó el Acuerdo de paz el 24 de noviembre de 2016 en el Teatro Colón de Bogotá.

Desde el día uno de las negociaciones Acosta fue el facilitador con idas y venidas permanentes entre La Habana y la Casa de Nariño en Bogotá. Un tejido de filigrana que dejó mucho aprendizaje como puede verse en esta conversación con Juan Manuel Ospina en la que se mira, desde todas las aristas el ideal de Paz total planteado por el Presidente Petro y que ya tiene un primer protagonista: la mesa de diálogo con el ELN instalada en Caracas.

Juan Manuel Ospina: Henry Acosta fue de los primeros, con Pablo Catatumbo, en creer y jugársela por un proceso de paz con las FARC y que además terminara la firma de un acuerdo. En otra conversación hablamos de esto y de las dificultades posteriores.

Pero difícil alguien con tanta experiencia en grupos armados y negociaciones como Henry, una voz fundamental para analizar la Paz Total de Gustavo Petro. ¿Cómo lo estás viendo?


Henry Acosta: Empiezo con una frase de Voltaire: “la unanimidad es de estúpidos”. Pretender que la Paz Total sea un patriótico sueño no tiene sentido. Le respondí a Petro cuando me pidió un consejo, aun en campaña, en una reunión en el Dann Carlton en Cali, que debía empezarse con la Segunda Marquetalia y luego con el ELN; arrancar con el grupo de Iván Márquez podría ser un espejo de lo que vendría con el ELN. Me respondió entonces que con los únicos con los que se iba a sentar a negociar era con el ELN, que con el resto iba a aplicar una política de sometimiento, vencerlos militarmente, lo mismo que pensaba Uribe en su momento de las FARC, vencerlos en combate.

Hago todo este preámbulo porque, lo primero, después de un mes con los Elenos en Caracas, aún no hay agenda. Sin agenda no hay Mesa de Diálogos. Miren lo que pasó en el Caguán y aunque se hablaba dizque de los Diálogos de Caguán, no hubo negociación porque no había agenda. Se debe planificar. Lo de los otros grupos que han dicho que quieren negociar es otro asunto, debían empezar por la Segunda Marquetalia pero teniendo claro que le van a proponer, si, le van a aplicar la ley ordinaria, estoy seguro que nadie aceptaría.

JMO: Pero, cómo lee la propuesta de Petro, tiene aún el tono de discurso de candidato. Él se siente con una capacidad de convocatoria única y que la gente de todos los colores lo van a salir a apoyar. La paz total es un concepto muy complejo, que sin estrategia clara puede salirle caro al país

HA: Yo llamo a esto populismo. Es decir, actuar a sabiendas que no se puede hacer. ¿Quién en Colombia no quiere que llegue la paz total? Ese es el qué, pero el problema está en el cómo. Preocupante el cese bilateral porque esto le conviene al narcotráfico. La cocaína se sigue moviendo así los fusiles estén callados y el ejército maniatado porque estamos en cese.

Pero volvamos al ELN, una guerrilla que lleva 19 intentos presidenciales de hacer la paz. Me reuní con ellos antes de Quito, en Medellín. Les insiste que no se iban a tomar el poder ni volver a Colombia un país socialista. Les dije que eso es un anacronismo. Lo de Petro es a los sumo una propuesta socialdemócrata. Uribe no quiso sentarse en el 2006, cuando me pidieron hablar con ellos, los tildó de bandidos. Si quiere que se sometan tienen que vencerlos militarmente y usted no les ha ganado, le dije a Uribe.

JMO: Usted que ha hablado con Petro de esto, ¿usted cree que él tiene la varita mágica?

HA: Yo sólo he hablado con él una vez; la reunión duró 25 minutos y yo fui el que hablé

JMO: En este punto, ¿para dónde vamos?

HA: Insisto en lo de la agenda. Construir la de las FARC, tomó nueve meses. Y ahora, cuando son tantos grupos ¿cómo van a hacer para poner de acuerdo ese gentío? Ese gentío de 40 en un lado y 40 en el otro, ¿se imagina el desorden sin agenda?

JMO: Pero hay algo más. Se necesita que quienes estén sentados en la mesa tengan una representatividad

HA: Los elenos han dicho sentémonos a negociar y apenas estemos de acuerdo en un punto, vamos avanzando. Y eso no se puede ser así. (…)

JMO: Es que se olvida que la paz tiene un costo. Mire lo de los cinco millones de hectáreas con FEDEGAN, ¿dónde diablos está esa plata? Y así con todo. ¿Es posible aplicar con las FARC lo que se aplicó con el ELN?

 
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