Bosnia y Herzegovina, tensión y aires de secesión.

Como el mundo anda distraído en otros lados, los serbios de la República de Srpska, la mitad del país, están moviéndose fuera del sistema de defensa, judicial e impositivo reclamando que el triunvirato étnico en poder es inconstitucional y nunca fue aceptado como gobierno permanente.



Los balcanes nunca se calmaron.

 

El relato comúnmente aceptado en Occidente sobre la guerra de Bosnia (1992-1995) a menudo no tiene en cuenta la versión de los serbios, que consideran que se ha aplicado un doble rasero a la hora de juzgar su actuación durante el conflicto. Este documental recorre y explora las distintas facetas de la República Srpska, y trata de entender cómo se percibe la memoria del conflicto desde cada una de ellas.

La guerra de Bosnia es, sin duda, una de las más cruentas de la historia de Europa, que se saldó con alrededor de 100.000 muertos. Las dolorosas cicatrices de este enfrentamiento aún marcan la vida de muchos habitantes de la República Srpska. "Nunca les perdonaré, no puedo hacerlo; ni siquiera me lo plantearía", asegura Gordana Dragas, madre de un soldado serbio fallecido, que afirma con resignación que los bosnios siempre serán sus enemigos.

Arte desde el dolor​

Una de las miradas más penetrantes e ilustradoras sobre la verdadera naturaleza de este sangriento conflicto es la del artista, cineasta y músico Emir Kusturica, que aporta una reflexión de alcance histórico: "En los Balcanes siempre tuvimos el mismo problema: las naciones se conforman en base a la religión, y no en base a algo más importante, el idioma".

Kusturica es autor de la impresionante obra Andricgrad, un proyecto de urbanismo artístico consistente en una ciudad-museo levantada a orillas del río Drina, junto al histórico puente de Visegrad. El nombre de este lugar se debe a Ivo Andric, premio Nobel de Literatura, de quien el propio artista serbio destaca una cita célebre: "Los serbios miran hacia Moscú, los musulmanes hacia La Meca y los croatas hacia el Vaticano". Kusturica reconoce que su obra está basada "en la idea de que la cultura puede convertirse en la base del diálogo interétnico".

Otra obra de arte instalada en la República Srpska cumple una función más dolorosa y evoca recuerdos más macabros. Se trata de una escultura en honor a doce bebés fallecidos en un hospital serbio que, a causa de una decisión militar impuesta por las fuerzas de la OTAN, no recibieron el oxígeno que necesitaban para sobrevivir.

"Los aviones estaban listos para despegar y traernos el oxígeno que tanto necesitábamos, pero la autorización nunca llegó", recuerda Vesna Ecim-Zlojutro, jefa del departamento de Ginecología del Centro Clínico Universitario de Banja Luka. Aún más desgarrador es el recuerdo de Zeljka Tubic, madre de uno de esos bebés fallecidos: "A la una dejé a mi hijo aquí. A las 7:30 de la tarde recibí una llamada y me dijeron que mi hijo había muerto por falta de oxígeno".

Los horrores de la guerra​

Vidomir Banduka y Lubor Zeljko combatieron juntos en la guerra. En la actualidad, uno está ingresado en el hospital aquejado de cáncer y el otro ha perdido a su esposa y a casi todos sus amigos a causa de diversas enfermedades. "Algo que ha sido probado de forma irrefutable es que los aviones de la OTAN lanzaron tres toneladas de uranio empobrecido sobre Bosnia", indica Vidomir.

Efectivamente, durante los dos primeros años de la guerra, la coalición occidental bombardeó objetivos serbios con uranio empobrecido. Las consecuencias para la salud de los habitantes de estos terrenos parecen haber sido nefastas: 26 años más tarde, las salas de oncología de los hospitales del lugar siguen lidiando con ellas.


En cuanto a las consecuencias jurídicas, sin embargo, la mayoría de los condenados por el Tribunal Internacional son generales y políticos serbios, mientras que solo a algunos bosnios y croatas se les imputaron crímenes de Guerra.

El documental profundiza también en esta lectura a posteriori de la acción de la justicia occidental en el juicio a lo ocurrido en el conflicto de los Balcanes, y recoge para ello el testimonio de algunas figuras clave de la época, como Alija Izetbegović, expresidente de la República de Bosnia y Herzegovina, o Milorad Dodik, expresidente de la República Srpska, entre otros.

Para profundizar en la comprensión de esta cruenta guerra desde un punto de vista poco habitual y escasamente legitimado por las corrientes historiográficas dominantes, les recomendamos que vean completo el video que les ofrecemos.
 
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