Argentina: Noticias del Ministerio de Seguridad

Narcotrafico Nacional:


ROSARIO, CIUDAD FALLIDA. ARGENTINA, ESTADO FALLIDO​

Por Dr. Jorge Corrado.


“…Del exterior llega al país una avalancha de estupefacientes, importados por un grupo de contrabandistas eficientes y bien organizados. La quinta parte de la población se torna drogadicta, epidemia que supera a cualquiera que se conozca desde la época de las grandes plagas. No sólo sucumben los pobres, sino también los potentados. El hampa ostenta con cinismo los dividendos del narcotráfico, a más de dominar muchos gobiernos regionales y aún amenazar la integridad del gobierno nacional. Ninguno de sus adversarios está a salvo de sus sicarios, ni siquiera el Jefe de Estado. Las instituciones del orden están en ruinas. El deterioro de los cimientos morales de la nación es ya más que peligroso…”
Por conocido que esto suene, no es una descripción de Colombia de 1995, o de Argentina 2023, sino la de China de 1838, en vísperas de la primera Guerra del Opio, cuando Gran Bretaña desembarcó tropas para obligar a China a ingerir el veneno que distribuían los mercaderes británicos. Así es como lo describe a sus superiores en el exterior, uno de los más importantes narcotraficantes británicos: “Mientras China siga siendo una nación de opiómanos, no hay el menor motivo para temer que se convierta en potencia militar de importancia alguna, ya que el vicio agota las energías y la vitalidad de la Nación”.
El optimismo cultural que acompañó a un posible desarrollo más o menos venturoso de nuestra América en los 50’ y en los 70’, templó la fibra moral de las naciones cuya herencia religiosa y cultural se refleja las creencias profundamente arraigadas, aun hoy, en el inconsciente colectivo.
Con la crisis social maniquea surgida desde la guerra fría (1947) y la de la deuda progresiva (1980), vino la desesperanza del desempleo en masa, la desnutrición crónica y la marginación: los ingredientes de un ambiente de pesimismo cultural, propicio al narcotráfico, al terrorismo y al caos de la desintegración socio-política.

Hoy, toda nuestra América Latina constituye el ámbito ideal para la propagación de lo que se denomina Crimen Organizado Transnacional y que en nuestro continente tiene un nombre: NARCOTERRORISMO.
En notas anteriores hemos definido a éste hecho y a ésta amenaza estratégica. Hoy nos adentraremos en su íntimo funcionamiento operativo, su modos de acción y las estrategias que instrumenta para la prosecución de sus fines.
Los grupos del crimen organizado transnacional son, de variadas formas, los que sacan más provecho de la globalización. Las empresas legítimas se ven todavía constreñidas por leyes y regulaciones extemporáneas de los países donde operan. Las organizaciones y redes del crimen transnacional consiguen, con ayuda de la corrupción, de la extorsión y de la intimidación, usar para su total beneficio a los mercados abiertos y a las
sociedades en decadencia.
Hay tres tipos básicos de corporaciones relacionadas con el crimen organizado:
 Estructuras empresariales ilegales, como los carteles de las drogas;
 Firmas legales que se involucran en el delito financiero, como los bancos que, de hecho, se especializan en facilitar el lavado de dinero y la evasión impositiva y
 Empresas lícitas creadas, total o parcialmente, con dinero obtenido del crimen
organizado.
Las organizaciones criminales organizadas no sólo mantienen vínculos con algunas empresas legítimas y con algunos sectores del gobierno. A veces prosperan también con el terrorismo y la guerra civil. En unos 30 países, los grupos que participan en la rebelión armada contra el gobierno financian sus campañas terroristas, total o parcialmente, con ingresos generados por los impuestos que le cobran a la producción de drogas o
por su participación directa en el tráfico.
No es una coincidencia que las perturbaciones políticas de la década de los ’90, en Europa Sudoriental, estuvieran relacionadas con la ruta de los Balcanes por la que, en cada año, pasan a Europa toneladas de heroína. Y no es una coincidencia que Afganistán, Colombia y Birmania, los tres productores de drogas más importantes del mundo, sean al mismo tiempo el escenario de algunas de las guerras civiles más prolongadas de los últimos 50 años.
El gran número de actores, las inmensas sumas de dinero, el necesario sigilo de la clandestinidad y las dimensiones internacionales del mercado: todo ello, obliga a los criminales transnacionales a combinar, a lo largo de toda la transacción, una serie de bienes y servicios de naturaleza económica, política y militar. Para que éstos actores puedan desenvolverse, tres servicios fundamentales tienen que estar disponibles: el capital, la violencia y la no actuación de las autoridades y órganos jurisdiccionales del Estado. El Crimen Organizado Transnacional posee, consecuentemente, un carácter multivalente. Más allá de la mera y axial acción económica, se desempeña también necesariamente en los campos político y de seguridad. Por ende, es una agresión estratégica de primer orden, debiendo ser prevista y planificada por su esencia en el área de la Política de Defensa Nacional. Pero nuestra Legislación de Defensa y Seguridad le dan categoría policial, de delito común. Estas leyes prohíben el planeamiento al negar la Inteligencia Estratégica de las FFAA ante una agresión estratégica al Estado. Y hoy se las envía a Rosario porque las demás fuerzas policiales fueron lógicamente desbordadas y contaminadas. Es como si Einsenwoher hubiese enviado a Normandía un batallón a la vez. Gravísimo error, todo es espasmódico y táctico, no hay plan, no hay liderazgo. Y la palabra Seguridad Nacional está prohibida ideológicamente. Y eso es lo que necesita Argentina UNA ESTRATEGIA DE SEGURIDAD NACIONAL, que incorpore a TODA LA FUERZA DEL ESTADO, doctrinas que existen en la mayoría de los países avanzados del mundo. Si no sabemos, no podemos o no queremos, por lo menos copiemos los ejemplos exitosos.
Nuestro país desde la sanción de esas dos leyes ha dividió la Defensa y la Seguridad en interna y externa, sin entender los tiempos que corren, donde la globalización borró de un plumazo la fronteras físicas y hoy el mundo es una gran aldea común donde los países serios tratan de hacer acuerdos regionales de Defensa y Seguridad ante las amenazas transnacionales. Sólo es una cuestión de sentido común. Pero en nuestro País es exactamente al revés. Y hoy lo pagamos con sangre en las calles.
El poder de la mafia se extiende cada vez más, a través de su desleal competencia, de manera creciente. Incluye pingues ingresos, armas ilegales, el asesinato, la violencia física y todo el repertorio de acciones imaginables, en función de sus fines. La crisis del monopolio estatal de la violencia y su exceso de “liberalidad”, llamada “Política de Derechos Humanos”, obra como multiplicador del poder de los mafiosos y les posibilita “readaptar” el sentido del repertorio de acciones heroicas, que constituyó “el legajo del hombre de honor” hace treinta años.
A manera de hipótesis, que en muchos casos ya son hechos, es posible pensar que las estrategias de búsqueda de legitimidad de los empresarios criminales, buscan y logran la incapacidad local de reacción de Estado, que obstaculice la actividad criminal. En la actualidad los grupos mafiosos consideran más eficiente, para neutralizar la acción del Estado, buscar la aceptación de la clase dirigente política-corporativa y el acceso a las redes de poder que el apoyo popular directo, como lo hicieran los terroristas revolucionarios en décadas recientes.
Otra estrategia mucho más directa e igualmente presente en todos los segmentos del mercado ilegal, es el soborno ocasional o regular de miembros o unidades enteras de autoridades políticas, militares, policiales, judiciales o burocráticas. La corrupción no debe ser considerada como exclusiva de los mercados ilegales. Sin embargo, en los mercados ilegales, la corrupción ocupa un lugar central, que usualmente no ocupa en los mercados legales.
ASÍ LAS COSAS, DESDE LA PERSPECTIVA DEL ESTADO LA CORRUPCION DE SUS FUNCIONARIOS SE ASEMEJA MUCHO A UNA HIDRA DE MIL CABEZAS, O A UN “BALANCE GENERAL DE COMPORTAMIENTO ILEGAL”.
La estrategia más eficaz y confiable de las organizaciones criminales (y probablemente la más corrosiva, en lo que a la legitimidad del Estado se refiere) es mantener varios funcionarios estatales en PUESTOS CLAVES, en una lista regular de pagos, es decir, establecer verdaderas “redes de infiltración e información”. Los círculos sociales, políticos y económicos, que giran en torno al poder a través de las relaciones de amistad o sobornos, pueden posibilitar a los empresarios narcotraficantes
accesos de alto nivel, para inhibir a los organismos de la seguridad y de la justicia. Se trata de una estrategia que, en ocasiones, puede ser más eficaz que la mera compra e infiltración de las autoridades superiores con responsabilidades políticas.
Los grupos del crimen transnacional controlan miles de millones de dólares en activos. Su enorme poderío económico facilita la corrupción nacional e internacional.
Socavan gobiernos y la transición a la democracia de las sociedades que devienen del socialismo o del autoritarismo. Minan los intentos de los países en desarrollo y en transición para desarrollar democracias y convertirse en economías de mercado libre. Ninguna forma de gobierno es inmune al desarrollo de las organizaciones criminales transnacionales, ningún sistema legal es capaz de controlar totalmente el crecimiento de ese crimen y ningún sistema económico o financiero está seguro frente a la tentación de obtener ganancias a niveles muy superiores a los que son posibles con las actividades legales. Las consecuencias son aun más devastadoras en las sociedades en transición, donde el pueblo trata de establecer la democracia, la autodeterminación y el imperio del derecho. El crimen organizado ha penetrado en Argentina desde hace décadas, desde el nivel municipal hasta el federal, a través del financiamiento de campañas políticas y la elección de sus miembros como parlamentarios. Los grupos criminales han designado funcionarios de gobierno. En algunos casos, han suplantado al Estado al proporcionar la protección, el empleo y los servicios sociales que ya no pueden obtenerse del nuevo gobierno que lucha por sobrevivir.
Los costos del crimen organizado son impresionantes. La corrupción y la penetración del crimen organizado en el sistema político, impiden la aprobación de las nuevas leyes necesarias para las trasformaciones democráticas y el mercado libre. Una autoridad impositiva corrupta y los vínculos del personal del gobierno con el crimen organizado, privan al Estado de los ingresos que necesita. Cantidades substanciales de ciudadanos han perdido la fe en la integridad y capacidad del proceso legal y en la capacidad de sus gobiernos para cumplir con sus obligaciones básicas, tales como el pago de salarios, de beneficios jubilatorios, del cuidado de la salud o la seguridad pública.

Pero el costo inaceptable de esta presente agresión estratégica generalizada, es la degradación y destrucción de la identidad cultural de las generaciones jóvenes, que ven cegado su futuro y truncadas sus esperanzas de progreso. Debemos recuperar moralmente a nuestra sociedad y sus instituciones. Hemos perdido sucesivas generaciones de jóvenes en los últimos treinta años. En los 70’, embarcados en la borrachera ideológica que destruyó a muchos hogares de clase media en la locura subversiva y que ha dejado profundas secuelas sociales e institucionales, cuya incomprensión hoy impide la rehabilitación plena del Estado-Nación. En los ‘80 pos Malvinas, hasta hoy, los jóvenes fueron pasto de las drogas.
Como en EEUU, con la guerra de Vietnam, se creó entre nosotros un ambiente de desesperanza moral que hizo grave daño entre los jóvenes. Progresivamente también, se desintegró el sentido de orgullo nacional, de disciplina social y de confianza en el progreso
futuro de la Argentina. No vislumbrar esta realidad, es negarnos a nosotros mismos la posibilidad de entenderla como ventana de oportunidad para alcanzar el desarrollo sostenido de nuestro país y, por ende, de toda la región, que en definitiva es la única herramienta que nos permitirá destruir, o por lo menos contener al flagelo estratégico más complejo del siglo que comienza.
Hoy más que nunca toman fuerza y vigor las palabras de José Ingenieros, dirigidas a la juventud, pronunciadas a finales del siglo XIX: “Avergüénzate, joven, de torcer tu camino cediendo a tentaciones indignas. Si eres artesano evita enlodazarte recibiendo cosa alguna que no sea en compensación de tus méritos; si eres poeta, no manches la túnica de tu musa cantando en la mesa donde se embriagan los cortesanos; si eres sembrador, no pidas la protección de ningún amo y espera la espiga lustrosa que el encantamiento de tus manos rompe el vientre de la tierra; si eres sabio, no mientas; si eres maestro, no engañes. Pensador o filósofo, no tuerces tu doctrina ante los poderosos que la pagarían sobradamente; por tu propia grandeza debes medir tu responsabilidad y ante la estirpe entera tendrás que rendir cuenta de tus actos. Sea cual fuere tu habitual menester –hormiga, ruiseñor o león-, trabaja, canta o ruge con entereza y sin desvío: vibre en ti una partícula de tu pueblo.”

*Dr. Jorge Corrado. Director del Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires.
Profesor Titular de Ciencia Política, Estrategia y Geopolítica de la Universidad Católica
de La Plata.

 

cosmiccomet74

Colaborador
Colaborador
Ayer me reencontre con un gran amigo. Siempre se dedico a las importaciones y exportaciones. Es despachante de aduanas. Me contaba que esta todo trabado como en el 2013...y obviamente los canales corruptos abiertos para entrar y sacar cosas...o sea...

Esto me hace recordar mis conversaciones en esos años de trabas con un compañero mio que profesa la religion Judia y que tenia conocimiento de la industria textil. Como sabran la tela de jeans no se fabrica en Argentina sino que se importa, entonces los fabricantes de ropa tenian grandes problemas para manufacturar las prendas con esa tela.
Asi que el canal alternativo son obviamente sobornos y el contenedor aparece en un lugar designado....si tiene adentro tela, puede ser...ahora si tiene falopa???? Si tiene armamento???????????????
Eso pasa de vuelta ahora...o mejor dicho siempre paso...y las restricciones aumentan florecen los kioscos de los corruptos.



 

Polémica: no coinciden los datos oficiales sobre los homicidios que se registran en la Argentina​

Los ministerios de Seguridad y Salud tienen estadísticas diferentes sobre asesinatos y marcan dos cifras de uso gubernamental; la cartera sanitaria mantiene sin identificar 4613 decesos por causas externas​

18 de marzo de 202306:49
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Daniel Gallo

LA NACION
Peritos trabajan en la zona donde apareció el cuerpo de Lautaro Morello

Peritos trabajan en la zona donde apareció el cuerpo de Lautaro MorelloTélam
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Los reportes de asesinatos aparecen cada día. Se reiteran episodios de personas mortalmente baleadas en un robo. O en un ajuste de cuentas, tal como es la respuesta más escuchada de la policía -de todo distrito- cuando brinda la versión primaria de un crimen. Sin embargo, la tasa de homicidios en la Argentina (4,6 cada 100.000 habitantes) queda alejada de naciones golpeadas por la violencia narco. Parece casi una desfase entre la percepción y la estadística. Repetidas veces las autoridades, de toda jurisdicción y posicionamiento político, afirmaron que las muertes no pueden ocultarse, que el asesinato no tiene una cifra irregular. Pero lo cierto es que hoy nadie sabe realmente cuántas víctimas de homicidios dolosos hay en nuestro país. Ni siquiera los funcionarios.
El Ministerio de Salud de la Nación publicó en los últimos días su informe sobre estadísticas vitales. En ese documento oficial se consignó la causa de cada muerte en la Argentina durante 2021. El principal motivo de decesos fue el Covid-19, con 84.698 fallecimientos. La precisión del sistema estadístico que detalla cada muerte estableció que ese año 1453 personas perdieron la vida en casos de homicidios. Sin embargo, el Ministerio de Seguridad tiene otras cifras. También oficiales, claro. Para los encargados de la lucha contra el delito a nivel nacional se notificaron 2092 víctimas de asesinatos en 2021. Pero tampoco ese dato sería sólido. Tan solo es un piso anual de homicidios.

Dos organismos del máximo nivel de decisiones gubernamentales tienen estadísticas distintas sobre un mismo hecho. Y es algo que se sostiene en los últimos 20 años. Podrá pensarse que la diferencia de 639 muertes entre uno y otro dato, ambos oficiales y públicos apenas movería la tasa de homicidios. Habrá que tomar en cuenta otra situación: el informe del Ministerio de Salud contiene 4613 muertes que no fueron identificadas. No es un dato menor, sino que se trata de 35 por ciento del total de los 12.971 decesos por causas externas, definidas como accidentes, suicidios y agresiones. Se denominan “eventos de intención no determinada”. Podría considerarse un error en el momento de la carga de datos. Pero esa falla crece año a año.
La escena del asesinato de un hombre de 93 años en Mar del Plata

La escena del asesinato de un hombre de 93 años en Mar del Plata
En 2022 se realizó una mesa de trabajo conjunta entre funcionarios nacionales del Ministerio de Salud y del Ministerio de Seguridad para intentar mejorar la estadística sobre suicidios. Y se encontraron con el problema de los “eventos de intención no determinada”. Así lo consignaron en un documento oficial: “Es importante resaltar que un conjunto considerable de defunciones por causas externas presenta deficiencias en el registro del apartado de ‘causa de muerte’ en el Informe Estadístico de Defunción (IED) por parte de la/el médica/o, por lo que finalmente se clasifican como ‘eventos de intención no determinada’. Así es que, la principal dificultad identificada en las estadísticas de salud sobre suicidio es la calidad de la certificación de la causa de muerte, lo que determina un nivel elevado de ‘eventos de intención no determinada’. Bajo el supuesto de que en dicha categoría se clasifican suicidios que no han sido certificados como tales, puede sospecharse que tanto la cantidad informada de defunciones como la tasa de mortalidad por lesiones autoinfligidas podrían estar subestimadas”. Lo mismo podría pensarse sobre homicidios, Y esa cifra de 4612 muertes que no es ubicada en ningún casillero duplica la cantidad oficial de asesinatos. Ese volumen si cambiaría la tasa de homicidios.

USINA DE DELITOS. LA JUEZA MARÍA SERVINI PIDIÓ QUE EL SERVICIO PENITENCIARIO FEDERAL INFORME SOBRE LOS CELULARES DE LOS PRESOS
Hay un problema adicional con los “eventos de intención no determinada”, ya que lejos de mejorarse los registros se nota que la información empeora cada año. Documentos oficiales del Ministerio de Salud establecen que en 2011 ese punto representaba el 11 por ciento de todas las muertes registradas ese año por causas externas. Dos años después trepó al 16 %. Y en 2021 tuvo un peso de 35,5 por ciento. Muy por encima de los valores internacionales. Casi podría decirse que fuera de toda escala. En México, por ejemplo, en la estadística de defunciones ocurridas durante 2021 los eventos de intención no determinada alcanzan solo al 3,09 por ciento de todas las muertes por causas externas.
Unidades especiales protegen una escena del crimen en Rosario

Unidades especiales protegen una escena del crimen en RosarioMarcelo Manera
El flujo de información para construir la base de datos del Ministerio de Salud comienza con el certificado de defunción emitido por un médico, ya que el profesional llena al mismo tiempo el informe estadístico de defunción, que pasará sucesivamente por un registro civil, las oficinas de estadísticas de salud de las provincias y la oficina estadística de salud nacional antes de quedar incorporada en la información que será difundida cada dos años.
Esos datos son la herramienta con la que el Estado toma decisiones. Incluso macroeconómicas, como sucedió durante la pandemia. Claro que entonces había un desfase entre las muertes informadas cada día a modo de ritual y los decesos que realmente provocó el Covid-19. Las 84.698 muertes por esa causa en 2021 notificadas formalmente en estos días son 18 por ciento más que lo informado en el momento de levantar las restricciones.

Un subregistro notificado

Tampoco resuelta demasiado confiable el flujo de datos que abastece al Sistema Nacional de Información Criminal (SNIC) del Ministerio de Seguridad de la Nación. En el documento escrito el año pasado por funcionarios de esa cartera y del Ministerio de Salud sobre registros de suicidios se marcan las fallas de esa recolección de datos: “La causa más importante de subregistro de información en el SNIC es que la fuente de datos es policial, por lo que solo registra datos recogidos en su intervención cuando, ante situaciones de suicidio consumado, son llamados por una/un familiar o vecina/o, o son notificados a través de llamados al 911.
“Otra dificultad está relacionada con la imposibilidad, en algunos hechos, de contar con evidencia que denote que se trata de un suicidio prima facie y, por lo tanto, ingresen al sistema como ‘muerte dudosa’, escapando así a la contabilización en esta tipología. De esta misma forma pasa con casos caratulados en principio como homicidios y que, en la investigación posterior, se determinan como suicidios. También puede ocurrir que la persona resulte gravemente lesionada en un intento de suicidio y fallezca con posterioridad: si las policías no hacen seguimiento del caso, ese deceso no se registra.”. De nuevo puede consignarse que esa evaluación es válida para los homicidios.
Un asesinato emblemático en la historia criminal argentina servirá como ejemplo del subregistro de homicidios. La muerte de María Marta García Belsunce no figura en estadísticas de asesinatos, ya que el médico que firmó el certificado de defunción no consignó que se trataba de un homicidio. De esa manera quedó fuera del detalle de agresiones en las causas notificadas por el Ministerio de Salud en 2002. Tampoco la policía marcó el caso como un asesinato en el inicio de la investigación, por lo que tampoco figuró en el sistema de datos criminales. A más de 20 años de aquellos disparos en el country Carmel se sabe que se trató de un homicidio, pero a efecto estadístico no existió.
Rosario tiene la tasa de homicidios más elevada del país: 18,7; los funcionarios santafesinos aseguran que esa cifra se alcanza porque cada muerte es informada

Rosario tiene la tasa de homicidios más elevada del país: 18,7; los funcionarios santafesinos aseguran que esa cifra se alcanza porque cada muerte es informadaMarcelo Manera - LA NACION
Puede encontrarse otro ejemplo reciente. A Lautaro Morello se lo buscaba en diciembre pasado luego de desaparecer con su amigo Lucas Escalante en Florencio Varela. Su cuerpo fue encontrado quemado varios días después. Es posible que su caso figure como homicidio en los registros del Ministerio de Salud y del Ministerio de Seguridad, dado que la forma del hallazgo no permitiría otra evaluación por parte de médicos y policías. Pero ese crimen no figurará en los datos de la justicia bonaerense, otra estadística oficial que registra la cantidad de asesinatos.
El Ministerio Público Fiscal bonaerense lleva un registro anual de todos los delitos en ese territorio. Sin embargo, el flujo que información que abastece esa estadística tampoco es exacto. Es que se toma como dato solo la Investigación Penal Preparatoria (IPP), la primera carátula que asigna un fiscal al expediente. Si el caso arranca como la averiguación de paradero, así se mantendrá en la estadística por más que luego se modifique la pesquisa hacia un homicidio. Pasa lo mismo si la causa empieza como lesiones graves y la víctima fallece en un hospital. En 2015 se revisaron las IPP consignadas en la estadística criminal de 2013 y se verificó un aumento del 30 por ciento de los homicidios al seguir el trámite de cada expediente.
Hace años que esas diferencias en el momento de recolectar las estadísticas criminales son señaladas por funcionarios de los últimos tres gobiernos de Santa Fe, quienes afirman que en su provincia se registra cada asesinato, incluso cuando las víctimas pasan semanas internadas. Con esos datos, en 2021 la tasa de homicidios de Rosario fue de 18,5 casos cada 100.000 habitantes, la más alta en nuestro país. Cifra similar al 20,8 registrado ese año en la mexicana Sinaloa.

Daniel Gallo

 

Jorge II

Serpiente Negra.
Me acuerdo un dicho importante "Para luchar contra la inseguridad se tiene dos opciones; se negocia o se va a la guerra; lo mejor es negociar, lo necesario es ir a la guerra".
 
Alguien sabe ¿que alcance tiene el Nuevo "Comando Conjunto de Fuerzas Federales"?

Hoy en Rosario vi (por primera vez), cuatro Fiat Cronos (Patrulleros), de color azul y con el Logo "Comando Conjunto Fuerzas Federales" :rolleyes:
Los que sean de Santa Fe pueden corregirme
Tengo entendido y visto por fotos que desde hace un tiempo la Policia de Sta Fe usa patrulleros Fiat Cronos
 
Narcotrafico Nacional:


ROSARIO, CIUDAD FALLIDA. ARGENTINA, ESTADO FALLIDO​

Por Dr. Jorge Corrado.


“…Del exterior llega al país una avalancha de estupefacientes, importados por un grupo de contrabandistas eficientes y bien organizados. La quinta parte de la población se torna drogadicta, epidemia que supera a cualquiera que se conozca desde la época de las grandes plagas. No sólo sucumben los pobres, sino también los potentados. El hampa ostenta con cinismo los dividendos del narcotráfico, a más de dominar muchos gobiernos regionales y aún amenazar la integridad del gobierno nacional. Ninguno de sus adversarios está a salvo de sus sicarios, ni siquiera el Jefe de Estado. Las instituciones del orden están en ruinas. El deterioro de los cimientos morales de la nación es ya más que peligroso…”
Por conocido que esto suene, no es una descripción de Colombia de 1995, o de Argentina 2023, sino la de China de 1838, en vísperas de la primera Guerra del Opio, cuando Gran Bretaña desembarcó tropas para obligar a China a ingerir el veneno que distribuían los mercaderes británicos. Así es como lo describe a sus superiores en el exterior, uno de los más importantes narcotraficantes británicos: “Mientras China siga siendo una nación de opiómanos, no hay el menor motivo para temer que se convierta en potencia militar de importancia alguna, ya que el vicio agota las energías y la vitalidad de la Nación”.
El optimismo cultural que acompañó a un posible desarrollo más o menos venturoso de nuestra América en los 50’ y en los 70’, templó la fibra moral de las naciones cuya herencia religiosa y cultural se refleja las creencias profundamente arraigadas, aun hoy, en el inconsciente colectivo.
Con la crisis social maniquea surgida desde la guerra fría (1947) y la de la deuda progresiva (1980), vino la desesperanza del desempleo en masa, la desnutrición crónica y la marginación: los ingredientes de un ambiente de pesimismo cultural, propicio al narcotráfico, al terrorismo y al caos de la desintegración socio-política.

Hoy, toda nuestra América Latina constituye el ámbito ideal para la propagación de lo que se denomina Crimen Organizado Transnacional y que en nuestro continente tiene un nombre: NARCOTERRORISMO.
En notas anteriores hemos definido a éste hecho y a ésta amenaza estratégica. Hoy nos adentraremos en su íntimo funcionamiento operativo, su modos de acción y las estrategias que instrumenta para la prosecución de sus fines.
Los grupos del crimen organizado transnacional son, de variadas formas, los que sacan más provecho de la globalización. Las empresas legítimas se ven todavía constreñidas por leyes y regulaciones extemporáneas de los países donde operan. Las organizaciones y redes del crimen transnacional consiguen, con ayuda de la corrupción, de la extorsión y de la intimidación, usar para su total beneficio a los mercados abiertos y a las
sociedades en decadencia.
Hay tres tipos básicos de corporaciones relacionadas con el crimen organizado:
 Estructuras empresariales ilegales, como los carteles de las drogas;
 Firmas legales que se involucran en el delito financiero, como los bancos que, de hecho, se especializan en facilitar el lavado de dinero y la evasión impositiva y
 Empresas lícitas creadas, total o parcialmente, con dinero obtenido del crimen
organizado.
Las organizaciones criminales organizadas no sólo mantienen vínculos con algunas empresas legítimas y con algunos sectores del gobierno. A veces prosperan también con el terrorismo y la guerra civil. En unos 30 países, los grupos que participan en la rebelión armada contra el gobierno financian sus campañas terroristas, total o parcialmente, con ingresos generados por los impuestos que le cobran a la producción de drogas o
por su participación directa en el tráfico.
No es una coincidencia que las perturbaciones políticas de la década de los ’90, en Europa Sudoriental, estuvieran relacionadas con la ruta de los Balcanes por la que, en cada año, pasan a Europa toneladas de heroína. Y no es una coincidencia que Afganistán, Colombia y Birmania, los tres productores de drogas más importantes del mundo, sean al mismo tiempo el escenario de algunas de las guerras civiles más prolongadas de los últimos 50 años.
El gran número de actores, las inmensas sumas de dinero, el necesario sigilo de la clandestinidad y las dimensiones internacionales del mercado: todo ello, obliga a los criminales transnacionales a combinar, a lo largo de toda la transacción, una serie de bienes y servicios de naturaleza económica, política y militar. Para que éstos actores puedan desenvolverse, tres servicios fundamentales tienen que estar disponibles: el capital, la violencia y la no actuación de las autoridades y órganos jurisdiccionales del Estado. El Crimen Organizado Transnacional posee, consecuentemente, un carácter multivalente. Más allá de la mera y axial acción económica, se desempeña también necesariamente en los campos político y de seguridad. Por ende, es una agresión estratégica de primer orden, debiendo ser prevista y planificada por su esencia en el área de la Política de Defensa Nacional. Pero nuestra Legislación de Defensa y Seguridad le dan categoría policial, de delito común. Estas leyes prohíben el planeamiento al negar la Inteligencia Estratégica de las FFAA ante una agresión estratégica al Estado. Y hoy se las envía a Rosario porque las demás fuerzas policiales fueron lógicamente desbordadas y contaminadas. Es como si Einsenwoher hubiese enviado a Normandía un batallón a la vez. Gravísimo error, todo es espasmódico y táctico, no hay plan, no hay liderazgo. Y la palabra Seguridad Nacional está prohibida ideológicamente. Y eso es lo que necesita Argentina UNA ESTRATEGIA DE SEGURIDAD NACIONAL, que incorpore a TODA LA FUERZA DEL ESTADO, doctrinas que existen en la mayoría de los países avanzados del mundo. Si no sabemos, no podemos o no queremos, por lo menos copiemos los ejemplos exitosos.
Nuestro país desde la sanción de esas dos leyes ha dividió la Defensa y la Seguridad en interna y externa, sin entender los tiempos que corren, donde la globalización borró de un plumazo la fronteras físicas y hoy el mundo es una gran aldea común donde los países serios tratan de hacer acuerdos regionales de Defensa y Seguridad ante las amenazas transnacionales. Sólo es una cuestión de sentido común. Pero en nuestro País es exactamente al revés. Y hoy lo pagamos con sangre en las calles.
El poder de la mafia se extiende cada vez más, a través de su desleal competencia, de manera creciente. Incluye pingues ingresos, armas ilegales, el asesinato, la violencia física y todo el repertorio de acciones imaginables, en función de sus fines. La crisis del monopolio estatal de la violencia y su exceso de “liberalidad”, llamada “Política de Derechos Humanos”, obra como multiplicador del poder de los mafiosos y les posibilita “readaptar” el sentido del repertorio de acciones heroicas, que constituyó “el legajo del hombre de honor” hace treinta años.
A manera de hipótesis, que en muchos casos ya son hechos, es posible pensar que las estrategias de búsqueda de legitimidad de los empresarios criminales, buscan y logran la incapacidad local de reacción de Estado, que obstaculice la actividad criminal. En la actualidad los grupos mafiosos consideran más eficiente, para neutralizar la acción del Estado, buscar la aceptación de la clase dirigente política-corporativa y el acceso a las redes de poder que el apoyo popular directo, como lo hicieran los terroristas revolucionarios en décadas recientes.
Otra estrategia mucho más directa e igualmente presente en todos los segmentos del mercado ilegal, es el soborno ocasional o regular de miembros o unidades enteras de autoridades políticas, militares, policiales, judiciales o burocráticas. La corrupción no debe ser considerada como exclusiva de los mercados ilegales. Sin embargo, en los mercados ilegales, la corrupción ocupa un lugar central, que usualmente no ocupa en los mercados legales.
ASÍ LAS COSAS, DESDE LA PERSPECTIVA DEL ESTADO LA CORRUPCION DE SUS FUNCIONARIOS SE ASEMEJA MUCHO A UNA HIDRA DE MIL CABEZAS, O A UN “BALANCE GENERAL DE COMPORTAMIENTO ILEGAL”.
La estrategia más eficaz y confiable de las organizaciones criminales (y probablemente la más corrosiva, en lo que a la legitimidad del Estado se refiere) es mantener varios funcionarios estatales en PUESTOS CLAVES, en una lista regular de pagos, es decir, establecer verdaderas “redes de infiltración e información”. Los círculos sociales, políticos y económicos, que giran en torno al poder a través de las relaciones de amistad o sobornos, pueden posibilitar a los empresarios narcotraficantes
accesos de alto nivel, para inhibir a los organismos de la seguridad y de la justicia. Se trata de una estrategia que, en ocasiones, puede ser más eficaz que la mera compra e infiltración de las autoridades superiores con responsabilidades políticas.
Los grupos del crimen transnacional controlan miles de millones de dólares en activos. Su enorme poderío económico facilita la corrupción nacional e internacional.
Socavan gobiernos y la transición a la democracia de las sociedades que devienen del socialismo o del autoritarismo. Minan los intentos de los países en desarrollo y en transición para desarrollar democracias y convertirse en economías de mercado libre. Ninguna forma de gobierno es inmune al desarrollo de las organizaciones criminales transnacionales, ningún sistema legal es capaz de controlar totalmente el crecimiento de ese crimen y ningún sistema económico o financiero está seguro frente a la tentación de obtener ganancias a niveles muy superiores a los que son posibles con las actividades legales. Las consecuencias son aun más devastadoras en las sociedades en transición, donde el pueblo trata de establecer la democracia, la autodeterminación y el imperio del derecho. El crimen organizado ha penetrado en Argentina desde hace décadas, desde el nivel municipal hasta el federal, a través del financiamiento de campañas políticas y la elección de sus miembros como parlamentarios. Los grupos criminales han designado funcionarios de gobierno. En algunos casos, han suplantado al Estado al proporcionar la protección, el empleo y los servicios sociales que ya no pueden obtenerse del nuevo gobierno que lucha por sobrevivir.
Los costos del crimen organizado son impresionantes. La corrupción y la penetración del crimen organizado en el sistema político, impiden la aprobación de las nuevas leyes necesarias para las trasformaciones democráticas y el mercado libre. Una autoridad impositiva corrupta y los vínculos del personal del gobierno con el crimen organizado, privan al Estado de los ingresos que necesita. Cantidades substanciales de ciudadanos han perdido la fe en la integridad y capacidad del proceso legal y en la capacidad de sus gobiernos para cumplir con sus obligaciones básicas, tales como el pago de salarios, de beneficios jubilatorios, del cuidado de la salud o la seguridad pública.

Pero el costo inaceptable de esta presente agresión estratégica generalizada, es la degradación y destrucción de la identidad cultural de las generaciones jóvenes, que ven cegado su futuro y truncadas sus esperanzas de progreso. Debemos recuperar moralmente a nuestra sociedad y sus instituciones. Hemos perdido sucesivas generaciones de jóvenes en los últimos treinta años. En los 70’, embarcados en la borrachera ideológica que destruyó a muchos hogares de clase media en la locura subversiva y que ha dejado profundas secuelas sociales e institucionales, cuya incomprensión hoy impide la rehabilitación plena del Estado-Nación. En los ‘80 pos Malvinas, hasta hoy, los jóvenes fueron pasto de las drogas.
Como en EEUU, con la guerra de Vietnam, se creó entre nosotros un ambiente de desesperanza moral que hizo grave daño entre los jóvenes. Progresivamente también, se desintegró el sentido de orgullo nacional, de disciplina social y de confianza en el progreso
futuro de la Argentina. No vislumbrar esta realidad, es negarnos a nosotros mismos la posibilidad de entenderla como ventana de oportunidad para alcanzar el desarrollo sostenido de nuestro país y, por ende, de toda la región, que en definitiva es la única herramienta que nos permitirá destruir, o por lo menos contener al flagelo estratégico más complejo del siglo que comienza.
Hoy más que nunca toman fuerza y vigor las palabras de José Ingenieros, dirigidas a la juventud, pronunciadas a finales del siglo XIX: “Avergüénzate, joven, de torcer tu camino cediendo a tentaciones indignas. Si eres artesano evita enlodazarte recibiendo cosa alguna que no sea en compensación de tus méritos; si eres poeta, no manches la túnica de tu musa cantando en la mesa donde se embriagan los cortesanos; si eres sembrador, no pidas la protección de ningún amo y espera la espiga lustrosa que el encantamiento de tus manos rompe el vientre de la tierra; si eres sabio, no mientas; si eres maestro, no engañes. Pensador o filósofo, no tuerces tu doctrina ante los poderosos que la pagarían sobradamente; por tu propia grandeza debes medir tu responsabilidad y ante la estirpe entera tendrás que rendir cuenta de tus actos. Sea cual fuere tu habitual menester –hormiga, ruiseñor o león-, trabaja, canta o ruge con entereza y sin desvío: vibre en ti una partícula de tu pueblo.”

*Dr. Jorge Corrado. Director del Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires.
Profesor Titular de Ciencia Política, Estrategia y Geopolítica de la Universidad Católica
de La Plata.

que triste ver mi ciudad natal,en esta situación, y pensar que le cuento a mis hijas que cuando yo era niño ,años 70, jugabamos en el barrio a la pelota en la calle hasta las 12 de la noche y visitabamos a Doña Carmela una española de la cuadra, y pasabamos a tomar la leche y tenia la puerta abierta y no existian las rejas ni nada de seguridad privada, y el policia de la cuadra llegaba caminando y siempre lo saludabamos con orgullo.
Sin duda estos ultimos cincuenta años fueron devastadores en todo sentido y mi ciudad es una muestra mas de la decadencia nacional.
 
que triste ver mi ciudad natal,en esta situación, y pensar que le cuento a mis hijas que cuando yo era niño ,años 70, jugabamos en el barrio a la pelota en la calle hasta las 12 de la noche y visitabamos a Doña Carmela una española de la cuadra, y pasabamos a tomar la leche y tenia la puerta abierta y no existian las rejas ni nada de seguridad privada, y el policia de la cuadra llegaba caminando y siempre lo saludabamos con orgullo.
Sin duda estos ultimos cincuenta años fueron devastadores en todo sentido y mi ciudad es una muestra mas de la decadencia nacional.
Rosario no es una mosca en la leche, BsAs no es muy distinto, las ciudades/pueblos petroleros en la Patagonia ni te cuento. Que pongan el foco solo en Rosario, a mi entender, tiene distintos y variados motivos que no vienen al caso pero la realidad del narcotrafico y consumo de droga es un problema que creció exponencialmente en todo el País.
 
Si seguramente, Rosario no es muy diferenteen el tema comercio y narcotrafico a otros grandes ciudades portuarias (BArcelana-Amberes..etc..)pero lo que si es muy diferente el papel del estado y el "vacio" estatal en seguridad y control de este flagelo y me animo a decir complicidad de autoridades politicas, económicas y policiales en este negocio"
 
Si seguramente, Rosario no es muy diferenteen el tema comercio y narcotrafico a otros grandes ciudades portuarias (BArcelana-Amberes..etc..)pero lo que si es muy diferente el papel del estado y el "vacio" estatal en seguridad y control de este flagelo y me animo a decir complicidad de autoridades politicas, económicas y policiales en este negocio"
Y voy a los hechos

Sancionan a Fiscales de Rosario....por contar el estado miserable de sus tribunales y sus trabajos por responsabilidad del Estado!!!

 
Rosario no es una mosca en la leche, BsAs no es muy distinto, las ciudades/pueblos petroleros en la Patagonia ni te cuento. Que pongan el foco solo en Rosario, a mi entender, tiene distintos y variados motivos que no vienen al caso pero la realidad del narcotrafico y consumo de droga es un problema que creció exponencialmente en todo el País.
Cambia todo cambia, .....
 

gordojhon

rasca-pupo arquitectónico profesional
Ayer me reencontre con un gran amigo. Siempre se dedico a las importaciones y exportaciones. Es despachante de aduanas. Me contaba que esta todo trabado como en el 2013...y obviamente los canales corruptos abiertos para entrar y sacar cosas...o sea...

Esto me hace recordar mis conversaciones en esos años de trabas con un compañero mio que profesa la religion Judia y que tenia conocimiento de la industria textil. Como sabran la tela de jeans no se fabrica en Argentina sino que se importa, entonces los fabricantes de ropa tenian grandes problemas para manufacturar las prendas con esa tela.
Asi que el canal alternativo son obviamente sobornos y el contenedor aparece en un lugar designado....si tiene adentro tela, puede ser...ahora si tiene falopa???? Si tiene armamento???????????????
Eso pasa de vuelta ahora...o mejor dicho siempre paso...y las restricciones aumentan florecen los kioscos de los corruptos.
Hace tiempo me comentaron, que el scaner para camiones que estaba en Clorinda (creo...) de procedencia china, era un desastre se rompía a cada rato y no por mal equipo, alguien olvido pagar a los chinos el pos-venta como corresponde y que el técnico chino lo traen de baires cada tanto y si lo encuentran. Que es mas practico y confiable el viejo Siemens del año del tr@ste que el otro mencionado.

Mira si es por ingresar cosas, hace tiempo un amigo trabajaba en una importadora muy grande de semillas traían de todo mundo, principalmente de Holanda e Israel, dentro de los containers al fondo de todo venia a modo de "regalo", heladeras, electrodomésticos, computadoras, muebles que acá ni pedo para esa época los conseguías, lo mas loco fue en el envió de cuadris y motos acuáticas...
Esta persona daba a entender que si una empresa "metía" esas simples cosas sin control alguno, ya que los cierres estaban lacrados, precintados y numerados, imagínate una que metiera "sin querer queriendo" drogas, armas, personas y demás cosas...
 
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