Acciones varias de las distintas guerras

Sebastian

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parte 2

Los indígenas que dejaron perplejos a los alemanes en la Primera Guerra Mundial

Sin hacer alarde
A nivel nacional, los amerindios no obtuvieron la nacionalidad estadounidense hasta 1924, años después de que terminara la Primera Guerra Mundial, aún cuando más de 12.000 de ellos habían peleado en el frente de batalla, de acuerdo con el Museo Nacional de Indios Americanos.
Se ofrecieron como voluntarios para luchar porque defender a su pueblo y su tierra era parte de su cultura y su tradición.


Había pocos registros escritos en choctaw: apenas la Biblia
y algunos himnos.

"Era una extensión del rol tradicional de guerrero", dice Reed. "Los hombes protegían y proveían para aquellos que no podían hacerlo por sí mismos o no se esperaba que lo hicieran.
Es parte de lo que significa ser hombre y ser líder. Los guerreros eran tratados con el mayor de los respetos por sus comunidades. Era lo mismo con los veteranos; aún es así hoy en día".

Todos los miembros del escuadrón teléfonico regresaron a casa con sus familias, dice Meadows. Por décadas, su papel como locutores de claves era prácticamente desconocido fuera de la tribu y sus esfuerzos pasaron sin ser reconocidos.
En algunos casos, sus propias esposas y familiares sabían muy poco del asunto.

"Los locutores de clave no contaban muchas historias de sí mismos. Consideraban lo que habían hecho como su deber"
Nushi Nashoba, presidente de la Asociación de Locutores de Claves choctaw​

"Los choctaw no creen en hablar de sus propios logros; es cosa de otros alabarlos", dice Nashoba. "Los locutores de clave no contaban muchas historias de sí mismos. Consideraban lo que habían hecho como su deber.
Cuando mi bisuabuelo fue entrevistado por una publicación local cuando regresó de la guerra, simplemente dijo 'fui a Francia, vie el país y regresé vivo'. Sólo eso".

También era un tema delicado para el gobierno. Habría sido difícil explicar que la misma lengua que estaban tratando de erradicar en Estados Unidos había sido fundamental para las comunicaciones en el campo de batalla.
El buró de Asuntos Indios y el gobierno no recalcaron su uso, dice Meadows. Además, los líderes militares también se dieron cuenta del potencial que había en usar lenguas nativas y no querían que la estrategia se diera a conocer.

"Aunque los locutores de claves navajos de la Segunda Guerra Mundial fueron objeto de atención pública cuando su código fue desclasificado en 1968 y recibieron reconocimiento del Congreso y medallas de plata en 2001, todos los demás locutores de claves siguieron sin ser reconocidos a nivel federal", dice Meadows.

Reconocimiento, al fin
Pero la atención que recibieron los navajos pronto despertó el interés por los choctaw.
Familiares de los hombres y la tribu reunieron la información que pudieron con un puñado de documentos existentes y con los relatos de los pocos veteranos que estaban vivos.
Trabajaron duro e hicieron campaña junto con otras tribus para que se reconociera el trabajo de sus hombres.

En 1989, el gobierno francés les otorgó la Orden Nacional al Mérito en forma póstuma a los locutores de claves choctaw de la I y de la II Guerra Mundial, así como a los locutores de claves comanches de la Segunda Guerra Mundial.


Los choctaw enfrentaban una contradicción: su lengua era valiosa en la guerra y castigada en casa.

Pero no fue hasta 2008 que la Ley de Reconocimiento de Locutores de Claves fue aprobada en el Congreso, rindiendo homenaje a cientos de locutores de claves de diferentes tribus que habían sido ignorados, incluidos los choctaw.

Finalmente, en noviembre del año pasado, cada gobierno tribal recibió medallas de oro del Congreso, la distinción civil de más alto nivel en Estados Unidos. Llevaban grabado un diseño exclusivo que representaba a su tribu. Las familias de cada locutor de claves recibió una versión similar en plata.

En la ceremonia, el senador Harry Reid dijo: "En la hora de mayor necesidad de esta nación, los lenguajes nativos americanos demostraron tener un gran valor. El gobierno de Estados Unidos recurrió a la gente y a la lengua que había tratado de erradicar".

Fue un momento agridulce, dice Nashoba. "Los locutores de claves originales nunca llegaron a ver el día (en que se reconoció su trabajo) y muchos de sus familiares, que habían hecho tanta campaña por ellos, también habían muerto. Pero también fue un momento increíble, no puedo expresar con palabras la alegría y el orgullo que sentí. Esos hombres merecían ser honrados".

Nadie podría haber adivinado que una conversación escuchada por casualidad terminara siendo tan significativa, dice Meadows. "A veces las grandes cosas ocurren por accidente".

El escuadrón telefónico choctaw

Memorándum del comandante de la 142da División de Infantería, coronel A. W. Bloor, a los cuarteles de división, 23 de enero de 1919.

Se reconoció que, de los diferentes métodos de enlace, el teléfono presentaba las mayores posibilidades (...). Se sabía, sin embargo, que los alemanes eran maestros en el arte de "escuchar" (...). Estábamos seguros de que el enemigo sabía demasiado.
En consecuencia, era necesario codificar cada mensaje importante, y codificar y decodificar tomaba un tiempo valioso.

El regimiento poseía una compañía de indígenas (...) Las posibilidades eran de una en un millón de que Fritz pudiera traducir estos dialectos, y el plan de hacer que estos indígenas transmitieran mensajes telefónicos fue adoptado.

Los indígenas fueron utilizados repetidamente en preparación para el asalto a Forest Farm (...) La total sorpresa del enemigo evidenció que no pudieron descifrar los mensajes.

Fuente: Nación choctaw de Oklahoma.
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2014/05/140521_cultura_codigos_guerra_finde_yv.shtml
 

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27/05/1940 - el rey Leopoldo III rinde Bélgica ante Alemania.
1941 -
los Aliados hunden el acorazado alemán Bismarck.
1942 - en Praga, Reinhard Heydrich —uno de los hombres más poderosos de la Alemania nazi— sufre un atentado durante la Operación Antropoide.
1947 - tras el proceso de Mauthausen, los Aliados ejecutan a 22 nazis condenados.

.fuente:http://www.hoyenlahistoria.com/efemerides.php
 
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DE LA PAGINA HISTARMAR Y DE LA PAGINA EL SNORKEL

Encuentran en el Báltico un submarino soviético de la WWII


© Servicio de prensa de la Flota del Mar Báltico
En el mar Báltico, cerca de las costas de la provincia rusa de Kaliningrado, ha sido hallado un submarino soviético hundido en 1945. Pertenece a la famosa serie S del sumergible S-13, el más mortífero de la historia humana.
El hallazgo fue anunciado este lunes por el rotativo ruso 'Rossíiskaya Gazeta', que se remite al servicio de prensa de la Flota del Mar Báltico rusa. Presuntamente se trata del submarino soviético S-4, hundido en enero de 1945 junto con los 48 miembros de su tripulación.
El submarino fue encontrado bajo el programa de búsqueda de los buques de guerra hundidos de la Armada Soviética durante la Gran Guerra Patria, que llevan a cabo oficiales de la Flota en colaboración con el Instituto de Oceanología de la Academia de Ciencias rusa.
Según los datos de la exploración de los fondos marinos, la nave reposa a una profundidad de 70 metros y su aspecto y las armas que porta permiten identificarlo como un submarino soviético tipo S de la serie IX-bis. Además, no existen datos de que en esta parte del mar hubiesen operado otros sumergibles de la URSS.
El submarino S-4 se puso en contacto con el mando por última vez el 1 de enero de 1945, cuando su capitán informó de que había hundido una nave y continuaba su patrulla.
Hay dos versiones sobre la suerte del S-4. Una indica que el sumergible fue arietado por el destructor alemán T-3 la noche del 4 de enero de 1945. Según la otra, el submarino fue hundido por el destructor alemán T-33.
El sumergible más mortífero del mundo
La serie S constaba de 39 unidades, de las cuales cuatro fueron pagadas mediante aportaciones populares. Estos submarinos eran los más apreciados por las tripulaciones soviéticas, y precisamente el S-13, bajo el mando de Alexánder Marinesko, fue el que consiguió la patrulla más exitosa de la Segunda Guerra Mundial.
El 30 de enero de 1945 Marinesko hundió la base flotante de submarinos alemanes —que anteriormente había sido el enorme crucero Wilhelm Gustloff—, que zarpó de la bahía de Danzig con más de 10.000 personas a bordo, incluidos varios centenares de cadetes de la escuela de submarinismo de la Alemania nazi, oficiales de las SS, sus familias, refugiados, heridos, etc. Sobrevivieron poco más de un millar de personas.
Diez días después, el submarino comandado por Marinesko hundió el crucero auxiliar General von Steuben. El barco había salido de Pillau (Prusia Oriental) el 9 de febrero con 4.000 refugiados a bordo, en su mayoría funcionarios nazis, heridos y tanquistas de una división de las SS. El 12 de febrero fue alcanzado por dos torpedos del S-13 y se hundió en 15 minutos. Sobrevivieron 659 personas.
Esto es sólo un resumen de contenido. Visita mi sitio web para los enlaces completos, otros contenidos, y mucho más! en elSnorkel.com
 

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29/05/1941 - en Heraclión (isla de Creta), los nazis ocupan el aeropuerto y hunden los destructores británicos HMS Imperial y HMS Hereward (que trataban de evacuar a las fuerzas británicas).
1942 - en Colonia, la RAF británica lanza su primer brutal bombardeo (1046 aviones lanzaron 1455 tn de bombas, destruyendo 243 hectáreas de casas y matando 486 civiles. Pierden sus hogares 59 000 personas.
Dictador de la Alemania Nazi Adolf Hitler
1942 - en la Cancillería del Reich en Berlín, Adolf Hitler recibe al político indio Shubhas Chandra Bose. No trasciende el contenido de las conversaciones. Chandra Bose ha realizado también varios viajes a Japón.
1943 - en Wuppertal (Alemania), la RAF británica lanza un ataque con 719 bombarderos soltando 1900 tn de bombas y matando a 2450 civiles.
fuente:http://www.hoyenlahistoria.com/efemerides.php
 
No se si es el mejor lugar para postear esta nota, pero me pareció buena leerla.
Es de Abril.
10 abril, 12:51

Argentina y la siniestra reedición de Plan Morgenthau

Ilustración: wikipedia.org

La historia suele ser contada a conveniencia. En la actualidad, mucho se habla del Plan Marshall de ayuda financiera de EEUU a la Europa Occidental de posguerra, y luego de un plan similar aplicado en Japón, así como es muy promocionado el milagro alemán para referirse al rápido resurgimiento de la economía germana, y también el milagro económico japonés.

Pero es muy poco conocido el siniestro Plan Morgenthau, que debe su nombre al secretario de Hacienda de EEUU durante la Segunda Guerra Mundial y que precedió al Plan Marshall, siendo sus propósitos diametralmente opuestos.

El Plan Morgenthau formó parte de la batería de medidas y de instituciones a ser creadas por los aliados a partir de 1944 (o tal vez ya en 1943), cuando la marea de la guerra se posicionaba en contra del eje (Alemania, Japón, Italia y sus aliados); pensadas todas esas ideas para dar el contexto al mundo de posguerra, acorde ello a las prioridades de las potencias que a la postre resultarían vencedoras.

Demostrando un claro afán vengativo, sin importar las tremendas consecuencias sociales de su implementación, el Plan Morgenthau buscó mantener a Alemania sumida en el atraso permanente, imposibilitándole realizar ninguna acción concreta tendiente a reencauzarse en la senda del desarrollo. Para eso, los encargados de aplicar a rajatabla las feroces pautas del Plan, debían propiciar cualquier acción tendiente a mantener derruida y sin funcionalidad su infraestructura y a impedir recomponer la formidable estructura industrial y tecnológica que había caracterizado a este país desde fines del siglo XIX, además de evitar el progreso cultural de su población, incluso manteniéndola en niveles de pobreza económica y con carencias alimenticias, de sanidad y de instrucción. Con todo ello el Plan Morgenthau pretendía mantener a Alemania sumida en una economía primaria, subdesarrollada y desarticulada. Algo similar se pensó aplicar en Japón.

Curiosamente, muy pocos autores se refieren directa y claramente al Plan Morgenthau y a la esencia de genocidio económico del mismo. En tal sentido, es valioso consignar que a diferencia de las omisiones o meras menciones de otros autores, en la obra “Prosperidad y Crisis – Reconstrucción, Crecimiento y Cambio – 1945-1980”; Hermann van der Wee, en el volumen II, página 413, lo analiza en forma sobria pero muy explícita.

Sin embargo, entre 1947 y 1949, la situación cambió radicalmente, con el inicio de la Guerra Fría. Bajo ese contexto, Alemania (en ese momento Alemania Occidental) y Japón pasaron a ser dos piezas claves para contener la expansión comunista en Europa y el Este y Sudeste Asiático, respectivamente.

EEUU necesitaba impulsar las reconstrucciones civiles, la rápida mejoría de las condiciones sociales y el fuerte resurgimiento económico de Alemania Occidental y de Japón para operar como barreras o líneas de contención del comunismo y para que sirvieran confiablemente como plataformas de los despliegues de tropas y materiales estratégicos en el contexto del conflicto ya existente y no declarado formalmente que se conoció como la Guerra Fría.

La aplicación del Plan Marshall, implicó automáticamente la caducidad total del Plan Morgenthau, vigente en Alemania, y su similar en suelo japonés.

Menos conocido aún, y por cierto no explicitado como plan de público conocimiento, es la implementación de lo que puede llamarse “el Plan Morgenthau aplicable a Argentina”, de cuya instrumentación por cierto no existen antecedentes formales, pero en cambio la sucesión de hechos sutilmente concatenados, muestran demasiadas “casualidades” como para no poder afirmarse que se trató (¿o se trata?) de una brutal maniobra de “guerra blanda”, que como suele ser usual en esos casos, tiene objetivos que se siguen buscando, sin importar en forma crucial los plazos de ejecución.

Larga y continuada ha sido la historia de la injerencia –a veces sutil y en otros casos brutal y desembozada- del colonialismo anglosajón en los asuntos internos de Argentina; y ese detalle no hace al objetivo de este artículo.

En cambio sí cabe señalar que desde siempre hubo resistencias internas a ese rol de “país granja” subordinado, que se nos asignó desde afuera, con las complicidades internas. Ese factor de constante resistencia a las acciones colonialistas, sumado al reconocido enorme potencial de desarrollo de Argentina, y la posición referencial que nuestro país tiene desde sus orígenes para las naciones hermanas íberoamericanas, sin duda debe haber pesado mucho, para condenarnos a un futuro de miseria y disgregación política, como fue claramente el objetivo final del feroz neoliberalismo aplicado en Argentina durante un cuarto de siglo; y que los testaferros y voceros locales de esos poderes siguen presionando duramente para reinstalar, al como sea.

A partir del “proceso” (1976-1983), se instauró con notable ferocidad y consecuente total falta de sensibilidad social, un conjunto de medidas que destruyeron brutalmente el aparato productivo nacional, siendo acentuado su perfil anti industrial y antitecnológico; resultando explícito el objetivo retrógrado y anacrónico de reinstalar las estructuras feudales del país–estancia que opere como dócil colonia de las por entonces excluyentemente poderosas economías del G-7, y en particular las de EEUU y Gran Bretaña. Fue sin ninguna duda la aplicación adaptada en tiempo y lugar del pernicioso Plan Morgenthau.

Pero el “Plan Morgenthau a la argentina” no solo se ciñó a los siete años del tristemente célebre “proceso” cívico–militar. Su aplicación continuó profundizándose en las épocas de la llamada partidocracia cleptocrática, que atravesando las presidencias de Alfonsín, Menem y De La Rúa, nos llevó a los empujones a la severísima crisis de 2001/2002, la cual por muy poco no nos condujo a una situación de balcanización en media docena de republiquetas dóciles, tal como estaba previsto por los megas poderes financieros transnacionales globalizantes. Según concreto testimonio del que fui testigo de uno de los actores del complejo período de transición 2002/2003, los centros del poder neoconservador local apostaban a una guerra civil brutal… lo cual nos hubiera sumido en el caos total.

En todos esos años del cuarto de siglo neoliberal (1976-2001), la economía siguió deteriorándose, decayendo cualitativamente (cerrándose fábricas y desfinanciándose Universidades Nacionales y entes tecnológicos), el endeudamiento se acentuaba en forma descontrolada, la emigración de valiosa población seguía, y algunos hechos puntuales mostraban el perverso cariz que se imponía brutalmente: la transformación de escuelas técnicas en simples bachilleratos amorfos (una colonia-granja no “necesita” técnicos, ingenieros ni profesionales de ciencias duras); el vaciamiento de contenidos básicos en las escuelas (eliminando Historia y Geografía, y restando horas a Matemática y Lengua), con lo cual se buscaba embrutecer a la población; y el absurdo freno total impuesto a nuestro muy eficiente y avanzado Sector Nuclear, entre otras medidas muy negativas e indudablemente probatorias de la ejecución de un plan de destrucción sistemática de la economía y el tejido socio cultural de Argentina.

Todo acorde a las “observaciones” del historiador canadiense-británico Harry S. Ferns, quien afirmaba que solo mediante una guerra civil podrían anularse los notables avances concretados a partir de 1943/45, y a la medida de los intereses de ambas grandes potencias anglosajonas que en el cuadro de un país destrozado, o peor aún balcanizado en media docena de republiquetas dóciles, volvería a ser un fácil proveedor de materias primas baratas; a la vez que dejaría ser un poderoso factor de unidad, como lo es hoy en el Mercosur, la Unasur y la Celac; y no sería ningún obstáculo para las ansias expansionistas de la troika EEUU-Gran Bretaña-OTAN, en el Atlántico Sur, en la Antártida, e incluso en La Patagonia.

De hecho, las ONGs y Fundaciones ecologistas, indigenistas, derecho-humanistas, de “estudios” económicos y similares; transnacionales o las locales asociadas, operan como arietes de las guerras blandas, con las que persistentemente nos agreden, para volvernos al redil de los dóciles dominados.

Una Argentina fuerte será un poderoso factor de cohesión de los bloques de poder Íberoamericanos y Caribeños; bloques a cuya consolidación se oponen las potencias neocoloniales del siglo XXI, sus poderes financieros y sus brazos armados. De esa forma también evitaremos que –como sucedió antes tantas veces– esas grandes potencias nos usen como válvulas de escape para exportar sus crisis y sanear sus economías a costa nuestra.

co/as

Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.



II Guerra Mundial, EEUU, Argentina, economía, ayuda, Alemania hitleriana, Cultura e historia
Leer más:
http://spanish.ruvr.ru/2014_04_10/Argentina-y-la-siniestra-reedici-n-de-Plan-Morgenthau-0610/
 

Nopelovic

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No sé si esta estaba:

White Coke, la Coca-Cola que se creó para el oficial más condecorado de la Unión Soviética
Por Javier Sanz el 26 mayo 2014

Si todos nos sorprendimos cuando Alfred López nos desveló que la Fanta fue un refresco creado por los nazis, hoy me he quedado de piedra cuando, buscando documentación para un artículo, me he tropezado con un artículo en The New York Times y otro en BBC que dicen que Coca-Cola creó “White Coke“, una edición especial del refresco más popular para el oficial más condecorado de la Unión Soviética… el Mariscal Georgy Zhukov.


El éxito internacional de Coca-Cola, que te permite tomar uno de sus refrescos en cualquier parte del mundo -bueno, excepto Cuba y Corea del Norte-, se inició en la Segunda Guerra Mundial y mucho tiene que ver la amistad de Dwight D. Eisenhower, Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, con Robert Woodruff, presidente de Coca-Cola desde 1923 hasta 1954. Consiguió de aquél una autorización especial para poder importar todo el azúcar que la compañía necesitase, un artículo escaso y sujeto a racionamiento. A cambio, Woodruff prometió que Coca-Cola llegaría a cualquier lugar del mundo donde un soldado estadounidense estuviese luchando y que pudiese tomarse su refresco por 5 centavos. Y así lo hizo, 62 plantas embotelladoras se distribuyeron por todo el mundo para llegar a cualquier rincón. Terminada la guerra, los marines volvieron a casa pero las plantas se quedaron… sólo cambiaron sus clientes.


Tras la toma de Berlín (1945), parece que se fraguó cierta amistad por admiración mutua entre Eisenhower y Zhukov, que fue quien le dio a probar la famosa Coca-Cola. El mariscal se aficionó a aquella refrescante bebida pero sabía que para Stalin era un símbolo del “imperialismo capitalista estadounidense“. Así que, le pidió a Eisenhower si se podía elaborar una Coca-Cola con apariencia de vodka. Eisenhower contactó con el presidente Harry S. Truman y éste le dio su autorización para aprobar aquella partida de contrabando. Ahora quedaba la parte mas difícil… había que elaborar un refresco que tuviese el mismo sabor que la Coca-Cola pero debía ser incoloro (para que pareciese que Zhukov bebía vodka). Woodruff puso a trabajar a los químicos para elaborar lo que se llamaría White Coke… y parece que lo consiguieron. Además, también se cambió la típico botella con curvas por una recta y se puso un chapa blanca con una estrella roja en el centro [Supongo que sería como Pepsi Crystal, un refresco de cola de color transparente que Pepsi lanzó en los 90]. Zhukov era el jefe máximo de las tropas de ocupación soviéticas en Alemania y el encargado de la administración militar de dichas regiones, por lo que la partida de 50 botellas le llegó a Berlín través de Austria. No hubo más partidas… En 1946, la popularidad de Zhukov entre las tropas del Ejército Rojo, incluso entre los alemanes (solicitó a Stalin que se le permitiese mejorar la alimentación de la población civil reclamando “hacer diferencia entre el nazismo y el pueblo alemán” y su amistad con Dwight Eisenhower, provocaron la sospecha y desconfianza de Stalin y con falsas acusaciones lo “trasladó” a los Urales.

En 1985, Coca-Cola comenzó a comercializarse en la Unión Soviética, acabando con el monopolio de la URSS que mantenía su rival Pepsi-Cola desde hacía más de 10 años. Zhukov falleció en 1974 y no pudo probar “legalmente” una Coca-Cola en suelo de la Unión Soviética.

Extraído de: http://historiasdelahistoria.com/20...oficial-mas-condecorado-de-la-union-sovietica
 

Shandor

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30/05/1940 - en Bélgica, el gobierno suspende en sus funciones al rey Leopoldo III alegando conducta anticonstitucional.
1941 - en el ámbito de la Segunda Guerra Mundial, Alemania invade la isla de Creta.
1942 - mil bombarderos británicos atacan durante 90 minutos la ciudad de Colonia, en el marco de la Segunda Guerra Mundial.
1945 - un bombardeo británico destruye la base de Peenemünde, donde los nazis fabricaban los famosos misiles V-2.
fuente:fuente:http://www.hoyenlahistoria.com/efemerides.php
 

Shandor

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El día que España intentó rescatar al acorazado nazi «Bismarck»

El crucero «Canarias» trató de recoger a algunos de los 2.206 tripulantes del barco. Una de las naves más poderosas de Europa estaba averiada y luchaba contra fuerzas muy superiores

Puerto de El Ferrol, 11.40 de la mañana del 27 de mayo de 1941. Bajo el cielo plomizo, el viento agita el pelo de un niño que observa la mole grisácea de un barco de guerra a punto de partir. Las ocho calderas rugen en las entrañas del «Canarias» y los alrededor de 1.000 tripulantes están listos para hacerse a la mar a la orden del capitán, Benigno González-Aller y Acebal.
Apenas una hora antes, a unas 700 millas al noroeste, la quilla del acorazado «Bismarck» se sumerge bajo el agua gélida del Atlántico, ante la emocionada mirada de varios centenares de naúfragos embadurnados de petróleo y que se debaten en el agua. Junto a los marineros que se ahogan, se hunde el emblema de la Kriegsmarine (Marina de Guerra de Alemania), el acorazado más poderoso y moderno de Europa y el barco que hizo saltar por los aires al «Hood», una de las nave de batalla más pesadas de la Royal Navy.
El almirantazgo británico se propuso entonces «hundir al "Bismarck"» a toda costa, y para ello movilizó a 64 buques de guerra, entre ellos 2 portaaviones y 5 acorazados. En ese momento, comienza la misión del crucero español «Canarias»: rescatar a los supervivientes del «Bismarck».
«Mi padre me lo contó. Y aunque era pequeño, entendí que había sido muy emocionante. Y peligroso. El "Canarias" podría haber sido torpedeado», cuenta José Ignacio González-Aller. Es hijo del comandante del «Canarias» en 1941 y contraalmirante retirado que ha escrito la historia del rescate. «Se había dado aviso a los británicos, y el barco iba perfectamente iluminado, con la bandera nacional pintada en las amuras y en las aletas, pero aún así cualquiera podía atacarle». Tenía seis años cuando fue al puerto de El Ferrol acompañado del repostero de su padre para ver zarpar al crucero. «Era un día muy nublado, con mucho viento y muy desagradable. [...] Aquella historia se comentó muchísimo en El Ferrol».

El «Bismarck» abre fuego contra el «Hood» en el estrecho de Dinamarca
El crucero español enfila la ría de El Ferrol bajo la lluvia y el granizo. A las 12.12 h., con fuerte marejada y un viento del oeste de fuerza 3 a 4, la nave aumenta su velocidad a 22 nudos. La mayoría de los de a bordo no sabe cuál es su misión, pero se rumorea que España le va a declarar la guerra a la Gran Bretaña y que se va a interceptar el tráfico de mercantes aliado en el Atlántico.
¿Por qué si no internarse en la galerna y en un océano envuelto en una guerra sin cuartel? Podría ser que Franco finalmente hubiera accedido a entrar en la contienda. Al fin y al cabo, en 1941 Hitler es el dueño de Europa. Sus ejércitos han derrotado a Francia, sus aviones acosan a Gran Bretaña y sus barcos y submarinos estrangulan el talón de Aquiles de «Commonwealth»: el tráfico de mercantes.

El «Canarias» se dirigió a la zona del hundimiento del «Bismarck»
Pero la verdad era otra. Mientras que el «Bismarck» aún luchaba en medio del temporal con el timón atascado y los británicos acercándose para cañonearle desde una distancia de tan solo 4.000 metros, el jefe del Estado Mayor del «Seekriegsleitung», almirante Otto Schniewind, le hizo a la Armada española, una petición de auxilio en previsión del fatal desenlace.
Por eso la proa del «Canarias» cabalga a duras penas la cresta de las olas. A pesar de sus 13.230 toneladas de desplazamiento y su eslora de 193,9 metros, sufre los embates del mar. Los dos destructores que iban a acompañarele, el «Gravina» y el «Alcalá Galiano», no le siguen, probablemente a causa del mal tiempo. El barco cruje, el viento de través le lleva a dar bandazos, y se producen daños en el pallete de colisión y en el tangón de babor. Así que su comandante, el capitán González-Aller, se ve obligado a aminorar la marcha hasta los 18 nudos en medio de una mar cada vez más gruesa.

Entre los mandos del «Canarias» había oficiales que se habían enfrentado en la Guerra Civil
Muchas millas al noroeste,los barcos británicos abandonan la operación de rescate de los náufragos del acorazado, por temor a la presencia de submarinos alemanes prestos a vengar al «Bismarck» e ignorando los gritos «angustiosos» de centenares de hombres que aún quedan en el agua. En total, han rescatado a 110 supervivientes, de una dotación de 2.206 personas. Las heridas, el agotamiento y el agua, a 13ºC, van acabando con los que aún viven.
Comienza la búsqueda de supervivientes
El día 28 a las 13.10, un día después de su salida y del hundimiento del «Bismarck», el «Canarias» llega a la zona de rescate en medio de una mar muy gruesa. El jefe del Estado Mayor de la Escuadra formada únicamente por el crucero radia el siguiente mensaje: «Situación al medio día 48ºN y 14º30ŽW, rumbo 290, velocidad 15 nudos, mar muy (...), viento NW fresco, achubascado. Mar dificulta extraordinariamente exploración. Dudo ver náufragos a no ser que casualidad nos lleve a ellos. Considero imposible operaciones salvamento si hubiera lugar. A 1100 avisté avión a través estribor. Desapareció rápido sin hacer señal».

Supervivientes del «Bismarck» rescatados por un crucero británico. Sobrevivieron 114 de los 2.206 tripulantes
A las 13.50 el crucero avista un salvavidas rojo. A las 14.17 el «Canarias» establece contacto de radio con el submarino alemán U-74, capitaneado por Eitel-Friedrich Kentrat, que le indica las coordenadas de «numerosos cadáveres y restos "Bismarck"». Ya a las 22.45, el crucero contacta con el barco meteorológico alemán «Sachsenwald», que le comunica que ha rescatado a dos supervivientes. En total, los alemanes rescatarían a 5 náufragos.

Proa del «Canarias» en su búsqueda. A la derecha, el submarino U-74 también busca supervivientes
El mar se calma. La exploración continúa durante la noche y el día siguiente. A medida que se avistan objetos flotando (maderos, una verga, palletes, enjaretados, cajones, etc) y manchas de aceite, el barco maniobraba para reconocer su naturaleza, pero sin rastro de supervivientes. A las 12.19 del 29 de mayo, un Focke-Wulf-200C alemán da dos vueltas sobre el Canarias antes de alejarse hacia la Francia ocupada. A las 19.40 se avista otro submarino alemán (probablemente el U-74) y el «Canarias» se aproxima a él. El sumergible le comunica por medio de señales luminosas: «El comandante pregunta si tiene algún "sobrevivo" a bordo».
Dos marineros del «Bismarck»
El crucero contesta negativamente y continúa la búsqueda. A las 20.10 se avista otro submarino, quizás el U-48, y poco después, a las 21.21, al U-556. El día siguiente amanece con buena visibilidad y mar tendida. Se avistan otros dos submarinos (quizás el U-48 y el U-73) y entre las 8.20 y las 10.00 el «Canarias» encuentra dos cadáveres flotando. Los iza a bordo por medio de rezones, después de una complicada maniobra de aproximación que se realiza gobernando las máquinas a la voz del comandante.

Submarinos alemanes en junio de 1941, similares a los que buscaron náufragos
Una vez a bordo los cadáveres, se da por cumplida la búsqueda de supervivientes. A las 10.15 el Canarias pone proa a La Coruña y manda este mensaje al Ministro de Marina: «A 9 horas, en 47 grados 45 minutos Norte y 15º 50 minutos Oeste, recogiendo cadáveres, tengo dos a bordo. Avisté 3 submarinos y un avión».
El capitán médico Rodríguez Gutiérrez examina los cuerpos y las placas de identificación de los dos marineros del «Bismarck. Se trata de un músico, Walter Grasczak, y de un señalero, Heinrich Neushwander. Los dos presentan heridas, pero el médico concluye que han muerto por «inhibición-asfixia», es decir, ahogados.
Al parecer para evitar «manifestaciones progermanas», el Mando le ordena al comandante que los cadáveres sean devueltos al mar con honores militares. Los cuerpos son amortajados en dos cois, lastrados y amarrados entre sí. Después, los colocan sobre un tablero y los cubren con la bandera alemana.

Ceremonia a bordo del «Canarias» con los dos cadáveres rescatados
En el amanecer del día 31, se forma una guardia de honor alrededor del túmulo, y a las 10.00 se ponen las banderas del buque a media asta. La dotación que no estaba de servicio forma «mudada de blanco», con el comandante a la cabeza y el barco parado. El capellán reza un responso, la guardia militar dispara una descarga de fusilería y la banda de música toca el himno nacional alemán, mientras se hace bascular el tablero para deslizar los cadáveres. A continuación, el crucero completa una vuelta alrededor del lugar de fondeo de los cuerpos, con la marinería en posición de firmes bajo la observación en la distancia de un hidroavión alemán.
Los agradecimientos del III Reich
El intento de rescate llevado a cabo por el «Canarias» fue agradecido por la Marina de Guerra Alemania (Kriegsmarine) a través de una fotografía dedicada del gran almirante Raeder al capitán del «Canarias, González-Aller, y una carta acompañante: «El Jefe de la Marina de Guerra alemana quiere expresar con este regalo su gratitud personal al comandante del valeroso crucero "Canarias" y a la tripulación del buque a sus órdenes». El Ministro de Marina español recibió a su vez dos fotografías dedicadas: una de Raeder y otra del mismísimo Adolf Hitler.

Foto del Gran Almirante Raeder dedicada al capitán del «Canarias»
El diario ABC sacó a portada el intento del rescate del «Canarias» el 7 de junio de 1941. En las páginas del interior, se podía leer lo siguiente: «Ha cabido a nuestro crucero "Canarias" el honor de recoger sobre las turbulentas aguas del mar de Islandia, los restos de los marinos alemanes que perecieron, en desigual combate, después de haber realizado la hazaña de hundir a uno de los buques más poderosos del mundo. El episodio del "Bismarck", que es historia y hermoso ejemplo, ha tenido un epílogo que ahora se revela y en el cual la Marina de guerra española ha cumplido con oportuno esfuerzo las leyes del mar y sus ritos impresionantes».
«El "Canarias" forzó sus máquinas y atravesando una de fuertes temporales, puso proa al lugar en que el «Bismarck» se hundía. Veinte horas de navegación, a toda máquina, rompiendo la galerna, en angustiosa alerta todos los servicios para ganar la milla y el minuto, con una angustiada esperanza de camaradería y humanidad...».

Portada del diario ABC, el 7 de junio de 1941
Entrevista a José Ignacio González-Aller
gonzalo lópez sánchez/madrid
El contraalmirante José Ignacio González-Aller Hierro tenía seis años cuando se hundió el Bismarck, pero aún recuerda la salida del «Canarias» y lo que contó su padre, el capitán del barco español. Con el objetivo de contar la historia del rescate «sin imprecisiones», el que fuera director del Museo Naval en 1991, ha investigado durante varios meses el parte de campaña del «Canarias», archivos personales del capitán y el Archivo Nacional de El Ferrol, entre otros. El resultado, está publicado en la Revista de Historia Naval. (Entrevista a González-Aller aquí).
-¿Le contó su padre cómo vivió aquellos días?
-Sí, ya me lo contó entonces, cuando tenía seis años. Entendí que habia sido muy emocionante. Y una acción peligrosa. El «Canarias» Podría haber sido torpedeado. Para evitarlo iba perfectamente iluminado, con la bandera nacional pintada en las amuras y las aletas y se había dado aviso a la Royal Navy. De hecho, Towey, el almirante de la flota que hundió al «Bismarck», cita al «Canarias».
Mi padre era un excelente profesional que había mandado 10 barcos. Había luchado en la Guerra Civil y era muy apreciado en la Marina. Era muy consciente de la responsabilidad de mandar un barco con 1.000 hombres a bordo en plena Segunda Guerra Mundial.
-Habló con un superviviente del «Bismarck»...
-Conocí a un mecánico del acorazado, Kurt Heinz Trenkmann, en un encuentro en Cartagena en el que los supervivientes del Bismarck homenajearon a la Armada por el intento de rescate intentado por el «Canarias».
Me contó que cuando el acorazado se hundía por fin, con la quilla al aire, él y todos los que estaban a su alrededor se pusieron a cantar el «Deutschland über alles» (el himno alemán) con el brazo en alto. Se le saltaban las lágrimas.
Otro de los supervivientes, el oficial Müllenheim-Rechberg, escribió sus experiencias a bordo del «Bismarck». Contó los últimos momentos de Lindemann, el comandante del acorazado. Cuando los británicos dejaron de disparar y el barco ya se hundía, se fue hacia la proa con la gorra y todas las condecoraciones en el uniforme, mientras los supervivientes intentaban abandonar el barco. Un repostero que tenía al lado se negó a abandonarlo y continuó al lado de su capitán. Cuando el barco se iba a dar la vuelta, Lindemann saludó en dirección a los barcos británicos y se quedó así hasta que la escora de arrojó al agua, desapareciendo entre las olas.
ABC:ES
 

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01/06/1941 - en la Segunda Guerra Mundial, la Batalla de Creta acaba con la capitulación de Creta ante los alemanes.
1942 - en la Segunda Guerra Mundial, el periódico de Varsovia Liberty Brigade publica su primer ejemplar en los campos de concentración.
1945 - en la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos bombardea a la población civil de Osaka
fuente:http://www.hoyenlahistoria.com/efemerides.php
 

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Hace 70 años se concretaba la invasión de Normandía, el suceso militar decisivo de la II Guerra según los historiadores estadounidenses e ingleses
La última batalla estratégica de Occidente
Normandía definió la Segunda Guerra Mundial. Si hubiese fracasado, toda la historia del siglo XX pudo haber sido distinta. Alemania hubiera ganado al menos un año para contener a los rusos en el Frente Oriental y quizás -tras deshacerse de los nazis, esa excepcionalidad- lograr un armisticio similar al de 1918. L
La última gran batalla estratégica de Occidente se libró hace setenta años. Fue la mayor invasión anfibia de la Historia. Y acaso la última vez que un general inglés comandó una alianza. Normandía definió la Segunda Guerra Mundial. Si hubiese fracasado, toda la historia del siglo XX pudo haber sido distinta.
Alemania hubiera ganado al menos un año para contener a los rusos en el Frente Oriental y quizás -tras deshacerse de los nazis, esa excepcionalidad- lograr un armisticio similar al de 1918. La mitad de Europa se habría ahorrado la experiencia abominable del bolchevismo. Pero son meras conjeturas. Lo cierto es que hubo, por un lado, una brillante operación logística sin parangones y por el otro una pirámide de errores que definieron el resultado en un tiempo relativamente breve. El 6 de junio de 1944 a las 6.30 los primeros soldados estadounidenses desembarcaron en Francia. El 25 de agosto liberaron París. Overlord fue un completo éxito.
1) ¿Por qué la invasión a Francia?
Después de que Rusia frenase a los mastines de Hitler y de que Estados Unidos se involucrara en Europa era sólo cuestión de tiempo que los aliados intentasen liberar a Francia y quedar así a tiro de piedra del Ruhr, el corazón industrial de Alemania. Desde hace tiempo, Stalin presionaba por la apertura de un segundo frente que aliviara al Ejército Rojo (para 1944, más de siete millones de soldados soviéticos habían perecido en la guerra). En palabras de sir Winston Churchill, ese Pericles contemporáneo, con semejantes aliados la derrota del hitlerismo no consistía sino "en la adecuada aplicación de una fuerza militar irresistible".
En la conferencia Trident, celebrada en Washington en mayo de 1943, se fijo una fecha provisional de un año para la invasión de Francia. La operación recibió el nombre clave de Overlord. Los planificadores se sentaron a trabajar. Seis meses después, en la conferencia Sextant que hospedó El Cairo, los aliados designaron a Dwigh W. Eisenhower, el general estadounidense más prestigioso, como Comandante en Jefe Supremo de la Fuerza Expedicionaria. Fue una decisión acertadísima. Eisenhower demostró poseer un buen criterio en todas las decisiones claves relacionadas con el desembarco y sus habilidades diplomáticas lograron mantener unida una frágil coalición y una comandancia militar disparatada. En Teherán (conferencia Eureka, diciembre de 1943) Stalin y Roosevelt ignoraron la prudencia de Churchill -temía que la empresa fuese prematura- y se fijó mayo de 1944 como fecha definitiva.
2) ¿Por qué Normandía?
Según la lógica militar, el lugar más apropiado para el desembarco era el Paso de Calais, frente a Dover. Es el punto más estrecho del Canal de la Mancha. Pero los aliados apelaron al factor sorpresa. El general Frederick Morgan, el principal organizador británico, ha escrito: "Uno organiza las cosas de tal modo que la batalla tenga lugar lo más lejos posible de la playa, porque si la batalla se entabla en la playa, uno ya está derrotado".
Se eligió entonces la Bahía del Sena, un lugar menos fortificado que el Paso de Calais, con playas accesibles y protegido de los vientos por la península de Cotentin. La decisión final, en cuanto al lugar, se tomó en la conferencia Quadrant en Quebec por Roosevelt y Churchill, en persona. Normandía a 150 kilómetros de la costa inglesa era el lugar apropiado, pero había que confundir a los alemanes.
3 - ¿Cómo se engañó a Hitler?
Fortitude fue el nombre en código de la operación que montaron los Aliados para enmascarar la fecha y, sobre todo, el lugar del desembarco. Lograron hacer creer a los nazis que un ficticio Primer Grupo de Ejército de Estados Unidos -al mando del brioso general George Patton- estaba presente en Kent, frente a Calais. Así consiguieron inmovilizar al 15º Ejército alemán con sus 17 divisiones. Las aguas fueron sembradas con falsas lanchas de desembarco. Cerca de Dover se instaló una gigantesca boca de bombeo de petróleo construida con papel maché, a la vez que en la campiña se desplegaron gran cantidad de tanques de hule. De noche, convoyes de camiones -siempre los mismos- iban y venían. El éter se intoxicó con fantasmales mensaje de radio.

4 - ¿Cómo eran los planes de los aliados?
La victoria dependía del éxito de desembarcar tropas y suministros antes de que los alemanes reforzaran sus frentes. Desde el 1º de abril se arrojaron 195.000 toneladas de bombas sobre ferrocarriles, nudos de comunicaciones y la infraestructura alemana en Francia.
El plan de batalla fue ideado por el general Sir Bernard L. Montgomery, en su carácter de comandante en jefe del Ejército de tierra. La invasión implicaría a cinco divisiones de infantería (dos estadounidenses, dos británicas, una canadiense), mientras otras divisiones americanas y una inglesa se arrojaban en paracaídas sobre los extremos. El desembarco se produciría en cinco puntos bautizados en código Utah, Omaha, Gold, Juno y Sword, en un arco de noventa kilómetros. Los ingleses arremeterían en dirección a la llanura de Caen-Falaise, con los estadounidenses cubriendo los flancos y la retaguardia. Esa punta de lanza apuntaría a París, amenazando con desgarrar el frente. Pero era un ardid. Los norteamericanos rebasarían Normandía y se desviarían hacia el Oeste para asegurar los puertos de Bretaña, los que -junto a Cherburgo- permitirían una base logística para acometer la segunda etapa: cuatro Ejércitos aliados avanzarían en un amplio frente hacia el Este, evitando un contraataque alemán contra el flanco. Los optimistas confiaban en alcanzar el Sena en noventa días después del Día D y que la guerra concluiría a más tardar en octubre. Alemania resistió hasta mayo de 1945.
5 - ¿Cómo eran los planes alemanes?
Tres preguntas elementales definían el destino de Alemania. I) ¿Dónde desembarcarán? II) ¿Cuándo desembarcarán? III) ¿Dónde entablar la lucha? Los nazis se equivocaron rotundamente en las dos primeras y muchos expertos creen que en la tercera también.
Las extraordinarias tácticas de engaño de los aliados indujeron a los alemanes a esperar el ataque en Calais. Se tragaron un secreto que involucraba a dos millones de personas.
Los defensores contaban -al menos en el papel- con 60 divisiones de infantería (en Rusia agonizaban 200) y 10 acorazadas para repeler una invasión en algún punto de los 900 kilómetros de costa entre España y Holanda. Dos concepciones se batían a duelo. El aristocrático general Gerd Von Rundstedt, comandante en jefe de las fuerzas del Oeste, consideró que la mejor estrategia era concentrar los tanques tierra adentro para después lanzarlos como un puño de acero cuando los aliados avanzarán hacia el interior.
Era la doctrina de la defensa móvil que había probado su eficacia en el frente ruso. El generalfeld-marshall Erwin Rommel, supervisor de todas las defensas costeras y jefe del Grupo de Ejércitos B, pensaba que era un plan suicida, dado la aplastante superioridad aérea de los adversarios. Este maestro de la guerra de maniobras y ex comandante del Africa Korps fue quien en la práctica dirigió la resistencia. Había bregado por desplegar los tanques en las proximidades de la costa para rechazar al enemigo en las mismas playas y durante las primeras 24 horas.
Vacilando entre ambos conceptos tácticos, Hitler no se decidió por ninguno y ató las manos de Rommel cuando todo dependía de una rápida acometida. Las obsesiones del Führer eran contrarias a un principio tradicional del Estado Mayor del Ejército alemán: la flexibilidad. Desde el desastre de Stalingrado, ese "cabo bohemio" (como lo llamaban en privado sus aristócratas generales) abominaba de la defensa flexible. Había que retener cada palmo de terreno.
6 - ¿Por qué el 6 de junio?
El Día D debía ser un día con muchas horas de luz y fuerte marea para que, cuando bajaran las aguas, los obstáculos de la playa estuvieran al descubierto. Era preferible que la luna guiara a los paracaidistas. Finalmente, debía ser elegido de acuerdo a la Hora H, es decir el instante maldito en que ultrajara la arena la primera oleada de desembarco. Se necesitaba que antes de la Hora H hubiese unos 60 minutos de luz para que los bombardeos navales y aéreos fueses precisos. El 21, 22 y 23 de mayo reunían esas condiciones, pero era demasiado pronto. La restante ventana de oportunidad se abrió entre el 5 y el 7 de junio. Eisenhower eligió el 5, pero hubo mal tiempo. Los meteorólogos sentenciaron tres días de tormenta y Rommel se fue fatalmente a visitar a su esposa en Alemania, confirmando un raro defecto: nunca estaba en el lugar correcto en el momento clave. Pero el día 6 se abrieron las nubes y el comandante supremo dio la orden esperada: "Okey, vamos".
7 - ¿Cómo se desarrolló el Día D?
La Batalla de Normandía comenzó pocos minutos después de las 0.00 del día 6 con la primera y última gran invasión paracaidista nocturna de la historia. Las Divisiones Aerotransportadas norteamericanas 82ª y 101ª cayeron en un área deliberadamente inundada en Cotentin. Perdieron muchos hombres ahogados y se trabaron en fiera lucha pero aseguraron el terreno.
"Aquella noche -escribió Anthony Beever- fue testigo de los combates probablemente más atroces de toda la guerra en el frente occidental". La 6ª División Aerotransportada británica capturó con más facilidad sus objetivos en el extremo oriental y sus comandos también conquistaron puentes clave sobre el canal de Caen y el río Ome.
A las tres de la madrugada una lluvia de bombas empezó a atormentar el suelo. Al rayar el alba, seis acorazados, 23 cruceros, 104 destructores y dos cañoneras, que habían llegado a Normandía con las 3.000 lanchas de desembarco y 2.500 embarcaciones de transporte, abrieron fuego.
A las 6.30, entre una bruma gris, los primeros soldados norteamericanos pisaron la arena. Los británicos y canadienses en las playas Gold, Juno y Sword encontraron una tenue resistencia. Lo mismo, los norteamericanos en Utah. En cambio, la 1era división estadounidense en Omaha se enfrentó a la mejor de las divisiones alemanas, las 352ª que casualmente estaba allí. El desembarco pareció fracasar durante la mañana. Sólo la tiranía de los oficiales hizo avanzar a la soldadesca. Cuando concluyó el Día D, los invasores de Omaha sólo habían penetrado dos kilómetros tierra adentro.
El alto mando alemán no estuvo a la altura de las circunstancias. Se dilapidó tiempo precioso. Al principio, Hitler era reacio a liberar las divisiones acorazadas. Cuando accedió a hacerlo, a primera hora de la tarde, elementos de la 21ª División Panzer penetraron como una tromba en la brecha entre la 3ª División británica y la 3ª canadiense y casi llegaron al mar. Si lo hubiesen alcanzado, las bajas podrían haber sido intolerables. La feroz resistencia de los artilleros antitanque en Périers-sur-le-Dan revirtió la contraofensiva por la noche.
Al final del día, Rommel llegó a su cuartel general y puso en marcha una defensa estática, cuya intención era ceder la menor cantidad posible de terreno. Hitler, cuándo no, sabotearía sus planes. Eisenhower, en su puesto de mando de Portsmouth, recibió el balance. De los 156.000 hombres desembarcados, hubo 11.000 bajas lo que constituyó una cifra excepcionalmente exigua para una operación tan ambiciosa. El día 7, al amanecer, desembarcó Montgomery y ya saboreaba la victoria. Los aliados tomaron Cherburgo el 27 de junio, Caen (la capital regional) el 9 de julio y París, el 25 de agosto.
8 - ¿Era la victoria aliada inevitable?
Ha sido la pregunta favorita de los historiadores. ¿Qué hubiese ocurrido si Hitler se retiraba de Italia y desplegaba otras 20 divisiones en Francia. ¿O si hubiese contado con un espionaje eficaz para desbaratar la operación Fortitude? Hay muchas cosas que los alemanes podrían haber hecho los meses previos, pero tal como se desarrolló la batalla no hay nada que hubieran podido hacer para ganarla, aunque debe reconocer que mantuvieron una capacidad extraordinaria para hacer frente a sus enemigos y causar un buen número de bajas entre sus filas. La cornucopia industrial estadounidense se encaró de suplir largamente las deficiencias circunstanciales como la inferioridad de sus armas, la inexperiencia de las tropas o la ineptitud de los comandantes.
La superioridad aérea fue un factor decisivo. Más de 13.000 cazas, bombardeos y aviones de transporte se enfrentaron a las 400 aeronaves que Berlín fue capaz de disponer. Wo ist die Luftwaffe (¿Dónde está la Luftwaffe?) fue el lamento constante de la experiencia del ejército alemán en Normandía.
La campaña concluyó pues en agosto con la sangrienta batalla de la Bolsa de Falaise, un Stalingrado en menor escala. El Grupo de Ejércitos B alemán intentaba retirarse hacia el este entre la tenaza del 2º Ejército canadiense al norte y las columnas estadounidenses que giraban hacia el sur. "La 1ª División Blindada polaca -que estaba integrada con los canadienses- puso heroicamente el cuello a la botella. Algunos alemanes escaparon pero la mayoría quedaron atrapados. Los bombardearon desde el aire o los pulverizaron con la artillería. Murieron unos 10 mil y otros 50 mil se rindieron", relata el historiador Norman Davies.
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Viaje al cementerio marino que guarda los restos del Desembarco de Normandía
Un equipo francés estudia con la más alta tecnología disponible los restos naufragados del Día D junto a las playas de la invasión
Aqui reina el silencio. una
quietud casi absoluta, infinita: la del fondo oceánico, que se impone a otro silencio: el de los restos sumergidos de la mayor armada jamás reunida en una batalla [visita aquí la galería de imágenes del documental]. Setenta años después del Desembarco de Normandía –que se cumplirán el próximo viernes– un equipo multidisciplinar de investigadores, arqueólogos, técnicos, historiadores, veteranos y cineastas, ha investigado como nunca antes los fondos marinos de las playas de la invasión aliada. Dotados con la más alta tecnología disponible hoy han encontrado muchos pecios que no se conocían: tanques, lanchas, pertrechos; y han identificado otros, en un trabajo que lleva realizándose más de un año y que aportará, cuando concluya, un conocimiento completo del inmenso yacimiento arqueológico de más de 500 kilómetros cuadrados. Un lugar fundamental de la historia del siglo XX que ahora espera la protección cultural de la Unesco.
Aquellas playas también recibieron su nombre de guerra. Fueron Sword, Juno, Gold, Omaha y Utah. Orillas donde se vivieron escenas terribles, donde se contó la muerte de 20.000 soldados, entre alemanes y aliados, solo aquel día 6 de junio de 1944, cuando las oleadas de lanchas LCVP, atestadas de hombres, se sucedían bajo un fuego infernal, tan intenso que muchos de sus equipos, barcos, tanques, municiones, acabaron en el fondo junto a tantos camaradas.
Dice Paul Valéry en el inicio de «El cementerio marino»: «¡El mar, el mar siempre recomenzando!/ ¡Qué mejor recompensa después del pensamiento/ que observar largamente la calma de los dioses!» Esta es la historia de un viaje a ese silencioso, calmado cementerio marino del Día D, donde los científicos tratan hoy de extraer toda la información histórica que aún guardan los viejos restos de aquellas armas olvidadas como cicatrices cubiertas de arena y algas.
400 pecios documentados
Los primeros resultados de esta investigación dejaron de ser un secreto anteanoche, cuando se estrenó en Francia el documental titulado «Día D: ellos inventaron el desembarco», filme de Marc Jampolsky producido por MC 4/ LCL. Lo que cuenta es asombroso.
Desde el Drassm, la agencia francesa de arqueología subacuática, Olivia Hulot y Michel L’Hour, su director, relatan para ABC los detalles de un proyecto que comenzó en 2011, cuando Sylvain Pascaud propuso un nuevo inventario del yacimiento. El trabajo de campo comenzó en julio de 2013, bajo un estricto secreto protegido por la Marina, con un equipo de 40 personas, entre arqueólogos, historiadores, técnicos de submarino, vehículos remotos y AUV, así como los tripulantes del buque del Drassm, el André Malraux y del catamarán Etoile Magique. Hulot confiesa que no se puede navegar por esas aguas, máxime si se investiga el Día D, sin dejar de sentir emoción ante el sacrificio del que fueron testigo.
Con equipos de sonar y sondas multihaz se ha trazado la más completa batimetría (mapa de profundidad) de la zona y una exploración sistemática de los restos. Han hallado más de 400 vestigios de naves y carros. El resultado de esta exploración con tecnología de la era espacial, unida a una intensiva investigación en archivos, ha dado como primer fruto una base de datos impresionante. Toda esa información ha servido a Dassault Systems para crear un modelo 3D del desembarco y los equipos que puede verse en el documental.
Planos secretos de la batalla
Aún se tardarán años en poner a disposición del público la totalidad de las conclusiones que pueden extraerse de este enorme trabajo colectivo, tanto a nivel científico como divulgativo, en la serie de documentales que el equipo tiene previsto ir produciendo.
El documental narra la exploración del fondo y acompaña a los científicos en los agridulces momentos en los que van descubriendo los restos de la batalla, y nos presenta a unos invitados muy especiales: veteranos y miembros de la resistencia que, en tres casos señalados, se atrevieron a sumergirse en el mini submarino canadiense Aquarius y visitar los restos herrumbrosos de la batalla de la que fueron eran parte.
Además, historiadores e ingenieros navales acudieron a los archivos militares históricos para estudiar los mapas y planos secretos de la batalla, que aún conservan el sello encarnado de «top secret» (hoy desclasificados).
También se han reconstruido las lanchas de desembarco LCVP, o «barca de Higgins» en honor de su creador. Se fabricaron 20.000 unidades de esta práctica lancha capaz de llevar 36 hombres hasta la playa y retroceder de inmediato. Y hoy solamente se conservan algunas reconstrucciones, debido a que fueron hechas de madera contrachapada, con excepción del portón metálico.
¿Qué ocurrió tras la batalla?
Después de la batalla, los aliados realizaron una completa limpieza de las playas y de toda la bahía del Sena. También pusieron en marcha una gran operación de desguace, que sacó durante décadas el último provecho de gran parte de los viejos navíos naufragados. Muchos miles de artefactos explosivos fueron neutralizados y un gran número de pecios arrasados. En 1994, coincidiendo con el cincuentenario del Día D, la agencia arqueológica francesa exigió que terminara la explotación de chatarra y que se protegieran los yacimientos que aún quedaban.
Así, entre 2000 y 2002 un equipo americano dirigido por Robert Neyland y James Schmidt, del INA, investigaron restos navales estadounidenses, entre ellos localizaron el USS Meredith, USS Rich, el USS Tide, L523... hasta 58. En 2004 fueron los canadienses quienes se asomaron a la playa Juno, en la que habían luchado sus tropas, y filmaron un documental. En 2011 llegó el turno de los ingleses, con la Hydrographic Office al frente. Por fin en 2012, el Drassm francés comenzó a probar equipos pensando en esta gran operación que acaba de darse a conocer.
El arqueólogo Michel L’Hour advierte de que la mayoría de restos son metálicos y se conservan peor que los de los viejos navíos de madera: «La madera tiende a encontrar una estabilidad en el fondo del mar. El metal sufre corrosión y tiende a desaparecer. A esa profundidad media de 25 metros, sacudidos por las mareas, no durarán más que 50 o 100 años. Esto es inevitable. Incluso hemos estudiado métodos para tratar de protegerlos».
Muy pronto en el mar de Normandía no quedará nada del Día D, salvo la historia, porque este proyecto científico ha salvado toda la información que los restos aún guardaban y la ha empezado a poner a disposición de la sociedad. ¿Se imaginan en España un proyecto parecido con los buques de Trafalgar? Eso, que parece un sueño, resulta sin duda casi imposible de imaginar por el momento. Cuando España quiera reivindicar su mejor historia y crear equipos como el que acaban de poner en marcha los franceses, con tecnología e innovación propias, en proyectos estatales ambiciosos, habrá cocumentales y se podrá decir que ya es otra historia.
ABC.es
 

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03/06/1940 - en el marco de la Segunda Guerra Mundial, la Luftwaffe bombardea París.
1940 - en el marco de la Segunda Guerra Mundial, la Batalla de Dunkerque termina con una victoria táctica para Alemania obligando a los aliados a retirarse, en la llamada Operación Dinamo.
fuente:http://www.hoyenlahistoria.com/efemerides.php
 

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04/06/1940 - finaliza la evacuación aliada de Dunkerque durante la Segunda Guerra Mundial.
1941 - fuerzas invasoras británicas ocupan Mosul; Irak queda en poder del Reino Unido.
1942 - en Oceanía ―en el marco de la Segunda Guerra Mundial― comienza la Batalla de Midway.
1942 - en Praga, en un atentado es asesinado Reinhard Heydrich, jefe de la Gestapo nazi.
1943 - en Argel se constituye el Comité Francés de Liberación Nacional, presidido por Charles De Gaulle y Henri-Honoré Giraud.
1944 - Los aliados entran en Roma.
fuente:http://www.hoyenlahistoria.com/efemerides.php
 

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Los diez conflictos armados más breves de la historia
Son muchos los análisis y las enumeraciones de las guerras más largas y sangrientas, aunque poco se conoce de aquellos que apenas duraron meses, días o, incluso... minutos. Conozca el listado
  • Primera Guerra Mundial, uno de los conflictos más devastadores y que dejó más de 8 millones de muertos, el portal mexicano De10.com hizo un repaso por un peculiar tipo de conflicto armado: los más cortos de la historia.
    Se trata de guerras que se resolvieron en breves períodos, muchos de las cuales se desataron por el capricho de un gobernante o por la pérdida de territorios, entre otros motivos. Aquí el listado de las diez más relevantes:
    1- Guerra greco-turca: treinta días. En 1896 estalló una insurrección popular por la soberanía en la isla de Creta, lo que provocó una declaración de guerra por parte de Grecia. El Ejército griego, con menor número de hombres, se vio rápidamente obligado a replegarse y a tener que presenciar cómo los turcos avanzaban posiciones sobre su territorio.
    2- Guerra polaco-lituana: treinta y siete días. Comenzó poco después de que ambos países lograran su independencia en 1920. Se debió a la conquista por parte de Polonia de los territorios de Augustow, Suwalki y Vilnius. Después de adjudicados, el gobierno polaco se adjudicó la victoria y firmó un acuerdo para detener las hostilidades.
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    3- Guerra georgiano-armenia: veinticuatro días.
    Fue una guerra que transcurrió en las fronteras entre la República Democrática de Georgia y la de Armenia, debido a la disputa por Lorri y Borchalo, que habían sido territorios georgianos. Inglaterra intervino para lograr el alto el fuego, y el conflicto se terminó antes de completar el mes.
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    4- Guerra serbio-búlgara: catorce días. Cuando Rumelia Oriental se anexó a Bulgaria, lo que Serbia consideró como una ruptura en el equilibrio de los Balcanes, generó que ésta le declarara la guerra a Bulgaria, pero fue derrotada. Austria reconoció más tarde dicha anexión.
    5- Guerra sino-vietnamita: veintisiete días. Involucró a Vietnam contra la República China. Tras la invasión vietnamita en Kampuchea, el 17 de enero, soldados chinos atacaron Loa Cai y Lang Son. Aunque la resistencia de Vietnam fue mayor de la esperada, más tarde debió replegarse.
    6- Segunda Guerra de los Balcanes: treinta días. Las fricciones entre Serbia y Bulgaria en 1913 debido al Tratado de Londres provocaron que la última se negara a reconocer la soberanía de Serbia sobre tierras de Macedonia. Un ataque búlgaro dio lugar a la contraofensiva de Grecia y Serbia, que salieron victoriosas con la firma del Tratado de Bucarest.
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    7- Guerra indo-pakistaní: trece días. La hostilidad entre la India y Pakistán comenzó un 3 de diciembre de 1971 y concluyó el 16, aunque se remonta al año 1000; por lo que ha sido llamado "el conflicto de los mil años". La disputa está centrada en el estado de Cachemira, que pertenece a la India pero que los pakistaníes reclaman como propio, argumentando que la población es musulmana en su mayoría.
    8- Guerra de las Malvinas: setenta y tres días. El conflicto entre la Argentina y el Reino Unido por la soberanía de las islas situadas en el Atlántico sur se inició el 2 de abril de 1982, y el 14 de junio, la Argentina se rindió. Aunque los tres archipiélagos fueron recuperados por los ingleses, la Argentina sigue reclamando hasta hoy el territorio, tomado en 1833.
    9- Guerra de los 6 días: seis días. Entre el 5 y 10 de junio de 1967, las fuerzas egipcias se desplegaron en la frontera con Israel, cuyas fuerzas respondieron con un ataque. A su vez, los egipcios atacaron Jerusalén, pero la guerra terminó con la conquista por parte de Israel de la península del Sinaí, la Franja de Gaza, Cisjordania, Jerusalén Este y los Altos del Golán.

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    10- Guerra anglo-zanzibariana: cuarenta y cinco minutos. El 27 de agosto de 1897, el conflicto bélico más corto de la historia se desató cuando el sultán de la zona de Zanzibar ordenó un bombardeo contra la administración británica, que no le daba el visto bueno. Ante la aplastante superioridad militar británica, el sultán ordenó la retirada a los pocos minutos.
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05/06/1942 - en el marco de la Segunda Guerra Mundial: Batalla de Midway.
1944 - en el marco de la Segunda Guerra Mundial, Roma es liberada por los Aliados mientras que más de 1000 bombarderos británicos lanzan cerca de 5000 toneladas en bombas sobre baterías alemanas en Normandía en preparación del Día D.
fuente:http://www.hoyenlahistoria.com/efemerides.php
 

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Las mujeres con agallas que reportearon la Segunda Guerra Mundial

Lyse Doucet
BBC
Jueves, 5 de junio de 2014

Mujeres corresponsales de guerra acreditadas por el ejército estadounidense: Mary Welsh, Dixie Tighe, Kathleen Harriman, Helen Kirkpatrick, Lee Miller, and Tania Long.

Hace 70 años, un grupo de mujeres estadounidenses hicieron historia al cubrir una de las noticias más importantes de su generación. Las llamaron las damas del Día D.
"Es necesario que informe sobre esta guerra", escribió una molesta Martha Gellhorn en una carta a las autoridades del ejército. "No creo que haya ninguna necesidad de suplicar como un favor el derecho a servir como los ojos de millones de estadounidenses que tienen una desesperada necesidad de ver, pero que no lo pueden hacer por ellos mismos".

La escritora mandó la carta en junio de 1944 desde Londres, donde ella y otras mujeres corresponsales de guerra se reunieron en anticipación al desembarco de Normandía en la costa francesa, que marcó el inicio de la mayor ofensiva contra Alemania.

Al igual que muchos eventos noticiosos importantes de la actualidad, había una agitación extraordinaria entre los periodistas que esperaban en la ciudad, en hoteles como el elegante Dorchester, en el corazón de Londres.


Gellhorn tuvo una extraordinaria exclusiva con el desembarco de Normandía.

Un grupo de corresponsales de EE.UU., glamourosas y con agallas, formaban parte del grupo, con la diferencia que ellas luchaban su propia batalla en cada frente para superar la prohibición de mujeres que había en la línea de guerra de la Segunda Guerra Mundial.
"Se observaban unas a las otras y había un gran sentido de la competitividad", escribió la biógrafa de Martha Gellhorn, Caroline Moorehead. "Incluso Martha, que no estaba muy interesada en exclusivas, estaba contagiada por esta increíble sensación de entusiasmo".
Gellhorn tuvo su exclusiva -una extraordinaria- cuando se metió como polizón en un barco hospital para llegar a Normandía. Se encerró en un baño y se convirtió en la primera mujer en informar sobre la invasión.
"Cuando cayó la noche, las ambulancias flotantes todavía estaban removiendo la playa, en busca de heridos. Caminamos hacia la orilla con el agua en la cintura", escribió.
Gellhorn se hizo camino en Europa desde temprana edad. "Deseaba ser corresponsal extranjera y me pareció que lo más natural del mundo era irme con US$50, o algo así", dijo. "Tenía 21 años y en esos días 21 años era más joven de lo que es ahora".
Su primera experiencia como periodista de guerra fue en los años 30 en España, donde cubrió la guerra civil con quien sería su futuro esposo, Ernest Hemingway.
Como lo describe Moorehead: "Hemingway le preguntó 'por qué no estás escribiendo sobre la guerra', a lo que ella le contestó 'no sé nada sobre armas y batallas', y él le respondió 'escribe sobre lo que sabes, y eso es la gente'".

Dulce victoria

Aquí, Martha Gellhorn habla con soldados en Italia durante la Segunda Guerra Mundial.

Para cuando llegó el Día D, el matrimonio ya estaba roto. Hemingway intentó bloquearla obteniendo su acreditación de guerra de Colliers, la revista para la que Gellhorn trabajó durante mucho tiempo.
Pero logró enviar su primer informe de Normandía a Colliers, con su estilo de reporterismo, centrado en los civiles y en las bajas de guerra.
El éxito se sintió todavía más dulce cuando se enteró que Hemingway no logró llegar a la costa, a pesar de que él estuvo en uno de los barcos de invasión.
Este fue un período histórico que marcó un cambio en las mujeres como periodistas de guerra. Llegaron a los frentes de batalla, enviaron reportes desde Normandía, entraron a la recién liberada París y más tarde visitaron los campos de concentración en toda Europa.
Una de las contemporáneas de Gellhorn, Lee Miller, tomó otro camino en el periodismo de guerra. Empezó su carrera en los años 20 como modelo, pero no contenta con sólo ser fotografiada, decidió convertirse en fotógrafa. Aburrida de la moda, salió a las calles de Londres durante el bombardeo aéreo de la ciudad, conocido como el Blitz y documentó la terrible devastación causada.
"Para empezar, nos echaron a pique, como cangrejos con caparazones blandos", dijo. "Con frecuencia tenía miedo, pero el trabajo se convirtió en un asunto de orgullo y continué".
Y en un golpe de suerte, cuando fue a fotografiar al locutor estadounidense Ed Murrow para la revista Vogue, quien debía escribir la historia no se presentó, así que ella escribió lo que terminó siendo un ingenioso artículo.
En 1942 fue acreditada como corresponsal de guerra para Vogue y estaba emocionada con tener a su propia reportera que podía contar la historia de las mujeres y la guerra.
Miller fotografió a mujeres ejerciendo muchísimos roles, incluyendo enfermeras, voluntarias y en el servicio naval.
Pero uno de los reportajes más vívidos fue en agosto de 1944 en Saint Malo, Francia, donde le habían dicho que la lucha se había terminado, pero no era así.
"Me refugié en un búnker alemán en cuclillas, bajo las murallas. Mi tacón se enterró en una mano suelta y maldije a los alemanes por la horrible y sórdida destrucción que habían conjurado a una otrora hermosa ciudad", escribió para Vogue.
"Tomé la mano y la lancé hacia atrás y corrí, haciéndome daño en los pies y estrellándome en una pila inestable de piedras y resbalándome en la sangre. Dios, fue horrible".

Mujer con agallas

Lee Miller fotografió las secuelas de la guerra en Saint Malo, 1944.

Otra pionera fue Helen Kirkpatrick, quien muchos años antes del Día D ya estaba en Londres. En 1944, era jefa de la oficina del Chicago Daily News.
Ella llegó a Europa y entonces "atada a su nuevo esposo, no regresó", escribe Nancy Caldwell en el libro Las mujeres que escribieron la guerra (The Women Who Wrote the War).
Cuando dijeron que las mujeres no pertenecían a las zonas de guerra porque no podían escavar letrinas, un editor estadounidense en Londres respondió que Kirkpatrick "podía ganarle a cualquiera de la sala en esa actividad particular".
Hubo muchas mujeres estadounidenses memorables: Margaret Bourke White, Ruth Cowan para Associated Press, Katherine Coyne del Herald, Lee Carson, Mary Welsh y muchas más.
Las mujeres "hicieron que el trabajo se viera fácil, pero hubo una constante batalla contra el pesado prejuicio, una misoginia, y la incredulidad de que las mujeres pudieran hacer algo útil", señaló años más tarde el hijo de Miller, Antony Penrose.
Incluso bajo los estándares de nuestro tiempo, estas mujeres periodistas mostraron una determinación de hierro y proeza.
Fue un logro extraordinario, pero muchas pagaron un duro precio personal por su tenacidad y compasión.
"Hoy en día entenderíamos que sufría de estrés postraumático", explica Penrose al hablar de su madre, quien en un momento de la guerra estuvo bajo fuego cruzado por 30 días. "Entró en una espiral de depresión que tardó 20 años en superar con mucha garra".

Y para algunas, también quedó algo de amargura.

"Con demasiada frecuencia tengo la impresión de que las mujeres corresponsales de guerra eran una molestia irritante", escribió Gellhorn en una carta a las autoridades del ejército. "Deseo señalar que ninguna de nosotras tendría nuestros trabajos si no supiéramos cómo hacerlo, y este curioso tratamiento condescendiente es tan ridículo como indigno".

El espíritu indomable y estilo de las damas del Día D le dio al mundo algunas de las crónicas más distintivas y osadas de un período épico de la historia.

Y ellas lo hicieron, no sólo porque eran mujeres excepcionales, sino porque fueron excelentes periodistas.
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2014/06/140605_segunda_guerra_mundia_periodistas_gtg.shtml
 

Shandor

Colaborador
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Heinrich Severloh


Heinrich "Hein" Severloh (* 23 de junio de 1923 en Metzingen - † 14 de enero de 2006 en Lachendorf) fue un soldado alemán de la 352ª División de Infantería estacionado en Normandía durante la invasión aliada.
El 6 de junio de 1944, durante la Operación Overlord que marcó el comienzo de la invasión aliada del continente europeo, Severloh ganó notoriedad operando una ametralladora MG 42 en el "Nido de Resistencia 62", WN62 (en alemán: Widerstandnest 62) sobre el sector "Easy Red" de la playa de Omaha, donde mantuvo fuego continuo desde la 6 de la mañana hasta la 3 de la tarde. El WN62 fue uno de los últimos, y posiblemente el último, punto de resistencia alemana sobre la playa de Omaha. Severloh disparó un mínimo de 12.000 balas con la MG 42, además de unas 400 balas con dos carabinas Mauser Kar 98k mientras esperaba el enfriamiento de los cañones de la ametralladora. Los cálculos sobre las bajas causadas por Severloh durante estas nueve horas varían grandemente, pero aun los más conservadores le atribuyen más de 1.000 bajas aliadas, incluyendo cientos de muertos. Otros cálculos, menos plausibles, le atribuyen haber matado hasta 2.000 soldados americanos. Estas acciones le ganaron el sobrenombre de "La Bestia de Omaha".
Servicio en la Wehrmacht[editar]
Heinrich Severloh se incorporó al servicio militar el 23 de julio de 1942. El 9 de agosto de ese mismo año fue estacionado en Francia con el 321º Regimiento de Artillería, donde fue entrenado como mensajero montado. En diciembre de 1942 fue transferido al frente ruso, donde fue asignado a la retaguardia conduciendo un trineo tirado por caballos. En marzo de 1943, por haber expresado opiniones críticas, fue disciplinado con ejercicios de castigo que dejaron secuelas para su salud. Tuvo que ser internado en un hospital hasta junio de 1943. En octubre de 1943 asistió a clases de entrenamiento en Brunswick y al terminar, en diciembre de 1943, fue nuevamente destinado a Francia, esta vez a la 352ª División de Infantería. Antes de la invasión vivía en casa de una familia francesa.
6 de junio de 1944[editar]


Vista desde la posición WN62 en Normandía.
Poco después de la medianoche, Severloh fue despertado por su superior, el teniente Bernhard Frerking, que le informó de que la invasión aliada comenzaba. Se trasladaron al "Nido de Resistencia 62" (WN62), un emplazamiento abierto, rodeado por alambre de púas y una fosa antitanque, además de túneles fortificados. Estaba a 25 m sobre la playa, y a una distancia de 600 a 150 m de la orilla, según la marea. En total había 30 hombres en el WN62 en la mañana del 6 de junio de 1944. El armamento incluía dos ametralladoras MG 42 y dos morteros de fabricación checa. El teniente Frerking le indicó que no abriera fuego hasta que los soldados que desembarcaran tuvieran el agua hasta las rodillas. Aviones aliados fueron asignados para bombardear la playa a las 5 de la mañana, pero debido a la poca visibilidad las bombas cayeron tierra adentro.
A las 6 de la mañana las primeras naves de desembarco aparecieron frente la playa de WN62. Este era el sector "Easy Red" de la playa de Omaha en los planes aliados. Severloh abrió el fuego con la ametralladora MG 42 y permanecería en este puesto hasta casi las 3 de la tarde. Durante el curso del día, uno a uno los hombres del WN62 fueron heridos y evacuados, o abandonaron su puesto. En dos ocasiones Severloh tuvo que refugiarse en el búnker fortificado debido a ataques con granadas, y en una ocasión la fuerza de una explosión lo sacó del emplazamiento. La segunda ametralladora en el WN62 fue dañada por fragmentos de granada durante la mañana, por lo que Severloh manejó la única MG 42 en el sector la mayor parte del tiempo. Solamente contaba con un cañón de remplazo, por lo que mientras esperaba que los cañones de la ametralladora se enfriaran, disparaba con una carabina Mauser Kar 98k. La carabina se calentó tanto, que se dañó y tuvo que ser remplazada. Según relata Severloh, mientras usaba la carabina se dio cuenta del horror de lo que estaba haciendo y el resto de su vida tuvo pesadillas de un soldado que mató de un tiro en la cabeza con la carabina.
Durante la última hora, sólo quedaban tres hombres en el WN62; el teniente Frerking, Severloh y un soldado desconocido que ayudaba a cargar la ametralladora y cambiar los cañones. Heinrich Severloh dice que la razón por la que permaneció en su puesto hasta el final, a pesar de estar herido, no fue por fanatismo, sino por lealtad al teniente Frerking, al que no quería dejar solo y a quien describió como un oficial honorable. Cerca de las 3 de la tarde, el teniente Bernhard Frerking se dio cuenta de que las tropas americanas ya estaban disparando desde los flancos y que estaban prácticamente rodeados, por lo que ordenó que se retiraran. Mientras corrían por un campo abierto, el teniente Frerking fue alcanzado por las balas y cayó muerto. El soldado desconocido caería muerto más tarde, tierra adentro. Severloh fue capturado por tropas americanas en la madrugada del 7 de junio.
La ametralladora de Severloh contaba con una munición de 12.000 balas. Se ignora sí en el curso del día recibió más munición, pero es de suponer que la que aún quedaba de la segunda MG 42 que fue dañada por granadas durante la mañana, fue también utilizada por Severloh. En todo caso, disparó un mínimo de 12.000 balas, pues cuando Frerking dio la orden de retirarse ya no quedaba munición para la ametralladora. También disparó unas 400 balas con la carabina Mauser.
Cautividad y postguerra[editar]
Severloh fue trasladado como prisionero de guerra al área de Boston, Estados Unidos. Temiendo represalias, Severloh mantuvo en secreto sus acciones en el WN62 durante su cautiverio. En mayo de 1946 fue trasladado a Inglaterra donde trabajó en la construcción de caminos. Finalmente fue repatriado a Alemania en 1947.
Severloh sufrió pesadillas recurrentes durante el resto de su vida por sus acciones del 6 de junio de 1944. Leyendo el libro "El día más largo" de Cornelius Ryan, vio el nombre del padre David Silva, que había sido herido en el sector "Easy Red" y le escribió una carta. Por casualidad, el padre Silva estaba estacionado en Alemania como capellán militar e hicieron arreglos para encontrarse. El padre Silva le otorgó el perdón buscado por Severloh y desde entonces permanecieron en contacto en términos amigables. Su último encuentro tuvo lugar durante las celebraciones del 60 aniversario del desembarco, en 2004 en Normandía.
Severloh mantuvo en secreto sus acciones en la playa Omaha hasta una edad avanzada, cuando un reportero de investigación le preguntó directamente si él era la llamada "Bestia de Omaha". Colaboró con el reportero, que escribió un libro sobre el WN62. Heinrich Severloh murió en un asilo de ancianos cerca de Celle en 2006
fuente: wikipedia

Tendrian que haber creado una CRUZ DE HIERRO mas que especial para este tirador nato
 
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