La Geopolítica de Brasil
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Sabias palabras estimado. Sin embargo, creo que inteligencia es todo lo que hace falta hoy para el gobierno de mi pais. Me da bronca pensar que todo lo que fue construido con mucho trabajo durante decadas va a ser echado fuera por cuestiones ideologicas.
Saludos.
P.D.: Por el reglamento del foro no puedo escribir aca todo lo que pienso de todo esto. Si alguien quiera hablar sobre eso podemos hacerlo por MP.
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Perdón estimado, pero el sujeto para muuuuchos está más para villano y no para héroe .
En verdad el sujeto es un demente, deberia estar en una casa de reposo, o mejor, en un manicomio judicial .
En algunas cuentas de Twitter hablan de que Brasil podría padecer 100% de aranceles
Información sobre pescado:
→ Importadores estadounidenses cancelaron todos los pedidos
→ El transporte de pescado tarda hasta 25 días
→ 58 contenedores están varados en puertos brasileños
→ Estados Unidos representa el 70% de las exportaciones de pescado de Brasil.
Paul Krugman declaró ayer en la prensa brasileña que los aranceles de Trump no tendrían ningún efecto en Brasil.
→ Importadores estadounidenses cancelaron todos los pedidos
→ El transporte de pescado tarda hasta 25 días
→ 58 contenedores están varados en puertos brasileños
→ Estados Unidos representa el 70% de las exportaciones de pescado de Brasil.
Paul Krugman declaró ayer en la prensa brasileña que los aranceles de Trump no tendrían ningún efecto en Brasil.
La verdad es que Brasil es un país completamente insignificante económicamente hablando en términos mundiales, no somos lo suficientemente importantes como para causar algún cambio en la economía mundial.
Contrariamente a lo que muchos piensan, nuestra diplomacia también es una tragedia. Lo que ocurre, ya sea la aplicación de aranceles o la total insignificancia de decisiones importantes tomadas en el extranjero, se debe a una diplomacia completamente ideológica. Ya no hay diplomacia técnica, la ideología se apoderó de Itamaraty.
Contrariamente a lo que muchos piensan, nuestra diplomacia también es una tragedia. Lo que ocurre, ya sea la aplicación de aranceles o la total insignificancia de decisiones importantes tomadas en el extranjero, se debe a una diplomacia completamente ideológica. Ya no hay diplomacia técnica, la ideología se apoderó de Itamaraty.
La calidad de la información que publicas está muy cerca de tu capacidad de comprensión. Todo está muy ligado a una postura y a un estado de apátrida. Unas 300 publicaciones de las cuales 290 atacando a Brasil; ni la persona más frustrada lo haría de forma natural, lo que refleja la intención de provocar y generar incomodidad en el foro. ¡Es una verdadera lástima! No hay otra...
Además, es lamentable que las actitudes trolls tengan vía libre en un medio prestigioso como ZM. Al fin y al cabo, todo lo que publicas es basura ideológica o un reflejo de frustraciones políticas personales.
Trump analiza aumentar los aranceles a Brasil cada vez que Lula da Silva suba los suyos a Estados Unidos.
En plena confrontación política y económica, el líder republicano no descarta en incrementar aún más los aranceles a los productos brasileños, como ya hizo con los bienes que se exportan desde China a Estados Unidos.
Donald Trump no descarta aplicar en Brasil la regla geopolítica que utilizó con China, cuando lanzó su guerra comercial contra el mundo: subir los porcentajes de los aranceles de los bienes importados brasileños, cada vez que Lula da Silva eleve las barreras tarifarias sobre los productos que se exporten desde Estados Unidos.
Entre el primero de febrero y el 9 de abril, Estados Unidos subió los aranceles a China desde el 10 por ciento al 145 por ciento, mientras que entre el 1 de febrero y el 11 de abril, China incrementó los aranceles desde el 10 por ciento al 125 por ciento.
En ese lapso de tiempo, casi 70 días, Estados Unidos aumentó seis veces los aranceles a China, y el regimen comunista hizo lo propio en cinco oportunidades.
Fue una escalada inédita que terminó en una tregua comercial negociada durante un cónclave en Suiza. En esa oportunidad, Trump y Xi JInping acordaron un arancel del 30 por ciento para las importaciones chinas, y del 10 por ciento para las exportaciones desde Estados Unidos.
Pero el caso de Brasil es diferente a la situación que atravesaron Washington y Beijing en los primeros meses de 2025.
Da Silva no tiene el peso geopolítico de Xi, y además la causa básica que justificó el aumento de los aranceles del 50 por ciento impuesto por Trump, no puede ser resuelta por el Presidente de Brasil.
Trump acusó a Da Silva de encabezar una caza de brujas contra Jair Bolsonaro, exmandatario brasilero acusado de promover un golpe de estado contra el actual presidente.
La causa penal está en la Corte Suprema de Brasil, y Da Silva no puede hacer nada para evitar su trámite procesal. Bolsonaro, como en su momento Trump con Joe Biden, asegura que Lula le robó la elección de 2022.
“Conocí y traté con Bolsonaro, y lo respetaba mucho, al igual que la mayoría de los otros líderes de países. La forma en la que Brasil trató al expresidente, un líder altamente respetado en todo el mundo durante su mandato, incluido por Estados Unidos, es una vergüenza internacional. Este juicio no debería estar ocurriendo. Es una cacería de brujas que debe terminar inmediatamente”, sostiene la carta que Trump envió a Lula anunciando la suba de los aranceles al 50 por ciento.
Y completó: “Debido en parte a los ataques insidiosos de Brasil a las elecciones libres y a los derechos fundamentales de la libertad de expresión de los estadounidenses (...) cobraremos a Brasil un arancel del 50% sobre todos y cada uno de los productos brasileños enviados a Estados Unidos”.
Da Silva replicó las afirmaciones de Trump, en una escalada geopolítica que tiene final abierto.
“Brasil es un país soberano con instituciones independientes que no aceptarán ser controladas por nadie”, contestó Lula en su cuenta oficial en X.
Y añadió: “El proceso judicial contra quienes planearon el golpe de Estado es de exclusiva responsabilidad de la Justicia brasileña y, por tanto, no está sujeto a ningún tipo de interferencia o amenaza que viole la independencia de las instituciones nacionales”.
Tras este posteo, Lula anunció que iniciará negociaciones diplomáticas con Estados Unidos y, en última instancia, apelará a la Ley de Reciprocidad Económica, que establece represalias simétricas en casos de sanciones comerciales.
“Si nos van a cobrar 50, les cobraremos 50”, advirtió Lula durante una entrevista con la televisión local.
Washington aguarda que formalmente Brasilia solicite una mesa de negociación respecto al aumento arancelario. Pero Trump ya definió que las negociaciones deben vincular los niveles arancelarios de los bienes exportables con la causa contra Bolsonaro en la Corte de Brasil.
Mientras tanto, el presidente de los Estados Unidos no descarta -como hizo con China- replicar con una suba arancelaria cada aumento que defina Lula en Brasil.
Además, ayer en la Casa Blanca aseguraron a Infobae que Trump define un aumento del 10 por ciento en los aranceles que se aplican a los productos que importan a Estados Unidos los integrantes de los BRICS, un foro multilateral que maneja China e integran Brasil, Rusia, India y Sudáfrica.
Si esta decisión finalmente se ejecuta, Brasil estaría enfrentando un arancel del 60 por ciento, una carga tributaria que pone en una situación muy compleja a la economía local.
Lula tiene tres semanas para resolver su enfrentamiento político con Trump. El aumento arancelario está previsto que corra desde el 1 de agosto.
Poco tiempo por las diferencias ideológicas que tienen los presidentes de Brasil y Estados Unidos.
En Washington ya se aprendió que la afinidad personal es clave para lograr acuerdos geopolíticos con la administración republicana.
Javier Milei, Benjamín Netanyahu y Nayib Bukele son la evidencia.
www.infobae.com
En plena confrontación política y económica, el líder republicano no descarta en incrementar aún más los aranceles a los productos brasileños, como ya hizo con los bienes que se exportan desde China a Estados Unidos.
Donald Trump no descarta aplicar en Brasil la regla geopolítica que utilizó con China, cuando lanzó su guerra comercial contra el mundo: subir los porcentajes de los aranceles de los bienes importados brasileños, cada vez que Lula da Silva eleve las barreras tarifarias sobre los productos que se exporten desde Estados Unidos.
Entre el primero de febrero y el 9 de abril, Estados Unidos subió los aranceles a China desde el 10 por ciento al 145 por ciento, mientras que entre el 1 de febrero y el 11 de abril, China incrementó los aranceles desde el 10 por ciento al 125 por ciento.
En ese lapso de tiempo, casi 70 días, Estados Unidos aumentó seis veces los aranceles a China, y el regimen comunista hizo lo propio en cinco oportunidades.
Fue una escalada inédita que terminó en una tregua comercial negociada durante un cónclave en Suiza. En esa oportunidad, Trump y Xi JInping acordaron un arancel del 30 por ciento para las importaciones chinas, y del 10 por ciento para las exportaciones desde Estados Unidos.
Pero el caso de Brasil es diferente a la situación que atravesaron Washington y Beijing en los primeros meses de 2025.
Da Silva no tiene el peso geopolítico de Xi, y además la causa básica que justificó el aumento de los aranceles del 50 por ciento impuesto por Trump, no puede ser resuelta por el Presidente de Brasil.
Trump acusó a Da Silva de encabezar una caza de brujas contra Jair Bolsonaro, exmandatario brasilero acusado de promover un golpe de estado contra el actual presidente.
La causa penal está en la Corte Suprema de Brasil, y Da Silva no puede hacer nada para evitar su trámite procesal. Bolsonaro, como en su momento Trump con Joe Biden, asegura que Lula le robó la elección de 2022.
“Conocí y traté con Bolsonaro, y lo respetaba mucho, al igual que la mayoría de los otros líderes de países. La forma en la que Brasil trató al expresidente, un líder altamente respetado en todo el mundo durante su mandato, incluido por Estados Unidos, es una vergüenza internacional. Este juicio no debería estar ocurriendo. Es una cacería de brujas que debe terminar inmediatamente”, sostiene la carta que Trump envió a Lula anunciando la suba de los aranceles al 50 por ciento.
Y completó: “Debido en parte a los ataques insidiosos de Brasil a las elecciones libres y a los derechos fundamentales de la libertad de expresión de los estadounidenses (...) cobraremos a Brasil un arancel del 50% sobre todos y cada uno de los productos brasileños enviados a Estados Unidos”.
Da Silva replicó las afirmaciones de Trump, en una escalada geopolítica que tiene final abierto.
“Brasil es un país soberano con instituciones independientes que no aceptarán ser controladas por nadie”, contestó Lula en su cuenta oficial en X.
Y añadió: “El proceso judicial contra quienes planearon el golpe de Estado es de exclusiva responsabilidad de la Justicia brasileña y, por tanto, no está sujeto a ningún tipo de interferencia o amenaza que viole la independencia de las instituciones nacionales”.
Tras este posteo, Lula anunció que iniciará negociaciones diplomáticas con Estados Unidos y, en última instancia, apelará a la Ley de Reciprocidad Económica, que establece represalias simétricas en casos de sanciones comerciales.
“Si nos van a cobrar 50, les cobraremos 50”, advirtió Lula durante una entrevista con la televisión local.
Washington aguarda que formalmente Brasilia solicite una mesa de negociación respecto al aumento arancelario. Pero Trump ya definió que las negociaciones deben vincular los niveles arancelarios de los bienes exportables con la causa contra Bolsonaro en la Corte de Brasil.
Mientras tanto, el presidente de los Estados Unidos no descarta -como hizo con China- replicar con una suba arancelaria cada aumento que defina Lula en Brasil.
Además, ayer en la Casa Blanca aseguraron a Infobae que Trump define un aumento del 10 por ciento en los aranceles que se aplican a los productos que importan a Estados Unidos los integrantes de los BRICS, un foro multilateral que maneja China e integran Brasil, Rusia, India y Sudáfrica.
Si esta decisión finalmente se ejecuta, Brasil estaría enfrentando un arancel del 60 por ciento, una carga tributaria que pone en una situación muy compleja a la economía local.
Lula tiene tres semanas para resolver su enfrentamiento político con Trump. El aumento arancelario está previsto que corra desde el 1 de agosto.
Poco tiempo por las diferencias ideológicas que tienen los presidentes de Brasil y Estados Unidos.
En Washington ya se aprendió que la afinidad personal es clave para lograr acuerdos geopolíticos con la administración republicana.
Javier Milei, Benjamín Netanyahu y Nayib Bukele son la evidencia.
Trump analiza aumentar los aranceles a Brasil cada vez que Lula da Silva suba los suyos a Estados Unidos
En plena confrontación política y económica, el líder republicano no descarta en incrementar aún más los aranceles a los productos brasileños, como ya hizo con los bienes que se exportan desde China a Estados Unidos
www.infobae.com
Ya viene Bolsonaro ó Veto de los motores para el Gripen Brasilero....Trump analiza aumentar los aranceles a Brasil cada vez que Lula da Silva suba los suyos a Estados Unidos.
En plena confrontación política y económica, el líder republicano no descarta en incrementar aún más los aranceles a los productos brasileños, como ya hizo con los bienes que se exportan desde China a Estados Unidos.
Donald Trump no descarta aplicar en Brasil la regla geopolítica que utilizó con China, cuando lanzó su guerra comercial contra el mundo: subir los porcentajes de los aranceles de los bienes importados brasileños, cada vez que Lula da Silva eleve las barreras tarifarias sobre los productos que se exporten desde Estados Unidos.
Entre el primero de febrero y el 9 de abril, Estados Unidos subió los aranceles a China desde el 10 por ciento al 145 por ciento, mientras que entre el 1 de febrero y el 11 de abril, China incrementó los aranceles desde el 10 por ciento al 125 por ciento.
En ese lapso de tiempo, casi 70 días, Estados Unidos aumentó seis veces los aranceles a China, y el regimen comunista hizo lo propio en cinco oportunidades.
Fue una escalada inédita que terminó en una tregua comercial negociada durante un cónclave en Suiza. En esa oportunidad, Trump y Xi JInping acordaron un arancel del 30 por ciento para las importaciones chinas, y del 10 por ciento para las exportaciones desde Estados Unidos.
Pero el caso de Brasil es diferente a la situación que atravesaron Washington y Beijing en los primeros meses de 2025.
Da Silva no tiene el peso geopolítico de Xi, y además la causa básica que justificó el aumento de los aranceles del 50 por ciento impuesto por Trump, no puede ser resuelta por el Presidente de Brasil.
Trump acusó a Da Silva de encabezar una caza de brujas contra Jair Bolsonaro, exmandatario brasilero acusado de promover un golpe de estado contra el actual presidente.
La causa penal está en la Corte Suprema de Brasil, y Da Silva no puede hacer nada para evitar su trámite procesal. Bolsonaro, como en su momento Trump con Joe Biden, asegura que Lula le robó la elección de 2022.
“Conocí y traté con Bolsonaro, y lo respetaba mucho, al igual que la mayoría de los otros líderes de países. La forma en la que Brasil trató al expresidente, un líder altamente respetado en todo el mundo durante su mandato, incluido por Estados Unidos, es una vergüenza internacional. Este juicio no debería estar ocurriendo. Es una cacería de brujas que debe terminar inmediatamente”, sostiene la carta que Trump envió a Lula anunciando la suba de los aranceles al 50 por ciento.
Y completó: “Debido en parte a los ataques insidiosos de Brasil a las elecciones libres y a los derechos fundamentales de la libertad de expresión de los estadounidenses (...) cobraremos a Brasil un arancel del 50% sobre todos y cada uno de los productos brasileños enviados a Estados Unidos”.
Da Silva replicó las afirmaciones de Trump, en una escalada geopolítica que tiene final abierto.
“Brasil es un país soberano con instituciones independientes que no aceptarán ser controladas por nadie”, contestó Lula en su cuenta oficial en X.
Y añadió: “El proceso judicial contra quienes planearon el golpe de Estado es de exclusiva responsabilidad de la Justicia brasileña y, por tanto, no está sujeto a ningún tipo de interferencia o amenaza que viole la independencia de las instituciones nacionales”.
Tras este posteo, Lula anunció que iniciará negociaciones diplomáticas con Estados Unidos y, en última instancia, apelará a la Ley de Reciprocidad Económica, que establece represalias simétricas en casos de sanciones comerciales.
“Si nos van a cobrar 50, les cobraremos 50”, advirtió Lula durante una entrevista con la televisión local.
Washington aguarda que formalmente Brasilia solicite una mesa de negociación respecto al aumento arancelario. Pero Trump ya definió que las negociaciones deben vincular los niveles arancelarios de los bienes exportables con la causa contra Bolsonaro en la Corte de Brasil.
Mientras tanto, el presidente de los Estados Unidos no descarta -como hizo con China- replicar con una suba arancelaria cada aumento que defina Lula en Brasil.
Además, ayer en la Casa Blanca aseguraron a Infobae que Trump define un aumento del 10 por ciento en los aranceles que se aplican a los productos que importan a Estados Unidos los integrantes de los BRICS, un foro multilateral que maneja China e integran Brasil, Rusia, India y Sudáfrica.
Si esta decisión finalmente se ejecuta, Brasil estaría enfrentando un arancel del 60 por ciento, una carga tributaria que pone en una situación muy compleja a la economía local.
Lula tiene tres semanas para resolver su enfrentamiento político con Trump. El aumento arancelario está previsto que corra desde el 1 de agosto.
Poco tiempo por las diferencias ideológicas que tienen los presidentes de Brasil y Estados Unidos.
En Washington ya se aprendió que la afinidad personal es clave para lograr acuerdos geopolíticos con la administración republicana.
Javier Milei, Benjamín Netanyahu y Nayib Bukele son la evidencia.
Trump analiza aumentar los aranceles a Brasil cada vez que Lula da Silva suba los suyos a Estados Unidos
En plena confrontación política y económica, el líder republicano no descarta en incrementar aún más los aranceles a los productos brasileños, como ya hizo con los bienes que se exportan desde China a Estados Unidos
Hola Crowheart, ¿cómo estás? Esto podría pasar, pero no se trata solo de los motores. Muchos componentes de este avión provienen de empresas estadounidenses, hay mucho más que el motor. El radar, por ejemplo, a pesar de presentarse como de una fábrica italiana, tiene al menos un 40% de componentes sensibles fabricados en EE. UU. Leí en dos sitios web brasileños que SAAB cedió a la presión de Trump y no venderá el Gripen a Colombia. Solo lo informaron dos fuentes relativamente bien informadas, pero no se ha publicado nada más. Oficialmente, no hay cambios hasta el momento.
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Saludos cordiales.
Saludos cordiales.
La economía brasileña colapsará. Brasil fue el país que recibió el arancel más alto (50 %) y el único que recibió un mensaje específico, incluso reportando problemas políticos internos. Todos los países sujetos a aranceles están negociando con Estados Unidos, incluyendo a China. Brasil es el único país del mundo que no está negociando; la orden es avanzar hacia la confrontación, incluso en la cuestión política, volviéndose aún más radicales, apostaron al todo o a la nada.
Brasil colapsará si no hay un cambio de rumbo.
Brasil colapsará si no hay un cambio de rumbo.
Sebastian
Colaborador
Justo...
" Antes del anuncio de las nuevas tarifas, Moraes respondió a una solicitud de la Policía Federal y amplió por dos meses la investigación sobre la actuación de Eduardo Bolsonaro en Estados Unidos , donde se trasladó tras tomar licencia de su cargo de congresista."
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El anuncio del presidente de EE.UU, de que aplicará aranceles y su defensa de Jair Bolsonaro, ha movido los cimientos políticos y judiciales. Por su parte, Lula lanzó campaña "Brasil con S de Soberanía".
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