Tranqui... con China paso lo mismo y luego algo arreglaron.
La situación en Brasil es diferente, ya que el problema no es solo económico ni de equilibrio en las relaciones comerciales, como ocurre en todos los demás países sancionados. En el caso de Brasil, existe un componente de política interna, muy importante para el pueblo estadounidense, llamado libertad de expresión, entre otros asuntos mucho más graves.
Otra diferencia es que ninguno de estos países confrontó a Trump. Para que se hagan una idea, Lula dijo que la elección de Trump sería el nazismo con una cara diferente. Esto no pasó desapercibido.
El clima siempre ha sido de confrontación, algo que ningún país ha hecho.
Quienes no son brasileños o solo se informan de la prensa tradicional no tienen ni la más remota idea de lo que ocurre en Brasil.
Es un caso especial; hasta la fecha, Marco Rubio ni siquiera ha hablado por teléfono con su homólogo brasileño, y Estados Unidos aún no ha designado un embajador en Brasil. ¿Entienden la importancia de esto?
Cuando Trump fue elegido, Rubens Barbosa, exembajador de Brasil en Londres y Washington, consideradas las dos embajadas más importantes de Brasil, dijo que era hora de bajar el tono y nombrar un equipo sólido para tratar con Estados Unidos. Nada de esto ocurrió; al contrario, nadie contactó al gobierno estadounidense, y el clima de confrontación se intensificó aún más.
Trump escribió una carta nombrando a Lula, pidiéndoles que dejaran de perseguir a Bolsonaro y a su familia. La respuesta fue la amenaza de arrestar a su hijo, quien se encuentra en Estados Unidos, y el Fiscal Federal, quien actúa únicamente bajo las órdenes de Alexandre de Moraes, solicitó una condena de treinta años de prisión para Bolsonaro.
Han entrado en una espiral de la que no saben cómo salir; la factura ha llegado.
Los otros componentes son esta paranoia sobre los BRIC, Irán, Putin, los ataques a Israel y el apoyo a Maduro. La gota que colmó el vaso fue la declaración insistente y completamente irresponsable de Lula atacando a Trump durante la fallida reunión de los BRIC en Brasil, y la descabellada propuesta de despolarizar el comercio entre los BRIC. Trump no cederá.