La amenaza que representan los drones FPV de ataque y municiones merodeadoras ha obligado a las fuerzas rusas y ucranianas a implementar soluciones improvisadas al estilo Mad Max, aprovechando todo tipo de material disponible a los fines de incrementar la protección en sus vehículos de combate. Así quedó demostrado una vez más con la viralización de una serie de imágenes correspondiente a un T-90M ruso, el cual luce un blindaje improvisado llevado al extremo.

Las fotos permiten apreciar una conjunción de bloques adicionales de blindaje reactivo ERA del tipo Kontakt dispuestos en la parte superior y lateral de la torre, protección que se suma al ya existente Relikt que equipa de origen al T-90M. La disposición de los bloques apunta claramente a resguardar aquellos puntos que resultan vulnerables a los drones y misiles anti-tanque del tipo Javelin (capacidad top-attack), tales como las escotillas y los compartimentos de almacenamiento de munición.

También se observa que los bloques ERA son complementados por blindaje del tipo reja en la parte posterior de la torre y del casco (para proteger el motor), así como un refuerzo adicional para las escotillas, las cuales cuentan ahora con doble protección contra proyectiles del tipo HEAT. La unión de la torre y el casco sigue resguardada con redes anti-RPG.

A simple vista, estamos ante una mastodóntica modificación de un T-90M Proryv-3 resultado de las experiencias de los últimos meses de combate, período en el cual ambos bandos han logrado introducir en servicio numerosas flotas de drones FPV de ataque y municiones merodeadoras. Por su parte, los ucranianos han implementado soluciones similares en sus diversos blindados, desde vehículos de combate de artillería pasando por tanques Leopard 2, tal como supimos informar hace unos meses.

La alta disponibilidad y bajo costos de drones FPV modificados para llevar cargas HEAT representa uno de los desafíos más importantes y recientes para las tripulaciones de vehículos blindados de ambos bandos, las cuales no la tenían para nada fácil con la inmensa presencia de campos minados, misiles anti-tanque y fuego de artillería. De momento, las únicas soluciones para hacer frente a la amenaza de drones ha sido en su mayor parte del tipo pasiva, con la ya mencionada adición de blindaje adicional.

Las Fuerzas Armadas rusas también están comenzando a implementar sistemas de contramedidas electrónicas para lidiar con los drones FPV, equipamiento que podría ayudar a reducir la efectividad de los vehículos aéreos no tripulados. Sin embargo, se espera que estos nuevos desarrollos en el campo de la guerra electrónica sumen complejidades adicionales a las tripulaciones de tanques, ya que este equipamiento suele tener incidencia en sistemas propios, como las comunicaciones por ejemplo.

Con ambos bandos haciendo un amplio uso de la tecnología de impresión 3D, así como la incorporación de nuevas capacidades (sistemas IR, mejoras en las performances, etc), los drones del tipo FPV aplicados al combate son una realidad. Es esperable que con el paso del tiempo gane tracción el perfeccionamiento de un sistema que surgió de la necesidad e improvisación, que no solo ha llegado para quedarse, sino que además sigue replanteando cuestiones doctrinarias en diversas fuerzas armadas.

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