En medio de la agitación política que anticipa las próximas elecciones en Argentina, diversas agendas comienzan a surgir entre los distintos partidos políticos. Uno de los temas que llama la atención y despierta preocupación es el enfoque en materia de seguridad y defensa, particularmente las propuestas que provienen desde la oposición. Entre ellas, destaca la línea que busca llevar al Ejército a las fronteras para combatir el narcotráfico, lo que implicaría desplegar fuerzas federales en centros urbanos como Córdoba, Buenos Aires y Rosario.

Si bien el debate sobre seguridad ciudadana siempre ha estado presente en la política, estos comentarios y propuestas han generado inquietud dentro de las Fuerzas Armadas. Estas instituciones, cuyo ethos está arraigado en la protección de la soberanía y la defensa nacional, ven con preocupación cómo se plantean cambios bruscos que podrían afectar su despliegue actual y misiones primarias.

El planteamiento de involucrar a las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad interna pone en riesgo la integridad y preparación del personal militar. Actualmente, existe un marco normativo que delimita claramente los ámbitos de seguridad y defensa, acorde con las prácticas de países desarrollados. Retroceder en esta concepción podría debilitar la capacidad de las Fuerzas Armadas para enfrentar situaciones de máxima violencia sistémica o guerra.

El escenario propuesto también suscita preocupación sobre la vulnerabilidad del personal militar en enfrentamientos con delincuentes, ya que no existe una normativa federal que los blinde ante situaciones críticas. Temen que, bajo este tipo de propuestas, las Fuerzas Armadas puedan ser utilizadas como un recurso efectista y demagógico, sin tener en cuenta las consecuencias para los soldados ni para la institución en sí.

Por otro lado, se ha mencionado la idea de llevar a las Fuerzas Armadas a los focos de tráfico de narcóticos y altos niveles de violencia. Esta perspectiva resulta aún más trágica, ya que va en contra de la concepción actual de defensa y seguridad, acorde con los estándares internacionales. La experiencia demuestra que la eficacia en la lucha contra el narcotráfico no se logra desplegando a las fuerzas armadas en tareas policiales.

¿Y si probamos mejorando al ámbito de Seguridad (federal, provincial y local) en vez de usar a las Fuerzas Armadas como parche para todo? ¿Tiene sentido tener al Ejercito en la frontera (tarea de Gendarmería), a Gendarmería en las ciudades (con función de las policías provinciales) y a las policías asistiendo a las fuerzas intermedias (una suerte de guardia urbana)? El fracaso es del ámbito de seguridad, que hay que repensar y mejorarlo.

La complejidad del panorama actual no solo radica en las propuestas de la oposición, sino también en la falta de enfoque del oficialismo de defensa en clave electoral. La Defensa Nacional parece quedar al margen de los proyectos y debates constructivos, lo que sumerge a la política en un chiquero ideológico que dificulta la visión de largo plazo.

Es fundamental que los partidos políticos encuentren puntos de equilibrio en sus agendas de defensa, evitando mezclarlas con temas que afectan a la población en su conjunto. La seguridad ciudadana y la defensa son áreas vitales, pero deben ser tratadas con responsabilidad y sin caer en la tentación de populismos que puedan socavar la integridad y misión de las Fuerzas Armadas.

La Defensa Nacional es un pilar fundamental para cualquier país, y Argentina no es la excepción. En un mundo cada vez más complejo y cambiante, es esencial mantener una concepción clara y coherente sobre la función de las Fuerzas Armadas, garantizando su preparación y equipamiento adecuados para enfrentar los desafíos del siglo XXI.

En el camino hacia las elecciones, es imperativo que los partidos políticos revaloricen la importancia de la Defensa Nacional y promuevan un debate serio y constructivo en torno a esta temática. Solo así se podrá asegurar una visión de largo plazo, alejada de intereses electorales, que proteja los intereses de la nación y el bienestar de las Fuerzas Armadas, respetando su papel histórico y su compromiso con la soberanía y seguridad de Argentina.

Con estas reflexiones, nos enfrentamos a una realidad compleja en la cual la Defensa Nacional se ve entrelazada con la política y las elecciones. El futuro de las Fuerzas Armadas y la seguridad del país están en juego, y es responsabilidad de todos los actores políticos encontrar un camino que resguarde el bienestar de nuestra nación sin menoscabar la integridad de quienes velan por su defensa.

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11 COMENTARIOS

  1. no van a hacer nada más allá de sacarle presupuesto las FF.AAs para populismo.

    hacer funcionar las FF.SS y FF.AAs implica gastar fácil 15% del presupuesto federal anual (mas que lo que dedica nacion a educación) ya que la recaudación está por debajo del 25% del PBI gracias a la economía informal y de la manera que está esquematizado el gobierno es francamente inviable.

    mientras la economía esté detonada hay cero chances de que los problemas de inseguridad y más aún los de defensa se arreglen porque hay 100.000 prioridades antes que esto y el concepto de defensa esta ultra desvalorizado en este pais.

  2. Las fuerzas armadas, no pueden ser empleadas en tareas de seguridad, no es su función ni es la tarea que le asigna la constitución. Para cumplir ese objetivo están las fuerzas de seguridad, Gendarmería, Prefectura, y por supuesto la policía. La oposición dio sobradas muestras de que la defensa nacional, no les interesa, y si llegan al gobierno van a eliminar el FONDEF (que, aunque es poco, es mejor que nada) y no van a destinar recursos en reequipar a las FF.AA. Mientras no se consiga que sea una política de estado, cada gobierno destruirá, por marketing político, todo lo que haga el gobierno anterior.

  3. El narcotráfico avanza por los vínculos que establece con los políticos. Va a ser muy difícil resolver este problema mientras el zorro siga cuidando el gallinero.

  4. Cuando se replanteo en democracia la función específica de las FFAA se subrayó ,constitucionalmente, que la función era la protección y vigilancia del espacio soberano de nuestro país; es decir, estar preparado para permanecer en vigilancia de la extensa frontera de la nación. Para dar cumplimiento con la función específica de defensa se requiere de equipamiento que aún se carece y es estrictamente necesario; no se puede pensar en otras funciones mientras tanto.

  5. Las FFAA es preferible no mezclarlas en en el negocio del narcotrafico.

    Si el Estado quiere luchar contra el negocio de la droga lo primero que tiene que lograr es que deje de ser un negocio. Y a los negocios se los combate con las leyes de la economía, no con las armas.

  6. Proindustria, el narcotráfico es un problema sistémico que requiere un abordaje desde múltiples áreas. Se requiere tanto de medidas económicas como también del accionar policial, además de políticas educativas y sanitarias apropiadas. Recomiendo buscar en Internet el blog de Laura Etcharren.

  7. Si bien hay casos desgraciados donde los narcos superan ampliamente a las FFSS, no queda otra que usar a las FFAA. El caso patentes es el pobre México, donde hay grupos narcos que tienen como puño de choque fuerzas mejor equipadas y armadas que cualquier fuerza policial, contando con armas AT, ametralladoras Gatling y otros armamentos que no los tiene la policía. Aquí, para someter a los delincuentes narcos, el estado mexicano ha tenido que recurrir a sus FFAA. Esperemos nunca llegar en Argentina a esos extremos. No me parece que las FFAA tengan que intervenir en la lucha contra el narco. Es cierto, ¿qué pasa si en un enfrentamiento entre soldados y narcos, los primeros terminan matando a uno de estos últimos? El soldado va a ir preso. Otra cosa, ¿podrá usar el EA todo su equipamiento para combatir al narco, o los van a largar solo con FAL y Browning 9 mm?
    Ya en su gobierno anterior, la actual oposición dio prioridad, de todo tipo, a las FFSS por sobre las FFAA, tal vez sabiendo que las primeras le son más “útiles” en tareas de represión ciudadana. Queda en los militares decidir quién les conviene más en Casa Rosada.

  8. Que el Estado instrumente los medios para que la comercialización de la droga deje de generar las fabulosas ganancias que genera y así desaparece la necesidad de combatirla con fuerzas especiales y militares. No conozco ningún mal negocio en dónde el Estado tenga que combatirlo.

  9. Las FFAA no están para combatir el narcotrafico. De ellos depende mantener la integridad territorial marítima terrestre, naval y del ciberespacio para lo cual los políticos les deben 40 años de reequipamiento, modernización y actualización salarial. Debe reforzarse fuertemente el equipamiento y el recurso humano de Gendarmetia y Prefectura para blindar las fronteras y desplegar a la Policía Federal y a todas las policías provinciales a rastrillar cada zona conflictiva con apoyo de gendarmeria y/o Prefectura para lo cual es fundamental una Dirección de inteligencia criminal. Es necesario un cambio rotundo de la política penitenciaria con construcción de penales de máxima seguridad y de inteligencia penitenciaria que no permita dirigir al crimen organizado desde las cárceles. Se requiere una fuerte decisión política y judicial que haga cumplir la ley encarcelando No sólo a los narcotraficantes sino a toda su red de apoyo y complicidad política, judicial y empresarial, congelando sus activos y ejecutanto la ley de extinción de dominio para todos los involucrados. Si estas propuestas se le ocurren a un ciudadano común cuanto más seguramente a especialistas en estos temas. Lo demás es pura demagogia electoral.

  10. Ariel, ya existe un país, USA, que tiene todo lo que mencionas, incluso una DEA que colabora con todos los gobiernos que lo piden y sin embargo, es el mayor consumidor del planeta. La razón es muy simple: es el mejor mercado económico donde el narco tráfico puede colocar la droga y fluye a la vista de todos. Y como es un negocio enorme que puede repartir dinero, también es enorme la complicidad de quienes son los encargados de combatirla.

    Si dicha comercialización insisto, dejara de ser el gran negocio que es, se le quitaría el incentivo al menos para su difusión, que perfora la sociedad. Como se lograría ello ? Este es el punto que creo que los gobiernos deberían analizar sin prejuicios y con honestidad conceptual. Cuales son los instrumentos ? Ello es precisamente lo que se debe definir y aplicar a través de acuerdos entre los Estados.

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