Una vez más, y aprovechando el 40° Aniversario de la Gesta Malvinense, volvemos a abordar una parte de las propuestas preliminares generadas por la Fuerza Aérea Argentina (FAA) una vez finalizado el conflicto del Atlántico Sur. Así como en publicaciones previas tratamos las iniciativas primigenias de la FAA para recuperar su aviación de caza, ataque y transporte, en esta ocasión abordaremos cuestiones referidas a los medios de defensa antiaérea. Lo que a continuación desarrollaremos se basa en los apuntes generados por un grupo de estudio integrado por parte de los oficiales superiores y jefes que tuvieron intervención directa en el conflicto de Malvinas. Esas experiencias y lecciones se condensarían en un memorándum secreto dirigido al Jefe de Estado Mayor de la FAA, siendo producido por quien fue el Comandante de la FAS, Brigadier Ernesto H Crespo.

El mencionado informe fue generado en julio de 1982, formulando una serie de proposiciones iniciales a los fines de encarar diversas iniciativas tendientes a recuperar medios y capacidades que fueron perdidas durante el conflicto del Atlántico Sur. Muchas de estas propuestas se fundaron en requerimientos emanados de las lecciones y experiencias obtenidas en el fragor del combate. 

Pese a la efectividad conocida de algunos medios y del personal, el documento también expone las deficiencias encontradas a lo largo de los días de combate, elevando una serie de conclusiones referidas tanto a los recursos humanos como al equipamiento.

Vale recordar que la FAA no solo desplegó las baterías del Grupo de Artillería Antiaérea y elementos de sus Escuadrones en Malvinas, sino que también debió garantizar la defensa de las distintas bases localizadas en la Patagonia argentina, distribuyendo personal y material en cada una de ellas. La documentación desclasificada por la FAA brindó el siguiente detalle:

  • Comodoro Rivadavia: seis piezas bitubo Rheinmetall RH 202 de 20mm (9.600 tiros) y un radar táctico de alerte temprana
  • Río Gallegos: Nueve piezas bitubo Rheinmetall RH 202 de 20mm (47.650 tiros), una batería de Oerlikon GDF bitubo de 35mm (5.750 tiros), un director de tiro Skyguard y un radar táctico de alerte temprana
  • San Julián: Nueve piezas bitubo Rheinmetall RH 202 de 20mm (13.500 tiros) y un radar táctico de alerte temprana
  • Santa Cruz: Ocho piezas TCM-20 de 20mm (80.000 tiros) y un radar táctico de alerte temprana
  • Río Grande: Nueve piezas bitubo Rheinmetall RH 202 de 20mm (13.600 tiros) y un radar de vigilancia ELTA
  • Trelew: Seis piezas bitubo Rheinmetall RH 202 de 20mm (9.00 tiros) y un radar táctico de alerte temprana

En las islas se desplegaría el siguiente material:

  • BAM Malvinas: Nueve piezas bitubo Rheinmetall RH 202 de 20mm, una batería de Oerlikon GDF bitubo de 35mm, un director de tiro Superfledermaus, un radar táctico de alerte temprana ELTA y cuatro lanzadores portátiles de misiles SAM-7
  • BAM Cóndor: Seis piezas bitubo Rheinmetall RH 202 de 20mm, una radar táctico de alerte temprana ELTA y dos lanzadores portátiles de misiles SAM-7

Eficiencias, deficiencias y conclusiones

El Informe Final de la Artillería Antiaérea generado por el Vicecomodoro Alfredo C Aguirre se explaya en diversas cuestiones, destacando los puntos altos, bajos y las conclusiones del accionar durante la contienda. En lo que refiere a eficiencias, se resaltó la confiabilidad de las armas de tubo, las cantidades de dotación de munición y el funcionamiento satisfactorio de los radares tácticos de alerta temprana ELTA.

Les deficiencias giraron en torno a los recursos humanos, ya que no se dispuso de la cantidades requeridas para rotaciones, sumado a que “…prácticamente la totalidad de los Jefes de Pieza del material con puntería óptica pertenecía a la especialidad Banda de Música…”. También resaltó la necesidad de contar con personal calificado ya que “…si bien no se registraron novedades importantes de material, es imprescindible contar con personal técnico en cada una de las Baterías Rh 202 en la especialidad de Mecánico de motores, electrónicos y armamento…”. También se aclara que sistemas como el Sea Cat o las ametralladoras 12,7mm demostraron estar superados para el teatro de operaciones.

En cuanto a las conclusiones, se expuso:

“Dadas las características de los aviones actuales y su futura evolución para los próximos diez años, el material que poseemos Rh 202 cal 20mm, las Ba 35mm y el Misil Roland se advierte que tendrán una vigencia aproximada de unos DIEZ (10) años más”

“A los efectos de lograr una defensa balanceada y en profundidad, y teniendo en cuenta que cada sistema tiene un radio de acción determinado, es necesario establecer una conjunción entre los de tubo y misiles para poder dar respuestas a distintos tipos o condiciones de ataques”

“Independientemente de lo expresado en el inciso anterior, y al margen de los sistemas elegidos, es necesario complementarlos con los misiles portátiles superficie-aire, los que brindan flexibilidad al esquema defensivo que de por sí es estático”

Quedó demostrada la efectividad del sistema Rh 202 cal 20mm que posee la Fuerza, contra ataques sorpresivos y a cota mínima, que es uno de los problemas más acuciantes de la hora actual, con una relación costo-eficacia sumamente ventajosa

Quedó demostrada la gran efectividad de las Baterías Oerlikon 35mm, material ya conocido por el personal de la fuerza y que está en servicio desde 1970

“Debido al radio de acción de las armas antes referido, quedó demostrado que una conjunción de cañones de 35mm y misiles Roland es óptimo, restando por cubrir el espacio por encima de las posibilidades de este misil con otro de alcance medio”

Empleando esto como punto de partida, las Propuestas Preliminares elevan algunos aspectos de importancia. Por ejemplo, la adquisición de sistemas de misiles antiaéreos de mediano alcance para complementar lo mencionado respecto al binomio Oerlikon GDF 35mm / Roland. Llamativamente, se sugiere adquirir un sistema tipo “Sea Dart terrestre”, muy probablemente en alusión a las características y performances ya que este tipo de material era inexistente. Lo mismo corre para la mención del sistema SA-6 Gainful / 2K12 Kub ya que su origen soviético podría representar algunas limitaciones. Por aquel entonces, algunos de los sistemas occidentales de defensa antiaérea de alcance medio lo constituían el MIM-23 Hawk o el SPADA italiano.

La iniciativa también propone ocupar el nicho de misiles portátiles superficie-aire, los cuales estuvieron representados en Malvinas por los SAM-7 y por los Blowpipe del Ejército Argentino, habiendo demostrado ambos modelos resultados malos/regulares debido a la limitada disponibilidad de operadores capacitados y a características propias del material. Con el fin de atender este requerimiento, dentro de las propuestas preliminares se incluyó al sistema sueco Bofors RBS-70, el cual ya contaba algunos años en servicio. Con el paso de los años, este sistema sería adquirido para la Infantería de Marina, y más recientemente, como sistema conjunto de defensa antiaérea de corto alcance.

El informe estableció que para brindar protección de defensa antiaérea a una Base Aérea Militar tipo con pista de 2400 metros, se requiere:

  • Una batería a 12 piezas de 20mm con radar ELTA
  • Cuatro baterías 35mm a dos piezas cada una + director de tiro
  • Misiles tipo RBS-70
  • Un lanzador tipo ROLAND
  • Un radar táctico tipo Cardion AN/TPS-44 Alert o Ericsson Microwave Systems AB Giraffe
  • Un visor nocturno por posición defensiva
  • Misiles de mediano alcance tipo Sea Dart terrestre o SA-6. Un Lanzador

Al igual que en los casos de la aviación de caza y de transporte, la Fuerza Aérea Argentina rápidamente identificaría limitaciones y necesidades en base a las experiencias que dejó la Guerra de las Malvinas, procurando avanzar con iniciativas que permitieran recuperar e incrementar sus capacidades. Lamentablemente, muchas de estas propuestas no se materializarían, en lo que derivó en un proceso descendente para las Fuerzas Armadas en lo que a material se refiere. Transcurridas cuatro décadas, esta serie de propuestas preliminares siguen más vigentes que nunca.

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3 COMENTARIOS

  1. Una de las necesidades básicas para la defensa antiaérea es tener sistemas de radar eficientes, contando también con sistemas de alerta temprana. En referencia a la artillería, en este momento, no podríamos pensar en los rusos, quizás algún sistema Italiano o alemán.

  2. Hace 40 años que se requiere un sistema antiaéreo de medio alcance… en el camino se perdieron los roland (y no se llegó a anda con el sistema Halcón)… recién ahora están llegando los RBS-70…

  3. Lo ideal sería armar un sistema de defensa AA estratificado, por capas, pero es caro. Es increible que se tuviera en cuenta al SA-6 soviético, aunque durante la guerra recibimos unos cuantos SA-7 del mismo origen. Recién en estos tiempos se está implementando a modo general para las 3 fuerzas el misil sueco. Necesitamos un sistema de mediano alcance, al menos para defender la capital del país, ni hablar de un sistema de largo alcance.

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