A MQ-9 Reaper flies above Creech Air Force Base, Nev., during a local training mission June 9, 2009. The 42nd Attack Squadron at Creech AFB operates the MQ-9. (U.S. Air Force photo/Paul Ridgeway)

La guerra es un eterno juego de medidas y contramedidas, ya que absolutamente todos los sistemas de armas y todas las organizaciones militares tienen sus fortalezas y debilidades

Desde la invención del radar, sí un avión hostil es detectado en el aire, inmediatamente atraerá en su contra el fuego de una gran variedad de sistemas de armas, cañones y mísiles, incluyendo los dispara y olvida (en inglés: fire-and-forget) auto dirigidos. 

Eso fue lo que sucedió y sucede desde los años 70 (Vietnam o guerra del Yom Kippur, en esa guerra la Fuerza Aérea Israelí, sufrió la pérdida del 33% de sus aviones) hasta nuestros días y probablemente sucederá en los próximos decenios.

Desde entonces y hasta hoy, todas las naciones tecnológicamente avanzadas, temiendo que sus fuerzas aéreas fueran diezmadas en una batalla, se abocaron a buscar una solución para enfrentar a los mísiles, desarrollando cada país su propia doctrina para el combate contra las defensas antiaéreas de sus enemigos.

Es en esta instancia es donde aparece la utilización de Drones, que no es otra cosa que un vehículo aéreo de combate no tripulado, (UCAV). Aeronaves militares volando por control mecatrónico y radial remoto, debemos aclarar que la mecatrónica moderna, de acuñación originalmente japonesa de los años 1960, implica conceptual y prácticamente integrar lo físico-mecánico con lo electrónico-digital mediante elementos informático-computacionales para crear funciones manejables indirectamente por humanos, es decir por control remoto.

También conviene recordar que la aviación militar no-piloteada, o sea el diseño y uso militar de aeronaves volando por control radial remoto, pasa de los cien años. En el transcurso de la primera guerra mundial en 1916, fue contratado el profesor Archibald Low por el recién formado Ministerio del Aire británico para desarrollar defensas contra los dirigibles alemanes Zeppelin.

Se diseñó, entonces, el primer avión por control radial destinado a funcionar como torpedo aéreo para derribar a los Zeppelin. Aunque ese primer prototipo de un avión no-piloteado resultó un fracaso total desde su etapa experimental, la idea de controlar y usar aparatos voladores por ondas radiales, sin pilotos y a distancia segura, se inauguró científicamente en aquel año.

Aun cuando ni los globos austríacos ni el avión AT del profesor Low calificarían hoy como Vehículos Aéreos No Tripulados (VANTs o drones) o Sistemas Aéreos Autónomos (SAAs), fueron importantes precedentes de los hoy conocidos como sistemas aéreos por control remoto, contemporáneamente dominados por la ciencia mecatrónica, informática y radial moderna, cada vez más sofisticada y variada en su concepto, diseño, multifuncionalidad, producción y usos.

En 1917 se desarrolló un “biplano no tripulado pre programado”, es decir, un vehículo que accionado por un mecanismo de relojería debería plegar las alas en un lugar programado y caer sobre un enemigo como una bomba. Diseñado por Charles Kettering, jefe de investigación de General Motors, fue conocido como torpedo aéreo “Kettering”. y con la financiación del ejército de Estados Unidos, fueron construidos unos cuantos aparatos de este tipo, pero no se utilizaron en combates.

En la Unión Soviética, entre 1930 y 1940, se realizaban investigaciones que llevaron al diseñador de aviones, Nikitin, a desarrollar un dron planeador que estaba conformado por un torpedo PSN-1 y una especie de ‘ala volante’. Dicho artefacto tenía dos modalidades: una como blanco aéreo para entrenamiento de pilotos y otra con automatización completa.

A principios de esa misma década (1940) fue diseñado un torpedero con alcance de 100 kilómetros y una velocidad de 700 km/h. Sin embargo, los drones de este proyecto no fueron lanzados en serie. El que, si se produjo a gran escala, fue el dron estadounidense “Radioplane OQ-2”, que en 1940 sirvió como blanco volante para la formación de pilotos.

En definitiva, el uso militar del Dron parece en principio como una alternativa de bajo costo para misiones de observación, reconocimiento, vigilancia e inteligencia de combate sin arriesgar personal (tripulaciones de aeronaves) como el muy difundido BQM-34 utilizado en Vietnam.

Estos drones transmitían y transmiten información en tiempo real a una estación terrestre, facilitando de esta manera la toma de decisiones por parte de los comandantes de operaciones, estos mismos drones fueron más tarde equipados con armamento y agregando a su funcionalidad misiones de combate.

Aparecen en escena dos tipos de drones armados, los equipados con misiles guiados o bombas y los llamados Kamikaze que son armas en sí mismos como el KUB-BLA ruso que se destaca por el lanzamiento oculto, alta precisión del disparo, casi inexistente ruido y facilidad de manejo con una carga útil de 3 kg.

O, uno de sus competidores, el pequeño Hero-30, israelí un dron también de solo 3 kilogramos. Este dron suicida es un “sistema merodeador inteligente” pequeño, pero también uno de los más mortíferos en misiones “antipersona”.

Cabe destacar que Israel ya había utilizado drones, tanto para observación y localización de instalaciones antiaéreas y como señuelos aéreos contra las baterías de mísiles sirios desplegadas en el valle Becá en 1982.

En la actualidad la versatilidad operativa del “dron” puede apreciarse en sus efectos en diversos enfrentamientos y conflictos, por ejemplo, en los que participan elementos turcos o afines o aliados a los mismos, donde están demostrando una relación muy efectiva de costo-eficacia.

Drones como el Anka, de 8,6 metros de largo y 17,6 metros de envergadura, que se fabrica en las instalaciones de Turkish Aerospace en Ankara. El ejército usó los primeros drones armados en 2016 contra los rebeldes kurdos del PKK en el sureste del país.

En Siria, Turquía recurrió a los drones de combate para vengar la muerte de decenas de sus soldados y detener el avance de las fuerzas del régimen en la provincia rebelde de Idlib (noroeste).

En Libia, aviones teledirigidos turcos socorrieron al gobierno de Trípoli, aliado de Ankara, frente a las fuerzas del general disidente Jalifa Haftar que habían llegado a las puertas de la capital.

Y hace unos meses los drones turcos permitieron al ejército azerbaiyano derrotar a las fuerzas armenias en el conflicto de Nagorno Karabaj. Pero lo más asombroso es la nueva dimensión a la que se accede con drones como el Kargu-2 conocidos como el «dron Kamikaze», tienen un alto grado de inteligencia a bordo, y la incorporación de la capacidad de enjambre los lleva a un nuevo nivel.

El Kargu-2 es un multicopter de 15 libras con una velocidad máxima de aproximadamente 145 kilómetros por hora y con una autonomía de media hora de vuelo, su capacidad de enjambre, es decir, su capacidad de unirse a un enjambre de 20 drones lo hace ideal para generar ataques masivos que le podría dar a las tropas que lo utilicen la capacidad de destruir sistemas de misiles antiaéreos como los Pantsir-S1 de fabricación rusa estacionados en Siria y Libia.

Para hacer frente a la creciente amenaza que representan los drones, y enjambres de drones, aún los operados por fuerzas irregulares en los más variados escenarios de conflicto en los que participan, las fuerzas armadas de EUA, Rusia, China y otros, desarrollan y ensayan diferentes alternativas, que le permitan disponer de Defensa Aérea cercana orgánica, en los menores niveles de la conducción.

En el caso de EUA, ello incluye vehículos livianos altamente móviles, equipados con armas Láser, misiles Stinger y sistemas electrónicos de interferencia. Muchos aun en desarrollo, como una serie de drones anti drones. Lo mismo ocurre con Rusia, que experimenta en el conflicto en siria diferentes formas de protección contra los drones en la defensa de sus bases.

Hay una categoría de aeronaves no tripuladas que en realidad no deberíamos definir como drones, algo demasiado genérico y aplicado normalmente a modelos bien distintos. No estamos hablando de modelos de tamaño reducido, movidos por un pequeño motor de hélice y dotados de cámaras.

Hablamos de verdaderos ingenios de combate no tripulados, de grandes dimensiones y con unas capacidades militares equivalentes a las de muchos aviones de combate actuales. Se trata en realidad de UCAVs, acrónimo de Unmanned Combat Aerial Vehicle o vehículo de combate aéreo no tripulado.

Aeronaves como el MQ-9 que es el primer UAV de ataque, diseñado para vigilancia de larga duración y de gran altitud, el sistema de armas MQ-9 se compone de varios aviones, estaciones de control en la tierra, satélites y tripulaciones de vuelo y mantenimiento. El avión es impulsado por un turbohélice de 950 caballos de fuerza, con una velocidad máxima de unos 480 km/h y una velocidad de crucero de 278 km/h.

Para satisfacer requerimientos de combate, el MQ-9 desarrolla sus capacidades utilizando kits de misión de varias combinaciones de cargas de armas y sensores. La suite de Raytheon AN/AAS-52 cuenta con un sensor de la selección multiespectral que incluye una TV con luz de color/monocroma, infrarrojo, y se intensificada con un designador de destino/telémetro de láser para selección objetivos con láser para municiones guiadas.

Sukhoi S-70 Okhotnik

O la contrapartida rusa a dicha aeronave; el Sukhoi S-70 Okhotnik (Охотник), cuyo nombre se puede traducir por “Hunter” o “cazador”. Aunque ya se habían filtrado imágenes con anterioridad, el 9 de agosto 2020, una agencia gubernamental, dio la noticia del primer vuelo del Hunter, para días después publicar un vídeo de dicho evento. Este vuelo tuvo lugar en el Centro de Ensayos de Chkalov, cerca de Akhtubinsk, en la región de Astrakhan.

El S-70 es un modelo parecido en el diseño del bombardero B-2 norteamericano, y se trataría de una aeronave pensada para actuar como complemento de aviones tripulados en misiones de ataque a tierra. Es un gran aparato con un peso estimado de 20 toneladas, más o menos lo que pesa un F-16, lo que ya nos da una buena idea sobre la importancia del modelo.

El S-70 Okhotnik va propulsado por un reactor de avión con postcombustión. Según diversas filtraciones, el motor podría ser un Saturn AL-31F, el mismo motor que equipa la planta motriz del caza de combate Sukhoi Su-27, aunque podría recibir los más modernos AL-41F, que son los que equipan al Su-35F y al mismísimo Su-57. Esta enorme potencia le permitiría volar en régimen subsónico hasta los 1.000 km/h con un alcance de 3.500 km.

Para el armamento dispondría de una bodega interna con capacidad de dos toneladas de armas, lo que le capacita para utilizar una amplia gama de armamento de precisión para ataque a tierra. El Okhotnik es la respuesta alXB-47 norteamericanoque la US Navy lleva probando ya varios años. Ambos modelos son prácticamente de tamaño y peso similares y es evidente que el ruso se parece mucho al americano, el XB-47, del que tan solo hay dos prototipos.

Otro de los UCAVs rusos presentados recientemente es un UCAV bien distinto del Okhotnik. Es el Altius un modelo mucho más ligero de 6.000 kg,propulsado por dos motores de héliceen una disposición muy convencional, como la de cualquier avión, de hecho, parece un avión bimotor común.

Se trata de un modelo orientado al combate, pero con una mayor incidencia en el reconocimiento, espionaje y labores de inteligencia, lo que se denominan “misiones ISR” (Intelligence, Surveillance, and Reconnaissance) para lo que llevaría en su interior una gran variedad de equipos específicos para esas tareas.

El Altius basa sus capacidades en una gran autonomía, fuentes rusas hablan de 24 horas de vuelo, así como un elevado techo de servicio. En el aspecto del armamento el Altius podría llevar 1.000 kg de armas, basando su supervivencia en el vuelo a gran altura para penetrar el espacio aéreo enemigo.

Este modelo trata de ser una respuesta a dos modelos norteamericanos muy concretos: por un lado, al Northrop Grumman RQ-4 Global Hawk y por otro al General Atomics MQ-9 Reaper, aunque es bastante diferente de ambos.

Frente al Reaper, un desarrollo del famoso MQ-1 Predator, las cifras son más comparables entre ambos, ruso y americano. El MQ-9 sí es un UCAV pues, además de realizar labores de vigilancia es capaz de atacar con total efectividad objetivos en tierra. Su armamento es ligeramente superior al estimado para el ruso, disponiendo de bodegas internas y puntos de anclaje en las alas para llevar un armamento muy variado.

Mientras que en china el número de drones que se desarrollan, es mayor a la cantidad de los que se fabrican en Estados Unidos o Rusia.China ha creado una flota de aeronaves no tripuladas capaces de realizar cualquier tarea; en una exposición, que se realizó, hace poco, en la ciudad china de Zhuhai, se exhibieron una cantidad enorme de drones diferentes: clásicos, helicópteros, multicópteros, y hasta los girocópteros (híbrido de avión y helicóptero).

El dron más sofisticado del show es el novedoso aparato ‘invisible’ chino, así como aeronaves con envergadura aumentada. Además, hay muchos drones de ataque capaces de llevar una gran cantidad de misiles y bombas.

Los UCAV de último diseño y altas capacidades que se están desarrollando, son el futuro de la aviación de combate, por el momento y quizás por décadas todavía, no son robots, deben ser conducidos por seres humanos, pero serán sin dudas el complemento perfecto a las aeronaves tripuladas en las misiones que hoy realizan. Son también máquinas diseñadas para combatir, por lo que desde su origen se ha previsto que puedan operar con todo tipo de armamento a cuál más sofisticado.

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1 COMENTARIO

  1. Muy interesante. Me gustaría saber cual es el interés de las FFAA en este tipo de sistema de armas, la FAA tiene UAVs de desarrollo nacional, por ahí está el Ruas rondando también. Creo que con la falta de presupuesto crónica y la capacidad de la mano de obra que hay en el país sería una muy buena idea desarrollarlos a gran escala.

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