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Agentes del Mossad se infiltraron en el búnker secreto de Hasán Nasrala en el corazón de Dahiya, en Beirut, y colocaron allí dispositivos que permitieron su eliminación – así fue revelado esta mañana en los detalles de la operación “Nuevo Orden”, que cambió el rostro de Medio Oriente.
Según el informe, en septiembre del año pasado, en medio de los bombardeos israelíes sobre bastiones de Hezbolá, agentes del Mossad entraron en los callejones del barrio chiita Haret Hreik llevando paquetes camuflados con equipos especiales. Los dispositivos fueron instalados en el búnker donde Nasrala debía reunirse con el comandante de la Fuerza Quds iraní y con el comandante del frente sur de Hezbolá.
La tecnología, desarrollada especialmente en colaboración con el Ministerio de Defensa, la Fuerza Aérea y Rafael, permitió una precisión sin precedentes: el 27 de septiembre de 2024, diez aviones F-15 y F-16 lanzaron nada menos que 83 bombas de una tonelada cada una, impactando directamente en el complejo subterráneo. Nasrala, junto con altos mandos de Hezbolá e Irán, fueron eliminados en el lugar.
Altos funcionarios del sistema de defensa y del nivel político debatieron durante meses si atacar a Hezbolá por temor a una escalada regional. Finalmente, tras una dura carta del jefe del Mossad, Dedi Barnea, y en vísperas de la Asamblea General de la ONU, el primer ministro Benjamín Netanyahu tomó la decisión de eliminar a Nasrala – una acción que cambió el curso de Medio Oriente.
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