Personal Argentino en zona de combate

Rotondo brindó una charla en la Universidad Nacional de LA Pampa, donde contó su experiencia en la Guerra de Malvinas, donde hubo solo dos trabajadores de prensa del país: él y Nicolás Kasanzew, cronista de ATC, el canal de tv estatal.
“En la guerra de las Malvinas era camarógrafo y fotógrafo, asique me expreso mejor en video y en imágenes. La idea es mostrar cómo el periodismo cubrió la guerra y qué es lo que se mostró”, contó al periodista de Radio Nacional, Daniel Lucchelli.
“Yo trabajaba para el canal ABC de televisión de EEUU, asique no tenía ninguna restricción, salvo la del capitán Rodríguez Mayo, que nosotros le llamábamos el interventor, cada noche nos chequeaba todo el material por medio del visor de la cámara y nos decía esto si, esto no, y nos obligaba a borrar, lo que era muy engorroso porque antes se grababa en cassette y no era como ahora que eliminás un archivo y listo”. Añadió.
“El 1 de Mayo, cuando comenzó el combate, el camarógrafo ‘Triqui’ Lamela de ATC y yo, lo pusimos contra la pared al capitán y le dijimos que no se pude trabajar así. Díganos lo que no se puede hacer porque nos matamos trabajando todo el día para que usted venga a la noche y nos lo haga borrar. Y nos dijo lo que no quiero es que digan ni en qué lugar están, ni si hay un regimiento, una sección, porque eso identifica la cantidad d de hombres que hay, y el material que ustedes están mandando también lo están viendo los ingleses”, contó Rotondo.
“Yo no tenía problemas porque no tenía periodista, eran solo imágenes, pero Nicolás Kasanzew cambió su forma de contar y empezó a decir “desde algún lugar de las Islas Malvinas”, agregó.
Consultado por la forma en que se contó y las mentiras que se le dijeron a los y las argentinas, dijo que “hasta el 13 de junio, digamos que íbamos empatados. Cuando volví al continente con el material del 13, 14 y 15 de junio me quería morir por lo que publicaba la revista Gente, que venía poniendo, estamos ganando”, se lamentó.
“Cuando llegué a la redacción le dije al director Luján Gutiérrez que no le entregaba las fotos si no cambiaban las tapas. Entonces hicieron una tapa especial que decía ‘La Guerra que no vimos’, y publicaron las fotos de la rendición y del final de la guerra”, terminó Eduardo Aníbal Rotondo en entrevista con Lucchelli.
 

rodrigocarra

RED OBSERVADORES DEL AIRE
Y nos dijo lo que no quiero es que digan ni en qué lugar están, ni si hay un regimiento, una sección, porque eso identifica la cantidad d de hombres que hay, y el material que ustedes están mandando también lo están viendo los ingleses”, contó Rotondo.

Se le habrá "caído la teja" alguna vez al Capitán, que los Kelpers mantenían completamente informados a los ingleses de esos puntos in situ........
 







Gabrial Avenoso: RI3 compañía comando
.
Jorge Sabbath: comunicaciones PA, FAA



Ingreso a la Escuela de Suboficiales de la Fuerza Aerea Argentina, de egresando como Voluntario de 1ra. Y logro la aptitud de comunicante. Llegando a las Islas Malvinas el 11 de abril de 1982 y cumpio funciones como comunicante de las fuerzas conjuntas en el TOAS – Teatro de Operaciones Sur, y T.O.M. (Teatro de Operaciones Malvinas), en Puerto Argentino. Producto de permanecer mojado y ante la baja temperatura y fuertes vientos , fue afectado el 28 de mayo de un neumotórax derecho.
Regresa al continente el 31/05.

Trabajó en la central de comunicaciones que se montó en el pueblo, cerca del correo, frente a la iglesia.



Jorge Sabbath, aparentemente cabo principal, pero no se a que unidad pudo haber pertenecido.

Bigua, alguna idea?
gracias
 
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estado mayor de la FAA (puerto argentino)


Brig Castellanos,
A-1 personal Vcom Garcia de Diego
......Auxiliar My Fernandez Jorge
A-2 inteligencia Com Guillermo Vicente Mendiberri
.......Auxiliar Capitan Nicolas Enrique ARAOZ
A-3 operaciones Vcom Alegria
......Auxiliar Vcom Gilobert Héctor Ricardo
A-4 Material Vcom Giannattasio
......Auxiliar My Maiorano Raul
A-5 comunicaciones My Gonzalez Iturbe
.....Auxiliar My Módica



comunicaciones _____ cabo principal SABBAGH, JORGE DANIEL


 
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Daniel Ugalde

Soldado Clase 61. Cabo (Post mortem). Ejército de Compañía de Ingenieros de Combate 601

Nació en Capital Federal el 29 de octubre 1961. Hijo de Miguel Ugalde y Raquel García, fue el mayor de una familia de tres hermanos. Sus primeros años de vida transcurrieron en Haedo; su único propósito era que llegara el domingo, para escuchar por radio a su querido San Lorenzo de Almagro.

El 5 de febrero de 1982 se presentó en la Compañía de Ingenieros de Combate 601 para realizar el servicio militar obligatorio. Con ellos fue a las islas, en donde construyó obstáculos, refuerzos en los frentes, mejoró los caminos a los refugios e hizo pozos de zorro, entre otros. También combatió a la par de la infantería.

Ugalde falleció en el repliegue hacia la capital de Malvinas el 14 de junio de 1982.

Claudio Norberto Scaglione: Soldado Clase 62. Cabo (post mortem) –Armada ARA– Batallón Comando. Era técnico químico. Cuando ingresó al Servicio Militar, lo asignaron en la Infantería de Marina. En Malvinas, hacia el final de la contienda, lo enviaron a Monte Longdon, donde ocurrió una de las batallas más cruentas de la guerra. Por sus capacidades, además, lo habían designado como jefe de tiradores.
  • Macedonio Rodríguez: Soldado Clase 62. Cabo (post mortem). Ejército Regimiento de Infantería Mecanizado N.° 7. Murió a los 19 años, el 13 de junio de 1982, también en Monte Longdon, frente a los paracaidistas ingleses. En 1999, María Inés, su madre, reclamó por la aparición de su cuerpo. Dijo que si supiera dónde está, ella se acostumbraría a la idea, pero que nunca lo sabría. Ahora, 35 años después, pudo saberlo. Macedonio Rodríguez nació en San Luis del Palmar, Corrientes, en septiembre de 1962 y llegó a las islas con el Regimiento de Infantería N.º 7 de La Plata, donde hizo el servicio militar.
  • Eduardo Gómez: Soldado Clase 62. Cabo (post mortem). Ejército Regimiento de Infantería Mecanizado N.° 4. Eduardo Gómez estaba cumpliendo el servicio militar obligatorio en Monte Caseros, provincia de Corrientes, cuando fue convocado para ir a Malvinas en 1982. Tenía 19 años. Era chaqueño y llevaba el apellido de su mamá, Estelvina. Pasó de la capital de Malvinas a Monte Wall. Este regimiento estuvo sometido al fuego de hostigamiento de la artillería naval y de tierra británicas. La noche del 11 al 12 de junio se libró el combate final en los montes Dos Hermanas y Harriet, y allí murió Eduardo.
  • Ángel Benítez: Soldado Clase 62. Cabo (post mortem). Ejército Regimiento de Infantería Mecanizado N.° 7. Nació en la ciudad bonaerense de 9 de Julio el día 26 de octubre de 1962. Vivía en Lomas de Zamora cuando se incorporó al Regimiento de Infantería N.º 7. Su muerte ocurrió el mismo día de la firma de la rendición argentina: Fue otra de las víctimas de la sangrienta batalla de Monte Longdon, que se cobró la vida de 31 argentinos y 23 británicos.
  • Enrique Ronconi: Soldado Clase 62. Cabo (post mortem). Ejército de Infantería Mecanizado N.° 7. Nació en Quilmes en mayo de 1962. Jugó al rugby en el Club Universitario de Quilmes (CUQ), pero debió abandonar el deporte para realizar el servicio militar en La Plata, con el Regimiento de Infantería N.° 7. También murió en la batalla de Monte Longdon. El Regimiento del que era parte fue el que sufrió más bajas durante la guerra: 36 muertos y casi 200 heridos.
  • Sergio Giussepetti: Soldado Clase 61. Cabo segundo (post Mortem). Armada ARA – Batallón Comando. Nacido en 1961, vivía en el partido bonaerense de San Martín con sus padres y su hermana. Transitaba el curso de ingreso para entrar a la Facultad de Ciencias Exactas para estudiar biología cuando fue convocado al servicio militar. Pasó tres meses de instrucción inicial en el Centro de Formación de Infantería de Marina en Pereyra Iraola; luego lo trasladaron a la ciudad de La Plata, para después ser enviado a un destacamento en Punta Alta, cerca del puerto de Bahía Blanca. Fue uno de los soldados caídos en la batalla de Monte Longdon.
 
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Se llamaba Néstor Miguel González, era el segundo de seis hermanos de una familia de Ensenada, aunque él nació en La Plata, y trabajaba en una compostura de calzados cuando en abril del 82 , a sus veinte años, salió del Regimiento 7 hacia Malvinas junto a decenas de otros chicos que en ese momento estaban haciendo el servicio militar. Aquella tarde fue la última vez que lo vieron sus padres. Murió en las Islas a pocos días de que terminara la guerra. Su cuerpo, que durante 35 años estuvo enterrado en una tumba sin nombre, fue uno de los 88 identificados en el cementerio de Darwin gracias a un acuerdo bilateral entre el gobierno británico y nuestro país. Así lo supieron ayer sus familiares, quienes nunca lo dejaron de extrañar.

En la segunda jornada de reuniones con familias de soldados que reclamaban su localización, la secretaría de Derechos Humanos recibió ayer a Patricia, Juan Carlos y María Alejandra González para informarles que su hermano, conscripto de la clase 62, había sido uno de los caídos enterrados en el cementerio de Darwin en tumbas sin identificar. “Aunque la herida sigue abierta, para mí fue cerrar una historia”, cuenta Patricia, la mayor de las hermanas de Néstor, al explicar que ella siempre lo estuvo esperando y “esto fue una confirmación”.

Según el relato de ex combatientes -corroborado ahora por el equipo internacional de peritos forenses a cargo del proceso de identificación- Néstor murió a consecuencia de una explosión -posiblemente de un mortero- junto a otros compañeros en la zona de Wireless Ridge. Allí se encontraba asentada su Compañía del Regimiento 7, la “C”.

“Era el segundo de los seis hermanos y nunca dejamos de estar en comunicación con él. Durante la guerra nos escribía cartas y nosotros le escribíamos también. Nos contaba que hacía mucho frío y que estaban apostados en un lugar donde no pasaba nada todavía. De hecho en su posición -que se hallaba entre Monte Longdon y Puerto Argentino-, el conflicto recién estalló sobre el final de la guerra”, cuenta María Alejandra, quien viajó en dos ocasiones a Malvinas para visitar el cementerio y conocer ese lugar.

“Por lo que recabamos y nos confirmaron ahora, Néstor murió en los últimos días del combate a causa de una bomba. No sabemos bien si fue en su posición de origen o replegándose. Su cuerpo fue enterrado en Wireless Ridge y suponemos que lo trasladaron al Cementerio de Darwin con los demás caídos en febrero de 1983”.

A falta de una chapa identificatoria –de la que carecía el 80% de los soldados que salieron del Regimiento 7- u otra documentación, el cuerpo de Néstor fue enterrado en una de las 122 tumbas sin nombre del cementerio que al concluir la guerra construyeron los británicos para los caídos argentinos. Él de él fue exhumado a mediados de este año para su identificación como parte de un proceso coordinado por la Cruz Roja merced a un acuerdo entre los gobiernos del Reino Unido y nuestro país.

Entre el 20 de junio y el 7 de agosto de este año, un equipo de catorce especialistas forenses -provenientes de Argentina, Australia, Chile, España, México y Reino Unido- procedió a exhumar, analizar, obtener muestras para documentar cada uno de los restos mortales sin identificar enterrados en tumbas marcadas con la leyenda “Soldado argentino sólo conocido por Dios”.

Durante la reunión que mantuvieron ayer con funcionarios de la Secretaría de Derechos Humanos, los hermanos de Néstor -al igual que las otras nueve familias citadas para la fecha- fueron informados en detalle del proceso. “Nos explicaron que lo exhumaron y lo enterraron el mismo día después de tomar muestras de ADN; que se hallaba en buen estado de conservación y que en el proceso se tomaron fotografías y se hizo un video para documentar todo”, cuenta Patricia, la hermana mayor.

“También nos contaron que encontraron algunas pertenencias suyas -agrega María Alejandra-: Mi hermano tenía un rosario de plata en el cuello y uno de plástico entre la ropa, junto con un blister, posiblemente de chicles, y un carretel de hilo rojo. No sabemos de dónde vino ese crucifijo de plata; es posible que se lo haya mandado alguien en una encomienda. En cualquier caso, quedó ahí con él”.

“Para nosotros fue muy importante enterarnos el estado en que se lo halló -agrega-. La gente de la Cruz Roja y del Cuerpo de Antropología Forense nos dijo que quienes lo enterraron lo hicieron con mucho cuidado y que gracias a ese trabajo se pudo lograr su identificación. Porque si bien su tumba no tenía nombre, mi hermano estaba con sus huesos, su uniforme y su campera de duvet”.

“Néstor era una persona excepcional. A pesar de su edad era muy responsable. Ayudada económicamente a mi papá con lo que ganaba en la zapatería, que estaba en la cuadra de La Protectora; era muy cariñoso con las personas grandes y siempre se ocupaba de que sus hermanos más chicos estuviéramos bien. Cuando no trabajaba le gustaba ir a la asociación tradicionalista La Montonera. Al irse a Malvinas integraba su comisión directiva, creo que era vocal”, cuenta Alejandra, la más entera de los hermanos, quienes a lo largo de la entrevista permanecieron dominados por la emoción.

Al concluir ayer la entrevista, los funcionarios de la Secretaría de Derechos Humanos les preguntaron a los hermanos de Néstor si querían añadir algo para dejar asentado en un acta. Los tres coincidieron en el mismo deseo: que su tumba tuviera finalmente un nombre que la identifique y que no se demore un viaje de los familiares de los caídos a las Islas para honrar a los que todos los chicos que, como él, dejaron su vida allí.

Tal como está previsto, las reuniones con familiares que aportaron muestras de ADN para la identificación de los cuerpos continuarán durante los próximos días. En ese proceso cabe la posibilidad de que se localice a alguno de los otro cuatro conscriptos de la Región que se supone podrían haber sido enterrados en tumbas sin nombres: Carlos Alberto Hornos, Alfredo Gattoni, Ricardo Horacio Herrera y Pedro Horacio Vojkovic.
 

BIGUA82

VETERANO DE GUERRA DE MALVINAS
Colaborador
DE ACUERDO A COMUNICACIÓN TELEFONICA RECIBIDA EL DIA 1-ENE-2018, INFORMA EL FALLECIMIENTO DEL SUBOFICIAL AUXILIAR (R) VGM OSCAR ANGEL PEREZ, DE LA LOCALIDAD DE LA PAZ PROVINCIA DE CORDOBA.

EL SUBOFICIAL AUXILIAR (R) VGM OSCAR ANGEL PEREZ, FALLECE EN EL INSTITUTO DE SALUD PRIVADO VIDA PLENA, SITO RAYMOND POINCARE Nº 7175, A CAUSA DE UN SHOCK CARDIOGENICO IRREVERSIBLE PRODUCTO DE LA ESCLEROSIS LATERAL AMIOTROFICA QUE PADECÍA.

EL SUBOFICIAL AUXILIAR (R) VGM OSCAR ANGEL PEREZ, SE DESEMPEÑO COMO ENFERMERO EN EL HOSPITAL DE CAMPAÑA DE LA BASE AÉREA MILITAR DE DARWIN, PROVENIENTE DEL HOSPITAL AERONÁUTICO CENTRAL DESPLEGADO EN EL POBLADO DE DARWIN, EN LAS ISLAS MALVINAS.

VELATORIO: DIA 1-ENE-18 COOPERATIVA CEMDO, SITO EN RIVADAVIA S/N, LOCALIDAD DE LA PAZ, PROVINCIA DE CORDOBA, A PARTIR DE LAS 14:00 HS.

SEPELIO: DIA 2-ENE-18 CEMENTERIO MUNICIPAL DE LA PAZ, LOCALIDAD DE LA PAZ, PROVINCIA DE CÓRDOBA, A LAS 10:00 HS.
 
Fallecimientos:
CFIM (RE) Guillermo Jorge LUNA el 2 Dic 2017. Como TNIM comandó la Sección del BIM1 que desembarcó en GRYTVIKEN (Islas GEORGIAS) el 3 Abr82 donde murieron los SC62 Jorge AGUILA y Claudio ALMONACID y resultaron heridos cuatro efectivos .

CN (RE) Juan Carlos IANUZZO el 8 Dic 2017. Como CC operó como Cte Militar del Mercante ELMA-"FORMOSA" en MLV desde el 27 ABR 1982 hasta el día 3 May donde desembarca en SAN SEBASTIAN, (ISLA GRANDE DE TIERRA DEL FUEGO).
 
del libro de Enrique Momigliano


SC Carlos BORDON
RI12
segundo jefe de mortero
chofer y camarero de Piaggi


SC Luis Roberto MARINO
RI3/B
portaba fal PARA y pistola 9mm
furriel
grupo comando, compañía B, radioperador



SC Marcos FALCON
GA3/Bat B

Carlos Dante DOMINGUEZ
ARA Belgrano
proveedor de municiones, puesto de combate: la santabarbara



SC Toribio ENCINAS Es Ex Cabl Bl 10, herido extremidades inferiores noche del 13/14
SC Héctor Echeverría Es Ex Cabl Bl 10, herido en espalda, noche del 13/14

Srg Jorge Alberto RON Es Ex Cabl Bl 10, muere la noche del 10/11, por artillería de campaña
 
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Daniel Ugalde

Soldado Clase 61. Cabo (Post mortem). Ejército de Compañía de Ingenieros de Combate 601

Nació en Capital Federal el 29 de octubre 1961. Hijo de Miguel Ugalde y Raquel García, fue el mayor de una familia de tres hermanos. Sus primeros años de vida transcurrieron en Haedo; su único propósito era que llegara el domingo, para escuchar por radio a su querido San Lorenzo de Almagro.

El 5 de febrero de 1982 se presentó en la Compañía de Ingenieros de Combate 601 para realizar el servicio militar obligatorio. Con ellos fue a las islas, en donde construyó obstáculos, refuerzos en los frentes, mejoró los caminos a los refugios e hizo pozos de zorro, entre otros. También combatió a la par de la infantería.

Ugalde falleció en el repliegue hacia la capital de Malvinas el 14 de junio de 1982.

su madre la Señora Raquel Garcia de Ugalde

Hace dos años se tomó la primera muestra de sangre a un familiar de un combatiente caído en Malvinas que yace en las islas sin identificación. Raquel García de Ugalde, madre del soldado Daniel Ugalde, fue la primera a quien el estado nacional, en colaboración con la Cruz Roja Internacional y el Equipo Argentino de Antropología Forense, visitó para que diera una muestra que permitirá llevar adelante el proceso de identificación a través de la genética adn.



tengo 80 años y no quisiera irme de este mundo sin poder ver escrito el nombre de mi hijo sobre esa cruz blanca.
 
Soldado Juan Sixto Vilches
pertenecía a la Clase 62 y fue a Malvinas con la Compañía “A” del Regimiento Infanteria 12, como cargador de una ametralladora MAG. Destinado a Pradera del Ganso, en donde combatió a finales de mayo de 1982, cayó prisionero como toda la guarnición. Logre dar con él en 2017, vive en Esperanza, Provincia de Santa Fe. Me cuenta: “Tenía mucho hambre, armé un brasero con una lata de dulce de batata; solo había conseguido una lata de leche en polvo y dos de picadillo. Apenas había agua salada, pero no me importó: preparé la leche, la calenté y la tomamos con algunos compañeros”.
 
Comentario de Julio Cesar Oviedo:

Sargento Juan Carlos Insaurralde, (mas conocido como "Chicharra") Encargado de la 1ra Seccion de Ingenieros de la Ca Ing Mec 10,
Jefe de Seccion Teniente Hugo Anibal Quiroga,
Jefe del 1er Grupo Sargento Calixto Tolaba,
jefe del 2do Grupo Cabo 1ro Julio Cesar Oviedo.

El lugar es Monte Longdon; lugar donde se desempeño la 1ra Seccion de Ingenieros, en apoyo a la Ca I B del RI Mec 7.
 
El Comodoro Rubén Sassone, Piloto de aviones Pucará en la guerra de Malvinas, nos comenta sus vivencias en el conflicto. Las misiones aéreas y sus acciones en la base CÓNDOR, asiento de su escuadrón.
El día 2 de abril de 1982, al igual que la inmensa mayoría de los argentinos, me enteré que habíamos recuperado nuestras islas. A partir de allí, la actividad en mi Unidad de destino, la III Brigada Aérea en Reconquista – Santa Fe, se volvió febril y entusiasta, había que despegar con nuestros Pucará hacia el sur. La base prevista para que desde allí cruzáramos a las Islas fue el aeropuerto de la ciudad de Puerto Santa Cruz, el cual se transformó rápidamente en la Base Aérea Militar Santa Cruz, donde se comenzaron a pintar y camuflar los Pucará y acondicionarlos para la dura tarea que se preveía llegaría pronto…

Si bien para esos días ya tenía una aceptable cantidad de horas de vuelo en el avión, comenzamos a intensificar las prácticas de procedimientos de ataque con bombas, cohetes y cañones sobre un improvisado campo de tiro en la costa y no muy alejado de la Base. Algunos Pucará ya habían cruzado a Malvinas, y los que estábamos en el continente no veíamos la hora de partir para allí. Todos los días mi Jefe de Base tenía que escuchar mis ruegos de que me dejara partir, lo cual era sistemáticamente rechazado con el argumento de que era uno de los pilotos más jóvenes del grupo (24 años), y que no me preocupara. Finalmente, la insistencia pudo más y casi echándome, mi jefe me dijo que no me soportaba más y que fuera!

El día 29 de abril de 1982, crucé a Malvinas. A pesar que ya había muchos pilotos y aviones, era "mi" cruce. Lo hice en un avión F-28 repleto de motos destinadas para los Comandos del Ejército. Entre la alegría y la emoción, también tenía mis temores. Al fin, llegamos a Puerto Argentino. Luego el 30 de abril, nos trasladamos a la Base Aérea Militar CÓNDOR en el caserío de Darwin, donde fui recibido calurosamente por todos los pilotos y mecánicos del Escuadrón Pucará.

Las condiciones de confortabilidad en nuestros alojamientos eran realmente deplorables. Dado el frío constante y con la posibilidad de ser sorprendidos por ataques nocturnos, dormíamos vestidos enfundados en nuestros buzos de vuelo, dentro de una bolsa de dormir y directamente sobre el suelo. Algunos "privilegiados" habían encontrado unas viejas camas y dormían sobre el elástico (camas si, colchones no), previo poner algunos trapos que la hicieran algo confortable. Eso y la variedad de la comida diaria (siempre cordero), tornaba la vida bastante dura. Aun así, la voluntad y el ejemplo de mis superiores hizo que nadie se quejara y se cumpliera con la misión para la que habíamos ido.

El 1 de mayo comenzó la guerra y tuvimos nuestro primer dolor , ya que debido al mal estado de la pista, cuando varios Pucará trataban de despegar, aparecieron 3 aviones ingleses (Sea Harrier) arrojando bombas "Beluga", matando a 8 Suboficiales y al Teniente Daniel Jukic, oficial que se destacó por su valentía y habilidad en el vuelo. Nuestra moral quedó muy caída, pero el día 4 de mayo durante otro ataque inglés, vimos caer derribado por la artillería antiaérea propia a un jet enemigo, mientras otro escapaba. Nosotros volvimos a tener la moral alta, mientras pensábamos " por Daniel !!!"

A partir de ese día comenzamos a realizar constantes misiones de reconocimiento sobre las islas con nuestro mejor armamento: cohetes, cañones y ametralladoras. Las condiciones meteorológicas eran marginales casi todos los días; cuando llovía la pista se ponía tan pesada que los 450 metros de que disponíamos para el despegue, no alcanzaban. En una operación normal despegábamos con 200/205 Km/h, mientras que allí lo hacíamos a con 185 y con varias coheteras suspendidas; cuándo terminaba la pista, despegábamos y... que sea lo que Dios quiera !!! Sumado a eso, casi siempre que despegábamos, lo hacíamos en "alerta roja", dada la amenaza permanente de los Harrier.

En mi primera misión salí junto a mi jefe de sección. Mientras nos estábamos sentando en nuestras cabinas, sonó la alarma roja, pero los "Harrier" no aparecieron. Continuamos con los procedimientos habituales de atarnos a nuestros asientos eyectables, pusimos en marcha y salimos. No había casi viento sobre la pista y a los lejos se veía como una capa de nubes bajas que se aproximaba a la Base.

A los pocos minutos y siempre volando muy bajo, llegamos a las aguas del Estrecho de San Carlos, cuando de pronto vi a la izquierda y un poco adelante, semioculto entre la bruma y la lluvia, un inmenso barco. Estábamos muy cerca, no sabíamos si era nuestro o enemigo; le avisé al numero 1 y éste me ordenó que no lo atacáramos para evitar cometer un error. Selectado un canal radial propio, nos enteramos que se trataba del "Río Carcarañá". Casi no se veía nada hacia adelante; la lluvia, el salpicar de las olas y la neblina, sumados a la velocidad, convertían todo en un machón borroso. Lo llamé por radio a mi Jefe y me dijo que venía cerca de mí. Nuestra misión no se podía cumplir en esas condiciones meteorológicas. Decidimos volver a nuestra base de Darwin.

El avión número 1 visualizó la pista y logró aterrizar, pero yo fallé en el intento y tuve que volver a alejarme para volver a intentarlo y así conseguir aterrizar. Desde la improvisada torre de vuelo, me ordenaron que apurara mi maniobra, ya que en pocos minutos la pista quedaría cubierta por las nubes. Puse mi noble Pucará lo más cerca posible del suelo y guiado por otro piloto desde tierra y con su radio, como si fuese un radar, me fue llevando para enfrentar la pista casi sin verla; el limpiaparabrisas de mi avión ya no era suficiente. Mientras no veía absolutamente nada hacia delante, el piloto guía desde tierra me ordenó que redujera totalmente la potencia de los motores; descendí un poco más y… allí estaba la pista. Toqué no muy suavemente pero con la felicidad de haberlo logrado. Al bajar del avión, corrí hacia quien me guió, que si bien tenía una jerarquía mayor a la mía, lo abracé fuertemente y le agradecí su sangre fría. A los pocos días volví a salir. En el apuro no me puse el chaleco salvavidas y el vuelo fue de más de 2 horas sobre el mar, con el consiguiente peligro si caía en esas aguas heladas.

El día 21 de mayo, ya en pleno combate en las cercanías del Puerto San Carlos, dos aviones Pucará fueron derribados por los Harrier ingleses. No sabíamos que había ocurrido con la vida de los pilotos hasta que por la noche nos avisan que estaban bien. Alcanzaron las líneas propias luego de haber caminado más de 12 horas, cruzando las líneas del enemigo. Nuestro Escuadrón volvió a vivir!

Viendo que los ingleses se acercaban a Darwin, y que nos habían destruido varios aviones propios, nos dedicamos a "fabricar" más defensas. Con los Suboficiales mecánicos, colocamos una lanzadora de cohetes de los Pucará sobre un tractor que la accionábamos con su propia batería… lo llamamos "el tractor misilístico". A otra la pusimos sobre el techo de una casa, siempre usando las piezas de los aviones destruidos. Desmontamos también las ametralladoras calibre 7,62 mm y fabricamos soportes con lo que conseguíamos. La mía estaba montada sobre una vieja campana de iglesia. También con algunos tubos y maderas se hicieron piezas móviles, las cuales disparábamos usando viejas pilas de 1,5 volts. Todo este armamento fue distribuido estratégicamente, a la espera del avance inglés.

Efectivamente, el día 28 de mayo, cuando sobrevino el ataque final a nuestra base de Darwin, todas estas improvisadas armas fueron usadas. Con las coheteras móviles y la del tractor se dispararon más de 200 cohetes hasta que se nos acabaron. Allí lucharon muchos héroes anónimos, los Suboficiales de la Fuerza Aérea. El efecto de nuestras armas debe haber sido efectivo ya que nos mandaron 3 Harrier para silenciarnos, pero sus bombas fueron mal arrojadas y no nos tocaron.

Con un compañero de promoción, tres Suboficiales y algunos soldados, habíamos formado un grupo de tiradores bastante efectivo. Cuando las tropas inglesas estaban a distancia de tiro de algunos fusiles FAL que nos habíamos "agenciado", y como teníamos una buena cantidad de munición trazante, al ver que un soldado inglés salía de su posición, yo le efectuaba dos disparos y el resto de mis camaradas disparaba hacia allí. Debe haber dado resultado ya que muchos no volvieron a levantarse más. Mientras todo esto sucedía, los Pucará atacaron con sus bombas y cohetes sobre la infantería inglesa. Uno de ellos encontró dos helicópteros ingleses y los derribó.

Ya al caer la tarde, vimos como otros dos Pucará comenzaban su ataque sobre la tropa inglesa. El primer avión disparó sus cohetes pero al que lo seguía no le salió nada. Pensamos que su sistema de armamento había fallado, pero ante nuestra sorpresa, y soportando una infernal cantidad de disparos que salían de todos lados, realizó un giro completo, volvió a pasar y ahora sí disparó todas sus armas. Poco tiempo después le pude preguntar a este piloto porqué había hecho eso y me contestó que como estaba mal acomodado en su puntería y temía no acertar, dio la vuelta para volver a disparar ! Luego de ese ataque, sobrevoló nuestras cabezas y pudimos ver claramente su puño en alto, saludando y dándonos fuerzas para el desenlace final.

Al día siguiente, 29 de mayo sobrevino el alto el fuego. La batalla de Darwin había finalizado. Estábamos exhaustos, sin municiones ni aviones para utilizar. Aunque la convicción del deber cumplido nos mantenía con la moral alta, la triste realidad de la derrota, y el caer prisionero hizo que aun hoy sienta una gran tristeza cuando veo que otra bandera flamea en nuestras islas…

Serian cerca de las 10 u 11 de la mañana del 28 de mayo, y ya habían pasado los Pucará atacando a las tropas inglesas que avanzaban hacia nuestras posiciones en la pista de Pradera del Ganso (Goose Green). Mientras, en tierra y teniendo a la vista a algunos pelotones avanzados de ingleses, a los cuales les tirábamos con todo lo que teníamos (las coheteras sobre un tractor, la artillería antiaérea de 20 mm de la Fuerza Aérea y la de 35 mm de Ejercito, nosotros los pilotos que quedamos en tierra con los fusiles FAL, etc.) De pronto escuchamos a nuestras espaldas ruido a reactores, con lo cual pensé estamos listos, vienen por atrás y no los esperábamos... pero para nuestra sorpresa (y alegría) eran dos Aermacchi 339 de la Armada. Venían muy bajo, tomaron altura justo sobre nuestra cabeza, dispararon sus coheteras y giraron rápidamente hacia la izquierda. El que estaba más hacia la izquierda giró y bajó rápido la nariz. El otro comenzó a hacer lo mismo cuando se observa que desde lejos sale un misil y le impacta bajo la panza de este Macchi que estaba inclinado sobre su izquierda. Al explotar el misil (sin que se viera una gran explosión) el avión se endereza, queda como nivelado y comienza muy suavemente a descender, casi como planeando. Yo le comentaba a otro piloto de Pucará que estaba a mi lado: - "ahí se eyecta, ahí se eyecta..." pero luego de los 10 segundos que habrá durado esta caída, veo que la misma no se produce y el Macchi se estrella contra el suelo, explotando. Me comenzaron a brotar lágrimas, no lo podía creer ! Todos tuvimos como un ataque de impotencia, pero no lo podíamos remediar, así que lo único que hicimos fue seguir tirando con más furia a las tropas que ya estaban muy cerca y tirando ellos también...!!! -. Siempre pensé que alguna esquirla podría haber matado al piloto –el Teniente Miguel- o dañado su sistema de eyección ya que al avión se lo veía entero.

El Vicecomodoro Rubén Sassone egresó como Alférez en el año 1979. Piloto de caza. Durante su carrera voló los IA – 58 "Pucará"; Mirage III; Douglas A4 "Skyhawk"; Morane Soulnier MS 760; Douglas DC 3 y planeadores acumulando más de 3800 horas de vuelo a la fecha. Fue Instructor de Pilotos de Caza, Profesor - Asesor en la Escuela Superior de Guerra Aérea, Jefe de Escuadrón Aéreo y Jefe de Operaciones de la III Brigada Aérea. Actualmente se desempeña como Jefe de Prensa del Estado Mayor Conjunto de las FF.AA.

. Por su desempeño en Malvinas (acciones en combate) fue condecorado por el Congreso de la Nación, y obtuvo la Distinción de 1era. Clase otorgada por la Fuerza Aérea Argentina.
 
Consulta: Hace un tiempo, escribiendo en el contrapunto sobre los hermanos en Malvinas, encontré esta nota: http://losandes.com.ar/article/hermanos-reviven-increible-encuentro-plena-guerra-malvinas-705343

En la que basé una estrofa:
De la tierra del güen vino,
tierra llena de parrales,
dos hermanos suboficiales
del mesmo pago e' Giachino.
Cada uno en su destino,
Bahía Fox, el Infante,
el otro Comunicante
lucían su propio brillo:
Oscar y Rubén Gordillo,
¡Mendocinos con semblante!
Buscando más información, quise a ambos buscar a qué unidad pertenecían y con qué grado participaron en la Gesta. Revisando en varios listados de VGMs de diversas páginas:
A Oscar lo encontré como: CPCO. Submarino ARA Santa Fé.
Rubén imagino que al haber estado en Bahía Fox, puede haber sido suboficial del RI8.
Agradecería a quien pueda primero ratificar la información de Oscar y segundo la información de Rubén.
Saludos a toda esta gran familia que tanto me ha aportado para aprender y poder armar esos versos que con tanto respeto fuimos haciendo.
 
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